El área metropolitana de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia: competitividad en el marco de los desafíos de la globalización La Gonzalo Horacio Arze Arce Introducción 1.-Los contextos 1.1.- El contexto externo 1.2.-El contexto nacional 1.3.-El contexto regional de Santa Cruz de la Sierra 2.- La competitividad para el área metropolitana de Santa Cruz de la Sierra 2.1.-La dimensión territorial 2.2.-La dimensión política: gobernancia, institucionalidad y gestión para la competitividad 2.3.-La dimensión económica: productividad, condiciones económicas y competitivas. 3.- Conclusiones Bibliografía. Filiación: El autor es boliviano, Arquitecto y Magíster en Urbanismo de la Universidad de Chile. Académico de las Universidades de Chile y de Valparaíso, y miembro del Centro Iberoamericano de Asuntos Públicos y Empresariales, CIAPE. Email: <[email protected]>; [email protected] Resumen El objetivo de este artículo es generar un espacio de discusión en el que converjan algunos elementos claves como la competitividad, el desarrollo local y/o regional, las oportunidades, entre otros, para un aporte teórico–conceptual sobre las actuales ventajas que el área metropolitana de Santa Cruz de la Sierra tiene sobre sus similares, y permita comprender la importancia de ser parte de la red de ciudades metropolitanas globales. Palabras clave: BOLIVIA. SANTA CRUZ DE LA SIERRA. PLANIFICACIÓN URBANA Y REGIONAL. DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL. PLANIFICACIÓN METROPOLITANA. GLOBALIZACIÓN. COMPETITIVIDAD. GOBERNANCIA. INSTITUCIONALIDAD. Abstract This article explores the relations between the following key elements: competitivity, local development, opportunities for a conceptual development, in relation to a study of Santa Cruz de la Sierra metropolitan area and its advantages over other similar cities. The idea is to show the relevance of belonging to a larger global network of cities. Key Words: BOLIVIA, SANTA CRUZ DE LA SIERA, URBAN AND REGIONAL PLANNING, ECONOMIC AND SOCIAL DEVELOPMENT, METROPOLITAN PLANNING, GLOBALIZATION, COMPETITIVITY, GOVERNANCE, INSTITUTIONALITY 1 Introducción El debate sobre globalización, territorio y competitividad es hoy muy intenso en América Latina, sea porque en este continente existen importantes mega-ciudades o ciudades-región, como Sao Paulo, Río de Janeiro, Bogotá, Buenos Aires, Lima y Santiago de Chile, o porque bajo el influjo de ellas está naciendo una red de nuevas áreas metropolitanas que tienden a ocupar los espacios que la colonización española y las repúblicas han dejado vacíos. En el marco de la globalización y los ajustes estructurales aplicados a nuestros países, nos preguntamos si para entender lo que sucede en los territorios metropolitanos de esta parte del continente, la competitividad puede ser el paradigma central, como nuevo enfoque económico pero a la vez sistémico y, por tanto, integrado con las variables sociales, culturales, territoriales e institucionales que implica una competencia abierta al mundo. Si este fuera el caso, podemos organizar conceptualmente y conocer de manera más amplia los complejos procesos socioeconómicos y territoriales que se están configurando en las nuevas áreas metropolitanas del sur. En este sentido nos preguntamos qué puede significar el concepto de competitividad para ciudades globalizadas pero con un importante peso de actividades netamente locales y aún informales de muy baja productividad, las que generan un elevado porcentaje del empleo. Los conceptos sobre competitividad, tal como se manejan en el caso de las ciudades del norte, conlleva dudas o reservas sobre la pertinencia de su aplicación “automática” en el caso de las áreas metropolitanas, de las mega-ciudades y ciudades intermedias del sur, en las que la fragmentación, la dualidad y la polarización son los rasgos más dominantes. Las diferencias entre las metrópolis del norte y las del sur son marcadas. Richard Stern1 identifica, entre las más importantes, el fuerte crecimiento demográfico por migración, la falta de recursos de los gobiernos locales, la mala gobernabilidad, el empoderamiento y la gestión local, la polarización y la fragmentación y la violencia e inseguridad como características centrales de las metrópolis del sur. Este artículo pretende entonces reflexionar sobre cuáles podrían ser las dimensiones que para nuestras ciudades definan la competitividad en el marco de las perspectivas futuras del desarrollo integrado de América Latina, y hacer una lectura de cómo se comportan esas dimensiones en nuestra realidad dual y polarizada, y si, por lo tanto, tienen relevancia. Es interesante estudiar el caso de Santa Cruz de la Sierra principalmente por su importancia dentro de la economía boliviana en los últimos veinte años. Bolivia, país enclavado en el centro de Sudamérica, ha mostrado a lo largo de su historia profundas transformaciones, aplicándose desde 1985 todo el recetario del 1 Stern, Richard. Local Governance and social diversity in the developing world. Naciones Unidas. World Urbanization Prospects the Cities Alliance, 1999. 2 “ajuste estructural” en sus tres generaciones: macroeconómico, social y de reformas institucionales2. Fig. 1. Calle 24 de Septiembre a principios del siglo XX Fuente: Archivo de fotografías de Santa Cruz de la Sierra de antaño. Fig.2. Casona antigua, finales del siglo XIX Fuente: Archivo de fotografías de Santa Cruz de la Sierra de antaño. Estas medidas, entre otras, han transformado la organización territorial boliviana desde una red conformada por las principales capitales departamentales hasta un territorio organizado sobre un solo eje troncal, que une las capitales de los departamentos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, y que concentra porcentajes de población, infraestructura e inversiones superiores en todos los casos a 60% del país. La ciudad de La Paz conecta a Bolivia con el pacto Andino, norte de Chile, el sur del Perú y el océano Pacífico, mientras que Santa Cruz de la Sierra, es el nodo de conexión de la red nacional con Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil y el océano Atlántico3. Lamentablemente el país no cuenta actualmente con un instrumento de regulación y ordenamiento del territorio de carácter formal que haya sistematizado esta nueva situación en un Modelo Territorial. El proceso de metropolización que caracteriza a Santa Cruz de la Sierra, en el marco de su incorporación paulatina a la red de centros urbanos globalizados del cono sur, comenzó a estudiarse en 1997, con la formación de los “lineamientos para el Plan de Desarrollo Metropolitano”4 en base a los cuales se organiza la “Mancomunidad Metropolitana” y se institucionaliza el “Consejo Metropolitano”. Asimismo, la nueva Ley de Municipalidades, promulgada en octubre de 1999, incorpora por primera vez las áreas metropolitanas en la “Organización Territorial Administrativa”. El paradigma de la competitividad podría constituirse en una de las herramientas que permita un mayor conocimiento sistematizado del Área Metropolitana de Santa Cruz, en tanto inserto dentro del marco de la globalización y su contexto externo, interno y local. 2 Ver: Fernandez, Gustavo. Bolivia en el laberinto de la Globalización: Ensayos. Plural, La Paz, Bolivia, 2004. 3 Ver: Blanes, José; Calderón, Fernando; entre otros. Formación y Evolución del Espacio Nacional. Cuaderno de Futuro Nº 18. Informe de Desarrollo Humano, PNUD, 2003. 