Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA SOBRE EL CONTEXTO SOCIO-CULTURAL DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES Quien suscribe, María de la Luz Estrada Mendoza, egresada de la maestría en Democracia y Derechos Humanos por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) con sede en México, coordinadora ejecutiva del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio y experta en temas de procuración y administración de justicia en casos de violencia contra las mujeres y feminicidio, por medio del presente acto, hago entrega del peritaje en materia de sociología sobre el contexto socio-cultural de la violencia contra las mujeres, relacionado con el caso de Nadia Alejandra Muciño Márquez. 1. JUSTIFICACIÓN La violencia contra las mujeres es una ofensa a la dignidad humana y una manifestación de las desigualdades históricas en las relaciones de poder entre mujeres y hombres, también es considerada como una forma de discriminación que impide gravemente que la mujer goce de derechos y libertades en pie de igualdad con el hombre . La Convención de Belém do Pará entiende por violencia contra la mujer “cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”. Actualmente se ha reconocido como una problemática que repercute no sólo en la víctima o en sus familiares, sino en la comunidad en general, principalmente en la población femenina, quienes ven vulnerados sus derechos y libertades al encontrarse inmersas en un contexto de inseguridad derivado de la impunidad ante la violencia. De igual forma, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH), en el Caso González y otras (“Campo Algodonero”) vs. México reconoció la existencia de homicidios dolosos de mujeres por razones de género, mejor conocidos como feminicidios. Esto representa un avance importante en la jurisprudencia internacional de derechos humanos de las mujeres, al reconocer que se cometen asesinatos en su contra por su condición de género, la cual se deriva de los significados sociales a propósito del cuerpo y vida de las mujeres que son considerados inferiores. Estas creencias se materializan en la discriminación contra las mujeres, que tiene su máxima expresión en los asesinatos Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA violentos, cometidos bajo la influencia de la misoginia de familiares o desconocidos quienes cometen actos de extrema brutalidad contra los cuerpos femeninos. El patriarcado es una forma de organización social basada en la inferiorización de las mujeres a través de toda una constelación de valores y patrones de conducta, que tiene especial influencia en las relaciones intersubjetivas del amor, el sexo, el tiempo libre, la política, el trabajo, la amistad. En nuestra cultura se puede observar a través de las prácticas del machismo que “[…] incluye la pretensión del dominio sobre los demás, especialmente las mujeres; la rivalidad entre los hombres; la búsqueda de conquistas sexuales múltiples; la necesidad constante de exhibir ciertos rasgo supuestamente viriles como el valor y la indiferencia al dolor y un desprecio más o menos abierto hacia los valores considerados femeninos.” (Castañeda, 2002: 20) La condición de las mujeres en la cultura patriarcal está basada en el control y la subordinación de sus vidas y sus cuerpos, donde además de ser concebidas como seres para los otros (Lagarde, 1993), son objeto de violencia, discriminación e invisibilidad ante las leyes y los procedimientos jurídicos. Ante esta condición histórica es que los movimientos feministas y de derechos humanos han dado la lucha por transformar la experiencia de miles de mujeres y niñas desde hace más de dos siglos. El reciente Protocolo de actuación en la investigación del delito de homicidios desde la perspectiva del feminicidio, en su apartado Homicidios de mujeres en el Estado de México, establece que el origen de los homicidios contra las mujeres es multifactorial, resaltando la violencia familiar como la más significativa dentro de los asesinatos contra las mujeres. El Estado de México presenta una tasa del 54.1% de violencia contra las mujeres, superior a la media nacional que es del 23.2% (INEGI-INM, 2008). Así mismo esta entidad ocupa el segundo lugar en el porcentaje más alto de mujeres de 15 años y más que han sufrido incidentes de violencia comunitaria: 55.1% (ENSI). Para efectos del presente peritaje, la investigación se enfocará a la problemática del feminicidio íntimo, considerado como la privación dolosa de la vida de una mujer cometida por un hombre con quien la mujer víctima tenía o tuvo una relación íntima, de convivencia, de intimidad o noviazgo, amistad, compañerismo o relaciones laborales, de vecindad, ocasional, circunstancial o afines a éstas. En esta cultura patriarcal, el feminicidio representa uno de los problemas extremos que viven las mujeres mexiquenses, al implicar violaciones a sus derechos humanos fundamentales, así como develar las condiciones de discriminación social y jurídica en que Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA viven. Los feminicidios íntimos de mujeres no sólo acaban con su vida, dejan profundas heridas en las personas que forman parte del tejido social en que vivían las mujeres, como las hijas e hijos, las madres y padres, hermanas o hermanos, entre otras. Por lo anterior el presente peritaje, pretende aportar elementos para llegar a la verdad histórica de los hechos de violencia doméstica, relacionados con la muerte de Nadia, ocurrida el 12 de febrero del 2004 en el municipio de Nicolás Romero, en el Estado de México, ya que existen elementos para determinar que su muerte es un asesinato motivado por razones de género, en un continuum de violencia ejercida por su pareja y justificada por la sociedad que la rodeaba. 2. OBJETIVOS 2.1 OBJETIVO GENERAL Evidenciar que la violencia contra las mujeres en el ámbito doméstico no REPRESENTA hechos aislados ni esporádicos, sino el resultado de la violencia estructural de discriminación que viven las mujeres en el Estado de México, que las coloca en una situación de riesgo permanente de menoscabo a su integridad, física, psicológica, libertad y vida. 2.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS 1. Desarrollar un marco conceptual y jurídico sobre la violencia contra las mujeres, desde diversas perspectivas teóricas y jurisprudenciales que permitan comprender esta problemática. 2. Analizar el contexto de violencia contra las mujeres en el Estado de México, de los últimos años. 3. Analizar y detectar el continuum de violencia que vivió Nadia, a través de indicadores que permitan determinar el riesgo de muerte en que se encontraba. 3. HIPÓTESIS 1. El continuum de violencia que vivió Nadia en su relación con Bernardo la colocó en una situación de alto riesgo, que concluyó con un feminicidio íntimo. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA 4. METODOLOGÍA Para acercarnos al estudio del caso de Nadia, esta investigación ocupó las categorías de violencia contra las mujeres y de feminicidio íntimo, como marcos conceptuales fundamentales, que permitieron orientar el análisis hacia el conocimiento de la verdad de las circunstancias que rodearon la muerte de Nadia Alejandra Muciño Márquez. Para cumplir con el objetivo e hipótesis del peritaje se desarrolló un marco conceptual y de estándares jurídicos internacionales sobre violencia contra las mujeres y feminicidio, que permitiera comprender el objeto de estudio. Así mismo se desarrolló un marco contextual que permite conocer la realidad de la violencia contra las mujeres en el Estado de México. Por último, se realizó un análisis cualitativo para medir la violencia, poniendo énfasis en los episodios violentos, el tipo de violencia, la severidad de las lesiones y la anulación de los derechos, a través de entrevistas semi-estructuradas a María Antonia Márquez y Viviana Muciño Márquez, madre y hermana de la víctima, respectivamente y el estudio y análisis de las actuaciones contenidas en el expediente de la causa. Para el análisis cualitativo desarrollamos los siguientes indicadores que permitieron comprobar nuestra hipótesis: PRIMERO: El nivel de naturalización de la violencia e interiorización de los estereotipos de género que se desarrollan a lo largo del caso de Nadia en diferentes momentos. SEGUNDO: El grado de sometimiento y dominación en que se encontraba, a partir de los diferentes tipos de violencia y el menoscabo a sus derechos. TERCERO: La presencia de indicadores de alto riesgo de muerte dentro del continuum de violencia, a partir de la metodología desarrollada por la Dra. Josette Bogantes Rojas, médica residente del Departamento de Medicina Legal de Poder Judicial de Costa Rica, quien ha identificado hechos que permiten prever situaciones de riesgo a la integridad y vida de las mujeres, a saber: ataques previos con riesgo mortal; amenazas de muerte a la víctima; la víctima está aislada o retenida por el agresor contra su voluntad o la ha estado previamente; La víctima considera que el agresor es capaz de matarla, hay abuso físico contra los hijos o hijas; la víctima está recientemente separada, ha anunciado que piensa separarse, ha existido amenaza por parte del agresor de de llevarse a sus hijos (as) más pequeños si decide separarse; abuso de alcohol o drogas por parte del agresor; aumento de la frecuencia y gravedad de la violencia; la víctima ha recibido atención en salud como consecuencia de las agresiones o ha recibido atención psiquiátrica. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA 5. MARCO CONCEPTUAL SOBRE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES Y EL FEMINICIDIO 5.1 La Violencia Contra las Mujeres La forma en que entendemos a la violencia contra las mujeres hoy día, se fundamenta en el movimiento feminista de los años 70, en los que se posicionó y resignificó el tema elaborando un concepto del patriarcado que explicitaba un sistema de dominación basado en las diferencias de sexo-género, independiente de otros sistemas de dominación (social, económica, etc.). “El sistema patriarcal presenta formas de opresión y legitimación propias y distintas, no sólo relacionadas con la desigualdad en la esfera de lo público, sino muy fundamentalmente con las prácticas que tienen lugar en la esfera de lo privado” (Sagot, 2008). En la obra Política Sexual, Kate Millet plantea que la sociedad patriarcal al igual que otras formas de dominación ejercería un control insuficiente e incluso ineficaz, de no contar con el apoyo de la fuerza, que no sólo constituye una medida de emergencia sino también un instrumento de intimidación constante (De Miguel, 2005). Con este planteamiento de Millet aporta elementos en el sentido de que la violencia contra las mujeres deja de ser un suceso, un problema personal entre agresor y víctima, para definirse como violencia estructural sobre el colectivo femenino. El proceso de socialización ha sido tan perfecto en el modelo de dominación patriarcal que, según Ana de Miguel, las mujeres de los años 60 no percibían que su exclusión de los centros de poder y, menos aún, que la violencia ejercida contra ellas fuera una amenaza colectiva, pues ésta se miraba como algo aislado que sucedía sólo a las mujeres desdichadas (De Miguel, 2005). Así mismo, Pierre Bourdieu establece que: El dominio masculino está suficientemente bien asegurado como para no requerir justificación, puede limitarse a ser y a manifestarse en costumbres y discursos que enuncian el ser conforme a la evidencia, contribuyendo así a ajustar los dichos con los hechos. La visión dominante de la división sexual se expresa en discursos como los refranes, proverbios, enigmas, cantos, poemas o en representaciones gráficas como las decoraciones murales, los adornos de la cerámica o los tejidos. Pero se expresa también en objetos técnicos o prácticos: por ejemplo, en la estructuración del espacio, en particular en las divisiones interiores de la casa o en la oposición entre la casa y el campo, o bien en la organización del tiempo (Bourdieu, 2001). Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA Por lo anterior, se puede considerar que la violencia contra las mujeres es un proceso difícil de erradicar pues se apoya en las prácticas culturales de los pueblos y su arraigo a lo largo de la historia de la humanidad. Se fundamenta también en la división socialmente construida de los sexos, por lo tanto se le confiere el carácter de normal o natural en la conducta humana. Además de que “hunde sus raíces en las relaciones de desigualdad entre los hombres y las mujeres. Los grupos humanos crean ideologías y formas de organización social que perpetúan estas relaciones de desigualdad, y la violencia se teje, precisamente, en estas ideologías y estructuras por la sencilla razón de que han proporcionado enormes beneficios y privilegios a los grupos dominantes” (Bautista, 2004:12). En cuanto a las formas de organización social, Celia Amorós destaca que su fundamento se remite a lo que llama “pactos patriarcales”, definiéndolos como las actitudes y prácticas de complicidad entre diversos individuos o grupos que se autodefinen en función de su pertenencia e identidad de grupo, “soy hombre porque soy como ellos” lo cual implica, si no poder, al menos la posibilidad de estar al lado de los que pueden, pues el poder se concibe como patrimonio del género masculino. Constituidos de esta forma, los varones se autoafirman en un correlato simbólico de prácticas serializadas enfocadas a un lugar común: el topos, configurado como un lugar de todos y ámbito transaccional, en tanto que es tierra de nadie. El topos, así constituido es la mujer, que configurada como lugar práctico-simbólico, resulta ser objeto de violencia (Amorós, 1990). En el texto Violencia contra la mujer y pactos patriarcales, Amorós lo ejemplifica claramente en un caso real en que un “Juez aduce como atenuante ¿eximente? de una violación, el que la mujer, al colocarse en un automóvil entre dos varones ‘se puso en disposición de ser usada sexualmente’”, pues como ya se afirmó arriba la mujer es, ante todo, un topos o lugar simbólico de uso sexual por parte de cualquier individuo que pertenezca al conjunto de los varones. Este caso sirve también para ilustrar cómo el Juez, en su atributo de operador de justicia, sanciona y vuelve explícito el pacto entre los varones tal como se entiende e interpreta en la lógica de los pactos patriarcales (Amorós, 1990). Queda así claramente visible el alto grado de discriminación que experimenta la mujer, pues no sólo se le reconoce como objeto susceptible de violencia sino que también se le inculpa o responsabiliza, siguiendo la lógica del caso antes mencionado, de la violencia ejercida en su contra. De esta manera se legitiman las relaciones de dominación a tal grado que la sociedad naturaliza e invisibiliza los actos violentos del grupo dominante. