Segunda Parte - Miolo M Erudita ESPANHOL.p65

Anuncio
Francisco Mignone
FUNDAÇÃO BIBLIOTECA NACIONAL – DIVISÃO DE MÚSICA E ARQUIVO SONORO
Lorenzo Fernandez
FUNDAÇÃO BIBLIOTECA NACIONAL – DIVISÃO DE MÚSICA E ARQUIVO SONORO
LUTERO RODRIGUES
S
i no hubiesen nacido en el mismo año, 1897, Francisco
Mignone y Oscar Lorenzo Fernandez no estarían
frecuentemente asociados, aún teniendo en cuenta las
varias similitudes entre sus características y vivencias
personales, comprendiendo desde la común elección
de sus profesiones, la actuación en el mismo espacio
físico-cultural, hasta la adhesión, en la condición
de compositores, a las propuestas estéticas semejantes.
Sin embargo, si miramos de forma más atenta, veremos
que sus trayectorias fueron desiguales, lo que reputamos
a tres razones fundamentales: sus orígenes, las diferentes
personalidades y la fatalidad que interrumpió de manera
prematura la vida de Lorenzo Fernandez, estableciendo
una gran distinción entre los períodos de tiempo
que ambos dispusieron para actuar y producir.
Francisco Mignone nació en São Paulo, el día 3
de septiembre de 1897, hijo de un joven músico italiano
Alferio Mignone, flautista que había emigrado para
Brasil en el año anterior. La provinciana São Paulo
no ofrecía muchas oportunidades de trabajo a un
instrumentista de orquesta, entidad musical hasta
entonces inexistente en la ciudad, a no ser en la forma
de agrupaciones musicales heterogéneas reunidas
ocasionalmente. Mientras, la ciudad crecía y se
desarrollaba rápidamente: en 1906, comenzaron las
actividades del Conservatorio Dramático y Musical de
São Paulo, del cual Alferio Mignone se volvió profesor;
en 1911 se inauguró el Teatro Municipal de São Paulo
y al año siguiente, fue creada la Sociedad de Cultura
Artística; finalmente, en 1921, fue fundada la Sociedad
de Conciertos Sinfónicos de São Paulo, entidad que
congregó una orquesta con un cuadro regular
de instrumentistas, entre ellos Alferio Mignone.
Ser hijo de un músico italiano – profesión mal vista
en la época – viviendo fuera del gran centro de los
acontecimientos y de las principales instituciones
musicales del país, Rio de Janeiro, era un origen
desfavorable, a no ser para quien también estaba
98
destinado a ser músico. Desde muy temprano Francisco
Mignone recibió una esmerada formación musical
estudiando flauta y piano; a los 15 años ingresó en el
Conservatorio Dramático y Musical de São Paulo donde
fue orientado por los mejores profesores que había
en la ciudad: su propio padre (flauta) y el célebre
maestro italiano Agostino Cantú (piano, armonía,
contrapunto y composición). A los 19 años recibió los
diplomas de flauta, composición y piano, tres vertientes
que le fueron útiles en diferentes momentos de la vida.
Cuando terminó el Conservatorio, el joven Mignone
ya era conocido en el ambiente musical paulista. Desde
los 13 años de edad, tocaba piano en pequeñas orquestas
para ayudar en los gastos de sus estudios y
eventualmente, actuaba también como flautista, no sólo
en orquestas, sino también en conjuntos de “chorinhos”
(música popular) por las calles de São Paulo. Comenzaba
también a revelar su talento para la composición
creando piezas de cuño popular, con el seudónimo
de “Chico Bororó”.
Para el público erudito paulistano, el estreno oficial
de Mignone fue el 16 de diciembre de 1918 y fue
un gran éxito. Él actuó como pianista en un solo,
el 1er.movimiento del Concierto de Grieg, y como
compositor, pues dos de sus obras sinfónicas fueron
también estrenadas: el poema sinfónico Caramurú (1917)
y la Suite Campestre (1918). São Paulo tenía una ley
singular, el llamado Pensionado Artístico del Gobierno
del Estado, que concedía becas de estudio en el exterior
para jóvenes artistas, siempre que sus nombres fuesen
aprobados por una comisión presidida por el entonces
diputado Freitas Valle, un admirador del talento de
Mignone. Después del éxito del concierto, la obtención
de la beca por Mignone fue una consecuencia natural,
como también fue natural su destino a Italia. Además
de la facilidad del idioma y su propio origen, la cultura
musical italiana dominaba la vida musical paulistana,
donde actuaban muchos músicos originarios de aquel
país, aunque la influencia francesa preponderase en
todos los otros ramos culturales, como de hecho sucedía
en todo Brasil.
