1 Impacto ambiental de la marea negra del Prestige: efectos sobre los ecosistemas marinos y los recursos pesqueros. Papel de la comunidad científica en la respuesta a la crisis Juan Freire, Luis Fernández, Eduardo González-Gurriarán & R. Muiño Departamento de Bioloxía Animal, Bioloxía Vexetal e Ecoloxía, Universidade da Coruña, Campus da Zapateira s/n, 15071 A Coruña [email protected] INDICE 1. Introducción 2. Bases para la comprensión del impacto ecológico de los vertidos accidentales de hidrocarburos 2.1. Elementos comparativos: mareas negras previas 2.2. Breve historia del vertido 2.3. Tipos de hábitats afectados, persistencia de la contaminación y tiempos de recuperación de las comunidades bióticas 2.4. Composición química y envejecimiento del fuel 3. Impacto sobre los organismos y comunidades marinas 3.1. Hipótesis sobre los niveles de afectación de los organismos y comunidades bióticas 3.2. Modos de afectación de los organismos 3.3. Redes tróficas y procesos de bioacumulación 4. Impacto sobre los recursos vivos 4.1. Cambios demográficos: efectos a corto, medio y largo plazo 4.2. Evidencias de efectos de la marea negra del Prestige sobre los recursos vivos 4.3. El percebe como un ejemplo de respuesta compleja que necesita acciones de recuperación 5. Impacto sobre las pesquerías 5.1. Efectos sobre los aparejos 5.2. Cierres de zonas y cese de actividad: causas y consecuencias 5.3. Efectos comerciales 6. Redes de monitorización 6.1. Diseño, implementación y utilización en la gestión de crisis 6.2. Experiencias previas. El caso del Erika 6.3. Redes de monitorización de la marea negra del Prestige en Galicia 7. Seguridad alimentaria 7.1. Caracterización científica y técnica del problema 7.2. Riesgos para la salud humana 7.3. Definición de criterios para la seguridad alimentaria 7.4. Situación actual en España y la Unión Europea 7.5. Niveles de contaminantes y gestión de la seguridad alimentaria en el caso del Prestige 8. Papel de la comunidad científica en la evaluación y gestión de la catástrofe 8.1. Estructura organizativa de la comunidad científica 8.2. La respuesta científica de la administración central y autonómica 8.3. Respuesta científica y social de la universidad 8.4. Acciones de investigación con financiación pública en curso 8.5. Recomendaciones para la organización de la respuesta científica y diseño de un plan de contingencia 2 1. Introducción Este capítulo aborda la catástrofe del Prestige desde el análisis del impacto ambiental, con especial hincapié en los ecosistemas y recursos naturales. Para ello se plantean dos temas principales. En primer término, se presentarán una serie de análisis e hipótesis sobre el potencial impacto ecológico de la catástrofe del Prestige en los ecosistemas marinos, especialmente costeros, y los daños asociados que se pueden generar sobre los recursos pesqueros y marisqueros gallegos. En segundo término, se reflexionará sobre diversos temas relacionados con el papel de los científicos y de las comunidades científicas gallega y española en la evaluación de la catástrofe, la valoración de daños y la recuperación de los ecosistemas afectados. Como consideración previa, debemos tener en cuenta que es demasiado pronto para realizar una evaluación de los daños causados o de la recuperación (a lo largo de este capítulo se planteará que muchos de los efectos serán evidentes en plazos de varios años), pero sí podemos hacer ciertas previsiones en función del conocimiento científico existente sobre mareas negras y sus efectos sobre los ecosistemas marinos, y de la información con la que empezamos a contar sobre el caso concreto del Prestige. No entraremos aquí en valoraciones sobre la gestión de esta crisis y sus consecuencias sociopolíticas, temas que son abordados en otros capítulos. Pero sí debemos tener en cuenta que la actividad científica ha estado en ciertos momentos en el centro del debate público y de los enfrentamientos políticos, y que las actitudes y respuestas de los científicos han estado condicionadas por este contexto sociopolítico. Posiblemente, esta situación ha creado el peor contexto posible para la realización de su trabajo. Las mareas negras son eventos puntuales pero agudos de contaminación, y como tales generan efectos a corto plazo, muy evidentes y en ocasiones espectaculares, y a medio y largo plazo, menos aparentes pero en muchas ocasiones más importantes desde el punto de vista ecológico y económico. Una consecuencia de estas escalas temporales es la percepción social del problema, con un elevado interés y preocupación inicial que se suele reducir drásticamente mucho antes de que el impacto realmente desaparezca. Este 3 patrón de comportamiento social puede asimismo trasladarse a la actividad científica que en ocasiones se concentra en el corto plazo, pero descuida el medio y largo plazo. Los efectos ecológicos de las mareas negras son muy variables, de modo que vertidos aparentemente similares pueden desencadenar procesos muy diferentes, dependiendo de diversas cuestiones, por lo que es imprescindible descender a los detalles técnicos para comprender las consecuencias de catástrofes de este tipo. Así, cuestiones tan diversas como la química del producto derramado, la granulometría de los sedimentos afectados, o la época del año del vertido y su relación con los ciclos reproductivos de las especies, sólo por poner algunos ejemplos, pueden ser factores decisivos en la evolución del problema. A pesar de lo anterior, se suelen hacer valoraciones genéricas del impacto de las mareas negras que en muchos casos no aciertan en sus predicciones o simplemente no focalizan adecuadamente la cuestión por no tener en cuenta los detalles del problema. Un vertido accidental de hidrocarburos constituye un problema de una gran complejidad biológica, social y económica. En primer lugar, afecta al ecosistema (incluyendo al hombre como parte del mismo), que es un sistema complejo compuesto de numerosos elementos que interaccionan entre ellos, creando una dinámica no lineal de difícil predicción. Por esta razón no existen soluciones rápidas y sencillas, y desde nuestro punto de vista, es preferible aceptar la complejidad e incertidumbre que tenemos en nuestro conocimiento, y diseñar planes de monitorización que nos permitan ir aprendiendo sobre la marcha y adaptando nuestra gestión de la crisis a los nuevos datos existentes. En este capítulo se tratará de presentar las cuestiones que consideramos claves para entender la naturaleza y evolución previsible de esta marea negra. Complementaremos la información existente sobre el caso del Prestige con las experiencias previas sobre otras catástrofes, especialmente las del Exxon Valdez (Alaska) y del Erika (Francia). Como se verá posteriormente, nos centraremos en dos cuestiones para entender la naturaleza y evolución del impacto ecológico: la escala geográfica y el tipo de hábitats afectados, y la composición química y la evolución temporal en el mar del producto derramado. 4 Basándonos en estos hechos, analizaremos qué tipos de organismos, especialmente de interés comercial, podrán estar potencialmente más afectados y los tipos de afectación. Dentro de estos procesos, plantearemos la hipótesis de que el más relevante en este caso será la entrada de contaminantes en las redes tróficas y los procesos de bioacumulación asociados. Con esta base, analizaremos los impactos sobre el sector pesquero ya percibidos o aún potenciales, debido a los efectos sobre los organismos y también a cuestiones económicas (cierres cautelares, mercados) e incluso de seguridad alimentaria. Examinaremos los sistemas de monitorización existentes, comparando las experiencias previas, por ejemplo en Francia, con lo que se está haciendo a día de hoy en Galicia. Por último se trata el problema de la seguridad alimentaria, dada la importancia y repercusiones que presenta a nivel social. Una vez analizadas las bases del impacto ecológico, finalizaremos con una reflexión sobre el papel jugado por la comunidad científica en la evaluación y gestión de la catástrofe del Prestige: su respuesta, la organización de su actividad y su implicación en la evaluación de daños. 2. Bases para la comprensión del impacto ecológico de los vertidos accidentales de hidrocarburos 2.1. Elementos comparativos: mareas negras previas Dentro de la intensa y a la vez corta historia de mareas negras en todo el mundo, Galicia es tristemente una zona destacada. Utilizaremos principalmente tres mareas previas como elemento comparativo y marco de referencia: • Exxon Valdez en Alaska (1989), por su repercusión en los medios de comunicación e intensidad de estudio. Es probablemente el vertido marino de hidrocarburos más estudiado, y en el que se han realizado más inversiones tanto en investigación como en evaluación de daños y recuperación del ecosistema. • Aegean Sea en el Golfo Ártabro (hundimiento frente a la bahía de A Coruña) (1992), por su proximidad geográfica y en el tiempo. 5 • Las dos mareas citadas fueron provocadas por crudo, un producto con un comportamiento químico muy distinto al del fuel, que es el protagonista de la marea negra del Erika en Francia en 1999 y del Prestige. 2.2. Breve historia del vertido La historia del naufragio del Prestige y de la llegada de fuel a nuestras costas es bien conocida y una detallada cronología de los acontecimientos se recoge en otro capítulo. El trayecto del barco del 13 al 19 de noviembre provocó una dispersión importante del vertido que afectó especialmente a toda la Costa da Morte. El petrolero terminó hundiéndose a unos 3800 m cerca de la planicie abisal y siguió vertiendo, amenazando potencialmente a una enorme área marina. Fruto de las sucesivas mareas negras, todo el litoral atlántico gallego se vio afectado. Los efectos iniciales fueron especialmente importantes en la Costa da Morte y en las Islas Atlánticas, que actuaron de pantalla sobre las Rías Baixas, donde el impacto se limitó a la zona externa (especialmente el norte y sur de la Ría de Arousa: Corrubedo - Aguiño y A Lanzada - O Grove, respectivamente). Los vertidos que se generaron después del hundimiento, tal como ahora se reconoce, fueron mucho más importantes (o quizás aún lo son) de lo que las primeras estimaciones parecían indicar (entre 125 y 1 tm por día). Estas nuevas mareas pusieron en peligro desde el sur de Galicia a la costa atlántica francesa, y en su viaje parte del fuel se depositó en fondos de la plataforma continental. Este es un hecho único en la historia de las mareas negras, y que por tanto es difícil de evaluar en sus repercusiones ecológicas y económicas. Para hacernos una idea comparativa, los casos del Exxon Valdez y del Erika son los más próximos aunque con escalas espaciales muy inferiores. Así en Alaska la marea se prolongó por dos meses afectando unos 1000 km de costa, pero las zonas submareales y más profundas fueron escasamente dañadas. 2.3. Tipos de hábitats afectados, persistencia de la contaminación y tiempos de recuperación de las comunidades bióticas 6 Los efectos ecológicos de un vertido de hidrocarburos van a depender fundamentalmente de los tipos de hábitats afectados. Tres circunstancias van a determinar la llegada del vertido a diferentes hábitats: 1. Trayectoria del vertido antes de depositarse definitivamente sobre el sustrato o antes de ser recuperado, lo cual depende a su vez de las condiciones climatológicas y oceanográficas. 2. El comportamiento del fuel en el mar; lo que se conoce como proceso de envejecimiento, incluyendo la evaporación, solubilización y fotooxidación (que incrementa la toxicidad) y los cambios de densidad y viscosidad. 3. Tipos de costa a los que llegan los vertidos. En el caso del Prestige, el trayecto del barco y la localización de la zona de hundimiento han determinado que prácticamente todos los hábitats marinos hayan estado y aún se encuentren en peligro potencial. Podemos intentar hacer una primera clasificación del nivel de afectación (muchos de los argumentos para esta clasificación los iremos analizando posteriormente, y contienen una cierta dosis de especulación por el breve tiempo transcurrido). Si establecemos una escala cualitativa con tres niveles de impacto 1) escaso o nulo, 2) moderado y 3) alto, todo el sistema pelágico (columna de agua) se situaría en nuestra opinión en el primer nivel, por las características físico-químicas del fuel, con impactos puntuales sólo en las zonas donde las manchas se localizaron transitoriamente en la columna de agua. El sistema bentónico (los fondos marinos) de la plataforma continental (desde aprox. 50-100 m a aprox. 500 m) se han visto afectados moderadamente, pues si bien el fuel ha llegado a sus fondos, su gran extensión ha difuminado en parte los efectos. Aún así, siendo un sistema más difícil de estudiar que el costero, puede que no estemos percibiendo una parte del problema. A modo de ejemplo, recientemente se ha entablado una cierta polémica sobre el grado de afectación de los fondos por el fuel. Pescas experimentales realizadas por el IEO en Abril y Mayo de 2003 muestran un impacto importante, observado como presencia de fuel en el arte de arrastre, en la plataforma continental situada frente a la Costa da Morte y Golfo Ártabro, así como en zonas del Cantábrico1. Por el contrario, observaciones realizadas mediante un robot submarino y encargadas por el Ministerio de Fomento, dan resultados completamente negativos respecto a la presencia de fuel. 1 Sánchez F. (2003). Informe nº 14. Presencia de fuel en el fondo de la plataforma de Galicia y mar Cantábrico. Situación en primavera de 2003. http://www.ieo.es/Prestige/IEO_Prestige_intro.html 7 Creemos que los efectos ecológicos fundamentales se sitúan en la zona costera, tanto terrestre (en este caso en buena parte debido a las labores de limpieza), como en el dominio marino bentónico. No analizaremos en este capítulo los efectos sobre la zona terrestre. El ecosistema marino lo podemos dividir siguiendo el criterio del tipo de sustrato, rocoso o arenoso, y analizaremos cómo evolucionan las mareas negras en cada uno de ellos. También lo podemos dividir en intermareal e infralitoral y, al contrario que en otras catástrofes, en el caso del Prestige ambos han sido muy afectados. Por último sólo recordar que la zona profunda de hundimiento posiblemente ha sido afectada, pero nos atreveríamos a especular que sólo muy puntualmente. En cualquier caso, nuestra escasez de conocimientos de la zona y la dificultad de estudio, no nos permiten plantear hipótesis más serias. Centrémonos ahora en el comportamiento de las zonas rocosas intermareales afectadas (que no han sido objeto de limpieza)2. En las zonas expuestas (con elevada intensidad de oleaje) el petróleo en el momento del impacto alcanza la zona superior (e incluso la zona adlitoral terrestre) y también se acumula en la zona de impacto mayor del oleaje. Posteriormente, se produce un lavado continuo que va despegando el fuel a lo largo de las semanas y meses iniciales y retornándolo de nuevo a la columna de agua. En costas protegidas, el impacto puede ser mucho mayor, dado que el petróleo queda atrapado entre las rocas, por ej. en zonas de cantos (como los “coidos”) e incluso penetra en los estratos inferiores. Este producto puede ir migrando lentamente a través del sustrato hasta volver a la zona submareal o se solubiliza y constituye un foco de contaminación prolongado. El tiempo de residencia del petróleo en sustratos rocosos es muy variable y depende del tipo de costa (grado de exposición), desde zonas muy expuestas a playas de cantos muy protegidas. Las evidencias existentes de estudios de diversas mareas negras, señalan que los tiempos de permanencia pueden llegar a ser muy prolongados, hasta >10 años en 2 IPIECA (Internacional Petroleum Industry Environmental Conservation Association) (1995). Biological impacts of oil pollution: rocky shores. IPIECA Report Series 7. IPIECA (2000). Biological impacts of oil pollution: sedimentary shores. IPIECA Report Series 9. http://www.ipieca.org/ 8 zonas protegidas, y que existe una gran variabilidad (entre 1 y 12 años para costas aparentemente similares). Pero una cuestión relacionada con la anterior, y posiblemente la de mayor interés, es el tiempo que tarda en recuperarse la comunidad biótica que habita este tipo de hábitats rocosos. Debemos tener en cuenta que el concepto de recuperación en ecología no cuenta con una definición simple, y que los ecosistemas que sufren perturbaciones (bien sean naturales o de origen humano) pueden cambiar de estado presentando nuevamente estabilidad a no ser que sean perturbados de nuevo, sin que tenga lugar una recuperación del estado original. Se considera que las zonas expuestas pueden recuperarse en general en menos de 2 años (volviendo a la estructura de las comunidades bióticas y niveles de abundancia y biomasa similares a las condiciones previas), pero en zonas protegidas se ha observado en ocasiones que transcurridos más de 10 años la recuperación aún no ha sido total. Las zonas sedimentarias intermareales e infralitorales muy protegidas, son el lugar natural de acumulación final de todos los materiales que se encuentran en deriva en el mar, y el petróleo no es una excepción. En zonas de sedimento grueso, arenas, en que la exposición hidrodinámica es alta, la porosidad de sustrato es elevada con lo que el petróleo puede penetrar rápidamente y depositarse en profundidad formando capas continuas. De esta forma, su permanencia en zonas de actividad biológica (restringida a las capas superiores, en general 10-20 cm) puede ser baja pero con una elevada biodisponibilidad inicial, al menos de la fracción soluble. En áreas fangosas, que son zonas de acumulación natural por su escasa porosidad, la penetración se produce fundamentalmente a través de estructuras biogénicas (tubos y perforaciones debidas a animales). El petróleo queda prácticamente inmovilizado, permaneciendo periodos prolongados, pero con escasa biodisponibilidad de la fracción soluble. Sin embargo, puede entrar en la cadena trófica a través de organismos que lo ingieren directamente con el sedimento (organismos detritívoros o sedimentívoros), y este proceso puede ser especialmente relevante en casos como el fuel del Prestige con un porcentaje muy alto de compuestos pesados y poco solubles. 