La Panera REVISTA MENSUAL DE ARTE Y CULTURA I Distribución gratuita. Prohibida su venta. 75 SEPTIEMBRE 2016 INTENSA EXPERIENCIA PARA TODOS LOS SENTIDOS ATTILA NAGY «PARIS DE NUIT» La Panera ÚNETE A NUESTRA COMUNIDAD: [email protected] 6 Artes Visuales 8 Las manifiestaciones del Arte Contemporáneo en la antigua Yugoslavia La adoración al cuadro más robado de la historia Patrimonio Platería, la puerta de entrada a la cosmogonía Mapuche 14 16 Cine Dos estrellas de Hollywood celebran sus cien años en plena salud 18 Ciro Guerra y la maduración del cine colombiano Música Sobre los misterios que aún rondan la muerte de san Kurt Cobain 20 22 A diez años de la partida del genio loco que fundó Pink Floyd 24 El nuevo sonido continuo y abstracto de Javier Barría Arquitectura 28 30 Bienal plantea un retorno crítico a los valores y principios locales El encuentro que originó el primer grupo artístico-intelectual de Chile Cómic Dos obras que cambiaron la industria del cómic 32 Literatura Los aspectos más significativos que atormentan el alma enamorada 36 40 Gestión Cultural El «Libro Negro del Emprendedor», de los errores se aprende Destinos Visita a Spring, el restaurant que hoy encanta a los londinenses 42 28. BIENAL DE ARQUITECTURA DE VENECIA 2016. El pabellón chileno exhibe la muestra «A Contracorriente», en la que se presentan 15 proyectos diseñados por estudiantes de la Universidad de Talca. Fotos: Gentileza Bienal de Arquitectura (oficina de prensa) PERIÓDICO MENSUAL DE ARTE Y CULTURA EDITADO POR LA CORPORACIÓN CULTURAL ARTE+ Presidenta Patricia Ready Kattan Directora General Susana Ponce de León González Directora de la sección Artes Visuales Patricia Ready Kattan Editora Jefa Susana Ponce de León González Coordinadora Periodística Pilar Entrala Vergara Dirección de arte Rosario Briones Rojas Diseño Rosario Briones Rojas Asistente de diseño Simoné Malacchini - Bernardita Espinoza Colaboradores Sandra Accatino - Jessica Atal - Daniel Canala-Echevarría - Grace Dunlop Pilar Entrala - María Teresa Herreros - Victoria Jiménez - Miguel Laborde - Pamela Marfil Andrés Nazarala - Edison Otero - Paola Pino - Marietta Santi - Juan José Santos - Gonzalo Schmeisser Ignacio Szmulewicz - David Vera-Meiggs - Rafael Valle - Antonio Voland Ilustradores Alfredo Cáceres - Rodrigo Díaz Corporación Cultural Arte+ Espoz 3125, Vitacura, Santiago de Chile. Fono +(562) 2953-6210 Representante Legal Rodrigo Palacios Fitz-Henry Imprenta Gráfica Andes Servicios Informativos Agence France-Presse (AFP) 44 Observatorio Chile, dos seres en uno tratando de convivir sin despedazarse LA PANERA se distribuye en todo Chile y, con el Patrocinio de la Dirección de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores (Dirac), se hace presente en varios puntos del extranjero (embajadas, agregadurías culturales, consulados y otros). A través de la empresa HBbooks llega a las bibliotecas de las universidades de Harvard, Stanford, Texas (Austin), Minnesota y Toronto, y del Ibero-Amerikanisches Institut (Berlín). Además, la Biblioteca Kandinsky del Centro Pompidou de París la ha incorporado a su catálogo oficial. Y también está disponible en las bibliotecas de la National Gallery de Londres, de los museos Tamayo de México, Thyssen-Bornemisza y Reina Sofía de Madrid, y de la Internationella Bibliote ket de Estocolmo. Premio Nacional de Revistas MAGs 2013, categoría Mejor Reportaje de arte, entretenimiento, gastronomía, tiempo libre, espectáculos; y Premio Nacional de Revistas MAGs 2012, categoría Mejor Reportaje de turismo, viajes y fomento a la cultura chilena, otorgados por la Asociación Nacional de la Prensa. 20 mil ejemplares de distribución gratuita. Vea la versión digital de LA PANERA en www.galeriapready.cl www.lapanera.miracultura.cl dirac.minrel.gov.cl Contacto comercial: Evelyn Vera ([email protected] / T.: +56 9 9318-4534) Suscripciones: Roxana Varas Mora ([email protected]) LAS OPINIONES VERTIDAS EN ESTA EDICIÓN SON DE EXCLUSIVA RESPONSABILIDAD DE QUIEN LAS EMITE. El Arte de Mirar «El taller del artista. Alegoría real que resume siete años de mi vida artística (y moral)», óleo sobre tela, 1854-1855,539 x 598 cm., Museo de Orsay, París. GUSTAVE COURBET El taller del artista. Alegoría real que resume siete años de mi vida artística (y moral) (Museo de Orsay, París, 1854-1855) En la tela que el pintor expuso en 1855 en el Pabellón del Realismo, aparecen los personajes y los hechos que marcaron su vida durante los siete años que transcurrieron entre la Revolución de 1848 y el final de la Segunda República. “Es bastante enigmático –escribió el mismo artista– obligará a los espectadores a adivinar”. POR SANDRA ACCATINO A L CENTRO DE LA PINTURA, a escala real, Gustave Courbet (1819-1877) aparece sentado y de perfil, con el brazo derecho extendido, pintando un paisaje. A su lado, lo observan un niño con suecos y una modelo desnuda, con sus ropas en el suelo. Un gato blanco extiende, en un juego especular con la pose del artista, su pata hacia una pelota o un cascabel. Quizás porque esta es la zona más iluminada de la pintura, el pintor Eugène Delacroix escribió en su «Diario» que, en ese espacio de clausura que es el taller, el cielo azul pintado en el lienzo aparecía extrañamente como lo más real. Más allá de la tela, hacia los lados, los personajes pierden su consistencia y nitidez, como si habitaran antes una dimensión del pensamiento que la realidad. Aunque están ahí, Courbet parece no verlos. En una carta de 1854, el artista le escribió al crítico y novelista Jules Champfleury que los veintisiete personajes ubicados en ambos extremos de la pintura representan al “mundo, que viene a mí para ser pintado”. A la derecha están “los amigos, los trabajadores, los aficionados al mundo del arte… personas que me sirven en mi idea, que participan en mi acción”. En ese grupo, Courbet incluyó al mismo Champfleury, a su amigo y comitente Alfred Bruyas, al filósofo Pierre-Joseph Proudhon, a otros amigos socialistas y al poeta Charles Baudelaire ensimismado en la lectura, en el margen derecho del cuadro. A la izquierda, en cambio, representó a “los otros, los que llevan una existencia banal, el pueblo, la miseria, la riqueza, los explotados, los explotadores, las personas que viven de la muerte”. Hay un hebreo, un comerciante de telas, un sacerdote, un payaso, un jugador, trabajadores, una mendiga. En el suelo, una calavera sobre un diario, una referencia a una frase de Proudhon –“los periódicos son cementerios de ideas”– y también una daga, un sombrero con pluma y una mandolina, vestigios del arte romántico, tan irreal como el arte fomentado por la Academia de Bellas Artes, representado por el maniquí en pose de martirio. La Academia, que participó en 1855 en la gran Exposición Universal de París, rechazó exponer en el Palacio de Bellas Artes «El atelier del artista» y el «Entierro en Ornans», otra pintura de grandes dimensiones que el artista había pintado unos años antes. Courbet instaló entonces, frente al palacio, el Pabellón del Realismo, una tienda en la que expuso éstas y otras telas. Muchas de las pinturas expuestas eran autorretratos, tal como el mismo Courbet reconoció en la breve declaración que entregaba a los visitantes, tras el pago de la entrada: “Quise simplemente alcanzar el perfecto conocimiento de la tradición y el sentimiento razonado e independiente de mi individualidad”, escribió. Su esfuerzo, sin embargo, pasó casi inadvertido. A pesar de haber rebajado el valor del ingreso, el pabellón no tuvo el impacto en las críticas y en las ventas que el pintor esperaba. Desdeñado hasta por los caricaturistas y arrumbado en una bodega, «El taller del artista», que nació como un manifiesto del Realismo, acabó –antes de convertirse en 1920 en una pieza de museo– como telón de fondo en un teatro de aficionados. SANDRA ACCATINO es académica del departamento de Arte de la Universidad Alberto Hurtado. Ha publicado diversos capítulos de libros, artículos y ensayos sobre pintura europea, arte de la memoria, coleccionismo y artistas chilenos contemporáneos. Artes Visuales LA ADORACIÓN A LA «ADORACIÓN DEL CORDERO MÍSTICO» NICOLAS MAETERLINCK / BELGA MAG / BELGA POR JUAN JOSÉ SANTOS M. ¿P or qué es tan codiciado este cuadro? ¿Por representar el paso de la Edad Media al Renacimiento en la pintura? Puede, aunque esta afirmación sea algo exagerada. Sin duda, los avances se confirman con rotundidad en estos óleos: las tres dimensiones entran en el formato gracias a los avances de perspectiva. Se gradúa la pintura al óleo (que algunos calificaron como resultado de alquimias mágicas), pero no fue patente de los Van Eyck: ya se utilizaba desde tiempos bizantinos. Las mejoras en la preparación del soporte y en la variación de los estratos de color aplicados logran un esplendor cromático hasta entonces nunca vistos. Todos estos aspectos que elevan la obra y la sitúan en un puesto de relevancia en la Historia del Arte se unen a otros más esotéricos, como simbologías crípticas, referencias veladas y mensajes ocultos. En realidad, no es una sola obra, sino dos polípticos compuestos por 8 y 12 tablas al óleo, uno abierto y otro cerrado. En el cerrado, de ocho piezas, aparecen las figuras del profeta Zacarías, la sibila Eritrea, la sibila Cumana, el profeta Miqueas, e inscripciones relativas a la Venida de Cristo. En el plano central, la «Anunciación», con dos imágenes de una estancia; “Ajimez, con vista de ciudad flamenca” y “Nicho con toalla, escalfador y jofaina”. En la zona inferior, el donante Joos Vyd, San Juan Bautista y San Juan Evangelista, como estatuas de mármol, y la esposa del donante, Isabella Borluut. En el abierto, de 12 piezas, Adán, Eva, los 6 I La Panera El cuadro de Van Eyck es el más robado de la historia: trece veces. Ha sido tres veces botín de guerra, codiciado por Napoleón, por Hitler, escondido en una mina de sal, amputado, quemado, falsificado, censurado, vendido en el mercado negro. GANTE, BÉLGICA El obispo Luc Van Looy, junto al rey Philippe y la reina Mathilde de Bélgica observan «La Adoración del Cordero Místico» (1432), de Jan y Hubert van Eyck, en la Catedral de San Bavón (16 de octubre de 2013) Jueces Íntegros, los Caballeros de Cristo, los eremitas y los peregrinos, y la famosa escena de «La Adoración del Cordero Místico». El Cordero emana sangre que es recogida en una copa, que ha sido relacionada con el Santo Grial. Esa imagen es una exaltación al redentor, empezando por los profetas y las sibilas que predijeron su venida. Frente al altar, la fuente de la vida, de la que brota un río en cuyo lecho hay piedras preciosas. El Cordero como metáfora del arte. La fuente, con las piedras preciosas, metáfora de la riqueza que se vincula al arte. Y la obra en conjunto, alegoría del mundo del arte. Quizás podamos interpretar de esta manera la Adoración de Van Eyck, en vista de las interminables vicisitudes que ha sufrido a lo largo de la historia. Muchas de ellas recopiladas por Noah Charney en su libro «Los ladrones del Cordero Místico». Artes Visuales IGNACIO SZMULEWICZ R. ARTE CONTEMPORÁNEO EN LA ANTIGUA YUGOSLAVIA POR IGNACIO SZMULEWICZ R. El país que fue E sta es la historia de un país que existió. Sus límites, difundidos en cartografías, se rompieron y desaparecieron. Sus fronteras acogieron la guerra como la solución para separarse los unos de los otros. Y después vino la nostalgia del país que fue. A principios del siglo XX, un grupo de pequeños reinos, dominados constantemente por las fuerzas de imperios mayores –romano, otomano, austro-húngaro– consolidó una hermandad. Esa unión fue bautizada como “el país de los eslavos del sur” o simplemente Yugoslavia. La euforia posterior a la Segunda Guerra fue comandada por un líder inigualable: Josip Broz Tito. El caudillo dirigió al país por la 8 I La Panera senda del socialismo durante cuatro décadas. Eligió amistades donde otros no se interesaron (Non-Aligned Movement) y cerró sus puertas a los aliados que reclamaron su lealtad (Stalin). De las cenizas de las guerras nació un país que soñaba con un destino moderno. Sus ciudades vieron crecer entornos habitacionales que le dieron la fisonomía a la sociedad