Francisco Mignone FUNDAÇÃO BIBLIOTECA NACIONAL – DIVISÃO DE MÚSICA E ARQUIVO SONORO Lorenzo Fernandez FUNDAÇÃO BIBLIOTECA NACIONAL – DIVISÃO DE MÚSICA E ARQUIVO SONORO LUTERO RODRIGUES S i no hubiesen nacido en el mismo año, 1897, Francisco Mignone y Oscar Lorenzo Fernandez no estarían frecuentemente asociados, aún teniendo en cuenta las varias similitudes entre sus características y vivencias personales, comprendiendo desde la común elección de sus profesiones, la actuación en el mismo espacio físico-cultural, hasta la adhesión, en la condición de compositores, a las propuestas estéticas semejantes. Sin embargo, si miramos de forma más atenta, veremos que sus trayectorias fueron desiguales, lo que reputamos a tres razones fundamentales: sus orígenes, las diferentes personalidades y la fatalidad que interrumpió de manera prematura la vida de Lorenzo Fernandez, estableciendo una gran distinción entre los períodos de tiempo que ambos dispusieron para actuar y producir. Francisco Mignone nació en São Paulo, el día 3 de septiembre de 1897, hijo de un joven músico italiano Alferio Mignone, flautista que había emigrado para Brasil en el año anterior. La provinciana São Paulo no ofrecía muchas oportunidades de trabajo a un instrumentista de orquesta, entidad musical hasta entonces inexistente en la ciudad, a no ser en la forma de agrupaciones musicales heterogéneas reunidas ocasionalmente. Mientras, la ciudad crecía y se desarrollaba rápidamente: en 1906, comenzaron las actividades del Conservatorio Dramático y Musical de São Paulo, del cual Alferio Mignone se volvió profesor; en 1911 se inauguró el Teatro Municipal de São Paulo y al año siguiente, fue creada la Sociedad de Cultura Artística; finalmente, en 1921, fue fundada la Sociedad de Conciertos Sinfónicos de São Paulo, entidad que congregó una orquesta con un cuadro regular de instrumentistas, entre ellos Alferio Mignone. Ser hijo de un músico italiano – profesión mal vista en la época – viviendo fuera del gran centro de los acontecimientos y de las principales instituciones musicales del país, Rio de Janeiro, era un origen desfavorable, a no ser para quien también estaba 98 destinado a ser músico. Desde muy temprano Francisco Mignone recibió una esmerada formación musical estudiando flauta y piano; a los 15 años ingresó en el Conservatorio Dramático y Musical de São Paulo donde fue orientado por los mejores profesores que había en la ciudad: su propio padre (flauta) y el célebre maestro italiano Agostino Cantú (piano, armonía, contrapunto y composición). A los 19 años recibió los diplomas de flauta, composición y piano, tres vertientes que le fueron útiles en diferentes momentos de la vida. Cuando terminó el Conservatorio, el joven Mignone ya era conocido en el ambiente musical paulista. Desde los 13 años de edad, tocaba piano en pequeñas orquestas para ayudar en los gastos de sus estudios y eventualmente, actuaba también como flautista, no sólo en orquestas, sino también en conjuntos de “chorinhos” (música popular) por las calles de São Paulo. Comenzaba también a revelar su talento para la composición creando piezas de cuño popular, con el seudónimo de “Chico Bororó”. Para el público erudito paulistano, el estreno oficial de Mignone fue el 16 de diciembre de 1918 y fue un gran éxito. Él actuó como pianista en un solo, el 1er.movimiento del Concierto de Grieg, y como compositor, pues dos de sus obras sinfónicas fueron también estrenadas: el poema sinfónico Caramurú (1917) y la Suite Campestre (1918). São Paulo tenía una ley singular, el llamado Pensionado Artístico del Gobierno del Estado, que concedía becas de estudio en el exterior para jóvenes artistas, siempre que sus nombres fuesen aprobados por una comisión presidida por el entonces diputado Freitas Valle, un admirador del talento de Mignone. Después del éxito del concierto, la obtención de la beca por Mignone fue una consecuencia natural, como también