La educación ambiental: una vía de solución a

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La educación ambiental: una vía de solución a nuestro degradado planeta
Dr. D. Miguel Mª Reyes Rebollo
Dpto. Didáctica y Organización Escolar y M.I.D.E.
Universidad de Sevilla
([email protected])
Dña. Rocío Piñero Virué
Dpto. Didáctica y Organización Escolar y M.I.D.E.
Universidad de Sevilla
([email protected])
1. Introducción.
Los problemas medioambientales han adquirido tal protagonismo, que términos como
"agujero de ozono", "efecto invernadero", "lluvia ácida, "pérdida de biodiversidad", etc.,
forman ya parte del vocabulario cotidiano. Sin embargo, existe un gran
desconocimiento del verdadero significado y trascendencia de éstos y otros problemas
del entorno. En general tendemos a considerar que las soluciones de estos problemas
están fuera de nuestro alcance, por lo que no asumimos ninguna responsabilidad a la
hora de buscarlas.
El objetivo de esta comunicación es hacer reflexionar sobre la importancia de una eficaz
y adecuada educación ambiental para concienciar a los escolares (hombres del mañana)
de las grandes agresiones medioambientales que sufre el planeta y que todos y cada uno
de nosotros tenemos la responsabilidad de cuidar la que es nuestra "casa común".
2. La educación ambiental en la actualidad.
El objetivo de trabajar la educación ambiental en las instituciones educativas, toma su
verdadero sentido, al intentar transformar la educación, se trata de que la educación nos
sirva para ver la realidad de una forma distinta, para hacer posible una sociedad
diferente, es decir, que la educación que hagamos sea válida para el cambio. Por otro
lado, tenemos que procurar no caer en algunos errores que se producen al transmitir
mensajes referidos al tema medio ambiental. Un error consiste en creer que la toma de
conciencia lleva consigo aparejada la aparición de correctos y adecuados hábitos de
comportamiento; la realidad por desgracia, es bien distinta, ya que la relación entre
actitudes y cambios de comportamientos requieren múltiples estrategias y tiempo para
llevarlas a cabo. Y otra equivocación, aparece cuando entendemos que simplificando la
información relativa al medio ambiente se va a llegar con más facilidad a los receptores,
siendo lo importante encontrar lo fundamental, desechando lo accesorio y elaborando
con esmero el mensaje.
La educación diseñada por el Sistema Educativo y organizada internamente atendiendo
a niveles y ciclos, constituye un conjunto ambiental donde además de ser el lugar donde
se adquieren los conocimientos ambientales apropiados (Rico, 1996), los profesores y
alumnos, desarrollan las capacidades y actitudes para llegar a concienciarse de que
existen soluciones efectivas de los problemas ambientales que enfrentan a la
territorialización (contextualización de la educación) y a la creación de condiciones de
estudio activo e interdisciplinar para dar respuestas globales.
La actualidad de la educación ambiental es imposible concebirla separada de la
situación del medio ambiente y es responsabilidad de todos los sectores sociales sin
exclusión, hacer compatibles que las buenas intenciones vayan apoyadas con los medios
necesarios. Debemos ir rechazando el discurso teórico para poder convertir en realidad
el ilusionante proyecto que supone una educación en sintonía con las necesidades
ambientales.
De esta forma, la educación ambiental debe: Considerar el medio ambiente en su
totalidad, teniendo en cuenta sus diversos aspectos: natural, artificial, tecnológico,
social, económico, político, moral, cultural, histórico y estético; ser un proceso continuo
y permanente, que empiece en el nivel preescolar y continúe a lo largo de toda la vida;
tener un enfoque interdisciplinario, sabiendo aunar en un todo integrado los aspectos
que más le interesen en cada disciplina; propiciar la participación activa en la
prevención y resolución de los problemas ambientales; estudiar los temas medio
ambientales más importantes desde una perspectiva local, regional, nacional e
internacional, para que los estudiantes conozcan también las condiciones ambientales de
otras zonas geográficas; centrarse en situaciones medio ambientales actuales y futuras;
hacer hincapié en la complejidad de los problemas ambientales y en la necesidad de
afrontar su resolución con una actitud crítica; utilizar diferentes ambientes para el
aprendizaje y una amplia gama de enfoques didácticos tanto en el aprendizaje como en
la enseñanza de y desde el medio ambiente con el debido énfasis en las situaciones
prácticas y experiencias de primera mano; centrarse en la propia comunidad del
estudiante haciendo referencia a situaciones regionales, nacionales e internacionales;
fomentar a todos los niveles la sensibilización, los conocimientos, la resolución de
problemas y la clarificación de valores, pero haciendo especial hincapié, durante los
primeros años, en la propia comunidad del estudiante; y por último, propiciar que los
estudiantes puedan tomar parte en la planificación de las experiencias de aprendizaje y
posibilitar la toma de decisiones y la aceptación de consecuencias.
