Descargar PDF

Anuncio
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
FARMACIA PEDIÁTRICA
Alimentación infantil
Asesoramiento
nutricional
■ SUSANA SUÁREZ SANZ • Farmacéutica comunitaria.
En este trabajo se exponen algunas
recomendaciones en materia de
alimentación infantil que el
farmacéutico puede transmitir a los
padres y cuidadores de los más
pequeños, cuando solicitan su
consejo en la oficina de farmacia.
El objetivo último de esta tarea es
tratar de instaurar unas buenas
costumbres nutricionales que
pervivan en el tiempo y favorezcan
la salud en el adulto.
L
a labor del farmacéutico
comunitario en el terreno de
la alimentación infantil es
esencial. En primer lugar,
porque es en la farmacia donde se dispensan muchos de los alimentos propios de los niños de entre cero y tres
años y en segundo lugar, porque representa un eslabón importante de la
cadena formada por padres, cuidadores y pediatras. Como asesor de las
personas encargadas de la alimentación del niño, el farmacéutico debe
transmitir claramente la importancia
de la nutrición para su salud y el
impacto de los hábitos dietéticos de la
infancia en la salud del adulto.
NECESIDADES NUTRICIONALES
EN LA INFANCIA
¿Por qué es tan importante la nutrición
infantil? Porque las necesidades nutricionales en la infancia son elevadas y
al mismo tiempo el riesgo de deficiencias puede ser mayor. Porque el orga-
62 FARMACIA PROFESIONAL
nismo del niño aún no está maduro y
los desequilibrios tienen una mayor
repercusión pudiendo provocar alteraciones irreversibles. Porque determina
los hábitos alimentarios, que serán
difíciles de cambiar en el futuro. Y por
último, porque una alimentación sana
es sinónimo de bienestar, de correcto
crecimiento y desarrollo del niño.
La alimentación de los más pequeños
es tal vez la más controlada, porque los
conocimientos sobre sus necesidades
nutricionales son superiores a los que
se tienen sobre las necesidades de
otras edades.
El crecimiento requiere aportes
importantes de nutrientes. Tanto los
excesos como las carencias pueden ser
causa de problemas en la infancia y en
edades posteriores. Diferentes estudios
demuestran que los niños necesitan
consumir más nutrientes pero con una
cantidad inferior de calorías. Si un niño
recibe una alimentación igual en cantidad y calidad a la del adulto, alcanzará
un exceso calórico susceptible de
desencadenar un proceso de obesidad.
En cambio, si consume los mismos alimentos pero en menor proporción, los
aportes vitamínicos y minerales serán
insuficientes produciéndose problemas
de crecimiento y desarrollo.
Distribución de las comidas
La distribución de las comidas o del
aporte calórico en la dieta infantil es
JUNIO 2001
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
ALIMENTACIÓN INFANTIL
característica: se recomiendan 5 tomas
para los más pequeños (20% en el
desayuno, 10-15% a media mañana,
25-30% en la comida, 10-15% en la
merienda y 25% en la cena) e ir pasando paulatinamente a 4 tomas al día
como para el resto de la población
(25% en el desayuno, 30% en la comida, 15% en la merienda y 30% en la
cena). Debemos tener en cuenta que el
aparato digestivo de los niños funcionará mejor con pequeñas cantidades
de alimentos repartidas a lo largo del
día. Tampoco debe estar sin comer
durante largos períodos de tiempo,
porque su metabolismo no está capacitado para el ayuno.
Aporte de nutrientes
Las pautas de alimentación infantil
exigen una alimentación variada. En la
infancia deben evitarse las dietas restrictivas (vegetariana, disociada, etc.)
El niño debe comer los diferentes
tipos de alimentos de cada grupo aunque en raciones moderadas.
Lácteos
La leche y los productos lácteos desnatados no son recomendables durante
la infancia ya que pueden dar lugar a
deficiencias en vitaminas liposolubles
o ácidos grasos esenciales y a un escaso aporte calórico.
Proteínas
La alimentación infantil debe ser rica
en proteínas. Únicamente tendrán que
ser controladas si existe algún problema asociado: alergias alimentarias u
otras enfermedades.