naciente. Cuando esa euforia decantó vio la luz el horror colectivo. El estupor frente a los asedios y las limpiezas étnicas, la memoria del pasado utópico o el nacionalismo imperante son los elementos que le dan sentido a la sensibilidad del arte contemporáneo en el país que fue Yugoslavia. El salón del Museo de Arte Contemporáneo Ars Aevi, en Sarajevo, incluye obras de artistas, curadores y teóricos afianzados por una sed de conexión, movilidad y crítica. IGNACIO SZMULEWICZ R. IGNACIO SZMULEWICZ R. Colección del Museo de Arte Contemporáneo de Zagreb. A la izquierda, obra de Tomislav Gotovac. Abajo: Vista exterior del Museo de Arte Contemporáneo de Zagreb. A la derecha, el Museo de Historia de Yugoslavia. ENTRAR EN BOSNIA ES ABANDONAR Para penetrar en esa sensibilidad resulta esencial visitar tres ciudades: Zagreb, Sarajevo y Belgrado. Cada una presenta una imagen distinta respecto de una historia compartida y dividida. De norte a sur, las tres son transparentes en señalar sus diferencias o similitudes: más cerca o más lejos de la Unión Europea, del conflicto bélico reciente, del pasado oriental o del nacionalismo. Zagreb es la más austera y recatada de las tres. Silenciosa de día y de noche, tiene todas las piezas de una escena artística bien consolidada. Una de las mejores colecciones de la zona se puede visitar en el Museo de Arte Contemporáneo. Rodeado de grandes complejos de viviendas sociales, el monumental espacio entrega una experiencia sobrecogedora al espectador. Al pasar sus frías puertas y angostos pasillos se puede encontrar una abarcadora muestra del arte de la ex–Yugoslavia, con especial atención a Croacia, desde los años 20 en adelante. El recorrido se inicia con el Grupo Gorgona, pasando por el Grupo de los Seis Artistas, hasta llegar a las manifestaciones más actuales. El lugar central del arte crítico de los sesenta, setenta y ochenta es fundamental. El conjunto de piezas de Tomislav Gotovac, Braco Dimitrijevic, Sanja Ivekovic, Vlado Martek, Dalibor Martinis o Ulrike Rosenbach entrega una panorámica sin parangón respecto de esa fuerte tradición de crítica institucional, performance, activismo y feminismo, con un bagaje de experimentación en términos de lenguaje: nuevas tecnologías, arte conceptual, procesual y colaborativo. Una vista a vuelo de pájaro demuestra la paradojal presencia de dos aspectos: el cuerpo en el espacio público como una manera de manifestar disidencia en un entorno de control a la libertad de expresión (Gotovac); y el gesto, el color y el humor como superación del blanco y negro de una sociedad unidireccional (Ivekovic y Martek). EUROPA. SUS CARRETERAS PARECEN HABERSE OLVIDADO DE LA MARCHA DEL PROGRESO. AL CENTRO DEL PAÍS, UNA URBE COMO NINGUNA. IGNACIO SZMULEWICZ R. Historia de tres ciudades El tiempo detenido La esperanza de que algún día este acervo pueda alojarse en unas paredes libres de agujeros de balas parece nublar el juicio respecto de la relación entre las obras, de su densidad formal y experimental y, a la vez, sucumbe al canon más establecido del arte internacional. Entrar en Bosnia es abandonar Europa. Sus carreteras y vías férreas parecen haberse olvidado de la marcha del progreso. Al centro del país, una ciudad como ninguna. Atrapada por sus montañas, lugar escogido para los snipers del ejército serbio durante el asedio, Sarajevo vibra en sus calles sólo para demostrarle al mundo las marcas de su antiguo encierro. Los senderos de los bosques se encuentran cubiertos por una tupida plantación de minas antipersonales que dejaron los invasores. Las colinas han sido consumidas por la voraz naturaleza que incluso ha engullido los pesados monumentos que dejara Tito –por ejemplo, el de la II Guerra Mundial. Sarajevo entrega la apariencia de una ciudad que lucha día a día por empujar las pesadas manillas de un reloj congelado. La manifestación más loable de ese ejercicio lo entrega el Museo de Arte Contemporáneo Ars Aevi. Ubicado en el antiguo conjunto de las Olimpiadas de Invierno de 1984, este peculiar museo se ha encargado de mantener viva la imperceptible llama del arte contemporáneo. En su interior, se puede encontrar una colección repleta de donaciones realizadas durante y después de la guerra –su símil es el Museo de la Solidaridad Salvador Allende. A diferencia de su homónimo en Zagreb, el Ars Aevi carece de un relato bien consolidado. Se trata de la presentación de lo momentáneo, de un deseo de poder asentarse en un terreno sólido cuando las arenas siguen siendo movedizas. Quizás por eso mismo, el único desarrollo de los últimos años es el proyecto de Renzo Piano y el puente peatonal que cruza el río Miljacka, acercando dos planos de una historia marcada por el asesinato del heredero al trono del Imperio Austro–Húngaro. La colección del Ars Aevi incluye excelentes piezas de Michelangelo Pistoletto, Joseph Beuys, Danica Dakic, Jusuf Hadzifejzovic, Birgit Jürgenssen, Komar & Melamid, Sandor Pinczehelyi, entre muchos otros. La esperanza de que algún día este acervo pueda alojarse en unas paredes libres de agujeros de balas parece nublar el juicio respecto de la relación entre las obras, de su densidad formal y experimental y, a la vez, sucumbe al canon más establecido del arte internacional. “Quien lleva toda su vida a su mujer sobre la espalda, cuando la deja en el suelo, dice: ¡Estoy fatigada!”, Proverbio yugoslavo. La Panera I 9 IGNACIO SZMULEWICZ R. Artes Visuales ALEJADOS DEL PODER POLÍTICO SE PUEDEN ATISBAR LOS SIGNOS DEL PASADO: EL MUSEO DE HISTORIA DE YUGOSLAVIA; Mural del colectivo KURS de Belgrado. LA ZONA HABITACIONAL DEL NUEVO BELGRADO; LAS CALLEJUELAS ANTIGUAS DEL ZEMUN AUSTRO-HÚNGARO. SIN EMBARGO, EL FUERTE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO SE ENCUENTRA EN EL CENTRO DE LA CIUDAD. La frontera oriental Belgrado es la ciudad de la región que ha abrazado una nueva apariencia sin renunciar del todo a su antigua. Sin importarle en demasía el letargo en que ha caído su Museo de Arte Contemporáneo, la escena se ha consolidado producto de la comparecencia de espacios de artistas jóvenes. Independiente de todo yugo institucional, el arte en Belgrado se ha sumado al discurrir impulsivo de una ciudad más allá de la frontera del área Schengen. La vida discurre ágilmente en una metrópolis que contiene todos los ritmos del acelerado mundo neoliberal: los emprendimientos económicos recientes (Belgrade Waterfront) han causado resquemor en la parte de la comunidad que recuerda con alegría el socialismo, provocando una oleada de manifestaciones. Belgrado no es una apacible ciudad de Europa, ubicada al centro de los Balcanes, se asemeja a Estambul por su frenesí. Alejados del poder político se pueden atisbar los signos del pasado: el Museo de Historia de Yugoslavia; la zona habitacional del Nuevo 10 I La Panera DEANA PETROVIC / U10 ART SPACE U10 ART SPACE IGNACIO SZMULEWICZ R. Obra de Nemanja Nikolic, de la Galería U10. A la derecha, proyecto de Maja Ciric, Vladan Jeremic y Rena Raedle. Abajo: «Osvrti i Zapazanja», de Svetlana Radenkovic; «Space Opera», de Milica Kolaric. Belgrado; las callejuelas antiguas del Zemun austro-húngaro. Sin embargo, el fuerte del arte contemporáneo se encuentra en el apretado y convulsionado centro de la ciudad. Las galerías Remont, U10, el Salón del Museo de Arte Contemporáneo, forman un circuito que incluye obras de artistas, curadores y teóricos afianzados por una sed de conexión, movilidad y crítica. Dos vertientes dominan el debate del arte joven en Belgrado: una que busca cuestionar la construcción de la memoria reciente y otra que incorpora los signos de la globalización. Los representantes de la primera son el colectivo Kurs (Milos Miletic & Mirjana Radovanovic), el proyecto curatorial de Maja Ciric, Vladan Jeremic y Rena Raedle, las piezas de Valentina Brkovic & Sandra Stojanovic. En la otra vereda se encuentra el trabajo de Nemanja Nikolic, Marija Sevic, Iva Kuzmanovic y Milan Antic. Si de anomalías se trata, es posible encontrar proyectos que abordan temáticas tan lejanas como las de Latinoamérica en las obras de Lidija Delic o de Isidora Krstic. Todos los rincones de esa región buscan o bien exaltar los signos de la separación actual o bien esconder las señales de la unificación pasada –el monasterio serbio ortodoxo de Decan en Kosovo es un ejemplo de esa paradoja–. El arte contemporáneo sigue luchando por instalar las temáticas de la memoria, la historia política y la crítica social. Las grandes muestras colectivas que se han realizado sirven para aglutinar una imagen de esta zona. «Body and the East», «NSK. From Kapital to Capital» o «Socialism and modernity» han servido para levantar nuevas genealogías donde el fragmento y la ruptura han sido las claves dominantes para interpretar el país que fue Yugoslavia. Cuadro viviente NICOLAS MAETERLINCK / BELGA / AFP Y a partir de aquí comienza el sufrimiento eterno del Cordero. Fue motivo de anécdotas curiosas, como la representación como cuadro viviente con ocasión de la llegada a Gante de Felipe el Bueno (1458), impresionó e influenció a Durero (1521), fue mandado copiar por Felipe II, que no tenía suficiente dinero para adquirirlo (1557), retirado al palacio municipal de Gante, para esconderlo de la furia iconoclasta de los calvinistas (1566), retornado a la Catedral (1584) y restaurado por primera vez (1663), censuradas las tablas de Adán y Eva por mandato de un escandalizado emperador José II (1781), los cuatro elementos centrales del interior fueron víctimas de la codicia de Napoleón, y acabaron en París como parte del botín (de 1794 a 1816), los postigos fueron vendidos por los administradores de la catedral al Museo de Berlín, y tras ser restituidas a Gante, las tablas centrales sufrieron daños durante un incendio (1822), y los paneles de los primeros padres comprados por el Museo de Bruselas (1861). Iohannes arte secundus La primera duda aparece ya en el origen. Quién es el autor. Hubert van Eyck es una figura que, para muchos especialistas, es más inventada que real. Pero fiémonos de las fuentes oficiales. Hubert nació en Masseik en 1366, y se estableció en Flandes, huyendo del bélico ambiente de su región natal. Fue pintor del ducado de Borgoña, y allí se fue instalando como pintor avezado. En 1425, las autoridades de Gante pagan dos bocetos para un cuadro, van a su taller, y conceden una gratificación a sus ayudantes. Es el documento que acredita que quien comenzó a pintar «La Adoración del Cordero Místico» fue él. Sus primeros resultados son interrumpidos por la muerte, en 1426. A partir de entonces, es su discípulo y hermano, Jan van Eyck, quien continúa con la obra de su mentor. Así aparece escrito en una inscripción en el marco de una de las tablas: “(pictor) Hubertus Eyck maior quo nemo repertus/Incepit pondusq(ue) Iohannes arte secundus/(perfeit letus) Iodici vyd prece fretus/Versv sexta maivos collocat acta tueri”. Si aislamos las letras pintadas en rojo del ultimo verso: vvxivllccu, obtenemos la fecha 1432, cuando fue acabado el trabajo. La traducción quedaría entonces así: “El pintor Hubert van Eyck, del que jamás se conoció otro mayor, comenzó esta obra; Jan, segundo en el arte, la terminó a instancias de Joos Vyd, (que) el 16 de mayo (1432) os invita con este verso a contemplar la obra”. El crítico Renders afirma que los versos son una falsificación del siglo XVII, pero exámenes paleográficos posteriores la autentificaron. Aunque el políptico –parece confirmado– se hizo a dos manos, existe una clara armonía cromática e iconográfica. Por mucho que Jan van Eyck fuera considerado “segundo en arte”. El 6 de mayo de 1432, el Cordero es colocado en la Catedral de SanBavón, en Gante. El lado oscuro Dichos paneles volvieron a sufrir la censura en el siglo XIX, y los desnudos de Adán y Eva fueron sustituidos por reproducciones vestidas realizadas por el pintor belga Victor Lagye. En 1934 desaparece la tabla con los jueces íntegros, suplidos por una copia hecha en 1945 por el conservador del Museo de Bellas Artes de Bruselas, Jef van der Veken, pintor especializado en los maestros flamencos del siglo XV. Van der Veken firmó en el reverso con este escrito: “Lo