fue natural su destino a Italia. Además de la facilidad del idioma y su propio origen, la cultura musical italiana dominaba la vida musical paulistana, donde actuaban muchos músicos originarios de aquel país, aunque la influencia francesa preponderase en todos los otros ramos culturales, como de hecho sucedía en todo Brasil. Sin resistir a la digresión, cuál podría haber sido el impulso inicial en la carrera del joven compositor y su destino después de recibirse, si hubiese mostrado sus cualidades excepcionales de músico, cursando no el conservatorio paulistano, y sí el Instituto Nacional de Música en Rio de Janeiro, de mucho mayor visibilidad? En 1920 Mignone llegó a Milán y sólo retornaría al Brasil, definitivamente, en 1929. Durante ese período, volvió a nuestro país pocas veces y por cortas temporadas, generalmente para acompañar la ejecución de sus principales composiciones de la década. En Italia, estudió armonía, contrapunto, fuga y composición con el célebre maestro Vincenzo Ferroni, que tuviera formación francesa como discípulo de Massenet. Su nombre estaba ligado a la historia de la música brasileña, pues había sido colega de Francisco Braga y profesor de Alexandre Levy. Mignone solidificó y amplió sus conocimientos, inclusive en orquestación, arte para la que ya demostraba especial aptitud. En São Paulo, la orquesta de la Sociedad de Conciertos Sinfónicos, que se responsabilizaba por la ejecución de sus nuevas obras, también promovía concursos de composición, dos veces ganados por Mignone, en 1923 y 1926. Las principales obras del compositor, durante este período, fueron dos óperas: El Contratista de Diamantes (1921) y L’innocente (1927), ambas con texto en italiano, en la época considerado casi el lenguaje oficial de la ópera. Una danza sinfónica del Contratador, la conocida Congada, obtuvo gran éxito al ser incluida en la programación de la Orquesta Filarmónica de Viena, bajo la regencia de Richard Strauss, en su paso por Brasil, en 1923, anticipando el éxito que la ópera alcanzaría al año siguiente al ser estrenada en Rio de Janeiro. Más éxito aún obtendría su segunda ópera, L’innocente, en su estreno en Rio de Janeiro, en 1928, y algunos liderazgos de la vida cultural brasileña, junto con sectores de la prensa, comenzaron a vaticinar que Mignone sería el sucesor de Carlos Gomes. Mientras tanto, ni Carlos Gomes tenía una reputación inatacable entre las diversas facciones modernistas, ni Mignone, Francisco Mignone. Festa das Igrejas. Partitura manuscrita autografiada. FUNDAÇÃO BIBLIOTECA NACIONAL – DIVISÃO DE MÚSICA E ARQUIVO SONORO que comenzó a ver cuestionadas sus óperas italianas a través de los mismos sectores de nuestros intelectuales. Uno de ellos era un viejo conocido suyo, Mário de Andrade, antiguo colega del Conservatorio que escribió: “Pero, ¿qué valor nacional tiene El Inocente? Absolutamente ninguno. En música italiana, Francisco Mignone será uno más, en una escuela brillante, rica, numerosa, que él no aumenta. Aquí él será un valor imprescindible.” (Mariz, 1997: 13). Sin embargo, Mário no había hecho apenas este elegante apelo a Mignone; en otra ocasión, dirigiéndose a los compositores brasileños en general, dijo: “Todo artista brasileño que en el momento actual haga arte brasileña, es un ser eficiente con valor humano. El que haga arte internacional o extranjero, si no es genio, es un inútil, un nulo. Y es una reverendísima bestia.” (Andrade, s/d.:19). Volviendo a Brasil, en 1929, Mignone tomó la decisión que generó profundos cambios en su música, 99 adhiriendo al nacionalismo. Muchos años más tarde, al cumplir 70 años, en una bien humorada entrevista concedida al Jornal do Brasil, el compositor afirmó que había tomado la decisión para “no ser considerado… una reverendísima bestia”. Bajo la influencia de Mário de Andrade, de quien se volvió un gran amigo, Mignone compuso, a partir de 1929, la serie de las 4 Fantasías Brasileñas para