2.4. Composición química y envejecimiento del fuel 9 El fuel del Prestige es una mezcla compleja de hidrocarburos, en la que pueden ir añadidos otros elementos como metales pesados. La composición química del fuel del Prestige ha ido modificándose en función de su tiempo de permanencia en el mar (recién vertido vs. en emulsión o ya envejecido)3. Los hidrocarburos presentes pueden clasificarse en cuatro grandes grupos: saturados (alrededor del 50%), resinas y asfaltenos (alrededor del 15-25%), e hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs) (que representaban un 25% inicialmente y un 50% en el caso del fuel envejecido). Estos últimos son especialmente relevantes desde el punto de vista de la contaminación por su toxicidad para los organismos y el hombre. En el caso de los HAPs, llama la atención la escasa variabilidad de su composición con el envejecimiento, aunque se observa un incremento en la proporción de compuestos más pesados y por tanto menos volátiles y solubles. Se estima entre un 2 y un 5% de evaporación de HAPs en las dos semanas iniciales. Comparándolo con otras mareas negras, la composición es similar aunque en el Erika la proporción de HAPs fuese mayor. El fuel también contenía otros contaminantes como metales pesados. Por ejemplo, datos de análisis realizados por el Consejo Superior de Investiagciones Científicas (CSIC) y por el Institut Française de la Mer (IFREMER)4, indican valores altos de niquel y vanadio (entre aquellos potencialmente más tóxicos) y mucho menores de otros. Se conocen mucho menos los efectos tóxicos de estos compuestos, o su comportamiento en el mar, y los datos proporcionados por IFREMER del caso del Erika indican niveles elevados sólo en el corto plazo (1-2 meses), tanto en el medio como en los organismos. Centraremos el resto de nuestra atención en los hidrocarburos aromáticos. 3 La composición del fuel vertido por el Prestige ha sido analizada por diversas instituciones y grupos de investigación. Señalaremos dos referencias: • Centre de Documentation, de Recherche et des Expérimentations sur les Pollutions Accidentelles des Eaux (CEDRE); resultados disponibles en su web (http://www.le-cedre.fr/) • Informe Técnico CSIC 'Prestige' Número 01. Caracterización del vertido y evolución preliminar en el medio. http://csicprestige.iim.csic.es/ 4 Informe Técnico CSIC 'Prestige' Número 02. Presencia de metales pesados en la zona de hundimiento del petrolero Prestige y composición de metales y complejantes del fuel emulsionado de la costa. http://csicprestige.iim.csic.es/ Datos de IFREMER disponibles en su web dedicada a la marea negra del Prestige: http://www.ifremer.fr/envlit/prestige/index.htm 10 Tomando como referencia la composición en HAPs del fuel del Prestige, al ser la parte que realmente puede ser preocupante desde el punto de vista tóxico, dentro de los aproximadamente 40 compuestos identificados en este caso, debemos distinguir aquellos de bajo peso molecular (en sentido relativo), con 2 o 3 anillos de benceno (el componente básico de estos hidrocarburos), y de alto peso molecular, con 4 a 6 anillos. El incremento de peso molecular supone una disminución importante de la volatilidad y solubilidad, que a su vez son determinantes para comprender su persistencia y vías de toxicidad. Así, los compuestos de bajo peso molecular presentan una elevada biodisponibilidad a corto plazo al solubilizarse rápidamente (incluso son los más preocupantes en las labores de limpieza por su volatilidad), pero desaparecen rápidamente del medio. Por el contrario, los de elevado peso molecular, aunque sufren una movilización mucho más lenta (y por tanto no generan efectos agudos) son mucho más persistentes, por lo que pueden permanecer en los fondos (especialmente en los sedimentos) en periodos muy prolongados. Estos compuestos persistentes, si se dan las condiciones adecuadas, pueden ir introduciéndose lentamente en las redes tróficas y ser la causa de la toxicidad a largo plazo de vertidos de hidrocarburos. Dentro de los HAPs, el benzo(a)pireno se considera el compuesto de mayor toxicidad, al menos para el hombre, y se han desarrollado métodos de estandarización de la composición química de hidrocarburos en términos de equivalencia en toxicidad. Para ello se establecen equivalencias entre la toxicidad el benzo(a)pireno y de otros hidrocarburos, y se estima la toxicidad total en equivalentes de este compuestos. Medida de este modo, la toxicidad del Prestige es de 45.8 mg/kg (equivalente a un vertido con esta cantidad de benzo(a)pireno, en el que éste fuese el único compuesto tóxico), muy inferior a la del Erika que alcanzó valores de 88.7 mg/kg5. En función de la composición química y los procesos físicos y químicos de envejecimiento, se puede predecir que la parte pesada del fuel podrá permanecer en los sedimentos durante años. El caso del Exxon Valdez nos proporciona un buen ejemplo de la persistencia de hidrocarburos en los ecosistemas a medio y largo plazo, dado que se llevó a cabo una monitorización muy detallada a largo plazo, en estudios realizados en 5 http://www.ifremer.fr/envlit/prestige/index.htm 11 sedimentos6. En resumen, los HAPs de bajo peso molecular desaparecieron totalmente del medio en 2-3 años, mientras que los de elevado peso molecular aún permanecían en los sedimentos 4 años después del vertido. 3. Impacto sobre los organismos y comunidades marinas 3.1. Hipótesis sobre los niveles de afectación de los organismos y comunidades bióticas El factor fundamental que va a determinar el grado de afectación de los organismos va a ser la presencia de fuel en sus hábitats y la persistencia y biodisponibilidad del mismo. Así, las hipótesis que hemos desarrollando previamente sobre el grado de afectación de los diferentes hábitats marinos pueden permitirnos desarrollar otras complementarias sobre la potencial afectación de los organismos. Comentaremos a continuación los niveles de afectación previsibles tanto para distintas comunidades bióticas como para los recursos vivos que forman parte de ellas. Como se planteó anteriormente, los niveles de contaminantes presentan una alta variabilidad espacial, tanto en la dimensión vertical del ecosistema marino (con niveles bajos de hidrocarburos en la columna de agua y mayores en los fondos), como horizontalmente, incrementándose la concentración en zonas costeras. De este modo, los organismos pelágicos (tanto el plancton como necton, incluyendo diversos peces pelágicos de interés comercial, sardina, caballa, jurel, …) presumiblemente se verán escasamente afectados de modo directo. Aún así, no debemos obviar que las manchas de fuel en su trayectoria, pueden haber modificado el comportamiento de los animales móviles (nectónicos), provocando cambios en los patrones de distribución, lo cual podría repercutir gravemente en la capturabilidad de la pesquería. El principal impacto se va a producir en las comunidades bentónicas (en contacto con los fondos marinos) y demersales (con relación con el fondo pero cierta movilidad vertical en el sistema pelágico). El nivel de impacto va a depender, fundamentalmente, 6 Shigenaka G. (ed.) (1997). Integrating physical and biological studies of recovery from Exxon Valdez oil spill. NOAA Technical Memorandum NOS ORCA 114. NOAA Disponible en la web de National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), Office of Response and Restoration: http://response.restoration.noaa.gov/ 12 de la concentración final que el vertido alcance en los distintos hábitats. En el caso de los fondos de plataforma continental (aprox. 50 m a 200 m) y talud (>200 m de profundidad), aunque se ha registrado una presencia importante de fuel (tanto en sedimentos medida mediante métodos analíticos, como en fondos medida por su presencia en aparejos de pesca)7, la concentración final debe ser inferior a la detectada en zona costeras. Los fondos de plataforma, de este modo, aunque pueden tener impactos locales altos, sufrirían probablemente un impacto global medio o bajo. Con respeto a los recursos comerciales, prácticamente todas las especies de interés (peces como merluza, rape, gallo, ..; cefalópodos como pulpo blanco o potas), presentan una elevada movilidad y es posible que respondan a impactos locales, mediante cambios en su distribución. Sólo en el caso de la cigala, con una movilidad muy inferior, y con dependencia del sedimento muy elevada y se podría esperar un mayor impacto. Dentro de la zona costera, los impactos potenciales van a ser mucho más elevados, tanto por la elevada cantidad de vertido que a llegado a la costa, como por la extensión de la zona afectada (tramos de costa y afectación de la zona intermareal e infralitoral). Del mismo modo que se comentó anteriormente, el nivel de afectación va a depender del hábitat y movilidad, por lo que posiblemente los organismos móviles (con recursos como peces: rodaballo, lubina, faneca, congrio, …, cefalópodos: pulpo y sepia, o crustáceos decápodos: centolla, nécora, camarón, ..., que son explotados por la flota de bajura o artesanal), tendrán niveles intermedios (posiblemente mayores en los crustáceos por su menor movilidad), y las comunidades bióticas sésiles y sedentarias sufrirán el mayor impacto. Es destacable que dentro de este tipo de comunidades se encuadran los recursos marisqueros, que habitan tanto sustratos rocosos en la zona intermareal (como el percebe y la semilla de mejillón), y submareal (erizo y oreja de mar), como fondos sedimentarios (bivalvos: almejas, navaja, longueirón, berberecho, ..). 3.2. Modos de afectación de los organismos 7 Informes del IEO disponibles en su web (http://www.ieo.es/Prestige/IEO_Prestige_intro.html): IEO (2003). Informe nº 2. Contenido de hidrocarburos en el sedimento. Sánchez F. (2003). Presencia y cuantificación de fuel en el fondo de la plataforma de Galicia. Punzón A. & A. Serrano (2003). Informe nº 9. Presencia y cuantificación de fuel en el fondo de la plataforma del mar Cantábrico. Villamar B. (2003). Informe nº 10. Operatividad de las artes de pesca cerco y línea de mano ante la presencia de fuel ene. Cantábrico. Sánchez F. (2003). Informe nº 14. Presencia de fuel en el fondo de la plataforma de Galicia y mar Cantábrico. Situación en primavera de 2003. 13 Básicamente, los vertidos de hidrocarburos originan diferentes problemas fisiológicos y bioquímicos en los organismos afectados, que van a tener consecuencias sobre su viabilidad y éxito reproductivo y pueden provocar alteraciones genéticas. Todos estos procesos, determinan cambios en la eficacia biológica de los organismos afectados, y por lo tanto generan respuestas demográficas (cambios en el tamaño y crecimiento poblacional). Los cambios a nivel poblacional, junto con las modificaciones del hábitat, van a generar cambios en las interacciones ecológicas entre los diferentes componentes de los ecosistemas. Podríamos clasificar los efectos directos sobre los organismos en tres grandes grupos: 1. Efectos directos letales: motivados por la impregnación del fuel o la sofocación, que pueden causar una mortalidad directa al impedir la respiración o modificar la resistencia térmica (como sucede por ejemplo en el caso de las aves). Estos efectos son físicos y se deben al contacto directo del fuel con los organismos, sin necesidad, en muchos casos, de que se produzca la ingestión de los contaminantes. 2. Efectos directos subletales: motivados por el contacto directo (fundamentalmente a nivel tisular, tras la ingestión de los hidrocarburos) de los contaminantes con el organismo, sin que se provoque la muerte del mismo, pero sí alteraciones genéticas, bioquímicas o fisiológicas que pueden reducir su viabilidad y eficacia biológica. Aquí se encuentran todos los efectos tóxicos de los hidrocarburos, en particular de los HAPs, que aunque menos evidentes inicialmente, son mucho más importantes con el paso del tiempo. Como veremos, la bioacumulación de contaminantes puede determinar efectos subletales de considerable relevancia, aún en organismos que aparentemente no se encuentran en contacto con el vertido. 3. Efectos indirectos: perturbaciones a los ecosistemas. Las alteraciones de la biología de los organismos y su consecuencias demográficas, en último término, desembocarán en cambios en la estructura de las comunidades ecológicas y, por lo tanto, en una alteración de la red de las interacciones existentes. Entre los principales procesos afectados, nos encontraríamos con las alteraciones del hábitat, cambios en las relaciones entre predadores y presas, entre competidores, 14 alteraciones en los niveles de productividad y, por último, cambios en las redes tróficas. Este último aspecto será analizado a continuación con más detalle, pues consideramos que puede ser clave para comprender el impacto ecológico a medio y largo plazo. En general, no existen muchas evidencias sobre efectos directos de las mareas negras, salvo los casos de mortalidades catastróficas de aves marinas. Este hecho no debe interpretarse de un modo simple como la demostración de una falta de impactos, sino por el contrario como una demostración de la dificultad de documentar este tipo de procesos, salvo en organismos de gran tamaño y fácil monitorización (en el caso de las aves, los registros se obtienen mediante censos en playas y pueden ser realizados por voluntarios). Así, no existen evidencias de efectos directos significativos en áreas oceánicas, hábitats de difícil observación y en los que la concentración que alcanzan los hidrocarburos vertidos suele ser baja. Por el contrario en las áreas costeras sí existen referencias a mortalidades catastróficas generadas de modo directo por mareas negras. Debemos tener en cuenta que en las zonas costeras, como ya se discutió previamente, los efectos potenciales pueden ser muy superiores a los de zonas oceánicas. En particular, dentro de los ecosistemas costeros, presentan un mayor riesgo aquellas especies con tamaños poblacionales pequeños y/o hábitats reproductivos restringidos (y que por tanto tienen mayor riesgo de verse afectados por eventos localizados como son la llegada de una marea negra). Dentro de las zonas costeras existen una serie de factores de riesgo, que podrían determinar el impacto de una marea negra sobre los organismos de esa zona: • Grandes mareas negras, que pueden cubrir buena parte del área de distribución de ciertas especies o poblaciones. • Mareas negras coincidentes con periodos de puesta, dado que el principal impacto se genera sobre los procesos reproductivos y la sensibilidad de las fases vitales iniciales (embriones, larvas) es muy superior a la de otras fases. • Afectación de hábitats clave y restringidos para ciertas especies (ej., rías, bahías, estuarios o marismas que pueden constituir lugares de reproducción o de cría en numerosas especies). 15 Dentro de los casos documentados de mortalidades catastróficas generadas por mareas negras, el más conocido por su entidad es el de la mortalidad de peces planos generada por la marea negra del Amoco Cadiz en 1978 en la Bretaña francesa. En este caso, el vertido afectó a la primera clase de edad (nacida en 1978) de diferentes especies comerciales de peces planos que habitan zonas arenosas someras donde se depositó buena parte del hidrocarburo. Este grupo de edad sufrió una mortalidad prácticamente total, aunque el reclutamiento se recuperó al año siguiente. Al contrario que en el caso de los efectos directos, sí existen numerosos ejemplos de efectos subletales debidos a la toxicidad de hidrocarburos basados principalmente en estudios experimentales. En resumen, estos estudios demuestran una mayor afectación de embriones, larvas y juveniles que se manifiesta en tres aspectos básicos de su biología: 1. Reducción del éxito de eclosión de huevos, 2. Reducción de la supervivencia larvaria cuando los adultos han estado expuestos durante la maduración gonadal, y 3. Anormalidades morfológicas de las larvas (que limitan su viabilidad) Todos estos procesos deberían determinar, en último término, una reducción del esfuerzo y éxito reproductivo de las poblaciones afectadas y por lo tanto, a medio y largo plazo, disminuir el tamaño poblacional. Pero es en este punto donde se sitúan las principales dificultades a la hora de demostrar los efectos ecológicos de las mareas negras (y en particular los efectos negativos sobre la dinámica poblacional), dado que se necesitan demostrar tres niveles de causalidad para obtener una imagen completa del problema8: 1. Toxicidad potencial: Niveles de contaminantes en organismos y su distribución en diferentes órganos y tejidos. 2. Toxicidad efectiva: Relaciones entre niveles de contaminantes y toxicidad, mediante el análisis de las respuestas fisiológicas y/o genéticas. Este tipo de investigaciones suelen realizarse en laboratorio mediante una aproximación experimental, dada la dificultad que representa un estudio de este tipo en el medio natural. En ocasiones, se utilizan biomarcadores que permiten identificar 8 Carballeira A. (2003). Consideraciones para el diseño de un programa de monitorización de los efectos biológicos del vertido del Prestige. Ciencias Marinas 29:123-139. 16 efectos tóxicos en poblaciones naturales, mediante la cuantificación de diferentes componentes bioquímicos o procesos fisiológicos que sólo se desarrollan en organismos cuando se encuentran expuestos a un contaminante, como por ejemplo el grupo de enzimas conocido como oxidasas de función mixta (sistemas MFO, “mixed-fucntion oxidases”). En otros se analizan parámetros biológicos indicadores de la eficacia biológica del organismo (por ejemplo, tasas reproductivas) y su variabilidad ligada a la presencia de contaminantes en el medio o a nivel orgánico. 3. Efectos demográficos. Por último, la fase clave se sitúa en la integración de respuestas fisiológicas y/o genéticas a nivel poblacional, de modo que se puedan demostrar los efectos demográficos (sobre el crecimiento y la reproducción) de la marea negra. Por las propias características de los procesos biológicos implicados, este tipo de análisis requiere estudios a medio y largo plazo que combinen la información experimental de las fases 1 y 2 con las observaciones y la modelización como herramienta de integración de información. Esta aproximación requiere de considerables recursos económicos y humanos, sostenidos en el tiempo, para lograr resultados relevantes. Debemos tener en cuenta que los sistemas ecológicos son variables por su propia naturaleza, y responden de modo dinámico a un gran número de perturbaciones humanas y naturales, entre las que una marea negra no es más que un tipo de ellas, aunque en ocasiones de considerable entidad. En el caso del Exxon Valdez se han desarrollado programas de investigación a largo plazo, en los que se han implicado equipos multidisciplinares lo cual ha permitido abordar de un modo integral los tres aspectos del problema descritos anteriormente, y ha sido una de las escasas ocasiones en que se ha podido demostrar la relación causal entre los tres procesos9. Los trabajos desarrollados en el caso del Exxon Valdez se centraron en poblaciones de peces, aves y mamíferos marinos por su valor económico y/o ecológico. Como resultados más relevantes podemos destacar que se demostraron efectos tóxicos sobre embriones y larvas de peces a concentraciones de contaminantes 9 Paine R.T., J.L. Ruesink, A. Sun, E.L. Soulanille, M.J. Wonham, C.D.G. Harley, D.R: Brumbaugh & D.L. Second (1996). Trouble on oiled waters: Lessons from the Exxon Valdez oil spill. Annual Review of Ecology and Systematics 27:197-235. Peterson C.H. (2001). The "Exxon Valdez" oil spill in Alaska: Acute, indirect and chronic effects on the ecosystem. Advances in Marine Biology 39:1-103. 