4 Estos lineamientos se exponen de manera amplia en: Foro Internacional sobre Metropolización. Universidad de Toronto, Canadá; Viceministerio de Planificación Estratégica y Participación Popular. Santa Cruz, Bolivia, 1999. 3 En este entendido, habría que preguntarse si Santa Cruz de la Sierra puede responder a los modelos de competitividad que se plantean, la forma de relación con el nivel internacional, con su entorno regional y con sus microregiones de referencia, para comprender las condiciones y contenido de la competitividad en los contextos del sur. Sin embargo, estos tiempos son prolíficos en la generación de nuevos paradigmas para el desarrollo local, los que deberán ser tomados en cuenta y sobre todo relacionados con el concepto de competitividad. Nos referimos esencialmente a los conceptos de gobernabilidad, gestión, capital social, humano e intelectual y liderazgo local. El territorio, como espacio organizado y equipado, sometido a profundas transformaciones y que posee características propias de historia, cultura y visión del mundo, será la referencia obligada para el desarrollo de esta aproximación. 1. Los contextos 1.1. El contexto externo5 La relación de Bolivia con el contexto externo ha sido importante en la definición de las características del modelo económico. Bolivia se ha caracterizado por ser una economía extremadamente dependiente de las exportaciones de materias primas, de los precios de las mismas y de los intereses que haya podido despertar en determinados momentos de su historia, en el mercado internacional. Desde la vieja estructura minera consolidada con la exportación de la plata (fines del siglo XIX) y, posteriormente, del estaño (desde los años 1920 hasta los años 1980 del siglo XX), se han incorporado muchos cambios orientados a la diversificación económica sobre la base de la agricultura, sobre todo a partir de los años 1940 y principalmente en los años 1950, y a generar una estructura de autoabastecimiento en varios de los productos agrícolas. En esta nueva estructura tiene un papel importantísimo la rápida expansión de Santa Cruz de la Sierra y su fuerte gravitación demográfica y económica sobre el resto del país. Con dichos cambios se consolida el nuevo eje de estructuración territorial sobre las tres zonas metropolitanas, pero sobre todo, con la expansión del eje La Paz–Cochabamba y hacia el oriente, con Santa Cruz. El eje estructurador se expresa en los cambios operados en la red de comunicaciones desarrollada en un primer momento en función de la exportación de minerales. Ello hizo de Bolivia un país con ferrocarriles hacia el Pacífico y sin comunicaciones hacia el Atlántico. El ajuste de Bolivia sobre este modelo de enclave introduce modificaciones en función de las nuevas oportunidades del mercado. El desarrollo de las ciudades expresa este cambio de adecuación al mercado externo. 5 Este punto esta desarrollado sobre la base de: Blanes, José; Calderón, Fernando; entre otros. Formación y Evolución del Espacio Nacional. Cuaderno de Futuro Nº 18. Informe de Desarrollo Humano, PNUD, 2003. 4 A partir de 1952 el modelo económico que se desarrolla en Bolivia con la Revolución Nacional, la Reforma Agraria y la Nacionalización de las Minas, es el punto de partida para las políticas de la CEPAL -de sustitución de importaciones- y de gestación de las empresas públicas productivas de los años 1960. Ese modelo económico se orienta a reducir la mono-dependencia minera del país, buscando la diversificación de las exportaciones, para lo cual se emprende un proceso de expansión y ampliación de las carreteras hacia el oriente, ampliando la frontera agrícola, y la agricultura comercial asociada a la gran y mediana empresa. A partir de los años 60, la inversión en hidrocarburos, la mayor disponibilidad de recursos y las exigencias de la nueva planificación, demandó integrar el territorio, diversificar la economía incorporando nuevas áreas geográficas, definiendo con ello, la actual estructura física y económica nacional. Ellas se dinamizaron cada vez más hasta el punto en que en la década de los años 80, Santa Cruz aportaba con el 78% de las exportaciones nacionales, a diferencia del occidente del país, el que se ve mermado en su participación en la actividad económica nacional. Un aspecto central en la relación de Bolivia con el sector externo es el referido a la importancia de la deuda externa en la economía, lo que sumado al deterioro de los términos de intercambio ha hecho que el sector externo determine en gran medida el futuro del país en muchos aspectos. Las brechas (fiscal, comercio exterior y de ahorro – inversión) se han cubierto tradicionalmente incrementado la deuda externa. En este sentido, el financiamiento de la inversión se ha cubierto en un 60% y 70% con deuda externa. Hacia finales de los ochenta, en el sector social era casi total la dependencia de la inversión con respecto a la cooperación internacional, y el país sólo aportaba con el pago de los gastos corrientes en los sectores de salud y educación. Uno de los problemas centrales que tenía que resolver Bolivia a finales de 1985 no sólo era su dependencia económica del sector externo, sino su falta de adecuación tecnológica en momento de la globalización, los cambios en la organización de los servicios, el manejo de los mercados. En gran medida ello se va a resolver a través de las Reformas del Estado implementadas a partir de 1985. Como se dijo antes, la integración del país se organizó alrededor del eje central La Paz-Cochabamba-Santa Cruz. Este proceso es coetáneo con el de la fusión empresarial de las grandes corporaciones multinacionales que ha redimensionado el concepto de competitividad con diferentes economías de escala, asociado a un proceso creciente de mercados ampliados, donde la Comunidad Europea, vía un parlamento común, retiro de barreras arancelarias y, últimamente, una moneda común referencial, ha empujado la creación de otros grupos como el ASEAN, el NAFTA, y en el caso de América Latina, el MERCOSUR, Pacto Andino y otros. En América Latina la temática de gigantescas regiones urbanas, de fronteras difusas y estructuras policéntricas, se expresa en archipiélagos urbanos, tal es el caso de ciudad de México, San Pablo, Buenos Aires, Río de Janeiro, Lima, Bogotá, Santiago y Caracas. La creciente intensidad de los flujos de comunicación e intercambio ha impulsado la formación de complejos ejes de articulación intermetropolitana. Así, se ha identificado la formación del arco de ciudades del MERCOSUR, donde Río de 5 Janeiro, San Pablo, Curitiba, Puerto Alegre, Montevideo, Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Santiago y Valparaíso, entre otras, podrán beneficiarse de un posible crecimiento y dinamismo económico en el ámbito de este nuevo marco de integración regional. 