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Riesgos Ambientales Globales de los
Contaminantes
Sepúlveda Valenzuela, Hernán
Ing. Mc. Mt. Experto en Prevención de Riesgos Profesionales
[email protected]
Fono: +56 2 2119002 / + 56 08 5922817
RESUMEN
La ecología, esta ciencia multidisciplinaria que cada día adquiere mayor importancia y
cuyos postulados vitales se hacen imprescindibles para que el hombre pueda seguir
habitando el planeta, y ha adquirido tan notable auge, debido, más que nada, a la
percepción ya generalizada del dramático deterioro ambiental de nuestra tierra y de la
necesidad imperiosa de cambiar drásticamente de hábitos que nos acerquen a la
naturaleza, nuestra madre de ayer, de hoy y de siempre. Actuar de acuerdo con ello y no
contra ello, será la mejor forma de exteriorizar nuestro respeto por la obra del creador y
al mismo tiempo nos permitirá vivir dignamente como especie humana.
INTRODUCCION
La mayor parte del interés con respecto a la contaminación en los medios públicos, hace
énfasis en los riesgos que representa para la salud de los individuos la exposición directa
a sustancias peligrosas. Por lo general, a mayor cercanía de las fuentes de
contaminación, mayor será el riesgo. Sin embargo, algunos contaminantes generan un
tipo completamente diferente de riesgo. Pueden lesionar miles de kilómetros a partir de
donde se descargan al ambiente, y el daño que provoquen no se deberá a su toxicidad
directa sobre los individuos, sino más bien a su capacidad para interrumpir la química
atmosférica, el clima y, los ecosistemas. Revisaremos aquí tres de dichos problemas (el
efecto invernadero, la reducción del ozono estratosférico y la lluvia ácida), explicando los
riesgos habituales y las opciones para evitar que se vuelvan peores en el futuro. El éxito
de las soluciones que presentamos depende del trabajo conjunto del liderazgo político y
de la responsabilidad individual. Pero hay una condición crucial que también debe
satisfacerse si queremos que se resuelvan estos problemas (y de hecho, todos los
problemas asociados con contaminación): la interrupción del crecimiento de la población
humana. Si la población continúa creciendo, lo mismo ocurrirá con la calidad de desechos
tóxicos y la amenaza para nuestro bienestar que representan dichos tóxicos.
A. El efecto invernadero
Existe una gran posibilidad de que en 50 años nuestro planeta sea más caliente de lo que
ha sido en cualquier momento en los últimos 100.000 años. La razón de esto es que
estamos cargando la atmósfera con gases que atrapan el calor. (Figura 01) Esto se
denomina el efecto invernadero (aunque es diferente la razón por la cual se calienta un
invernadero real).
El dióxido de carbono es el gas que más participa en este cambio de clima; dicho gas se
libera a la atmósfera a partir de la combustión de carbón, petróleo y gas natural. Otra
fuente de dióxido de carbono es la deforestación de áreas grandes, en particular en los
trópicos. Cuando los árboles caídos se pudren o son quemados, el carbón que contienen
se libera a la atmósfera como dióxido de carbono. A menos que cantidades similares de
plantas vivas reemplacen al bosque perdido, aumenta el nivel de dióxido de carbono en la
atmósfera. Otros gases liberados a la atmósfera a partir de actividades industriales y
agrícolas, como metano, óxido nitroso y clorofluorocarbonos (CFC), también atrapan el
calor y contribuyen al efecto invernadero. Todos estos gases se denominan gases de
invernadero.
Incluso antes de la revolución industrial y el comienzo de la combustión de carbón, la
atmósfera contenía gases invernadero naturales como vapor de agua y dióxido de
carbono. No obstante, en la actualidad los niveles son mayores, y hacia la mitad del
próximo siglo, con la emisión continua esperada de gases invernaderos, se estima que los
niveles serán suficientemente elevados para calentar el planeta en un promedio de 2 a 5°
C. En algunas regiones, como el Ártico, es probable que el calentamiento predicho sea
considerablemente superior al promedio mientras que en el trópico será inferior al
promedio.
Figura 01. El efecto invernadero. Los gases como el dióxido de carbono, el metano, el
óxido nitroso y los clorofluorocarbonos absorben el calor que se irradia hacia fuera desde
la superficie de la tierra lo irradian de regreso a la superficie por lo que se calienta.