Vitaminas y minerales
La obesidad y el sedentarismo en los
más pequeños pueden estar relacionados con aportes incorrectos de vitaminas y minerales, imprescindibles para
el mantenimiento del crecimiento y de
la capacidad funcional.
El calcio es fundamental para conseguir una óptima mineralización ósea (su
aporte condicionará también, parcialmente, las probabilidades de padecer osteoporosis en la edad adulta) y para prevenir la
caries y otros problemas periodontales. En
el período de crecimiento rápido (primer
año de vida y adolescencia) se requiere
entre dos y cuatro veces más calcio/kg
que en la etapa adulta. Son los lácteos los
encargados de aportar la cantidad necesaria de este mineral.
En zonas con agua no fluorada se
considera correcto un suplemento de
flúor por vía sistémica antes de la
erupción dental (nunca antes de los 6
meses), como estrategia para prevenir
la aparición de caries desde edades
tempranas.
La vitamina D debe controlarse en
lugares poco soleados o en niños que
JUNIO 2001
se encuentran hospitalizados o en casa
debido a problemas de salud. La piel
expuesta al sol es la que permite la
síntesis de esta vitamina, imprescindible para la absorción y el depósito de
calcio en los huesos.
El hierro es el mineral que permite el
rápido crecimiento de los niños. La
introducción de la carne en la dieta
durante la primera infancia contribuye a
evitar la anemia en edades posteriores.
Excepto en el caso del flúor, los
suplementos nutricionales sólo están
justificados en niños con carencias
diagnosticadas de determinados nutrientes. En cualquier caso, si existe suplementación, nunca deberá llegarse al
límite máximo para el que se ha demostrado seguridad, teniendo un especial
cuidado con las vitaminas liposolubles.
La carne se introduce
a partir del séptimo mes,
mezclada con la verdura
(unos 40-50 g)
NUTRICIÓN POR EDADES
Se exponen a continuación las pautas
de alimentación recomendadas en
niños lactantes de 0 a 4 meses, lactantes de 4 a 8 meses, niños de 8 meses a
un año y de uno a 3 años.
Niño lactante de 0 a 4 meses
En esta etapa de la vida el niño todavía
no tiene dientes, por lo que la alimentación debe administrarse fundamentalmente en forma líquida. Será alrededor de los 6 meses cuando aparecerán
los primeros dientes. Además también
está disminuida la deglución de los
alimentos, por lo que se desaconseja la
incorporación de sólidos hasta los 6
meses.
El bebé debe duplicar su peso entre
el cuarto y el sexto mes. Este objetivo
puede alcanzarse mediante tres tipos de
lactancia: materna, artificial y mixta.
Lactancia materna
La leche materna contiene todos los
nutrientes necesarios para el crecimiento y desarrollo del lactante. La
composición de la leche varía a lo lar-
go de la toma. Primero la leche es
líquida y rica en azúcares; más tarde
es cremosa, más calórica y proteica; al
final de la toma la leche contiene 5
veces más grasa que inicialmente. La
composición de la leche materna es la
referencia en la fabricación de las
leches artificiales.
La duración de las tomas es variable
para cada niño, algunos necesitan
entre 20 y 30 minutos, otros en cambio han terminado en 5. Se recomienda dar primero un pecho hasta que ya
no quiera más y pasar después al otro,
aunque no siempre lo aceptará. En la
siguiente toma se aconseja empezar
por el último pecho del que ha tomado
para conseguir el correcto vaciado. En
pocos días se establece un equilibrio
entre la producción de leche de la
madre y las necesidades del bebé.
Se pueden establecer dos tipos de
horarios. Últimamente muchos pediatras recomiendan el llamado método a
demanda, que consiste en que el niño
tome el pecho siempre que lo pida, por
lo que es la madre la que se adapta a la
demanda del bebé. El otro método
consiste en hacer esperar al bebé aproximadamente 3 horas entre cada toma.