1.2. El contexto nacional Cada una de las tres áreas metropolitanas de Bolivia está a diferente altura: La Paz, en el altiplano, a 3.500 msnm; Cochabamba en el valle, a 2.500 msnm, y Santa Cruz, en el trópico, a 500 msnm. Esta situación es una ventaja comparativa, ya que permite complementariedades productivas muy interesantes. El interior de Bolivia -al margen del eje central- está muy desintegrado y mal vinculado del resto del país. Al sur, las ciudades de Potosí, Sucre y Tarija y al norte Beni, Riberalta, Guayaramerín y Cobija están en un proceso muy lento de vinculación con el nivel nacional. En algo mejor situación está el eje Chaco: Abapó, Camiri, Villa Montes y Yacuiba, que se encuentra en un proceso de integración más acelerado. Esta zona contiene una de las grandes concentraciones de gas natural del mundo, lo cual permite la aceleración en el crecimiento, producto de las exportaciones. Es innegable la importancia de los cambios institucionales en Bolivia. La aplicabilidad del marco normativo es muy variable de un sector a otro y de un nivel de gobierno a otro. Lo que sí queda claro es que Bolivia ha inaugurado una nueva economía, más dual aún que la anterior, y es indudable que el marco normativo relacionado con las condiciones para la inversión es favorable, aunque su aplicabilidad sea dudosa. Hay muchas durezas que impedirán la gobernabilidad de las reformas mismas, al menos en relación con sus objetivos. Se ha estado poniendo de manifiesto las grandes dificultades por parte de las principales ciudades para poner en marcha procesos de planificación participativa. Las principales rigideces provienen de los aspectos culturales, sociales, de las características que asumen los nuevos parámetros de la estratificación, de los procesos de fragmentación física espacial6. Otros aspectos a considerar están referidos al tema de la corrupción y de la predominancia de viejos esquemas burocráticos que aún no han sido erradicados de los gobiernos departamentales y municipales. Pero, independientemente del éxito en la implementación del marco institucional, el hecho mismo que existan reglas del juego, genera mejores condiciones de competitividad, como lo atestigua la confianza mostrada por los inversores extranjeros. Un campo importantísimo y que se concentra en el nivel “macro” del sistema, son las leyes que aseguren las condiciones de la competitividad general. Su implementación, como en la mayoría de los países de la región, se presta a dudas reales, sin embargo, este encargo es de gran importancia. En el mismo nivel, las leyes regulatorias de los procesos económicos han tenido indudable repercusión en el ámbito macroeconómico, consagrando la estabilidad 6 En: Arze, Gonzalo Horacio. Los Movimientos Sociales en la refundación de la Democracia en Bolivia. En: América Latina. Revistas del Doctorado en Procesos Sociales y Políticos en América Latina. Universidad ARCIS, 2005. 6 del país: las regulaciones tributarias permitieron mayores niveles de recaudación; la privatización y capitalización permitieron el ingreso de capitales; la elevación, por consiguiente, de los niveles de inversión global, la inserción diversificada de Bolivia en el mercado internacional, la incorporación del conocimiento y tecnología, entre otros. Sin embargo, 1997 fue el año en que los procesos estructurales bolivianos empezaron a colapsar. Se dieron dos acontecimientos: uno económico, un claro síntoma de los primeros efectos que tuvieron las crisis financieras asiática y brasileña al promediar el segundo semestre de 1998, cuando el gobierno esperaba una tasa de crecimiento del 7%, sin consideración de la magnitud del problema, ni la preparación del país para afrontar un período de “vacas flacas” que era evidente. Asimismo, para el año 1999, los hidrocarburos tuvieron un alza significativa al aumentar el precio de las divisas petroleras. Junto con ello, se venía una disminución de la cartera del Banco Santa Cruz en torno al desarrollo del sector agrícola moderno y, por otra parte -otro acontecimiento del contexto político-, el gobierno se vio envuelto en una serie de hechos de corrupción y malversación de gastos. Todo ello fue propicio para cambiar el rumbo del gobierno. A partir de este momento, las empresas -unas privatizadas en gestiones pasadas y otras en proceso de serlo- sufrieron las debacles de la turbulencia social y el desconformismo en el desempeño dentro de la economía. En este contexto conflictivo fracasaron los intentos permanentes de diálogo y negociación por parte de los grupos sociales organizados y el Estado. El modelo económico quedó fracturado perdiendo significativamente legitimidad. Esto condujo inmediatamente a que la inversión nacional y extranjera, se retrajera en espera de los sucesos posteriores. Era evidente en este punto que Bolivia significaba un “país en riesgo” para la región. El resultado fue evidente, ya que al igual que el modelo económico, la estructura política se había fragmentado también; por una parte, la representación social, anárquica, sin objetivos, generando actos de protesta y, por otra parte, el escenario político, sectario, limitado a objetivos tácticos y electorales, encerrado en el círculo de sus propios problemas y cercado por la indiferencia ciudadana, aunque ninguno de los dos frentes era por sí mismo una amenaza a la institucionalidad democrática. Sin embargo, en el cruce de estas dos líneas de conflicto, crecía la crisis económica, las movilizaciones sociales consumieron los recursos escasos, redujeron la producción y aumentaron el gasto improductivo. Del mismo modo, los pronunciamientos de las organizaciones de la sociedad civil y de la comunidad internacional no dejaron dudas sobre la imposibilidad práctica de quebrar el sistema democrático. La situación se torna distinta, cuando existen reservas y mercados estratégicos. Por ello, partidos como el MAS (Movimiento al Socialismo) encuentran el espacio de opinión pública necesario para plantear banderas políticas aventuradas, como la nacionalización del gas, pero en la realidad real el cambio unilateral o las rupturas 7 de las reglas de juego tendrían consecuencias de largo alcance en el acceso a mercados y en la relación con la comunidad internacional.7 De esta forma, las finalidades económicas estaban orientadas a afirmar la presencia boliviana en el océano Pacífico y a consolidar la apertura de nuevos mercados. La perspectiva de largo plazo definirá los destinos naturales del gas boliviano -Chile, Argentina, Paraguay y Uruguay- convirtiéndose el país en el centro estratégico de abastecimiento de energía a las economías más dinámicas de América del Sur. Siguiendo a Fernández8, aún en la hipótesis de la expansión del mercado brasilero y el acceso a la demanda de Argentina y Chile, la dependencia de poderosos países vecinos no es la más recomendable en asuntos que tienen que ver con energía, dado su carácter estratégico. Un puerto en la costa sería, en realidad, el punto de partida del ingreso al mercado mundial. El movimiento social fue alentado entonces por las organizaciones internacionales en contra de la globalización; tenía, esta vez, fuerte presencia parlamentaria y en el MAS se gestaba un instrumento político. Pero era aún un movimiento desordenado y complejo, sin un proyecto común claro, que reunía reivindicaciones diversas y contradictorias de carácter cultural, económico, salarial, regional y étnico. Así, dentro de los partidos políticos tampoco se veía un proyecto de gobierno claro que pudiera saldar los problemas que se estaban gestando. Si el gobierno fue incapaz de administrar el conflicto, el MAS fue sindicado de provocarlo. A partir de la victoria electoral de Evo Morales, el país fue testigo de un cambio trascendental hasta ese momento conducido por los partidos tradicionalistas tratando de responder de manera obediente a las diversas propuestas estructurales en los ámbitos político, económico y social principalmente. Sin embargo, era necesario considerar nuevas opciones de cambio en el sistema estructural, debido al poco progreso y al incipiente desempeño del modelo estructural boliviano. Las primeras intenciones de cambio propuestas por el MAS, significaban un alivio momentáneo y un respiro profundo de los acontecimientos que a partir de 1997 hasta 2005, principalmente, habían marcado desfavorablemente y teñido de sangre la historia boliviana. Del mismo modo, la convergencia de voluntades alrededor de un discurso alternativo anti-oligárquico, habla de la conformación de un nuevo bloque estructural, basado en un pensamiento filosófico andino9. 