Junto con el aumento de la temperatura, es muy probable que ocurran cambios en la
lluvia, con incremento en algunas regiones y disminuciones en otras. Por desgracia, es
difícil predecir con exactitud dónde será más húmedo y dónde más seco. Debido a que
aumenta la temperatura, y por consiguiente la evaporación, y cambia las lluvias, es
probable que los niveles de humedad del suelo cambien también, situación que es de
mucha importancia para los agricultores. Más todavía, se alterará el flujo de los ríos y los
niveles de los reservorios, los cuales determinan el suministro de agua para el uso
agrícola, industrial y doméstico. En regiones donde la nieve derretida constituye la fuente
principal de suministro de agua, es probable que la escasez de este elemento sea un
problema en el verano tardío debido a que este proceso ocurre al inicio de la primavera,
sin embargo, no es posible predecir con exactitud, en general, cómo cambiarán los climas
regionales o cómo afectara al suministro de agua en una región en particular las ondas de
calor en el verano serán más severas y será menos probable que haya heladas al
término del verano. Aumentará el deshielo de la capa glacial e incluso de la capa de hielo
del antártico, contribuyendo a un aumento del nivel del mar quizá en 30 o 60 cm. dentro
de 50 años, y de 90 a 120 cm. dentro de 100 años.
¿Por qué debemos creer en la predicción de que el planeta se calentará? Después de
todos los meteorólogos no siempre están en lo correcto acerca del clima siguiente fin de
semana y con certeza es más fácil hacer una predicción confiable para el día de mañana
que con respecto al siguiente siglo. De hecho hay muchas razones para confiar en las
predicciones sobre el efecto invernadero.
1. Es probable que el calentamiento predicho haya comenzado ya. Durante los últimos
100 años la temperatura promedio del planeta, según se mide en sitios distribuidos en
todo el globo terráqueo, ha aumentado cerda de 0,6° C. si bien no podemos asegurar que
esto se deba a la acumulación progresiva, lenta pero uniforme, de gases invernadero,
ninguna otra explicación corresponde a los hechos tan bien. Durante este periodo de
100 años de calentamiento, el nivel del mar también ha aumentado varios centímetros, lo
que podría esperarse como resultado del calentamiento.
2. Cuando los modelos matemáticos que se utilizan para predecir el efecto invernadero
sobre la tierra se aplican a Marte y Venus, que tienen niveles diferentes de gases
invernadero en sus atmósferas, las predicciones para las temperaturas promedio de
dichos planetas son bastante precisas.
3. En toda la historia geológica de nuestro planeta, los periodos de altas temperaturas
generalmente coinciden con periodos de dióxido de carbono atmosférico elevado. Sin
embargo, es posible que las temperaturas más calientes del pasado no fueran inducidas
por niveles elevados del dióxido de carbono, sino más bien que las temperaturas elevadas
causaran aumento de los niveles de este gas. En consecuencia, es difícil saber qué tanto
peso darle a este argumento.
4. La atmósfera de la tierra contiene niveles naturales de gases invernadero, sin los
cuales nuestro clima sería frío e inhóspito, los modelos que se utilizan para predecir el
calentamiento global inminente explican de manera confiable el efecto de calentamiento
de estos niveles naturales de gases invernadero.
5. En defensa de los meteorólogos, podemos decir que la predicción del clima del
siguiente fin de semana en el lugar de residencia requiere de información mucho más
detallada y no disponible, que la información necesaria para el clima global promedio del
próximo siglo, y por lo tanto es menos confiable.
Las implicaciones del efecto invernadero para la vida humana son profundas. Es factible
que algunas ciudades y tierras estén inundándose por la elevación de los mares. Es
probable que los habitantes de las ciudades que en la actualidad tienen tan sólo ondas
de calor de verano, experimenten episodios calurosos en el próximo siglo que pongan en
peligro la vida. Los suministros de agua quizá aumente en algunas áreas y se reduzcan
en otras, pero nadie puede predecir con una gran certeza dónde ocurrirá, lo mismo
sucede con la productividad agrícola: algunas naciones o regiones podrán ser capaces de
aumentar la producción alimentaria, mientras que otras se enfrentarán a descensos de la
misma.