17 (HAPs) tan bajas como 1 ppm (µg/g) o incluso en casos de pocos ppb (ng/g), con efectos como reducciones en el crecimiento, aumentos de mortalidad o incluso alteraciones genéticas que determinaron daños en generaciones posteriores10. Aún así, en ocasiones las fluctuaciones interanuales observadas en la abundancia de ciertas poblaciones, como en el arenque, no pudieron ser asignadas causalmente a la marea negra dado que otros procesos ambientales que afectaban a la dinámica poblacional se solaparon en el tiempo. En el caso de aves o mamíferos marinos se pudo demostrar en primer término la causa de sus elevados niveles de contaminantes y/o biomarcadores, dado que en las especies analizadas su dieta contenía otras especies marinas (como mejillones o peces) que habían sido afectadas por el vertido y presentaban niveles de bioacumulación importantes. Por otra parte, en estas mismas especies de aves y mamíferos se observó un descenso simultáneo en el éxito reproductivo y/o un aumento de su mortalidad. 3.3. Redes tróficas y procesos de bioacumulación Dadas las características de la marea negra del Prestige, podemos plantear como hipótesis de trabajo que los principales impactos se van a producir a medio y largo plazo, y en la mayor parte de los organismos (y sobre todo aquellos de interés comercial) los contaminantes se van a introducir con la alimentación. Por tanto es especialmente importante comprender la estructura de las redes tróficas de los ecosistemas afectados, los procesos de transferencia de contaminantes entre compartimentos y las transformaciones que estos compuestos sufren a lo largo de este proceso. Una red trófica representa la trama de interacciones tróficas entre compartimentos dentro de un ecosistema; estos compartimentos son en su gran mayoría especies (en ocasiones agrupadas en entidades taxonómicas o funcionales superiores) pero también otras fuentes no vivas de materia orgánica (por ejemplo, materia en suspensión o detritus en sedimentos). Las interacciones suponen la existencia de una relación predador-presa (entendida en sentido amplio, incluyendo el caso de los herbívoros o de los detritívoros). Las redes tróficas reciben precisamente ese nombre por la 10 Ott R., C. Peterson & S. Rice. Exxon Valdez oil spill (EVOS) legacy: Shifting paradigms in oil ecostoxicology. Disponible en http://www.alaskaforum.org/ 18 multiplicidad de interacciones entre componentes, que determinan en su representación gráfica una malla o red; aún así es posible simplificar su estructura en una cadena trófica organizando los diferentes componentes por niveles tróficos (básicamente detritus, productores primarios, herbívoros, carnívoros de primer orden y de segundo orden), aunque en realidad casi ninguna especie de animal marino puede asignarse estrictamente a un nivel concreto, y en su mayor parte presentan cierto nivel de omnivoría. La bioacumulación hace referencia a un hecho aparentemente paradójico que se puede observar en los ecosistemas: los niveles orgánicos de contaminantes se incrementan en general conforme aumenta el nivel trófico, a pesar de que son los niveles tróficos inferiores (productores, detritívoros, herbívoros) los que interaccionan directamente con los contaminantes. Para entender esta aparente paradoja debemos tomar en consideración los siguientes factores: • Los contaminantes bioacumulables son compuestos químicamente hidrófobos, como ya se indicó previamente para el caso de los HAPs. Esta característica hace que, una vez ingeridos, su eliminación metabólica sea muy lenta y dificultosa y tiendan a acumularse en órganos de almacenamiento como son aquellos constituidos por tejidos grasos. • La capacidad de detoxificación metabólica es variable en diferentes organismos, y esto hace que su potencial de bioacumulación sea distinto. La detoxificación constituye un proceso metabólico, por el cual un organismo transforma las moléculas contaminantes en nuevos compuestos que ya pueden ser metabolizados o eliminados más fácilmente. Así, por ejemplo, los bivalvos presentan una escasa o nula capacidad de detoxificación y por tanto un elevado potencial de bioacumulación. Por el contrario los peces sí cuentan con la maquinaria metabólica necesaria para el proceso de detoxificación y por lo tanto su potencial de bioacumulación es mucho más bajo. Pero al mismo tiempo es este proceso de detoxificación el que puede generar consecuencias tóxicas para el organismo, de modo que son los compuestos resultantes de la metabolización de las moléculas originales de HAPs las que producen efectos tóxicos a nivel fisiológico y/o genético. No debemos olvidar que en el caso de los humanos, también contamos con una alta capacidad de detoxificación y por esta misma razón los HAPs son potencialmente tóxicos para nuestro organismo. Es 19 importante tener en cuenta esta cuestión, dado que el hecho de poder detoxificar los contaminantes ingeridos no significa una falta de daños biológicos, si no más bien todo lo contrario. • La duración del ciclo vital es determinante del potencial de bioacumulación, dado que a mayor esperanza de vida mayor es la exposición a contaminantes a través de la dieta. En general los organismos de gran tamaño y alto nivel trófico suelen presentar esperanzas de vida mayores que los organismos pequeños y de bajo nivel trófico por lo que su potencial de bioacumulación es mayor. En resumen, si consideramos en conjunto todos los factores anteriores, son los organismos grandes y de elevado nivel trófico (predadores) los candidatos a presentar mayores niveles de bioacumulación (siempre que su capacidad de detoxificación sea limitada o el grado de exposición muy alto). En el caso de los ecosistemas marinos, las red trófica de un área geográfica determinada presenta una estructura basada en dos grandes compartimentos conectados parcialmente entre sí. El sistema pelágico, constituido por todos lo organismos y materia orgánica localizados en la columna de agua, depende directamente de la producción primaria generada a nivel planctónico. Parte de esta producción se exporta al sistema bentónico, mediante la sedimentación de organismos planctónicos y materia orgánica particulada que no son consumidos in situ en la columna de agua. Además, el sistema bentónico situado en zonas fóticas (zonas poco profundas donde la luz penetra hasta el fondo), cuenta con producción primaria debida a las plantas (micro y macroalgas bentónicas y fanerógamas) que se desarrollan en estos hábitats. Ambos sistemas, pelágico y bentónico, a partir de los productores primarios y la transferencia de materia orgánica procedente de otros hábitats, desarrollan complejas redes tróficas conectadas entre sí por la transferencia entre plancton y bentos comentada anteriormente y por organismos que pueden utilizar recursos de ambos sistemas (los organismos demersales, por ejemplo, son animales móviles que aunque presentan cierta relación con el fondo se desplazan en la columna de agua y pueden actuar también como predadores de organismos pelágicos profundos). Una primera pregunta clave para entender las rutas de incorporación de HAPs en las redes tróficas es la identificación de la vía de entrada, presentándose dos posibilidades: 20 a través del plancton a nivel pelágico o a través de la materia orgánica sedimentaria en el bentos. Las evidencias existentes hasta el momento (por ejemplo los datos presentados en los informes técnicos del IEO11), indican que los niveles de hidrocarburos en la columna de agua son relativamente bajos a lo largo de toda la plataforma continental gallega. Así, en muestreos realizados en diciembre de 2002, en pleno desarrollo de la marea negra cuando enormes manchas de fuel se dipersaban por toda la costa, muestran valores elevados sólo en localidades muy concretas (al sur de la Ría de Vigo o en alguna estación de Costa da Morte), pero en ningún caso superaban los límites máximos aceptables (300 µg/l) propuestos por la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (Environmental Protection Agency, EPA)12. Si sólo empleáramos estos datos la situación sería de práctica normalidad, lo cual no concuerda en absoluto con lo observado en Diciembre de 2002. Pero si analizamos los datos proporcionados por el IEO sobre niveles de HAPs en sedimentos (mediante análisis químicos) y presencia de fuel en fondos (cartografiado mediante pescas con artes de arrastre)13, nos encontramos con niveles muy elevados de contaminantes en los fondos sedimentarios de gran parte de la plataforma continental gallega, y especialmente en toda la Costa da Morte (desde Caión al norte de la Ría de Muros e Noia) y en ciertas localidades situadas en la boca de las Rías Baixas. Asimismo, datos obtenidos por los autores indican patrones similares en los sedimentos de la zona costera (datos no publicados). Estos datos preliminares parecen corroborar que los hidrocarburos del Prestige se acumulan principalmente en el sedimento, y que la red trófica bentónica sería la vía de entrada preferente de contaminantes en las comunidades bióticas. Por otra parte, el análisis de la composición química del fuel y de su comportamiento en el medio, nos lleva a las mismas conclusiones, tal como se discutió previamente. Esta situación contrasta con la correspondiente a la marea negra provocada por el Aegaen Sea, en la que el crudo se quemó, evaporó o se disolvió en buena medida rápidamente14, por lo que la proporción que llegó al sedimento seguramente fue muy inferior. A pesar de lo anterior, no debemos olvidar que la marea negra del Prestige presenta una escala 11 IEO (2003). Informe nº 1. Contenido de hidrocarburos en la columna de agua. Disponible en http://www.ieo.es/Prestige/IEO_Prestige_intro.html/. 12 EPA (1986). Quality criteria for water. EPA 440/5-86-001. 13 Ver nota 7. 14 Ros Vicent J. (ed.). (1996). Seguimiento de la contaminación producida por el accidente del buque Aegean Sea. Ministerio de Medio Ambiente. 21 espacial mucho mayor de lo habitual por lo que el fuel ha sido vertido en masas de agua superficiales oceánicas y, en sus desplazamientos hasta llegar a la costa y dada la gran profundidad existente en muchas de las zonas afectadas, han transcurrido largos periodos con contaminantes situados en la columna de agua afectando directamente al sistema pelágico. Una vez que el fuel, o parte de sus componentes o productos derivados, llegan al sedimento se van a producir toda una serie de procesos físico-químicos que van a determinar su biodisponibilidad. Es especialmente importante conocer su distribución vertical (dentro del sedimento), dado que la actividad biótica se restringe a las capas superiores, y los procesos de resuspensión que pueden ocurrir ligados a la hidrodinámica de la zona. Esta es una de las grandes incógnitas que permanecen por resolver en el caso del Prestige; pero en cualquier caso una parte de los hidrocarburos se situará en capas superficiales sedimentarias, en donde existe una diversa comunidad animal dominada por organismos, en general de pequeño tamaño corporal (<1 cm), que se alimentan de los detritus o materia orgánica particulada que se deposita sobre el fondo o se encuentra asociada a las partículas inorgánicas sedimentarias. Dentro de estos organismos se encuentran moluscos, poliquetos, anfípodos y muchos otros grupos animales, y en conjunto constituyen la base de la red trófica bentónica. En las zonas fóticas, que se sitúan por encima de aprox. 20 m de profundidad, los productores primarios constituyen otra pieza fundamental de la base de la red trófica. Además de esta fauna detritívora, los sedimentos albergan abundantes comunidades bacterianas que degradan la materia orgánica y, al menos en parte, contaminantes orgánicos como los hidrocarburos. Esta vía trófica es mucho menos conocida pero algunas evidencias demuestran que puede ser cuantitativamente muy importante. En cualquier caso, estas bacterias constituyen en realidad también una fuente de alimento de los animales detritívoros que las ingieren con las partículas orgánicas. Algunas estudios demuestran que en realidad la principal fuente de materia orgánica de estos animales son las bacterias y no las partículas orgánicas per se. En cualquier caso la vía de entrada de contaminantes es similar, pero puede sufrir o no degradación bacteriana antes de entrar en los niveles inferiores de la red trófica. 22 Hasta el momento hemos analizado con cierto detalle la estructura de los niveles tróficos basales y la dinámica de los contaminantes en estos compartimentos. Pero, debido al proceso de bioacumulación, es también muy relevante conocer la estructura de los niveles superiores para poder comprender los patrones de transferencia. Por desgracia, el conocimiento actual de las redes tróficas de los ecosistemas costeros del Atlántico ibérico es muy fragmentaria y no permite realizar predicciones detalladas sobre la dinámica de los contaminantes. En el caso de la plataforma continental, el conocimiento existente de las relaciones tróficas es más completo, y de hecho investigadores del IEO han publicado recientemente el primer modelo trófico correspondiente a la plataforma cantábrica (que en gran medida puede ser trasladable al caso de la costa atlántica gallega)15. La red trófica de la plataforma se puede caracterizar por tres vías de flujo de materia y energía: una subred pelágica que se basa en la producción primaria fitoplanctónica y que en su extremo superior presenta predadores como atunes, peces pelágicos (sardina, jurel, caballa) o calamares. La subred bentónica se inicia con los detritus sedimentarios (procedentes de la "lluvia" de partículas desde el sistema pelágico) y finaliza en diversas especies de peces (gallos, rapes, etc), crustáceos (como la cigala) y cefalópodos (como el pulpo blanco). Existe una subred intermedia, que podríamos denominar demersal, constituida por organismos que consumen en parte presas asociadas al sistema pelágico y en parte alimento del sistema bentónico; la merluza constituye la especie más característica de este subsistema. Se puede plantear la hipótesis de que, si el fuel entra en la red trófica por el sedimento, serán los organismos bentónicos, y en menor medida demersales, los que sufrirán procesos de bioacumulación (por supuesto modulados por la duración de su ciclo vital, su capacidad de detoxificación y su contenido lipídico). Se empieza a disponer de datos iniciales sobre la distribución y abundancia de HAPs en organismos marinos (datos no publicados correspondientes a muestras obtenidas por los autores entre Enero y Marzo de 2003). Estos resultados muestran niveles elevados de contaminantes en animales sésiles o sedentarios costeros (bivalvos, percebe, erizo) de las áreas geográficas afectadas; estos animales se sitúan en la base de la red trófica y presentan escasa capacidad de degradación metabólica por lo que deberían ser los 15 Sánchez F. & I. Olaso (en prensa). Ecological Modelling 23 primeros afectados. En el caso de los organismos de niveles tróficos superiores (en gran parte predadores), como peces, crustáceos decápodos o moluscos cefalópodos, los niveles de afectación son inferiores a los de los organismo sedentarios, pero aún así alcanzan valores elevados en la zona afectada. En estos organismos, los niveles de contaminantes son especialmente altos en glándulas digestivas (como el hígado en peces o hepatopáncreas en crustáceos) lo que muestra que los HAPs están entrando en las redes tróficas, independientemente de que debido a la capacidad de detoxificación (por ejemplo en el caso de los peces) y al escaso tiempo transcurrido desde el inicio de la marea negra, los niveles musculares sean inferiores. Los resultados correspondientes a peces y cefalópodos procedentes de la plataforma continental, muestran patrones similares a los de las zonas costeras, aunque los niveles de contaminantes son inferiores, lo cual concuerda con la idea avanzada de que el grado de impacto en la plataforma continental es inferior que el correspondiente a los ecosistemas costeros. Es previsible, en función de la teoría ecológica y los datos empíricos existentes, que los niveles de contaminantes se incrementen en predadores en los próximos años, siempre que la exposición a HAPs permanezca en el tiempo. La bioacumulación debería ser especialmente importante en organismos costeros y en aquellos que dependan de rutas tróficas que parten del sedimento. 4. Impacto sobre los recursos vivos 4.1. Cambios demográficos: efectos a corto, medio y largo plazo Desde el punto de vista de los recursos vivos, y tal y como se expuso anteriormente, el vertido conlleva una serie de efectos negativos, tanto letales como subletales, que van a provocar importantes cambios en la dinámica poblacional de los mismos. Partiendo de la hipótesis de que un vertido como el del Prestige provoca una reducción en la biomasa de las poblaciones afectadas, la intensidad de dicha reducción puede presentar grandes diferencias en función de la escala temporal en que nos movamos. Así, a corto plazo una marea negra puede provocar una reducción inmediata del tamaño del stock de todas aquellas especies afectadas directamente por los hidrocarburos, 24 debido a la simple mortalidad directa inducida. En este sentido son principalmente las especies sedentarias o de escasa movilidad, y cuyos habitas típicos se hayan vistos más afectados, las primeras que pueden sufrir una severa disminución en sus poblaciones. Dado que, como ya se ha destacado anteriormente, son generalmente los hábitats costeros los más afectados por este tipo de eventos, se puede concluir que las poblaciones de aquellos recursos típicamente costeros y sésiles o sedentarios, tales como percebe, erizo o bivalvos, serán las que en un primer momento pueden sufrir una drástica reducción de sus stocks. En el caso del Prestige, las evidencias existentes no muestran mortalidades catastróficas de este tipo de recursos, incluso en zonas muy afectadas y donde los niveles de contaminación orgánica han alcanzado valores muy elevados. Aquellas especies móviles (que pueden desplazarse a otras zonas menos afectadas) o de hábitats oceánicos (y por tanto expuestas a concentraciones ambientales menores de contaminantes), muy probablemente sufren una escasa mortalidad directa, y por tanto no es esperable que presenten reducciones bruscas de sus stocks a corto plazo. Tales pueden ser los casos de crustáceos decápodos, cefalópodos y peces. Si bien los efectos a corto plazo son los más llamativos y los más fácilmente detectables, quizás no sean los más preocupantes por su efecto en la dinámica poblacional de los recursos vivos, dado que son puntuales tanto en el tiempo como en el espacio. En este sentido, pueden ser mucho más relevantes los efectos subletales a medio y largo plazo que presentan los HAPs sobre diferentes procesos reproductivos (ya tratados anteriormente), cuya consecuencia final es la reducción de la tasa reproductiva y por tanto del tamaño poblacional y de la biomasa explotable. A pesar de todo lo anterior, es difícil poder determinar la respuesta demográfica de los diferentes recursos pesqueros y marisqueros al impacto de un vertido de hidrocarburos, discriminando sus efectos de la elevada variabilidad de las poblaciones marinas asociada a múltiples causas naturales y antropogénicas. En el momento actual, cuando tan sólo han pasado unos meses desde el inicio de la catástrofe, en la mayor parte de las especies no se han completado los procesos reproductivos que podrían verse potencialmente afectados por la marea negra (incluyendo el reclutamiento de nuevos individuos tras su fase larvaria), por lo que tan sólo se cuenta con información sobre 25 efectos a corto plazo motivados principalmente por la mortalidad directa. Esta información demuestra la dificultad de relacionar el vertido y la reducción o aumento de las capturas. 