SELECTIVIDAD HUME: Dos temas son fundamentales de cara a la selectividad en Hume, la teoría del conocimiento, con sus consecuencias contra el Racionalismo de Descartes, y la metafísica tradicional, y el tema de la moral, donde se ve su contraste, además de con Descartes, con Kant. RESUMEN ESQUEMÁTICO DE LA FILOSOFIA DE HUME 1.- EMPIRISMO: Se asemeja al racionalismo, en que el conocimiento tiene por objeto las ideas, pero en todo lo demás es radicalmente contrario al racionalismo. El conocimiento tiene su fundamento en la experiencia. 2.-LOCKE: (PRECEDENTE DEL EMPIRISMO DE HUME). A) Origen de las Ideas:- no existen ideas innatas. La mente es un papel en blanco. -Se originan de la experiencia sensible, la única fuente de nuestros conocimientos. Distingue entre experiencia externa, como fuente de las ideas de sensación, y experiencia interna como fuente de las ideas de reflexión. 3.- HUME.: SU OBJETIVO. LA CIENCIA DE LA NATURALEZA HUMANA. 4.-TEORIA DEL CONOCIMIENTO: PERCEPCIONES: impresiones e ideas. Simples y compuestas. A) CRITERIO DE VALIDEZ SENSIBLE: un conocimiento, una idea, si es válida debe poder señalarse la impresión o impresiones de las que se deriva. De que impresión provienen ideas como substancia, yo, existencia, Dios. Etcc..? -“Toda idea para que sea válida debe derivarse de sus correspondientes impresiones.” B) LA CONEXIÓN O ASOCIACIÓN DE IDEAS: -Papel de la memoria y de la imaginación. La asociación de ideas hace relación a la imaginación, que puede unir y separar dos o más ideas. -Leyes de asociación: semejanza, contigüidad espacio temporal y causa –efecto. C) CRITICA A LA IDEA DE SUBSTANCIA:. .Aplicar el criterio de validez sensible anteriormente comentado. -Critica a la idea de Substancia pensante, Divina o extensa continuación p. F) cartesiana (ver a D) TIPOS DE CONOCIMIENTOS: -Relaciones de idea. ( Matemáticas, único conocimiento cierto y seguro, porque sus proposiciones no dependen de la experiencia, sino que la razón puede intuitivamente descubrirlas): -Cuestiones de hecho, fundamentado en la experiencia. (resto de las ciencias, que en realidad no serán ciencias para Hume , solo la física será tenida como conocimiento probable.) E) CRITICA A LA RELACION DE CAUSALIDAD: -Supone un ataque al conocimiento metafísico y al conoc. Científico en general, puesto que ambos utilizan el principio de causalidad como fundamento de sus teorías. FORMULACIÓN Del PRINCIPIO DE CAUSALIDAD: “Todo efecto necesariamente ha de tener una causa”. “Todo lo que comienza a existir ha de tener necesariamente su causa”. -La crítica de Hume va dirigida directamente a la necesidad (conexión necesaria) que implica el principio de causalidad. “Si llueve el suelo se moja”(necesariamente diríamos nosotros). Hume critica esta necesidad que nosotros aplicamos a la causa y al efecto. -Para Hume el principio de causalidad no es un conocimiento de relación entre ideas: “No es evidente que analizando la causa nos encontremos que deba producir un determinado efecto. -Tampoco es un conocimiento de cuestiones de hecho, porque no tenemos impresión sensible de la conexión necesaria. "cuando miramos los objetos externos en torno nuestro y examinamos el modo de operar de las causas, nunca podemos descubrir "poder" o conexión necesaria alguna", nada que [...] haga del efecto una consecuencia indefectible de la causa. Sólo encontramos que, de hecho, el uno sigue realmente a la otra. Al impulso de una bola de billar sigue el movimiento de la segunda: esto es cuanto se aparece a los sentidos externos. La mente no tiene ninguna impresión interna de esa sucesión. Por consiguiente, en cualquier caso determinado de causa y efecto no hay nada que pueda sugerir la idea de poder o conexión necesaria." Parece pues -continúa Hume- que esta idea de conexión necesaria surge del acaecer de varios casos similares [...].Esta idea no puede ser sugerida por uno solo de ellos [...]. Pero en una serie de casos no hay nada distinto de cualquiera de los casos individuales[...] salvo que, tras la repetición de casos similares, la mente es conducida por hábito a tener la expectativa, al aparecer un suceso, de su acompañante usual [...]