Es factible que la adaptación de la producción de alimentos al clima cambiante no sea
sencilla. Algunas personas hablan descuidadamente de mover la región donde crece el
maíz varios cientos de kilómetros hasta donde el clima invernadero a la larga se asemeje.
Algunos han sugerido que entonces la caña de azúcar podría crecer en el actual cinturón
de maíz. Pero la temperatura no es el único factor que influye en lo que puede crecer y
en dónde. Si bien la temperatura podría ser ideal para la caña de azúcar, es factible que
la cantidad de lluvia sea inadecuada, debido a que los cambios en la precipitación fluvial
son tan inciertos, nadie puede predecir con cuánto éxito crecerán las siembras en el clima
futuro, aunque los agricultores sean flexibles con respecto a la cosecha que siembren.
Los bosques también son afectados por calentamiento. Por supuesto, han ocurrido
cambios climáticos naturales en el pasado y al parecer los bosques han sobrevivido. De
hecho, los árboles se han adaptado a través de miles de años desde la era glaciar hasta
un clima cambiante. Desde la última era glaciar hasta el presente, el planeta se ha
calentado aproximadamente en el mismo nivel esperado para los siguientes 100 años.
Debido a que el ritmo del futuro calentamiento excede en gran medida a aquel desde la
última era glaciar, es mucho menos probable que los bosques sean capaces de adaptarse.
Si sería difícil trasladar al norte la siembra de maíz, sería mucho más improbable que los
bosques sean capaces de adaptarse. Si sería difícil trasladar al norte las cosechas de
maíz, sería muchos más improbable que los bosques comerciales se muevan hacia el
norte para mantener el ritmo del clima cambiante. Sucediendo esto al mismo tiempo en
que muchos bosques parezcan estar fatigados por la contaminación del aire, es probable
que el daño se intensifique.
En resumen, pueden esperarse cambios drásticos para todo el planeta y sus habitantes.
Incluso con mayores avances en nuestra capacidad para modelar y predecir el clima,
quedará una gran incertidumbre. Por tanto, requerimos planear para un futuro incierto
debido a los enormes riesgos, es vital que no olvidemos que el efecto invernadero es
provocado por nosotros mismos y en consecuencia está parcialmente dentro de nuestra
capacidad poder prevenirlo. No existe una manera práctica mediante la cual se invierta el
calentamiento que ya ha ocurrido o para evitar el calentamiento adicional; sin embargo,
al hacer elecciones sabias, podemos disminuir la cantidad de gases invernadero que
agregamos a la atmósfera y a la vez reducir la gravedad del efecto invernadero próximo.
Algunas de las acciones que podemos tomar se listan a continuación:
1. Detener la tala de árboles, en particular en los trópicos, donde cada año se despoja de
árboles, como un área del tamaño de Pensilvania (EEUU), y acelerar los esfuerzos para
reforestar las áreas desnudas del planeta.
2. Aumentar la eficacia con que usamos el carbón, petróleo y gas. En los países se
podría mantener el nivel habitual de vida utilizando sólo la mitad de la energía que ahora
se gasta si se hiciera uso de las tecnologías disponibles para ahorrar energía en el
transporte, la industria, la calefacción del hogar y los aparatos eléctricos. Al hacer esto,
se produciría la mitad del dióxido de carbono que se genera en la actualidad.
3. Desarrollar nuevas fuentes de energía que sustituyan al carbón, el petróleo y el gas,
desde un punto de vista de seguridad del ambiente, la energía solar es la más
promisoria, pero se requiere investigación para hacerla tan barata como los combustibles
existentes.