4.2. Evidencias de efectos de la marea negra del Prestige sobre los recursos vivos Hasta el momento se han hecho públicos únicamente datos correspondientes a campañas de prospección de las especies pelágicas, demersales y bentónicas en la plataforma continental gallega, realizadas por el IEO con posterioridad a la catástrofe16. Esta información permite realizar comparaciones con campañas previas, como la campaña anual demersal realizada en octubre de 2002, dos meses antes del accidente, que no evidencian un efecto claro del vertido en la biomasa de las especies capturadas. De las 8 especies analizadas, 4 de ellas (gallo L. bosccii, bacaladilla, rape negro y rape blanco) aumentaron (en contra de lo predecible) su biomasa media tras la catástrofe, 3 de ellas disminuyeron (merluza, gallo L. whiffiagonis, y jurel) y una no presentó variaciones (cigala). Al mismo tiempo, el análisis comparativo de la distribución espacial de las capturas de dichas especies antes y después del Prestige tampoco permite concluir la existencia de una relación directa entre el efecto del vertido y cambios en la distribución de los stocks bentónicos y demersales. Únicamente la cigala parece presentar un patrón de variabilidad de su distribución relacionado con el vertido, ya que su densidad ha disminuido en la principal zona afectada, enfrente a la Costa da Morte. Estos datos parecen corroborar las hipótesis presentadas previamente sobre la escala temporal de los efectos biológicos y la relación entre impacto, hábitat y movilidad de los organismos, dado que: • El estudio se realizó en hábitats de plataforma continental, por lo tanto inicialmente menos afectados por el fuel. • De las ocho especies analizadas, siete son peces con gran movilidad y tan solo la cigala es una especie típicamente sedentaria. 16 Sánchez F., S. Parra, A. Serrano & F. Velasco (2003). Informe nº 6. Primera estimación del impacto producido por el vertido del Prestige en las comunidades demersales y bentónicas de la plataforma continental de Galicia. Disponible en http://www.ieo.es/Prestige/IEO_Prestige_intro.html/. 26 • El intervalo de tiempo transcurrido entre el vertido de fuel y la campaña fue muy corto. • Existe una elevada variabilidad espacial y temporal en la abundancia y distribución de cualquier especie animal; y no se dispone de datos previos de campañas de prospección realizadas en diciembre y enero. 4.3. El percebe como ejemplo de respuesta compleja que necesita acciones de recuperación Parece por tanto evidente que en el momento en que nos encontramos (seis meses después del vertido), son los recursos sedentarios costeros los que se han visto expuestos directamente al fuel los mas afectados. Un ejemplo del alto grado de afectación sufrida por este tipo de recurso (costero y sésil), y de la complejidad de la respuesta ante el vertido es el del percebe. Los stocks de percebe en las costas gallegas presentan una estructura metapoblacional meroplanctónica17. Cada banco de percebe constituye una población local postlarvaria, cuyas tasas de crecimiento y reproductivas (producción de larvas) depende de las condiciones ambientales locales y de la densidad de la población. Una vez liberadas las larvas, se dispersan en el sistema pelágico por procesos de transporte físico dependientes de las condiciones oceanográficas, de modo que podemos considerar que los diferentes bancos de una amplia área geográfica aportan larvas a una población larvaria única dispersa a lo largo de la costa. Una vez completado el desarrollo larvario, se produce el reclutamiento en el que los individuos deben asentarse fijándose en los hábitats rocosos, sufriendo una metamorfosis e iniciando su fase postlarvaria. La zona de reclutamiento o asentamiento es en gran medida independiente de la zona de origen de las larvas. Las peculiaridades de la fase inicial de asentamiento puede tener importantes implicaciones en las consecuencias de la marea negra. En el percebe, el asentamiento inicial de las postlarvas se realiza preferencialmente sobre el pedúnculo de los adultos, para posteriormente desplazarse gradualmente para situarse directamente sobre el 17 Molares J. & J. Freire (en prensa). Development and perspectives for community-based management of the goose barnacle (Pollicipes pollicipes) fisheries of Galicia (NW Spain).Fisheries Research 27 sustrato rocoso. Por tanto, las postlarvas precisan de una cierta densidad de adultos para favorecer el asentamiento inicial pero, debido a la competencia por el sustrato, el desarrollo de las postlarvas se ve inhibido en condiciones de elevadas densidades de adultos. Por tanto, los máximos de reclutamiento se generarían en condiciones de densidad intermedia. El fuel que se deposita en la zona costera rocosa expuesta (hábitat típico del percebe) puede desprenderse a corto o medio plazo por efecto del oleaje. Sin embargo, en los bancos de percebe, la persistencia local de la contaminación (en organismos y en el medio) puede ser mucho más prolongada, por la siguientes razones: • El percebe puede actuar como una "trampa" de fuel, dado que constituye una estructura tridimensional muy intrincada donde se puede acumular fuel. • El fuel del Prestige es poco soluble y volátil, y por lo tanto muy persistente en el medio y actúa como una fuente de contaminación lenta pero constante sobre el ambiente y los organismos situados en sus proximidades. • Los niveles de HAPs en las poblaciones de percebe situadas en las zonas afectadas son muy elevados, pero no se han producido mortalidades catastróficas. No se conoce la capacidad fisiológica de degradación de hidrocarburos que presenta esta especie, pero las evidencias de otros organismos similares indican que posiblemente sea escasa, por lo que es de esperar que los niveles de contaminantes permanezcan estables, disminuyan muy lentamente, o se incrementen si el fuel permanece atrapado entre los animales. Por lo tanto nos encontramos con un escenario de poblaciones con elevados niveles de contaminantes y alta densidad, dado que no se ha permitido su extracción, por lo que pueden actuar como inhibidoras del reclutamiento. Además, dado los niveles de HAPs, muy probablemente su reproducción se vea comprometida y la producción larvaria sea inferior a la normal. Por otra parte, la extracción comercial, en muchos de los bancos, no debería permitirse durante periodos muy prolongados por razones de seguridad alimentaria. Estas previsiones sugieren claramente la necesidad de realizar acciones de recuperación activa. Estas acciones deben ir dirigidas a extraer de modo selectivo el percebe afectado para permitir el reclutamiento de nuevos individuos ya no contaminados. Se debe tener en cuenta, como precaución a la hora de plantear una extracción de percebe para favorecer la recuperación, que el reclutamiento se ve 28 limitado por elevadas densidades de adultos pero también por densidades muy bajas. Por esta razón, y siempre que sea posible, puede ser adecuado realizar sólo extracciones parciales y mantener una densidad baja de percebe aunque esté contaminado, para no limitar el reclutamiento. 5. Impacto sobre las pesquerías Los efectos que una catástrofe como la del Prestige provoca sobre el sector pesquero son múltiples, pero los podríamos clasificar en dos grandes grupos: • Efectos directos derivados del impacto del fuel tanto sobre los recursos vivos (efectos ecológicos, discutidos previamente, que van a afectar a las capturas futuras y a la sostenibilidad de los stocks) y materiales (sobre los aparejos). • Efectos indirectos: cierres cautelares, efectos comerciales (sobre los mercados) y efectos sobre el consumidor (seguridad alimentaria). Todos estos efectos presentan una repercusión final sobre la economía del sector pesquero y de todos los sectores ligados al mismo. Los efectos sobre las capturas van a venir directamente determinados por los cambios demográficos que la marea negra genere en las poblaciones explotadas, tal como se describió previamente. En este capítulo nos centraremos en el análisis de los efectos sobre aparejos y consecuencias comerciales. 5.1. Efectos sobre los aparejos Galicia presenta un sector pesquero artesanal y semi-industrial que se encuentra muy diversificado en cuanto a flotas, aparejos o especies explotadas. Los efectos sobre cada una de las flotas van a depender del nivel de impacto del vertido de hidrocarburos sobre los ecosistemas que exploten. Por otra parte, dentro de una misma área geográfica, se ha constatado que los diferentes tipos de artes utilizados van a presentar diferente sensibilidad a la presencia de fuel en el medio. Entendemos por sensibilidad la probabilidad de que un aparejo que opere en una zona afectada presente manchas e impregnación por fuel, lo que en la mayor parte de los casos lo inutiliza. 29 Junto con el más que notable impacto que el fuel puede acarrear a las capturas de las diferentes flotas, otro impacto importante desde el punto de vista económico son los posibles daños producidos por el fuel en los aparejos de pesca. Al igual que sucedía con las capturas, la sensibilidad de las diferentes artes es muy variable y está directamente relacionada con el ecosistema y hábitats que explotan. Si establecemos una clasificación de la sensibilidad de los aparejos desde un punto de vista cualitativo, todas las artes de fondo presentarían una sensibilidad alta (nasas, enmalle) o muy alta (arrastre, dragas), el cerco tendría una sensibilidad moderada o baja, y el palangre baja o nula. Las observaciones efectuadas por la Xunta de Galicia (XUGA) e IEO18 y el grupo de investigación de los autores (datos no publicados), parecen corroborar estas predicciones para el caso del Prestige. Los datos proporcionados por la XUGA, obtenidos en una serie de pescas experimentales en las Rías Baixas sobre la afectación de diferentes artes al fuel, indican que un 8.6% de nasas, un 16.4% de miños y 6.1% de rastros de vieira empleados resultaron manchados por fuel durante los primeros meses tras el vertido. Estos resultados, y considerando que artes como el arrastre de fondo no han sido testadas y que el muestreo solo se efectuó en un área geográfica de moderado impacto, muestran niveles de afectación preocupantes. Resultados complementarios sobre artes de arrastre en la plataforma continental de la Costa da Morte y norte de la provincia de A Coruña, indican grados de afectación mucho más elevados. 5.2. Cierres de zonas y ceses de actividad: causas y consecuencias Al contrario de lo que ha sucedido con otros aspectos de la gestión de la catástrofe, la administración pública con competencias en la gestión de recursos marinos (XUGA en aguas interiores y Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en aguas exteriores, básicamente la plataforma continental) reaccionaron rápidamente en lo que respecta al establecimiento de prohibiciones de pesca y marisqueo en las zonas afectadas. Así, entre el 16 Noviembre y principios de Diciembre, se decretó gradualmente el cese de la actividad pesquera y marisquera a largo de toda la costa entre Cedeira y A Guarda, desde el intermareal hasta las 12 millas de la costa. A pesar de esta rápida reacción, 18 Datos de la XUGA disponibles en la web http://www.ccmm-prestige.cesga.es/. Informes del IEO sobre presencia de fuel en fondo y afectación de aparejos citados en nota 7. 30 llama la atención que las aguas situadas a más de 12 millas de la costa no se cerraran a la actividad extractiva, por lo que la pesquería de arrastre continuó trabajando ininterrumpidamente, a pesar de las numerosas evidencias de que los fondos estaban afectados. Este tipo de cierres son, con frecuencia, medidas cautelares tomadas por la administración por muy diversas causas: paros biológicos, descensos bruscos en las capturas, procesos de contaminación, etc. En el caso que nos atañe, está claro que la causa que motivó el cese de las actividades extractivas, fue la posible contaminación de los organismos unido a los posibles efectos del fuel sobre las artes de pesca. A partir de Febrero (con el butrón y trasmallo en interior de las Rías Baixas) se inició el proceso de apertura de zonas a la pesca, de forma gradual por artes y zonas de pesca, de modo que en la actualidad, a Junio de 2003 (7 meses después del inicio de la crisis), se han levantado las prohibiciones de faenar excepto en la zona costera de Costa da Morte, y se discute la posibilidad de que esta zona se abra de forma inmediata. En el caso del Erika la administración francesa decretó también el cierre temporal de muchas zonas a la actividad extractiva, en particular la explotación de bivalvos en zonas costeras (los recursos fundamentales económicamente en la zona afectada)19. En concreto, en lo que respecta a las zonas de producción de bivalvos afectadas por el vertido, el cierre de las mismas tuvo lugar en el plazo aproximado de entre 15 y 30 días desde el inicio del vertido, efectuándose una apertura gradual de las mismas en función de los niveles de afectación; por ejemplo, zonas de Finistère permanecieron tan sólo 2 meses cerradas, mientras que zonas de la región del Loire-Atlantique o de Vendée no fueron abiertas hasta un año y medio después del vertido. Obviamente la decisión de reapertura está basada en consideraciones científicas pero no deja de tener un componte político fundamental, por lo que las diferencias en los plazos de cierre de actividad entre ambas mareas negras (previsiblemente 7-8 meses en las zonas más afectadas de Galicia y 18 meses en Francia) deben ser interpretadas desde una perspectiva política y social. 19 IFREMER (2002). Surveillance du milieu marin. Travaux du Réseaux National d'Observation de la qualité du milieu marin. Edition 2002. Disponible en http://www.ifremer.fr/envlit/surveillance/rnopublis.htm/. 31 Si bien un cese temporal conlleva un efecto económico negativo sobre la flota afectada (mitigado en muchos casos por las ayudas de la administración), los efectos sobre los recursos y pesquerías son más complejos. Así, las reaperturas graduales conllevan la concentración del esfuerzo de pesca en zonas concretas que pueden ser sobre-explotadas rápidamente. Pero, al mismo tiempo, el cierre cautelar constituye una veda total de la actividad pesquera (de una extensión espacial y temporal muy superior a las vedas que habitualmente se utilizan en la gestión pesquera). Esta veda de facto debería generar efectos positivos permitiendo el crecimiento y recuperación de los stocks, muchos de ellos ya en un estado previo de sobre-explotación. Pero no debemos olvidar que este efecto secundario positivo se superpone a los efectos biológicos negativos que una marea negra genera, por lo que el resultado final, medible a través de las capturas de las flotas comerciales, es difícil de predecir. Una buena monitorización de la dinámica poblacional y de la actividad de la flota debería permitir discriminar los diferentes efectos descritos y generar un importante conocimiento sobre los efectos de las mareas negras, la estrategia y comportamiento de las flotas y el efecto de vedas extensivas de la actividad pesquera. El pulpo puede ser un buen ejemplo de los efectos secundarios del cierre de actividad. Este cefalópodo se caracteriza por presentar unas de crecimiento muy elevadas tasas. Ante el cese de la actividad de extracción, el stock de pulpo va a experimentar un aumento de la biomasa total, motivado por el crecimiento individual y el reclutamiento de nuevas cohortes, unido a un descenso de la mortalidad por pesca por la ausencia de explotación. Por tanto, en el momento de la reapertura de la pesquería y a corto plazo, se observaron importantes aumentos de capturas y del tamaño corporal de los animales capturados (y por tanto de su valor económico), pero estas elevadas capturas iniciales descendieron rápidamente en las zonas abiertas (donde se concentró un gran esfuerzo de pesca), y en pocas semanas o meses las capturas se situaron en niveles de mínimos históricos. 5.3. Efectos comerciales Otro de los impactos, en este caso indirecto, del vertido sobre las pesquerías se sitúa en los efectos comerciales sobre los mercados de los productos pesqueros. En primer lugar, la reapertura local de una pesquería, como se describió antes, puede generar un aumento 32 importante de las capturas y por tanto de la oferta en las lonjas locales, en un momento en que el mercado presenta reticencias y desconfianza hacia el producto. Esto genera un descenso de los precios y una menor rentabilidad de la pesquería. Por otra parte, la mayoría de los productos marinos gallegos son reconocidos tanto a nivel nacional (incluyendo el propio consumo gallego) como internacional, como un producto de alta calidad. Pero en realidad, la oferta de estos productos de gran calidad de origen gallego es reducida en los mercados de productos pesqueros, que han alcanzado un elevado nivel de globalización. Así, la escasa oferta y elevada demanda hacen que alcancen en muchos casos precios de mercado muy elevados. En este sentido cuentan con un nicho de mercado centrado en consumidores de productos de alta calidad y elevado precio. Estos elevados precios son los que explican la rentabilidad de muchas de las pesquerías gallegas, por lo que la disminución de precios podría provocar una grave crisis en el sector. Una marea negra es percibida por el consumidor como un brusco proceso de contaminación, que afecta directamente a los productos que tradicionalmente consumía. Una primera consecuencia de ello es la inicial desconfianza del consumidor hacia dichos productos, aun después de que la administración haya permitido su extracción y comercialización. Por ello, hasta que se elimine la desconfianza inicial (dependiente en gran medida de la evolución de la propia marea negra, pero también de la eficacia en la gestión de la crisis), la demanda de los mismos puede disminuir de manera importante. Así, tras la apertura de las pesquerías se podría producir la circunstancia de que, ante un aumento local de la oferta de determinados productos y la coincidente disminución de demanda por efecto de la desconfianza, se genere un importante descenso en la rentabilidad de la pesquería. Una segunda consecuencia del proceso antes descrito puede ser un cambio en la diversidad de la oferta y en las preferencias de los consumidores por la entrada de productos sustitutivos y alternativos. Estos productos, competidores potenciales de los productos gallegos y que ya existen en los mercados nacionales e internacionales, pueden verse muy favorecidos por esta crisis, y tienen varios orígenes: 33 • Especies comerciales ya conocidas por el consumidor pero de diferente origen geográfico. Tal puede ser el caso de la nécora (Escocia), centolla (Francia), sardina (Marruecos), pulpo (Marruecos), etc. • Especies nuevas, y que debido a su calidad o a su bajo precio resulten atractivas para el consumidor. • Productos procedentes de la acuicultura, que desplazan la demanda de productos “salvajes”. 