1.3. El contexto regional de Santa Cruz de la Sierra El contexto en que surge el área metropolitana de Santa Cruz está marcado por los siguientes factores: a. El proyecto de “Marcha al Oriente”, que se inicia en los años 50 y que genera las ventajas comparativas a partir de un conjunto de obras de infraestructura que vinculan la región y permiten el aprovechamiento de sus 7 Fernandez, Gustavo. Op. Cit. Fernandez, Gustavo. Op. Cit. 9 En: Arze, Gonzalo Horacio. Los Movimientos Sociales en la refundación de la Democracia en Bolivia. En: América Latina. Revistas del Doctorado en Procesos Sociales y Políticos en América Latina. Universidad ARCIS, 2005. 8 8 recursos naturales. Este proyecto colectivo alimenta un espíritu de innovación, modernización y apertura que subsiste hasta hoy. b. El “ajuste estructural” y el “achicamiento del Estado”, como políticas de Estado que se promueven desde 1985, mediante el DS. 21060 y se aplican ininterrumpidamente hasta hoy, abandonando el “Nacionalismo Revolucionario”, producto de la Revolución de 1952, mantenido vigente incluso por las dictaduras militares. c. El desarrollo de la vocación exportadora de la región, que la hace abierta a las economías externas, en especial con la exportación de gas natural, aceites vegetales, soya, madera y sus derivados. d. La inserción de Bolivia en dos pactos internacionales de integración, la Comunidad Andina de Naciones, CAN y el MERCOSUR, los mismos que favorecen ampliamente las exportaciones de Santa Cruz, en especial la soya y sus productos. e. La capitalización de las empresas públicas, en el marco de la profundización de las reformas, a partir de 1993. De esta manera el 50% de la nueva empresa queda en manos de los capitalizadores, y el otro 50% es distribuido a los bolivianos. Es una forma de privatización que tuvo enorme impacto sobre todo en la región de Santa Cruz, pues gran parte de las empresas capitalizadoras escogen esa ciudad como centro de operaciones. f. La capitalización privada surge de inmediato como efecto de la capitalización de las empresas públicas, produciendo compras, sociedades, fusiones y otras formas de asociación de las empresas privadas locales con el capital extranjero, el cual marca una fuerte presencia, sobre todo en bancos, industrias y servicios. g. La Ley de Participación Popular que consolida los Gobiernos Municipales, potencia a los municipios asignándoles territorio y transfiriéndoles nuevas competencias y recursos, que eran del Gobierno Central, y la Ley de Municipalidades, que consolida la democracia municipal, promueve la planificación municipal y la formación de mancomunidades y áreas metropolitanas entre municipios. h. La Ley de Descentralización Administrativa, que actividades del Estado Central, delegándolas a nivel regional. i. desconcentra La salida al Pacífico del Brasil, y el acceso al Brasil para Chile, a través de Bolivia, y en especial de Santa Cruz, abre un conjunto de importantes posibilidades para el área metropolitana de Santa Cruz, confirmando su carácter de nodo articulador. Santa Cruz de la Sierra no estuvo ausente de los acontecimientos suscitados en los últimos 10 años, pero tuvo la fortaleza de mantenerse en pie. Por una parte, su posición geográfica le favoreció para conservar alejada la nebulosa de protestas sociales, conflictos callejeros, paros indefinidos, etc., y ser afectada directamente como lo fueron las ciudades de La Paz y Cochabamba. Pero, por otra parte, las repercusiones recayeron en torno a los escenarios económicos centrados en la 9 pérdida paulatina de interconectividad regional con el sistema nacional en aspectos de producción y exportaciones principalmente. Fig.3. Plaza 24 de Septiembre y perfil de la catedral metropolitana de San Lorenzo Fuente: Alfredo Vásquez en: www.skyscrapercity.com Fig.4. Plaza 24 de Septiembre Fuente: www.skyscrapercity.com Fig. 5. Catedral Metropolitana de San Lorenzo Fuente: Alfredo Vásquez en: www.skyscrapercity.com Fig. 6. Frente de la Catedral Metropolitana de San Lorenzo Fuente: www.skyscrapercity.com Existe además, otro factor determinante, “la Metrópolis”. Más que ser esta el resultado del desarrollo sostenido de las fuerzas productivas, ha sido la consecuencia, entre otros factores, de la expulsión de población de las áreas rurales empobrecidas del altiplano y valles del país y del mismo departamento, produciendo un acelerado, y en muchos casos, incompleto proceso de urbanización y crecimiento explosivo de la población10. Actualmente ésta metrópolis dinámica y emergente se ha ido constituyendo en el foco de la internacionalización de la economía boliviana, mediante un proceso acelerado de transformación de su base económica, la que presenta una marcada dualización de la estructura socioeconómica en la globalización: a. Un sector moderno e integrado al exterior, en el que los patrones de producción y consumo no se diferencian sustantivamente a nivel internacional. Se expresa directamente con los programas de privatización y capitalización emprendidos, donde el sector terciario es el que presenta 10 Arze, Gonzalo Horacio. Experiencia Metodológica de Análisis Urbano: Reflexiones en torno al caso de la ciudad de El Alto, Bolivia. Tesis de Magíster en Urbanismo, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de Chile, 2002. 10 un crecimiento y consolidación más rápido, orientando el gasto hacia un tipo particular de productos y servicios, vinculados al proceso de globalización. b. Al mismo tiempo, se han generado procesos de segregación y concentración de los ingresos, lo que se demuestra a través del acceso diferenciado a los servicios y bienes urbanos. Además, el proceso de urbanización se presenta para la mayoría de la población como rezagado de la provisión de elementos de infraestructura y equipamientos básicos, por lo que la metropolización se ha visto acompañada también por aumentos cuantitativos de pobreza. Esta doble dimensión significa un desafío para alcanzar los objetivos del desarrollo competitivo metropolitano, pues debe satisfacer los requerimientos de servicios, equipamiento y funcionalidad que se imponen en la globalización y, al mismo tiempo, es imperativo impedir que continúe el deterioro de la situación socioeconómica de la mayoría de la población, circunstancia que se da tanto en las ciudades globales de las que habla Sassen11, como en las mega-ciudades de la periferia, analizadas por Stren12, entre otros. Además de la polarización y la exclusión social que presenta la estructuración de la metrópolis, se ha generado simultáneamente una creciente segregación espacial donde los pobres se van “concentrando” en determinadas zonas de la ciudad, y la población de altos ingresos se atrinchera en barrios exclusivos que se localizan alejados del centro tradicional o histórico, donde tienen la posibilidad de crear “urbanizaciones cerradas”. Claramente ello impide la integración social urbana, pero sí responde a los “objetos de la globalización” o artefactos urbanos a los que se refieren De Mattos, Lungo, Cicotella, entre otros. Por otra parte, en Santa Cruz de la Sierra, a través de instancias gubernamentales, se ejecutaron proyectos de infraestructura básica (agua potable, alcantarillado, electrificación) que fueron administrados a partir de la creación de cooperativas que, a su vez, se encargan de la pavimentación y mantenimiento del parque industrial, agroindustrias, infraestructura de salud y educación, aeropuerto internacional y otros. De esta manera la ciudad se constituyó en el polo concentrador de los excedentes generados por el petróleo, así como de la actividad agropecuaria regional. Esta situación también es consecuencia de que en su área de influencia microregional se concentra casi la totalidad de la industria, la agricultura comercial y la ganadería más tecnificada del departamento. 