Si es posible, este último método
resulta muy útil para la madre, pues le
deja tiempo para reponerse en todos
los sentidos, y además evita que cualquier llanto del bebé se calme con la
lactancia sin tener en cuenta muchas
veces que puede deberse a otras circunstancias (frío, calor, problemas
para conciliar el sueño, etc.).
La leche materna puede ser almacenada, y así puede alimentarse al bebé
aunque la madre no esté presente. Se
debe extraer la leche y guardarla en
bolsas de plástico diseñadas para este
uso. La leche fresca dura en el frigorífico 3 días a 4 ºC; una vez descongelada sólo 24 horas. Para descongelarla
se coloca la cantidad necesaria en la
nevera la noche anterior. Puede también utilizarse agua tibia, pero nunca
agua caliente (puede destruir componentes inmunológicos de la leche), ni
microondas (puede cambiar la composición de la leche).
Para informarse sobre cualquier
aspecto de la lactancia materna puede
resultar útil la consulta a la Liga de la
Leche (asociación pro lactancia materna): 935 88 02 59/932 10 02 29/ 908
03 60 81/ 908 26 50 24.
Lactancia artificial
La leche artificial se obtiene a partir
de modificaciones en la leche de vaca,
a partir del modelo de la leche materna. Existen dos tipos de fórmula: fórmulas de inicio y de continuación. Las
de inicio normalmente se emplean en
los primeros 6 meses de vida, para
después pasar a las de continuación.
FARMACIA PROFESIONAL
63
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
ALIMENTACIÓN INFANTIL
Tabla I. Horario orientativo de comidas en el lactante de 4 a 8 meses
6-7 h de la mañana: pecho o biberón (leche materna o artificial sola o con cereales)
10-11 h de la mañana: pecho o biberón (leche materna o artificial sola o con cereales)
14-15 h (mediodía): comida (verdura sola o con carne)
17-18 h: fruta
21-22 h: pecho o biberón (leche materna o artificial sola o con cereales)
6-7 de la mañana: pecho o biberón (leche materna o artificial sola o con cereales)
En algunas ocasiones, a partir del sexto mes, cuando se introduce la verdura, el niño sólo hace
5 comidas al día y desaparece una de las tomas de la mañana.
Los biberones se preparan mezclando 30 ml de agua (previamente hervida 10 minutos) por una medida rasa de
la leche en polvo. Cada envase viene
con su medida dosificadora. El niño
debe comer siempre inmediatamente
después de preparar el biberón y las
sobras deben despreciarse. Siempre se
esterilizarán los utensilios utilizados
en la lactancia artificial. Es necesario
conservar los envases de la leche bien
tapados y refrigerados; una vez abiertos deben ser consumidos antes de un
mes.
No se puede fijar una cantidad exacta de leche para preparar un biberón,
ya que cada niño tiene necesidades
diferentes. La cantidad deberá adaptarse a las necesidades del bebé, procurando dar siempre la mínima cantidad
de leche, suficiente para que quede
satisfecho. Las cantidades aconsejadas
por cada fabricante en los envases de
las leches en polvo pueden ser orientativas, pero sería un error empeñarse en
seguirlas al pie de la letra.
Algunos niños alimentados con
biberón, pasado un tiempo no tienen
suficiente con la leche artificial, y en
estos casos se hace necesario un
suplemento a base de cereales. La
cantidad añadida deberá ser la mínima
para que el niño quede satisfecho.
Normalmente será suficiente con una
o dos cucharaditas de postre. Se aconsejan cereales sin gluten en niños
menores de 7 meses para evitar la aparición precoz de la enfermedad celíaca.
Lactancia mixta
Se utiliza en aquellos casos en los que
la lactancia materna es insuficiente y
se hace necesario un suplemento en
forma de leche artificial. Siempre se
debe empezar con la lactancia materna
y después continuar con una dosis
inferior a la recomendada para la edad
de la lactancia artificial. Inicialmente
se aconseja esta combinación únicamente por la noche. Más adelante, si
los padres observan que el bebé pasa
hambre durante el día, se dará un
suplemento después de cada mamada.
Como al niño le resulta más fácil
tomar lactancia artificial, se recomienda utilizar cuchara con esta leche para
64 FARMACIA PROFESIONAL
no tener que dejar demasiado pronto la
lactancia materna.