hice por amor / y por deber/ Y para resarcirme / tomé prestado / del lado oscuro”. Hitler (quien creía que el cuadro escondía un mapa oculto que le llevaría al Santo Grial), Goering y Goebbels se enamoraron de la obra y durante la Segunda Guerra Mundial, junto a otras siete mil obras de arte, la escondieron en una mina de sal. Fueron rescatadas por la unidad Monuments, Fine Arts, and Archives program o Monuments Men, en una acción comandada por el general Ike Eisenhower, y devuelta a Bélgica de manera triunfal. Actualmente está en restauración, y tiene prevista su “nueva venida” para el 2017. El Cordero seguirá sacrificándose por nosotros, y la fuente seguirá emanando vida y riquezas. Y los jueces íntegros, perdidos. “Si me dan lo que quiero soy mansito como un cordero”, refrán popular. La Panera I 7 Exposiciones Destacadas LA EMERGENCIA DEL POP Museo de la Solidaridad Salvador Allende (República 475. Teléfono: 22689-8761). Hasta el 25 de septiembre. POR IGNACIO SZMULEWICZ R. Nos hemos acostumbrado a considerar que los colores saturados, las líneas certeras o la asociación con la gráfica pueden ser esclarecidos con el adjetivo de Pop. Poco sabemos respecto de su historia como sustantivo. Sus orígenes estuvieron marcados por una ampliación técnico-material, un nuevo campo de referencias iconográficas y por una valoración inquietante de la superficialidad, la repetición y la literalidad. Todo esto en una sociedad post II Guerra Mundial, cuyo centro estético había girado desde Fausto a Superman, de Otelo a Kowalski y de la Quinta Sinfonía a The Beatles. La muestra «La emergencia del pop. Irreverencia y calle en Chile», curada por Soledad García Saavedra y Daniela Berger, busca presentar las diferentes aproximaciones que se dieron desde la segunda mitad de los sesenta respecto de la cultura de masas y el entretenimiento. Con esa clave, el equipo curatorial ha seleccionado obras de gran calidad, bajo una mirada crítica y un relato articulado en un entorno museográfico excepcionalmente bien cuidado. Del cuerpo general de artistas, que incluye a Francisco Brugnoli, Guillermo Núñez, Carlos Flores hasta Guillermo Deisler, tres series dejan al espectador anonadado: los objetos de Valentina Cruz, los textiles de Virginia Errázuriz y las pinturas de Cecilia Vicuña. Aunque se trate de artistas emblemáticas para el arte chileno, vale la pena constatar que su lugar aún no se encuentra suficientemente estudiado ni valorado. Valentina Cruz instala tres obras esenciales, donde la relevancia del cuerpo, su fragmentación, reproducción, contorsión y puesta a disposición en una modalidad médica, ante- cede todos los debates sobre la crisis del humanismo. De Virginia Errázuriz se incluye una serie de textiles de cuerpos representados en una técnica tradicional que ha sido subvertida por una acción ágil, libre y poco convencional. La libertad expresiva introduce importantes modificaciones al proyecto de industrialización del país. Finalmente, Cecilia Vicuña abraza la complejidad iconográfica como una manera de sobrepasar el debate pictórico en una época de abstractos geométricos (Vergara Grez o Poblete) y expresivos (Balmes, Barrios, Pérez y Bonati). «La emergencia del pop…» es una muestra de menor escala pero de gran ambición. Su tono es políticamente incorrecto. Al espectador no le será difícil reconocer la relevancia de estas creadoras para replantear la convulsionada década de los sesenta; los cambios en los roles de género, la modernización industrial, las nuevas iconografías y la subversión política son sólo algunos de los asuntos que pueden atisbarse en la obra de esas creadoras. La figuración crítica y experimental será fundamental para las generaciones posteriores: desde Dávila, Leppe, Altamirano, Benmayor, Truffa+Cabezas, hasta Oyarzún (la Nelly Richard de «La cita amorosa»). En síntesis, y a diferencia de Europa, las imágenes de la cultura de masas llegaron mezcladas del ferviente ánimo de independencia cultural y económica que animaba la cueca posterior al asalto al cuartel Moncada. Cuando la aceptación de esa cultura ha pasado por terapias de shock, las obras reunidas en «La emergencia del pop» permiten volver a escuchar los sonidos de los calurosos debates de antaño. COLECCIÓN MAC: FUNDACIONAL Museo de Arte Contemporáneo (Parque Forestal. Teléfono: 22977-1755). Hasta el 16 de octubre. POR IGNACIO SZMULEWICZ R. El Museo de Arte Contemporáneo, sede Parque Forestal, presenta una muestra extraña, por decir lo menos. Su objetivo: aventurarse en el escenario artístico que antecede a su fundación, en 1947. El conjunto incluye piezas de gran relevancia junto a otras totalmente secundarias, organizadas secuencialmente en un montaje lineal, excesivamente decimonónico y con escasa información contextual e histórica. El resultado: una absoluta decepción. En un momento de crisis de nuestras instituciones culturales, parece que los escasos gestos políticos, como la apertura de un pasillo que une al MAC con el Museo Nacional de Bellas Artes, tuviesen un nulo reflejo en relaciones fructíferas. Una vez más el ego y la premura se vuelven armas de lucha. Luego del emblemático proyecto del Catálogo Razonado, el MAC la emprende sin pudor con las cartas de ciudadanía de su vecino, el MNBA. Y, ¿por qué no? ¿Qué más da? Vivimos en un mundo de escasa solidaridad, de conversaciones sordas y emprendimientos mezquinos. Mientras Francisco Brugnoli, su director, se empecinó en criticar al pequeño proyecto del Consejo de la «Niña Rosa», Henriette Petit; «Altar de la Muerte», María Izquierdo; «Bosques», José Perotti; y «En el mercado», Maruja Pinedo. Cultura en Cerillos por falta de consulta, su propio local sobrevive como caballo de carreras respecto de su siamés. Lo mismo vale para el otro lado. ¿Qué ha hecho el MNBA para vincular sus muestras “contemporáneas” con el acervo intelectual y con el público del MAC? ¿Será necesario para hacer las pases un revival local de la famosa cinta «The straight story», de David Lynch? «Colección MAC: fundacional», título de la mencionada exposición, entrega algunas notas altas. La presencia fenomenal de artistas como Ximena Cristi, Olga Morel, Maruja Pinedo, Lily Garafulic, Henriette Petit o María Izquierdo, entre otras. Excepcionales son las telas «El organillero», de Alfredo Aliaga, sin fecha; «Paisaje», de Pedro Luna, sin fecha; «Altar de la Muerte» (1944), de María Izquierdo; «La riña», de Arturo Gordon, sin fecha; y «Bosques» (1930-1934), de José Perotti. Lamentablemente, al espectador se le ha hecho agua la boca con tanta pregunta que no tiene el menor atis- bo de respuesta. A las más básicas –¿quiénes son estos artistas y cuál es su lugar en la historia del arte?– se le superponen otras de mayor complejidad: ¿qué sucede con las preguntas por el género, por la representación del poder, por los inicios de la abstracción, la cita a la historia del arte, los contactos y cruces latinoamericanos? Ninguna ha llamado la atención del Museo y su mayor error es excluir de su museografía todos los estándares, señas y problemas que plantea una institución de corte “contemporáneo”. Todos los desarrollos historiográficos de los últimos años no han tenido la mínima repercusión en la puesta en escena de las obras. Las antiguas y olvidadas palabras del crítico de arte Antonio Romera son fácilmente aplicables al conjunto expuesto en el MAC y el rótulo de Academia de Bellas Artes en su frontón de ingreso a ratos pesa mucho más que la declarada función “contemporánea”. Para la renovación, el cambio o la actualización, aún habrá que esperar. La Panera I 11 Miscelánea El cuchillo es el utensilio más utilizado por nuestra especie y sin cuya invención jamás habríamos conquistado la cadena alimenticia ni se hubiesen generado cambios decisivos en nuestra fisonomía. TECNOLOGÍA “DE PUNTA” En 1925, el arqueólogo Howard Carter encontró dos dagas: una de hierro y otra con una lámina de oro, dentro de la envoltura de la momia de Tutankamón. En el escritorio de todo calígrafo no podía faltar la “cortaplumas”, que -como su nombre lo indica– era una pequeña navaja utilizada para cortar las plumas de ave. Navaja multifuncional fabricada en Alemania hacia 1880, Museo Nacional de Historia Americana, Washington DC. (8,89 x 8,89 x 23,49 cm.) Esta maravilla, además de muchos cuchillos y tijeras, incluye lápices, un espejo, y un mini revólver calibre 22 de cinco disparos. POR VICTORIA JIMÉNEZ DESECHABLES ORÍGENES Hace unos 2,6 millones de años, nuestros parientes homínidos desarrollaron los primeros utensilios cortantes. Cuando los seres humanos (Homo sapiens) entraron en escena, emergió una serie de herramientas de última generación, y el cuchillo llevó la delantera junto a la necesidad imperiosa del hombre paleolítico por cortar y desmenuzar la naturaleza para alimentarse, vestirse y abrirse camino. Estos primeros cuchillos de piedra se fabricaban a medida que se necesitaban y luego eran desechados (como las modernas hojas de afeitar). Al iniciarse la Edad de Hierro (hace unos 3.500 años), el desarrollo de la minería favoreció el procesamiento y creación de utensilios y el cuchillo lideró esa carrera tecnológica. Así, durante un 99,99% del tiempo histórico de la Humanidad, esta herramienta ha sido una fiel y multifuncional compañera: se ha usado en los hogares, en el mercado, en la guerra y en los altares de sacrificio. Se ha empleado para tallar madera, cortar alimentos e, incluso, para facilitar la higiene personal. 12 I La Panera Cuchillo de piedra (4ta dinastía, hacia 2630 a.C. - 2500 a.C.). La pieza que se muestra aquí procede de la zona de El Fayum, Egipto. ARMA BLANCA Junto con los fines prácticos, los cuchillos han tenido usos icónicos. En Roma antigua, por ejemplo, era habitual llevar siempre una daga como símbolo de poder, fuerza, determinación y coraje. Por desgracia, para sus modernos amantes lucir hoy una al cinto sería visto con suspicacia, pues antes que una herramienta se la considera un arma. En defensa de este puñal, valga aclarar que los archivos judiciales revelan que la creatividad humana puede ser infinita y es posible convertir palas, taladros, sierras eléctricas y lápices en objetos tan mortales como las dagas, que tantos mártires han dejado en la historia. El hallazgo del hierro implicó una gran ventaja tecnológica por sobre las herramientas anteriores y la coronación material sucedió cuando el hierro se mezcló con un poco de ceniza de madera (carbono) y entonces nació el acero. La capacidad de contar por primera vez con artefactos de un material tan duro y flexible, condujo a que éste se convirtiera en el estándar absoluto para la fabricación de hojas de cuchillos. Algunos sostienen que el mismo resplandor “blanco” del acero, condujo a que se denominara “arma blanca” a las herramientas cortantes –espadas, puñales, navajas–, que relucían brillantes como las cotas de malla y arneses caballerescos. Otras fuentes nos ayudan a inferir que todas las armas de punta y corte pasaron a llamarse así después de la Edad Media, aludiendo a los objetos que derivaban directamente de las armas “vírgenes” o “blancas”; aquellas que se mantienen faltas de bautismo de guerra por parte de los caballeros iniciados. …Y DE DOBLE FILO Tal como las dagas, los cuchillos estaban afilados por ambos lados de la hoja, hasta que el rey Luis XIII, al ver a un comensal mondándose los dientes con uno, decidió tomar medidas en pro de nuevos y cortesanos modales. Ya en 1630 se prohibió en Francia el empleo de cuchillos de mesa con punta para combatir la vulgaridad, evitar cortes y erradicar la limpieza de dientes y uñas durante las comidas. Si durante la Antigüedad y toda la Edad Media ese mismo cuchillo de cintura con el que se destripaba a los enemigos servía para pelar y llevar los alimentos a la boca, en el Barroco la costumbre cambió radicalmente, pues emergió el cuchillo de mesa que era casi idéntico al que hoy conocemos: con una hoja de acero de un solo filo, punta redonda y un mango más estilizado. Un cubierto sofisticado y casi inofensivo (que pondría fin a la vieja costumbre de clavar el cuchillo en las mesas de las cantinas). En el siglo XIX, los cuchillos