Sin resistir a la digresión, cuál podría haber sido
el impulso inicial en la carrera del joven compositor
y su destino después de recibirse, si hubiese mostrado
sus cualidades excepcionales de músico, cursando no
el conservatorio paulistano, y sí el Instituto Nacional de
Música en Rio de Janeiro, de mucho mayor visibilidad?
En 1920 Mignone llegó a Milán y sólo retornaría
al Brasil, definitivamente, en 1929. Durante ese período,
volvió a nuestro país pocas veces y por cortas
temporadas, generalmente para acompañar la ejecución
de sus principales composiciones de la década. En Italia,
estudió armonía, contrapunto, fuga y composición con el
célebre maestro Vincenzo Ferroni, que tuviera formación
francesa como discípulo de Massenet. Su nombre estaba
ligado a la historia de la música brasileña, pues había
sido colega de Francisco Braga y profesor de Alexandre
Levy. Mignone solidificó y amplió sus conocimientos,
inclusive en orquestación, arte para la que
ya demostraba especial aptitud.
En São Paulo, la orquesta de la Sociedad de
Conciertos Sinfónicos, que se responsabilizaba por
la ejecución de sus nuevas obras, también promovía
concursos de composición, dos veces ganados por
Mignone, en 1923 y 1926. Las principales obras del
compositor, durante este período, fueron dos óperas:
El Contratista de Diamantes (1921) y L’innocente (1927),
ambas con texto en italiano, en la época considerado
casi el lenguaje oficial de la ópera. Una danza sinfónica
del Contratador, la conocida Congada, obtuvo gran éxito
al ser incluida en la programación de la Orquesta
Filarmónica de Viena, bajo la regencia de Richard
Strauss, en su paso por Brasil, en 1923, anticipando
el éxito que la ópera alcanzaría al año siguiente al ser
estrenada en Rio de Janeiro.
Más éxito aún obtendría su segunda ópera,
L’innocente, en su estreno en Rio de Janeiro, en 1928,
y algunos liderazgos de la vida cultural brasileña, junto
con sectores de la prensa, comenzaron a vaticinar que
Mignone sería el sucesor de Carlos Gomes. Mientras
tanto, ni Carlos Gomes tenía una reputación inatacable
entre las diversas facciones modernistas, ni Mignone,
Francisco Mignone. Festa das Igrejas. Partitura manuscrita autografiada.
FUNDAÇÃO BIBLIOTECA NACIONAL – DIVISÃO DE MÚSICA E ARQUIVO SONORO
que comenzó a ver cuestionadas sus óperas italianas
a través de los mismos sectores de nuestros intelectuales.
Uno de ellos era un viejo conocido suyo, Mário de
Andrade, antiguo colega del Conservatorio que escribió:
“Pero, ¿qué valor nacional tiene El Inocente?
Absolutamente ninguno. En música italiana, Francisco
Mignone será uno más, en una escuela brillante, rica,
numerosa, que él no aumenta. Aquí él será un valor
imprescindible.” (Mariz, 1997: 13).
Sin embargo, Mário no había hecho apenas este
elegante apelo a Mignone; en otra ocasión, dirigiéndose
a los compositores brasileños en general, dijo:
“Todo artista brasileño que en el momento actual
haga arte brasileña, es un ser eficiente con valor
humano. El que haga arte internacional o extranjero,
si no es genio, es un inútil, un nulo. Y es una
reverendísima bestia.” (Andrade, s/d.:19).
Volviendo a Brasil, en 1929, Mignone tomó la
decisión que generó profundos cambios en su música,
99
adhiriendo al nacionalismo. Muchos años más tarde,
al cumplir 70 años, en una bien humorada entrevista
concedida al Jornal do Brasil, el compositor afirmó que
había tomado la decisión para “no ser considerado…
una reverendísima bestia”.
Bajo la influencia de Mário de Andrade, de quien
se volvió un gran amigo, Mignone compuso, a partir
de 1929, la serie de las 4 Fantasías Brasileñas para Piano
y Orquesta, de inequívoca tendencia nacionalista. En 1933
se mudó para Rio de Janeiro, ciudad donde viviría hasta
su muerte, e inició un ciclo de obras, especialmente
sinfónicas, basadas en elementos característicos
de la cultura negra de Brasil: Maracatú del Chico Rey
(1933), Babaloxá y Batucajé (1936, Leilão (Remate) (1941).