Piano y Orquesta, de inequívoca tendencia nacionalista. En 1933 se mudó para Rio de Janeiro, ciudad donde viviría hasta su muerte, e inició un ciclo de obras, especialmente sinfónicas, basadas en elementos característicos de la cultura negra de Brasil: Maracatú del Chico Rey (1933), Babaloxá y Batucajé (1936, Leilão (Remate) (1941). El llamado “ciclo negro” de su música provocó cuestionamientos, inclusive de Mário de Andrade, haciendo que el compositor buscase otros rumbos. Sin embargo, estas no fueron sus únicas obras del período; también compuso el célebre ciclo de los 12 Valses de Esquina (1938-1943), obras que nos remiten a la vivencia de serenatas de “Chico Bororó”en las calles de São Paulo. De todos los compositores influenciados por Mário de Andrade, él fue quien más dejó traslucir en su música los ideales socialistas de la fase final de la vida de Mário, a través de obras como Sinfonía del Trabajo (1939) y Fiesta de las Iglesias (1940). Eventuales crisis de auto cuestionamiento formaban parte de la personalidad de Mignone, volviéndose responsables por varios cambios de rumbos en su vida. En una de ellas, la composición fue temporariamente preterida por la dirección, actividad que su múltiple talento musical permitía ejercer con perfección, recordando que desde 1934, Mignone había asumido el cargo de Director del Instituto Nacional de Músicas y había tenido la oportunidad de dirigir grandes orquestas de Europa, como la Filarmónica de Berlín. En otro de estos momentos de reflexión, exactamente cuando cumplía sus 50 años, nos dejó una importante declaración a través del libro La parte del ángel, exteriorizando los conflictos consigo mismo generados por su “facilidad natural” con respecto a la música. La continuación de su trabajo de compositor puede ser definida por sus propias palabras: “después de siempre seguir el buen sendero, a los 100 sesenta y más años, me entregué a escribir música por la música. Me agrado a mí mismo y es lo que basta. Acepto y empleo todos los procesos de composición conocidos”. (Mariz, 1997: 46). Eventualmente, el compositor escribió piezas en un lenguaje más moderno, pero a partir de la década del 60, hizo experiencias con la técnica dodecafónica y la música atonal, volviendo en seguida a su lenguaje anterior, basado en el credo nacionalista. A pesar de las crisis ocasionales que dificultaban su trabajo, la producción musical de Mignone poco a poco, se volvió muy numerosa, abarcadora y diversificada, comprendiendo variados géneros y las más diversas formaciones instrumentales y vocales, desde la música para piano, canto y piano, música de cámara, hasta aquella destinada a las grandes formaciones de coro y orquesta sinfónica. Su producción tiene algunas particularidades que lo diferencian de el resto del escenario brasileño, entre ellas el eclecticismo: compuso más de una decena de bailados, número equivalente de músicas para filmes cinematográficos, pero también dos oratorios y siete misas, hecho sorprendente para un compositor que se declaraba no católico. Observando la obra de Mignone como un todo, se puede percibir que prefería componer a partir de motivaciones exteriores, generalmente literarias, y su instrumento preferido era la orquesta sinfónica, hecho que lo volvió, después de Villa-Lobos, el compositor brasileño que más obras escribió para esta formación instrumental. La ópera, excluida de su vida por una opción consciente, volvió a formar parte de ella ya cerca de su final. Escogiendo asuntos ligados al pasado histórico brasileño, compuso O Chalaçha (La Burla) (1976) y El Sargento de Milicias (1978). Mignone murió el día 19 de febrero de 1986, a los 88 años de edad, y concluimos de la forma que comienza casi toda la bibliografía existente sobre Mignone, afirmando que fue él el músico más completo entre todos nuestros compositores. También brasileño de primera generación, Oscar Lorenzo Fernandez nació en Rio de