PRÁCTICAS DE ENSEÑANZA EN LOS PROFESORADOS UNIVERSITARIOS DE LA UNQ: DESAFÍOS PARA LAS DIDÁCTICAS ESPECÍFICAS Mariela A. Carassai ; Miriam Medina Universidad Nacional de Quilmes [email protected]; [email protected] Resumen El presente trabajo se inscribe en un proyecto de investigación denominado “las prácticas de enseñanza y el lugar de la reflexión en la formacion de profesores universitarios de la UNQ”. En dicha experiencia, la investigación se articula y desarrolla en la búsqueda de un constante diálogo entre la didáctica general y las didácticas específicas, en tanto otorgan y constituyen los fundamentos de abordaje de los contenidos de enseñanza que los estudiantes desarrollan en sus propuestas didácticas. Dichos fundamentos, plantean una necesaria correspondencia entre la didáctica general y las didácticas específicas. La primera como receptora de las influencias de otras disciplinas, trabaja sobre el conocimiento que se transmite a través de la enseñanza, pero también como fuente productora de conocimientos, ya que la praxis constituye un punto de partida para repensar y reflexionar acerca de la propia práctica docente. Por su parte, la didáctica específica, aporta las problemáticas propias de la enseñanza respecto a su propia disciplina. Evitando, de este modo, la mirada fragmentada de la disciplina en la que se inscribe cada profesorado (Ciencias Sociales, Comunicación y Educación). Esta propuesta se concibe de manera interdisciplinaria para evitar la mirada oblicua de las didácticas específicas, respecto a poco reconocimiento del aporte de la didáctica general. Palabras clave: prácticas de la enseñanza – profesorados - didáctica general - didáctica específica Acerca de las Prácticas de Enseñanza A mediados del 2008, la Universidad Nacional de Quilmes realizó la apertura de nuevas carreras de formación de profesores en Comunicación Social, Educación y Ciencias Sociales para los niveles Secundario y Superior. La carrera de Profesorados posee dentro de organización curricular, el espacio de Prácticas de la Enseñanza, pensado y desarrollado mediante el trabajo colaborativo de un equipo de Profesores, quienes consideran a las prácticas docentes como prácticas profesionales, pensadas en los términos epistemológicos de Ardoino (2005: 35) como un “camino-caminante que requiere de acompañamiento y ser acompañado” toda vez que acompañamiento y camino marchan juntos y nos hablan de sujetos. Desde esta perspectiva, los sujetos formadores, posicionados en una concepción de Educación que implica capacidades para la transmisión de contenidos y que sitúan a las prácticas dentro del paradigma de la complejidad, definiendo a las mismas como construcciones inciertas, modificables e históricas articuladas entre las necesidades del contexto y las contingencias singulares de cada centro educativo. En este sentido, se realiza un abordaje de las problemáticas educativas detectadas en las Instituciones desde un diálogo crítico que prevea y sustente la futura inserción de los estudiantes. De este modo, se arbitran decisiones pedagógicas para que los sujetos en formación profesional puedan constituirse en sus roles comprendiendo el valor de una enseñanza comprometida con las distintas facetas de la realidad social, que enmarcan a las instituciones de nivel medio y superior dentro de un área poblacional del conurbano bonaerense. Por ello se necesita de condiciones y dispositivos de formación especialmente diseñados y evaluados para llevar adelante el espacio de Prácticas de la Enseñanza. Los mismos presentan distintas finalidades, entre ellas la construcción y socialización de las prácticas, el acompañamiento y tutorías, la formación de la identidad profesional, viabilizar la participación de los estudiantes en talleres interinstitucionales, en talleres de Educación No Formal y de Educación Sexual, y el favorecimiento de la generación de saberes comunicativos profesionales que incluyan aportes de las TICs. Entendemos por dispositivo “lo que dispone y lo que se pone a disposición, posibilita crear y desarrolla” (Souto, 1999: 7) mediante un trabajo que introduce lo técnico y la relación teoría-práctica. De esta manera, los dispositivos quedan presentados como “espacios, mecanismos, engranajes o procesos” (Sanjurjo, 2009: 1) que proveen o asisten en el planteo de alternativas de intervención en un proyecto o en la resolución de ciertas problemáticas, y que, consecuentemente, provocan transformaciones que han podido ser anticipadas o no. Entre los dispositivos mencionados se pueden destacar: a) la construcción