No debemos pasar por alto la situación actual en que se encuentra la educación
ambiental en nuestro país y los compromisos nacionales e internacionales firmados. La
formulación de una estrategia Española de Educación Ambiental que, gozando del
consenso de la comunidad social y educativa, aglutine las políticas sectoriales, públicas
y privadas, en torno a unos ejes vertebradores que sirvan como referente común para el
desenvolvimiento de esta corriente educativa; es una recomendación asumida por la
totalidad de las Comunidades Autónomas. Concretamente en nuestra Comunidad
Autónoma, creada en 1982, desde la Agencia de Medio Ambiente y la Consejería de
Educación, se ha trabajado en la dirección de ofertas dirigidas a los profesores y a los
Centros Educativos para potenciar actividades de conocimiento y respeto por el medio
ambiente y de reflexión sobre la Educación Ambiental en el ámbito didáctico.
De forma paralela, la reforma educativa plasmada en la L.O.G.S.E, incluye la
Educación Ambiental en las propuestas curriculares y la formación del profesorado y a
través de los Reales Decretos 1006/1991, 1007/1991 y 1345 se establecerán las
enseñanzas mínimas promulgadas por el Ministerio de Educación para posteriormente
aprobarse los Decretos andaluces que se convierten en el marco legal y único referente
educativo para el territorio andaluz: Decretos 107/1992; 105/1992 y 106/1992. Con el
instrumento legal que suponen dichos Decretos la Educación Ambiental está presente en
los distintos elementos que los conforman: objetivos, contenidos, metodología y
evaluación. Concretándose en dos dimensiones: en el propio contenido de los elementos
curriculares y en los criterios con los que se caracterizan cada uno de estos elementos.
3. Objetivos generales de la educación ambiental.
Los objetivos generales de la Educación ambiental fueron fijados por el Seminario
Internacional de Educación Ambiental celebrado en Belgrado en 1975, y prácticamente
ratificados por la Conferencia Internacional de Educación Ambiental en Tbilisi (1977;
cit. Giordan y Souchon, 1995). Son los que a continuación se citan: Conciencia: Ayudar
a las personas y a los grupos sociales a que adquieran mayor sensibilidad y conciencia
del medio ambiente en general y de los problemas conexos. Conocimientos: Ayudar a
las personas y a los grupos sociales a adquirir una comprensión básica del medio
ambiente en su totalidad, de los problemas conexos y de la presencia y función de la
humanidad en él, lo que entraña una responsabilidad crítica. Actitudes: Ayudar a las
personas y a los grupos sociales a adquirir valores sociales y un profundo interés por el
medio ambiente, que les impulse a participar activamente en su protección y
mejoramiento. Aptitudes: Ayudar a las personas y a los grupos sociales a adquirir las
aptitudes necesarias para resolver problemas ambientales. Capacidad de evaluación:
Ayudar a las personas y a los grupos sociales a evaluar las medidas y los programas de
educación ambiental en función de los factores ecológicos, políticos, económicos,
sociales, estéticos y educacionales. Y por último, Participación:
Ayudar a las personas y a los grupos sociales a que desarrollen su sentido de
responsabilidad y a que tomen conciencia de la urgente necesidad de prestar atención a
los problemas del medio ambiente, para asegurar que se adopten medidas adecuadas al
respecto.
Observamos que no hace sólo referencia al alumnado sino a todos los ciudadanos para
que se conciencien de la situación actual medio ambiental.