Janeiro, 2 meses después de Mignone, el día 4 de noviembre, hijo de un comerciante español de buena situación económica, Don Casiano Fernandez Alvarez. Desde temprano, su familia lo destinó a la medicina y él demostraba aptitud para investigación científica. A los 15 años, empezó a tocar piano de oído, presentando especial interés por acordes y armonizaciones mientras que su hermana Amalia, que estudiaba piano con Enrique Oswald, empezó a darle nociones de teoría musical. Preparándose para cursar la Facultad Nacional de Medicina, en 1916, sufrió un disturbio nervioso que le impidió estudiar por un tiempo, dedicándose sin embargo, a la música como forma de relajación. Habiendo ya hecho algunas incursiones en la composición de piezas de cuño popular, comenzó a tener clases regulares de piano y al año siguiente se matriculó en el Instituto Nacional de Música. A partir de este momento, la vida de Lorenzo Fernandez se transformó en uno de los mayores ejemplos de la historia de la música brasileña, sino el mayor; en determinación y dedicación al objetivo de volverse músico, teniendo plena conciencia que había comenzado más tarde de lo que era la práctica normal recomendada y por lo tanto debería hacerlo con mucho empeño personal. Tal dedicación fue muy bien recibida por los maestros del Instituto, con los cuales estudió: J. Octaviano (teoría y solfeo), Enrique Oswald (piano), Francisco Braga (composición, contrapunto y fuga) y especialmente Frederico Nascimento (armonía), que se volvería su mejor amigo. En 1923, con el agravamiento de los problemas de salud del maestro Frederico Nascimento, Lorenzo Fernandez fue nombrado profesor substituto de la cátedra de Armonía Superior, convirtiéndose en el miembro más joven del cuerpo docente de la institución, puesto en el cual fue confirmado en 1925, después de la muerte del maestro. Además de esta vertiginosa carrera académica, desde 1919, Lorenzo Fernandez producía, anualmente, varias composiciones para piano, canto y piano, y música de cámara, incluyendo el Trío nº1, que recibió su estreno en 1923 en un concierto enteramente dedicado a sus obras, en el Instituto Nacional de Música. Hasta 1924, sus composiciones gravitaban en torno a las soluciones estéticas románticas e impresionistas, aunque el compositor no se mantuviese en contra de las nuevas propuestas modernistas. Había estado presente en la Semana de Arte Moderno de São Paulo, y comenzó a desarrollar junto con Graça Aranha, uno de los Lorenzo Fernandez. Fotografia firmada por Nicolas. FUNDAÇÃO BIBLIOTECA NACIONAL – DIVISÃO DE MÚSICA E ARQUIVO SONORO participantes de la Semana, el proyecto de composición de una ópera basada en el texto de Malazarte, de aquel autor, al mismo tiempo que iniciaba una amistad, que se volvería sólida, con Mário de Andrade.¹ A partir de 1924, Lorenzo Fernandez manifestó su adhesión al nacionalismo musical brasileño con la composición de la Canción Sertaneja (Canción del Interior) y del Trío nº 2, denominado Trío Brasileño. Al año siguiente, produjo su primera obra orquestal, la Suite Sinfónica sobre Tres Temas Populares Brasileños, revelando un interés que sería siempre creciente por el arte de la orquestación y la música sinfónica. El poema sinfónico Imbapará (1928) ya fue una obra de mayor aliento y su sucesora, Reisado do Pastoreio (danza dramática popular sobre el día de Reyes) (1930), terminaba con un Batuque (danza popular sobre el golpeteo del tambor africano) que se volvería célebre en la década del 30. Después de ser publicado por la Ricordi italiana (1936), fue ejecutado por grandes directores y orquestas de varios países del 101 102 COO PER AÇÃO E D E S E N V O LV I M E N TO NA AMAZÔNIA D I S C O G R A F ÍA Música de Francisco Mignone 1 – ESTE BRASIL QUE EU AMO Intérprete: Eudóxia de Barros, pianista “No fundo do meu quintal” Editora Paulinas Comep – São Paulo CD 6673-7 2 – PIANO BRASILEIRO (2CDs) Intérprete: Francisco Mignone, pianista “Lendas Sertanejas nº 6,7, 8” Funarte – Fun 004-5M/95 3 – FRANCISCO MIGNONE – 17 CHOROS PARA PIANO Intérprete: Maria Josephina Mignone, pianista “17 Choros para Piano” Funarte – ATR 32034 4 – PANORAMA DA MÚSICA BRASILEIRA PARA PIANO Intérprete: Belkiss Carneiro de Mendonça, pianista “Valsa Elegante/Lenda Sertaneja nº 8” Universidade Federal de Goiás ADD 99129 5 – FRANCISCO MIGNONE – UM CONCERTO E 19 CANÇÕES Intérpretes: Maria Josephina Mignone, pianista Orquestra Sinfônica Nacional. Dirección: Alceo Bocchino Glória Queiroz, medio soprano Francisco Mignone, pianista “Concerto para Piano e Orquestra e 19 Canções” Soarmec – Radio MEC S003 6 – FRANCISCO MIGNONE Intérpretes: Maria Josephina Mignone, pianista Noel Devos, fagotista Orquestra Sinfônica Nacional da Radio MEC, Dirección: Francisco Mignone “Fantasia Brasileira nº 3”, para Piano e Orquestra. “Leilão – Bailado Concertino para fagote e Orquestra”. “Música nº1”, para Orquestra. Funarte – ATR 32036 mundo, siendo también grabado; terminó por volverse la obra de mayor éxito de toda la carrera del compositor. Mientras tanto, Lorenzo Fernandez no veía límites para sus actividades, asumiendo cada vez más tareas. Desde la década del 20, actuaba como crítico musical y colaborador de revistas especializadas en música, llegando a tener más responsabilidades de esta naturaleza, tales como redactor y hasta fundador de periódicos del género. Se volvió también auxiliar de Villa-Lobos en los proyectos de educación implantados por el gobierno Vargas, lo que los aproximó al punto de que se volvieran grandes amigos. Sin embargo, el esfuerzo sobrehumano de Lorenzo 102 Fernandez fue aquél despendido en la actividad pedagógica, acumulando actividades en las principales instituciones de enseñanza musical de Rio de Janeiro de su época: profesor de armonía, más tarde también de contrapunto y fuga de la Escuela (ex Instituto) Nacional de Música) (desde 1923), fundador y director del Conservatorio Brasileño de Música (desde 1936), profesor y director interino (cuando Villa-Lobos viajaba) del Conservatorio Nacional de Canto Orfeónico (desde 1943). Interrumpiendo esta insana actividad cerca de siete meses, en 1938, el compositor fue comisionado por el gobierno brasileño para representar al país en el Festival Iberoamericano de Música, en Colombia, y aprovechando la ocasión realizó extensa tournée artística por cinco países latinoamericanos: Colombia, Perú, Chile, Argentina y Uruguay; y dos centroamericanos: Panamá y Cuba. En esta oportunidad, actuó como conferencista y director, interpretando obras de nuestros mayores compositores y obteniendo gran éxito, no apenas artístico, sino que también personal, pues se expresaba perfectamente en español, la lengua de sus padres. Durante la década del 30, Lorenzo Fernandez continuó trabajando en la composición de su ópera, Malazarte, y finalmente, en 1941, dirigió su estreno en Rio de Janeiro con gran éxito. La ópera fue cantada en italiano, lo que era común en las décadas anteriores, como sucedió con las óperas de Mignone, en los años 20 – ambas, sin embargo, compuestas en Italia – pero era curioso para los años 40. Años antes, ya había presentado fragmentos de la obra en la forma de suite sinfónica, inclusive en su viaje a Latinoamérica. En relación al contenido musical de sus obras, Luiz Heitor observó que: Al contrario de otros autores nuestros que, bien o mal, han pagado su tributo a las grandes formas musicales, escribiendo Sonatas, Sinfonías o Conciertos; Lorenzo Fernandez las evitó en su obra, que tiende francamente a la interpretación pictórica de la sugestión musical, poniendo títulos de intención descriptiva a casi todas sus composiciones. (Azevedo, 1950: 307). Si esta afirmación era verdadera para la producción inicial del compositor, ya en la década del 30 comenzaron a surgir obras que irían a contrariarla, por lo menos en parte, en aquello que se refiere a la ausencia de