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA Otro aporte del movimiento feminista de la década de 1970 fue, según Montserrat Sagot (2008), romper el mito de la violencia contra las mujeres como un asunto privado, y hasta normal dentro de la dinámica familiar y humana, por lo que debía mantenerse fuera del alcance de la justicia y de la intervención del Estado. Hoy en cambio, es considerado un problema público que requiere la intervención de diversos profesionales, legisladores, políticos y de un marco internacional de protección. Por lo expuesto, la aportación del feminismo ha sido vital para deconstruir el modelo de dominación sexista, pues ayuda a ubicar la problemática en las relaciones de poder, producto de un sistema estructural de opresión de género. Así, la violencia contra la mujer no se puede ubicar como una situación natural, coyuntural ni casual, sino como un asunto histórico, político y de derechos, que ha producido relaciones asimétricas entre los géneros. En esta asimetría a las mujeres les ha tocado la peor parte: la negación de sus derechos fundamentales. A través de las valoraciones socioculturales de la diferencia sexual se establece la supremacía de lo masculino sobre lo femenino, originando una posición de desventaja para las mujeres, que se traduce en un menor acceso a recursos, oportunidades y toma de decisiones. Por lo anterior podemos afirmar que la violencia contra las mujeres es la manifestación extrema de las desigualdades históricas en las relaciones de poder entre mujeres y hombres, presentes en casi todas las sociedades. La falta de poder material y simbólico en las mujeres las coloca en situaciones de sometimiento y subordinación frente a los varones, quienes ejercen poder sobre ellas de distintas maneras, como la violencia física o psicológica, las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación de la libertad y, hasta, de la vida. Todos los actos de violencia tienen en común el objetivo del sometimiento y el control de las mujeres, por lo que se trata de un ejercicio de poder mediante la fuerza (Bourdieu, 2001) y, hasta las formas más sutiles como el lenguaje. Lo anterior explica por qué para la antropóloga Nieves Rico: “La violencia contra las mujeres se encuentra anclada en las construcciones de poder que ordenan las relaciones sociales entre mujeres y hombres, las que asociadas a las diferencias biológicas entre los sexos, naturalizan roles y funciones, posiciones y jerarquías sociales asignados según la condición genérica. Se trata de un tipo particular de violencia, que arraigada profundamente en la cultura, opera como mecanismo social clave para perpetuar la interiorización y subordinación de las mujeres, en tanto el ejercicio de poder se considera patrimonio genérico de los varones” (Nieves, 2004:15). Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA Esta naturalización de la violencia contra las mujeres se lleva a cabo desde la propia comunidad “que la legitima a través de la interiorización, tanto en ellos como en ellas, de los estereotipos de género, en función de los cuales las mujeres son discriminadas y relegadas a un papel secundario bajo la autoridad masculina” (Lameiras, 2009:123). Un estereotipo es una preconcepción generalizada surgida a partir de adscribir a las personas ciertos atributos, características o roles, en razón de su aparente pertenencia a un determinado grupo social. Específicamente, los estereotipos de género están relacionados con las características sociales y culturalmente asignadas a hombres y mujeres, a partir de las diferencias físicas basadas en su sexo. Si bien los estereotipos afectan tanto a hombres como a mujeres, tienen un mayor efecto negativo en las mujeres, pues históricamente la sociedad les ha asignado roles secundarios, socialmente menos valorados y jerárquicamente inferiores. En los informes de la Relatoría Especial sobre la Violencia contra la mujer entre los años 1994 y 2000 se logró articular el discurso feminista sobre la violencia con el de derechos humanos (Johnstone, 2006). En tales documentos se estableció que la violencia contra las mujeres es la expresión brutal de la discriminación de género, tiene su origen en el espacio doméstico y se proyecta a la esfera pública. Además de constituir un dispositivo eficaz y disciplinador de las mujeres en su rol subordinado, lo que la convierte en un componente fundamental en el sistema de dominación, no un mero acto de abuso individual. Para abundar sobre los espacios donde se reproduce la violencia contra las mujeres es importante establecer que actualmente se reconoce que esta violencia presenta una diversidad de formas en continua transformación, pues mientras algunas cobran mayor importancia, otras se han ido deslegitimando, como la violencia en el ámbito familiar, debido a los cambios culturales, al reconocimiento de derechos en el ámbito internacional y a la emancipación de las mujeres. Ante este panorama las principales manifestaciones de violencia contra la mujer se clasifican de conformidad con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la cual considera, en su artículo 6°, seis tipos de violencia contra las mujeres: I. La violencia psicológica. Es cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica, que puede consistir en: negligencia, abandono, descuido reiterado, celotipia, infidelidad, insultos, humillaciones, comparaciones devaluación, destructivas, marginación, rechazo, indiferencia, restricción a la Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA autodeterminación y amenazas, las cuales conllevan a la víctima a la depresión, al aislamiento, a la devaluación de su autoestima; II. La violencia física. Es cualquier acto que inflige daño no accidental, usando la fuerza física o algún tipo de arma u objeto que pueda provocar o no lesiones ya sean internas, externas, o ambas; III. La violencia patrimonial. Es cualquier acto u omisión que afecta la supervivencia de la víctima. Se manifiesta en: la transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos, documentos personales, bienes y valores, derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades y puede abarcar los daños a los bienes comunes o propios de la víctima; IV. La violencia económica. Es toda acción u omisión del Agresor que afecta la supervivencia económica de la víctima. Se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas, así como la percepción de un salario menor por igual trabajo, dentro de un mismo centro laboral; V. La violencia sexual. Es cualquier acto que degrada o daña el cuerpo y/o la sexualidad de la Víctima y que por tanto atenta contra su libertad, dignidad e integridad física. Es una expresión de abuso de poder que implica la supremacía masculina sobre la mujer, al denigrarla y concebirla como objeto, y VI. Cualesquiera otras formas análogas que lesionen o sean susceptibles de dañar la dignidad, integridad o libertad de las mujeres. Además, esta ley considera cinco modalidades en las que se expresa la violencia contra las mujeres, las cuales son: la violencia en el ámbito familiar, la violencia laboral y docente, la violencia comunitaria, la violencia institucional. Cabe destacar, que esta ley también considera la forma extrema de violencia de género contra las mujeres,producto de la violación de sus derechos humanos, en los ámbitos público y privado, conformada por el conjunto de conductas misóginas que pueden conllevar impunidad social y del Estado y puede culminar en homicidio y otras formas de muerte violenta de mujeres, considerada como la violencia feminicida. Sin embargo, para el desarrollo del presente peritaje únicamente abordaremos la violencia en el ámbito familiar (doméstica) y la violencia feminicida. Asimismo, la forma extrema de violencia que acaba con la vida de las mujeres es el reconocido como feminicidio, considerado como los asesinatos violentos de mujeres cometidos por varones y que expresa misoginia, discriminación y odio hacia ellas. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA Es importante reconocer que las mujeres, al encontrarse relegadas al mundo privado— espacio en el que se producen las principales violaciones a sus derechos—, quedan excluidas de la protección del Estado. Charlotte Bunch ha señalado que esta dicotomía entre las esferas pública y privada se ha utilizado de manera amplia para justificar la subordinación de las mujeres y para excluir del escrutinio público los abusos en materia de derechos humanos cometidos en el ámbito privado (Gómez Isa, 2003). Sin embargo, en el discurso de derechos humanos para dar cuenta de los espacios en los que la violencia basada en el género se ejerce, se alude a la familia, la comunidad y el Estado como los espacios en los que las vidas de las mujeres transcurren, y por tanto donde sufren la violencia, independientemente de que sea ejercida por funcionarios o autoridades públicas o por terceros privados. Es por ello que la Recomendación General No 19, de la CEDAW, sobre violencia contra las mujeres, reconoce que ésta ocurre tanto en el ámbito público como en el privado, en tiempos de normalidad o durante períodos de conflicto armado, que puede perpetrarse tanto por autoridades públicas como por actores no estatales, y que en ambos casos el Estado tiene obligaciones que cumplir (Naciones Unidas, 1992). Por tanto, el Estado es responsable por los actos que cometan privados si falla en ejercer debida diligencia para prevenir, investigar, sancionar y compensar los actos de violencia, situación refrendada a nivel jurisprudencial con el caso Velázquez-Rodríguez. 5.2 La violencia familiar o doméstica y su expresión extrema, el feminicidio Si bien la violencia doméstica ha sido un fenómeno que ha acompañado a las mujeres a lo largo de su historia, ésta acaparó toda la atención del movimiento de mujeres en la medida que permitía visibilizar la discriminación de que eran objeto en un ámbito no protegido por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Situación que logró se cristalizar a partir de los años noventa cuando fue posible visibilizar a la violencia contra las mujeres en el espacio público a la par con la que se ejercía en el ámbito privado, con ello se logró develar el carácter sistémico y estructural de ésta. De acuerdo a la Relatoría Especial sobre la Violencia contra la mujer: “… la violencia doméstica es una poderosa herramienta de dominación. La violencia contra las mujeres en general y la doméstica en particular, son componentes esenciales en sociedades que oprimen a las mujeres, dado que esta violencia no sólo se origina sino que también sostiene los estereotipos de género dominantes y Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA se utiliza para controlar a las mujeres en el único espacio tradicionalmente dominado por las mujeres, el hogar” (Naciones Unidas, 1996). “La preponderancia de la ideología familística dentro y fuera de las paredes del hogar arraiga a las mujeres en roles de cónyuges y madres e impide su acceso a roles no tradicionales. Esta ideología expone a las mujeres a la violencia tanto dentro como fuera del hogar reafirmando su status de dependiente en particular entre mujeres pobres y trabajadoras, y exponiendo a aquellas que no encajan o adscriben a los roles tradicionales a crímenes de odio basados en el género. Esta estigmatización nutre y legitima la violencia contra las mujeres” (Naciones Unidas, 1999). Lo anterior nos sirve para establecer que la relación entre violencia doméstica/privada y violencia pública sugiere un continuum en el uso de la violencia como mecanismo de control sobre las mujeres. Este continuum de la violencia contra las mujeres no puede ser conceptualmente capturado si no se comprende que los perpetradores operan sobre la base de formas de relaciones de género previamente establecidas, que sólo se exacerban en estos contextos. De esta manera, la violencia contra las mujeres se normaliza y naturaliza haciéndose aceptable e inevitable (Naciones Unidas, 2006a). Debemos a Liz Kelly (1988) la formulación del concepto continuum de violencia contra las mujeres, pues desde esa perspectiva, la violación, el incesto, el abuso físico y emocional, el acoso sexual, el uso de las mujeres en la pornografía, la explotación sexual, la esterilización o la maternidad forzada, etc., son reconocidas como expresiones distintas de la opresión de las mujeres y no fenómenos inconexos. En el momento en que cualquiera de estas formas de violencia resulta en la muerte de la mujer, ésta se convierte en feminicidio. El feminicidio es, por lo tanto, la manifestación más extrema de este continuum de violencia. El concepto de feminicidio presenta múltiples variantes, pero es necesario destacar que éstas tienen un referente común en la categorización que hace Diana Russell sobre ésta, la autora utilizó el término por vez primera ante el Tribunal Internacional sobre los Crímenes contra la Mujer en 1976, para definir de esta manera a las formas de violencia extrema contra la mujer. En 1990, junto a Jane Caputi, Russell redefine el feminicidio como “el asesinato de mujeres por hombres motivado por el odio, desprecio, placer o sentido de posesión hacia las mujeres” (Russell y Harmes, 2006: 77). Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA Posteriormente, en el 2001, Russell y Roberta Harmes definirán el feminicidio como “El asesinato de personas del sexo femenino por personas del sexo masculino debido a su condición de ser personas del sexo femenino”. En esta definición se buscó abarcar todas las manifestaciones del machismo masculino, no sólo el odio. Así mismo se amplió la base de motivos sexistas, como el placer, deseos sádicos o suposición de propiedad sobre las mujeres (Russell y Harmes, 2006: 77-78). También se remplazó el término de mujeres por el de personas del sexo femenino, pues con esto se buscó reconocer el hecho de que las niñas y bebés del sexo femenino también podían ser víctimas del feminicidio (Russell, 2008). En ese sentido de la misma manera en que se mata a una persona por su raza, nacionalidad, religión u orientación sexual, señala Russell, se asesina a una persona por razón su género. El sustento ideológico que justifica tal acción lo constituye el sexismo, productor de desigualdades en que las diferencias biológicas entre las mujeres y los hombres se usan políticamente para avalar la superioridad de los hombres frente a las mujeres. El sexismo es la ideología que asigna a los varones y las mujeres comportamientos y esferas de acción diferentes, cuya transgresión es motivo de hostilidad, discriminación, sanción y violencia, que pueden terminar con la vida de las mujeres. El sexismo, según nos dice Borrillo, cumplirá el papel de “guardaespaldas del género masculino reprimiendo cualquier comportamiento, gesto, deseo que desborde las fronteras ‘impermeables’ de los sexos” (2001: 95). Con esa función represora, el feminicidio adquiere un sentido preponderante, pues, al igual que la violación, es una forma de terrorismo que funciona para alentar y hacer efectiva la dominación masculina y hacer que todas las mujeres se sientan crónica y profundamente inseguras (Rusell, 2001:117). La tipología del feminicidio se debe a que la mayoría de investigaciones que se han realizado sobre el tema se referían a asesinatos cometidos por la pareja íntima. La importancia de la clasificación del feminicidio ayuda a entender, por un lado, la relación entre la víctima y el agresor, y por el otro, el tipo de agresión cometido hacia el cuerpo de la mujer. En su extenso trabajo sobre el feminicidio, Russell desarrolló una tipología debido a que la mayoría de investigaciones que se han realizado sobre el tema se referían a asesinatos cometidos por la pareja íntima, a los que Karen Stout (1991) definió como el asesinato de mujeres por sus parejas íntimas masculinas, apreciación que amplió Myrna Dawson y Gartner (1998) al precisar que no sólo se debe considerar a la pareja actual, sino a parejas Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA anteriores, parejas en unión libre o novios (Russell y Harmes, 2006: 83-84). En sus más recientes trabajos Russell ha desarrollado una clasificación del feminicidio que contempla el feminicidio íntimo, cometido por el marido, la pareja, el novio o el amante, sean los actuales o anteriores. Es importante que ante hechos de violencia doméstica que han llevado al asesinato de una mujer, la autoridad debe de estar sensibilizada para hacerse de los antecedentes de violencia que nos permitan reconstruir los hechos como la frecuencia, la intensidad, las características de los tipos de violencia de que era objeto, la severidad de las lesiones y como este cúmulo de violencia culmina con el hecho de ser asesinada. Cuando se vive violencia doméstica por parte de la pareja, su finalidad es mantener sometida a la mujer al control y dominio del agresor. El feminicidio es un entramado que: - Re eja la asimetría que existe en las relaciones de poder entre mujeres y varones. - Nutre la subordinación y devaluación de lo femenino frente a lo masculino. - Niega los derechos de las mujeres. - Reproduce la inequidad entre los sexos. - Termina con la vida de las mujeres. La explicación del feminicidio, se encuentra en el dominio de género caracterizado tanto por la idealización de la supremacía masculina como por la opresión, discriminación, explotación y, sobre todo, exclusión social de niñas y mujeres, legitimado por una percepción social desvalorizadora, hostil y degradante de las mujeres. La arbitrariedad e inequidad social se potencian con la impunidad social y del Estado en torno a los delitos contra las mujeres, lo cual significa que la violencia está presente de formas diversas a lo largo de la vida de las mujeres antes del homicidio y que, aún después de perpetrado el homicidio, continúa la violencia institucional y la impunidad. Julia Monárrez, en su análisis sobre la situación de violencia extrema contra las mujeres en Ciudad Juárez, define el feminicidio como: “el asesinato de mujeres cometido por hombres desde su superioridad de grupo; tiene que ver –dice el autor- con los motivos, con las heridas que se infligen en el cuerpo de la mujer…”; o como: “el asesinato de mujeres por razones asociadas con su género. El feminicidio es la forma más extrema de violencia de género, entendida ésta como la violencia ejercida por los hombres contra las Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA mujeres en su deseo de obtener poder, dominación o control. Incluye los asesinatos producidos por la violencia doméstica y la violencia sexual”. El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, ha determinado que los feminicidios son el resultado de la violencia cometida en contra de las mujeres, son actos cometidos por la misoginia, la discriminación y el odio hacia este género, donde familiares o desconocidos realizan actos de extrema brutalidad sobre los cuerpos de las víctimas, en un contexto de permisividad del Estado quien, por acción u omisión, no cumple con su responsabilidad de garantizar la integridad, la vida y la seguridad de las mujeres. De acuerdo con lo anterior, se pretende que los feminicidios se legitimen a través de los estereotipos de género, tan profundamente arraigados en nuestra cultura. Es por ello que los feminicidios no deben ser comprendidos como una explosión de violencia, es decir, como hechos aislados, sino como el extremo de un “continuum” de violencia hacia las mujeres que incluye diversas formas de humillación, desprecio, maltrato físico y emocional, hostigamiento, abuso sexual, incesto, abandono y aceptación de que las mujeres y niñas mueran como resultado de actitudes discriminatorias o de prácticas sociales violatorias a su integridad. En el año 2006, el Consejo Centroamericano de Procuradores de Derechos Humanos (CCPDH) y el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH) definieron el femicidio como la muerte violenta de mujeres, por el hecho de ser mujeres, y agregaron que éste constituye la mayor violación a los derechos humanos de las mujeres y el más grave delito de violencia contra las mismas. En el año de 2009, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH), definió como feminicidios: “los homicidios de mujeres por razones de género”, considerando que éstos se dan como resultado de una situación estructural y de un fenómeno social y cultural enraizado en las costumbres y mentalidades y que estas situaciones de violencia están fundadas en una cultura de violencia y discriminación basada en el género”. La misma Corte (CoIDH) consideró en su fallo, que la investigación de este tipo de crímenes implica obligaciones adicionales para los Estados: “…el deber de investigar efectivamente… tiene alcances adicionales cuando se trata de una mujer que sufre una muerte, maltrato o afectación a su libertad personal en el marco de un contexto general de violencia contra las mujeres…”. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA De acuerdo con la CoIDH, cuando un ataque contra una mujer es motivado por un asunto de discriminación, por el hecho de ser mujer, es particularmente importante que la investigación sea realizada con vigor e imparcialidad, ya que existen dos obligaciones adicionales para resolver estos crímenes: reiterar continuamente la condena de los crímenes por razones de género a la sociedad y para mantener la confianza de la población en la habilidad de las autoridades de protegerlas de la amenaza de violencia. 6. MARCO JURÍDICO DE PROTECCIÓN A LAS MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA Los estándares mínimos para garantizar el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia y discriminación, se encuentran consagrados en numerosos instrumentos jurídicos nacionales e internacionales de protección a los derechos humanos. Con la reforma constitucional en materia de derechos humanos del 20111 se reitera, conforme al artículo 1º, el reconocimiento de la jerarquía constitucional de los tratados internacionales para la interpretación de las normas relativas a los derechos humanos, bajo el principio pro personae, fortaleciendo con ello la supremacía constitucional de los tratados internacionales establecida en el artículo 133, y fortalecida a través de la evolución del criterio de interpretación del mismo artículo, realizado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación hasta antes de la reforma. En este sentido, el establecimiento a través de la reforma constitucional, de la obligación de interpretar las normas relativas a los derechos humanos bajo el principio pro personae, constituye un paso muy importante, en el entendido que este principio implica que la interpretación jurídica siempre debe buscar el mayor beneficio para la persona. Otra cuestión relevante de la reforma constitucional, en relación con el caso que nos ocupa, es el establecimiento de la obligación expresa de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad; ya que reitera que el Estado debe prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley2. 1 Diario Oficial de la Federación, Decreto por el que se modifica la denominación del Capítulo I del Título Primero y reforma diversos artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, publicado el 10 de junio de 2011. 2 CPEUM, artículo 1. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA Asimismo, en materia de acceso a la justicia para las mujeres, deben considerarse los principios adoptados a partir de la reforma constitucional de 2008 al sistema de justicia penal, mediante la cual se establece, entre otros, que el proceso penal tendrá por objeto el esclarecimiento de los hechos, proteger al inocente, procurar que el culpable no quede impune y que los daños causados por el delito se reparen3. Con esta reforma, se establece la obligación del Estado de garantizar el respeto y observancia de los derechos de las víctimas, contemplados en el artículo 20, apartado C de la CPEUM, entre los cuales destaca la obligación de garantizar la protección de víctimas, ofendidos y testigos; así como el derecho de solicitar las medidas cautelares y providencias necesarias para la protección y restitución de sus derechos. En lo que respecta al marco jurídico internacional en materia de protección a los derechos humanos, éste se encuentra conformado por los diversos instrumentos internacionales pertenecientes a los sistemas Interamericano y Universal de Derechos Humanos, entre los cuales se encuentran, la Declaración Universal de Derechos Humanos4; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP)5; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC)6; la Convención para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW)7, la Declaración Americana de Derechos Humanos8; la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH); la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, “Belém do Pará”9; entre otros. Este marco jurídico establece para los Estados Parte, las obligaciones de respeto y garantía de los derechos humanos, el cual conforma un marco de protección general para todas las personas, y en algunos casos, un marco de protección específico por el tipo de violaciones a derechos, o por la pertenencia a ciertos grupos de la población que se encuentran en un estado de vulnerabilidad debido a situaciones específicas, como las mujeres, a quienes los Estados han reconocido como un sector que históricamente ha sido colocado en una situación de desigualdad y discriminación en relación con los hombres. Por lo que se refiere al Sistema Universal de Derechos Humanos, la Declaración Universal de Derechos Humanos constituye uno de los antecedentes más importantes en el 3 CPEUM, artículo 20, apartado A. 4 Formulada en 1948. http://www.un.org/es/documents/udhr/ 5 Adoptado en 1966. http://www2.ohchr.org/spanish/law/ccpr.htm 6 Adoptado en 1976. http://www2.ohchr.org/spanish/law/cescr.htm 7 Adoptada en 1979. http://www2.ohchr.org/spanish/law/cedaw.htm 8 Formulada en 1948. http://www.cidh.org/Basicos/Basicos1.htm 9 Adoptada en 1994. http://www.oas.org/juridico/spanish/tratados/a-61.html Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA reconocimiento de los derechos humanos; para el caso en análisis, resaltan ciertas disposiciones a considerarse, como su artículo 3, el cual afirma que “[t]odo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. También, en su artículo 7 señala que “[t]odos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley”. Por su parte, en su artículo 8 se declara que “[t]oda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley”. Entre los instrumentos con mayor fuerza vinculante para los Estados destaca el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el cual reconoce derechos fundamentales como el derecho a la vida, a que ninguna persona sea sometida a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes; prohíbe la esclavitud en todas sus formas; asimismo, reconoce el derecho a la igualdad y protección sin discriminación ante la ley y las garantías procesales ante los tribunales que incluyen no sólo a las personas acusadas de alguna conducta ilegal, sino de las personas que acuden ante éstos para hacer exigibles sus derechos, como es el caso de las mujeres víctimas de violencia. En su artículo 2, prohíbe la discriminación en razón del sexo e impone a los Estados Parte la obligación de garantizar que toda persona cuyos derechos o libertades hayan sido violados, podrá interponer un recurso efectivo. A nivel regional, la Convención Americana de Derechos Humanos es el instrumento vinculante más importante. Señala de manera expresa, la obligación de respetar y garantizar el libre y pleno ejercicio a toda persona de los derechos y libertades consagrados en ella10. En este sentido reconoce, entre otros, el derecho a la vida; a la integridad personal; a la no esclavitud ni servidumbre, incluyendo la prohibición de la trata de mujeres; derecho a la libertad y seguridad personales; a la igualdad y no discriminación ante la ley; a la honra y dignidad; y derechos especiales para niños, niñas y adolescentes11. Resulta importante señalar también, respecto a esta convención, los derechos a las garantías judiciales y del debido proceso12 y a la protección judicial13. Asimismo, un 10 Convención Americana de Derechos Humanos, ratificada por México en 1981, artículo 1. 11 Ibídem, artículos 4, 5, 6, 7, 11, 19 y 24. 12 Ibídem, artículo 8. 13 Ibídem, artículo 25. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA derecho fundamental para las víctimas, es el establecimiento de la obligación a los Estados de reparar el daño ante la violación a alguno de sus derechos14. En cuanto al reconocimiento específico de los derechos de las mujeres, en diciembre de 1979 fue aprobada en la ONU la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW por sus siglas en inglés), la cual fue ratificada por México el 23 de marzo de 1981. Con la ratificación de esta Convención, México se comprometió a implementar los estándares para eliminar la discriminación contra las mujeres, entendida ésta como “toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural, civil o en cualquiera otra esfera”15. El artículo 2 del mismo instrumento, establece que los Estados deben eliminar esta discriminación adoptando “medidas adecuadas, legislativas y de otro carácter, con las sanciones correspondientes [y] establecer la protección jurídica de los derechos de la mujer sobre una base de igualdad con los del hombre y garantizar, por conducto de los tribunales nacionales competentes y de otras instituciones públicas, la protección efectiva de la mujer contra todo acto de discriminación”. La violencia contra las mujeres y las niñas es una forma de discriminación por motivos de género que vulnera los derechos humanos fundamentales. Organismos de las Naciones Unidas como el Comité de la CEDAW, el Comité de Derechos Humanos, el Consejo de Seguridad y la Asamblea General, han adoptado resoluciones exhaustivas en las que se subraya la importancia de la intervención del Estado a todos los niveles para prevenir y, en último término, eliminar la violencia contra la mujer16. Al interpretar el término “discriminación”, el Comité de la CEDAW, en su Recomendación General No 1917, concluyó que incluía la violencia de género, al afirmar que ésta, es la violencia dirigida contra la mujer porque es mujer o que la afecta en forma desproporcionada. Incluye actos que infligen daños o sufrimientos de índole física, mental 14 Ibídem, artículo 63. 