Mientras que lo mejor
es reducir la magnitud del cambio climático inminente tanto
como sea posible mediante estas acciones preventivas, también es sensato planear de
qué manera adaptarse a los cambios. Actualmente, los depósitos de semillas que se
utilizan para la actividad agrícola están adaptados para el clima presente. Pero les falta
variedad genética y por lo tanto no es probable que se adapten bien a un clima futuro
diferente e incierto. Una acción que sería prudente que llevarán a cabo todas las naciones
es comenzar ahora a seleccionar
y almacenar depósitos de semillas para cultivos de
cosechas que son adecuados para una amplia variedad de condiciones climáticas,
incluyendo sequías más frecuentes y prolongadas. Asimismo, es indispensable fomentar
la conservación del agua en la agricultura, el hogar y la industria. la implantación de
todas estas medidas, incluyendo los tres pasos preventivos antes mencionados son
importantes
aunque no existiera la amenaza del calentamiento
tipo invernadero,
debido a que mejorarían la calidad de nuestro ambiente y en muchos casos favorecerían
un ahorro en los costos para los habitantes.
b. Disminución del ozono en la atmósfera
El ozono constituye tanto un peligro como un beneficio para el hombre. Como un oxidante
el ozono contribuye a la formación de lluvia ácida y puede ser un riesgo para la salud en
el aire, urbano donde los niveles tienden a ser elevados. No obstante, el ozono presente
en una capa superior muy por encima de la tierra, en una región de la atmósfera que se
denomina
Estratosfera, es vital. Absorbe la radiación ultravioleta del sol, evitando que dicha
radiación afecte a las criaturas vivas en la superficie de la tierra. Si no fuera por la capa
protectora de ozono en la parte superior de la atmósfera, la radiación ultravioleta
causaría más casos de cáncer en la piel, incluyendo el melanoma que es una forma con
frecuencia fatal. Irónicamente, las actividades humanas están provocando que los niveles
de ozono aumenten en el aire urbano que respiramos, donde el ozono constituye una
amenaza, y disminuyan en la estratosfera, donde el ozono es una bendición. Nuestro
interés en este artículo es con respecto a su disminución de la estratosfera.
Las mediciones recientes en la estratosfera
sobre el Antártico han mostrado una
disminución temporal anual en los niveles normales de ozono en dicho lugar. Los
cinéticos han descrito esto como un “agujero” en la capa de ozono del Antártico. El
agujero ocurre cada año entre Septiembre y Noviembre cuando una tercera parte o más
del ozono desaparece sobre la parte central de la Antártica. Desde que se observó por
primera vez el agujero ha crecido en área y, hacia el final de los ochenta, se extendió
hacia el norte más allá del Círculo Antártico. En 1987, se anunció una mayor evidencia de
la declinación del ozono, esta vez sobre una gran parte del hemisferio norte. El análisis de
los datos provenientes de satélites indica una disminución cercada al 2 o 3% del ozono de
la estratosfera del norte durante la última década.
Se estima que una disminución del 2% del ozono estratosférico producirá cerca de 25
000 a 50 000 casos adicionales de cáncer de la piel al año (independientes de
aproximadamente de 500 000 casos nuevos que se diagnostican cada año). Casi todos
estos casos son tratables, pero se espera que aumente la incidencia anual del melanoma
a cerca de 1 000 por cada 2% de disminución de ozono estratosférico. El melanoma es el
cáncer más grave que puede causarse por radiación ultravioleta y que en la actualidad es
fatal en cerca del 25% de todos los casos. Otras especies también están en riesgo,
aunque se sabe poco del daño específico que produzca la radiación ultravioleta sobre
animales y plantas, recientemente, se ha expresado una preocupación especial con
respecto al riesgo que representa para el plancton oceánico.
Figura 02: Capa protectora de ozono de la Tierra. El ozono estratosférico absorbe la
radiación ultravioleta, por lo que evita que llegue a la superficie donde sería dañina para
la vida.
Los científicos han estudiado intensamente la causa de la declinación del ozono
estratosférico. La evidencia señala de manera convincente hacia un grupo particular de
contaminantes denominados clorofluorocarbonos (que se abrevian CFC) como los
culpables. En la atmósfera, los átomos de cloro en los CFC se separan y forman moléculas
de óxido de cloro, un gas que reacciona con las moléculas de ozono y las destruye. Este
gas aumenta de concentración en la estratosfera del polo sur justo antes de la abertura
del agujero de ozono. A finales de 1988, los científicos anunciaron que el óxido de cloro
estaba también acumulándose
en la estratosfera por encima
de la región del polo
norte, lo cual generó preocupación de que también ahí pudiera comenzar a formarse un
agujero de ozono.