grandes formas musicales, como los dos Conciertos para Piano y Orquesta (de 1935 y 1936, respectivamente). En la década del 40, el compositor continuó con Concierto para Violín y Orquesta (1941/42), Sinfonía nº 1 (1945), Cuarteto nº 2 (1946), Sinfonía nº 2, El Cazador de Esmeraldas” (1946/47) y Sonata Breve, para Piano (1947). su nueva tendencia: Tal como otros varios compositores de la historia de la música occidental, Lorenzo Fernandez esperó hasta DISCOGRAFIA Música de Lorenzo Fernandez 1 – PIANO BRASILEIRO (2CDs) Intérprete: Maria Romelita, pianista “Triste Modinha,Valsa Suburbana” Funarte – Fun 004-5M/95 2 – PANORAMA DA MÚSICA BRASILEIRA PARA PIANO Intérprete: Belkiss Carneiro de Mendonça, pianista “Valsa Suburbana, Três Estudos en Forma de Sonatina” Universidade Federal de Goiás ADD 99129 3 – LORENZO FERNANDEZ vol.1 Intérpretes: Quinteto de Viento de la Radio MEC Anna Cândida, pianista sentirse maduro para lanzarse a las grandes formas Quarteto de Cordas da Rádio MEC musicales. Sin embargo, ni llegó a oír sus últimas obras, Lenir Siqueira, flautista; José Botelho, clarinetista; pues en la mañana del día 27 de agosto de 1948, Angelo Pestana, fagotista habiendo dirigido un concierto en la noche anterior, fue encontrado muerto en su propio lecho, poco antes de cumplir 51 años de edad. La obra musical dejada por Lorenzo Fernandez no es numerosa como la de sus colegas contemporáneos que, sin embargo, vivieron mucho más que él. Es sí una obra de calidad, especialmente la música sinfónica y las canciones, de armonía muy rica, llegando a ser osada, frecuente textura polifónica con elaborado tratamiento temático y maestría en la orquestación. La distribución de sus pocas obras en numerosos y variados géneros, formas y formaciones instrumentales y vocales, nos da la impresión que ellas corresponden Miguel Proença, pianista Margarida Martins Maia, soprano; Leonora Gondim, pianista “Suite para Quinteto de Vientos, Nocturno para Piano, Quarteto nº 1, Duas Invenções Seresteiras, Suite Brasileira nº 3, para Piano,7 Canções” Soarmec – Radio MEC S 011 4 – LORENZO FERNANDEZ vol.2 Intérpretes: Orquestra Sinfônica Brasileira, Dirección: Alceo Bocchino Leonor de Macedo Costa, pianista Maria de Lourdes Cruz Lopes, soprano Gerardo Parente, pianista “Sinfonia nº 2, Valsa Suburbana, Sonata Breve e Três Estudos em Forma de Sonatina, para Piano,7 Canções” Soarmec – Radio MEC S 012 al objetivo y gradual cumplimiento de etapas evolutivas metódicamente preestablecidas, bajo el comando de una conciencia superior. La avidez con que se dedicó a la vida y sus actividades parece indicar que presentía lo breve de su existencia. BIBLIOGRAFIA 1. Existen controversias sobre la época en que Lorenzo Fernandez habría entrado en contacto con Graça Aaranha. Para Sérgio Nepomuceno y Alvim Corrêa, habría ocurrido enseguida después de la Semana de Arte Moderno. Para Luiz Heitor Corrêa de Azevedo y Vasco Mariz, esto habría ocurrido más tarde, en 1930. Janeiro: Rioarte, 1992. ANDRADE, Mário de. Ensayo Sobre la Música Brasileña. São Paulo: Martins Editora, s.d.. KIEFER, Bruno. Historia de la Música Brasileña. Porto Alebre: Editora Movimento, 1982. ANDRADE, Mário de. Pequeña Historia de la Música.. São Paulo: Martins Editora, 1981 KIEFER, Bruno. Mignone Vida y Obra. Porto Alegre: Editora Movimento, 1983. AZEVEDO, Luiz Heitor Corrêa de. Música y Músicos de Brasil. Rio de Janeiro: Casa del Estudiante de Brasil, 1950 MARIZ, Vasco. Vida Musical.Rio de Janeiro: Civilización Brasileña, 1997. AZEVEDO, Luiz Heitor Corrêa de.150 Años de Música en Brasil. Rio de Janeiro: José Olympio Editora, 1956. MARIZ, Vasco. Historia de la Música en Brasil. Rio de Janeiro: Editora Nova Fronteira, 2000. CORRÊA, S. N. A. Lorenzo Fernandez Catálogo General. Rio de LUTERO RODRIGUES Director y coordinador musical de la Sinfonia Cultura − Orquestra da Rádio e TV Cultura de São Paulo y miembro de la Academia Brasileira de Música. 103