11 Ver: Sassen, Saskia. La ciudad Global: New York, Londres, Tokio. Princeton University Press, 1999. Stren, Richard. Local Governance and social diversity in the developing world. Naciones Unidas. World Urbanization Prospects the Cities Alliance, 1999; Ver también: Stren, Richard. City Development Strategies. Naciones Unidas, 2000. 12 11 Fig. 7. Vista parcial de la ciudad Fuente: www.skyscrapercity.com Fig. 8. Centro histórico de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra Fuente: www.skyscrapercity.com A partir de 1985 con la nueva política económica y en el marco del Programa de Ajuste Estructural, se inicia un proceso migratorio hacia Santa Cruz, ciudad que ofrecía oportunidades relativamente mejores que otros lugares de Bolivia. Esta situación se consolida con la pujanza y el dinamismo del empresario cruceño, el cual, ha facilitado la integración y la apertura a la innovación, lo que ha significado que las exportaciones no tradicionales, representen ya un 50% a nivel nacional. Además, los flujos de capital financiero, industrial y de servicios del occidente del país llegan a ser de gran importancia en la estructuración de la base económica metropolitana. En este contexto, es evidente que en el nuevo escenario mundial y dentro de Bolivia, Santa Cruz, se ha ido consolidando como la región más pujante y con altas condiciones de desarrollo, integrándose a las corrientes de comercio exterior y acoplándose a la vanguardia de los procesos de transformación de su aparato productivo y sus riquezas naturales, creando todas las condiciones propicias para atraer inversiones, tecnologías y capitales nacionales y extranjeros. Sin embargo, las debilidades de la región están relacionadas con la explotación no sostenible de los recursos naturales, bajo ahorro local y dependencia de recursos externos de la región, mala distribución de los ingresos, baja calificación de los recursos humanos para la producción, el mercado informal del trabajo que alcanza a la mitad de la población y otros. 2. La competitividad para el área metropolitana de Santa Cruz de la Sierra 2.1. La dimensión territorial Resulta claro por lo dicho hasta ahora, que el territorio sometido a los impulsos de la globalización es un factor estratégico del desarrollo local, por lo que el alcance sobre el rol de la competitividad no puede prescindir de la dimensión territorial con características del territorio que tradicionalmente constituían las “ventajas comparativas”. En este sentido debemos recordar que el territorio y la geografía no fueron parte importante en los primeros escritos sobre competitividad, cuyo énfasis estaba centrado en la empresa y la nación. 12 Como lo habían advertido Porter13 y Daher14, la globalización, lejos de desterritorializar los procesos económicos, los arraiga localmente revalorizando la geografía, la concentración, la contigüidad y los atributos urbanos. El territorio entonces no es un receptor pasivo ni un mero recipiente, sino un protagonista del cambio, es él mismo una ventaja competitiva. La conformación tradicional del sistema de ciudades de Bolivia, estuvo durante siglos estructurada en torno a los centros de la administración colonial y de la minería, girando por lo tanto entorno a Potosí, primer centro minero, Sucre, como sede del poder colonial y capital de la República, y Oruro y La Paz como centros de Estaño. Desde los años 1970 la emergencia del eje troncal antes referido permitió articular los centros urbanos metropolitanos de Bolivia con el exterior, configurándose Santa Cruz como un nodo nacional estratégico que tiene grandes proyecciones. Se observará que en todo su microentorno -amazonía central-, no hay áreas metropolitanas con más de un millón de habitantes, de ahí que Santa Cruz, conectada a Santiago, Sao Paulo y Buenos Aires, comienza a ser un centro importante para el norte argentino, el Paraguay y el Matto Grosso brasileño. A nivel de su propia región, Santa Cruz es el centro generador de un área metropolitana de 6 municipios, con 1.260.549 habitantes15 sobre el total de 2.029.471 de habitantes del departamento y 8.274.325 del total de habitantes del país. Es también un centro de la llamada subregión integrada, germen de una futura “región metropolitana”, abarcando parques nacionales, centros productivos, asentamientos rurales de migrantes y lugares turísticos y es, por último, el polo regional para el territorio de 360.000 Km². Sin embargo, debe hacerse notar que el interior de su territorio está deficientemente vertebrado, en contraste con sus conexiones externas. 13 Porter, Michael. New strategies for inner city economic development. Economic Development Quarterly, 1997. 14 Daher, Antonio. Regiones metropolitanas binacionales en el MERCOSUR. Revista EURE Nº 78, Santiago de Chile, 2000. 15 INE, Bolivia. Censo 2001, población por organizaciones comunitarias y localidades. En: www.ine.gob.bo 13 Fig. 9. Bolivia en el cono sur. Fte.: Atlas Escolar de Chile, I.G.M., 1980, Chile. Fig. 10. Sistema urbano regional actual de Bolivia Fte.: Ciudad y Territorio, Álvaro Cuadros, op. Cit. 1996. El damero consolidado de acuerdo a las pautas fundacionales, estuvo vigente hasta los años 1960, época en la que el primer Plan Regulador de la ciudad formuló un modelo radiocéntrico con cuatro anillos, quedando el damero sólo dentro del primer anillo. El resto del espacio urbano se articula en unidades vecinales de corte anglosajón. La “ciudad de los anillos”, como fue llamada, presentaba una fuerte y compacta imagen urbana circular, con una definición nítida hasta el cuarto anillo. Ese modelo ideal de ciudad dura hasta fines de los años 1970, cuando la planificación meramente física no puede dar respuestas a la creciente complejidad socioeconómica de la ciudad, cuyo dinamismo y actividad, derivadas de la inserción económica nacional e internacional, rompe todos los esquemas formales de la planificación, iniciándose un proceso de “sprawl criollo” que sigue actualmente. Las empresas petroleras, con capitales externos y locales, propiciaron la segregación social, construyendo algunas unidades vecinales en forma privada, con servicios completos para población de altos ingresos. Inicialmente estas inversiones se realizaron en el marco de los lineamientos del Plan, es decir, respetando el ordenamiento de las unidades vecinales y, en general, del diseño urbano vigente. Sin embargo, agotados esos espacios (o valorizados de manera muy rentable), comenzaron a surgir grandes proyectos de urbanizaciones privadas y en algunos casos cerradas, alejadas del centro, “exclusivas” y que normalmente se organizaron en torno a equipamientos recreativos de alto nivel. De esta forma, la mancha urbana que hace 20 años no pasaba de 4.000 Has., llega hoy a más de 30.000 Has. Las densidades urbanas también bajan persistentemente con el crecimiento de un área periurbana. 