6. Redes de monitorización 6.1. Diseño, implementación y uso en la gestión de crisis Una marea negra supone una crisis medioambiental que afecta a un gran número de sectores económicos y moviliza muy diversas fuerzas sociales, y que requiere de respuestas rápidas para la minimización de sus efectos, la evaluación de los daños ocasionados y la restauración de los ecosistemas afectados. Pero esta necesidad choca con la limitación de recursos y conocimiento con la que afrentar un problema de este tipo, un aspecto que ya se ha discutido ampliamente en secciones previas. Por tanto es crucial desarrollar un sistema de monitorización ambiental que permita la obtención de información en tiempo real sobre la evolución de la marea y de los ecosistemas afectados, y con una cobertura espacial y temporal adecuada para poder predecir la evolución de los contaminantes y su impacto ecológico. Existen dos aproximaciones básicas para la evaluación del impacto ambiental de un evento puntual como puede ser una marea negra: comparaciones "antes-después" en las zonas afectadas para lo que se necesitan datos de la situación previa al vertido, y comparaciones espaciales entre zonas potencialmente afectadas y controles no impactados (utilizando en ambos casos información posterior al vertido). Ambas aproximaciones son complementarias y, de ser posible, deben ser combinadas para obtener una evaluación robusta (la combinación de ambos métodos recibe el nombre de BACI por el término "before-after-control-impact"). 34 La catástrofe del Prestige ha puesto de manifiesto la ausencia de planes de contingencia, o al menos de la capacidad de implementación efectiva de planes de este tipo. Estos planes, tal como se ha discutido ampliamente en estos meses, se refieren habitualmente a las fases iniciales de la crisis y a problemas técnicos o de gestión de recursos humanos y materiales para labores de limpieza y control de la contaminación. Se ha prestado mucha menor atención a la necesidad de que estos planes de contingencia incluyan la evaluación científica del impacto ambiental, tanto en lo que se refiere a las cuestiones teóricas y técnicas relacionadas con el diseño de las evaluaciones como a la organización de los recursos humanos y materiales existentes. Este último aspecto será discutido en la sección final, pero aquí trataremos de extraer algunos elementos útiles para ese objetivo realizando un análisis comparativo de las experiencias existentes. Como ya se discutió previamente, la evaluación del impacto ecológico de un vertido de hidrocarburos requiere la obtención de información de tres tipos de procesos relacionados entre si: niveles de contaminantes en organismos y matrices ambientales (agua, sustratos rocosos y sedimentos), los efectos toxicológicos de los contaminantes en los organismos (mediante estudios experimentales, realización de bioensayos o análisis de presencia de biomarcadores), y por último el análisis de las consecuencias a nivel poblacional, de comunidad y ecosistema. Existe una amplia literatura teórica sobre los diseños de este tipo de sistemas de monitorización, pero es mucho más escasa la experiencia en nuestro entorno acerca de la implementación de sistemas de este tipo. Debemos tener en cuenta que la información que se obtenga mediante estas evaluaciones debe ser clave en la gestión de la crisis y en la toma de decisiones; en la siguiente sección discutiremos alguno de estos temas en relación con un problema clave en una marea negra como es el de la seguridad alimentaria. A continuación vamos a analizar con detalle dos casos concretos que nos pueden aportar información importante, como son el caso de la red de monitorización del medio marino que el IFREMER mantiene en Francia desde 199420 y que fue utilizada en la gestión de la crisis del Erika, y la red del Centro de Control da Calidade do Medio Mariño que la Xunta de Galicia ha puesto en marcha desde 1992 y que ha sido central en la gestión de 20 Réseaux National d'Observation de la qualité du milieu marin (IFREMER). http://www.ifremer.fr/envlit/surveillance/rno.htm 35 la crisis del Prestige por parte de la administración autonómica21. De modo complementario utilizaremos información referida a las mareas negras del Exxon Valdez y Aegean Sea. 6.2. Experiencias previas. El caso del Erika EL IFREMER mantiene desde 1994 una extensa red de monitorización del medio marino mediante 67 estaciones de muestreo localizadas a lo largo de toda la costa atlántica y mediterránea francesa. En esta red realizan evaluaciones periódicas de los niveles de los contaminantes más habituales en zonas costeras, incluyendo desde un principio los HAPs. A parte de estudios en matrices ambientales, esta red utiliza dos organismos bioindicadores o biomonitores, como son la ostra y el mejillón, como monitores de los niveles de contaminantes. La selección de estos organismos se basa en su abundancia y ubicuidad (especialmente el mejillón), su alta capacidad de bioacumulación (por sus elevadas tasas de ingestión de alimento y elevado contenido lipídico), y su carácter filtrador (por lo que la materia orgánica ingerida es representativa de la existente en los ambientes costeros con sus características químicas). La existencia de esta red se reveló fundamental para la comprensión del impacto de la marea negra del Erika (que afectó a zonas incluidas dentro de la red) y la toma de decisiones en la gestión de la crisis. No es el objetivo de este capítulo analizar en detalle el diseño e implementación de esta red de monitorización pero sí mostrar su importancia en la evaluación y gestión de una marea negra. En concreto, la información proporcionada permitió conocer los niveles basales (pre-vertido) de los contaminantes (HAPs y metales pesados), la extensión del área afectada, y la evolución temporal de los niveles de HAPs en organismos. Esta información, unida a una serie de recomendaciones sobre niveles de riesgo aceptables por razones de seguridad alimentaria, fue determinante en la decisión de cierres y aperturas de zonas y recursos para la explotación comercial. Tras el accidente del Erika, los niveles de los principales HAPs tóxicos para humanos (6 compuestos recomendados por la Organización Mundial de la Salud, OMS; ver sección 21 http://www.ccmm-prestige.cesga.es/ 36 sobre seguridad alimentaria) permanecieron elevados en bivalvos (mejillón y ostra) durante al menos un año, alcanzando en las zonas afectadas niveles superiores al límite de seguridad recomendado. La intensidad de muestreos y análisis disminuyó bruscamente después del primer año lo que impide la evaluación de las tendencias posteriores. En el caso de los crustáceos decápodos, la tendencia fue similar a la obtenida para moluscos bivalvos, pero con valores absolutos inferiores; de hecho el porcentaje de muestras con valores superiores al límite de seguridad fue mucho más bajo. En el caso de los peces, sólo se detectaron niveles muy elevados esporádicamente en el primer año (la reducción del esfuerzo de monitorización al cabo de un año impidió contrastar si el proceso de bioacumulación sucede a largo plazo o simplemente no ocurre). Esta red de monitorización también permitió obtener información sobre otros HAPs, en concreto compuestos derivados sulfurados y alquilados (que como se discutirá posteriormente, aunque no son contemplados en las propuestas europeas de legislación, investigaciones recientes sugieren que pueden presentar una toxicidad muy elevada). Los niveles orgánicos previos al vertido eran prácticamente inapreciables, pero inmediatamente después se incrementaron varios órdenes de magnitud (hasta más de 8000 ug/kg de peso seco de tejido en el caso de los HAPs alquilados y más de 2000 en los sulfurados), mantuvieron valores elevados los dos primeros años, y dos años y medio después aún presentaban niveles superiores a los basales. Otro resultado muy relevante y posiblemente aplicable a la marea negra del Prestige es el registro de eventos de recontaminación que se reflejaron en un segundo incremento en los niveles de contaminantes en bivalvos el otoño siguiente a la marea negra (10 meses después). Este proceso ha sido descrito también en otras mareas negras, y en concreto en el Aegean Sea22 tanto en los niveles de contaminantes en bivalvos como en la estructura de las comunidades endofaunales que habitan fondos sedimentarios, y está motivado por la resuspensión de los hidrocarburos depositados en el sedimento debido a al efecto hidrodinámico de los temporales de otoño. 22 Ros Vicent J. (ed.). (1996). Seguimiento de la contaminación producida por el accidente del buque Aegean Sea. Ministerio de Medio Ambiente. Porte C., X. Biosca, D. Pastor, M. Solé & J. Albaigés (2000). The Aegean Sea oil spill. 2. Temporal study of the hydrocarbons accumulation in bivalves. Environmental Science and Technology 35:5067-5075. Informe Técnico CSIC 'Prestige'. Número 15. Impacto de un vertido de petróleo sobre los organismos marinos. Algunas lecciones del vertido del Aegean Sea. http://csicprestige.iim.csic.es/ 37 Por último, la red de monitorización francesa permitió establecer las escalas de variabilidad espacial y temporal en los niveles de contaminantes en organismos. Es especialmente relevante indicar que los niveles previos a la marea negra (en condiciones normales) correspondientes a muestreos realizados entre 1994 y 1999 a lo largo de la costa francesa ya eran elevados para bivalvos. En concreto la concentración media para 21 áreas geográficas de 13 HAPs (de los 16 propuestos por la EPA como potencialmente tóxicos, ver sección sobre seguridad alimentaria) era de más de 100 µg/kg de peso seco de tejido, con zonas que alcanzaban 200 µg/kg (como referencia se estableció un límite de seguridad de 200 µg/kg para los 6 compuestos catalogados por la OMS). Estos resultados indican claramente que en zonas costeras situadas en áreas urbanizadas e industriales y con un importante tráfico marítimo los niveles de contaminantes, y en concreto e HAPs, pueden ser ya muy elevados sin necesidad de la existencia de una marea negra. En el caso del Exxon Valdez, aunque no existía una red de monitorización previa, sí se desarrolló inmediatamente tras el vertido y se mantuvo a largo plazo (en algunos aspectos por más de 10 años). A modo de ejemplo, la monitorización mediante mejillón y análisis de sedimentos permitió determinar que los niveles de HAPs se mantenían elevados hasta 4 años después del vertido y que existía una evolución temporal clara dominando inicialmente los HAPs de bajo peso molecular (volátiles y solubles) que desaparecían rápidamente, mientras que a largo plazo los HAPs dominantes eran aquellos de mayor peso molecular y mayor potencial tóxico23. 6.3. Redes de monitorización de la marea negra del Prestige en Galicia En Galicia, la primera evaluación de los niveles orgánicos de HAPs se realizó como consecuencia de la marea negra del Aegean Sea. Utilizando mejillones como biomonitores, se observó que los niveles en zonas control (no afectadas por la marea negra y con escasa densidad de población y actividad industrial) eran bajos (menos de 100 µg/kg de peso seco para los 6 HAPs catalogados por la OMS). Por el contrario, en las zonas afectadas tras un pico inicial (3 meses después del vertido) con valores 23 Ver nota 6. 38 superiores a 1000 µg/kg, los niveles se mantuvieron superiores a 200 µg/kg hasta 3 años después, sin que existan datos posteriores24. Además de esta experiencia previa, la Xunta de Galicia puso en marcha en 1992 el Centro de Control da Calidade do Medio Mariño (CCCMM, situado en Vilaxoán en la Ría de Arousa). Su objetivo inicial era el control de los eventos de mareas rojas en las zonas costeras gallegas y en concreto en las zonas dedicadas a cultivo o marisqueo de bivalvos. Las mareas rojas son eventos tóxicos motivados por fitoplancton que pueden afectar de modo agudo al hombre al consumir bivalvos. Por esta razón, esta red de monitorización esta centrada en el sistema pelágico, en las zonas de cultivo y marisqueo (pero con una razonable cobertura de todo el litoral gallego) y en el registro de variables oceanográficas, abundancia de fitoplancton y niveles de toxinas en la columna de agua y en bivalvos. Esta red ha funcionado ejemplarmente como sistema de detección temprana de mareas rojas y de toma de decisiones para apertura y cierre de explotaciones, constituyendo hoy en día una herramienta básica para la gestión de los sectores de cultivo de mejillón y marisqueo de bivalvos. En los últimos años se empezó a contemplar la posibilidad de incluir en la red de monitorización del CCCMM, contaminantes tóxicos para el hombre, pero no HAPs. A raíz de la marea negra del Prestige, este centro ha desarrollado una evaluación de los niveles de hidrocarburos a lo largo de la costa gallega25, que puede ser la base de una futura red estable de monitorización. En cualquier caso, el diseño, implementación y resultados de la red de control de HAPs por parte del CCCMM presenta, bajo nuestro punto de vista y basándonos en la información hecha pública a través de su página web, fallos importantes que comprometen la utilidad de los resultados para la evaluación y gestión de la marea negra. Estos aspectos serán discutidos con detalle en la sección dedicada a la seguridad alimentaria, pero podemos resaltar los siguientes puntos críticos: • No existen criterios explícitos de selección de especies o número de muestras. • El esfuerzo de muestreo es intensivo inmediatamente antes de la apertura de la pesca o marisqueo en cada zona, pero aparentemente mucho más bajo o inexistente en periodos anteriores o posteriores. 24 25 Ver nota 22. http://www.ccmm-prestige.cesga.es/ 39 • Se proporcionan muy pocos datos de zonas afectadas y cerradas a la pesca y marisqueo. • A nivel analítico, la determinación de HAPs en organismos es compleja y dificultosa, pero no se han aportado detalles de los protocolos seguidos y de los métodos de calibración empleados, lo que impide evaluar la validez de los resultados presentados. 7. Seguridad alimentaria La experiencia acumulada hasta la fecha sobre las mareas negras que han tenido lugar en diferentes zonas de la geografía mundial, pone de manifiesto que una parte importante de los organismos vivos directamente afectados forman parte de los recursos alimentarios que el hombre viene explotando a lo largo de muchas generaciones para su alimentación. Además de este hecho, que incide claramente en la salubridad de los alimentos que tomamos del mar, otros organismos que forman parte de nuestra cadena alimentaria, se ven igualmente afectados, y pueden finalmente afectar a la calidad de los alimentos de nuestra dieta. Resulta evidente que ante cualquier vertido de hidrocarburos al medio marino, independientemente de su magnitud inicial, se deben realizar estudios para determinar su repercusión sobre la calidad y salubridad de los recursos que forman parte de nuestra dieta, y de aquellos organismos que se integran en las redes tróficas que finalizan en el hombre. Desgraciadamente en España no ha existido hasta el momento una vigilancia permanente ante problemas de esta índole, y son los eventos con una gran repercusión ecológica y social como el acontecido tras el accidente del Prestige, los que provocan de forma puntual la intervención de las administraciones, que según se desprende de los diferentes casos acontecidos hasta el momento, es muy variable en términos de rigor, eficacia y permanencia. Es evidente que tras la concentración temporal de sucesivas desgracias ecológicas en el medio marino provocadas por el vertido de hidrocarburos, se ha avanzado en los conocimientos sobre el impacto ecológico y social de las mareas negras, pero no es menos cierto que todavía queda mucho por hacer, tanto en el plano administrativo como científico. Esto resulta especialmente notorio en el caso de España y Europa donde parece que ante un problema de seguridad alimentaria tan complejo 40 como el que acontece tras una marea negra, es suficiente con aplicar recomendaciones en lugar de legislación, y con buscar criterios científicos laxos que contrastan con los aplicados en otros países, como es el caso de Estados Unidos o Canadá26. 7.1. Caracterización científica y técnica del problema Para tener una idea de la complejidad que conlleva gestionar una marea negra en términos de seguridad alimentaria, debemos tener en cuenta que el fuel del Prestige está constituido por una mezcla compleja de hidrocarburos con diferentes propiedades físico-químicas que determinan diferencias en su comportamiento y distribución en el ambiente y, por consiguiente, en su disponibilidad y potencial tóxico para diversos tipos de organismos vivos. Como ya se ha comentado anteriormente, la fracción de HAPs es con mucho la que contiene los compuestos más tóxicos presentes en el fuel del Prestige. El elevado potencial tóxico de algunos de estos HAPs, se debe a propiedades físicoquímicas, que en definitiva hacen que se trate de compuestos difícilmente metabolizables, en buena medida debido a su escasa o nula solubilidad en agua. El grado de toxicidad y de actividad en el tiempo, no varía únicamente entre los distintos hidrocarburos que constituyen el fuel vertido por el Prestige, sino que incluso un mismo compuesto puede tener efectos variables dependiendo del tipo de organismo afectado. En relación con ello, las diferentes especies presentes en el mar que forman parte de la cadena trófica en la que está implicado el hombre, pueden verse afectados en distinta medida, ya no sólo por las diferencias existentes en el grado de exposición al contaminante y, por lo tanto, en la probabilidad de contaminación, sino también por la capacidad individual que presentan para la eliminar los compuestos tóxicos del organismo. Este es un aspecto muy importante a tener en cuenta en términos de seguridad alimentaria, ya que el peligro potencial de los diferentes productos del mar vendrá en buena parte determinado por su capacidad de detoxificación metabólica. 26 Yender R., J. Michel & C. Lord (2002). Managing seafood safety after an oil spill. Seattle: Hazardous Materials Response Division, Office of Response and Restoration, NOAA. Disponible en http://response.restoration.noaa.gov/. Ambient water quality criteria for Polycyclic Aromatic Hydrocarbons (PAHs). Overview report. 