Niño lactante entre 4 y 8 meses
El uso exclusivo de la leche materna
no es conveniente a partir del quinto y
sexto mes. Las necesidades nutricionales del bebé requieren la introducción
de una alimentación complementaria.
En el caso de los niños que siguen lactancia artificial se aconseja el uso de
fórmulas de continuación desde los 7
meses aproximadamente, que se pueden prolongar hasta los 3 años.
A partir del quinto mes tienden a
aumentar las necesidades energéticas
del niño. Entonces se pueden introducir las harinas de cereales que inicialmente deberán ser sin gluten y sin
azúcar. Suelen contener maíz, soja,
arroz y tapioca. La papilla puede prepararse con leche de fórmula o con
leche materna, manteniéndose así el
aporte diario de leche recomendado.
Estas harinas deben incorporarse lentamente en la dieta del niño para evitar
problemas digestivos, debido a la
inmadurez de la amilasa pancreática.
Las primeras tomas pueden iniciarse
añadiendo 1-2 cucharaditas/100 ml,
para ir poco a poco aumentándola a 57 cucharaditas/100 ml.
Durante este período normalmente
se sustituirán un par de tomas que
antes ocupaba la leche materna o el
biberón por otro tipo de alimentación
(una de estas dos tomas siempre será a
base de fruta). Cualquier cambio en la
alimentación se hará de forma progresiva.
Generalmente primero se incorpora
la fruta, y es costumbre prepararla a
media tarde. Algunos pediatras recomiendan su introducción a partir del
cuarto mes, mientras que otros lo
hacen pasado el quinto. Se puede
empezar con unas cuantas cucharadas
pequeñas de zumo de naranja, más tarde se preparará una papilla a base de
dos o tres frutas: inicialmente naranja,
plátano, manzana y pera (la mitad de
cada pieza). Puede añadirse cada día
un tipo de fruta distinto a la naranja,
para ver si el niño tolera cada una de
ellas. Más tarde podrá incorporarse
melón, uva, albaricoque y ciruela. Las
cerezas, las fresas y las moras no
deben incorporarse hasta el año porque son muy fibrosas. La fruta no debe
estar verde sino más bien madura, y
debe pelarse antes de la trituración.
Suele ser bien aceptada por el niño
aunque inicialmente el encargado de la
alimentación del bebé necesitará una
buena dosis de paciencia y mucha imaginación para conseguir que el niño la
coma con gusto. La fruta fresca, además de aportar vitaminas naturales a la
alimentación, contiene celulosa, que
será la encargada de evitar problemas
de estreñimiento. Existen otras posibilidades con las que podemos contar:
las papillas de cereales con frutas o los
tarritos de frutas (teniendo en cuenta
su composición).
A partir del sexto mes se introducirá
la verdura hervida y triturada, preparada a base de patata, zanahoria, judía
verde, cebolla y unas gotitas de aceite
crudo. No debe añadirse sal. Espinacas, acelgas, col y remolacha no deben
introducirse hasta después del noveno
mes por su alto contenido en nitratos,
que pueden ser causa de metahemoglobinemia. Tampoco se les pueden
dar a los niños menores de un año
nabos o guisantes porque son muy flatulentos. La introducción de las verduras es difícil, debido a su aspecto y
sabor. Su contenido en fibra también
favorece el tránsito intestinal. No se
aconsejan las verduras conservadas,
que tienen exceso de sal y defecto de
vitaminas.
A partir del séptimo mes pueden
introducirse los cereales con gluten:
trigo, avena, cebada y centeno. Una
vez incorporado el gluten a la dieta del
niño, ya podrá comer pan y galletas.
Por esta misma razón la comida se
podrá dar en forma de sopa, vegetal o
de carne, a la que podrá añadirse
sémola, harina de maíz, etc. para que
sea más o menos espesa siguiendo los
gustos del niño.
La carne se introduce a partir del
séptimo mes, mezclada con la verdura
(unos 40-50 g). Se utilizará carne hervida o a la plancha, de pollo (sin piel)
y ternera, que tienen un alto contenido
en hierro y proteínas.