integraban parte de la cubertería que todo hogar de “buen gusto” poseía. Ya entonces se producían industrialmente en acero o plata, siendo infaltables obsequios matrimoniales hasta muy avanzado el siglo XX. La cultura culinaria y el lujo hicieron al hombre olvidar en parte su capacidad mortal, convirtiéndolos en una suerte de delicadas espátulas de salón, pero basta ver colecciones virtuales o físicas para reencontrarnos con ese cazador-recolector que hemos sido. Desde los cuchillos más antiguos y rudimentarios, hasta los más lujosos y ornamentados, estos objetos han sido capaces de aunar nuestra animalidad y sofisticación, pues por un lado fue gracias a ellos que se potenció nuestro consumo de carne, pero también gracias a ellos cambió para siempre nuestra constitución cerebral; nuestros dientes se redondearon y nuestra cavidad bucal se hizo más pequeña. Homenajear entonces al cuchillo es rendir tributo a la memoria tecnológica y subrayar su lugar cultural como verdadera obra del arte de sobrevivir. Patrimonio LA PLATERÍA PUERTA DE ENTRADA A LA COSMOVISIÓN MAPUCHE A partir de una pequeña colección de objetos ornamentales, Jacqueline Domeyko se embarcó en un viaje que la llevó a reencontrarse con sus antepasados y a descubrir las huellas que los Mapuche fueron dejando de sus divinidades y de su mundo en cada pieza que realizaban. Joyas, que antes que un valor económico tienen un valor ritual y ancestral, y que junto a un grupo de investigadores, artesanos y amantes de esta cultura, se proponen relevar a su condición de arte desde el espacio Lágrimas de Luna. Un relato que además habla de un territorio mestizo y pueblos hermanos. POR PAOLA PINO A. H ace 17 años, una pequeña colección de platería mapuche llegó a las manos de Jacqueline Domeyko. Un encuentro que podría haber sido sólo una experiencia estética más en su vida, pero que, por el contrario, la llevó a iniciar una búsqueda que la ocupó por completo. Su agenda se llenó de documentos, viajes y conexiones con las fuentes originales en una travesía en que la platería operó como el medio para descubrir la cosmovisión de un pueblo arraigado en su territorio, y cuyas expresiones culturales se propuso relevar. “Me llamó la atención que todas las piezas estaban llenas de símbolos, sólo una no tenía algún ideograma grabado. Entonces empecé a preguntarme qué sentido tenían”. La lógica la llevó a bibliotecas y museos, pero ahí sólo encontró datos relacionados con antigüedad, peso, dimensiones, entre otros, porque además, como la platería mapuche nunca tuvo una función utilitaria, la escasa información sólo remitía a una “mirada objetual”. 14 I La Panera Pero siguió hasta dar con un par de antecedentes claves: “Un ‘pectoral’ podía equivaler a ocho bueyes y, según cronistas como Juan Ignacio Molina, las mujeres mapuches podían llegar a tener más de 40. Lo que validó su búsqueda fue preguntarse por la razón de que mujeres en situación de extrema vulnerabilidad, como la que vivieron en la guerra de 1882 (en la que perdieron a sus hombres, sus tierras, y no tenían cómo alimentar a sus hijos), no vendieron aquellas piezas que equivalían a una riqueza ¿Qué representa un objeto que a pesar de que tu hijo no tiene qué comer, no lo vendes?”. Según documentos históricos, las mujeres mapuches sólo entregaron sus piezas de plata a prestamistas judíos y alemanes con la esperanza de recuperarlas en la próxima cosecha. Jacqueline reflexiona: “En Occidente, lo primero que una mujer se lleva son sus joyas para venderlas y con ellas reconstruir su destino, porque son entendidas como una unidad económica. En cambio, las mapuches no las transan, porque las joyas tienen precio, y la platería mapuche claramente tenía valor y no precio”. material representan y conectan con lo mismo, porque el canal de conexión no depende de su interés económico, sino del relato y, en el mundo de los símbolos, ese es el verdadero valor, el intangible”. Jacqueline agrega que en ningún caso se trata de un arte ornamental, sino de uno ritual, de un medio para conectarse y dialogar con los ancestros, con las divinidades protectoras, se trata de elementos de pertenencia y proyección. LA PÉRDIDA Para encontrar respuesta a sus preguntas, recurrió a sus propios antepasados y al libro de Ignacio Domeyko «Araucanía y sus habitantes: Recuerdos de un viaje hecho en las provincias meridionales de Chile en los meses de enero y febrero de 1845». En ese diario, “se cuestiona qué es ser civilizado, si comer con cubiertos de plata y copas de cristal, o ser coherente con tu espiritualidad y tu hábitat. Al término de este viaje, Domeyko le escribió al Gobierno diciéndole que Chile debía constituirse como una gran nación, ya que en su diversidad étnica radicaba la riqueza de nuestra identidad”. LA RUTA DE 1999 El siguiente paso fue ir a la fuente original y recorrer el territorio basándose en el mapa de Domeyko: “No todas las comunidades, ni todas las puertas que golpeamos nos entregaron información de la misma potencia, pero cuando no sabes nada, lo básico se vuelve impresionante. Fue un viaje en el que la platería nos abrió la puerta a la cosmovisión de un pueblo, a comprender que ese arte representaba la riqueza del Chile ancestral y el sincretismo de nuestro mestizaje”. El Mapuche tiene una concepción del mundo basada en la naturaleza y en sus es- píritus que desde sus orígenes expresó en palabras y ritos, para luego plasmar en piedra y telar. Pero con la llegada del español, de la moneda y del herrero, esta tradición alcanzó su máximo desarrollo. Eso, a pesar de tener una economía basada en el trueque, pero bastó un relato para cambiar la historia. Según el mito, la Luna y el Sol estaban felizmente casados hasta que el Sol se puso a coquetear con Venus. Ante los celos de la Luna, el Sol se enojó y la dejó caer. La Luna, sola y abandonada, comenzó a llorar lágrimas tan ardientes que se convirtieron en plata, mientras que el Sol lloró su soledad y su maldad con lágrimas de oro. De ahí que cuando los Mapuche se encontraron con las monedas de plata vieron en ellas las lágrimas de la Luna y, lejos de asignarles un valor económico, comenzaron a plasmar en ellas su cosmovisión del mundo: “Es el encuentro de esos dos mundos el que contiene el relato del Chile ancestral y la identidad de nuestra raza mestiza”. Entonces, junto a un grupo de conocedores y eruditos, entre los que destaca a su maestro, el médico Raúl Morris von Bennewitz, Jacqueline comenzó a investigar el relato de cada pieza: “Lo bonito es que, como se trata de un mundo de divinidades y símbolos, la pieza más pobre y la pieza más rica en términos de Lágrimas de Luna Nueva Costanera 3110 B, Vitacura. Lunes a viernes, de 10:30 a 14:00 y de 16:00 a 19:00 horas. Sábado, entre 11:00 y 14:00 horas. info@lagrimasde luna.com +562 2 2076173 En su apogeo, los rüxafe u orfebres realizaban más de 500 diseños que no tenían nada que envidiar a otras culturas americanas dada su coherencia entre relato y diseño. Pero a fines del 1800, los historiadores consideran que el Gobierno mandó a comprar a valor de saco el 70% de la platería mapuche y la fundió para convertirla en monedas: “Lo que demostró que para el Gobierno de esa época, la platería mapuche tenía un precio, no un valor”. Jacqueline estima que se conservaron unos 15 diseños, pero gran parte de ese saber, así como la excelencia del oficio, se perdió: “La cultura mapuche se transmite por vía oral, muchos plateros murieron en la guerra y la mayoría de las piezas que quedaron fue fundida. Fue el peor escenario para resguardar un arte”. En ese contexto, los colonos alemanes jugaron un rol relevante, ya que si bien como prestamistas habían recibido piezas, muchos no las entregaron para ser fundidas. Con este conocimiento nace «Lágrimas de Luna», un espacio que busca validar el relato del Chile Ancestral, contribuir a la recuperación de sus diseños, a la vez que generar oportunidades laborales. La gran fuente es hoy la Colección Domeyko, que fue abierta de manera gratuita y ya son doce las familias de artesanos de la región de la Araucanía y Arauco, quienes –bajo la atenta mirada de Lágrimas de Luna– están reproduciendo piezas certificadas que conservan la calidad y la excelencia ancestral. Eso, además de realizar charlas e incursionar en el trabajo en piedra y, lentamente, en los telares. “Los Mapuche nos abrieron todas la puertas. Y así me fui enamorando de un mundo de una riqueza infinita, que te permite comprender una dimensión más grande del ser chileno. No es lo mismo sentirte hija de un territorio ancestral, dueño de una sabiduría profunda, que ser hija de un país con apenas 200 años. Yo, al menos, vengo de un territorio milenario. Es un abrazo profundo a toda la riqueza de nuestro ser mestizo, porque desde el momento en que todos convivimos en un mismo territorio, somos mestizos, por ende, el abrazo más importante es aquel para con uno mismo, con ese uno entero integrado y conciliado. ¡Ese es el homenaje a nuestra memoria ancestral!”. “Un pedazo de luna en el bolsillo es mejor amuleto que la pata de conejo”, Jaime Sabines (1926-1999), escritor mexicano. La Panera I 15 Cine POR VERA-MEIGGS D ando claros indicios de su próxima locura, Norma Desmond, interpretada muy cercanamente por Gloria Swanson, decía: “Las estrellas no tienen edad”. Ocurría en «Sunset boulevard» (1950), espléndido melodrama de la decadencia de cierto Hollywood que el vienés Billy Wilder dirigió con filuda mordacidad. Por lo menos dos estrellas del período siguiente al de Norma parecen haberle hecho caso y el presente año asiste a sus asombrosos centenarios. Ambas son la confirmación de que Hollywood logra mantenerse en la cúspide de la fabricación de sueños humanos, pero eso no significa que sean los bellos y famosos los que la llevan, como se dice en Renca. A veces ha sido la presencia, el carácter, la inteligencia emocional lo más importante. Nunca ha sido la oficina de prensa, las necesidades de un estudio o una estrategia mercantil la que ha estado tras la creación de una estrella. Ha sido la necesidad de la masa. Son el resultado de una proyección colectiva, una democracia de lo divino. Los ídolos son finalmente el resultado de una votación popular. Ni Olivia de Havilland ni su colega Kirk Douglas podrían haber ganado nunca un concurso de belleza y sin embargo alcanzaron un status importante por ser la viva encarnación de una tipología humana en la que nos podíamos ver representados. Actores fueron antes que estrellas. SED DE FILMAR Douglas debutó en 1946 en «El extraño amor de Marta Ivers», un melodrama oscuro en que hacía de marido de Barbara Stanwyck, 16 I La Panera CENTENARIO Olivia de Havilland y Kirk Douglas celebran sus cien años en buena salud. Kirk Douglas en «Espartaco» (1960) y «Senderos de Gloria» (1957), dirigidas por Stanley Kubrick. DE ESTRELLAS y en el que logró dar una cierta simpatía a un personaje desagradable, lo que marcaría sus futuras actuaciones. Su rostro duro, anguloso, su mandíbula, su sonrisa cínica y glacial, una mirada que parecía siempre ocultar algo y un aire de fanfarronería permanente, se repetiría con pocas variaciones en sus trabajos siguientes. Y ahí habría quedado haciendo roles de composición o carácter si no hubieran existido por su parte ambiciones mayores en el terreno de la actuación. Él se había pagado sus estudios dramáticos haciendo de luchador y había debutado exitosamente en teatro antes de ser enganchado para su primera película. A las características anteriores rápidamente se suman ciertas tendencias muy propias de la post-guerra: neurosis, violencia, autodestrucción, tentaciones y desafíos y un cierto vértigo vital que le enreda las opciones que debe tomar. El personaje se empieza a hacer más complejo, no por ello más atractivo. Pero su marcado individualismo y al mismo tiempo su vulnerabilidad terminan por equilibrar los ingredientes necesarios como para llegar a roles protagónicos de envergadura. La perplejidad moral que deja asomar es fiel reflejo de unos valores sociales que atormentan la época del macarthismo y a los ex soldados que (como él mismo) de vuelta al hogar, lo han encontrado intacto en lo