. Esta conexión que sentimos en la mente [...] es el sentimiento o impresión a partir del cual formamos la idea de poder o conexión necesaria. Y no hay más [...] Por tanto, cuando decimos que un objeto está [causalmente] conectado con otro, sólo queremos decir que han adquirido una conexión en nuestro pensamiento y originan la inferencia por la que cada uno se convierte en prueba del otro, conclusión algo extraordinaria, pero que parece estar fundada." "No es, por tanto, la razón la que es guía de la vida, sino la costumbre. Sólo la inclinación producida por el hábito lleva a la mente a suponer en todos los casos que el futuro ha de conformarse al pasado. Por fácil que este paso pueda parecer, la razón no sería capaz de darlo nunca" . F) CRITICA A LA IDEA DE SUBSTANCIA: CRITICA A LA METAFISICA DE TODO TIPO (REALISTA Y CARTESIANA). "Es imposible razonar correctamente sin entender a la perfección la idea sobre la que razonamos; y es imposible entender perfectamente una idea sin llevarla a su origen, examinando la impresión primaria de la que procede". “Me gustaría preguntar a esos filósofos que basan en tan gran medida sus razonamientos en la distinción de sustancia y accidente y se imaginan que tenemos ideas claras de cada una de esas cosas, si la idea se deriva de las impresiones de sensación o de las de reflexión. Si nos es dada por nuestros sentidos, pregunto: ¿por cuál de ellos, y de qué modo? Según Hume, ninguna sustancia, material o espiritual, puede provenir de una impresión sea la que fuere. Hume se contesta a sí mismo diciendo que la sustancia no se percibe como un color, ni como un sonido o sabor, etc, y prosigue: "deberá, pues, derivarse de alguna impresión de la reflexión". Pero las impresiones de la reflexión:"se reducen a nuestras pasiones y emociones; y no parece probable que ninguna de éstas represente una sustancia. Por consiguiente, no tenemos "ninguna idea" de sustancia que sea distinta a la de una colección de cualidades particulares [...]. La idea de sustancia [...] no es sino una colección de ideas simples unidas por la imaginación y a las que se asigna un nombre particular mediante el cual podemos recordar -a nosotros mismos y a otros- esa colección." 1.-NO PODEMOS CONOCER LA REALIDAD EXTERIOR (EL MUNDO): Locke diría que el mundo, las cosas son la causa de nuestras percepciones y ideas, pero al afirmar esto se contradice con el principio empirista de que “SOLO CONOCEMOS PERCEPCIONES O SOLO TENEMOS IMPRESIONES SENSIBLES”. De ahí que Hume llevando a su máxima radicalidad el citado principio se ve obligado a negar toda realidad exterior (escepticismo), ya que solo tenemos impresiones que no dejan de ser fenómenos de conciencia, pero sobre la realidad exterior, Hume se ve abocado a negarla, aunque eso si creemos que existe un mundo exterior y un mundo interior. CREO NO CONOZCO. “La causa de mis percepciones son desconocidas”. "Tendemos a creer en la existencia continua de todos los objetos sensibles, y como esta tendencia nace de algunas impresiones muy vivas de la memoria, confiere a esta ficción la misma vivacidad; en otras palabras, nos hace creer en la existencia continua de los cuerpos". 2.-NO PODEEMOS CONOCER LA EXISTENCIA DE DIOS: -Rechaza los argumentos a priori.. -Rechaza los argumentos a posteriori ( no tengo impresión sensible de Dios, infinitud, perfección etc...) -Tendría que haberse declinado por el ateísmo pero se queda en un Agnosticismo Radical al aceptar el deísmo (religión natural de la Ilustración) En cuanto a Dios, es obvio que no ha sido jamás objeto de impresión alguna. De hecho, como dijimos, jamás podemos conocer por impresión algo que, de ser, sería necesario. Por tanto, mi idea de Dios no es cierta. Locke y Berkeley decían que Dios era la causa de mi existencia o de mis impresiones (respectivamente); pero para Hume no hay causas, luego no hay Dios en ese sentido. En cuanto a la pregunta sobre de dónde vienen las impresiones que recibo, el escepticismo de Hume no permite responder. 3.--NO PODEMOS CONOCER LA EXISTENCIA DE NUESTRO YO: "Hay filósofos que imaginan que somos conscientes íntimamente en todo momento de lo que llamamos nuestro yo, que sentimos su existencia y su continuación en la existencia; y se hallan persuadidos, aún más que por la evidencia de una demostración, de su identidad y su perfecta simplicidad [...]