reflexiva de las prácticas y su socialización, b) el acompañamiento y las tutorías c) el de despliegue de las competencias comunicativas profesionales con la inclusión del aporte de las TICs. En este trabajo, desarrollaremos, en parte, el dispositivo de la “construcción reflexiva de las prácticas y su socialización”. La formación docente, desde nuestra mirada, apunta por sobre todas las cosas, a la generación de un saber producto de la reflexión sobre el acontecer en el aula. Se propicia la reflexión de los estudiantes como un proceso que contempla diferentes niveles de complejidad. Para ello, se proponen estrategias que permitan desarrollar saberes orientados a la indagación y mejora de sus propias prácticas. De este modo se observa que en los inicios de la práctica docente, los estudiantes presentan un relato sumamente descriptivo y gradualmente, van implicándose y enriqueciendo sus relatos e inferencias con el marco teórico conceptual. Las formas de trabajo cooperativa, en parejas y en equipos, facilitan la interiorización progresiva sobre conductas de explicación, de anticipación, de justificación, de interpretación, exteriorizadas mediante el diálogo (Perrenoud, 2004). En el espacio de Prácticas de la Enseñanza los estudiantes realizan observaciones, registros y bitácoras de clase y planifican microclases y clases que luego realzarán en instituciones de nivel Medio, Superior y ámbitos no formales. En este sentido un "hacer" reflexivo demanda que recurran a la Didáctica entendida como disciplina centrada en la enseñanza, actividad de enseñanza, transmisión cultural, intervención social. Al compartir un espacio común, el Taller de Prácticas de la Enseñanza, los estudiantes de los diferentes profesorados (Educación, Comunicación y Sociales) trabajan para desarrollar propuestas de intervención docente, donde se articulan en un constante diálogo la didáctica general y las didácticas específicas. En este punto se producen tensiones, Menghini, R (2014, 30) señala que para algunos autores como Davini (2008) la Didáctica General debe abocarse a la enseñanza en su estructura y lógica general y las Específicas deben abordar dos factores puntuales de la enseñanza: los contenidos y las características evolutivas de los sujetos a quienes se pretende enseñar. Cabe destacar, que esta perspectiva se trabaja también en un curso denominado “Didáctica de las Ciencias Sociales”. De acuerdo a las experiencias observadas con estudiantes de la carrera, deben recurrir al campo de la Didáctica General y las Específicas (al ser Profesorados de diferentes disciplinas se requieren nociones de los campos específicos) de manera anticipada para poder diseñar y planificar lo que van a realizar, tanto como posteriormente a la realización de las clases, para evaluar lo que sucedió y pensar en posibles modificaciones de contenidos, estrategias, recursos y de este modo, diseñar las nuevas clases y/o encuentros con mayor sustento teórico que les permitirá a futuro tomar diferentes decisiones pedagógicas. Es decir que se continúa con la profundización de dicha propuesta para que tanto el campo de la práctica como el de la teoría se enriquezcan mutuamente. La importancia de trabajar con procesos reflexivos El eje estructurante de la propuesta de las prácticas de enseñanza consiste en considerar las prácticas docentes como prácticas profesionales, en tanto, requieren y son producto de la reflexión, las intervenciones deliberadas, contextualizadas y fundamentadas en conocimientos teóricos. Por ello también la reflexión, como eje estructurante de la propuesta, fue repensada para darle mayor relevancia al desarrollo de las prácticas de enseñanza. Al respecto, se consideró el aporte de Perrenoud (2001) acera de dos posturas fundamentales en relación a la enseñanza: “Práctica reflexiva, porque en las sociedades en transformación, la capacidad de innovar, de negociar, de regular su práctica es decisiva. Pasa por una reflexión sobre la experiencia, la que favorece la construcción de nuevos saberes. Implicación crítica porque las sociedades necesitan que los profesores se comprometan en el debate político sobre la educación… a propósito de los fines y de los programas de la escuela, de la democratización de la cultura, de la gestión del sistema educativo, del lugar de los usuarios, etc.” (Perrenoud, 2001) Por ello, se pone en juego el “procedimiento clínico” de Perrenoud (2001:27) para el desarrollo de las Prácticas de enseñanza, contemplando que: una práctica reflexiva pasa por saberes extensos, para no caer en circuito cerrado