1993. Ministry of Environment, Lands and Parks, Government of British Columbia (Canada). http://wlapwww.gov.bc.ca/wat/wq/BCguidelines/pahs.html. 41 La capacidad de detoxificación de los organismos es dependiente fundamentalmente de la actividad de las enzimas de los sistemas MFO. Estos sistemas enzimáticos son los responsables de la biotransformación de los HAPs y otros compuestos exógenos (xenobióticos o compuestos extraños tales como PCBs, pesticidas, etc.), así como de sustancias orgánicas endógenas (ej. esteroides y hormonas). Los sistemas enzimáticos MFO están fundamentalmente localizados en el hígado de vertebrados o el hepatopáncreas de invertebrados, aunque también se han encontrado en otros órganos de ambos grupos. La detoxificación de los HAPs no es un proceso sencillo, ya que antes de la transformación de estos compuestos en otros no tóxicos por medio de varias reacciones enzimáticas y no enzimáticas para su posterior excreción, los productos intermedios que surgen durante dicha transformación molecular pueden tener efectos citotóxicos, y llegar incluso a tener efectos carcinogénicos y/o mutagénicos para el propio organismo. La presencia de este sistema enzimático se ha demostrado experimentalmente en distintas especies de peces e invertebrados. En general, los peces y algunos crustáceos poseen sistemas enzimáticos MFO capaces de transformar muchos HAPs en compuestos solubles en agua y, por consiguiente, pueden eliminarlos del organismo. No obstante, existen diferencias interespecíficas en la rapidez y eficacia de estos mecanismos de detoxificación, especialmente entre especies de vertebrados e invertebrados. La actividad enzimática es menor en invertebrados que en vertebrados y, por consiguiente, la inducción de la misma se producirá a niveles de contaminación más elevados en el caso de los invertebrados. Los peces, que poseen sistemas MFO similares a los de mamíferos, y son capaces de metabolizar de manera rápida y eficaz los HAPs excretando los metabolitos resultantes como bilis, tienden a bioacumular pocos HAPs en sus tejidos y por consiguiente presentan un riesgo menor para la salud humana. Por el contrario, existen organismos que son incapaces de metabolizarlos o que presentan una capacidad limitada para hacerlo, ya sea por la propia variabilidad del sistema MFO entre diferentes especies, o debido a un alto grado de contaminación ambiental que hace que el balance entre la cantidad de HAPs incorporados al organismo y la capacidad de biotransformación de éste sea negativo. En estos casos, diferentes tipos de organismos marinos, como los 42 moluscos bivalvos (especialmente los de hábitos filtradores), podrán acumular los HAPs, especialmente los de mayor peso molecular, en sus tejidos, pudiendo permanecer en ellos durante largos periodos de tiempo. Su carácter hidrofóbico (o liposoluble) provoca que una vez incorporados al organismo tiendan a acumularse especialmente en aquellos tejidos con mayor contenido en grasas. El grado de ingestión, ya sea directamente a partir del agua, del sedimento, o del alimento, y de acumulación de HAPs en los organismos, y por tanto, el potencial peligro que representan estos recursos para la seguridad alimentaria en humanos dependerá de diversos factores: • Propiedades físicas y químicas de los HAPs (peso molecular, etc). • Variables ambientales (materia orgánica en suspensión y disuelta, temperatura, presencia de otros contaminantes y biodegradación). • Factores biológicos (metabolismo de los HAPs y tasas de detoxificación, tipo de alimentación del organismo, contenido en grasa de los tejidos y fase del ciclo vital). Cuando la ingestión es elevada debido a una exposición crónica a hidrocarburos presentes en el agua y en el sedimento, la capacidad del organismo para eliminar estos compuestos puede verse reducida. Existen factores sociales, de naturaleza cultural o de cualquier otra índole, que determinan la existencia de variabilidad entre poblaciones en el modo de consumo de los distintos recursos marinos. Dos de estos factores, que deben considerarse por su influencia directa en cuestiones de seguridad alimentaria son la frecuencia de consumo de productos del mar en general, y de cada tipo de recurso en particular, y también el modo en que estos recursos son consumidos, en relación fundamentalmente a si se consumen enteros o sólo algún tejido en particular y al tipo de preparación y cocción a que se someten. Cuando se consumen los tejidos de los organismos enteros, tal y como sucede con pequeños invertebrados como los moluscos bivalvos, el riesgo de contaminación es mayor ya que se incluyen los tejidos donde se acumulan preferentemente los HAPs, fundamentalmente el tejido hepático, e incluso el contenido de su tubo digestivo en el que dependiendo del tipo de alimentación se pueden encontrar estos compuestos sin metabolizar, es decir, tal cual se encuentran en el ambiente externo. 43 7.2. Riesgos para la salud humana Dado que el fuel vertido por el Prestige está constituido por una mezcla compleja de hidrocarburos, y cada uno de ellos presenta distinto potencial tóxico en función de sus características físicas y químicas, resulta muy complicado determinar las consecuencias de su consumo individual. No obstante, los estudios realizados sobre los efectos de los HAPs sobre la salud humana, ya sea a nivel individual o por la acción conjunta de varios de ellos, demuestran que en general el consumo de este tipo de compuestos puede producir eventos de toxicidad aguda, con efectos inmediatos sobre el organismo, o crónica, que se manifiestan a medio o largo plazo y que en ambos casos pueden llegar a tener efectos letales, al menos en algún sector de la población27. La toxicidad crónica de los HAPs, causada fundamentalmente por la ingestión de compuestos de alto peso molecular, puede dar lugar a diversos efectos tanto carcinogénicos como no carcinogénicos. Dentro de estos últimos se han documentado eventos de genotoxicidad, alteraciones en el desarrollo embrionario, inmunosupresión y también se han obtenido indicios de la aparición de efectos cardiovasculares como consecuencia de la intoxicación por estos compuestos. En cualquier caso, la mayor parte de los estudios realizados se han centrado en los efectos carcinogénicos de los HAPs, y como consecuencia el cáncer se ha convertido en la referencia a la hora de evaluar el riesgo potencial de estos compuestos para la salud humana. La relación entre el consumo de los HAPs y sus efectos patológicos sobre el organismo no es simple, sino que depende de diversos factores que configuran un determinado perfil de consumo. Estos factores son los que se utilizan para establecer los criterios que determinan la salubridad de los alimentos. 7.3. Definición de criterios para la seguridad alimentaria Es evidente que el conocimiento de la variabilidad de toda una serie de factores como los analizados previamente, que informan sobre la probabilidad de que los recursos 27 Scientific Committee on Food, European Union (2002). Opinion of the Scientific Coimmittee on Food on the risks to human health of Polycyclic Aromatic Hydrocarbons in food (expressed on 4 December 2002). SCF/CS/CNTM/PAH/29 Final. http://europa.eu.int/comm./food/fs/sc/scf/index.en.html. 44 alimentarios del mar estén contaminados, es importante en términos de seguridad alimentaria sobre todo cuando, como en el caso de la catástrofe del Prestige, intervienen en un número elevado y la complejidad del problema originado es de gran magnitud. En estos casos, en los que abarcar la totalidad del problema de seguridad alimentaria resulta imposible, es fundamental poder incrementar los esfuerzos analíticos y de control en general en aquellas zonas o aquellos recursos que por sus características sean potencialmente más susceptibles de estar contaminados. No obstante lo anterior, lo que resulta definitivo en términos de seguridad alimentaria es conocer cuáles son límites que se deben establecer para determinar la aptitud del alimento para el consumo humano, y los criterios utilizados para ello. En este sentido el mayor esfuerzo realizado, con gran número de estudios desarrollados y que ha producido importantes avances, ha tenido lugar tras el vertido protagonizado por el Exxon Valdez en Alaska. En 1990, tras este vertido, la U.S. Food and Drug Administration (FDA) elaboró un protocolo para la evaluación de riesgo y una serie de recomendaciones sobre la salubridad de los recursos alimentarios de la zona afectada en relación con los niveles de HAPS en sus tejidos28. Los criterios fundamentales de este protocolo, que ha sido utilizado tras otros vertidos de hidrocarburos en Estados Unidos y constituye actualmente una referencia internacional sobre el potencial tóxico de los HAPs, son los siguientes: 1. Cuando tiene lugar un proceso de contaminación de gran alcance como ha sido el vertido del Prestige, que meses después de su inicio continúa activo, tarde o temprano han de tomarse decisiones sobre la recuperación de la actividad extractiva normal en la zona afectada. En nuestro caso, estas decisiones afectan directamente al inicio de la pesca y el marisqueo y, como consecuencia, al consumo de las especies sometidas a explotación. En este sentido, resulta imposible desde distintas perspectivas (económica, social, política, etc.) retomar dicha actividad garantizando el 100% de la normalidad en términos de seguridad alimentaria o, dicho de otro modo, sería necesario asumir cierto riesgo. El factor que contempla esta idea dentro del protocolo desarrollado por la FDA es el denominado nivel aceptable de riesgo, y se define como el máximo nivel de riesgo 28 Yender R., J. Michel & C. Lord (2002). Managing seafood safety after an oil spill. Seattle: Hazardous Materials Response Division, Office of Response and Restoration, NOAA. Disponible en http://response.restoration.noaa.gov/. 45 carcinogénico a lo largo de la vida considerado como aceptable por los expertos en la materia. El nivel de riesgo aceptable que se utiliza típicamente en los cálculos de riesgo carcinogénico es de 1·10-6, lo cual implica que el consumo de un tejido con una determinada concentración de HAPs, que se consume con una frecuencia y durante un periodo de exposición al agente tóxico definidos, no debería producir un incremento en el riesgo de padecer cáncer a lo largo de la vida superior a 1:1.000.000. 2. La amenaza que supone un vertido tóxico para una población no se distribuye homogéneamente sobre ella, sino que afectará de manera particular y con diferente intensidad a distintos grupos de individuos. En este sentido, otro factor que se ha incluido en el protocolo de la FDA es el peso corporal del consumidor final, ya que influye directamente en los efectos patológicos que puede producir un compuesto tóxico ingerido. En este sentido, existen determinados sectores de una población, como los niños, que están especialmente expuestos a los efectos tóxicos de los HAPs (o cualquier otro agente contaminante), y con los que se deberían extremar las precauciones. En general, para los adultos de la población estadounidense se suele utilizar un peso corporal medio entre 60-70 kg. No obstante, y dado que los límites de consumo permitidos para una determinada concentración de estos compuestos están linealmente correlacionados con el peso corporal, el protocolo desarrollado permite utilizar cualquier otro valor medio si es que la población estudiada así lo requiere. 3. Se debe tener en cuenta la duración media de la vida humana ya que el riesgo de cáncer no debe evaluarse para un periodo ilimitado. El valor que se viene utilizando normalmente para este factor es de 70 años. 4. El potencial cancerígeno del compuesto tóxico es otro de los criterios utilizados para la evaluación del riesgo de consumo de alimentos con HAPs. Sobre este criterio, aunque no se dispone de datos toxicológicos suficientes para todos los HAPs que en principio podrían resultar de interés para garantizar la salud humana, cabe destacar los estudios realizados sobre uno de estos compuestos, el benzo(a)pireno, que presenta un alto potencial cancerígeno. Los datos toxicológicos disponibles de este hidrocarburo son mucho mejores que los existentes para el resto de estos compuestos, y es por ello que se utiliza como compuesto de referencia para estimar el potencial tóxico de otros HAPs de interés. Los valores que se manejan para determinar su potencial cancerígeno proceden 46 de datos sobre la respuesta del organismo ante distintas dosis de benzo(a)pireno, obtenidos a partir de estudios epidemiológicos en humanos y de estudios de toxicidad en modelos animales29. El método utilizado para estimar el potencial cancerígeno del hidrocarburo se basa en las características de la curva que se obtiene al confrontar los pares de datos dosis-respuesta, particularmente en su parte inicial, correspondiente a las dosis más bajas del agente tóxico. De este modo se consigue que el método proporcione una estima conservadora sobre el potencial riesgo de cáncer originado por un HAP. En este sentido, aunque normalmente en los estudios dosis-respuesta se utilizan altas dosis del contaminante y sería necesario extrapolar estos datos para dosis menores que puedan ajustarse más a la realidad, el método aplicado implica que el riesgo cancerígeno real puede ser significativamente menor. 5. La duración de la exposición también incide directamente en el riesgo de consumo de alimentos con HAPs, ya que hace referencia al intervalo de tiempo durante el cual un organismo está expuesto al agente contaminante, consume alimentos contaminados procedentes de la zona afectada por el vertido. Evidentemente, el valor que puede ser atribuido a este factor dependerá de las características del vertido (composición química, cantidad de contaminante, etc.) que determinarán el tiempo de permanencia en el ambiente, y de las características de los recursos de la zona en cuestión (probabilidad de incorporación del contaminante, capacidad para excretarlo, etc.). Como consecuencia, los valores utilizados para diferentes eventos de contaminación marina hasta la fecha son muy variables (entre 2 y 70 años). Además de la duración del periodo de consumo de alimentos contaminados, se debe tener en cuenta la tasa de consumo durante el mismo. Este factor se define como la cantidad de alimento que consume un individuo por día. Normalmente se utiliza una estrategia conservadora para calcular la tasa de consumo individual, utilizando pare ello datos correspondientes a un consumidor medio o alto de alimentos del mar. Independientemente de ello, es claro que la variabilidad interpoblacional en la tasa de 29 Scientific Committee on Food, European Union (2002). Polycicyclic Aromatic Hydrocarbons Occurrence in foods, dietary exposure and health effects (Background document to the opinion of the Scientific Committee on Food on the risks to human health of Polycyclic Aromatic Hydrocarbons in food, (expressed on 4 December 2002). SCF/CS/CNTM/PAH/29 ADD1 Final. http://europa.eu.int/comm./food/fs/sc/scf/index.en.html. U.S. Environmental Protection Agency (2000). Guidance for assessing chemical contaminant data for use in fish advisories, Volume 2: Risk assessment and fish consumption limits (3ª ed.). EPA 823/B/00/008. Washington DC: Office of Science and Technology, U.S. EPA. 47 consumo de pescado y marisco es muy alta, y de la misma forma que sucede con la duración de la exposición a la contaminación, este factor deberá ser calculado con especial cautela. A modo de referencia, para la población estadounidense se utiliza un valor medio de 227 g/persona · mes (7.5 g/día) de alimentos procedentes del mar. Es evidente que para muchas poblaciones de Estados Unidos este dato es ampliamente superado (a modo de ejemplo, estudios realizados sobre comunidades nativas de Alaska proporcionaron estimas de consumo de 164 g/persona · día). Las tasas de consumo en España30 son un orden de magnitud superiores a las americanas alcanzando 2.94 kg/persona·mes (96.6 g/día), y Galicia se sitúa dentro de las comunidades con niveles mayores de consumo. Es evidente que los límites de seguridad que se establezcan en nuestro país deben ser muy inferiores a los existentes para otros países con menor consumo de productos del mar. 7.4. Situación actual en España y la Unión Europea La legislación existente sobre límites de seguridad de los HAPs en alimentos, y en particular en pescado y marisco es muy escasa en el ámbito europeo, mientras que en otros países, fundamentalmente Estados Unidos y Canadá, se ha avanzado notablemente tanto en materia de prevención como en la confección de planes de gestión de mareas negras, incluyendo aspectos relativos a la seguridad alimentaria. La escasa información sobre gestión de mareas negras en Europa y la insuficiente legislación existente sobre los límites de HAPs permitidos en alimento, dificulta la correcta valoración de los resultados analíticos que se puedan obtener. En el caso del medio marino, la legislación es escasa y no por la falta de peligro potencial, sino porque los eventos de contaminación aguda son escasos (normalmente asociados a mareas negras), aunque no por ello poco importantes. Las principales referencias sobre legislación destinada a los límites de seguridad de HAPs en alimentos, tanto a nivel nacional como internacional (especialmente en el ámbito europeo) son las siguientes: 30 Datos del FROM (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) disponibles en su página web (http://www.from.mapya.es/contenidos_oficiales/contenidos_oficiales.htm). 48 • En algunos países existe una normativa que limita el nivel máximo recomendado de benzo(a)pireno a 1 µg/kg de peso seco de alimento, especialmente en productos ahumados. • La EPA norteamericana ha catalogado 16 compuestos como potencialmente tóxicos (muchos de ellos carcinogénicos). No establece límites máximos, pero se considera internacionalmente como una referencia válida sobre el potencial tóxico de los HAPs. • A raíz de la marea negra del Erika, la Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria (AFSSA) estableció unos valores de referencia para determinar la aptitud para el consumo de productos pesqueros y marisqueros, y concretamente estableció dos tipos de limitaciones31. Catalogó 6 compuestos, a partir de recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y estableció como límites valores de 200 µg/kg de peso seco en moluscos bivalvos, 40 µg/kg en crustáceos y cefalópodos y 20 µg/kg en peces. Para los 16 compuestos catalogados por la EPA estableció un límite de 500 µg/kg en moluscos bivalvos y 50 µg/kg en peces. Para el caso del Prestige, la AFSSA ha modificado parcialmente los criterios anteriores, incrementando el límite a 200 µg/kg de los 6 compuestos de la OMS para cefalópodos y crustáceos y estableciendo 500 µg/kg para los compuestos de la EPA y estos mismos organismos. Posteriormente, la UE inició trabajos para establecer una normativa al respecto, que seguía básicamente las recomendaciones francesas. • En el caso español, sólo existe una referencia legislativa referida al aceite de orujo de oliva. El Ministerio de Sanidad y Consumo (BOE 26 Julio 2001) ha catalogado 8 HAPs (entre ellos los seis catalogados por la OMS) para determinar la aptitud para el consumo de aceite de orujo de oliva. Se establece un límite máximo de 2 µg/kg de aceite para cada compuesto individual y 5 31 Informes de la Agence Française de Sécurité Sanitaire des Aliments: dissponibles en su página web (http://www.afssa.fr/): • Narbonne J.F., M. Rabache, H. Budzinski, F. Garrigues, F. Levêque, B. Médina & C. Lambré (2000). Recommendations made by a task force on exclusion thresholds, analytical methods and monitoring within the framework of preventing food risks related to hydrocarbon pollution from the shipwreck of the tanker, Erika (7 Enero 2000). • Avis du groupe d'experts réunis par l'Agence française de sécurité sanitarie des aliments sur les critères de toxicité alimentarie présentés par la pollution engendrée par le naufrage de l'Erika (5 Febrero 2000). • Avis de l'Agence française de sécurité sanitarie des aliments relatif l'évaluation des risques sanitaries qui pourraient résulter de la contamination des produits de la mer destinés à la consommation humaine, suite au naufrage du pétrolier Prestige. AFSSA - Saisine nº 2003-SA0007 (20 Enero 2003). 