15 Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), artículo 1. 16 http://www.endvawnow.org/es/articles/815-generalidades.html 17 Recomendación General Nº 19 (11º período de sesiones, 1992) La violencia contra la mujer. Párr. 16. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA o sexual, amenazas de cometer esos actos, coacción y otras formas de privación de la libertad. Asimismo, este Comité rechaza las justificaciones tradicionales o religiosas de la violencia de género, pues considera que “las actitudes tradicionales, según las cuales se considera a la mujer como subordinada o se le atribuyen funciones estereotipadas perpetúan la difusión de prácticas que entrañan violencia o coacción”, como la violencia y los malos tratos en la familia. Esos prejuicios y prácticas, señala, pueden llegar a justificar la violencia contra la mujer como una forma de protección o dominación. El efecto de dicha violencia sobre su integridad física y mental es privarla del goce efectivo, el ejercicio y aún el conocimiento de sus derechos humanos y libertades fundamentales. Es importante señalar que el mismo Comité recomienda que los Estados adopten todas las medidas jurídicas y de otra índole que sean necesarias para proteger eficazmente a las mujeres contra la violencia, entre ellas, medidas jurídicas, penales, civiles y compensatorias, medidas preventivas, como campañas públicas de información, y medidas de protección, como refugios y servicios de apoyo para las víctimas y las mujeres que se encuentren en peligro de serlo. Por su parte, el Comité de Derechos Humanos -creado a través del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos- en su Observación General 2818, declaró que los Estados tienen la responsabilidad de asegurar el disfrute de los derechos en condiciones de igualdad y sin discriminación alguna. Hizo notar, también, que los Estados Parte deben cerciorarse de que no se utilicen las actitudes tradicionales, históricas, religiosas o culturales como pretexto para justificar la vulneración del derecho de la mujer a la igualdad ante la ley y al disfrute en condiciones de igualdad de todos los derechos previstos en el Pacto. Por su parte, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha aprobado varias resoluciones sobre la intensificación de los esfuerzos encaminados a eliminar todas las formas de violencia contra la mujer. Entre ellas, la Resolución 61/14319, en la que se insta a los Estados a que “articulen un enfoque sistemático e integral del problema, revisando las leyes y normas relacionadas con la violencia contra las mujeres y las niñas, preparando las modificaciones o revisiones necesarias, poniendo fin a la impunidad frente a los actos de violencia mediante el procesamiento de los responsables, facilitando formación a los 18Observación General No. 28: Igualdad de derechos entre hombres y mujeres ( artículo 3). 03/29/2000. CCPR/C/21/Rev.1/Add.10. Párrs. 4 y 5. 19 Resolución 61/143 aprobada por la Asamblea General,. Intensificación de los esfuerzos para eliminar todas las formas de violencia contra la mujer. 2007. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y a la judicatura, y asignando los recursos necesarios a estas iniciativas”. Otro instrumento internacional que aporta al sustento jurídico para el enfoque del presente análisis, es la Declaración de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer20, en la cual se reconoció que la causa más profunda de la violencia contra la mujer es la subordinación de ésta en la sociedad, al indicarse que “la violencia contra la mujer constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a la dominación de la mujer y a la discriminación en su contra por parte del hombre e impedido el adelanto pleno de la mujer, y que la violencia contra la mujer es uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la mujer a una situación de subordinación respecto del hombre …”. Otro instrumento fundamental para efectos de nuestro análisis, lo constituye la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de Belem do Pará), adoptada en la OEA en 1994, En noviembre de 1998, México ratifica la cual establece, de manera más específica, las bases para la atención de la violencia contra las mujeres y la define como “cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito de lo público como en el privado”21. Según el artículo 2 de la misma Convención, esta violencia incluye la violencia física, sexual y psicológica y prevé entre uno de los ámbitos en los que ocurre cuando tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio que la mujer, y que comprende, entre otros, violación, maltrato y abuso sexual. También establece que toda mujer tiene “derecho a una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado”. En su artículo 4, reconoce los derechos a que se respete su vida, integridad física, psíquica y moral, así como su libertad y seguridad personales; se declara que toda mujer tiene derecho “a un recurso sencillo y rápido ante los tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos. 20 Resolución de la Asamblea General 48/104 del 20 de diciembre de 1993. 21 Convención de Belém do Pará, artículo 1. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA Con base en su artículo 7º, obliga a los Estados Parte a tomar medidas para la prevención, atención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres. Señala que éstos deben ejercer la diligencia debida para enjuiciar, castigar y prevenir esa violencia, y deben “incluir en su legislación interna normas penales, civiles y administrativas, así como las de otra naturaleza que sean necesarias para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer y adoptar las medidas administrativas apropiadas que sean del caso”. Asimismo, refiere las obligaciones inmediatas del Estado en casos de violencia contra las mujeres, incluyen procedimientos, mecanismos judiciales y legislación encaminada a prevenir la impunidad, así como medidas para proteger a las mujeres de actos de violencia inminentes. 22 Igualmente, tiene relación con el artículo 2 de la CEDAW, el cual afirma como obligación fundamental de los Estados parte, establecer la protección jurídica de los derechos de la mujer sobre una base de igualdad con los del hombre y garantizar, por conducto de los tribunales nacionales competentes y de otras instituciones públicas, la protección efectiva de la mujer contra todo acto de discriminación”23 . Como se mencionó anteriormente, aunado a las obligaciones emanadas directamente de los tratados internacionales, existen estándares establecido a partir de recomendaciones o resoluciones emitidas por los organismos de derechos humanos, como los Comités y Relatorías de la ONU y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, o en la jurisprudencia de los tribunales internacionales, como la de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH). En este sentido, se ha interpretado que existe un vínculo entre la discriminación, la violencia contra la mujer y la debida diligencia, por lo tanto, es un deber de los Estados enfrentar y responder a la violencia contra la mujer, lo que implica tomar medidas para 22 Se identifican en particular las siguientes: 1. Abstenerse de cualquier acción o práctica de violencia contra la mujer y velar por que las autoridades, sus funcionarios, personal y agentes e instituciones se comporten de conformidad con esta obligación. 2. Actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la mujer. 3. Incluir en su legislación interna normas penales, civiles y administrativas, así como las de otra naturaleza que sean necesarias para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer y adoptar las medidas administrativas apropiadas que sean del caso. 4. Adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor a abstenerse de hostigar, intimidar, amenazar, dañar o poner en peligro la vida de la mujer de cualquier forma que atente contra su integridad o perjudique su propiedad. 5. Tomar todas las medidas apropiadas, incluyendo medidas de tipo legislativo, para modificar o abolir leyes y reglamentos vigentes, o para modificar prácticas jurídicas o consuetudinarias que respalden la persistencia o la tolerancia de la violencia contra la mujer. 6. Establecer procedimientos legales justos y eficaces para la mujer que haya sido sometida a violencia, que incluyan, entre otros, medidas de protección, un juicio oportuno y el acceso efectivo a tales procedimientos. 23 CIDH. Acceso a la Justicia para Mujeres Víctimas de Violencia Sexual en Mesoamérica. OEA/ser.L/V/II. 9 de diciembre de 2011, parr. 39. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA prevenir la discriminación que perpetúa este grave problema24. Los Estados deben adoptar las medidas necesarias para modificar los patrones de comportamiento sociales y culturales de hombres y mujeres, y eliminar los prejuicios y las prácticas consuetudinarias y de otra índole basadas en la premisa de la inferioridad o superioridad de uno de los sexos, y sobre los roles estereotipados que se imponen tanto a los hombres como a las mujeres. Por su parte, en su jurisprudencia, la CoIDH ha afirmado que el deber de garantía del acceso a la justicia en condiciones de igualdad, comporta cuatro obligaciones: la prevención, la investigación, la sanción, y la reparación de toda violación de los derechos humanos, con el fin de prevenir la impunidad25. También, los sistemas de derechos humanos han identificado ciertos grupos de mujeres expuestos a un riesgo particular de sufrir actos de violencia, debido a formas de discriminación que sufren por más de un factor, como las niñas y las mujeres pertenecientes a ciertos grupos étnicos, raciales y minoritarios; lo que debe ser considerado por los Estados en la adopción de medidas para prevenir todas las formas de violencia26. Es preciso señalar que existen recomendaciones emitidas por los organismos de derechos humanos que han sido dirigidas a nuestro país, principalmente, en relación con los feminicidios documentados en Ciudad Juárez y Chihuahua, como resultado de visitas in loco y la publicación de informes en materia de acceso a la justicia y la violación a los derechos humanos de las mujeres27. 24 Naciones Unidas, Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, Resolución de la Asamblea General 48/104, 20 de diciembre de 1993, A/RES/48/104, 23 de febrero de 1994, Artículos 3 y 4; Naciones Unidas, Comité CEDAW, Recomendación General 19, La violencia contra la mujer, Doc. HRI/GEN/1//Rev.1, 1994, párrs. 1, 11, y 23; CIDH. Informe No. 4/01, Maria Eugenia Morales de Sierra vs Guatemala, 19 de enero de, 2001, párr. 44. 25 Corte IDH. Caso Velásquez Rodríguez vs Honduras. Sentencia de 29 de julio de 1988. 26 Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Consejo de Derechos Humanos, Acelerar los esfuerzos para eliminar todas las formas de violencia contra la mujer: garantizar la diligencia debida en la prevención, A/HRC/14/L.9/Rev.1, 16 de junio de 2010, párr. 10. CIDH, Las Mujeres Frente a la Violencia y la Discriminación Derivadas del Conflicto Armado en Colombia, OEA/Ser/L/V/II.124/Doc.6, 18 de octubre de 2006, párr. 140. CIDH. Acceso a la Justicia para Mujeres Víctimas de Violencia en las Américas, OEA/Ser.L/V/II, 20 de enero de 2007, párr. 272. Naciones Unidas, Comité CEDAW, Recomendación General 25, referente a medidas especiales de carácter temporal, ONU Doc./CEDAW/C/2004/I/WP.1/Rev.1 (2004), sección II, párr. 12. 27 Véase: NU. Informe de la misión de la Relatora especial sobre las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, E/CN.4/2000/3, Add.3, 25 de noviembre de 1999; NU. Informe de la misión del Relator especial sobre la independencia de magistrados y abogados, E/CN.4/2002/72/Add.1, 24 de enero de 2002; CIDH. Situación de los derechos de la mujer en Ciudad Juárez, México: el derecho a no ser objeto de violencia y discriminación, OEA/Ser.L/V/II.117, Doc.44, 7 de marzo de 2003; Amnistía Internacional, México: Muertes intolerables, diez años de desapariciones y asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez y Chihuahua, AMR 41/027/2003; NU. Informe de la Comisión de Expertos Internacionales de la Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA Asimismo, existen tres sentencias contra el Estado mexicano emitidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por su responsabilidad en la violación a derechos humanos de las mujeres, en los casos de feminicidio del Campo Algodonero28, y los casos de violencia sexual cometidos por militares29. Entre los resolutivos de dichas sentencias, se establecen criterios que deben ser implementados en el sistema de justicia mexicano, para proteger y garantizar los derechos humanos de las mujeres y el efectivo acceso a la justicia. En este sentido, la CoIDH, en el caso de “Campo Algodonero”, reconoce que la violencia de género ocurre en un contexto de discriminación sistemática contra la mujer. Ésta tiene sus raíces en conceptos referentes a la inferioridad y subordinación de las mujeres, resaltando que la violencia de género, incluyendo los asesinatos, secuestros, desapariciones y las situaciones de violencia doméstica e intrafamiliar “no se trata de casos aislados, esporádicos o episódicos de violencia, sino de una situación estructural y de un fenómeno social y cultural enraizado en las costumbres y mentalidades” y que estas situaciones de violencia están fundadas “en una cultura de violencia y discriminación basada en el género”. Respecto al marco normativo nacional, México ha creado diversas leyes en el ámbito federal como la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, de 2003, que tiene como objeto “prevenir y eliminar todas las formas de discriminación que se ejerzan contra cualquier persona (…), así como promover la igualdad de oportunidades y de trato”30. Organización de las Naciones Unidas, Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, sobre la Misión en Ciudad Juárez, Chihuahua, México, noviembre de 2003; NU. Informe de México producido por el CEDAW bajo el artículo 8 del Protocolo Facultativo de la Convención y respuesta del Gobierno de México, CEDAW/C/2005/OP.8/MEXICO, 27 de enero de 2005; NU. Informe de la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, Yakin Ertürk, Integración de los derechos humanos de la mujer y la perspectiva de género: la violencia contra la mujer, Misión a México, E/CN.4/2006/61/Add.4, 13 de enero de 2006. 28 Corte IDH. Caso González y otras (“Campo Algodonero”) vs. México, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 16 de noviembre de 2009, Serie C N° 205. 29 Corte IDH. Caso Fernández Ortega y otros vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 30 de agosto de 2010; Serie C No. 215; Caso Rosendo Cantú y otra vs. México, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 31 de agosto de 2010, Serie C No. 216. 30 Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 11 de junio de 2003, artículo 1°. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA A su vez, la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres de 2006, cuyo objeto es “regular y garantizar la igualdad entre mujeres y hombres y proponer los lineamientos y mecanismos institucionales que orienten a la Nación hacia el cumplimiento de la igualdad sustantiva en los ámbitos público y privado, promoviendo el empoderamiento de las mujeres”31, constituye otra de las disposiciones que forman parte del fundamento del presente análisis. Por su parte, en 2007 se publica la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), la cual tiene por objeto “establecer la coordinación entre la Federación, las entidades federativas y los municipios para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, así como los principios y modalidades para garantizar su acceso a una vida libre de violencia que favorezca su desarrollo y bienestar conforme a los principios de igualdad y no discriminación”32 y define los tipos y ámbitos de la violencia contra las mujeres. Independientemente de la existencia de un amplio marco jurídico de protección y garantía, es preciso reconocer que, si bien la problemática de la violencia contra las mujeres se debe a un factor estructural histórico de asimetrías de género, ésta agudiza la situación de exclusión y discriminación en función de los siguientes factores33: 1. Impunidad: reconocida como la ineficiencia de las instancias de justicia debido a la corrupción y la protección de los responsables. En el caso específico de la violencia contra las mujeres se conjugan la misoginia y la corrupción, lo que hace imposible la administración y procuración de justicia a mujeres víctimas de violencia y feminicidio. 2. Violencia institucional: son los actos u omisiones de las y los servidores públicos de cualquier orden de gobierno que discriminen o tengan como fin dilatar, obstaculizar o impedir el goce y ejercicio de los derechos humanos de las mujeres, así como su acceso a políticas públicas destinadas a prevenir, atender, investigar, sancionar y erradicar los diferentes tipos de violencia (Cámara de Diputados, 2010). 3. Estigmatización de las víctimas por parte de las autoridades: esto es la recurrente descalificación de los funcionarios públicos al inculpar a las víctimas de provocar la violencia al argüir que las mujeres eran drogadictas, sexoservidoras o delincuentes 31 Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 2 de agosto de 2006, artículo 1°. 32 Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), publicada en el Diario Oficial de la Federación el 1° de febrero de 2007, artículo 1. 33Una Mirada al Feminicidio en México 2009 - 2010. Informe del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio. 2010. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA ligadas al crimen organizado, y por tanto no merecen gozar de los derechos que sí son reconocidos para las mujeres “normales”, situación que sin duda denota una expresión de la discriminación. En lo que respecta al marco normativo local, la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de México, en su título segundo intitulado “De los principios constitucionales”, reconoce el principio de igualdad, haciendo distinción entre derechos, libertades y garantías; reconoce de manera particular la igualdad de mujeres y hombres ante la ley; hace la prohibición expresa de la discriminación por cualquier motivo que atente contra la dignidad humana, incluyendo el género; y establece al Estado la obligación de garantía de dichos principios (igualdad y no discriminación)34. Entre las normas de la entidad que tienen un marco de protección importante en contra de la discriminación contra las mujeres puede mencionarse la Ley para la Protección de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes35, entre sus objetivos se encuentra el garantizar y promover el ejercicio de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, así como fijar los lineamientos y establecer las bases para la instrumentación y evaluación de las políticas públicas y de las acciones de defensa y representación jurídica, asistencia, provisión, prevención, protección y participación para la promoción y vigencia de los derechos de las niñas, niños y adolescentes36. Otra norma importante en el tema de violencia contra las mujeres es la Ley para Prevenir, Combatir y Eliminar actos de Discriminación en el Estado de México 37, la cual tiene como objeto “prevenir y eliminar toda forma de discriminación que se ejerza en contra de cualquier persona, para proteger el goce y ejercicio de sus derechos fundamentales […], así como promover condiciones de equidad e igualdad de oportunidades y de trato” y establece la responsabilidad a todos los poderes públicos del Estado, ayuntamientos, organismos auxiliares y autónomos, de su observancia38. Por su parte, en septiembre de 2008 se publicó la Ley para la Prevención y Erradicación de la Violencia Familiar del Estado de México, cuyo objeto es “establecer medidas concretas 34 Constitución Política del Estado Libre y Soberano de México, Decreto N° 72, publicado el 24 de febrero de 1995, artículo 5. 35 Publicada en la Gaceta del Gobierno del Estado de México el 10 septiembre 2004. 36 Ley para la Protección de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, artículo 2. 37 Publicada en la Gaceta del Gobierno del Estado de México el 17 de enero de 2007. 38 Ley para Prevenir, Combatir y Eliminar actos de Discriminación en el Estado de México, artículos 1 y 2. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA de protección integral con la finalidad de salvaguardar la vida, la libertad, la integridad física, psicológica, sexual y patrimonial de los miembros de la familia, por parte de aquellas con las que tengan un vínculo familiar”. Uno de los avances de esta ley, es reconocer como violencia familiar cuando ésta se cometa por personas con las que se haya tenido relación de noviazgo, pareja o matrimonio39. Finalmente, la Ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia del Estado de México40, al igual que la Ley General, tiene por objeto “establecer la coordinación [en este caso] entre el Gobierno del Estado y los gobiernos municipales, para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres”. A diferencia de otras, es una ley dirigida específicamente a prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y garantizar el acceso a la justicia. En su artículo 2, establece de manera más puntual, otros objetivos que no son contemplados por la LGAMVLV, como lo son el “garantizar la protección institucional especializada de las mujeres víctimas de la violencia de género, así como, de sus hijas e hijos”; “establecer, promover, difundir y ejecutar la política integral de gobierno para la prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas, […] para la atención de las víctimas de cualquier tipo o modalidad de violencia de género, así como de la sanción y la reeducación de las personas agresoras” o “favorecer la recuperación y la construcción del pleno goce de los Derechos Humanos para las mujeres y las niñas víctimas de violencia de género”. Por su parte, en lo relacionado con la violencia feminicida, esta Ley establece acciones claras y específicas ante ésta, como la obligación de “investigar las violaciones a los derechos de las mujeres y sancionar a las personas responsables”; de rehabilitación y satisfacción, la primera entendida como “la prestación de servicios jurídicos, médicos y psicológicos especializados y gratuitos para la recuperación de las víctimas”, mientras que la segunda “[s]on las medidas que buscan una reparación orientada a resarcir los daños físicos y psicológicos de las víctimas de violencia”. Es decir, con base en todo lo anterior, se puede concluir este apartado reconociendo que existe una diversidad de esfuerzos colectivos y compromisos asumidos por los diferentes niveles de gobierno, así como una amplia normatividad internacional, de prevención, 39 Ley para la Prevención y Erradicación de la Violencia Familiar del Estado de México, artículos 1 y 2. 40 LAMVLVEM, publicada el 20 de noviembre de 2008. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA atención y sanción para la erradicación de la violencia contra las mujeres; sin embargo, este flagelo se mantiene activo y representa un grave daño en las sociedades contemporáneas, desde los episodios en el ámbito familiar, hasta la violencia institucionalizada; por lo que la consideración de este bagaje normativo constituye una obligación y una oportunidad para garantizar a la familia Muciño Márquez su derecho a acceder a la justicia, a través de una interpretación integral y con perspectiva de género de todo este marco de protección a los derechos humanos de las víctimas. 7. MARCO CONTEXTUAL SOBRE LA PROBLEMÁTICA DE LA VIOLENCIA EN EL ESTADO DE MÉXICO En los últimos años en el Estado de México se han manifestado problemáticas que repercuten en violaciones graves de los derechos humanos, principalmente las que se refieren a la violencia contra las mujeres. En 2006, el documento Panorama de violencia contra las mujeres en el Estado de México, arrojó importantes datos sobre la violencia contra las mujeres en el ámbito privado. Con dicha información se pudo saber que el 61% de las mujeres, mayores de 15 años, han vivido eventos violentos por parte de su pareja; proporción que se ubicó arriba del promedio nacional, que fue del 47%. En el mismo documento las agresiones hacia las mujeres por parte de su pareja se agruparon en emocionales, económicas, físicas y sexuales. De tal forma se pudo determinar que del total de mujeres que habían sufrido violencia: el 79.1% padeció violencia emocional, el 35.2% violencia económica, el 46% violencia física (golpes o agresiones con armas) y el 18% violencia sexual. En cuanto a la violencia extrema que sufren las mujeres mexiquenses el documento señala que: “…las situaciones que ponen en riesgo la integridad física y emocional de las mujeres, así como los señalamientos sobre graves consecuencias, permiten identificar plenamente a las mujeres que viven violencia severa, considerando los siguientes criterios: cuando las agresiones adquieren mayor intensidad, de tal forma que las mujeres necesitan apoyo médico o intervenciones quirúrgicas para superar los daños infligidos; el hecho violento tiene como resultado una lesión grave o la pérdida de un ser querido; el ataque tiene como posibilidad atentar contra la vida de la mujer; el despojo patrimonial que limita la libertad de las Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA mujeres y agrega un factor importante de vulnerabilidad; y el abuso sexual por medio de la violencia física.” Atendiendo a estos criterios, en la entidad, de 1.8 millones de mujeres casadas o unidas que son violentadas a lo largo de su relación, 29.0% han sufrido agresiones extremas, porcentaje que está por arriba del que se presenta a nivel nacional. En el Estado de México, 513 063 mujeres casadas o unidas a lo largo de su relación han sufrido violencia de extrema gravedad. De ellas, 50.2% han requerido de atención médica e incluso han tenido que operarse para superar los daños ocasionados por las agresiones; 48.3% han sido pateadas por su esposo o pareja; a 26.9% de ellas las han amarrado, tratado de ahorcar o asfixiar, atacado con cuchillo o navaja, o les han disparado con un arma. Esta situación coloca a las mujeres en una situación de total vulnerabilidad y las expone a un mayor riesgo de muerte por actos violentos en su contra. Cada vez existe mayor evidencia de los crímenes contra mujeres y niñas en la entidad mexiquense, esta situación se ha venido documentando a partir del 2000 como se establece en el documento Violencia Feminicida en 10 entidades de la República Mexicana, publicado en 2006. En dicho informe se asienta que 1,288 niñas y mujeres fueron asesinadas en cuatro años, 2000-2003, por homicidios dolosos y culposos en el Estado de México. Esto llevó a que varias organizaciones se dieran a la tarea de documentar los feminicidios registrados en la entidad, una de ellas ha sido el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) que —en 2007, 2008 y el primer semestre de 2009—, documentó 472 asesinatos de niñas y mujeres en el Estado de México. Lo que demuestra claramente las huellas de la discriminación en la forma en que se encontraban los cuerpos inertes. Lo anterior se confirma con el reporte de la Comisión Estatal de Derechos Humanos del Estado de México, que en 2009 reportó que desde el 2005 hasta el 14 de agosto de 2009, 672 mujeres habían sido asesinadas en el estado, varias de ellas de manera violenta al presentar huellas de tortura y de abuso sexual. Estos informes son una herramienta útil para acercarnos a la problemática del feminicidio en la entidad mexiquense. Así, en uno de sus más recientes documentos (Una mirada al feminicidio 2009-2010), el OCNF documenta varios aspectos que nos pueden ayudar a comprender las características de los feminicidios cometidos en contra de las mujeres por parte de sus parejas. Es importante señalar que el OCNF Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA basa su estudio en los datos proporcionados por la Procuraduría General de Justicia del Estado de México. Con dicha información se ha podido afirmar que los homicidios dolosos cometidos contra mujeres, en el periodo de enero del 2005 a agosto del 2010, suman 922. Además es importante resaltar que el 54% de los asesinatos violentos de mujeres se concentraron en 10 de los municipios más poblados, éstos son: Ecatepec de Morelos (118 casos), Nezahualcóyotl (71 casos), Tlalnepantla de Baz (53 casos), Toluca (45 casos), Chimalhuacán (42 casos), Naucalpan de Juárez (40 casos), Tultitlán (35 casos), Ixtapaluca (31 casos), Valle de Chalco (30 casos) y Cuautitlán Izcalli (25 casos). Cabe resaltar que del total de los asesinatos cometidos en dicho periodo, en el 36% de los casos los cuerpos de las víctimas fueron hallados en su casa, un claro indicador de que el crimen pudo haber sido perpetrado por la pareja de la víctima, lo cual se puede reforzar con el dato proporcionado por la autoridad en donde indica que el 35% de los asesinatos de mujeres fueron cometidos por una persona cercana a la víctima (pareja, familiar o conocido). A lo anterior se suma el hecho de que el 29% de las víctimas eran mujeres dedicadas al hogar. La anterior situación se corrobora con lo dicho en el reciente Protocolo de actuación en la investigación del delito de homicidios desde la perspectiva del feminicidio, en donde se afirma, en su apartado “Homicidios de mujeres en el Estado de México”, que el origen de los homicidios contra las mujeres es multifactorial, resaltando la violencia familiar como la más significativa dentro de los asesinatos contra las mujeres, aunque no se menciona el número de casos que corresponden a este indicador. Otro aspecto importante a considerar son las declaraciones de las autoridades de procuración de justicia de la entidad, referentes a este tema, tal como lo destacó el procurador Bazbaz cuando afirmó que “los 172 casos que se presentaron el 2008 se debieron principalmente a que hay una relación estrecha entre la víctima