En este período el niño suele comer
aproximadamente cada 4 horas pero
durante la noche es capaz de pasar
hasta 8 horas sin comer. La alimentación puede repartirse de distintas formas; un ejemplo de los posibles horarios sería el que se detalla en la tabla I.
Niño entre 8 meses y un año
Hasta los 12 meses de edad conviene
que el lactante reciba una cantidad
diaria mínima de 500 ml de leche o
derivados.
Un niño alimentado con la leche
materna o con la leche en polvo bien
JUNIO 2001
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
ALIMENTACIÓN INFANTIL
preparada (en cantidad suficiente y no
muy concentrada) recibe una cantidad
de agua que cubre totalmente sus
necesidades. Será apropiado un suplemento de agua en determinadas circunstancias: en épocas de calor si el
niño suda mucho, o si presenta fiebre,
vómitos o diarrea.
El pescado se empieza a tomar alrededor de los 10 meses por su potencial poder antigénico. Es interesante
que sea fresco pero debe consumirse
rápidamente para evitar alteraciones.
El pescado congelado tiene las mismas
propiedades que el fresco pero a veces
resulta más seco y difícil de deglutir.
Los pescados magros: merluza, lenguado, pescadilla, etc. son los indicados en esta edad. El azul no se recomienda porque es excesivamente
graso para esta edad. El pescado es
fuente de proteínas, ácidos grasos
poliinsaturados y vitaminas liposolubles. Se prepara combinado con la
verdura y cocido.
Esperaremos a los 10-11 meses para
introducir el huevo, con alto contenido
proteínico, porque es muy alergizante
(la clara es más alergénica que la
yema). Se debe tomar cocido o en tortilla, comenzando por la yema. La clara se introducirá después del año.
El yogur puede empezarse a dar
aproximadamente a partir de los 9
meses. Es un alimento muy indicado
en aquellos niños que tienen intolerancia a la lactosa. También puede ser útil
como alimento tolerado después de un
proceso diarreico agudo a partir de
esta etapa. Los quesos frescos o blandos también pueden introducirse a partir de esta edad.
Los homogeneizados son preparados industriales a base de verduras,
carne, huevo, pescado y frutas, cocidos y envasados al vacío. Estos productos deben comprarse con cuidado,
repasando la composición en función
de la edad del niño y atendiendo a la
fecha de caducidad y al estado de los
mismos. Una vez abiertos, deben consumirse inmediatamente o conservarse
en la nevera durante 48 horas como
máximo.
Los alimentos pueden comenzar a
darse con algunos trozos sin triturar
para que el niño empiece a acostumbrarse a sentir trozos enteros de alimento en la boca.
En este período la alimentación del
niño se distribuye en 4 comidas, aunque es frecuente la administración
opcional de algún biberón. Por la
noche, el niño empieza a acostumbrarse a dormir unas 10 horas seguidas sin
interrupción.
Niño de 1 a 3 años
Los productos lácteos continúan siendo el alimento básico en la dieta del
66 FARMACIA PROFESIONAL
Tabla II. Tipos de alimentos y cantidades que deben incluirse en la dieta infantil
– Lácteos: 2-3 raciones al día. Se considera ración: 200 ml de leche, 125 g de yogur,
125 g de leche fermentada, 125 g de cuajada, 30-40 g de queso fresco, 15-30 g
de otros quesos.
– Carnes/pescados/huevos: 2-3 raciones al día. Se considera ración: 100-125 g de
carne, 100-125 g de pescado, 1 huevo.
– Verduras/hortalizas: 3-5 raciones al día. Se considera ración: 100-200 g en crudo.
– Cereales/legumbres: 6-8 raciones al día. Se considera ración: 30-40 g de pan, 30-40
g de cereales con el desayuno, 100-150 g de arroz cocinado, 100-150 g de pasta
cocinada, 100-150 g de legumbres cocinadas.