49 µg/kg de aceite para el total de compuestos. Esta es la única legislación nacional existente sobre límites de HAPs en alimentos, y supone el reconocimiento oficial por parte de la administración española de su potencial toxicidad. • Como consecuencia de la catástrofe del Prestige, la Xunta de Galicia ha iniciado la monitorización de HAPs en recursos marinos y establecido criterios referentes a límites de seguridad32. Estos criterios han seguido las recomendaciones de la OMS, Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA) recientemente constituida y otras instituciones. Los límites establecidos coinciden con los que ha manejado la UE y los que recomienda actualmente la AFSSA para el total de los 6 compuestos de la OMS citados anteriormente, pero no incluyen aquellos referidos a los 16 compuestos catalogados por la EPA. Así, inicialmente (Enero y Febrero de 2003) se propuso para los moluscos un límite máximo de 200 µg/kg de peso seco y de 20 µg/kg para peces. En la actualización de la web de 9 de Abril de 2003, se amplia el criterio de 200 µg/kg a crustáceos, equinodermos y cefalópodos. Esta propuesta no ha aparecido en legislación oficial hasta el momento. • Por último, existen evidencias científicas claras del potencial tóxico de los derivados alquilados de los HAPs así como de aquellos sulfurados (que contienen azufre), aunque no existen valores guía para este tipo de compuestos. Aún así, estudios recientes sugieren que su toxicidad en algunos casos puede ser similar o incluso superior a la del benzo(a)pireno. Las recomendaciones de la Xunta de Galicia, AESA y AFSSA para el establecimiento de valores guía o límites de seguridad alimentaria en niveles de HAPs en recursos pesqueros, presenta ciertas ambigüedades que limitan su aplicabilidad o su eficacia como herramienta de control y gestión: • En ocasiones se presentan valores guía (sin establecer una relación específica con los límites máximos dentro de los que se permite la comercialización del producto), mientras que en otros se denominan límites de seguridad (apareciendo como criterio directo de obligado cumplimiento para la apertura / cierre de la explotación). 32 http://www.ccmm-prestige.cesga.es/ 50 • No se describe la metodología analítica a emplear, información que resulta imprescindible para poder valorar los resultados obtenidos. De hecho la normativa publicada en el BOE referida al aceite de orujo de oliva describe con gran detalle las cuestiones analíticas. • Los límites se refieren a la parte comestible (aunque en muchas ocasiones este hecho no se indica), pero no explicitan si los valores límite se refieren a tejidos concretos o al animal completo. Esta cuestión es importante pues en animales grandes, como la mayoría de peces, crustáceos y cefalópodos, la analítica debe realizarse separadamente para cada tejido y cada uno de ellos tiene tasas de acumulación diferentes, y en muchas de las especies se consumen otros tejidos además del muscular. • No se justifican por qué los límites máximos difieren en peces, moluscos y crustáceos, cuando los efectos para la salud humana deberían ser equivalentes. Sólo la AFSSA expone algunos argumentos, que realmente sólo justifican las diferencias en los niveles de acumulación en organismos, pero no por qué supuestamente los efectos sobre la salud humana difieren entre grupos. • No explican las bases de la estimación del límite que debe estar basado en los criterios descritos anteriormente y que han sido publicados por la FDA americana. Sin embargo, recientemente la Unión Europea (Diciembre 2002)33 ha publicado información sobre esta cuestión. 7.5. Niveles de contaminantes y gestión de la seguridad alimentaria en el caso del Prestige Como ya ha tratado previamente, hasta el momento sólo se han difundido resultados obtenidos por el CCCMM de la Xunta de Galicia y datos puntuales obtenidos por el IEO. Adicionalmente el equipo de investigación de los autores de este capítulo está realizando una monitorización de niveles de HAPs en recursos pesqueros y marisqueros. El IEO ha centrado sus esfuerzos en el análisis de los 6 HAPs catalogados por la OMS en tejidos musculares de peces comerciales demersales y pelágicos de la plataforma 33 Ver notas 27 y 29. 51 gallega, obteniendo niveles inferiores al límite analítico de detección en todos los casos. Complementariamente, han publicado datos puntuales de recursos marisqueros (percebe, navaja, erizo y mejillón de roca) obtenidos en las Islas Cíes y costa próxima en Enero y Marzo de 2003, encontrando en estos casos niveles elevados (entre 47 y 526 µg/kg de peso seco)34. Por lo que respecta al CCCMM, ha realizado un esfuerzo mucho mayor, pero como se discutió anteriormente la red de monitorización implementada adolece de ciertos defectos que dificultan la interpretación de los resultados obtenidos. Aún así, los datos publicados (referidos siempre a los 6 HAPs catalogados por la OMS) indican que en las zonas no afectadas los niveles en mejillón cultivado en batea son siempre inferiores a 100 µg/kg, y en el caso de otros moluscos no superan los 200 µg/kg. Estos resultados indican probablemente los niveles basales (correspondientes a condiciones normales, en ausencia de mareas negras). Se han publicado muy pocos resultados de moluscos en las zonas afectadas, pero indican en todos los casos valores muy elevados, superiores siempre a 200 µg/kg. En el caso del percebe se han detectado varios bancos con niveles superiores al límite de seguridad, aunque el número limitado de muestras impide obtener una imagen geográfica completa del grado de impacto. Por último, los análisis realizados en tejidos musculares de peces, crustáceos decápodos y cefalópodos han arrojado siempre valores inferiores al límite de detección. En secciones previas se han presentado de un modo resumido los principales resultados obtenidos por los autores sobre niveles de HAPs en organismos. Este estudio ha incluido un total de unos 40 compuestos y por tanto ofrece una perspectiva más amplia que aquellos centrados únicamente en los 6 HAPs catalogados por la OMS. Como valoración global, en el caso de los recursos pesqueros móviles (de zonas costeras y plataforma continental), sí analizamos los compuestos individuales (y no los valores agregados según los criterios de la XUGA o EPA), se observa la incorporación de HAPs 34 Informes del IEO disponibles en su web (http://www.ieo.es/Prestige/IEO_Prestige_intro.html): IEO (2003). Informe nº 5. Niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs) en especies de interés pesquero en relación con la seguridad alimentaria. González J.J., L. Viñas, M.A: Franco & J.A: Soriano (2003). Informe nº 13a. Niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs) en peces pelágicos de interés comercial del Cantábrico en en relación con la seguridad alimentaria. Marzo 2003. González J.J., L. Viñas, M.A: Franco & J.A: Soriano (2003). Informe nº 13b. Niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs) en percebe, navaja y mejillón silvestre de las costas de Galicia. Marzo 2003. 52 en los tejidos de los organismos para la mayor parte de especies y para todas las zonas. En los resultados obtenidos se detecta una mayor importancia cuantitativa de compuestos de bajo peso molecular, más volátiles y solubles. Las diferencias existentes entre los resultados obtenidos para compuestos de la EPA y de la XUGA (que son los 6 de mayor peso molecular de los 16 originales de la EPA) confirman lo expuesto anteriormente, indicando que este patrón se debe a la mayor movilización inicial de los compuestos de bajo peso molecular, en general de menor poder tóxico. Estos resultados confirman la entrada de HAPs procedentes del Prestige en las redes tróficas marinas, incluso ya en especies depredadoras de elevado nivel trófico, y es previsible que los compuestos de mayor peso molecular (y mayor potencial tóxico) se puedan ir introduciendo en la red trófica y en los recursos pesqueros más lentamente y serán registrados en niveles más elevados en periodos posteriores. Dentro de los recursos marisqueros, percebe, erizo, navaja y berberecho son las especies más afectadas, con niveles de contaminantes muy elevados en toda la zona afectada (entre el norte de las Rías Baixas y el Golfo Ártabro), superando los límites de seguridad definidos por la XUGA, mientras que en otros bivalvos los valores son en general más bajos, aunque puntualmente pueden superar los límites de referencia. 8. Papel de la comunidad científica en la evaluación y gestión de la catástrofe La catástrofe del Prestige ha supuesto una crisis social y ha generado un movimiento de contestación muy importante, que se aborda en otros capítulos de este libro. Si cabe,destacar aquí que el clima sociopolítico existente en las primeras semanas y meses después del inicio del vertido creó, sin lugar a dudas, unas condiciones totalmente inadecuadas para el trabajo científico, poniendo de manifiesto al mismo tiempo las limitaciones que la organización de la ciencia española y gallega imponen a la hora de dar respuesta a problemas de este tipo. Como hemos visto anteriormente, los efectos ecológicos de una marea negra (y sus consecuencias socioeconómicas) dependen de multitud de factores de difícil predicción, lo cual da pie, en un caso como el presente, a valoraciones totalmente contrapuestas debidas a especulaciones basadas en información parcial y/o intereses sociopolíticos más o menos legítimos (desde la precaución para no producir alarmas innecesarias, a la 53 ocultación interesada de información con el fin de proteger una determinada acción política o sector económico). Además, el nivel de interés social disminuye casi exponencialmente con el tiempo, mientras que la obtención de información objetiva requiere de plazos largos, y es precisamente en la primera fase donde las valoraciones tienen un carácter más especulativo. 8.1. Estructura organizativa de la comunidad científica Para entender la (falta de) respuesta científica debemos, en primer lugar, realizar una breve revisión de la estructura organizativa de la comunidad científica de nuestro entorno, tanto en el ámbito de las ciencias marinas (responsables de la evaluación del impacto ambiental y ecológico, y de las acciones de biorremediación y restauración de ecosistemas), como en el de las ciencias sociales (que deben abordar el estudio del impacto socioeconómico y de las acciones de recuperación de las comunidades afectadas). Centraremos el análisis en las ciencias marinas por presentar una mayor diversidad institucional y un papel más destacado en las fases iniciales de la crisis. Los científicos sociales en nuestro ámbito se concentran en las universidades y, por otra parte, las reflexiones que se hagan para el caso de las ciencias marinas les son de aplicación en gran medida. Los científicos marinos que pueden verse potencialmente implicados en una marea negra de este tipo, se dividen en tres tipos de instituciones, aunque sus especialidades científicas no responden a esa división. Así, la XUGA cuenta con centros y especialistas en el medio marino y pesquerías (en aguas costeras o "interiores" donde se realiza el marisqueo y la pesca artesanal o de bajura). La Administración Central, a través del Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCyT), dispone de diferentes centros de investigación especializados en ciencias marinas como son aquellos dependientes del CSIC (en Vigo está radicado el Instituto de Investigacións Mariñas, y cuentan con otros centros a lo largo de la costa mediterránea española) y el Instituto Español de Oceanografía (con dos centros costeros en A Coruña y Vigo). El IEO tiene como misión fundamental la evaluación de los recursos pesqueros, y en particular de aquellos que se encuentran gestionados por la Administración Central (Secretaría General de Pesca Marítima del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación), que se corresponden con los recursos de aguas "exteriores" de la plataforma continental (pesca semi- 54 industrial) y pesquerías “lejanas” (pesca industrial). Complementariamente, el IEO cuenta con grupos de investigación especializados en estudios sobre el medio marino y por ello no centrados exclusivamente en pesquerías. Por el contrario, el CSIC es una institución de investigación más académica, con una mayor libertad y diversidad en las líneas de investigación que siguen sus científicos. Las universidades gallegas y de otras zonas de España, cuentan con numerosos grupos de investigación en ciencias marinas (en concreto Galicia dispone de la mayor concentración de este tipo de científicos en toda España). Se puede decir que la investigación dentro de la universidad, se realiza de modo prácticamente independiente de las directrices de sus órganos gestores (a nivel universitario o de la comunidad autónoma de la que dependen económica y legalmente, a pesar de la autonomía universitaria), y en general se encuentra articulada en grupos pequeños (o por investigadores individuales) frecuentemente con escasa conexión entre ellos. Este modelo universitario responde, al menos en parte, al modelo de incentivos que se ha establecido para favorecer la actividad científica, basados en la producción individual (medida fundamentalmente por las publicaciones realizadas en revistas de reconocido prestigio internacional), que suele determinar la búsqueda de líneas de investigación de elevada productividad y que no requieran grandes infraestructuras (básicas en una buena parte de la investigación marina, pero no disponibles en la mayoría de las ocasiones en las universidades españolas), con colaboraciones ocasionales entre científicos y pequeños grupos. Este modelo funciona razonablemente bien en situaciones normales, como lo demuestra el crecimiento de la productividad científica universitaria en los últimos años. Para comprender totalmente el modelo universitario, debemos considerar un segundo factor debido a las medidas tomadas por diferentes administraciones (especialmente la Xunta de Galicia, y en menor medida y últimamente la Unión Europea), para crear grupos de investigación con una masa crítica mínima que permita la optimización de recursos. Estas medidas, tal como se han diseñado, generan estructuras totalmente jerarquizadas, en la que los científicos se agrupan por necesidades legales, estableciéndose dependencias que no siempre responden a la actividad científica (que en buena medida sigue siendo realizada de modo individual, o en pequeños grupos con escasa cooperación y coordinación). Además, no se incentiva, incluso se dificulta, la 55 interdisciplinariedad, tanto por las dificultades formales como por la escasa valoración de este tipo de investigación. Las universidades además no cuentan, como ha demostrado la catástrofe del Prestige, con estructuras gestoras y organizativas adecuadas para dar respuestas rápidas a necesidades de acción científica multidisciplinar y coordinada ante situaciones de crisis. Al mismo tiempo, la mentalidad de los científicos universitarios suele limitar en general este proceso, por la dificultad de establecer objetivos comunes y aceptados por los investigadores y mecanismos de coordinación del trabajo. Las administraciones públicas tienen escasa, o nula, capacidad para imponer a los científicos universitarios respuestas inmediatas a situaciones de crisis y, al menos en este caso, pueden mostrar escaso interés en ello considerando las dificultades que presenta el control de la información generada. Por supuesto, la administración pública cuenta con un arma fundamental a la hora de involucrar a los científicos de su interés, dado que controla la inmensa mayoría de recursos financieros que se destinan a la investigación y monitorización del medio marino. Aún así, la estructura organizativa de las universidades, puede dificultar enormemente la organización de respuestas rápidas e interdisciplinares a problemas puntuales. Tanto la Xunta de Galicia como el IEO cuentan potencialmente con la capacidad de respuesta rápida a situaciones críticas, dado que pueden modificar de modo inmediato los planes de trabajo de sus científicos y definir objetivos específicos en función de su interés socioeconómico y político (aunque puedan entrar en contradicción con el criterio científico). El caso del CSIC podríamos considerarlo como una situación de facto intermedia entre los casos anteriores y el de las universidades, compartiendo en gran medida diferentes aspectos característicos de éstas. Una novedad aún incipiente, observada en el caso del Prestige, es la aparición de otras organizaciones más o menos independientes de la administración pública, que tienen cierta capacidad de respuesta a estos problemas o pueden financiar investigación y evaluación realizada por científicos independientes (bien del sector privado o de las universidades y del CSIC). Así es el caso de diferentes ONGs, fundamentalmente del sector ecologista, y las cofradías de pescadores (su inmensa mayoría se ha organizado 56 en una Comisión de Cofradías afectadas por la catástrofe del Prestige) que han realizado actividades de este tipo. 8.2. La respuesta científica de la administración central y autonómica No entraremos aquí a analizar en detalle la cronología de acciones y sus características y objetivos, pero es evidente que inicialmente existió un elevado grado de desorganización y de falta de respuesta ante las necesidades inmediatas. Posteriormente, tanto la administración autonómica como la central, a través de sus centros de investigación (y casi siempre de modo totalmente independiente entre ellos), iniciaron una serie de actividades orientadas a la evaluación del impacto y de la evolución de la marea negra y de control de la contaminación (con el objetivo de asegurar la seguridad alimentaria así como de protección del medio marino en