Los clorofluorocarbonos tienen varias aplicaciones para el uso humano, como
refrigerantes en acondicionadores de aire para automóviles, agentes espumosos para
crear material aislante de empaque, limpiadores en la industria electrónica y propulsores
en las latas atomizadoras (este último uso ha sido virtualmente eliminado pero aún es
una práctica común en los países).
En todas estas aplicaciones, se liberan CFC a la larga como contaminantes a la parte
inferior de la atmósfera, de donde viajan hacia la estratosfera. Al parecer la única
manera para disminuir y a largo plazo detener una mayor pérdida de ozono estratosférico
es evitar la liberación de estos contaminantes hacia la atmósfera. En la práctica, esto
significa descontinuar su uso y encontrar sustitutos para todos los empleos esenciales.
Con este fin, científicos y representantes gubernamentales de la mayoría de las naciones
industrializadas se reunieron en 1987 para desarrollar un tratado internacional que
limitara la producción de CFC. En Septiembre de 1987, se llegó a un acuerdo en Montreal
que ahora ha sido aprobado por casi todos los gobiernos participantes, incluyendo a
Estados Unidos, que es el principal fabricante de estos químicos. Los términos del acuerdo
son como siguen:
1. Las naciones participantes mantendrán la producción anual de CFC a un nivel
constante con respecto a los niveles de 1986, comenzando en 1989.la única
excepción fue la ex Unión Soviética, que mantendría sus niveles de CFC constantes
en los niveles de 1990, comenzando ese mismo año.
2. Luego, comenzando en 1993, las naciones disminuirían su producción anual en un
20% con respecto a los niveles de 1986; comenzando en 1998, la producción
disminuirá a un 50% con respecto a los niveles de 1986 (nivel de 1990 para la ex
Unión Soviética).
3. Las naciones en desarrollo con una tasa de producción anual de CFC inferior a 0.3
kilogramos por persona pueden retardar la adhesión a los puntos anteriores
durante diez años.
Al inicio de 1989, las naciones europeas y Estados Unidos se reunieron una vez más con
el propósito de discutir un programa para la eliminación completa del uso de CFC hacia
fines de siglo. Al parecer, éste es uno de los problemas ambientales que muchos líderes
mundiales están tomando realmente en serio.
El acuerdo de Montreal es notable no sólo porque se enfrenta de manera constructiva al
riesgo particularmente grave de la disminución de ozono, sino también porque establece
un ejemplo de la cooperación multinacional sobre los problemas ambientales globales.
Con este avance tan exitoso, todas las naciones tienen ahora un modelo de trabajo para
atacar otras amenazas ambientales globales, incluyendo el calentamiento tipo
invernadero, la lluvia ácida, la deforestación y la erosión del suelo.
C. Lluvia ácida
En grandes regiones de Norteamérica y de Eurasia, la lluvia está contaminada con ácido.
Esta contaminación proviene principalmente de la combustión de carbón y petróleo, que
favorece la emisión de decenas de millones de toneladas al año de dióxido de azufre y de
óxido de nitrógeno de las chimeneas y tiros de fábricas. Estos gases se convierten en
ácido sulfúrico y ácido nítrico. En la atmósfera y caen después a la tierra en forma de
lluvia y nieve y como partículas ácidas secas (figura 03). Con frecuencia los ácidos caen a
la tierra a muchos cientos de kilómetros de donde se emitieron los gases originales. En
consecuencia, la contaminación de una nación puede caer como ácido en otra.
Los niveles de ácidos en la lluvia y en otras aguas como lagos y ríos se miden en una
escala de pH. Es posible que esta escala cree confusión debido a que los niveles elevados
de ácido corresponden a valores bajo de pH. Asimismo, en esta escala, el cambio de una
unidad de pH, digamos del 5 al 4, es un factor de un aumento de diez en la concentración
del ácido. La figura muestra una escala de pH con algunos valores que se indican para
caracterizar ciertos aspectos del problema de la lluvia acida.