– Frutas: 2-4 raciones al día. Se considera ración: pieza de tamaño pequeño, 150 ml
de vaso de zumo.
niño de entre 1 y 3 años. Se recomienda que cubran el 30% de las necesidades energéticas totales del niño, lo que
equivale a consumir 500-600 ml de
leche al día o, lo que es lo mismo, 2-3
vasos. Tampoco conviene un consumo
excesivo de leche, pues puede producir pérdida de apetito y aporte de grasas en exceso.
La leche de vaca puede comenzar a
utilizarse a partir de los 12 meses de
edad, pero se recomienda la leche de
continuación en polvo al menos hasta
los 2 años, porque entre otras razones
es más rica en hierro. Si se utiliza
leche de vaca conviene hervirla como
mínimo 5 minutos antes de su uso,
también aunque sea leche embotellada
pasteurizada o esterilizadas.
A partir de este momento la alimentación debe ser casi tan variada como
la de un niño más mayor. Algunos
ejemplos de alimentos que se pueden
administrar:
– Puré de legumbres (lentejas, garbanzos, guisantes, judías). Es necesario todavía administrarlo en forma de
puré porque el intestino de los niños
pequeños todavía no está capacitado
para destruir la piel fibrosa de estas
legumbres.
– Arroz y todo tipo de pastas: tallarines, macarrones, etc. Se hierven y
después se puede añadir salsa de
tomate natural, queso rallado, salsa
bechamel, etc. También se pueden
añadir a un caldo de pollo o carne y
verduras.
– Crema de verduras a base de espinacas, acelgas, guisantes, etc.
– Croquetas de todo tipo: jamón de
York, pollo, ternera, pescado, bacalao,
etc.
– Carne picada utilizada de diversas formas: en albóndigas, hamburguesas, rellenando empanadillas, etc.
– Filetes de carne (ternera, pollo) y
pescado a trocitos. Deben evitarse las
carnes grasas.
– Los embutidos no se aconsejan
por su alto contenido en grasas saturadas. Únicamente el jamón de York y el
jamón serrano pueden utilizarse una o
dos veces a la semana.
– Los huevos se darán principalmente en forma de tortilla a trocitos,
evitándose los huevos fritos. Se recomienda administrar de uno a tres huevos a la semana.
– Introducir las ensaladas por sus
vitaminas: lechuga, tomate, zanahoria,
cebolla, pepino, etc. Inicialmente no
se introducirán las aceitunas.
– El pan debe estar presente en la
dieta diaria del niño.
– Como postre: fruta del tiempo.
Podemos dar la fruta de distintas
maneras: rallada, en zumo, en forma
de batido, compota, a trocitos pequeños, etc. Debe tomar al menos dos piezas de fruta al día, una de ellas cítrica
(naranja, mandarina, kiwi) por el aporte de vitamina C.
– Es una buena época para introducir el agua como bebida indispensable.
– Ocasionalmente el niño puede
tomar natillas, flanes y helados comerciales, pero teniendo en cuenta que no
son un sustituto de la fruta.
– No conviene dar a los niños
menores de 3 años: almendras, avellanas, pipas, maíz tostado, caramelos o
similares porque existe riesgo de atragantamiento o asfixia.
– El azúcar se debe eliminar al
máximo porque es causa de caries.
– Alimentos desaconsejados en
niños menores de 3 años: pastelería
grasa, chocolate en gran cantidad, fritos, bebidas azucaradas y bebidas
excitantes (refrescos de cola, café y
té).
– Al cocinar se recomienda utilizar
aceite de oliva y evitar el exceso de
rebozados.
Niños mayores de 3 años
Según la Guía sobre alimentación
infantil de Requejo y Ortega (1993)
el mejor camino para seguir una dieta
saludable es la variedad, consumiendo cada día alimentos de todos los
grupos.
La alimentación de los niños debe
ser variada. Durante las dos primeras
JUNIO 2001
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
ALIMENTACIÓN INFANTIL
décadas de la vida se deben evitar las
restricciones. Si el niño estando sano
tiene un exceso de peso, debemos
recomendar un aumento de la actividad física y no restringir por sistema la
ingesta de calorías, ya que podría afectar a su crecimiento, deteriorando su
rendimiento físico e intelectual. Si por
motivos de salud fuera necesario solucionar un problema de obesidad, nunca debe actuarse de forma drástica
sino gradualmente y con medidas planificadas, siguiendo las órdenes del
médico especialista. Siempre se deberá controlar el consumo de sal, dulces,
grasas y bebidas refrescantes. En la
infancia jamás se debe tomar alcohol.