y el victimario, y en su mayoría son debido a discusiones conyugales” (Niega Bazbaz que Edomex sea primer lugar en feminicidios, 2009). Esto nos ayuda a comprender las características de un feminicidio íntimo cuando el cuerpo de la víctima usualmente es hallado en una casa habitación y el móvil de crimen se relaciona con el uso excesivo de la violencia, como medio de control y sometimiento de la víctima por parte de hombres con quienes la víctima tenía algún tipo de relación de confianza —esposo, hermanos, tíos, abuelos, hijo—. Otro aspecto a considerar es la edad de las víctimas del feminicidio, pues en el caso del Estado de México el 46% de las víctimas tenían entre 11 y 30 años de edad. Con lo Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA anterior podemos afirmar que las mujeres adolescentes y jóvenes son las que corren un mayor riesgo. Esta vulnerabilidad la viven las mujeres como un estado de indefensión debido a que la propia sociedad las coloca en mayor desventaja según los contextos, cultura, edad, sexo, el origen étnico y la falta de acceso a un sistema de procuración de justicia que garantice la igualdad de género (Kraus, Arnoldo, 2007). Con todos los datos anteriores se ha podido establecer la gravedad de la problemática en el Estado de México, por lo cual recientemente se logró que se tipificara o reconociera la figura del feminicidio. Sin embargo, esta nueva etapa a partir de su reconocimiento, poco a abundado en la seguridad de las mujeres mexiquenses, pues la Procuraduría del estado reportó 79 casos ocurridos de marzo de 2011 a mayo de 2012, en los que en el 36.7% el feminicidio fue realizado por el concubino o esposo de la mujer. Es decir, se sigue manteniendo el mismo nivel de los últimos años. 8. HECHOS DEL CASO Nadia Alejandra Muciño Márquez conoció a Bernardo López Gutiérrez en el año de 1997, cuando ella tenía 17 años y estudiaba la carrera técnica de computación, él de 22 años, era conductor de un microbús. Comenzaron una relación sentimental y en ese mismo año decidieron vivir en unión libre. Un año después procrearon a Carlos Rafael, después a José Uriel y dos años después a Fernanda, todos de apellido López Muciño. En 1998, mientras Nadia se encontraba embarazada de Carlos, Bernardo la golpeó por primera vez, desde entonces, Nadia y sus hijos, principalmente Carlos, sufrieron constantemente de violencia física y psicológica por parte de él. Bernardo no trabajaba de manera constante e impedía que Nadia lo hiciera, lo cual producía problemas económicos que ocasionaban discusiones entre la pareja, las cuales culminaban en agresiones y golpes contra Nadia. La casa de Bernardo donde vivía Nadia quedaba cerca de la casa de la señora María Antonia Márquez Hernández, madre de Nadia, quien le daba trabajo de bordado, oficio con el que mantenía a sus hijos e hija. Al principio, Bernardo aceptaba que Nadia trabajara, sin embargo, llegó un momento en el que se lo prohibió, aunque ella continuó trabajando a escondidas de él. La madre de Nadia sólo la veía, si acaso, una vez por semana. Cuando Nadia informó a Bernardo que se encontraba embarazada de Fernanda (su hija menor), fue víctima de múltiples agresiones físicas, como golpes y patadas. Por la precaria situación económica en la que vivía, María Antonia y su esposo pagaron los gastos hospitalarios por el parto a su hija. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA Para el año 2003, debido a la situación económica tan adversa y díficil, Nadia decidió buscar un trabajo fijo, a pesar del desacuerdo de Bernardo, por lo que entró a trabajar a una boutique como cajera. Por esta razón, Nadia dejaba a sus hijos por las mañanas en casa de su madre -la señora María Antonia- para que los cuidara mientras ella trabajaba, y los recogía entre las siete u ocho de la noche, después de terminar su jornada laboral. Así comenzó una rutina por alrededor de una semana, hasta que el día martes 27 de mayo del 2003, Nadia, como de costumbre, pasó a dejar a los niños a casa de su madre pero ya no regresó por ellos. Ese día, Nadia pasó a su casa para preparar la comida antes de recoger a sus hijos, en esa ocasión encontró a Bernardo teniendo relaciones sexuales con una sobrina de él, por esta razón, Bernardo al sentirse sorprendido, junto con la mujer, golpearon a Nadia, y en represalia la mantuvo privada de su libertad durante seis días. Ante la desaparición de Nadia, la señora María Antonia comenzó su búsqueda, acudiendo al Centro de Apoyo a Personas Extraviadas o Ausentes (CAPEA) dependiente de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, a diversos centros del Servicio Médico Forense (SEMEFO), agencias del Ministerio Público del Distrito Federal y hospitales; incluso Bernardo la acompañó en tres ocasiones a la Cruz Roja de Naucalpan y Tlalnepantla, Estado de México. Los padres y familiares de Nadia continuaron con su búsqueda por varios municipios de la entidad, María Antonia decidió pedir ayuda al Lic. Martin Sobreyra, entonces candidato a la presidencia municipal de Nicolás Romero, y quien conocía a Bernardo por los nexos políticos que tenía la familia de éste. Sobreyra le pidió a María Antonia que llevaran a su oficina a Bernardo, platicaron a solas, cuando salió Bernardo, Sobreyra se despidió de María Antonia y éste sólo le dijo que le preguntara a Bernardo dónde estaba Nadia. Fue por esa razón que comenzaron a sospechar de este último. Ese domingo fueron a la Procuraduría de Tlalnepantla, sin embargo, les dijeron que regresaran al siguiente día a primera hora. María Antonia iba a ir a CAPEA nuevamente, por lo que solicita a Bernardo que acudiera a Tlalnepantla. Ella le pidió a Bernardo que pegara volantes en el paradero donde él trabajaba y le pregunta si había acudido a la Procuraduría en Tlalnepantla, respondiendo él que “no había llegado la chava”. Esta respuesta no convenció a la familia de Nadia, por lo que María Antonia le pidió a la hermana de Nadia que fuera al paradero a cerciorarse de que estuvieran pegados los volantes, fue así como se dieron cuenta de que Bernardo no lo había hecho. Por lo anterior, la familia de Nadia comenzó a buscarla cerca de su domicilio, Bernardo se dio cuenta de esto y decidió liberar a Nadia, le dio dinero y la amenazó para que no Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA regresara, bajo amenza de daño a Carlitos, hijo mayor de ambos. Nadia se fue a Teziutlán, Puebla donde vivía la madre de María Antonia, y fue entonces cuando se comunicó con su madre, para informarle lo que había sucedido. El 5 de junio de 2003, Nadia denunció la privación ilegal de la libertad en la Agencia del Ministerio Público del municipio de Nicolás Romero, la cual fue radicada bajo el número de expediente VNR/III/1501/2003. Dos semanas después de la denuncia, le informaron que la Averiguación Previa había sido enviada al municipio de Atizapán de Zaragoza, Estado de México, en donde posteriormente la mandan a archivo y después desaparece por varios años. Nadia regresó a Puebla, ahora con sus hijos y estuvo ahí por casi tres meses, sin embargo, Bernardo la buscó y la obligó a regresar a su casa. Nadia fue a buscar a su madre una semana después, le comentó que Bernardo estaba cambiando,sin embargo debido a la denuncia presentada en su contr, tiempo despúes la violencia contra Nadia y sus hijos se agudizo, al grado que en una ocasión la atacó con un cuchillo, intentando matarla, hecho que fue denunciado ante el DIF municipal. En esta ocasión, Nadia se fue a vivir por dos semanas a casa de su mamá; sin embargo, tuvo que regresar por las amenazas de Bernardo de dañar a sus hijos, sobre todo a Carlos, razón por la que Nadia tenía mucho miedo y así lo hizo. No obstante, Nadia ya había decidido dejar a Bernardo e irse a vivir a Teziutlán, Puebla nuevamente, los padres de Nadia le ofrecieron su casa pero ella no aceptó por temor a las amenazas de su esposo, decidió “aguantar” hasta que el ciclo escolar de la/os niña/os terminara. La señora María Antonia vio a Nadia por última vez el 10 de febrero de 2004. El día 12 de febrero de 2004, la hermana de Bernardo -Victoria López Gutiérrez- se presentó en casa de la señora María Antonia para informarle que Nadia estaba muerta. Días después, los hijos de Nadia, quienes quedaron al cuidado de María Antonia, comenzaron a mostrar comportamientos extraños, manifestando que habían observado como su padre Bernardo y tió Isidro alias “El Matute”, después de haber golpeado a Nadia, la habían colgado de una viga del baño, privandola así de su vida. 9. ANÁLISIS DEL CASO Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA 9.1 Naturalización e Interiorización El presente capítulo tiene como finalidad acreditar cómo a través de los diversos hechos de violencia que sufrió Nadia por su condición de mujer, se fue generando un contexto de vulnerabilidad que propició su asesinato considerado como un feminicidio íntimo. Cuando se vive violencia doméstica su finalidad es mantener sometida a la mujer al control y dominio del agresor. De acuerdo a la Relatoría Especial sobre la Violencia contra la mujer: “… la violencia doméstica es una poderosa herramienta de dominación. La violencia contra las mujeres en general y la doméstica en particular, son componentes esenciales en sociedades que oprimen a las mujeres, dado que esta violencia no solo se origina sino que también sostiene los estereotipos de género dominantes y se utiliza para controlar a las mujeres en el único espacio tradicionalmente dominado por las mujeres, el hogar” (Naciones Unidas, 1996). La CoIDH al resolver la Sentencia del Campo Algodonero ha interpretado que la violencia contra las mujeres “no se trata de casos aislados, esporádicos o episódicos de violencia, sino de una situación estructural y de un fenómeno social y cultural enraizado en las costumbres y mentalidades” (CoIDH, 2009: 40), basado en una cultura de discriminación de género, por tanto la autoridad debe estar sensibilizada para hacerse de los antecedentes de violencia que nos permitan reconstruir los hechos a partir de la frecuencia, la intensidad, las características de los tipos de violencia de que era objeto, la severidad de las lesiones y cómo estos hechos constatan el continuum de violencia en que vivió Nadia inmersa a lo largo de su relación con Bernardo. Esta persistencia de la violencia es posible por las relaciones de desigualdad entre los hombres y las mujeres. Particularmente Celia Amorós señala que la violencia ejercida sobre las mujeres en tanto que son mujeres es la denominada “violencia sexista” o “violencia patriarcal” que se encuentra estructurada en las desigualdades históricas de las relaciones de poder entre mujeres y hombres, presentes en casi todas las sociedades. A través de las valoraciones socioculturales de la diferencia sexual se establece la supremacía de lo masculino sobre lo femenino, originando una posición de desventaja para las mujeres que se traduce en un menor acceso a recursos, oportunidades y toma de decisiones. El sistema patriarcal presenta formas de opresión y legitimación propias y distintas, no sólo relacionadas con la desigualdad en la esfera de lo público, sino muy Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA fundamentalmente con las prácticas que tienen lugar en la esfera de lo privado (Sagot), como la familia. Al analizar la relación entre Nadia y Bernardo a partir de las testimoniales y antecedentes con que se cuenta, permiten identificar formas de relación desigual, en donde se establece la supremacía de lo masculino sobre lo femenino. Esto se ve reflejado en las dinámicas asimétricas que sucedieron en la relación entre Nadia y Bernardo, y que se vieron reforzados por el entorno familiar de él. Un episodio narrado por María Antonia, madre de Nadia, refleja la socialización de los roles de discriminación, donde el sometimiento de la mujer y la violencia en su contra, se encuentra normalizada, y por tanto legitimada por la propia familia. “…lo que pasa es que en la familia de Bernardo el pegarle a las mujeres es normal, o sea, todas las esposas de los hermanos son golpeadas, todas, incluso la mamá de ...Bernardo, hasta en el tiempo que, pues yo tenía contacto, ... la señora era golpeada y te estoy hablando de una señora anciana, su esposo todavía le pegaba...” En la cultura patriarcal se establece la dominación de los hombres sobre las mujeres, a través de un proceso de socialización donde se internaliza en el inconsciente, la función social que se le asigna a la mujer y al hombre, por lo cual la sociedad le exige a la mujer un comportamiento específico, que se expresa en la “obligatoriedad” de la mujer de ocuparse de las tareas de la casa, la reclusión de ésta en el espacio doméstico, la progresiva limitación de su desarrollo y la negación de su capacidad de tomar decisiones autónomas y la consideración de ésta como un objeto, entre otras. Lo anterior se visibiliza a través del siguiente episodio: “…Nadia se daba a aprender, …se daba a hacerlo, … a que la suegra le enseñara a hacer todas esas labores, …incluso sacaban el agua, te digo, son terrenos ejidales, no tenían todos los servicios, ...tenía que sacar el agua de pozo, …pero el agua de pozo estaba lejos y tenía que acarrear el agua en la burra, en una burra y ahí sacaba el agua, pues para cubetas, ... y acarreaba el agua con la burra, todo eso Nadia lo hacía, ...probablemente mal porque pues no, no sabía realmente hacer esas tortillas y fíjate que es increíble pero ese fue el pretexto para que la señora se molestara…” Nadia no cumple con el estereotipo y la función familiar que se le ha impuesto por Bernardo y su familia, ya que en ésta se encuentran interiorizados y naturalizados los estereotipos de discriminación contra las mujeres. Sin embargo, ella realiza un esfuerzo a fin de adaptarse a dicho rol tradicional de la mujer. A pesar de ese intento Nadia no Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA cumple con el estereotipo de una mujer dedica al hogar, por tanto, surgieron mecanismos de control como respuesta de Bernardo y su familia, que se expresan a través de conductas coercitivas que se manifiestan en el abuso físico y emocional (Torres, 2004:419). Los mecanismos de control a que fue sometida Nadia se pueden detectar en el testimonio de su madre: “Si, pero no nada más Bernardo sino que también la criticaba la suegra y todos,… en una ocasión, llega Victoria a la casa de, de Nadia y ella andaba, …aseando la casa, … y con su jumper, entonces empieza a reclamar, cómo así y ... la ofendió, le dijo cosas muy feas, ¿no?, entonces no conforme con eso la agarra y le empieza a romper la ropa y le dice, quítatelo inmediatamente, quítatelo, entonces Nadia le contesta, porqué, estoy en mi casa, yo no quiero quitármelo, ...entonces, la señora la agarra y le, le rompió el vestido… “…le prohibía trabajar, entonces ...para que no saliera, porque te digo que ése era el problema de que la familia ...no estaba de acuerdo tampoco en que Nadia saliera de la casa, yo mandaba a Viviana, le digo, ‘ve a ver a tu hermana’, le mandaba trabajo para que bordara…una ocasión Bernardo se dio cuenta, le rompió su trabajo y me fue a reclamar, me fue a reclamar, me dice, ‘sabe qué, no le esté dando trabajo a su hija porque yo la mantengo’…” “…fue cambiando, ya la falda ya, dejaron de usarse, después ya ni los pantalones de mezclilla los podía usar, empezó a usar pants pero te hablo de pants grandotes y aguados, muy, muy flojos, así se empezó a vestir Nadia y, este, y ya después empezó a llegar ...con marcas, ella lo ocultaba… “…traía las marcas del cinturón, siempre le pegaba con el cinturón y después, …en una ocasión le pegó con el cinturón pero con la hebilla y le cortó, le cortó, le cortó, le cortó la piel y, pues la lastimó, en esa ocasión la lastimó, le dio por todo el cuerpo, le, el tobillo, el tobillo le lastimó, su tobillo, con la hebilla,…. ya eran constantes pretextos para, para pelear con ella…” La violencia doméstica a la que fue sometida Nadia, implicó un mecanismo de control a lo largo de toda su relación con Bernardo, que posteriormente tuvo como consecuencias el menoscabo de sus derechos a la integridad física y psicológica y a su vida, como lo refiere Jorge Corsi, al señalar que la violencia doméstica tiene la finalidad de mantener o incrementar la subordinación de la mujer. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA 9.2. Sometimiento y Dominación En una relación inequitativa, siempre está presente el abuso del poder, a través del uso de la fuerza física y psicológica como instrumento de sometimiento, con el fin de intimidar psicológicamente o anular física, intelectual y moralmente a la pareja, según ha establecido Duque Rodríguez y Weinstein. Lo anterior, ha sido reconocido así por la propia Relatora Especial sobre Violencia contra la Mujer, al plantear que la causa más profunda de la violencia contra la mujer es la subordinación de ésta en la sociedad, ya que constituye un dispositivo eficaz y disciplinador de las mujeres en su rol subordinado, lo que la convierte en un componente fundamental en el sistema de dominación. Es importante destacar que esta subordinación de las mujeres se va logrando por medio de diversas dinámicas de sometimiento, consistentes en diversas formas de ejercicio de violencias, como lo son aquellas reconocidas tanto a nivel internacional como en la LGAMVLV, en particular la violencia física, psicológica, sexual, económica y patrimonial. Estas formas de violencia, es posible encontrarlas a lo largo de toda la relación entre Nadia y Bernardo, las cuales permiten visibilizar tres formas de violencia que estuvieron presentes, a saber, la violencia física, la psicológica y la económica. Por lo que se refiere a la primera, Nadia sufrió de agresiones físicas que eran evidentes porque el daño producido dejaba una marca en el cuerpo de ella. En éstas se incluyen: los golpes, las heridas, las cachetadas, los pellizcos, los aventones, etc., que pudieron ser realizadas por diversos objetos o el propio cuerpo de su agresor. Lo anterior se constata en la declaración de María Antonia Márquez Hernández, en calidad de testigo de identidad de fecha 13 de febrero de 2004, que consta en el expediente de la causa, en donde refiere: “...que su hija Nadia siempre había sido golpeada por su esposo, y que en fecha 18 de mayo del 2003, su hija Nadia estaba desaparecida, y que después de una semana la encontró, y misma que le manifestó que su esposo la había tenido privada de su libertad por el transcurso de una semana, debido a que la había golpeado muy fuerte y la quería matar, de donde le dejaron una cicatriz muy grande en uno de sus brazos, y que todo el tiempo la amenazaba de muerte a la hoy occisa y a sus menores hijos...”. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA Estos hechos de violencia física se refuerza en palabras de María Antonia, quien ejemplifica las agresiones que sufría su hija a través del siguiente relato: “ ...se embaraza ...de Pepe y ya no hubo oportunidad de que Nadia saliera, ya no le daba permiso de salir, … ya hasta que empezó Carlos a ir a la escuela…se embaraza de Fernanda, en esa ocasión fíjate que ... ella le da la noticia de que está embarazada, ...le pegó en esa ocasión horrible, la pateó, la pateó muy feo… todo el embarazo de Fer muy poco vi a Nadia, realmente muy poco, la iba a ver una vez a la semana, ya no la dejaba salir…”. Por lo que se refiere a la violencia psicológica, es necesario advertir que este tipo de violencia puede ser muy peligrosa, debido a que el daño que se produce no se percibe a simple vista, sino que se presenta en el ámbito psicoemocional. Algunas manifestaciones de este tipo de violencia pueden implicar, por ejemplo, hacer sentir confundida a la mujer, humillarla, burlarse de su aspecto físico, ofenderla, hacer que dude de sí misma, que crea que está exagerando su malestar, hacerla creer que si ella fuera más atenta con el agresor, éste no sería agresivo, o que ella lo está provocando, invadir su espacio personal con el pretexto de que el agresor necesita conocer todo acerca de ella, amenazarla, prohibirle ver a ciertas amistades o a su familia, etc. Es posible advertir que esta manifestación de violencia buscó desvalorizar, intimidar y controlar el comportamiento y las decisiones de Nadia, lo cual la fue sumiendo en un progresivo aislamiento y una dependencia cada vez más profunda. Esto fue mermando su capacidad de reacción frente a la situación de violencia que sufría, lo cual la llevó, incluso, a ocultar y/o justificar las agresiones de Bernardo. Lo anterior se ilustra, cuando María Antonia refiere lo siguiente: “…Nadia no me decía, o sea, yo, ‘¿y eso?’, ‘ay, es que me pegué’, me decía, ‘es que me pegué’, ¿tú crees?... ‘me pegué con la cubeta’, luego me decía, ‘ay, es que fíjate que me pegué con una piedra’, ... luego, ‘ay, es que Bernardo, pero fue sin querer, fue sin querer’…” Asimismo, se refuerza con el testimonio de Viviana, hermana de Nadia: “…sabía disimular muy bien, porque cuando iba a la casa, estaba feliz, según, pero pues si nada más el verla a los ojos era de que…no quería que se enterara mi mamá, yo le decía a Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA mi mamá, yo, o sea, ella luego me contaba, ‘es que este me…’, que la jaloneó, que no se qué, y yo le decía a mi mamá, mi mamá pues ya se enojaba y le decía a Nadia, ‘es que Viviana…’ y ya se enojaba conmigo…” Al ocultar y/o justificar la violencia que sufría, Nadia se encontraba en una situación de riesgo permanente que amenazaba su integridad y su vida, ya que ella se encontraba en un continuum de violencia que la aisló y la alejó de sus redes de apoyo, incluso la familiar. Otro tipo de violencia que se visibiliza en el caso de Nadia es la violencia económica. Ésta consiste en acciones u omisiones que afectan la economía de las mujeres, a través de limitaciones encaminadas a controlar sus ingresos o sus percepciones económicas, en la restricción, limitación o negación injustificada para obtener recursos económicos. En el presente caso, se evidencia que Nadia sufría de este tipo de violencia, ya que Bernardo, utilizaba el dinero como medio para transgredir sus derechos, al negarle el dinero suficiente para satisfacer sus necesidades elementales y no permitirle trabajar para evitar su autonomía económica. La violencia económica que sufría Nadia, se advierte en el siguiente relato hecho por María Antonia: “… le prohibía trabajar, ...para que no saliera, porque te digo que ése era el problema de que la familia no, no estaba de acuerdo tampoco en que Nadia saliera de la casa, yo ...le mandaba trabajo para que bordara…una ocasión Bernardo se dio cuenta, le rompió su trabajo y me fue a reclamar, me fue a reclamar, me dice, ‘sabe qué, no le esté dando trabajo a su hija porque yo la mantengo’…” En consecuencia, a pesar de que Nadia comienza a presentar en su cuerpo vestigios de violencia física, ella los oculta y justifica por el miedo a su agresor. Esto se explica porque las mujeres víctimas de violencia, como anteriormente ya se dijo, viven en un sistema de dominación que las mantiene en la discriminación y cuenta con mecanismos de control, por medio de las violencias que se ejercen, que buscan anular su capacidad de reacción frente a las agresiones a que está siendo sometida, tal como lo ha establecido el comité CEDAW al señalar que el efecto que provoca la violencia es privar a las mujeres del ejercicio de sus derechos humanos, especialmente de su autonomía. Este miedo a Bernardo y el ocultamiento de la violencia se visibiliza a través del siguiente hecho: Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA “...Nadia no me decía, … ay, es que me pegué, me decía, …me pegué jalando …el lazo con que sacaban el agua, decía, … me pegué con la cubeta, luego me decía, ay, es que fíjate que me pegué con una piedra, ¿sí?, y yo, ¿sí?, y luego, ay, es que Bernardo, pero fue sin querer, fue sin querer…” De los hechos narrados por María Antonia, se visibilizan las dinámicas de violencia que existían al interior del hogar conyugal. Estas dinámicas comprenden episodios graves de violencia física y psicológica, consistentes en humillaciones, marginación, rechazo, restricción a la autodeterminación, uso de la fuerza física como instrumento de dominación, entre otras. Dichas dinámicas implican control, sometimiento y discriminación de los derechos de Nadia y una gradual privación de su libertad, producto de una naturalización e internalización de la violencia. Así, se encuentran pertinentes para demostrar esta situación los siguiente episodios: “…le prohibía, le prohibía trabajar, entonces , este, para que no saliera, porque te digo que ése era el problema de que la familia no, no estaba de acuerdo tampoco en que Nadia saliera de la casa, yo mandaba a Viviana, le digo, ‘ve a ver a tu hermana’, le mandaba trabajo para que bordara…una ocasión Bernardo se dio cuenta, le rompió su trabajo y me fue a reclamar, me fue a reclamar, me dice, ‘sabe qué, no le esté dando trabajo a su hija porque yo la mantengo’…” “…y ya no había dinero, …entonces ella, Nadia sabía bordar, trabaja le digo, pues mientras él …no trabaja con responsabilidad, pues tú tienes que darle a ese bebé, yo la apoyaba dándole trabajo y también, este, vente a la casa, aquí, aquí comes, desayunas, cenas, incluso llévate comida para Bernardo, para que cene… “ 9.3. Indicadores de Alto Riesgo El continuum de violencia que vivió Nadia la mantuvo en una situación de alto riesgo y de peligro inminente de que se atentara contra su vida, es decir la actualización de la violencia feminicida. Según la LGAMVLV, como ya fue dicho anteriormente, la violencia feminicida se considera como el extremo de la violencia de género contra las mujeres, producto de las violaciones a sus derechos humanos, conformada por un conjunto de conductas misóginas que pueden culminar en la privación de la vida. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA En este sen do es relevante establecer que la violencia feminicida es un entramado que envuelve la asimetría que existe en las relaciones de poder entre mujeres y varones, nutrida con la subordinación y devaluación de lo femenino frente a lo masculino, lo cual reproduce la inequidad entre los sexos, niega los derechos de las mujeres, y termina con su vida. Nadia, al encontrarse relegada al espacio doméstico, se encuentra en una situación de mayor vulnerabilidad, pues es en este espacio donde se producen las principales violaciones a sus derechos, quedando excluida de la protección de su familia y del propio Estado, debido al aislamiento en que se encontraba. Es fundamental reconocer que las mujeres víctimas de violencia doméstica, se encuentran bajo un riesgo latente de sufrir violencia feminicida, al ser el último eslabón de la violencia que puede sufrir una mujer. En este orden de ideas, la Dra. Josette Bogantes Rojas, médica residente del Departamento de Medicina Legal del Poder Judicial de Costa Rica, experta en la materia de violencia doméstica, considera que existen 19 indicadores que permiten determinar el peligro de la mujer de ser privada de la vida. En el caso de Nadia se identificó la presencia y concurrencia de al menos 9 de ellos, como lo son: 1. Ataques previos con riesgo mortal. 2. Amenazas de muerte a la víctima. 3. La víctima está aislada o retenida por el agresor contra su voluntad o la ha estado previamente. 4.La víctima considera que el agresor es capaz de matarla. 5. Hay abuso físico contra los hijos o hijas. 6. La víctima está recientemente separada, ha anunciado que piensa separarse, ha existido amenaza por parte del agresor de de llevarse a sus hijos (as) más pequeños si decide separarse. 7. Abuso de alcohol o drogas por parte del agresor. 8. Aumento de la frecuencia y gravedad de la violencia. 9. La víctima ha recibido atención en salud como consecuencia de las agresiones o ha recibido atención psiquiátrica. Con relación a los 9 indicadores de riesgo identificados en el caso de Nadia, encontramos que los primeros 4 son catalogados por la experta, por sí solos, como de grave peligro para Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA la vida de la mujer. Sin embargo los 5 posteriores estuvieron presentes en algún momento de las diversas etapas de violencia que sufrió Nadia y los cuales han sido expuestos a lo largo del presente peritaje. Es fundamental ubicar los 4 indicadores de alto riesgo, que se presentaron previo a la muerte de Nadia, como antecedentes directos que explican este feminicidio, por lo cual, visibilizamos a través de los antecedentes que constan en el expediente de la causa y de los testimonios narrados en entrevista por María Antonia, como son: 1. Los ataques previos con riesgo mortal, que se reflejan claramente en la violencia que sufrió Nadia durante su último embarazo, lo que se ejemplifica mediante el siguiente relato: “… ya después, …se embaraza de Fernanda, en esa ocasión …ella le da la noticia de que está embarazada, le pegó, le pegó en esa ocasión horrible, la pateó, la pateó muy feo, … que incluso,…una amiga [de Nadia] que vivía por donde ella vivía, …me fue a avisar, dice, ¿sabes qué?, … la tienen encerrada, le pegó muy feo, la lastimó, entonces va, fuimos a verla que, que necesitas, mira cómo te dejó, ... la lastimo y, en esa ocasión le pegó porque estaba embarazada…” “… nació Fer … en esa ocasión … estaba Nadia en el hospital porque … la operaron, … tuvo un parto complicado, … Fer se le atravesó, estaba atravesada y la tuvieron que operar, … entonces, el doctor pues le vio las cicatrices y nos dice, y habla con Bernardo, … no sé que le habrá dicho la cosa es que, …Bernardo yo lo recuerdo que estaba llorando, ... y le pidió perdón a Nadia, decía, perdóname, soy muy tonto, ...si voy a cambiar, te prometo que voy a cambiar, ¿sí?, y en esa ocasión se acercó a nosotros y decía, de veras, si he maltratado a su hija, dice, perdónenme ...voy a cambiar, se los prometo que voy a cambiar,... y ya quedó en promesas…” 2. Amenazas de muerte a la víctima, que se ejemplifican mediante el siguiente episodio, narrado por María Antonia: ”Nadia ...tenía buena amistad con Filiberto, Filiberto era el hermano de Bernardo ... se llevaban bien,con él y con