14 En este contexto, la nueva configuración morfológica del territorio está representada por las altas inversiones extranjeras que permiten a la globalización consolidar rápidamente las siguientes características: creciente segregación social espacial; ruptura de la trama urbana planificada, e instalación de los nuevos artefactos urbanos16. Fig. 11-A. Plano Regulador Santa Cruz de la Sierra – Bolivia, 1972/1977, Comité Departamental de Obras Públicas. Oficina Técnica del Consejo del Plan Regulador, edición de marzo de 1977. Gentileza del Arqto. Alberto Gurovich W., U. de Chile. 2.2. Fig. 11-B. Estructura urbana metropolitana de Santa Cruz de la Sierra, desplegada en la actualidad más allá del Cuarto Anillo. Fuente: Google Earth, 2007. La dimensión política: gobernancia, institucionalidad y gestión para la competitividad. De acuerdo a la revisión de autores y obras realizadas, podemos interpretar los conocimientos adquiridos y trasladarlos al caso de estudio. Esta dimensión y sus componentes tienen relación con la mirada holística, sinérgica y sistémica imprescindible para desentrañar los desafíos que supone hablar de competitividad metropolitana. Para afrontar esos desafíos, es necesario analizar el grado de gobernabilidad entendido como la capacidad de gobernar, evaluada sobre la base de indicadores como las condiciones de eficiencia, honestidad, transparencia, accountability, responsabilidad e información con que debe manejarse la administración pública y, en consecuencia, la calidad de vida de las ciudades. En este sentido, sin 16 En: De Mattos, Carlos. Transformación de las ciudades latinoamericanas: ¿Impactos de la globalización?. En: Revista EURE, Nº 85, 2002. 15 gobernancia no se puede hablar de competitividad, pues los actores y sectores competitivos requieren todos estos componentes. En 1993 se profundizó el proceso de ajuste estructural que se había gestado en 1985 con la modernización del Estado y las reformas estructurales que configuran un nuevo marco legal e institucional con la transferencia a los Gobiernos Locales (Alcaldías) y Departamentos (Prefecturas) las responsabilidades y competencias antes asumidas por el Estado central, a través de la Ley de Participación Popular. Se ha ganado bastante con las leyes desde el punto de vista teórico, pero en la práctica, vistas desde la óptica de la competitividad, se detectaron debilidades cuya solución está dirigida hacia la optimización en la gestión pública, la adquisición de destrezas competitivas y las mejoras en la calidad de vida de los habitantes de la región. El sistema de Planificación Nacional (SISPLAN) establece la coordinación, concurrencia y subsidiariedad entre los tres niveles del aparato del Estado: nacional, departamental y municipal para la elaboración de los Planes de Desarrollo. Desgraciadamente, estas disposiciones y normativas del SISPLAN no se han traducido en sustanciales mejoras en términos de planificación y buena ejecución. Es más, lo que se destaca es la ausencia absoluta de ambos elementos. Fig. 12. Paseos peatonales Fuente: www.skyscrapercity.com Fig. 13. Vista parcial de la ciudad Fuente: www.skyscrapercity.com Fig.14. Proyectos urbanos Fte.: www.skyscrapercity.com Fig.15. Áreas verdes en la ciudad Fte.: www.skyscrapercity.com 16 Fig. 16. Edificio de la Brigada Parlamentaria Cruceña Fte.: Alfredo Vásquez en: www.skyscrapercity.com Fig. 17. Lomas de arena de “El Palomar” Fte.: www.skyscrapercity.com Por otra parte, es necesaria la regulación de los comportamientos ciudadanos para su integración efectiva a la institucionalidad nacional y su participación en decisiones en todos los niveles que corresponda. Con relación a los procesos de descentralización, se trata más de una desconcentración de funciones y traspaso de competencias y recursos, aunque éstos siempre resultan escasos para cubrir todas las demandas que deben atender los gobiernos locales, siendo el caso de Santa Cruz de la Sierra el más paradigmático, en función al explosivo crecimiento demográfico y espacial. Algunos autores sostienen que la Ley de Descentralización se ha construido sobre la base de la Ley de Participación Popular, pues es ésta la que absorbe la transferencia de funciones, competencia y recursos a los Gobiernos Locales en los niveles de educación, salud, deportes, caminos vecinales y riego con un cúmulo de obstáculos. Así, ni el Gobierno Municipal ni el Regional han demostrado interés en practicar los principios de gobernabilidad, como aconsejan diversos autores. En ningún caso se ha pretendido hacer de ella el mecanismo que genere nuevas formas de acción y políticas públicas con el sistema de actores sociales. Tampoco se ha aplicado los instrumentos de gestión concertada, ni de construcción de consensos para prevenir las complicaciones ante las demandas insatisfechas de manera persistente. A pesar de los avances, el marco institucional tiene vacíos legales y jurídicos en su aplicación que impiden una eficiente gestión para una implementación integrada de políticas urbanas, periurbanas y en este contexto, metropolitanas, en función de la competitividad. La gestión y administración de los gobiernos municipales de la región y de la Prefectura son más bien deficientes, premodernas, improvisadas, permisivas, erráticas, con indicios y reiteradas denuncias de corrupción, lo que habla de una falta de transparencia y accountability. En los hechos, ninguna autoridad rinde cuanta de sus actos como funcionario público, lo que impide la fiscalización a las reiteradas denuncias de corrupción, generando un ambiente de impunidad. 17 Por un lado, la política clientelar de los partidos políticos, desperdicia y subsume a buenos profesionales y técnicos con experiencia, y por otro lado, corrompe con su habitus prebendal, impidiendo la consolidación de una administración eficiente y con acumulación de experiencia. A ello se suma el hecho de que la ciudadanía carece de información adecuada, lo que mella este derecho ciudadano debido a que los gobiernos, ya sea municipal o regional, no la proporcionan adecuadamente. En contrapartida, algunos segmentos del sector privado están consustanciados con los paradigmas de la modernización y de la globalización, sobre todo a partir de la capitalización y la apertura de la inversión extranjera directa. Es dinámico, audaz, innovador y contrae riesgos aún en sectores de pequeños productores, ya que éstos asumen tareas por cuenta propia, características que incide de manera determinante en que sea éste el departamento de mayor crecimiento económico y tenga empresas con aceptables rasgos de competitividad. Otros sectores del empresariado no logran remontar por sí solos los retos de la economía de libre mercado. En otra perspectiva, la sociedad civil como espacio de expresión de la opinión pública, en términos generales, es portadora de un arraigado sentido de pertenencia a la pujante y hasta ahora exitosa