. Desgraciadamente todas esas afirmaciones son contrarias a la experiencia que se presume en favor de ellas, y no tenemos una [tal] idea del yo, pues ¿de qué impresión puede derivarse esa idea?" Hume sostiene que:"lo que nosotros llamamos espíritu no es nada más que un montón o colección de percepciones variadas que tienen entre sí ciertas relaciones y a las que se supone, muy equivocadamente, dotadas de una simplicidad y de una identidad perfectas." Para Descartes, Locke, y Berkeley la existencia del yo era objeto de una intuición inmediata, y por lo tanto evidente en si misma. El yo es para los racionalistas una substancia distinta de nuestras impresiones e ideas, el Yo es algo idèntico a si mismo en la sucesión de los estados. Pero para Hume es claro que no tenemos impresión sensible del Yo como algo idéntico a si mismo. Solo tenemos intuición de diferentes percepciones que se suceden con enorme rapidez, por lo tanto, es incognoscible, lo que llamamos yo no es más que un rio de impresiones siempre distintas. "si queremos tener una idea clara e inteligible del yo [pues] toda idea real debe proceder de alguna impresión. Pero el yo o persona no es una impresión, sino aquello a lo que se supone que tienen referencia las distintas impresiones o ideas. CONCLUSIÓN: _La crítica de Hume conduce al Fenomenismo o subjetivismo, en el sentido de que la mente solo conoce sus propias impresiones subjetivas, que a su vez son estados de conciencia. -Solo hay certeza de las verdades matemáticas o lógicas. -Las ciencias físicas se basan en la creencia y solo gozan de probabilidad. Pero nos sirven en la vida práctica. La metafísica es imposible como ciencia,, porque todo su contenido fundamental no tiene una base empírica. “Si [al recorrer los libros de una biblioteca] cae en nuestras manos, por ejemplo, algún volumen de teología, o de metafísica escolástica, preguntémonos: ¿contiene algún razonamiento abstracto relativo a una cantidad o a un número? No. ¿Contiene algún razonamiento experimental sobre cuestiones de hecho y de existencia? No. Entonces, arrojémoslo a las llamas, porque sólo puede contener sofismas y supercherías." FENOMENISMO, AGNOSTICISMO RADICAL, Y ESCEPTICISMO. HE AQUI LAS CARACTERÍSTICAS DE LA FILOSOFIA DE HUME 5.-COMPARACION DE RACIONALISMO Y EMPIRISMO A.-EL EMPIRISMO. Para el empirismo clásico, la experiencia, en sus diferentes formas, es el único ámbito del conocimiento: toda forma de conocimiento se reduce a la experiencia y tiene en ella sus límites y su máximo alcance. Este rasgo supone una investigación de los rasgos de la experiencia, de su alcance y del modo en el que la experiencia se traduce en la mente. El problema del origen del conocimiento es un problema central en el movimiento empirista. El conocimiento se origina en la experiencia, y nada hay en la mente humana antes de la experiencia. Ello supone una crítica radical a la postura racionalista clásica sostenida, entre otros, por Descartes- que juzgaba que sólo la mente o la razón era capaz de conocimiento. Un aspecto importante de esta crítica es el rechazo empirista a toda forma de ideas innatas o de ideas generales que la mente o la razón pueda mantener por sí misma, sin la contribución de la experiencia Todo conocimiento se reduce a una combinación de impresiones e ideas, que debe ser adecuada. Los distintos autores empiristas precisarán los rasgos de impresiones e ideas, llegando a soluciones tan dispares como las aportadas por Locke o Berkeley. El problema de los límites del conocimiento y de la certeza es un problema central en el empirismo, que establecerá normas y métodos para establecer los límites del conocimiento y plantear los rasgos que deberá poseer todo conocimiento seguro y cierto. B. -EL RACIONALISMO. Frente a los rasgos del empirismo, el racionalismo -representado en la tradición inaugurada por Descartes, y seguida por Spinoza y, en cierta medida, por Leibniz- parte del valor de la razón como origen del conocimiento. Todo conocimiento verdadero se origina en la razón, y la experiencia tiene valor sólo si se atiene a los dictados de la razón. Poseemos ideas innatas, de carácter general, que poseemos por el mero hecho de ser hombres y mujeres. Uno de los rasgos fundamentales del empirismo radica en destacar la capacidad deductiva de la razón, que es un poder inherente a la razón misma: ésta puede establecer deducciones que, siempre que sean adecuadas y coherentes, serán válidas. El modelo de esta actitud se encuentra en el sistema de Descartes y en la ética de Spinoza, así como en las construcciones de