material, pero profundamente descompuesto en lo interno. De 1949 es su consagración en «El ídolo de barro», de Mark Robson, la historia de un boxeador con más de algún elemento autobiográfico, que le vale la primera de tres candidaturas al Oscar. A partir de ahí, Douglas está completo como personalidad cinematográfica y su carrera le ofrecerá numerosas variaciones sobre el mismo tema. Una máscara de oportunismo y abyecta ambición exhibiría en «El gran carnaval» (1951), de Billy Wilder, en la que parece no tener límites para sus apetitos monetarios. Lo interesante ocurre cuando se asoma al hoyo KOBAL / THE PICTURE DESK KOBAL / THE PICTURE DESK en que un hombre está atrapado y al que hace creer que es su amigo y que lo va a rescatar. Aquí las miradas de Douglas son puro oro expresivo, ya que sabe perfectamente que mantendrá al hombre prisionero mientras lo pueda explotar como noticia exclusiva, pero no deja de sentir compasión y culpa al mismo tiempo. Violento y decidido, su personaje jamás fue muy matizado y no admitía bien la pausa y la sugerencia. Lo suyo era físico más que sicológico y, sin embargo, su Van Gogh ha sido probablemente el punto más alto de su carrera como actor. «Sed de vivir» (1956), de Vincente Minelli, lo colocó frente a un mito cultural al que físicamente se le parecía, pero cuya genial irregularidad emocional podía parecer muy lejana. Douglas se dio una cultura sobre el personaje y sobre su ambiente que le permitieron ir más lejos de lo que nunca había ido en fuerza interpretativa. Su Van Gogh es difícilmente igualable en energía y tensión neurótica, sólo comparable con el espléndido Gauguin que hiciera Anthony Quinn en la misma película. Después de este filme ya no sería candidato al Oscar, pero quedarían aún grandes momentos como el militar defensor de los soldados acusados de cobardía de «Senderos de gloria», de Stanley Kubrick (1957), al que Reinhardt. Ella dijo que fue su sueño de verano, literalmente. En poco tiempo la dulce Olivia ya estaba contratada por la Warner y le pusieron de pareja al joven Errol Flynn con el que haría varias películas exitosas. En todas, Olivia esperaba románticamente que Errol acabara con los malos para volver a ella que, pacientemente, le entregaba una azucarada sonrisa AMBOS SON LA CONFIRMACIÓN de triunfo. Algún toque de malicia creaba las variacioDE QUE HOLLYWOOD LOGRA nes, escasas, que se le perMANTENERSE EN LA CÚSPIDE DE mitían en aquellos años. LA FABRICACIÓN DE SUEÑOS Afortunadamente fue sacando sus escondidas HUMANOS, PERO ESO NO uñitas para enfrentarse a SIGNIFICA QUE SEAN LOS BELLOS las rivales. La más poderosa de todas en su primera Y FAMOSOS LOS “QUE LA LLEVAN”. etapa fue la temible Bette Davis encarnando a la tremenda Isabel I enamorada de Errol Flynn en «Elizabeth y Essex» (1937), de Michael Curtis. Prestada por la Warner a la Metro para hacer su papel más emblemático, el de Melanie en «Lo que el viento se llevó», de Victor Fleming, en el que ella era la contrapartida de la tempestuosa Scarlet O’Hara: otra vez una dulce y tierna mujercita fiel y enamorada, en esta ocasión de Leslie Howard. Olivia empezó a perder la paciencia y sacó definitivamente las uñas: en 1943 le hizo causa a la Warner por encasillarla y no sólo la ganó, además se dictó una ley todavía vigente en el estado de California y que lleva su nombre. El año anterior había sido candidata al Oscar junto a Joan Fontaine, su hermana odiada favorita, quien fue la vencedora. La enemistad entre ambas se volvería legendaria. Pero luego impondría como director de «Esparta- 1 y 2. Olivia de llegaría el desquite con «La heredera» (1949), co» (1960), su más ambicioso proyecto como Havilland en de William Wyler, el que supo sacar chispas «Elizabeth y Esproductor. de la tipología clásica de Olivia, respetando En los 60 dirigiría un par de películas de sex» junto a Bette su sonrisita y cierta limitación de su sensuaescaso vuelo y tendería a repetir el registro Davis, lidad. La hizo enamorarse de Montgomery que más éxito le había dado. Activo hasta e interpretando Clift, luchar por él, verse abandonada y transmuy anciano, le tocó asistir al triunfo en el a Melanie en «Lo formarse finalmente en una hembra herida, Oscar de su hijo Michael como mejor actor. que el viento se amargada y vengadora. Fue su cenit: ganó el Le preguntaron si no sentía celos por tal si- llevó». Oscar y finalmente la fama como actriz dratuación y él respondió: “No. Es lógico que sea 3. Kirk Douglas en mática de amplio registro. así, es que yo no tuve un padre como el que «El gran carnaval». La segunda parte de la carrera de Olivia 4. Olivia de tuvo él”. exhibiría a menudo garras. Intentando olviHavilland ganó dar su primera época, la actriz buscó y obtuvo OLIVIA, LA FIEL el Oscar por su papeles dramáticos y tenebrosos en los que actuación en «La pudo exponer toda la gama de oscuras paOlivia de Havilland debutó como la dulce heredera» (1949). siones que había ocultado por tanto tiempo ingenua niña buena que espera en casa el rey logró mantenerse vigente por mucho más greso de un hombre a menudo ausente por la tiempo que su hermana. Cuando ésta murió guerra. Su sonrisa suave, delicada y su mirada hace un par de años, su comentario fue elosincera y afectuosa corrieron rápido peligro cuente: «Lo hizo para llamar la atención». de transformarla en la tonta de la película. Su Resulta curioso pensar que en «Lo que el debut en teatro fue a lo grande: hizo de Herviento se llevó» su personaje era el único que minia en «Sueño de una noche de verano», fallecía durante el relato y que hoy la centedirigida por Max Reinhardt en Hollywood, naria Olivia de Havilland sea la única viva de que se filmaría al año siguiente con el mismo ese reparto mítico. La Panera I 17 ANDRES BARRIENTOS / KOBAL / THE PICTURE DESK Cine POR VERA-MEIGGS C omo ocurrió con Chile y la candidatura al Oscar de «No», la película que este año tuvo a Colombia entre los países de la quina finalista a la Mejor Película Extranjera obliga a revisar lo que sucede en una cinematografía nacional capaz de producir una obra de reconocimiento mundial. Colombia ha dado que hablar internacionalmente desde hace unos veinte años. Nombres como los de Sergio Cabrera («La estrategia del caracol»), Víctor Gaviria («La vendedora de rosas»), Lisandro Duque («Los niños invisibles»), o Jaime Osorio («Confesión a Laura») han circulado en importantes circuitos de festivales. Por lo que el más joven Ciro Guerra (1981) ya tenía el camino medianamente pavimentado para llegar aún más lejos. Y es lo que ha buscado hacer desde que debutara en el cortometraje y sorprendiera a la crítica con su opera prima. LA MADURACIÓN DE CIRO GUERRA El de Colombia es cine ya digno de la rica tradición cultural de un país atormentado por sí mismo, verde como una esmeralda, lleno de mariposas y de música pegajosa como el clima. ARCHIVES DU 7EME ART / PHOTO12 «La sombra del caminante» (2004) 18 I La Panera Se entiende al verla que su joven autor haya llamado la atención de la crítica más que la del público. Un relato con dos personajes extraños, patéticos e interiormente quebrados no puede prometer mucha amenidad. Que además sumen miserias y tristezas a sus dobladas espaldas no ayuda a la seducción, pero a pesar de ello la película se sostiene por la fuerza de lo que no se dice y por la originalidad de su propuesta inicial. Un hombre frágil y miserable, que además es cojo y está con muchos meses de arriendo atrasado por falta de un trabajo, encuentra a otro que se gana algún dinero en forma bastante insólita: carga a sus espaldas una silla en la que transporta ocasionales pasajeros. Establecen relaciones de mutua ayuda para ir descubriendo los recuerdos trágicos que cada uno arrastra y que los tiene en la situación en que se encuentran. Que en todo ello se presente además el drama bélico del país permite anticipar, quizás con demasiada facilidad, que las historias de ambos están entrelazadas. Filmada en general con prudente sobriedad en las calles de Bogotá y en un blanco y negro de sabor documental, la película se resiente por la escasa sutileza de sus actuaciones, problema habitual en el cine del país, lo que merma verosimilitud al conjunto. Pero posee un cierto delirio poético que la eleva por sobre el realismo básico de su anécdota peculiar, permitiéndole llegar a una conclusión melancólica y desesperanzada. Ripios de una juventud fácilmente superables si se cuenta con un ojo a menudo certero en descubrir el delirio latente en la realidad narrada. «Los viajes del viento» (2009) que lo hacen revivir. Lacónico y parco de gestos, con la mirada casi siempre oculta por un sombrero, el personaje acepta cualquier cosa que se pueda decir de él, aumentando el misterio de su conducta. El muchacho, por su parte, tiene el don del tambor y es tan porfiado como el maestro y ambos terminan coexistiendo a patadas con el mutuo afecto que el viaje ha terminado por imponer. La película se toma su tiempo para narrar y a menudo lo hace en demasía, como si la longitud de los planos añadiera significados adicionales a lo que vemos, lo que no siempre ocurre. Que el paisaje proponga bellísimos efectos lumínicos no es raro en un continente como el nuestro, en el que la naturaleza prevalece sobre nuestra voluntad de domarla. Pero son los momentos musicales los puntos fuertes del relato, especialmente el duelo de acordeones, rítmico desafío en versos como los que son posibles de ver también en el ‘canto a lo poeta’ de nuestra tradición campesina. A veces tiende a ganar el esteticismo sobre la narración. En un duelo a machetazos sobre un puente, al que el acordeonista debe asistir con su música, la cámara se engolosina con reflejos en el agua y encuadres plásticos, como si de publicidad turística se tratara, sin que ello sirva más que para adornar la violencia de la escena. Pero, en general, prevalece el limpio efecto narrativo. La ambigüedad que empapa lo real ha hecho la gloria de la literatura de Gabriel García Márquez. Con escaso rigor se le adjudicó a «La sombra del caminante» una supuesta filiación al realismo mágico. Aquí, la etiqueta, con lo que tiene de reductivo, queda más cerca de describir el tono real-maravilloso de la película. acceder a sus poderes. Los relatos se entrecruzan para reforzar la idea del retorno a los orígenes como forma de enfrentar el futuro. Ambos se dividen en capítulos casi cerrados que ofrecen distintos aspectos de la cultura de los pueblos amazónicos y la amenaza que significa la presencia de los blancos. Un episodio aparece en los dos tiempos del relato para describir la total locura que en tal clima produce la religión católica mal asimilada por sus sometidos y obligados feligreses. En el primero vemos una misión en que un fraile solitario intenta adoctrinar a niños indígenas que tienen prohibido hablar en su propia lengua y a los que defiende de los explotadores del caucho, pero al mismo tiempo los castiga cruelmente si se dejan llevar por sus costumbres ancestrales. En la segunda, la misión ha degenerado en una secta dirigida por un mesías pedófilo enloquecido, que habla una mezcla de latín y español y que ve en los exploradores a los Reyes Magos. Rica en observaciones del comportamiento, en alusiones históricas y culturales, la película marca sin duda la madurez de su autor. Ya no existen ripios que entraben la fluidez del relato, ni digresiones formales o actuaciones poco convincentes. Aquí todo concuerda y eso eleva la sugestión a un nivel mayor que en las películas anteriores, pero es también porque el inteligente guión sabe aludir y eludir con equilibrio lo que es representable y lo que no. Quizás por eso está filmada en blanco y negro, lo que casi no se nota hasta que una secuencia breve en color nos recuerda el hecho. A partir de ahí es fácil ver varias analogías con «2001: Odisea del espacio», pero ambientada en la jungla amazónica. Después de su candidatura al Oscar 2016, la cinta ha ganado recientemente el premio Platino a la mejor película latinoamericana. ANDRES BARRIENTOS / KOBAL / THE PICTURE DESK Otra historia plena de particularidades, pero en este caso el folclore parece haber dictado casi todo lo que