En algunas regiones los ácidos están tan fuertemente, concentrados en la lluvia y la nieve
que
pueden aumentar el ácido de los lagos a niveles que matan a ciertos tipos de
plantas y animales. Las poblaciones de truchas y salamandras en muchos lagos del este
de Norteamérica y Escandinavia se han extinguido como resultado de esto. También es
posible que los bosques estén siendo destruidos por la lluvia ácida. un fenómeno llamado
“muerte forestal” que se caracteriza por la muerte de grandes partes de un bosque en
miles de kilómetros cuadrados, se observó por primera vez en Alemania Occidental. La
muerte forestal está diseminándose con rapidez y amenaza el valor económico
y
estético de muchos bosques alemanes respetados. También está ocurriendo en el este de
Europa y un menor grado en el oriente de Estados Unidos. Es grande la sospecha de que
la lluvia ácida contribuye a la muerte forestal, pero se desconoce la manera exacta en
que está muriendo los árboles.
¿Representa la lluvia ácida una amenaza directa para la salud humana? Es posible que
usted beba una solución de ácido sulfúrico o nítrico tan fuerte como la lluvia ácida típica y
que no sufra daño ni se queme la piel. Pero la inhalación de neblinas ácidas y los
aerosoles al parecer afecta las vías respiratorias humanas, aumentando la incidencia de
bronquitis e interfiriendo con la capacidad de los pulmones para limpiarse. Los efectos
sobre las personas que ya sufren, son particularmente preocupantes. por estas razones,
un grupo de científicos consejeros de la EPA recomendaron recientemente que los
niveles aerosoles ácidos en la atmósfera deben regularse dentro del Acta de limpieza del
aire.
Existe otra forma más especulativa en que la lluvia ácida pudiera provocar enfermedad.
Las aguas acidificadas, como las que se encuentran en lagos y ríos en las Montañas y en
las montañas escandinavas, suelen tener concentraciones muy elevadas de aluminio y en
un menor grado de plomo y otros metales tóxicos. La razón es que la lluvia ácida disuelve
estos metales en el suelo y los derrama hacia el agua. En algunas regiones, las
concentraciones de aluminio alcanzan muchos cientos de partes por billón, que son
tóxicas para algunas especies de peces. No se sabe si la salud de los humanos se afecta
de modo adverso por la exposición a largo plazo a estos niveles de metales que se
encuentran en el agua potable acidificada. No deben preocuparse las personas que beben
agua de depósitos suministrados por ríos montañosos en regiones acidificadas; los
depósitos no son tan ácidos como para disolver los metales. Quizá el mayor riesgo
provenga de comer pescados que tienen niveles elevados de metales tóxicos debido a la
bioconcentración, aunque incluso este riesgo es meramente especulativo en el momento
actual.
La evidencia presente sugiere que las cosechas de alimentos no están en riesgo por la
lluvia ácida debido a que el suelo contiene por lo general suficientes depósitos de
químicos que neutralizan los ácidos. El daño a materiales como hule, telas sintéticas,
recubrimientos de pintura y el mármol de nuestras estatuas constituyen un problema más
grave. Se estima que el costo anual de este daño sólo en Estados Unidos es de muchos
billones de dólares por año. Es inestimable la pérdida estética por el daño a las esculturas
en exteriores y a las fachadas de los edificios históricos en todo el mundo.
¿Qué puede hacerse con respecto al problema de la lluvia ácida? Las soluciones
propuestas varían desde lo absurdo hasta las útiles pero difíciles de ser promulgadas
desde un punto de vista político. Una solución absurda es provocar mutaciones en los
peces y otros organismos sensibles a los ácidos mediante ingeniería genética para que
sean más tolerantes a estas sustancias. (¿Cambiaremos también nuestros propios genes
de tal maniera que nos hagamos más tolerantes a los niveles de metales tóxicos que se
bioconcentran en los pescados que nos comemos provenientes de los lagos acidificados)
Un poco menos absurdo es a propósito de agregar químicos neutralizantes de ácidos a
los miles de lagos amenazados o acidificados. Se estima que el costo de proporcionar
dicha protección química a los lagos es aproximadamente el mismo de eliminar los
contaminadores más importantes que causan el problema. Esto dejaría aún más áreas
amplias de suelos forestales amenazados sin proteger. La limitación de dicha protección
a los lagos sería una manera costosa de resolver sólo la pequeña parte del problema.