general). En esta segunda fase, el diseño de los estudios fue decidido al margen de la comunidad científica universitaria, donde se concentra buena parte de la experiencia científica en ciencias marinas y de buena parte de los grupos existentes dentro de la administración pública. La Consellería de Pesca y Asuntos Marítimos abordó desde un principio el grueso del problema, tanto en lo que respecta a la información pública como a la evaluación e investigación. Aparentemente su acción ha sido totalmente autónoma y aislada del resto de la comunidad científica, y no se conocen a día de hoy ni los estudios realizados, ni sus objetivos y resultados, salvo parcialmente en lo que respecta a la seguridad alimentaria y siempre dirigido a la apertura de zonas de pesca. El IEO inició una serie de estudios centrados en el ecosistema de la plataforma continental y sus recursos pesqueros, aprovechando sus infraestructuras y recursos humanos. Los resultados obtenidos, en buena parte, se han hechos públicos rápidamente y son coherentes con el conocimiento científico existente sobre mareas negras. Pero, tal como se discutió antes, probablemente los principales impactos sucedan en la zona costera y no en la plataforma, por lo que los resultados aportados por el IEO puedan ser de limitada utilidad. De hecho, el IEO ha continuado e intensificado las acciones científicas que viene realizado regularmente, por necesidades de evaluación de recursos pesqueros, siendo discutible desde una perspectiva de optimización de los recursos limitados existentes la prioridad de intensificar estudios en la plataforma cuando la zona 57 costera sufre daños mayores que no pueden ser abordados por falta de medios. Este hecho muestra otra limitación de nuestra organización científica, que no permite aprovechar todos los recursos de una institución como el IEO, para dar respuesta a un problema que se escapa de su ámbito de trabajo (por razones legales y administrativas, no por motivos científicos). El MCyT, a través del CSIC, inició en Diciembre de 2002 la elaboración de un plan de acción a medio plazo en el que, curiosamente, sólo participaron científicos de centros mediterráneos hasta que al final del proceso, y probablemente motivado por las críticas públicas y privadas recibidas, se incorporaron aportaciones de otras instituciones y de centros y universidades gallegas y del resto del estado. Inexplicablemente, gran parte del trabajo realizado que supone un plan de acción, no ha sido publicado. La respuesta del CSIC ha sido enormemente variable y fluctuante en el tiempo, con una avalancha de informes y aparente puesta en marcha de estudios a los pocos meses del inicio de la catástrofe (en el momento de mayor demanda social de investigación científica), que posteriormente parece haberse ralentizado o incluso desaparecido, al menos en lo que respecta a su difusión pública (basta comprobar los informes publicados en su página web y la temporalidad de los mismos). El papel jugado por el IEO y el CSIC parece mostrar un interés institucional por protagonizar la respuesta científica (y controlar los recursos que posiblemente se movilicen para este fin), y la existencia de luchas internas dentro y entre instituciones por este rol. 8.3. Respuesta científica y social de la universidad La respuesta de la universidad no ha tenido lugar a nivel institucional (salvo en declaraciones de escasa efectividad), y se ha traducido en respuestas individuales o de pequeños grupos, autoorganizados ante la inacción y errores de la administración pública. En las universidades gallegas se ha planteado internamente la demanda de una organización que permitiese crear grupos multidisciplinares temporales para abordar la crisis y dar respuesta a la demanda social, pero los equipos gestores no han logrado materializar esta demanda, posiblemente porque no existe un diseño previo y recursos adecuados a este fin. Diferentes grupos han realizado estudios, aún en marcha y no 58 publicados, que abordan aspectos puntuales de la marea negra, pero han sido diseñados según las especializaciones e intereses de los científicos participantes y por tanto, muy posiblemente, no permitirán dar una imagen completa del problema. Por otra parte, las declaraciones públicas de los científicos universitarios, tanto individuales como en grupos, han sido en general muy críticas con la gestión de la administración pública (por su valoración del problema, su inacción o respuesta equivocada y la ocultación de información), lo que ha motivado una situación de conflicto. Aunque por supuesto diversos grupos universitarios han mantenido una colaboración activa con la administración, que en general ha tenido escasa repercusión pública tanto por la política informativa de la misma como por la discreción con que estos grupos universitarios han afrontado este tema (posiblemente como consecuencia del clima social existente). Resaltaremos dos ejemplos de acciones de comunicación nacidas en el seno de las universidades (y otras instituciones) que constituyen respuestas a la actitud y a lo que se ha interpretado como errores de la administración pública. Profesores de la Universidad de Vigo crearon el 21 de Noviembre de 2002 una página web35 "co obxectivo de recoller, de forma rigurosa e obxetiva, información técnica e científica sobre a marea negra producida polo Prestige", ante la falta de información oficial. Esta página se constituyó rápidamente en una referencia para el seguimiento de la marea negra mediante las aportaciones de diversos científicos y la síntesis de información y monitorizaciones de instituciones francesas, portuguesas y españolas. Posteriormente esta web fue "institucionalizada" por la propia Universidad de Vigo, curiosamente cuando su necesidad y relevancia eran ya menores. Por otra parte, 422 científicos marinos españoles de todo tipo de instituciones publicaron una carta en la revista Science36 en la que presentaban un análisis de las claras evidencias científicas que desaconsejaban el alejamiento del buque y que permitían predecir fácilmente la trayectoria de la marea negra. Esta carta ha generado una abundante polémica tanto en los medios de comunicación como a nivel político al denunciar un hecho muy concreto y estar avalada por un elevado número de profesionales. 35 http://webs.uvigo.es/c04/webc04/prestige/prestige.htm Serret P., X.A. Álvarez-Salgado & A. Bode (2003). Spain's Earth Scientists and the Oil Spill. Science, 24 January 2003, Volumen 299, Número 5606 36 59 Debemos tener en cuenta que en lo que respecta a la zona costera (marina y terrestre), la inmensa mayoría del conocimiento científico se encuentra radicado en las universidades, y desde este punto de vista, pueden ser sin duda el capital humano básico para analizar el impacto y la recuperación del sistema costero (el más afectado por la catástrofe). La universidad cuenta con el conocimiento necesario y los recursos humanos adecuados, pero no tiene las herramientas adecuadas para conseguir la utilización eficaz de este capital en la respuesta a crisis de este tipo. El modelo universitario no permite obtener esta respuesta mediante imposición a sus miembros, y ésta es muy probablemente una de sus grandes virtudes como base de la creatividad científica y la innovación, por lo que debería buscar métodos alternativos basados en incentivos positivos. Básicamente, estos incentivos tendrían que pasar por la aportación de recursos humanos, materiales y organizativos nuevos y diferentes a los habituales, específicos para estos casos, y en segundo término incentivos profesionales (económicos o de otro tipo). Hemos de pensar que para la gran mayoría de científicos marinos, una marea negra no es un tema atractivo de investigación, incluso desde un punto de vista psicológico, pero especialmente porque requiere un aprendizaje rápido e intenso (por su propia naturaleza no es una investigación planificable salvo en temas muy concretos), y la expectativa de productividad científica es menor que para las líneas de investigación habituales. El gran reto pendiente de la universidad se centra en compaginar la libertad científica con modelos organizativos adecuados para situaciones de crisis. Esta libertad científica, enormemente rentable en situaciones normales y que permite crear un capital humano con diversidad de intereses y conocimientos, básico para situaciones de crisis, debe complementarse con mecanismos para la creación de grupos interdisciplinares ante crisis de este tipo e incentivos para lograr la participación de sus científicos. Como consecuencia de todo lo anterior, la respuesta científica no ha aprovechado el capital existente y ha sido lenta, parcial (en sus objetivos) y poco eficaz en la asignación de recursos. Así, buena parte de las actividades no han partido de un análisis objetivo de la información existente, que permitiese elaborar hipótesis que dirigiesen las acciones. La lentitud de la respuesta ha creado una laguna inicial en la documentación del impacto, que puede ser fundamental para su evaluación (a modo de ejemplo, en el caso del Exxon Valdez, la NOAA constituyó grupos de evaluación del estado del litoral, que 60 realizaron estudios sobre el terreno previos a la llegada de la marea negra, basándose en información oceanográfica que permitía determinar la evolución del vertido). Un buen ejemplo lo encontramos en la monitorización de la evaluación del vertido en alta mar, fundamental para poder coordinar las actividades de lucha contra la contaminación. El Instituto Hidrográfico portugués proporcionó a través de Internet información detallada y actualizada desde los primeros momentos37, que día a día se fue comprobando como certera. Por el contrario, la administración española sólo consiguió articular una monitorización similar cuando el grueso de la marea negra ya había llegado a la costa38. La información sobre la composición química del fuel (y por tanto su potencial toxicidad) fue pública ya desde los primeros días gracias al centro francés CEDRE39, mientras que la administración española y gallega tardó varias semanas en proporcionar esta información, y además con resultados muy diferentes a los franceses (posteriores análisis confirmaron la veracidad de los datos franceses, y dejan en entredicho la información inicial proporcionada por la Xunta de Galicia, que no mostraba rastros de HAPs de alto peso molecular en el fuel del Prestige). 8.4. Acciones de investigación con financiación pública en curso Todas las iniciativas en el ámbito científico descritas anteriormente se materializaron en un limitado número de acciones financiadas por la administración pública que, además, iniciaron sus actividades tras un considerable retraso, lo que muy posiblemente comprometa la obtención de algunos datos críticos sobre el impacto ambiental. La administración autonómica gallega se ha limitado a incluir la catástrofe del Prestige dentro de las líneas prioritarias de sus programas de financiación de proyectos de investigación, pero no se han aportado fondos adicionales para abordar estos temas, o al menos no se ha hecho pública esta cuestión. 37 http://www.hidrografico.pt/hidrografico/Novidades/Prestige/pretende.htm Informe Técnico CSIC 'Prestige'. Informe no. 12. Investigación en oceanografía operacional en el CSIC: Predicción de las trayectorias de las manchas de crudo del buque Prestige. Disponible en http://csicprestige.iim.csic.es/. En la página web http://www.imedea.uib.es/oceanography/comision/ se recopila la información sobre esta iniciativa. 39 http://www.le-cedre.fr/ 38 61 La Administración central constituyó en Diciembre de 2002 un Comité Científico Asesor que finalizó sus trabajos en Febrero de 2003. Este comité se centró en dar soluciones al problema de los pecios y no realizó apenas aportaciones sobre el impacto ambiental. A mayores de esta iniciativa, ha sido el MCyT la única institución pública que ha realizado convocatorias públicas con financiación específica. La gestación de estas acciones ha sido larga y conflictiva (como ya se discutió anteriormente), pero se materializó en la constitución de una oficina técnica (con representación de las universidades gallegas y cantábricas, IEO, CSIC y MCyT) que se ha encargado de la gestión de dos tipos de acciones. Inicialmente, entre Febrero y Abril de 2003, se financiaron una serie de Acciones Especiales para cubrir problemas de especial urgencia. Estos proyectos no fueron sometidos a convocatoria pública, y se negociaron con grupos de investigación que podían abordarlos de modo inmediato. El desarrollo de estas Acciones ha sido planteado a 6 meses (de Mayo a Noviembre 2003), y en general se han creado consorcios de grupos de investigación para abordar temas muy específicos, como pueden ser la intercalibración de los laboratorios encargados de las analíticas de HAPs, el impacto en las comunidades biológicas costeras y de la plataforma continental o las características geológicas de la zona de hundimiento, por citar sólo algunos. Adicionalmente, el MCyT ha convocado en Marzo de 2003 una Acción Estratégica sobre vertidos marinos accidentales para la financiación de proyectos de 3 años de duración. Esta convocatoria sigue el sistema general de convocatorias abiertas con líneas prioritarias, y es de suponer que suponga en algunos casos la continuación de las acciones urgentes comentadas anteriormente. Para dar una idea aproximada del esfuerzo de financiación realizado por la administración pública basta considerar que ambas acciones del MCyT cuentan con una financiación que, según diversas fuentes oficiosas, muy probablemente no supere los 10 millones €. En el caso de la marea negra del Exxon Valdez los gastos de evaluación de daños supusieron 214 millones US$, mientras que en investigación y monitorización se invirtieron unos 180 millones US$40. 40 Paine R.T., J.L. Ruesink, A. Sun, E.L. Soulanille, M.J. Wonham, C.D.G. Harley, D.R: Brumbaugh & D.L. Second (1996). Trouble on oiled waters: Lessons from the Exxon Valdez oil spill. Annual Review of Ecology and Systematics 27:197-235. 62 8.5. Recomendaciones para la organización de la respuesta científica y diseño de un plan de contingencia El análisis realizado en esta sección ha permitido extraer una serie de conclusiones respecto a los puntos débiles de nuestro sistema científico público. Finalizaremos planteando unas cuantas ideas básicas que podrían permitir mejorar la respuesta de la comunidad científica ante futuras crisis ambientales y optimizar el uso de los recursos humanos y materiales disponibles: • Son necesarios modelos e hipótesis a priori que permitan realizar predicciones sobre la evolución del vertido y sus consecuencias ambientales y ecológicas. Estos modelos e hipótesis deben estar basados en el conocimiento existente sobre los ecosistemas potencialmente afectados y sobre las características físicas y químicas del vertido. Por ejemplo, son necesarios modelos oceanográficos que permitan predecir el transporte de hidrocarburos en función de la zona de vertido y las características climatológicas y oceanográficas de la zona, o modelos de las redes tróficas de los ecosistemas afectados con el fin de poder predecir las rutas de transferencia y bioacumulación de contaminantes. Estos modelos e hipótesis permitirían diseñar en tiempo real las actividades de investigación y evaluación dirigiendo los recursos disponibles a los problemas que de un modo objetivo se revelen como más preocupantes. Dada la limitación del conocimiento científico existente, el desarrollo de estos modelos requeriría una combinación de ciencia predictiva y conocimiento local de los propios científicos locales o de otros sectores sociales con intereses y experiencia en esos ecosistemas (como por ejemplo, pescadores o ONGs). • Se necesitan sistemas de gestión de la información existente sobre los recursos naturales y ecosistemas de las zonas de interés. En la actualidad la información existente sobre estos aspectos es importante cualitativa y cuantitativamente y potencialmente muy útil, pero su escasa sistematización hace muy difícil un acceso rápido. En este sentido, no existen iniciativas de creación y mantenimiento de bancos de datos de acceso abierto sobre ecosistemas y recursos marinos, ni tan siquiera cartografías digitales de acceso abierto. Estas 63 herramientas son imprescindibles para poder tomar decisiones rápidas y bien informadas por parte de los gestores y grupos de trabajo en situaciones de crisis. • Diseñar sistemas organizativos e incentivos que permitan la formación temporal de grandes equipos multidisciplinares y bien organizados. Estos grupos deberían constituirse de modo inmediato al inicio de la crisis y contar con los recursos necesarios para el desarrollo de su trabajo. Es fundamental que estos grupos colaboren activamente con las comunidades locales en todas las fases de su trabajo. • La valoración de daños requiere la realización de evaluaciones iniciales “en tiempo real”, incluso la recogida de información previa sobre zonas afectadas, adelantándose a la llegada de la marea negra mediante las predicciones de transporte del vertido en función de las condiciones climatológicas y oceanográficas. Para conseguir este objetivo, además de otras consideraciones, es necesario contar con protocolos incluidos en planes de contingencia que permitan una respuesta inmediata. • Además de las acciones científicas urgentes, es imprescindible desarrollar programas de investigación a medio y largo plazo, dado que muchos de los efectos son sólo detectables en estas escalas temporales. Para conseguir este objetivo existen dos alternativas básicas basadas en el sistema “normal” de convocatoria de propuestas (totalmente abierta o escasamente dirigida hacia ciertos objetivos concretos) o el diseño de planes “cerrados” y “dirigidos” que identifiquen los problemas concretos a estudiar y los grupos de investigación más apropiados para su realización. Por supuesto existe todo un abanico de soluciones intermedias que pueden ser más o menos válidas en función de la masa científica existente y la diversidad de especialidades científicas. Es imprescindible contar con una política científica clara que permita optar por la opción más adecuada en función del contexto científico existente. • El diseño de planes públicos de evaluación y gestión de crisis de este tipo debería contemplar la participación de diversos grupos sociales como ONGs, organizaciones de pescadores, el sector acuícola o colectivos de voluntarios. Esta participación debería materializarse en el diseño de los planes de evaluación de daños y restauración de ecosistemas y recursos afectados, en la colaboración logística en el desarrollo de los trabajos, la compartición de 64 conocimientos y en la financiación. Complementariamente no debemos olvidar, en este sentido, que una crisis de este tipo, y la marea negra del Prestige ha sido un caso claro, conlleva la aportación de donativos por múltiples actores sociales que pueden ser claves para afrontar la financiación de este tipo de acciones.