Ciro Guerra filmó con notable preciosismo cinematográfico y con bastante más enjundia emocional. Un intérprete de acordeón que –ignoramos la razón– ya no quiere saber más del instrumento, decide subirse a un burro y devolver el aparato a su maestro. Sólo que éste vive a considerable distancia y el viaje se ve de muy improbable realización. A él se suma un muchacho que sabedor del talento inigualable del hombre quisiera saber el secreto de su arte. La película narra este difícil transcurso hacia un destino que más parece del otro mundo que de éste. De hecho, las alusiones y sugerencias que lo que vemos es una imagen simbólica abundan. Se cuenta que el acordeonista recibió el don del diablo y efectivamente el acordeón tiene dos vistosos cachos en su parte delantera. En un momento, el protagonista deseando morir despierta y está en un paisaje blanco y rodeado de hombres vestidos de blanco, pero se trata de una de las etnias de la zona «El abrazo de la serpiente» (2015) Entre «La Odisea» y «Los pasos perdidos» está la cosa. Nobles materiales narrativos en los que la naturaleza manda y el hombre occidental apenas tiene margen de acción, pero a menudo ese margen le ha bastado para destruir lo que diez mil años construyeron. «El abrazo de la serpiente» está basado en los diarios de observación de dos exploradores blancos de la época del caucho y que recorrieron la misma jungla con cuarenta años de distancia el uno del otro. Lo que los relaciona es el chamán de una tribu a punto de desaparecer por obra de la codicia de los blancos. En ambos casos está la búsqueda de una misma planta rara, cuyas flores tienen poderes de sanación y de expansión de conciencia tales que requieren muchas pruebas y preparaciones para “El cine tiene que producir sosiego”, Azorín (1873-1967), escritor español. La Panera I 19 Música FRANK MICELOTTA / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / GETTY IMAGES/AFP NEVERMIND POR JUAN JOSÉ SANTOS M. U na imagen de San Kurt Cobain, patrono del Grunge, en un altar. Vistiendo su cárdigan verde (ese que se ha vendido recientemente por 137.500 euros), con su camiseta con mensaje (“Corporate magazines still suck”) y sus agujereados jeans. ¿Pero qué lleva como atributo de martirio? Una jeringa (por la sobredosis de heroína) y una escopeta (por el disparo en la cabeza). Sí, está claro. Lo que aún permanece en duda es… Quién introdujo la aguja en su antebrazo, y quién apretó el gatillo. Se cumplen 22 años sin el cantante de Nirvana. Uno de sus atributos de mártir, la escopeta, está de actualidad: la policía de Seattle acaba de publicar fotos del arma con el que Kurt se suicidó. Francis Bean, su hija, se acaba de divorciar. ¡Cada día aparece una noticia nueva! ¡22 años después de su muerte! Kurt Cobain (1967-1994) es un mártir posmoderno. No murió y luego fue canonizado, como Dios manda, sino que primero tuvo un proceso de canonización, y después, en circunstancias controvertidas, falleció. No quiso tener éxito, pero sí que sus canciones se escucharan. Es decir, no fama, 20 I La Panera aunque sí reconocimiento. Llevaba lentes de sol incluso en interiores, cantaba frente a la pared o de espaldas al público, iba despeinado, con su flequillo ocultándole la cara, mal vestido, desganado. Lo habría tenido más complicado en el 2015, frente al exhibicionismo de Justin Bieber o de Miley Cyrus, en la era de la selfie en el baño y del Facebook. Era honestamente rebelde, o al menos eso se desliza de las entrevistas que le realizaban, y de las letras de sus canciones. Eso sí, la suya era una revolución apática. Una reivindicación sin valores, una rabia sin sentido. Representaba, aun a su pesar, a una generación que lo tenía todo, dinero, educación, seguridad. Y él quería destrozarlo todo. Nirvana, su grupo, no quería cambiar el mundo. Simplemente quería expresarse. Finalmente lo que sucedió es que su expresión se diluyó, y acabaron cambiando el mundo. Todo empezó, y finalizó, en 1991. Nirvana publica «Nevermind» (30 millones de copias vendidas). El Grunge se hace mainstream. El rock alternativo, en la MTV. Si usted tiene alrededor de 40 años no hace falta que le hable de la portada de «Smells like teen spirit» o de cómo ese disco marcó a una generación a nivel planetario. De cómo modificó la mane- JASON MERRITT / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / AFP Frances Bean Cobain (hija del músico) junto a Courtney Love asisten al estreno de la serie de la cadena HBO «Kurt Cobain: Montage de Heck», en el Egyptian Theatre de Hollywood, Los Angeles, California, el 21 de abril de 2015. ra de vestir, e incluso de actuar. De cómo influyó a la escena musical de los noventa. De cómo el Grunge fue el último gran movimiento musical. Tres años más tarde, en la cumbre de su fama, Kurt Cobain se suicida. Deja una nota de despedida. Entre otras cosas, escribe: “Cuando se apagan las luces antes del concierto y se oyen los gritos del público, a mí no me afectan como le afectaban a Freddie Mercury, a quien parecía encantarle que el público le amase y adorase”. Se inyecta heroína y se dispara con una escopeta. Más de veinte años después, se estrena el documental «Soaked in bleach» (Benjamin Statler, 2015), el último cartucho para la teoría de la conspiración. Aquella que dice que Cobain no se suicidó, sino que fue asesinado. Y que la sombra que hay detrás del homicidio es… la de su mujer. ÚLTIMO CARTUCHO Courtney Love disfruta del mayor éxito de su carrera, el disco «Live through this», que se publicó una semana después de la muerte de Kurt Cobain. Se encuentra con Hole, su grupo, en el escenario, en Pittsburgh. Un espectador lanza algo a los pies Grant, tres veces la cantidad letal, 1,52 mg por litro, dato que, no lo dice, pero lo obtuvo de un medio de prensa local), la nota de suicidio (se encontró en el bolso de Courtney Love una hoja con letras en las que se intentaba imitar la forma de escribir de Cobain, y se contrastó con la nota de suicidio: coinciden), y el cartucho. Según la postura y posición del cadáver, el cartucho debería estar en el lado contrario al que apareció. Alguien cambió de lugar el cartucho. Es innega- de la vocalista. Love no se lo puede creer. Es un cartucho de una escopeta. Rompe a llorar en me- ble (porque aquí no hay interpretación, se escuchan dio del concierto y abandona la actuación. Se ha las grabaciones reales) que la actitud de Courtney convertido en la Yoko Ono de Nirvana. Todos la Love fue ilógica, insensible e incongruente. Y que culpan de la muerte de su marido. La rubia ambi- tenía dos motivos para ver a su marido muerto: la ciosa, la manipuladora, la envidiosa Courtney Love. fortuna que iba a perder si se ejecutaba el divorcio, El documental «Soaked in bleach» –que más parece y la fortuna que iba a ganar gracias a la publicidad una mala versión del programa «Crímenes sin re- en los medios, con un disco a una semana de llegar solver»– siembra más dudas que certezas. Aunque a las tiendas. Pero el caso se cerró (el mismo día la balanza se inclina claramente a favor de la teo- en que fue encontrado el cadáver, sin una investigación mínima), la escopeta, ría conspiratoria. Es muy destruida, al igual que la complicado seguir los turestancia en la que tuvo bulentos acontecimientos lugar el suicidio (ambas que tuvieron lugar los días decisiones ordenadas por precedentes a la muerCourtney Love). Tamte del músico. Courtney poco hay dudas de lo que Love y Kurt Cobain esocurrió después: Love taban en un proceso de es hoy una millonaria en separación. Cobain había dinero, y en operaciones solicitado el divorcio y, quirúrgicas. por lo tanto, la anulación del acuerdo prenupcial RENUNCIO que tenían. Lo hizo días “A NADIE PARECE IMPORTARLE. antes de atiborrarse con DESGRACIADAMENTE, LOS HECHOS Renuncio a seguir anaun cóctel de champán y IMPORTAN MUY POCO AQUÍ; LO Rohypnol (nombre comerlizando cada gesto y detacial del flunitrazepam) que lle del documental. Nadie QUE IMPORTA ES LO QUE ‘CREE’ LA le mandó a un hospital en sabrá nunca la verdad. Y GENTE”. PORQUE SÍ, EL GRUNGE ES Roma. Love permanecía me entrego al visionado de en Seattle. Cobain ingresó otro documental acerca de UNA RELIGIÓN, Y KURT COBAIN, SU en una clínica para rehabila figura de Kurt Cobain MUGRIENTO SANTO. litarse, de la que se escapó estrenado el año pasado. para volar a Seattle. Aun«Kurt Cobain: Montage que Love sabía en todo de Heck» (Brett Morgen, momento dónde estaba su marido, acudió a una comi- 2015), que tiene una diferencia radical con respecsaría para presentar una denuncia por persona desapa- to al anterior producto. Éste ha sido iniciativa de recida (firmando con el nombre de la madre de Co- Courtney Love. En él, obviamente, no se habla de bain), y contrató a un detective privado para buscarle. posibles asesinatos, sino de la frágil y depresiva figura Tom Grant. El hombre clave. del cantante de Nirvana. Enseguida han aparecido Lo es para el documental, que decide contar la his- descontentos. Como Buzz Osborne, fundador de toria a través de este detective, que, confundido por The Melvins, la banda “colega” de Nirvana y amigo la actitud y las decisiones de su cliente, decide pasar personal de Kurt Cobain. Acerca de la manipulación de investigar a Cobain a sospechar de las intenciones biográfica instigada por Courtney Love, Osborne de Love. Graba cada conversación con ella y así, en afirmó: “A nadie parece importarle. Desgraciada«Soaked in bleach», podemos escuchar la voz de Court- mente, los hechos importan muy poco aquí; lo que ney Love dudando, mintiendo, y pensando más en la importa es lo que ‘cree’ la gente”. Porque sí, el Grunge promoción de su cercano álbum que en la salud de es una religión, y Kurt Cobain, su mugriento santo. su errática pareja. Varias pruebas demuestran –según “No me puedes despedir. Renuncio”. Es lo que Tom Grant– que Kurt Cobain no se suicidó, sino que escribió en su nota de suicidio uno de los 68 jóvefue asesinado. Las más evidentes: la imposibilidad de nes que, imitando a Cobain, se han suicidado desde poder agarrar una escopeta y dispararla con la canti- 1994. Es una frase sacada de una canción de Nirvadad de heroína que Cobain se había inyectado (según na: «Scentless apprentice». “No soy una mujer, soy una fuerza de la naturaleza”, Courtney Love (1964). La Panera I 21 Música Y EL LUNÁTICO SIGUIÓ SONRIENDO ECOS DE SYD BARRETT A diez años de la muerte del genio loco que fundó Pink Floyd, revisamos momentos de su vida en fragmentos. El legado imborrable de un explorador del sonido. POR ANDRÉS NAZARALA R. A Uno lgún bar de Valparaíso, en algún momento de 1998. El foco infrarrojo de masajes de mi madre en el centro del escenario como un sol psicodélico. Cinco adolescentes interpretando, con la postura de científicos en medio de un laboratorio, una versión libre y extendida de «Interestellar overdrive». Lo que no podemos hacer en vivo, por falta de un sonidista propio, es replicar ese efecto final que fascinó a los fans de Pink Floyd en 1967: el inquieto paneo de un parlante a otro para reproducir acaso los efectos de las drogas alucinógenas. Ese día, en una de las salas de los estudios Abbey Road, el sonido adquirió la dinámica de un pájaro que sobrevuela las cabezas sin encontrar un nido. Esta noche, en Valparaíso, el estruendo es más bien metálico. Nadie recuerda ya a Líbido Andrónico, la banda que integré junto a un grupo de amigos en los 90 en la Quinta Región, y los registros de nuestro paso por el mundo no son más que piezas de arqueología devaluada. Los casetes que grabamos se perdieron en nuestras habitaciones de adolescencia y, en el mejor de los casos, hoy se pudren dentro de cajas embaladas. Pero quedan los recuerdos (muchas veces mejorados gracias al aderezo de la fantasía) y dos frases pertenecientes a Mauricio, nuestro único fan, un tipo que comenzó a seguirnos como si fuésemos una sociedad de chamanes: “Por suerte que estaban las ventanas cerradas porque si no hubiésemos salido volando” (la lanzó como elogio después de una tocata) y “el mundo no está preparado para ustedes”. Pero, siendo fiel a la verdad, no habíamos descubierto la pólvora ni tampoco pretendíamos hacerlo. Tocábamos libremente, metíamos ruido, hablábamos pretenciosamente de la “expansión de la conciencia” y nos sentíamos solos en una escena musical que no ofrecía grandes sorpresas, pero estábamos profundamente anclados al pasado. Sí, porque de alguna manera seguíamos la parábola de Syd Barrett (1946-2006). 