En la tabla II se indican los tipos de
alimentos y cantidades que deben
incluirse en la dieta infantil.
El uso exclusivo
de la leche materna
no es conveniente a partir
del quinto y sexto mes
CONSEJO FARMACÉUTICO
El consejo farmacéutico va orientado a
la educación de los padres y cuidadores
en todas las cuestiones relacionadas
con la alimentación de su hijo. Una vez
transmitida la importancia de seguir
una dieta equilibrada, podemos amenizar nuestra labor con pequeños trucos y
detalles que servirán para hacer más
fácil y agradable este proceso de aprendizaje:
– Los niños tienden a imitar los
hábitos de las personas que se encuentran a su alrededor, por este motivo son
muy importantes las costumbres alimentarias en su entorno. Se evitará:
fumar en la habitación donde se
encuentran los niños, la inactividad y
pasividad de los cuidadores, las dietas
restrictivas que influyan directamente
en la alimentación infantil y el alcohol.
– Las personas encargadas de la alimentación infantil deben conseguir
que la hora de la comida sea un
momento plácido y agradable, evitando el llanto y el enfado. Forzar a
comer no es un buen método. Si no
tiene hambre, esto puede provocar que
66 FARMACIA PROFESIONAL
68
la comida se transforme en un conflicto, induciendo a vómitos, rabietas, etc.
Lo mejor es buscar alternativas.
– El cuidador debe intentar que el
niño pruebe diferentes alimentos y
texturas. Cuando el niño rechace algún
producto, se buscarán nuevas formas
de preparación, asociación y presentación de los alimentos, teniendo en
cuenta sus gustos.
– Si el niño come poco, se le servirán raciones pequeñas para que tenga
la satisfacción de ver el plato vacío.
– Nunca hay que utilizar los alimentos que más le gusten como premio o
los que no soporte como castigo. No
conviene utilizar la hora de la comida
para estos fines.
– Es positivo explicar al niño que
comer bien y de todo le servirá para
estar más fuerte y activo.
– La supresión de los alimentos
considerados como malos no va a
determinar que una dieta sea correcta:
será el conjunto de los alimentos lo
que determine una dieta equilibrada.
Permitir el consumo de los típicos productos apetecibles para los niños
(golosinas, pasteles, chocolate, etc.),
en cantidades moderadas, es correcto,
sobre todo en ocasiones de fiesta o
celebraciones en las que es típico su
consumo.
– Nunca deberá suprimirse el desayuno, puesto que es el primer aporte
alimenticio que condicionará el rendimiento y el bienestar del niño durante
el resto del día.
– En la alimentación de menores de
10 años no existen diferencias entre
niños y niñas, pero a partir de esta
edad, coincidiendo con el inicio de la
pubertad, empiezan a surgir.
– El niño no debe picar, o picar
poco antes o después de sus comidas
principales.
– En resumen: a la hora de la comida, los padres deberán colmarse de
paciencia y picardía hasta conseguir que
sus hijos aprendan a saber comer, cosa
que no olvidarán el resto de su vida. ■
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
Fernández R, Prats R. Consell de puericultura. Barcelona: Generalitat de Catalunya.
Departament de Sanitat i Seguretat
Social, 2000.
González M, Moreno M, Castillo A, León
P. Manual de alimentación infantil para
farmacéuticos. Madrid: Colegio Oficial
de Farmacéuticos de Madrid, 1999.
Lázaro A. Diversificación alimentaria en
pediatría. Anales Españoles de Pediatría
2001; 54 (2):150-152.
Requejo AM, Ortega RM. Nutrición en la
infancia. En: Nutriguía. Manual de
nutrición clínica en atención primaria.
Madrid: Editorial Complutense, 2000.
Descargar