los filósofos racionalistas más evidentes. Así pues, frente al empirismo, el racionalismo privilegia el valor de la razón humana y su universalidad frente al valor de la experiencia y del valor singular de las ideas e impresiones sensibles postuladas por los empiristas. A pesar de los rasgos señalados, no debe establecerse una rigurosa y puntual oposición entre ambas corrientes. Aunque ambas parten de principios diferentes, las dos tienen interés en una serie de elementos comunes como es el alcance y los límites del conocimiento, el problema de la certeza, la crítica de las tradiciones heredadas y la aplicación a la vida práctica. Las dos son posturas que surgen en la modernidad europea -aún cuando tengan antecedentes en la filosofía anterior- y serán originalmente revisadas en la gran síntesis filosófica de Kant. C.-KANT. Según Kant, el conocimiento parte de una particular combinación entre la razón y la experiencia, entre lo que se encuentra dado en la experiencia (siempre particular y contingente) y lo que pone el sujeto (siempre universal y necesario, independiente de toda forma de experiencia concreta). Esa combinación de dos elementos, que posteriormente deben ajustarse a la forma de un juicio sintético a priori, tiene una importancia central para la validez del conocimiento. Se trata de la combinación entre lo "dado" por la experiencia y lo que "pone" el sujeto que conoce. Es preciso, piensa Kant, exigir siempre esta combinación para que haya un verdadero conocimiento. El conocimiento no puede ser nunca producto de la razón, independiente de la experiencia y de sus reglas. Tal sería un conocimiento absolutamente a priori, sin contacto con la experiencia sensible.. Por otra parte, el conocimiento tampoco puede estar nunca limitado a los objetos sensibles, ya que sería totalmente dependiente de cada objeto conocido y no permitiría conocer nada más allá de las experiencias concretas. Es preciso combinar la razón y la experiencia, como ocurre en la formulación de los juicios sintéticos a priori. La existencia de esta combinación ha permitido avanzar a la ciencia, y su inexistencia explica que la metafísica haya quedado absolutamente retrasada. Sin embargo, plantear cómo se establece la combinación entre lo que pone el sujeto y lo que se da en la experiencia, entre lo "puesto" y lo "dado", equivale a realizar una investigación trascendental de la razón humana.. para ello, Kant analiza los tres niveles tradicionales de la actividad intelectual: la sensibilidad, el entendimiento y la razón. En cada uno de estos niveles busca cómo se da la combinación entre lo puesto y lo dado y cómo son posibles los juicios sintéticos a priori. Si, adicionalmente, tenemos en cuenta que a cada uno de esos tres niveles corresponde un área fundamental de la ciencia, obtendremos una adecuada comprensión del intento kantiano. Analizando cómo es posible que, en el nivel de la sensibilidad, se establezca la comunidad entre lo que el sujeto pone y lo que se da en la experiencia, Kant llega a la conclusión de que las matemáticas (que trabajan con el espacio y con la sucesión numérica) son una ciencia, porque poseen juicios sintéticos a priori resultantes de una adecuada combinación entre lo puesto y lo dado. Lo mismo ocurre con el nivel del entendimiento, que Kant hace corresponder con la física. Pero ello no ocurre con el tercer y supremo nivel de la actividad teórica, el de la razón, que se corresponde con la metafísica. En ella se pretende conocer únicamente a priori, sin establecer la conexión entre lo puesto y lo dada, sin combinar la experiencia y la razón. Según Kant, sólo las matemáticas y la física son ciencias, ya que sólo en ellas se dan los juicios sintéticos a priori. La metafísica no es posible, porque no se fundamenta en la combinación necesaria de lo "puesto" y lo "dado", del conocimiento y de la experiencia.. La metafísica se fundamenta en el puro orgullo de la razón, sin tener en cuenta lo que se da en la experiencia. La metafísica no se fundamenta en juicios sintéticos a priori, que son la base de todo conocimiento posible. Por el contrario, la metafísica se deshace en discusiones interminables, basadas en silogismos que no pueden resolverse adecuadamente y que terminan en antinomias irresolubles. Con ello, Kant limita totalmente el uso de la razón. Y las grandes ideas de la metafísica -los conceptos de mundo, de libertad y de Dios- quedan fuera de un conocimiento riguroso. Estas ideas dejan de ser "ideas constitutivas" del conocimiento, para convertirse en puntos de referencia, en "ideas regulativas" del conocimiento, que tendrán validez en el uso práctico, pero no en el uso teórico de la razón. 