El llamado “ciclo negro” de su música provocó
cuestionamientos, inclusive de Mário de Andrade,
haciendo que el compositor buscase otros rumbos.
Sin embargo, estas no fueron sus únicas obras del
período; también compuso el célebre ciclo de los 12
Valses de Esquina (1938-1943), obras que nos remiten a la
vivencia de serenatas de “Chico Bororó”en las calles de
São Paulo. De todos los compositores influenciados por
Mário de Andrade, él fue quien más dejó traslucir
en su música los ideales socialistas de la fase final
de la vida de Mário, a través de obras como Sinfonía
del Trabajo (1939) y Fiesta de las Iglesias (1940).
Eventuales crisis de auto cuestionamiento formaban
parte de la personalidad de Mignone, volviéndose
responsables por varios cambios de rumbos en su vida.
En una de ellas, la composición fue temporariamente
preterida por la dirección, actividad que su múltiple
talento musical permitía ejercer con perfección,
recordando que desde 1934, Mignone había asumido
el cargo de Director del Instituto Nacional de Músicas
y había tenido la oportunidad de dirigir grandes
orquestas de Europa, como la Filarmónica de Berlín.
En otro de estos momentos de reflexión, exactamente
cuando cumplía sus 50 años, nos dejó una importante
declaración a través del libro La parte del ángel,
exteriorizando los conflictos consigo mismo generados
por su “facilidad natural” con respecto a la música.
La continuación de su trabajo de compositor puede
ser definida por sus propias palabras:
“después de siempre seguir el buen sendero, a los
100
sesenta y más años, me entregué a escribir música por la
música. Me agrado a mí mismo y es lo que basta. Acepto
y empleo todos los procesos de composición conocidos”.
(Mariz, 1997: 46).
Eventualmente, el compositor escribió piezas en un
lenguaje más moderno, pero a partir de la década del 60,
hizo experiencias con la técnica dodecafónica
y la música atonal, volviendo en seguida a su lenguaje
anterior, basado en el credo nacionalista. A pesar
de las crisis ocasionales que dificultaban su trabajo,
la producción musical de Mignone poco a poco,
se volvió muy numerosa, abarcadora y diversificada,
comprendiendo variados géneros y las más diversas
formaciones instrumentales y vocales, desde la música
para piano, canto y piano, música de cámara, hasta
aquella destinada a las grandes formaciones de coro
y orquesta sinfónica. Su producción tiene algunas
particularidades que lo diferencian de el resto del
escenario brasileño, entre ellas el eclecticismo: compuso
más de una decena de bailados, número equivalente
de músicas para filmes cinematográficos, pero también
dos oratorios y siete misas, hecho sorprendente para
un compositor que se declaraba no católico.
Observando la obra de Mignone como un todo,
se puede percibir que prefería componer a partir de
motivaciones exteriores, generalmente literarias, y su
instrumento preferido era la orquesta sinfónica, hecho
que lo volvió, después de Villa-Lobos, el compositor
brasileño que más obras escribió para esta formación
instrumental. La ópera, excluida de su vida por una
opción consciente, volvió a formar parte de ella ya cerca
de su final. Escogiendo asuntos ligados al pasado
histórico brasileño, compuso O Chalaçha (La Burla)
(1976) y El Sargento de Milicias (1978).
Mignone murió el día 19 de febrero de 1986, a los
88 años de edad, y concluimos de la forma que comienza
casi toda la bibliografía existente sobre Mignone,
afirmando que fue él el músico más completo entre todos
nuestros compositores.
También brasileño de primera generación, Oscar
Lorenzo Fernandez nació en Rio de Janeiro, 2 meses
después de Mignone, el día 4 de noviembre, hijo de un
comerciante español de buena situación económica, Don
Casiano Fernandez Alvarez. Desde temprano, su familia
lo destinó a la medicina y él demostraba aptitud para
investigación científica. A los 15 años, empezó a tocar
piano de oído, presentando especial interés por acordes
y armonizaciones mientras que su hermana Amalia, que
estudiaba piano con Enrique Oswald, empezó a darle
nociones de teoría musical. Preparándose para cursar
la Facultad Nacional de Medicina, en 1916, sufrió un
disturbio nervioso que le impidió estudiar por un tiempo,
dedicándose sin embargo, a la música como forma
de relajación. Habiendo ya hecho algunas incursiones
en la composición de piezas de cuño popular, comenzó
a tener clases regulares de piano y al año siguiente
se matriculó en el Instituto Nacional de Música.