su esposa, ... el papá de Griselda, la esposa de Filiberto, ... pertenecía ... a los alcohólicos anónimos, entonces, se le ocurre la brillante idea de llevar a los alcohólicos anónimos para que dejara de beber,... entonces lo iban a llevar ... a una Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA granja, entonces, Bernardo, yo creo que se da cuenta de que ellos estaban esperando a que se terminara de alcoholizar para que se lo llevaran a los alcohólicos, se da cuenta y se va a la cocina y agarra un cuchillo y intentó, ...clavárselo a Nadia, si, pero pues como ahí estaba ... Filiberto, Filiberto, este, la sacó de la casa, ... y la llevo a la casa ...iba muy alterado porque, ... se habían golpeado Bernardo y Filiberto y nos dice así, mire señora, ... yo aquí le traigo a su hija, ... mi hermano trató de matarla, usted sabrá que hacer... “ 3. La víctima está aislada o retenida por el agresor contra su voluntad o lo ha estado previamente. Lo anterior, se manifiesta en los hechos ocurridos en el año de 2003, cuando Nadia fue aislada y privada de su libertad por Bernardo, bajo amenaza de muerte, lo que motivó que denunciara estos hechos el 5 de junio de 2003, ante autoridad competente del municipio de Nicolás Romero, en el Estado de México, de donde se inició Averiguación Previa bajo el número VNR/III/1501/2003. De la denuncia realizada por Nadia Alejandra Muciño Márquez, que consta en expediente, se desprende que: “ el... [27 de mayo de 2003]... llegó a su domicilio en el cual vive en unión libre con el señor Bernardo López Gutiérrez... por lo que al entrar... se percata que su esposo... se encuentra besándose con una sobrina... por lo que... le reclama de su actitud y de por que se encontraba con otra mujer en su casa... en ese momento Bernardo empieza a golpear a la emitente en diferentes partes del cuerpo, jalándole de los cabellos y tirandole al piso dándole de patadas, al momento que le decía ‘Te va cargar la chingada’ llegando aproximadamente quince minutos más tarde quien sabe responde al nombre de Fernando alias ‘El Negro’, subiéndole a un camioneta negra propiedad del padre de Bernardo mientras El Negro conducia y ya en el camino su esposo la tira al suelo para que no viera nada, recorrido que duro como diez minutos, metiendole a un cuarto pero como la taparon casi de inmediato los ojos ya no vio en donde. lugar en donde Bernardo le seguia amenazando con que le iba a llevar la chingada y te voy a quitar a los niños le voy a decir a tu madre que te encontre con otro hombre, dejándole en el lugar cerrando con llave, y una ventana con protecciones por lo que no podia salir además de que le amenazo que si trataba de salir o gritar de inmediato mataba a su hijos... todos los dias... que se encontró privada de su libertad este le daba de comer pan, leche y arroz unicamente, por lo que al quedar en libertad y por el temor que les pasara algo a su hijo, es cuando decide irse a Tezuitlan, Puebla con unos familiares... “ Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA Este hecho se complementa con la narración hecha por María Antonia en entrevista, donde relata los siguiente: “...yo todavía no sabía nada, entonces en ese tiempo yo le hablé a mi madre, ¿sabes qué mamá?, le digo, fíjate ...que Nadia había desaparecido, le digo, ¿sabes qué?, ...vente a ayudarme a cuidar a los niños mientras ...yo la busco. “Nadia, ... se fue a Tizutlan, ...ahí llegó ...con una tía, ...le dice ...todo lo que había pasado y me habla... y me dice ...todo lo que pasó, ... que Nadia ... sale de trabajar, …entonces ella llega a su casa y encuentra a Bernardo teniendo relaciones sexuales... con una sobrina ...de Bernardo, ...entonces los encuentra y Bernardo el pega, ...le pegó muy feo,... le fracturó la costilla derecha entonces llama a uno de los choferes de su papá, ...lo manda a traer, ... y se la mete a la camioneta de su papá y se la lleva a meter a una casa, ...en ese tiempo ella no se dio cuenta pero ya después nos enteramos en qué casa, o sea, ya sé dónde, dónde la mantuvo encerrada.” Lo anteriormente narrado, es coincidente con la declaración de fecha 25 de febrero de 2005, que consta en expediente, en la que Rafael Muciño Sánchez señala: “... no llegó mi hija fue que decidimos irla a buscar, encontrando únicamente en su casa a Bernardo a quien le preguntamos por mi hija mismo que dijo que no había llegado, por lo que con él la fuimos a buscar... sin que la encontráramos ese día toda la noche... al siguiente día... Bernardo fu a nuestro domicilio para seguirla buscando... pegamos volantes y fotografías... y durante seis dias la anduvimos buscando junto con Bernardo por el Estado de México y el Distrito Federal... ...los primeros días de junio de 2003... Nadia estaba en mi casa con mi esposa... le pregunte donde había estado... dándome cuenta que mi hija tenía moretones en la espalda, en los brazos... los cuales recuerdo eran recientes, y nos dijo que... al llegar a su casa, su esposo estaba con otra muchacha y que ellos la agarraron y la habían golpeado y la encerraron en un baldío donde la tenía amenazada y que le dijo Bernardo que si salía la iba a matar, teniéndola seis días encerrada...“. Este episodio es la manifestación extrema del continuum de violencia que llega a su máximo nivel de gravedad, al concatenarse en un solo hecho, varios indicadores de alto riesgo, como lo son, además de la privación de la libertad, que la víctima considera que el agresor es capaz de matarla y que la víctima ha denunciado estos hechos de violencia. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA Para la teoría del feminicidio, estos indicadores de violencia, forman parte de las circunstancias que las mujeres enfrentan, antes de llegar a una violencia extrema, como lo es la privación de la vida. En esta línea de argumentación, la Dra. Julia Monárrez establece, de manera contundente, que el feminicidio es el resultado de la dominación y control que hay de las mujeres, donde se plasma la misoginia, la discriminación y el odio hacia ellas, que concluye con el asesinato. Lo anterior ha sido confirmado por la propia Corte Interamericana de Derechos Humanos, quien al resolver el Caso “Campo Algodonero” subrayó que los homicidios de mujeres por razones de género, conocidos como feminicidios, son el resultado de una cultura de discriminación contra ellas, que tolera y normaliza las manifestaciones de las diversas violencias contra las mujeres, hasta llegar al asesinato. El asesinato de Nadia, se entiende como una muerte anunciada, que reunía varios indicadores de alto riesgo, supuestos que han sido reconocidos por la CIDH, al subrayar la importancia que las mujeres que viven violencia reciban medidas de protección con base en las circunstancias que rodean cada caso, y una atención específica y especializada que represente un apoyo clave para romper con el círculo de violencia, de lo contrario, se expone a las mujeres a sufrir un feminicidio. Cabe destacar que ante la violencia que aqueja a las mujeres en el Estado de México, en el año 2011, se reconoció al feminicidio en el Código Penal, como el delito de homicidio agravado por razones de género, estableciendo como una de las circunstancias que acreditan un feminicidio íntimo, la existencia de una relación afectiva, sentimental o de confianza entre el activo y la víctima, y que existan con antelación, conductas que hayan anulado o menoscabado los derechos o atentado contra la dignidad del pasivo. Por tal motivo, el caso de la muerte de Nadia debe entenderse como un feminicidio íntimo, ya que existe consistencia entre los hechos narrados por testigos que obran en el expediente y los antecedentes de violencia que se han podido detectar a lo largo del presente peritaje a través de la entrevista realizada a María Antonia y su hija Viviana, debiéndose afirmar, que toda vez que este tipo de delito es cometido en la secrecía e intimidad del hogar, sin la existencia de testigos, es fundamental que se otorgue valor a la prueba indiciaria para conocer la verdad sobre los hechos que hubieren acontecido. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA Por lo anterior, debe dotarse de la mayor relevancia y veracidad a los hechos descritos por Carlos y José Uriel López Muciño, hijos de Nadia, quienes en sus declaraciones de fechas 24 y 25 de febrero de 2004, respectivamente, que obran en expediente y que fueron corroborados por el peritaje independiente realizado por la Fiscalía Especializada para Delitos de Violencia de Mujeres y Trata de Personas de la PGR. Así, los menores testigos, Carlos y José Uriel han declarado lo siguiente, respectivamente: “...su papá le pegaba a su mamá y que el día en que mi mami murió, yo... ví cuando mi mamá se fue al baño y estaba llorando, después sale mi mamá del baño y mi mamá se sale de la casa y se mete a cisterna de la casa la cual tiene agua por lo que mi papá y mi tio Gilberto salen de la casa y sacan a mi mamá de la cisterna y mi tío le decia a mi mamá por que te metes a la cisterna por lo que mi mamá le dijo a mi tio que iba al baño y mi mamá se cambio de ropa después mi mama estaba lavando la ropa cuando llego el matote y metió a mi mamá a la casa y la llevo al baño y el Matote llevaba un laso y entonces... le puso el laso a mi mamá en el cuello entonces matote agarro el laso y lo pasa por el tubo del techo y agarro a mi mama y mi mama lloraba y gritaba suéltame y mi papa estaba trabajando en eso llego mi papa y vio cuando matote tenia agarrada a mi mama amarrada con el laso y arriba de una cubeta de color verde entonces mi papa saco a matote de la casa y una vez que matote se fue papa le quito la cubeta a mi mama y mi papa se fue a su casa de madera y entonces vi que mi mama ya no se mueve...” “...Que el día que mi mamita se murió... mi papa Berna y matote, metieron a mi mama a la cisterna, porque matote es bien malo … y mi mama le pegaba en el estomago al matote y que mi papa le pego al matote porque quería, y yo vi que matote le puso un lazo en el cuello a mi mama y ella lloraba, y mi papa había tomado cerveza, mi mama lloraba porque mi papa la hizo llorar luego mi papa se fue bien lejos y nos dejo solos... “. 10. CONCLUSIONES Por lo anteriormente expuesto, se llega a las siguientes conclusiones: PRIMERO. Nadia sufrió un proceso de violencia física, psicológica y económica, que de acuerdo con el marco teórico antes expuesto, es consistente con el continuum de violencia en que viven inmersas las mujeres por su condición de género, el cual culminó en un femicidio íntimo. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA Esto se reafirma con el contexto de violencia en el Estado de México, donde los datos más recientes que se tienen sobre esta problemática señalan que el 61% de las mujeres han vivido eventos violentos por parte de su pareja; proporción que se ubicó arriba del promedio nacional, que fue del 47%, y se confirma con el dato proporcionado por la PGJEM en donde indica que el 35% de los asesinatos de mujeres fueron cometidos por su pareja. Estos datos demuestran que en el Estado de México se registra un contexto de violencia contra las mujeres, que debe de ser considerado por la autoridad cuando se encuentra frente al caso de la muerte de una mujer. Por lo tanto, surge la obligación de investigar los antecedentes de violencia que vivía la víctima en su entorno familiar y comunitario; tal como lo ha afirmado la CoIDH al establecer que la muerte de una mujer debe llevar a las autoridades a darle un tratamiento específico, debido a que en un contexto estructural de violencia contra las mujeres, se debe tener la sospecha que la muerte, pudo estar motivado por su condición de ser mujer. SEGUNDO. El incumplimiento de las características sociales y culturales que se le asignaron a Nadia y se le exigió cumplir, trajeron consigo manifestaciones de violencia. La adaptación que fue interiorizando y el sometimiento del que fue objeto, provocaron el detrimento de sus derechos al libre desarrollo, a la integridad física, psicológica y moral, es decir, a decidir quién ser y como ser. TERCERO. El continuum de violencia en el que estuvo inmersa Nadia a lo largo de su matrimonio, la colocó en un riesgo permanente, debido a que gradualmente se fueron menoscabando sus derechos, al aislarla y alejarla de sus redes de apoyo, situándola en indefensión total frente a su agresor. CUARTO. Los mecanismos de control por los cuales Nadia fue sometida, a través de las violencias que se ejerció en su contra, la mantuvieron subordinada y anularon sus derechos hasta ser privada de su libertad, hechos que fueron denunciados, sin que las autoridades cumplieran con su obligación de actuar con la debida diligencia para prevenir un daño adicional, aun cuando existían indicadores de alto riesgo que permitían vislumbrar el último eslabón de la violencia feminicida, el asesinato. QUINTO. A partir del análisis del expediente relativo al caso, quien suscribe, observa la existencia de diversas inconsistencias, relativas a la falta de investigación para el esclarecimiento de la verdad de los hechos que rodearon la muerte de Nadia Alejandra Muciño Márquez. Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA Estas inconsistencias son atribuibles a diversos operadores jurídicos que han intervenido a lo largo del proceso penal, en este sentido la jurisprudencia del sistema interamericano, ha determinado que la ausencia de una investigación inmediata, exhaustiva, seria e imparcial ante violaciones de derechos humanos constituye un incumplimiento de la obligación del Estado de garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos de las víctimas y de sus familiares, y respecto de la sociedad para conocer lo ocurrido. Por lo tanto, es necesario manifestar que es indispensable la sanción y reparación de los hechos de violencia feminicida que violentaron los derechos a la integridad física, psicológica, moral, a la libertad y vida de Nadia Alejandra, a fin de no actualizar nuevas violaciones a los derechos humanos de sus hijos y familiares, como víctimas indirectas de estos hechos. ATENTAMENTE Maestra María de la Luz Estrada Mendoza Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA CONTENIDOS 1. JUSTIFICACIÓN 2. OBJETIVOS 2.1 Objetivo General 2.2 Objetivos Específicos 3. HIPÓTESIS 4. METODOLOGÍA 5. MARCO CONCEPTUAL SOBRE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES Y EL FEMINICIDIO 5.1 La Violencia Contra las Mujeres 5.2 La violencia familiar o doméstica y su expresión extrema, el feminicidio. 6. MARCO JURÍDICO DE PROTECCIÓN A LAS MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA 7. MARCO CONTEXTUAL SOBRE LA PROBLEMÁTICA DE LA VIOLENCIA EN EL ESTADO DE MÉXICO 8. HECHOS DEL CASO 9. ANÁLISIS DEL CASO 9.1 Naturalización e Interiorización 9.2. Sometimiento y Dominación 9.3. Indicadores de Alto Riesgo 10. CONCLUSIONES Juez Primero de lo Penal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán Expediente: 187/2012 PERITAJE EN MATERIA DE SOCIOLOGÍA ANEXOS ANEXO I – Entrevista a María Antonia Márquez, madre de Nadia Alejandra Muciño ANEXO II – Entrevista Viviana Muciño Márquez ANEXO III - Libro