6.-EL EMOTIVISMO MORAL.Un acto o una decisión moral no puede recibir su calificación moral a partir de una razón. La razón no puede conocer la validez de los juicios morales. Aunque pudiese conocer lo natural, es decir, lo que las cosas son, de ahí no se infiere que pueda conocer lo que deben ser. Y la ética trata obviamente, no de lo que es, sino de lo que debe ser. Atribuir a la razón la capacidad de saber (y a partir de ahí, decidir) lo que debe ser, lo que es deseable o bueno, supone incurrir en falacia naturalista: reducir lo bueno a lo natural. La razón no puede mover al hombre, es y debe ser esclava de las pasiones. El fundamento de los juicios morales no es racional, es emocional, es el sentimiento. Los sentimientos son las fuerzas que nos determinan a obrar, que dotan de valor moral a una decisión. Los juicios morales expresan el sentimiento de aprobación o desaprobación que nos producen determinadas conductas y son una forma de sentimiento básico de simpatía; y estos sentimientos son naturales y desinteresados. Esta es la filosofía moral llamada emotivismo moral. Queda un problema, ¿cómo es posible, si el sentimiento es quien decide, que los humanos se pongan de acuerdo en los juicios morales? La respuesta de Hume es ésta: el sentimiento descansa en una especie de humanidad, que no es otra cosa que la noción de naturaleza humana ilustrada, la cual conduce al sentimiento a preferir lo mejor para el conjunto de los seres humanos. Y, puesto que la naturaleza humana es común a todo hombre, las decisiones morales ejercidas por ese sentimiento de humanidad serán universales, sin necesidad de reflexión teórica a priori. Agrado y utilidad son el común fundamento de la estimabilidad y la aprobación. La utilidad se funda en el agrado. Lo que despierta el sentimiento de simpatía es la utilidad de la acción contemplada para la colectividad:"La utilidad es agradable y solicita nuestra aprobación." Esta es una cuestión de hecho confirmada por la observación de todos los días. Pero, ¿útil para qué? Sin duda, para el interés de alguien". La moral reside en el sentimiento, en la emoción. Sin embargo, la moral también ha de apoyarse en la razón para dirimir los conflictos que surgen en la vida moral. La razón deberá limitarse a investigar los caminos que llevan a ese bien que se busca. La razón se limita a establecer los medios, los sentimientos, los fines. La moral deriva de la inclinación y del sentimiento. La utilidad fundamenta la valoración moral de las cualidades personales. 7.-COMPARACIÓN DEL FORMALISMO EMOTIVISMO ÉTICO DE HUME ÉTICO DE KANT Y EL Me parece interesante comparar el formalismo ético de Kant con el emotivismo ético de Hume porque, aunque se trata de dos pensadores ilustrados, las diferencias entre ambos –uno inglés y otro alemán- son notables, como voy a tratar de poner de manifiesto. Sin ninguna duda, el empirismo de Hume le llevó a pensar que no era la razón el fundamento de la moral, como hasta ese momento habían dado por hecho la mayoría de los filósofos. Según Hume, nuestra capacidad racional no nos puede indicar qué es lo bueno y lo malo, pues “la razón es esclava de las pasiones” y, por tanto, no sirve para determinar lo que debemos o no hacer. El fundamento de la moral son los sentimientos, ya sean de agrado o utilidad. Los juicios morales tienen su origen en los sentimientos que nos provoca una determinada acción. La teoría de Kant se opone a la anterior. No va a negar el hecho de que el ser humano es algo más que un ser racional, y que posee deseos, sentimientos,… pero considera que los grandes males de la humanidad se han originado por guiarse por los impulsos y las pasiones; por no actuar de un modo racionalmente autónomo. La ética de Kant va a ser profundamente racional. Su ética se fundamenta en la dimensión racional del hombre, lo único común a todos, prescindiendo de los sentimientos e inclinaciones (deseos). El progreso del ser humano va a estar supeditado a la elaboración de una ética exclusivamente racional. Para Hume, la razón no puede