4. La educación ambiental en el currículo.
Para Novo (1995), la intencionalidad de los procesos educativos plantea la necesidad de
un referente complejo que dé cuenta de todas las variables e interacciones presentes en
tales procesos, a la vez que sirva de elemento orientador. Si a tal referente le
denominamos "currículo", entendemos que éste debería contener, al menos cinco
componentes básicos: Primero, aquellos que reflejan las tareas de planificación, gestión
e investigación del profesorado, relativas a su práctica docente; segundo, los que dan
cuenta del perfil socio-cultural y evolutivo de las personas que aprenden; tercero, los
que expresan las finalidades educativas y los modelos de enseñanza-aprendizaje
subyacentes al proceso; cuarto, los que describen el contexto (entorno físico y socio-
cultural) así como sus necesidades y posibilidades en el orden educativo; y quinto, los
que permiten comprender cuál es el clima de comunicación intra-sistémico (interno al
Centro Educativo) e inter-sistémico (relacionando al centro con el entorno).
Consecuentemente, en la medida en que cambie cualquiera de estos componentes,
variará sustancialmente el carácter del currículo, al resultar fundamental la relación de
todos ellos para el logro de un modo integrado y dinámico.
Del currículo nos interesa destacar tanto sus aspectos prescriptivos como los
descripitivos, de tal forma que, en conjunto, se configure como un verdadero plan de
acción cooperativa, en el que toda la comunidad educativa, abierta a los problemas y
posibilidades del entorno, encuentre un ámbito para la innovación, la investigación y la
reflexión.
En el área de la educación institucional debemos resaltar aquellos casos como el de
nuestro país, en que existen unas directrices curriculares generales dadas por la
Administración (Currículo Oficial). A este primer nivel de concreción sigue un
segundo, que corresponde a los Equipos Educativos de Centro, y se orienta a las
integración de las orientaciones generales con las peculiaridades, necesidades y
posibilidades de cada contexto geográfico y socio-cultural así como del grupo humano
que aprende. Es también a través de cada currículo como el Proyecto Educativo de cada
centro se explicita y se va convirtiendo en realidad.
En lo que compete a la educación ambiental, la necesidad de su incorporación al
currículo plantea la conveniencia de ir más allá de los simples "añadidos" de temas
ambientales a los contenidos. En opinión de Novo (1995:207): "El verdadero reto
consiste en integrarla en el sistema, lo cual significa desarrollar una acción que afectará
de lleno al conjunto curricular del modo en que lo haría cualquier innovación". Bajo
esta óptica, la educación ambiental se integra como un elemento dinamizador que obliga
al sistema curricular a ajustarse o reorganizarse de acuerdo con los principios
inspiradores de dicho movimiento educativo. La verdadera integración se produce
cuando se consigue ambientalizar el currículo, algo mucho más radical e innovador, que
afecta en alto grado al sistema en su globalidad; es decir, ajustar el currículo a los
principios éticos, conceptuales y metodológicos que inspiran la educación ambiental, de
modo que todo él responda a las exigencias y posibilidades de este movimiento
innovador.
La LOGSE en su Título Preliminar plantea una formación para la paz, la cooperación y
la solidaridad, al igual que la "formación en el respeto y defensa del medio ambiente".
Paralelamente en los Reales Decretos se expone cómo se incluye la educación ambiental
en el currículo. "El carácter integral del currículum significa también que a él se
incorporan elementos educativos básicos que han de integrarse en las diferentes áreas y
que la sociedad demanda, tales como la educación para la paz, para la salud, para la
igualdad entre los sexos, educación ambiental, educación sexual, educación del
consumidor y educación vial" (BOE de 13 de septiembre de 1991 para Educación
Primaria y Educación Secundaria).
Esta necesidad de incorporar perspectivas globales y directamente relacionadas con la
vida diaria, con aspectos fundamentales que vertebran nuestro hacer cotidiano en el
currículum, no podían convertirse en nuevas asignaturas o recursos didácticos, sino que
se transforman en principios didácticos que dan carácter a todo el currículum. Así la
educación ambiental surge como enseñanza transversal que impregna y dimensiona toda
toma de decisión respecto de cualquier elemento curricular.