en los límites del sentido común ; la implicación crítica de los profesores en el sistema exige una cultura histórica, económica, sociológica que va más allá de lo que hay que manejar en la clase ; asimismo, la construcción de una identidad profesional y disciplinar requiere de la apropiación de saberes teóricos o metodológicos amplios. Por si misma, la experiencia no es formadora. Debe ser acompañada, guiada y luego analizada. Ser reflexivo, no es solo pensar. Es reflexionar sobre su manera de pensar, de decidir, de actuar, para hacerla evolucionar. Y entonces reflexionar sobre su propio habitus, sobre su personalidad, al igual que sobre las organizaciones y sistemas de acción colectiva en los cuales uno se sitúa. La dimensión reflexiva debería estar presente de manera transversal en todas las unidades de formación en una carrera docente. Es necesario abrir espacios para el intercambio, el diálogo reflexivo, la colaboración, la creatividad y la planificación conjunta de experiencias innovadoras. El individualismo y aislamiento que generalmente caracterizan a la práctica docente (Hargreaves, 1996) se superan, abriendo paso a nuevas formas de trabajo que propician la colaboración y la colegialidad. En este sentido, los estudiantes de Profesorados, recurren a distintos instrumentos y estrategias para poder analizar (se) y reflexionar en sus distintos niveles, pero por sobre todas las cosas necesitan de un espacio, tiempo y condiciones para la reflexión. Las experiencias formativas contribuyen a la construcción y la difusión de una cultura reflexiva en la docencia, a la vez que constituyen un recurso muy potente para desarrollar la cooperación profesional y la transformación de la práctica educativa (Perrenoud, 2004). Para Anijovich y otros (2009: 49) es interesante lo planteado por Shepherd (2006) quien señala qué con el uso de diarios de reflexión entre los estudiantes se produce un "double loop", se habilita la posibilidad de "pensar sobre teorías y modelos mentales implícitos que subyacen a las decisiones y acciones...", es decir se producen meta aprendizajes. Perrenoud (2004: 127), señala que “el talento de un grupo de análisis de prácticas depende de su composición y de las sinergias que se establecen entre las series de preguntas y las interpretaciones de unos y otros”. Por lo que la resolución de problemas implica una constante en la práctica profesional, no se encuentran definidos a priori e implica que deben ser construidos a partir de la praxis. Según indica Perrenoud (2004), la práctica profesional es siempre un proceso de resolución de problemas. Los problemas no se presentan como dados para el profesional, no se ‘aprenden’ en la formación docente, deben ser construidos a partir de los materiales, de las situaciones problemáticas que son incomprensibles, preocupantes e inciertas. Cuando alguien reflexiona desde la acción se convierte en un investigador en el contexto práctico, construye una nueva teoría de un caso único. Relevancia del dialogo entre la Didáctica General y las Didácticas Específicas, en las Prácticas de Enseñanza de los Profesorados de la Universidad Nacional de Quilmes. Estos procesos reflexivos han contribuido a redefinir las prácticas de enseñanza y algunos cursos, ya que se ha observado y se observa aún, que coexisten diversas posturas en relación con la enseñanza de los contenidos de las distintas áreas. Esto responde a diferencias en la formación de los estudiantes, que inclusive, muchos de ellos ya son docentes; como así también a los escasos espacios de actualización, reflexión y construcción colectiva de propuestas con criterios compartidos en las instituciones, sobre esas prácticas de la enseñanza. Sumado a esto, las prácticas de enseñanza se llevan a cabo en contextos complejos, como son las instituciones educativas. Por tanto, no es posible abordarlas desde una mirada simplificada y neutra. Implica pensarlas en su complejidad y singularidad, su multidimensionalidad y su inmediatez. En tanto práctica social, resulta necesario favorecer la construcción de dispositivos que permitan a los futuros profesores intervenir en forma contextualizada, resolviendo las problemáticas que la enseñanza presenta, generando alternativas de acción que a la vez favorezcan la comprensión de las situaciones planteadas, relacionadas con la propia intervención. En este contexto, los estudiantes desarrollan sus propuestas de intervención, tomando a la didáctica como una teoría de la enseñanza, que les permita reflexionar sobre su accionar como docentes, sobre los aprendizajes