A partir de este momento, la vida de Lorenzo
Fernandez se transformó en uno de los mayores
ejemplos de la historia de la música brasileña, sino
el mayor; en determinación y dedicación al objetivo
de volverse músico, teniendo plena conciencia que había
comenzado más tarde de lo que era la práctica normal
recomendada y por lo tanto debería hacerlo con mucho
empeño personal. Tal dedicación fue muy bien recibida
por los maestros del Instituto, con los cuales estudió:
J. Octaviano (teoría y solfeo), Enrique Oswald (piano),
Francisco Braga (composición, contrapunto y fuga)
y especialmente Frederico Nascimento (armonía),
que se volvería su mejor amigo.
En 1923, con el agravamiento de los problemas
de salud del maestro Frederico Nascimento, Lorenzo
Fernandez fue nombrado profesor substituto de la
cátedra de Armonía Superior, convirtiéndose en el
miembro más joven del cuerpo docente de la institución,
puesto en el cual fue confirmado en 1925, después de la
muerte del maestro. Además de esta vertiginosa carrera
académica, desde 1919, Lorenzo Fernandez producía,
anualmente, varias composiciones para piano, canto
y piano, y música de cámara, incluyendo el Trío nº1, que
recibió su estreno en 1923 en un concierto enteramente
dedicado a sus obras, en el Instituto Nacional de Música.
Hasta 1924, sus composiciones gravitaban en torno
a las soluciones estéticas románticas e impresionistas,
aunque el compositor no se mantuviese en contra de las
nuevas propuestas modernistas. Había estado presente
en la Semana de Arte Moderno de São Paulo, y comenzó
a desarrollar junto con Graça Aranha, uno de los
Lorenzo Fernandez. Fotografia firmada por Nicolas.
FUNDAÇÃO BIBLIOTECA NACIONAL – DIVISÃO DE MÚSICA E ARQUIVO SONORO
participantes de la Semana, el proyecto de composición
de una ópera basada en el texto de Malazarte, de aquel
autor, al mismo tiempo que iniciaba una amistad, que
se volvería sólida, con Mário de Andrade.¹
A partir de 1924, Lorenzo Fernandez manifestó
su adhesión al nacionalismo musical brasileño con la
composición de la Canción Sertaneja (Canción del Interior)
y del Trío nº 2, denominado Trío Brasileño. Al año
siguiente, produjo su primera obra orquestal, la Suite
Sinfónica sobre Tres Temas Populares Brasileños, revelando
un interés que sería siempre creciente por el arte de la
orquestación y la música sinfónica. El poema sinfónico
Imbapará (1928) ya fue una obra de mayor aliento y su
sucesora, Reisado do Pastoreio (danza dramática popular sobre
el día de Reyes) (1930), terminaba con un Batuque (danza
popular sobre el golpeteo del tambor africano) que se
volvería célebre en la década del 30. Después de ser
publicado por la Ricordi italiana (1936), fue ejecutado
por grandes directores y orquestas de varios países del
101
102
COO PER AÇÃO
E
D E S E N V O LV I M E N TO
NA
AMAZÔNIA
D I S C O G R A F ÍA
Música de Francisco Mignone
1 – ESTE BRASIL QUE EU AMO
Intérprete: Eudóxia de Barros, pianista
“No fundo do meu quintal”
Editora Paulinas Comep – São Paulo CD 6673-7
2 – PIANO BRASILEIRO (2CDs)
Intérprete: Francisco Mignone, pianista
“Lendas Sertanejas nº 6,7, 8”
Funarte – Fun 004-5M/95
3 – FRANCISCO MIGNONE – 17 CHOROS PARA PIANO
Intérprete: Maria Josephina Mignone, pianista
“17 Choros para Piano”
Funarte – ATR 32034
4 – PANORAMA DA MÚSICA BRASILEIRA PARA PIANO
Intérprete: Belkiss Carneiro de Mendonça, pianista
“Valsa Elegante/Lenda Sertaneja nº 8”
Universidade Federal de Goiás ADD 99129
5 – FRANCISCO MIGNONE – UM CONCERTO E 19 CANÇÕES
Intérpretes: Maria Josephina Mignone, pianista
Orquestra Sinfônica Nacional. Dirección: Alceo Bocchino
Glória Queiroz, medio soprano
Francisco Mignone, pianista
“Concerto para Piano e Orquestra e 19 Canções”
Soarmec – Radio MEC S003
6 – FRANCISCO MIGNONE
Intérpretes: Maria Josephina Mignone, pianista
Noel Devos, fagotista
Orquestra Sinfônica Nacional da Radio MEC,
Dirección: Francisco Mignone
“Fantasia Brasileira nº 3”, para Piano e Orquestra. “Leilão – Bailado
Concertino para fagote e Orquestra”. “Música nº1”, para Orquestra.