22 I La Panera Dos Mientras abrazábamos la psicodelia en algún bar decadente de Valparaíso, Barrett seguía refugiado en la casa de su madre, en Cambridge. Dos años antes, había sido inducido al Rock & Roll Hall of Fame pero, como era de esperar, no llegó. Como en un cruel experimento, los organizadores apelaban al reconocimiento para sacarlo de su ostracismo, viendo si los laureles eran capaces de terminar con una situación mental que no estaba del todo clara. No se sabía si Barrett era esquizofrénico o si simplemente había tenido un colapso nervioso motivado por el consumo de LSD. Conversar con Syd era la fantasía de fans y periodistas que llegaban hasta su casa buscando un instante de gloria. En esa época en que nos conectábamos a internet a través de un teléfono, ya circulaban fotografías que lo mostraban gordo y calvo, como un señor de pueblo que sale diariamente a comprar el pan. La culpa del peregrinaje masivo la tuvo su talento pero también Dan Treacy, líder de la banda post punk The Television Personalities, quien reveló la dirección del ídolo en uno de sus shows. Muchos la memorizaron. En 1996, su hermana Rosemary Breen ofreció un testimonio esclarecedor en el libro «A Fish out of Water», de Luca Ferrari y Annie Marie Roulin. Contó que Syd llevaba una vida tranquila, dedicada a la pintura y a la jardinería, y que su sueño era tener un reproductor de CD. Sí, estaba en la ruina financiera. Según ella, Roger Waters y David Gilmour le habían hecho firmar un contrato según el cual dejaría de recibir dinero por las ventas de «The piper at the gates of dawn», el único disco que grabó junto a Pink Floyd. Syd accedió solamente para desligarse de esos rufianes que hasta el día de hoy lo homenajean en escenarios gigantescos con canciones como «Shine on you crazy diamond» y «Wish you were here». Cuatro Si en las primeras sesiones experimentales de Pink Floyd en el club UFO Barrett nos enseñó el valor de la libertad sin límites, luego nos mostró el poder imperecedero de las buenas canciones. Su ex banda estaba empeñada en depurar el arte de la construcción de pasajes sonoros cuando, en 1969, Syd entró a los estudios EMI para grabar un puñado de composiciones desnudas, interpretadas únicamente con una guitarra acústica. No fue pensado así desde un comienzo, pero se tomó la decisión luego de que los músicos de apoyo no pudieran seguir sus caprichosos cambios de acordes y ritmos. A algunas canciones se les agregó posteriormente baterías, guitarras y bajos. Pero no fue fácil. El resultado de esos soliloquios musicales son «The madcap laughs» y «Barrett», álbumes íntimos y testimoniales que probaron la posibilidad de una música esencialmente inglesa que se alimenta de fábulas infantiles, imaginería victoriana, poesía naïf y el buen uso de la lengua. Esas canciones tendrían una fuerte influencia en la obra de David Bowie. Con esos discos, Syd se distanciaría también del rock sinfónico que cultivaría Pink Floyd tras su partida. La simpleza de sus composiciones estaba más cerca del folk psicodélico o de la visceralidad del punk. Las interpretó solamente una vez en vivo. Fue el 6 de junio de 1970 en el Olympia Exhibition Hall, de Londres. Después del cuarto tema, el trovador oscuro abandonó el escenario. Cinco Tres En 1968, Syd Barrett visitó al célebre anti-psiquiatra escocés RD Laing. En la cita médica aceptó someterse a un tratamiento, pero cuando llegó el día no quiso salir de su departamento. Pasaba por su peor momento. Si meses atrás era un tipo radiante, ahora estaba deprimido, introvertido, incoherente, con la mirada vacía (“como dos agujeros en el cielo”, poetizaría Waters más tarde). El resto de Pink Floyd no sabía bien qué hacer. En un show en San Francisco, desafinó su guitarra en plena actuación; en otras ocasiones se quedaba pegado en un solo acorde o simplemente contemplaba a la audiencia con sus brazos en descanso. El animador televisivo Pat Boone quedó helado cuando le hizo una pregunta al aire y el músico lo observó en silencio. El crítico de rock Nick Kent experimentó una sensación similar cuando Barrett apareció sobre el escenario completamente desorientado y con el cabello repleto de gel. El periodista se percató de que las sustancias blancas que se deslizaban por su cabeza eran anfetaminas molidas. Pero uno de los instantes más intrigantes, y fundamentales dentro de la ruptura entre Barrett y Pink Floyd, fue cuando les presentó a sus colegas una nueva canción llamada «Have you got it yet?» (¿No la tienes aún?”). Hizo que la banda la aprendiera pero cada vez que la tocaban Syd cambiaba los acordes arbitrariamente. Estuvieron horas tratando de entender la estructura del tema. Al final del día, Waters sintió que les había tomado el pelo. El diamante loco había cobrado su venganza. Syd Barrett murió a los 60 años, el 7 de julio de 2006, debido a complicaciones con la diabetes. Los integrantes de Pink Floyd ofrecieron entrevistas en todos los medios y las revistas llevaron imágenes del rey de la psicodelia en sus portadas. Los fans no dudaron en instalarse afuera de la casa de Cambridge, la que fue vendida a una pareja francesa ese mismo año.Una frase de su canción «Dark Globe» quedó como gesto emblemático de su partida: “¿No me extrañarás? ¿No me extrañas en lo absoluto?”. En la pantalla «Tonight let’s all make love in London» (1967) El documentalista Peter Whitehead usa un fragmento de Allen Ginsberg como título de este valioso registro del Swinging London. Vemos a Pink Floyd presentándose en el happening The 14 Hour Technicolor Dream, mientras John Lennon, Yoko Ono, Mick Jagger y Julie Christie deambulan por el lugar. El futuro brillaba. «Syd Barrett’s First Trip» Una rareza sensacionalista editada en DVD. Una grabación, realizada por un amigo, que registra el día en que el músico probó hongos alucinógenos por primera vez. Seis Una de mis escenas favoritas dentro de la mitología Barrett es cuando una banda de perfectos oportunistas le pidió que los acompañara sobre un escenario londinense en los 70. Syd aceptó, pero, mientras rasgueaba su guitarra, tuvo una iluminación. Dejó su Telecaster en el suelo, bajó del escenario, se subió a un taxi y se dirigió a la casa de su madre en Cambridge, donde pasaría el resto de su vida. Esa noche, Syd durmió en su antigua pieza. No volvió a pisar Londres. Entendió que el antídoto del rock podía ser el regreso a los orígenes, el reencuentro con el profundo bienestar de la placenta. Como exclama en la canción «Feel»: “Oh, estoy tan solo / Quiero irme a casa”. «The Pink Floyd and Syd Barrett Story» (2001) Documental de la BBC que aborda la historia del músico. Incluye testimonios de amigos y de los miembros de Pink Floyd. La hermana de Syd contó que él lo vio cuando se emitió por televisión y que lo encontró “demasiado ruidoso”. “Nuestro objetivo era salvar el planeta y alterar la conciencia humana. Eso llevará mucho tiempo, si llega a pasar”, Allen Ginsberg (1926-1997). La Panera I 23 Música “ME MIRO COMO UN EDIFICIO DEMOLIDO” Javier Barría abandonó el pulso imparable del pop para instalar en su disco «Estación Pirque» un sonido abstracto y continuo. Uno de los mayores nombres de la música de nuestros tiempos se da espacio para recordar, aunque debería decir espacio para olvidar. POR ANTONIO VOLAND 24 I La Panera “Un día apareció la foto de esa antigua terminal de trenes y fue como un signo. Se convirtió en un motor creativo”, sorprende Javier Barría. PABLO MONTT A menudo referenciado como el más prolífico solista de la última década, hace dos años Javier Barría se había internado en un campo en el que no tenía ninguna experiencia: se quedó creativamente en blanco. Y si se considera que el suministro de canciones que ha escrito es siempre continuo, y que ha editado dieciséis discos entre 2002 y 2014, entonces sí que se encontraba en un problema. “Perdí las ganas de seguir haciendo canciones. Lo creativo se vino abajo”, confiesa Barría, ya más cerca de los 40 que de los 30. “Sé que eso a veces ocurre. La única vez que me había pasado antes duró tres meses. Esto era distinto. Pensé hasta en cambiar de oficio y retirarme”, agrega. Pero como las obras más genuinas nacen de las contingencias, las fricciones y las explosiones, hoy Javier Barría está de vuelta con un nuevo álbum: «Estación Pirque». “Un día apareció la foto de esa antigua terminal de trenes y fue como un signo. Se convirtió en un motor creativo”, sorprende. Se refiere a la desaparecida Estación Pirque, también llamada Estación Providencia, que se emplazaba en el extremo norte del Parque Bustamante y cuya línea comunicaba la capital con Puente Alto y Pirque. “Su arquitecto fue Emilio Jecquier, el mismo que levantó la Estación Mapocho. Era como una Estación Mapocho pequeña, de dos andenes nada más”, añade el músico, inspirado a conocer su historia. Barría define este cancionero como “oscuro y lúgubre”, pero al que luego alguien le añadió el concepto de “fantasmagórico”, que ha sido, por cierto, un término viralizado en reseñas del álbum. Si ello se ha replicado en entrevistas y críticas, también es justo señalar que todos los que han escuchado estas canciones han detectado un elemento más: en «Estación Pirque» no existen las percusiones. “No hay batería. No quería una batería y todos mis discos antes habían tenido pulsos, beats. Lo quise así desde el comienzo. Creo que lo supe mentalmente cuando me imaginé el sonido en una pantalla de computador. Es lo que se llama transiente: la señal que se dibuja verticalmente cuando existe un golpe. Aquí yo quería una señal de sonido sostenidamente horizontal”, dice Barría, considerando de paso que tampoco existe un instrumento predominante. Hay guitarra pero no es folk, hay piano pero no es pop: “El instrumento fundamental es la voz. No existe metrónomo, de manera que el ritmo lo marca mi respiración”. INTRODUCCIÓN A LA GEOGRAFÍA En ese caudal flotan las canciones de Barría a la deriva. Aquí, con una serie de colaboraciones ilustres, encabezadas por el dúo peruano que forman Alejandro Rivas y María Laura Bustamante para «Celoso», la trompeta de Felipe Cadenasso en «Campo quemado», el saxofón del jazzista Franz Mesko para «Un país, un solo habitante», o la voz de Natisú en «Cajitas de agua». “«Cajitas de agua» es otro punto geográfico que encontré alrededor de la estación. Eran unos estanques que suministraban agua a Santiago. Creo que estaban por donde se ubica la Escuela de Derecho de la U. de Chile”. “Lo mismo con la canción «Camino cintura», CARAS Y CARÁTULAS JOSEFINA ECHENIQUE CARTA DE PRESENTACIÓN Rutas mexicanas Javier Barría se encuentra en este momento en México, donde permanecerá hasta noviembre, ocupado en uno de los proyectos que lo obligaron a suspender sus actividades de estreno de «Estación Pirque». “Cuando regrese a Chile vamos a presentar el disco en un teatro con un concierto bien organizado. Hasta ahora sólo mostré algunas canciones en una galería de arte del Barrio Italia. Tocamos con Álvaro Zambrano y Sebastián Iglesias, los músicos que me acompañan. Pero esta nueva banda quedó suspendida ahora”. Suspendida por el momento, porque mientras esté en México, Barría participará en el elenco teatral que está con funciones de la pieza «La heroica república del sillón rojo», que ha sido presentada como una sátira sobre la puesta en marcha de las democracias en Latinoamérica. Allí integra un grupo de músicos chilenos que son parte de la obra y donde incluso tienen intervenciones actorales el trovador Benjamín Walker y la cantautora valdiviana Carolina Nissen, quien compuso la música de la obra. La compañía girará por México y Colombia, ocasión en que los tres chilenos tendrán oportunidad de mostrar sus canciones a nuevos públicos. el perímetro que marcaban entonces Vicuña Mackenna y Avenida Matta. O el Hospital San Francisco de Borja, que también despareció, aunque quedó su iglesia, ahí en