La enseñanza transversal se define en el Libro Blanco (MEC, 1989) como aquellos
aspectos de especial relevancia social, que promueven la reflexión sobre unos valores y
creencias hoy en discusión y sobre los que es necesario y urgente tomar decisiones y
actuar tanto de forma individual como colectiva". La incorporación de la enseñanza
transversal como principio didáctico supone para el docente un tamiz para la lectura
crítica de objetivos, contenidos, relaciones comunicativas, metodología, etc., y esto
tanto a nivel de Diseño Curricular, como de Proyecto Curricular de Centro, propuesta de
Área, programaciones, adaptaciones, unidades didácticas, etc. Por lo que podemos
reconocer la educación ambiental como un tema transversal, por cuanto: No aparece
asociada a alguna área de conocimientos, sino a todas ellas en general; se presenta como
un movimiento innovador cuyos principios afectan al Sistema Educativo; gira en torno a
problemas que afectan al Sistema Educativo y el sistema social en su conjunto, en la
medida en que éstos se relacionan con otros sistemas (ecológicos, económicos, etc.).
La educación ambiental como tema transversal se orienta, no sólo a la comprensión y
correcta asimilación de las cuestiones ambientales, sino también a la necesidad de que
los alumnos desarrollen valores acordes con tales planteamientos y elaboren propuestas
alternativas orientadas a la toma de decisiones. Debe estar presente en todo el proceso
de desarrollo curricular no sólo en los contenidos, sino fundamentalmente como una
dimensión que, tomando como referente el Currículum Oficial y habiéndose explicitado
ya en el Proyecto Educativo, alcanza posteriormente a la totalidad del currículum. Como
sucede con los temas transversales en general, la educación ambiental plantea la
necesidad de que la comunidad educativa incorpore sus principios en todas y cada una
de las fases del desarrollo curricular, tanto a nivel de objetivos como de contenidos o de
metodología.
5. Orientaciones didácticas para la educación ambiental.
Las Orientaciones didácticas referentes a la educación ambiental (E.A) que vamos a
exponer están recogidas en el Programa Aldea de la Consejería de Educación de la Junta
de Andalucía. Vamos a tratar los diferentes niveles: Educación Infantil (Jiménez y
Domínguez, 1992), Educación Primaria (Cuello y Naranjo, 1992) y Educación
Secundaria (García y García, 1992). Con la estructura básica de: Objetivos; Contenidos;
Propuestas; y Evaluación.
5.1. Educación Infantil.
1. Objetivos:
Según el Decreto 107/1992 por el que se establecen las Enseñanzas para la Educación
Infantil en Andalucía, "los objetivos se entienden como las intenciones que orientan el
diseño y la realización de las actividades necesarias para la consecución de las grandes
finalidades educativas". Vamos a señalar de los 10 objetivos generales algunos de los
más significativos desde la óptica ambiental: Desarrollar una autonomía progresiva en
la realización de las actividades habituales por medio del conocimiento y dominio
creciente del propio cuerpo, de la capacidad de asumir iniciativas de la adquisición de
los hábitos básicos de cuidado de salud y el bienestar; observar y explorar su entorno
inmediato, para ir conociendo y buscando interpretaciones de algunos de los fenómenos
y hechos más significativos; e intervenir en la realidad inmediata cada vez más
activamente y participar en la vida de su comunidad.
2. Contenidos:
Se agrupan en tres grandes áreas de conocimientos y experiencias, que han de
considerarse a la hora de diseñar actividades globalizadoras de educación ambiental.
Centrándonos en el Ámbito de Conocimiento del Medio Físico y Social en relación con
la E. A. se contemplan los siguientes aspectos: la vida en sociedad; acercamiento a la
naturaleza; y acercamiento a la cultura; entre otros.
3. Propuestas metodológicas:
La elección de temas de estudios y experiencias para la E. A. en esta etapa infantil son
numerosas y muy atractivos de llevarlos a cabo, algunos de ellos son: La vida cotidiana;
la vida familiar de cada niño; noticias y acontecimientos significativos; y problemas
ambientales.
4. Evaluación:
Tiene un carácter procesual y continuo, reflejado de forma sistemática, en el desarrollo
de todo tipo de actividades, incluidas las no inicialmente previstas. La evaluación
constaría de análisis del propio proyecto, de cada uno de sus elementos: Objetivos;
contenidos; recursos; organización espacial y temporal; agrupamientos en el aula;
estrategias de enseñanza-aprendizaje; y el propio sistema de evaluación.
5.2. Educación Primaria.
En la etapa de Educación Primaria es posible desarrollar la E. A. dentro del nuevo
marco curricular al constituirse el área de conocimiento del medio como un referente
claro para la integración de la misma en el currículum escolar.