Funarte – ATR 32036
mundo, siendo también grabado; terminó por volverse
la obra de mayor éxito de toda la carrera del compositor.
Mientras tanto, Lorenzo Fernandez no veía límites
para sus actividades, asumiendo cada vez más tareas.
Desde la década del 20, actuaba como crítico musical
y colaborador de revistas especializadas en música,
llegando a tener más responsabilidades de esta
naturaleza, tales como redactor y hasta fundador
de periódicos del género. Se volvió también auxiliar
de Villa-Lobos en los proyectos de educación
implantados por el gobierno Vargas, lo que los aproximó
al punto de que se volvieran grandes amigos. Sin
embargo, el esfuerzo sobrehumano de Lorenzo
102
Fernandez fue aquél despendido en la actividad
pedagógica, acumulando actividades en las principales
instituciones de enseñanza musical de Rio de Janeiro
de su época: profesor de armonía, más tarde también
de contrapunto y fuga de la Escuela (ex Instituto)
Nacional de Música) (desde 1923), fundador y director
del Conservatorio Brasileño de Música (desde 1936),
profesor y director interino (cuando Villa-Lobos
viajaba) del Conservatorio Nacional de Canto Orfeónico
(desde 1943).
Interrumpiendo esta insana actividad cerca
de siete meses, en 1938, el compositor fue comisionado
por el gobierno brasileño para representar al país
en el Festival Iberoamericano de Música, en Colombia,
y aprovechando la ocasión realizó extensa tournée
artística por cinco países latinoamericanos: Colombia,
Perú, Chile, Argentina y Uruguay; y dos
centroamericanos: Panamá y Cuba. En esta oportunidad,
actuó como conferencista y director, interpretando obras
de nuestros mayores compositores y obteniendo gran
éxito, no apenas artístico, sino que también personal,
pues se expresaba perfectamente en español,
la lengua de sus padres.
Durante la década del 30, Lorenzo Fernandez
continuó trabajando en la composición de su ópera,
Malazarte, y finalmente, en 1941, dirigió su estreno
en Rio de Janeiro con gran éxito. La ópera fue cantada
en italiano, lo que era común en las décadas anteriores,
como sucedió con las óperas de Mignone, en los años 20
– ambas, sin embargo, compuestas en Italia – pero era
curioso para los años 40. Años antes, ya había
presentado fragmentos de la obra en la forma de suite
sinfónica, inclusive en su viaje a Latinoamérica.
En relación al contenido musical de sus obras,
Luiz Heitor observó que:
Al contrario de otros autores nuestros que, bien
o mal, han pagado su tributo a las grandes formas
musicales, escribiendo Sonatas, Sinfonías o Conciertos;
Lorenzo Fernandez las evitó en su obra, que tiende
francamente a la interpretación pictórica de la sugestión
musical, poniendo títulos de intención descriptiva a casi
todas sus composiciones. (Azevedo, 1950: 307).
Si esta afirmación era verdadera para la producción
inicial del compositor, ya en la década del 30
comenzaron a surgir obras que irían a contrariarla, por
lo menos en parte, en aquello que se refiere a la ausencia
de grandes formas musicales, como los dos Conciertos
para Piano y Orquesta (de 1935 y 1936, respectivamente).