Bastante más razonable sería el uso de un procedimiento químico semejante para
eliminar los gases formadores de ácido en las chimeneas de la mayoría de las industrias
ofensoras. Esta técnica se denomina “depuración”. Otras soluciones involucran la limpieza
de nuestras industrias al cambiar a carbonos y aceites que contengan menos azufre o por
completo a formas diferentes de energía (como la solar o la nuclear) que no producen
contaminantes formadores de ácidos. Las revisiones del Acta de Limpieza del Aire de
1990 ordenan que dichas soluciones se adopten de modo gradual para reducir los niveles
de ácido sulfúrico y en menor extensión, de ácido nítrico en la precipitación pluvial. Para
condiciones más específicas véanse las entradas de óxido de nitrógeno y de óxido de
azufre.
Otro procedimiento para reducir la acidez de la lluvia es la utilización de energía de un
modo más eficaz con el fin de que podamos obtener nuestro nivel actual de beneficios a
partir de menos gasto de energía, es decir, sin la combustión de demasiado carbón,
petróleo y gas. Esto significa hacer automóviles que den más kilómetros por litro,
favorecer el uso de transporte masivo, refrigeradores y, otros aparatos electrodomésticos
más eficaces y el diseño o la renovación de nuestros hogares y edificios comerciales de
tal manera que estén mejor administrados desde el punto de vista energético. Dichas
soluciones no sólo reducirán el problema de la lluvia ácida, sino que disminuirán la
gravedad del calentamiento tipo invernadero, harán que el consumidor ahorre dinero y
reducirán nuestra dependencia de combustibles importados.
PRONOSTICO PARA LOS PROXIMOS AÑOS
A los ecólogos se les preguntan a menudo, ¿qué pasará en los próximos años? Si las
cosas continúan como hasta ahora, llenos de problemas ambientales, con una población
de crecimiento explosivo, con las aguas, la tierra y el aire contaminándose
constantemente; con ruidos que aumentan día a día de intensidad; con recursos
naturales agotándose y con una demanda energética mayor de lo que podemos producir;
¿Cuándo se acabe este milenio, estaremos mejor, igual o peor?
Personalmente creo que en esos cortos años que faltan para llegar al amenazante
(Q.E.P.D.), el hombre que es a la vez destructor y damnificado, contaminante y
contaminado, puede y debe resolver, si no todos, buena parte de los problemas
ecológicos que nos afectan. Y como propone Manfred Max Neef en su documento
“desarrollo a escala humana”, en que dice “ la economía es para servir a las personas y
no viceversa”; el mundo debe adoptar una economía ecológica, ya que de lo contrario
se sobrepasará el umbral del
“progreso” y la calidad de vida comenzará a
deteriorarse.
Ya en todo el mundo se está pasando del terreno de los planteamientos y proyectos a la
ejecución; de ahí que nacieron en muchos países ministerios y
agencias del medio
ambiente y recursos naturales lo que tarde o temprano deberemos tener en Chile. una
vez lograda esta etapa, que significará el reconocimiento estatal de la verdadera y
dramática situación en que nos encontramos, entonces comenzará la era del rescate
ecológico, cuya aurora comienza a vislumbrarse.
Para entender la acción recuperadora que deberemos emprender, hay que definir cómo se
ejercen las alteraciones ecológicas de la biosfera; para ello hay que considerar dos
parámetros:
1. El abuso de los recursos naturales renovables, que estamos usando sin medida, hasta
exterminarlos.
2. introduciendo en nuestra biosfera sustancias derivadas del quehacer industrial,
tecnológico y urbano.
Es por ello que las soluciones deben propender a detener estos excesos. para ello es
imperativo el conocimiento de esta multiciencia que es la ecología que, poco a poco, hará
cambiar de hábitos a la humanidad.
Figura 03: Formación de la lluvia ácida. Sólo muestra aquí una industria que quema
carbón, pero los automóviles y las fundidoras de metal también producen gases que
forman ácidos.
Figura 04: La escala de pH con algunos valores y rangos representativos. El rango del pH
de precipitación de ácido corresponde a los promedios peso-volumen al año de muestras
de precipitaciones semanales.
BIBLIOGRAFIA
• Libros Dr. Juan Grau V. (1996). El libro rojo del medio ambiente.Chile.
• John Harte, Cheryl Holdren, Richard Schneider, Christine Shirley (1995) Guia de
las Sustancias Contaminantes. E.E.U.U.
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