impedir ni impulsar nuestro comportamiento. Sin embargo, los imperativos morales, procedentes de los sentimientos, sí que lo consiguen. La razón nos permite analizar la situación, los hechos captados por los sentidos, pero los sentimientos que haya provocado en nosotros son los que nos llevan a valorarla como buena o mala. Sólo cuando interiorizamos y llevamos el hecho ocurrido a nuestro corazón, surge el sentimiento de agrado (bueno) o desagrado (malo). Según Kant, existe la conciencia de obligación moral, ya que algunas veces nos sentimos obligados a hacer alguna cosa que va contra nuestros deseos. Como con frecuencia no coincide lo que consideramos que debemos hacer con lo que deseamos hacer, el origen de la obligación moral no puede estar en los deseos, sino que ha de estar en la razón. Nuestra voluntad, por tanto, será buena si sólo se deja influir por la razón, no por los deseos ni pasiones. Siguiendo la novedosa clasificación de las teorías éticas que hace Kant, podremos distinguir entre las éticas materiales (la de Hume, por ejemplo): aquellas que proponen un fin supremo a conseguir y nos dicen lo que debemos hacer para conseguirlo; y la ética formal (la propia de Kant): lo que hace moral a una acción es la forma, el cómo se realice esa acción. Lo más importante no es lo que haces ni el fin con que lo haces, sino el cómo lo haces, con qué forma lo haces. La ética de Hume es una ética utilitarista, es decir, lo que origina el sentimiento de aceptación de algo es que sea útil o agradable (aunque considera que esa utilidad ha de referirse a los demás en no menor medida que a uno mismo, lo que le lleva a distinguir entre cosas agradables y útiles para uno mismo y para los demás). Es una ética de las consecuencias, ya que considera que una acción es buena si sus consecuencias lo son. Frente a esto, Kant propone una ética de las intenciones, en la que la voluntad es buena cuando lo que nos mueve a actuar es una buena intención, el obligarnos a actuar guiados por lo que nuestra razón autónoma nos dicta. La ley moral ha de tener forma de imperativo. Sin embargo, Kant distingue entre los imperativos hipotéticos, propios de las éticas materiales, como la de Hume, que son aquellos que nos ordenan hacer algo para conseguir un fin: en el caso de Hume, la utilidad. Así, nos dicen cómo guiar nuestra conducta para obtener de nuestras acciones el mayor beneficio. El imperativo categórico es propio de la ética formal de Kant. Es aquél cuya orden no está sujeta a ningún fin o condición, no hace referencia a ningún objetivo a lograr, pues no nos dice qué acción concreta hemos de realizar, sino cómo hay que realizarla, que será según esta forma: 1)“Obra según aquella máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se convierta en ley universal”; 2)“Obra de tal modo que trates a la humanidad, sea en tu persona o en la de cualquier otro, siempre como un fin y nunca meramente como un medio”. Con la primera formulación pretende Kant poner de manifiesto que el sujeto moral ha de querer de una forma autónoma realizar una conducta que sea universalizable (que me parezca aceptable si la realiza cualquier otro ser racional); la segunda, lo que pretende transmitirnos es que aún cuando una persona pueda ser un medio para nosotros, no habremos de tratarla nunca únicamente como un medio (un instrumento que nos es útil para algo), sino como un fin, es decir, como un ser con dignidad y con derechos que deben respetarse. Otra de las diferencias entre ambos autores es que podemos considerar la ética de Hume como una ética a posteriori, cuyos preceptos se basan en la experiencia, son imperativos particulares, por tanto, nunca podrán ser universales y necesarios. Sin embargo, la ética de Kant es a priori: su mandato es universal y necesario, al margen de la experiencia, fundamentado en la razón, que es única para todos (mientras que los deseos y sentimientos difieren entre unos y otros). La ética de Hume es heterónoma, lo cual quiere decir que las normas morales se nos imponen desde una instancia ajena a nuestra propia razón (los sentimientos, en este caso). La ética de Kant, sin embargo, es autónoma, ya que las leyes morales tienen su origen en la propia razón. De este modo, cada cual obrará tal y como le indica su propia razón, con autonomía, sin permitir que sea ningún otro quien guíe su conducta, ni