que intentan propiciar y la metodología que implementan. Las propuestas de las microclases, y de las prácticas en los diferentes niveles, son planificadas y realizadas previamente, frente a los compañeros, y buscan poner en escena, mediante actividades de co-evaluación, hetero-evaluación y auto-evaluación, la reflexión de la propuesta. Una vez aprobada la propuesta, el estudiante realiza distintas visitas al grupo en el ámbito en el que van a practicar, para poder contextualizar la propuesta. Las evidencias de esta experiencia, que señalan los compañeros, los docentes y los mismos estudiantes sobre su microclase, demuestran que las interpretaciones y las percepciones, resultan significativas para la reformulación de la propuesta. Al mismo tiempo, se trabaja sobre el tratamiento del contenido, a partir de las evaluaciones mencionadas. Esto ha presentado una complejidad, que debió ser contemplada con especial atención, al comienzo del dictado de las Prácticas de Enseñanza; ya que las tradiciones disciplinares, tuvieron que ser reflexionadas para rediseñar el espacio formativo de las prácticas, como así también de algunos cursos de la Carrera. Cabe señalar que las tradiciones operaban en las prácticas docentes, con su consecuente naturalización. Esto dificultaba el trabajo de las Prácticas, por lo que fue necesario profundizar los procesos de reflexión. Se considera que “Las creencias se construyen durante la práctica, por acumulación de "saberes de experiencia " o por la formación de nuevos esquemas de acción, enriqueciendo o modificando lo que se llamará con Bourdieu un habitus. Sin embargo, corresponde a la formación inicial desarrollar los recursos básicos y asimismo entrenar su movilización (Perrenoud, 2001). El debate se enmarcó en poder realizar definiciones acerca del posicionamiento en relación a la didáctica general, la didáctica específica y su relación. A partir de diversas reuniones, de los diagnósticos de clase, de lectura y discusión de textos teóricos, se reflexionó sobre: En principio se definieron algunos interrogantes para ser discutidos: ¿Puede constituirse una didáctica por contenidos (didáctica específica) sin considerar un campo de estudio general (didáctica general) en el universo del conocimiento didáctico? (Steiman y otros, 2004: 1). ¿Es la didáctica específica una disciplina devenida de la didáctica general? (Steiman y otros, 2004: 2). ¿Cuál es la utilidad y significación de la participación en el proyecto de un especialista en didáctica, si las propuestas de las didácticas especiales pueden desarrollarse como diálogo entre psicólogos y especialistas en las disciplinas? (Davini, 1998). En qué consistiría la mediación de la didáctica general, entendiendo su papel articulador entre la teoría y la acción? (Davini, 1998). En qué consistiría el vínculo teórico y metodológico entre la didáctica especial y las especializaciones? (Davini, 1998). A partir de estos interrogantes y sendas discusiones, se pudo acordar: La didáctica apunta a desarrollar un cierto tipo de intervención social: acción que implica una intervención pedagógica (Camilloni, 1998) La didáctica general se constituye como una teoría acerca de las prácticas de enseñanza en el universo simbólico del aula, estamos en consecuencia frente a una teoría de la intervención social. La didáctica, al ocuparse de la acción pedagógica, se ocupa en oferente y dadora de teoría en el campo de la acción social y del conocimiento. La didáctica es una teoría crítica y constructiva. Crítica, porque pone en tensión, problematiza, una práctica con diversos constructos teóricos, y constructiva, porque su acción se orienta hacia la formación de las nuevas generaciones Asimismo los problemas de la enseñanza son siempre situacionales y requieren de soluciones contextualizadas de acuerdo con las características específicas de la experiencia educativa. (Davini, 1996) A partir de estas definiciones se pudo establecer que la didáctica: Establece la teoría fundamental de la enseñanza, presentando los conceptos y caracteres de sus principales fases o etapas, en estrecha correlación con la marcha del aprendizaje de los alumnos/as; Establece los principios generales, criterios y normas que regulan toda la labor docente para dirigir bien la educación y el aprendizaje de acuerdo con los objetivos educativos y culturales establecidos; Examina críticamente los diversos métodos y procedimientos de enseñanza, antiguos y modernos, y fija las condiciones y normas de su aplicabilidad y eficacia; Estudia los problemas comunes y los aspectos constantes