1. Objetivos:
Los objetivos tienen como función servir de referencia a las decisiones que se tomen en
los procesos de enseñanza-aprendizaje, indicando qué es lo que se quiere conseguir y
aportando claves sobre las decisiones metodológicas y organizativas para su desarrollo:
Investigar la dependencia que los seres vivos tienen respecto del medio para satisfacer
sus necesidades; investigar y valorar las dependencias de unos sistemas respecto de
otros y las repercusiones mutuas que se producen en ellos; iniciarse en el
reconocimiento de problemas ambientales y establecer hipótesis sobre las causas que las
producen y sus repercusiones; desarrollar la capacidad de intervenir en la gestión del
medio y en la solución de los problemas ambientales; iniciarse en el conocimiento y la
práctica de procedimientos y técnicas para conseguir información, ordenarla,
interpretarla y darla a conocer; desarrollar la capacidad de dar alternativas ambientales a
las actividades cotidianas; y por último, hacer de la clase, del colegio, un medio donde
las decisiones que tomen sobre su gestión y funcionamiento, sean coherentes con los
valores de una ética ambientalista.
2. Contenidos:
En el proceso de tratamiento de los contenidos de la E. A. en la etapa de Educación
Primaria, ha de seguirse tres pasos: Extraerlos y secuenciarlos; organizarlos; y por
último, presentarlos en el nivel de formulación adecuado.
Como criterio de secuenciación de los contenidos se propone una serie de premisas
orientativas: De lo estático a lo dinámico; de lo simple a lo complejo; y por último,
pasar de una percepción indiferenciada de lo existente a otra crecientemente
diferenciada y de ahí al inicio de una visión integradora.
3. Propuestas metodológicas:
En esta etapa se conjuga metodológicamente el tratamiento de fuentes informativas y la
posibilidad de admitir la validez de interpretaciones y teorías diversas sobre un mismo
conjunto de hechos propios de los social, con el registro experimental de datos y hechos
o la reproducción simulada de procesos y fenómenos propios de las ciencias
experimentales.
4. Evaluación:
En esta etapa el modelo aconsejable por las propias características de la misma, es el
cualitativo, atendiendo a su carácter sistémico, procesual y formativo.
De la amplia batería de técnicas que son factibles con el modelo cualitativo de
evaluación se aconsejan: La entrevista; el cuestionario; las escalas de observación; el
análisis de documentos; las grabaciones; los cuadernos de campo; los diarios; los
estudios de casos; la triangulación; el informe; etc.
5.3. Educación Secundaria.
El enfoque ambiental está presente en la concreción de los diseños curriculares de área y
de materia en los Decretos 1.007 y 1.345/91 sobre las enseñanzas Mínimas y el
currículo de Secundaria, y en su correspondiente Decreto 106/92 para nuestra
Comunidad Autónoma Andaluza.
En el área de las Ciencias, los objetivos, contenidos y criterios recogen la importancia
de insertar la E. A. en el currículo. Casi la totalidad del área de Ciencias incluye
contenidos específicos de E. A. y la representación de temas de los temas de estudio en
"medios naturales" es buena, aunque sin olvidar que los medios transformados por el
hombre son también imprescindibles para una concepción global y sistemática del
medio.
1. Objetivos:
Desarrollar la sensibilización ante las problemáticas ambientales, mejorando la
capacidad de plantearse problemas, de debatirlos, de construir opiniones propias y
dedefinir vías de intervención con respecto a los mismos, así como ser capaz de difundir
esas problemáticas y sus propuestas de solución. Adquirir conciencia de las posibles
incidencias de las propias actitudes y comportamientos habituales sobre el equilibrio del
entorno, al mismo tiempo, con opiniones propias, las repercusiones de impactos
importantes, de mayor escala, sobre el medio, como pueden ser vertidos industriales,
posibles accidentes nucleares, etc. Desarrollar actitudes de solidaridad entre los
habitantes de la tierra, a partir de la comprensión de las interconexiones existentes entre
los diversos medios del planeta. Valorar el patrimonio cultural como expresión de la
propia sociedad en que se vive, contextualizando esta valoración en relación con los
referentes de otras culturas, desde posiciones de relativismo y de respeto hacia las
diversas manifestaciones culturales.