ninguna otra instancia (ni los sentimientos siquiera) ajena a la razón de cada cual. Otra de las diferencias es que Kant califica a las éticas anteriores a las suya, las éticas materiales, como egoístas (esto incluye también a la ética utilitarista de Hume), ya que quien actúa siguiendo sus imperativos lo hace a cambio de algo, a cambio de obtener el fin supremo (utilidad o agrado) que se propone. Al cumplir la norma, por tanto, lo hacemos por el beneficio que su cumplimiento nos proporciona. La ética de Kant, en cambio, es desinteresada, ya que se cumple con la ley moral por puro respeto al deber, sin esperar nada a cambio. Las éticas materiales, entre las que se encuentra la de Hume, como se ha dicho, buscan un fin supremo (en su caso, la utilidad/agrado) y nos dicen cómo actuar para conseguirlo. La ética de Kant, en cambio, es una ética del deber. Para éste no hay ningún objetivo supremo a conseguir, simplemente hemos de obrar por puro respeto al deber. La única acción moralmente válida es la que se hace por deber, nunca contraria al deber ni conforme al deber (aunque así nos sean más beneficiosas en sentido puramente egoísta). El valor moral de una persona reside en ser capaz de vencer sus deseos y ser capaz de cumplir con su deber. Por último, mientras Hume adopta una posición escéptica y agnóstica, que ni afirma ni niega la existencia de Dios, pero sí niega la posibilidad de conocerlo, ya que la experiencia, que limita nuestro conocimiento, nunca nos ha dado pruebas de la existencia ni del alma ni de Dios; en el caso de Kant, aunque también desde una posición agnóstica, pero teniendo presente la profunda educación religiosa recibida, va a plantear los postulados de la razón práctica (la moral): que son el alma inmortal, la libertad y Dios. Un postulado es aquello cuya existencia no podemos afirmar/conocer, pero es necesaria su creencia racional, ya que son el fundamento de la ley moral. Considera que el alma debe ser inmortal porque en una existencia limitada no podemos aspirar a la virtud suprema, tal y como nos ordena la razón; sin la libertad (poder elegir) no tendría sentido hablar de responsabilidad moral; a Dios lo considera como el ser en que “ser” y “deber ser” coinciden, a diferencia de nuestro mundo, en el que suele haber un abismo entre ser y deber ser. En todo caso, conviene recordar que hablamos de postulados, no de algo demostrado. Actualidad y valoración personal. Los debates entre quienes apuestan por una visión de la ética desde la razón o quienes la pretenden fundamentar en los sentimientos permanecen hoy en día. Desde las filas postmodernas se denuncia un debilitamiento de la razón ilustrada y su proyecto emancipador (Vattimo, Lyotard,…). No faltan tampoco seguidores del emotivismo e intuicionismo en las Islas Británicas. Por otra parte, el legado kantiano ha sido retomado por quienes pretenden fundamentar una neo modernidad (Apel, Habermas, Rawls,…) con una sólida base racional, pero no en su sentido instrumental o unidimensional, como se ha caracterizado en la Modernidad, sino en un sentido “comunicativo” –por decirlo con Habermas-, que permita un auténtico progreso de la humanidad. Como valoración personal del tema, creo que debería resaltar que el hombre es razón y pasión. No una u otra en exclusividad. Ambas constituyen nuestra naturaleza y no podemos desprendernos de ellas. Sin embargo, una ética que tenga una auténtica preocupación por la mejora de las condiciones de vida del género humano ha de tener un fuerte fundamento racional, aunque probablemente no en exclusividad, como pretendía Kant. Ni podemos ni debemos renunciar a nuestra naturaleza dual –razón y sentimientos-, pero el éxito de las relaciones interpersonales entre los seres humanos depende de hacer éstas más razonables, más racionalizadas, en su sentido más profundo. CONCLUSIONES GENERALES: -En la teoria del conocimiento Descartes y Hume son radicálmente opuestos. -Evidentemente Platón y Hume tienen posiciones contrarias en este tema también. -Un aspecto importante es la crítica a los conceptos fundamentales de la metafísica, como sustancia, causa-efecto (su conexión)…. Crítica dirigida a toda la filosofía cartesiana, pero también a todo tipo de metafísica. -En el tema moral, una buena comparación seria entre Hume y Kant. -Hume es un precedente en la filosofía de Mill. Eugenio Molera