En la década del 40, el compositor continuó con
Concierto para Violín y Orquesta
(1941/42), Sinfonía nº 1 (1945), Cuarteto nº 2 (1946),
Sinfonía nº 2, “El Cazador de Esmeraldas” (1946/47)
y Sonata Breve, para Piano (1947).
su nueva tendencia:
Tal como otros varios compositores de la historia
de la música occidental, Lorenzo Fernandez esperó hasta
DISCOGRAFIA
Música de Lorenzo Fernandez
1 – PIANO BRASILEIRO (2CDs)
Intérprete: Maria Romelita, pianista
“Triste Modinha,Valsa Suburbana”
Funarte – Fun 004-5M/95
2 – PANORAMA DA MÚSICA BRASILEIRA PARA PIANO
Intérprete: Belkiss Carneiro de Mendonça, pianista
“Valsa Suburbana, Três Estudos en Forma de Sonatina”
Universidade Federal de Goiás ADD 99129
3 – LORENZO FERNANDEZ vol.1
Intérpretes: Quinteto de Viento de la Radio MEC
Anna Cândida, pianista
sentirse maduro para lanzarse a las grandes formas
Quarteto de Cordas da Rádio MEC
musicales. Sin embargo, ni llegó a oír sus últimas obras,
Lenir Siqueira, flautista; José Botelho, clarinetista;
pues en la mañana del día 27 de agosto de 1948,
Angelo Pestana, fagotista
habiendo dirigido un concierto en la noche anterior,
fue encontrado muerto en su propio lecho, poco antes
de cumplir 51 años de edad.
La obra musical dejada por Lorenzo Fernandez
no es numerosa como la de sus colegas contemporáneos
que, sin embargo, vivieron mucho más que él. Es sí una
obra de calidad, especialmente la música sinfónica y las
canciones, de armonía muy rica, llegando a ser osada,
frecuente textura polifónica con elaborado tratamiento
temático y maestría en la orquestación.
La distribución de sus pocas obras en numerosos
y variados géneros, formas y formaciones instrumentales
y vocales, nos da la impresión que ellas corresponden
Miguel Proença, pianista
Margarida Martins Maia, soprano; Leonora Gondim, pianista
“Suite para Quinteto de Vientos, Nocturno para Piano,
Quarteto nº 1, Duas Invenções Seresteiras, Suite Brasileira nº 3,
para Piano,7 Canções”
Soarmec – Radio MEC S 011
4 – LORENZO FERNANDEZ vol.2
Intérpretes: Orquestra Sinfônica Brasileira,
Dirección: Alceo Bocchino
Leonor de Macedo Costa, pianista
Maria de Lourdes Cruz Lopes, soprano
Gerardo Parente, pianista
“Sinfonia nº 2, Valsa Suburbana, Sonata Breve e Três Estudos em
Forma de Sonatina, para Piano,7 Canções”
Soarmec – Radio MEC S 012
al objetivo y gradual cumplimiento de etapas evolutivas
metódicamente preestablecidas, bajo el comando
de una conciencia superior. La avidez con que se dedicó
a la vida y sus actividades parece indicar que presentía
lo breve de su existencia.
BIBLIOGRAFIA
1. Existen controversias sobre la época en que Lorenzo Fernandez
habría entrado en contacto con Graça Aaranha. Para Sérgio
Nepomuceno y Alvim Corrêa, habría ocurrido enseguida después
de la Semana de Arte Moderno. Para Luiz Heitor Corrêa de
Azevedo y Vasco Mariz, esto habría ocurrido más tarde, en 1930.
Janeiro: Rioarte, 1992.
ANDRADE, Mário de. Ensayo Sobre la Música Brasileña. São
Paulo: Martins Editora, s.d..
KIEFER, Bruno. Historia de la Música Brasileña. Porto Alebre:
Editora Movimento, 1982.
ANDRADE, Mário de. Pequeña Historia de la Música.. São Paulo:
Martins Editora, 1981
KIEFER, Bruno. Mignone Vida y Obra. Porto Alegre: Editora
Movimento, 1983.
AZEVEDO, Luiz Heitor Corrêa de. Música y Músicos de Brasil.
Rio de Janeiro: Casa del Estudiante de Brasil, 1950
MARIZ, Vasco. Vida Musical.Rio de Janeiro: Civilización
Brasileña, 1997.
AZEVEDO, Luiz Heitor Corrêa de.150 Años de Música en Brasil.
Rio de Janeiro: José Olympio Editora, 1956.
MARIZ, Vasco. Historia de la Música en Brasil. Rio de Janeiro:
Editora Nova Fronteira, 2000.
CORRÊA, S. N. A. Lorenzo Fernandez Catálogo General. Rio de
LUTERO RODRIGUES
Director y coordinador musical de la Sinfonia Cultura − Orquestra da Rádio e TV Cultura de São Paulo y miembro de la Academia Brasileira de Música.
103
Descargar