región, que llena el orgullo de sus habitantes17. Sustentan ese sentido de pertenencia con un discurso regional que enaltece “lo cruceño”. Sin embargo, la diferenciación social abarca aspectos económicos, culturales, étnicos, espaciales, entre otros. Tanto los sectores populares oriundos de la región como los inmigrantes pobres tienden a ser excluidos y marginados. Esa diferenciación impide una integración social y más bien, habla de una sociedad fragmentada, no solidaria y dispersa que impide el surgimiento y consolidación de identidades plenas y de un fuerte actor social colectivo que aglutine los intereses regionales tanto de las elites como de los sectores populares. Esas falencias impiden la construcción de ciudadanía y respeto a los derechos humanos, incluido el respeto a la identidad de los habitantes de la región. Desde el punto de vista de género existe también una marcada discriminación a la participación política de la mujer y una falta de atención a sus problemas, necesidades y demandas. Siendo las mujeres responsables de áreas tradicionalmente femeninas según el orden patriarcal, como la educación, el bienestar, la higiene, la salud y el acceso a todos los servicios, ellas están ausentes a la hora de la planificación y la gestión urbana y regional. 2.3. La dimensión económica: productividad, condiciones económicas y competitivas La base económica de Santa Cruz es muy dependiente de la explotación de sus recursos naturales, poco diversificada y su vulnerabilidad se relaciona directamente a riesgos climáticos y a los precios internacionales de sus principales commodities. Por consiguiente, es una economía emergente con exigencias de productividad que la presionan cada vez más para incursionar y/o continuar compitiendo en los mercados internacionales, pero cuyas respuestas de innovación son insuficientes. 17 En: Archondo, Rafael. El país está dividido: ¿habrá que dividirlo mejor?. En: Revista Boliviana de Ciencias Sociales TINKAZOS Nº 17, PIEB, La Paz, Bolivia, 2004. 18 Entre 1995 y 2005, el PIB de Santa Cruz representó el 35% a nivel nacional, constituyéndose en el Departamento que más aporta, donde la actividad agropecuaria es la más representativa al participar con el 42% de la población del país18. Fig. 18. El trópico de Santa Cruz de la Sierra Fte.: Skyscrapercity.com Fig. 19. Ciudad de Santa Cruz de la Sierra Fte.: www.skyscrapercity.com El Programa de Ajuste Estructural implementado desde 1985 y la apertura de mercados no ha impactado en la estructura productiva, más bien, en la década de referencia la participación del sector agropecuario se incrementó en 7,2%, y aunque el sector minero y recursos no renovables (básicamente hidrocarburos) disminuyó más del 50%, el sector primario continuó representando cerca del 29%, es decir, continúa dependiendo de los sectores extractivos, a los cuales todavía no se le ha podido dar valor agregado. Aunque la participación de la industria ha crecido, continúa representada por el sub-sector de “alimentos y bebidas” ya que registró el 56% del valor bruto de la producción manufacturera en 200319. A nivel metropolitano, las estrategias, estructuras y rivalidades de la mayoría de las empresas no contribuyen suficientemente a proporcionar un adecuado ambiente competitivo, debido a que tienen una serie de deficiencias, como concretar sus actividades en negocios tradicionales y no desarrollar empresas de productos con mayor tecnología. La estructura económica por establecimientos y empleo del área metropolitana nos muestra sus características principales y constituyen un reflejo de la base económica regional: a. Consolidación de la terciarización de la estructura sectorial; desde la década de los años 1970 no ha variado significativamente. 18 INE, Bolivia. Censo www.ine.gob.bo 19 INE, Bolivia. Op. Cit. 2001, población por organizaciones comunitarias y localidades. En: 19 b. Aumento sostenido de la informalidad del mercado de trabajo, que involucra a más del 60% de la población especialmente en actividades terciarias. c. Presencia mayoritaria de pequeñas empresas; un 50% de la población está ocupada en micro y pequeñas empresas que generan hasta cuatro empleos. La concentración en establecimientos pequeños y medianos (más del 72%) respecto de la generación de empleos, no es funcional a la generación de mayor valor agregado y competitividad en la producción metropolitana considerando que las prácticas empresariales más modernas requieren de un tamaño mínimo de escala de producción. En el sector formal, la estructura jurídica de la mayoría de las empresas es de tipo unipersonal o Sociedad de Responsabilidad Limitada, por lo que las Sociedades Anónimas son escasas. La apertura económica hacia el exterior, implementada desde 1985 por el gobierno nacional, está favoreciendo un ambiente competitivo, pues ahora las empresas regionales no solo compiten con empresas nacionales, sino también con empresas extranjeras. En este sentido, los resultados obtenidos en el primer semestre de 2004 dan cuenta de que el Producto Interno Bruto (PIB) a precios constantes creció en 3.83% en el primer trimestre de 2004; las actividades económicas que tuvieron resultados positivos son: Petróleo y Gas Natural, Transporte y Almacenamiento, Industria Manufacturera, Comercio, Agropecuaria, Administración Pública, Otros Servicios, Electricidad-gas-agua y construcción. Al contrario, los sectores que presentan comportamiento contractivo son: Minerales Metálicos y No Metálicos, Finanzas, Seguros y Comunicaciones20. Si se analiza el PIB por el lado del gasto o consumo, el 3.83% de crecimiento estuvo conformado por las exportaciones netas que contribuyeron con un 3.3% y la demanda interna con un 0.53%. Aunque por las condiciones de la demanda metropolitana -existen factores que favorecen su atractivo- todavía no se tiene una estrategia del tipo de inversión extranjera que se desea atraer hacia la misma, y los gobiernos municipales no comparten una visión estratégica común que las promuevan. Con la apertura de mercados, y ante la presencia de empresas extranjeras del mismo rubro, diversas empresas pertenecientes a los sectores más dinámicos han sido también “capitalizadas” ante la ausencia, principalmente de tecnología, mandos gerenciales y/o recursos financieros que les permita competir en una economía abierta. En este marco son inevitables los cambios en la estructura productiva de la economía regional y metropolitana, así como cambios profundos en la estructura empresarial, por cuanto la productividad, los ingresos y el empleo no podrán continuar soportando mayores niveles de informalidad y terciarización, al 20 Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (CAINCO). En: Boletín Mensual Económico Nº 20, Agosto de 2004, Santa Cruz, Bolivia. www.cainco.org.bo 20 desmejorar los términos de intercambio a nivel internacional, como consecuencia de la vulnerabilidad de la base económica regional. En el actual modelo de desarrollo económico, la responsabilidad de la estructura productiva es del sector privado, pero todavía continúa concentrada en las materias primas, por lo que se hace imperiosa la promoción de la competitividad y la diversificación de su base económica, especialmente a nivel manufacturero que mejore el acceso a mercados internacionales. Y de igual manera, en el sector privado en tanto el fortalecimiento de las atribuciones del gobierno para