Desde la perspectiva global de una ética ambientalista, mejorar la capacidad y las
posibilidades de aplicar los análisis, las actitudes y los comportamientos ambientales a
la vida cotidiana, "ambientalizando" tanto las actuaciones personales como,
especialmente, la dinámica del Centro de enseñanza, como entorno inmediato,
favoreciendo su integración en la sociedad.
2. Organización de los contenidos:
Los conocimientos de la E. A. deben tener un carácter de visión global del mundo,
metadisciplinar. Para ello se debe partir de una lógica cercana al pensamiento del
alumno y al contexto social donde vive, para posteriormente referirlos a una lógica más
general, propia de los grandes principios ideológicos y de la racionalidad científica.
3. Metodología:
Se propone un enfoque partiendo de los planteamientos de problemas y se sugieren
cuatro pautas metodológicas básicas para la posible solución de éstos: Primera, partir
del planteamiento y delimitación de algunas problemáticas de tipo ambiental; segunda,
contar con las concepciones de los alumnos con respecto al medio y a las problemáticas
ambientales; tercera, trabajar con nuevas informaciones en relación con las cuestiones
que se tratan; y por último, elaborar conclusiones y definir líneas de actuación en
relación con las problemáticas ambientales.
4. Evaluación:
Se concibe una evaluación como investigación, como proceso de seguimiento que nos
permite recopilar información para revisar y reformular nuestras actuaciones. La
evaluación, según ésta caracterización, se guía por una serie de principios orientadores:
De carácter continuo, atendiendo a los procesos más que al resultado final; una
evaluación cualitativa y explicativa y no cuantitativa y sancionadora, que nos permita
obtener informaciones e interpretaciones para entender mejor y valorar los procesos que
ocurren en el aula; y por último, la evaluación debe permitir la intervención de todos los
sectores de la comunidad educativa directamente involucrados en los procesos de
enseñanza-aprendizaje. Ello significa una contextualización de la evaluación en el
Centro y en el aula, adaptándose a las características de esa comunidad educativa y de
sus integrantes.
6. Conclusiones.
El Sistema Educativo plantea un desarrollo integral del sujeto. En esta formación, los
temas transversales aparecen en el currículum como una propuesta de actualidad en la
que el alumno ha de recibir un determinado conocimiento -dependiendo del nivel
educativo donde se sitúe-; así la "Educación Ambiental" como tal eje transversal, recoge
una serie de contenidos y orientaciones didácticas para que el profesorado pueda
asesorar al alumnado y éstos se impliquen en los problemas ambientales que se plantean
en la sociedad actual.
7. Referencias Bibliográficas.
Conferencia Internacional de Educación Ambiental en Tbilisi (1977). En GIORDÁN,
A. y SOUCHON, C. (1995). La educación ambiental: guía práctica. Madrid: Serie
Fundamentos. Colección Investigación y Enseñanza.
CUELLO y NARANJO (1992) en Programa de Educación Ambiental: ALDEA. Junta
de Andalucía: Consejería de Educación y Ciencia; Consejería de Cultura y Medio
Ambiente y Agencia del Medio Ambiente (1992).
Decretos 9 de junio de 1992, 107/1992, 105/1992 y 106/1992, referente a la Educación
Infantil, Educación Primaria y Educación Secundaria, respectivamente, de las
Enseñanzas correspondientes. (BOJA 20 de junio de 1992, nº 56).
JIMÉNEZ y DOMÍNGUEZ (1992) en Programa de Educación Ambiental: ALDEA.
Junta de Andalucía: Consejería de Educación y Ciencia; Consejería de Cultura y Medio
Ambiente y Agencia del Medio Ambiente (1992).
GARCÍA y GARCÍA (1992) en Programa de Educación Ambiental: ALDEA. Junta de
Andalucía: Consejería de Educación y Ciencia; Consejería de Cultura y Medio
Ambiente y Agencia del Medio Ambiente (1992).
NOVO, Mª (1995). La educación ambiental: bases éticas, conceptuales y
metodológicas. Madrid: Universitas, S.L.
R. D. 1006/1991; R. D. 1007/1991 y R. D. 1345 por los que se establecerán las
enseñanzas mínimas promulgadas por el MEC.
RICO VERCHER, M. (1996). Educación ambiental: diseño curricular. Madrid: Cincel.
Seminario Internacional de Educación Ambiental celebrado en Belgrado (1975).
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