de la enseñanza, cualquiera sea la materia a la que se aplique, pues aquellos que la reciben, los alumnos, son los mismos, trátese de enseñarles ciencias o letras o artes; Analiza críticamente las grandes corrientes del pensamiento didáctico y las tendencias predominantes en la enseñanza moderna. Todo ello sin dejar de lado los contenidos disciplinares, que son valiosos por los aportes específicos que realizan, pero que estas didácticas especiales, aparece “desvinculadas de una propuesta didáctica global y, por ende, del proyecto políticocultural pedagógico” (Davini, 1998). Asimismo se contempló que “Los aportes de grupos de estudios e investigación de las didácticas disciplinares realizan valiosos aportes al estudio de los procesos de enseñar y aprender; pero paralelamente hay fuerte y pertinaz tendencia a cerrarse en la disciplina específica, disminuyendo los intercambios con la didáctica general” (Steiman y otros, 2004: 14). Si bien el dialogo entre las didácticas específicas y la didáctica es complejo, ya que las primeras procuran su dominio y autonomización en la producción y en la intervención en la práctica escolar; sumado a que mientras la didáctica se diluye el carácter normativo-prescriptivo, las didácticas especificas desarrollan propuestas de intervención; la enseñanza es un objeto complejo que debe analizarse en forma interdisciplinaria. Más aún en un espacio compartido que reune diferentes formaciones y trayectorias. En general la escucha, el intercambio y el trabajo grupal interdisciplinario favorecen una formación docente de mayor apertura para comprender diferentes puntos de vista y a resolver diferentes tipos de problemáticas. Por ello se trabaja en las distintas propuestas, la importancia de problematizar sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje en los términos de Contreras Domingo (1990): la didáctica, “Es la disciplina que explica los procesos de enseñanza-aprendizaje para proponer su realización consecuente con las finalidades educativas”. Tomando como referencia el contexto, esta propuesta reflexiona sobre la enseñanza, concibiendo la didáctica como una “Teoría acerca de las prácticas de la enseñanza significadas en los contextos socio-históricos en que se inscriben” (Litwin, 1998: 94). Por ello, que imprescindible contemplar que: La didáctica es una teoría de la intervención social. Es imprescindible concebir la acción pedagógica dentro de un marco referencial integrador. Las fecundaciones reciprocas son necesarias. Los aportes son significativos y las interrelaciones con fértiles. (Camilloni, 2007 en Insaurralde, 2009: 37). La didáctica, desde esta mirada, se contempla como una disciplina convocante, aglutinante, donde la didáctica general y las específicas interactúan y debaten integrando el campo de las ciencias sociales para así, abarcar su complejidad. La didáctica general no puede reemplazar a las didácticas específicas ni éstas a aquélla (Camilloni, 2007 en Insaurralde, 2009: 37). A modo de conclusión, pero dejando abierto a la reflexión los análisis realizados, podemos señalar que en la Práctica de la Enseñanza, se contemplan las discusiones disciplinares en clave de la propuesta pedagógica. Es un espacio abierto, con definiciones para seguir pensando y trabajando. Sin embargo, es innegable que la didáctica trabaja sobre el conocimiento que se transmite a través de la enseñanza, pero también como fuente productora de conocimientos, ya que la praxis constituye un punto de partida para repensar y reflexionar acerca de la propia práctica docente. Y la didáctica específica, por su parte, aporta las problemáticas propias de la enseñanza respecto a su propia disciplina. Evitando, de este modo, la mirada fragmentada de la disciplina en la que se inscribe cada profesorado y fomentando un frecuente diálogo con la didáctica general. Esto no implica negar los aportes de las didácticas específicas. Muy por el contrario, implica que entren en diálogo permanente y de construcción conjunta, para que la enseñanza sea una intervención social, y que deriven en una acción pedagógica significativa. Al definirse la didáctica general como teoría acerca de las prácticas de enseñanza en el universo simbólico del aula, estamos en consecuencia frente a una teoría de la intervención social. Por ello la necesidad de fortalecer a la didáctica general, desde la praxis y desde el aporte de las didácticas específicas. Referencias Bibliográficas Anijovich, R. (comp). (2010) La evaluación significativa. Buenos Aires. 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