atender las demandas especialmente de las PYME’s, las cuales todavía no se interrelacionan con las grandes empresas. La reconversión y la modernización productiva para alcanzar la competitividad en la globalización es un imperativo. En el área metropolitana, las empresas relativamente competitivas realizan sus operaciones más a nivel de “islas de competitividad”, tipo enclaves, que como integrantes de un cluster, como consecuencia de la dualización de la economía que implica que muchos de los avances innovadores no impacten entre la mayoría de los productores y/o iniciativas empresariales pequeñas que no tienen oportunidades para utilizar mejores tecnologías y la infraestructura necesaria en su territorio21. Aunque en la última década diversos estudios a nivel nacional han recomendado impulsar “Acuerdos de Competitividad” como instrumentos de concentración público–privado para la ejecución de estrategias y políticas que promuevan la productividad, ellos no han sido implementados adecuadamente. Por tanto, la propuesta empresarial concibe al Estado como socio estratégico facilitador, cuyas acciones y funciones contribuyan al aumento de la productividad nacional. Por tanto, sostiene que “el Estado debe fortalecer la capacidad institucional de competir mediante el apoyo de universidades, centros de investigación y tecnológicos, en tanto, servir de nexo de la asistencia financiera y técnica de los organismos internacionales y países amigos, para estimular decididamente la transformación y reconversión productiva del país”. En este contexto, a nivel empresarial regional se razona que sin un país competitivo, es difícil que se generen empresas competitivas. Sin embargo, la participación del nivel regional y/o metropolitano en los acuerdos de competitividad, especialmente los municipios y la Prefectura estuvieron ausentes, aunque en la problemática y los lineamientos estratégicos de las cadenas productivas tienen importantes acciones y funciones a cumplir para alcanzar niveles locales de competitividad. No obstante los avances en el proceso de descentralización, todavía el Estado es asociado al nivel nacional; la visión del desarrollo competitivo metropolitano y/o local, es un reto por alcanzar. 21 Por ejemplo, en el caso del incipiente cluster de la leche, en el municipio de Warnes denominado “capital lechera de Santa Cruz”, en épocas de lluvias la industria láctea tiene graves problemas, principalmente por la intransitabilidad de los caminos, en la recolección de la producción lechera en los centros de acopio de los pequeños ganaderos. 21 Fig. 20. Sociedad cruceña utilizando el espacio público. Fte.: www.skyscrapercity.com 3. Conclusiones Diversos autores y estudiosos locales sostienen que entre los varios factores que aportaron el despegue de la región en los años de 1960, uno de ellos fue precisamente la existencia de un proyecto regional, coincidente en el tiempo con el proyecto nacional “marcha al oriente”. En poco tiempo la incipiente burguesía cruceña, apoyada por todos los sectores sociales, exigió para Santa Cruz su parte de los recursos del petróleo, denominada regalías, y en torno a esa reivindicación, a su manejo autónomo y a la prioridad por el desarrollo urbano -como elementos catalizadores- estructuró su proyecto colectivo regional. Este, junto con el nacional, generaron un exitoso experimento de descentralización y desarrollo regional que constituye uno de los pocos casos exitosos de América Latina, como reconoce Boisier22. En menos de 25 años, la región más pobre del país pasó a ser la más rica. Hoy está claro que ese proyecto está agotado. La acumulación diferenciada de capital ha generado grupos económicos y de poder con intereses divergentes; la riqueza no ha llegado a todos; las relaciones con el poder central, al incidir con la fuerza en las decisiones regionales, también distorsionan el modelo al generar “alianzas” con grupos locales contra los intereses regionales, ya sea mediante la politización de los partidos políticos nacionales, así como las empresas con intereses nacionales, en detrimento del interés regional. Por otra parte, desde el punto de vista de la competitividad metropolitana, la capitalización de las empresas públicas y privadas, y en general la presencia de capitales extranjeros con atisbos de globalización, merced a las transformaciones estructurales del Estado -como ya se vio en el contexto nacional- han debilitado y cuestionado, sobre todo, la identidad cultural del viejo proyecto colectivo. 22 Boiser, Sergio. Teorías y metáforas sobre el desarrollo territorial. CEPAL, Santiago de Chile, 1999. 22 La nueva realidad ha generado una sociedad cosmopolita y desorientada, que no logra elaborar una nueva visión de futuro que otorgue sustento al nuevo proyecto colectivo que actualmente se necesita y urge estructurar en la perspectiva de la competitividad. Esa necesidad y urgencia parten de la constatación de múltiples factores. Por ejemplo, como consecuencia de las altas tasas de crecimiento demográfico, la pobreza en la actualidad tiene una dimensión especialmente urbana y metropolitana. La ciudad de Santa Cruz concentra más de un 60% de la población pobre del Departamento. Sin embargo, no existe un proyecto colectivo que, en el marco de una gobernancia real, sea capaz de generar condiciones para un proceso metropolitano competitivo, y que, al mismo tiempo, brinde oportunidades reales para todos, especialmente respecto a la calidad y equidad en el acceso a bienes y servicios urbanos básicos. A raíz de las dificultades de acceso a los servicios y bienes básicos para la población metropolitana, se ha iniciado un debate sobre los efectos del “nuevo” modelo económico, respecto al desmantelado modelo anterior, basado en el Estado y las cooperativas locales de servicios públicos. El debate está orientado en dos corrientes: -la primera, concentrada en los efectos de las nuevas políticas económicas y en cómo estas, a su vez, inciden en las políticas sociales, especialmente en relación a las telecomunicaciones, energía eléctrica, recolección de basura, entre otros (parte de estos rubros han sido privatizados o capitalizados, y que cualquier proyecto futuro lo debe tomar en cuenta); - la segunda, está dirigida a un ámbito macro en el que se pone en juego la autonomía de Santa Cruz al no considerar altamente competitivos los otros centros metropolitanos de Bolivia. Si Santa Cruz, como en muchos casos anteriores, ha sido precursora al generar e implementar políticas y espacios locales para su desarrollo, un nuevo proyecto colectivo a partir de los retos de la competitividad en la globalización podrá alcanzar impactos significativos no solamente a nivel regional, sino en todo el país por su alta gravitación en la economía mundial. Finalmente, recordamos que el objetivo de este trabajo ha sido generar un espacio de discusión en el que converjan algunos elementos claves como la competitividad, el desarrollo local y/o regional, las oportunidades, entre otros, para un aporte teórico–conceptual sobre las actuales ventajas que el área metropolitana de Santa Cruz de la Sierra tiene sobre sus similares, y nos permita comprender la importancia de ser parte de la red de ciudades metropolitanas globales. 23 Bibliografía. -ALBUQUERQUE, Francisco. Manual del agente Local. CEBEM. LA Paz, Bolivia, 2000. -ARCHONDO, Rafael. 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