el sector donde está el hotel Crowne Plaza. Era una canción que no terminé. Apenas hay una parte de su letra: ‘El hospital donde naciste ya no existe’ ”, sentencia. –¿Hablas de la historia perdida? “La gente me conoce por algunas de mis canciones de distintas épocas. Una es «Mi corazón, su casa», otra es «La misma madera», y otra, «El día que dejaste de quererme», que es la más tocada en las radios. Pero, en lo personal, mi favorita es «Vidas pasadas», que compuse hace como diez años, y que representa una mirada. No me preocupo de recordar, porque el testimonio son las canciones. Yo me miro como un edificio demolido”. Una larga experiencia como cantante y compositora, con piezas seleccionadas para la serie de discos «Música de este lado del sur», pero sobre todo para los álbumes del grupo Cántaro, formado en la U. de Chile cuando ella tenía diecinueve años, Josefina Echenique concreta su independencia musical. Grabado en parte en Francia, en el estudio de Pájaro Canzani (ex músico de Los Jaivas), «Maldita bendita» parece una carta de doble lectura, de sentidos contrapuestos, de idas y vueltas. Se exponen los contrastes de una trayectoria que tiene episodios en Rancagua, donde nació; en Santiago, donde vivió, y en París, donde se emancipó. Josefina Echenique es parte de esa generación transformadora de la música de las raíces sudamericanas. El propio grupo Cántaro fue un germen de esta corriente con sus múltiples nombres, y ella aparece aquí como una cantautora sin miedo a probar. No se pone límites en lo poético y toma todas las herramientas musicales que tiene a la mano. Sus conexiones con el folclor argentino y el peruano, con la música brasileña y la cubana, o con el jazz, el tango y el pop, le abren así un campo para iniciar, ahora en su treintena de edad, una página nueva de su autobiografía autorizada. FRANCISCO PINTO EL AMIGO DE TODOS La mesa donde antes se sentaban dos personas, es ahora la mesa donde se sienta solo una. Una imagen que Francisco Pinto escogió para la portada de su nuevo disco y para representar el horizonte de una nueva vida. “Es un disco sobre la separación”, le había dicho al periodista Vadim Vidal acerca de «Retarded», el tercer álbum de este músico, compositor y productor musical que en una década ha publicado tres álbumes con el sello Pueblo Nuevo. Pinto se sumerge en las profundidades de un sonido que hoy constituye una memoria y un patrimonio del pop. Los sintetizadores mantienen vigente un discurso de ritmos programados y de climas sónicos ciento por ciento sintéticos. La atmósfera que consigue Pinto lleva al auditor a alguna fiesta juvenil de los años 80. «Retarded» alterna piezas instrumentales bailables («Time to time», «Fátima», «Melena sónica», «Ébano») con canciones donde otra vez el productor convoca a figuras a quienes el sonido de época les resulta natural: Fakuta, Entrópica, Deplásticoverde, Elisita Punto y un viejo conocido de Pinto, Javier Barría. [ POR ANTONIO VOLAND ] DIEGO ERRÁZURIZ EL SILENCIO HABLA De las diez horas de música que grabó en su paso por Alemania el año pasado, Diego Errázuriz obtuvo 120 minutos que se distribuyeron en los dos volúmenes de «Berlin meditations». Se trata de un trabajo autoral que viene a mostrar un enfoque genuino y personal de este pianista, al que deberíamos llamar improvisador o tal vez compositor en tiempo real. Fuera de la limitación conceptual que puede suponer el conocimiento de la teoría, la armonía y su lógica, y sin estudios académicos, Errázuriz goza de gran libertad frente al piano. Ha construido un largo soliloquio grabado en un Steinway & Sons de cola completa en los Emil Berliner Studios, en memoria del inventor del gramófono y fundador del sello alemán Deutsche Grammophon. Del silencio al sonido, y no sólo el sonido es el que habla aquí. Las meditaciones comienzan siempre desde el silencio, porque es allí donde se encuentran las primeras respuestas. Así, Errázuriz nos muestra una creatividad abierta a través de una veintena de composiciones de distintas intensidades, extensiones y desenlaces, todas en el campo de la “improvisación armónica”, una manera de tocar muy equilibrada que también fue aprendida de ese genio llamado Keith Jarrett. MYSTIC CHANT LA MÍSTICA PASIONERA Hace diez años, los hermanos Diego y Hugo Manuschevich pusieron en marcha el sello discográfico Mystic Chant Recordz, con el que editaron grabaciones de free jazz y avant-garde. Fue una vitrina para esa música extrema que solían tocar desde que se instalaron en Chile, después de vivir su adolescencia en Estados Unidos. Los mismos jazzistas se reúnen hoy para registrar junto al contrabajista Javier Valdebenito una sesión que reactiva esa pasión y recupera esa mística, formando un trío de carácter conmemorativo al que bautizaron Mystic Chant. «Concepts and motifs» viene a ser una continuidad de «Tradición y mística», disco de Valdebenito publicado en 2013 junto a los propios Manuschevich en saxo tenor y batería. Sin el piano como soporte, otra vez estos músicos reman juntos por ese océano ultramarino en el que han quedado a la deriva. Deben recuperar la armonía utilizando únicamente instrumentos que son melódicos. En la aventura, incluso le dan a la batería atributos armónicos. Entonces el trío se transforma en un mecanismo de relojería, aunque avanza levemente detrás del tiempo, generando una permanente tensión musical. NOMBRES PROPIOS MARIO CATALÁN (1913-1979) Felipe Solís Poblete, investigador de la cueca y recopilador de sus historias y sus misterios, describe a Mario Catalán como uno de los nombres que conectó la música de las calles con la industria del disco de los años 50. Con más de un metro ochenta de estatura y con parejos 130 kilos, fue un inconfundible ejemplar de ese reino animal, aplaudido en fondas y conventillos de la Recoleta chimbera, donde residió casi toda su vida; y en los laberintos de la Vega Central, donde comenzó a trabajar a los nueve años. Solís Poblete también dice que su canto –agudo, fortísimo y gracioso– se asemejaba mucho al pregón del vendedor veguino. Cantor y autor de cuecas, la alianza que inició en 1948 con el Dúo Rey Silva, figuras del folclor mediatizado, le permitió entrar en un público más amplio que ignoraba su existencia. Grabó sus primeras cuecas en 1951, habituales en festejos de septiembre y del resto del año: «Aló, aló», «Mi caserita», «Desde que vine al mundo» y «Va atracando barco al muelle». Si prácticamente todos los cultores actuales de la cueca brava reconocen a Nano Núñez o a Baucha Araneda como sus héroes, la figura de Mario Catalán no debe quedar atrás en la historia de la música popular. “La duda es el origen de la sabiduría”, René Descartes (1596-1650), filósofo francés. La Panera I 25 «PARIS DE NUIT» MÁGICO VIAJE EN EL TIEMPO POR MARIETTA SANTI D anza, teatro, acrobacia y música. Arte sin fronteras para develar las historias ocultas en la noche parisina en las primeras décadas del siglo XX: amores fugaces, amantes fugitivos, prostitutas, pintores, labios rojos, ligas y algún trago de ajenjo. Eso, y más, narrado al ritmo y con la estética del varieté, es «Paris de Nuit». Un espectáculo de circo moderno firmado por la joven compañía Recirquel, creada en 2012 en Budapest, que ha renovado la tradición circense de Hungría y es aclamada entre las mejores de Europa. «Paris de Nuit», calificado por la crítica internacional como una intensa experiencia para todos los sentidos, tendrá una breve temporada de funciones entre el 20 y el 25 de septiembre en la Estación Mapocho, gracias al esfuerzo de la Fundación Teatro a Mil por acercar el circo contemporáneo del mundo a Chile. El público está invitado a vivir el espectáculo como si fuera el varieté de cualquier cabaret de los años 30 en París. Por eso, la acción transcurre entre mesas y sillas donde se ubica parte de los espectadores, en un intento por recrear lo más fielmente posible ese espíritu y acercar los intérpretes a los invitados. Además, el hall central de la Estación Mapocho estará ambientado como una plaza parisina, con mesas, bancas, fotógrafos y músicos, y se instalará una cafetería donde se venderá croissants, macarrones o crème brûlée, entre otras especialidades de la gastronomía francesa. Bence Vági, director del espectáculo, mezcló sus obsesiones acariciadas desde niño con las fotografías del húngaro Gyula Halász, más conocido como Brassaï y llamado también “el ojo de París”. Son las imágenes nocturnas, elegantes y bohemias de su compatriota (quien llegó a la Ciudad Luz en 1924 para captar la cara oculta de los artistas y diletantes de la época) las que inspiran la atmósfera de este espectáculo. Al teléfono desde Budapest, Vági cuenta que en la puesta en escena que veremos se combinan varios de sus antiguos intereses: la creación del coreógrafo Bob Fosse, el circo contemporáneo y el París de Brassaï. “Fue un proceso largo, El espectáculo de la compañía húngara Recirquel combina circo, danza, teatro y música en vivo para volver a la vida las imágenes captadas por el gran fotógrafo Brassaï en el bohemio París de comienzos del siglo XX. gría que ha logrado traspasar las fronteras con su banda, ganando el premio húngaro equivalente al Grammy. TAMÁS LÉKÓ CON STANISLAVSKI porque empecé a trabajar con el material de movimiento de Fosse. Me enamoré de su obra «Cabaret» y luego seguí su trabajo. Después me puse a investigar sobre el género cabaret, no sólo en lo referente a la película sino que también a su historia en Berlín y París, y descubrí que en los variantes de cabaret hay mucho circo-arte”. El director posee una acabada formación de bailarín, pero antes de este espectáculo ya tenía incorporada la disciplina circense en su quehacer: “Siempre quise experimentar con las formas del circo contemporáneo, uno más interdisciplinario y que derriba las fronteras entre los artistas y el público. Mi abuela siempre me llevaba al circo y veía todo con gran curiosidad, cada número, los animales y desde luego a sus artistas, pero lo que se hace hoy es mucho más que eso. Cuando era bailarín me encantaba bailar con objetos y en el circo siempre estás trabajando con objetos, así es que ya tenía una fuerte conexión con este arte”. A su puesta en escena, integrada por actores-bailarinesacróbatas, se suma una orquesta de jazz en vivo que interpreta piezas de Péter Sárik, referente de ese ritmo en Hun- Bence Vági descubrió a Brassaï cuando tenía 17 años y paseaba con su padre por la capital francesa. Entonces ojeó uno de sus textos en una librería y quedó impactado por la sensibilidad y agudeza de sus imágenes. “Me impresionó la libertad, el desenfado y la elegancia con que mostró el lado oscuro de la vida en Montmartre. También su curiosidad y avidez para retratar a los que nadie había captado”, explica. Para dar forma a «Paris de Nuit» revisó dos libros de Brassaï: «París de Noche» y «París Secreto de 1930». En este último, el fotógrafo además escribió cuentos cortos para cada fotografía que incluye, detalle que Vági consideró en el proceso de creación con sus intérpretes. “Durante los ensayos, los artistas escogían caracteres o movimientos que les gustaran y después yo les daba el cuento que les correspondía. Sumado a eso, ellos también inventaron historias para los personajes. Así se generó una mezcla entre lo que ellos habían imaginado y lo que había escrito Brassaï. Formamos así a los personajes del show y con la técnica Stanislavski hicimos que LOS AÑOS 30 cada uno tuviera un cuento corto, como «Paris de Nuit», una storyline en el espectáculo”, precisa. Recirquel ComEn la puesta en escena, todos tienen pany Budapest. alguna relación entre sí y el espectador Director Artístico: puede apreciarlos desde dos puntos de Bence Vági. vista: “Desde la mirada del propio arEntre el 20 y el 25 tista, o desde el lado oscuro o débil del de septiembre, personaje, que es lo que se ve en las imáEstación Mapocho. genes de Brassaï”. Su idea nunca fue copiar las fotos, lo que considera imposible (entre otras razones porque su elenco es mucho más joven que los retratados), sino revivir su feeling y sus pequeñas historias. Así, «Paris de Nuit» va más allá de ser un hermoso y glamoroso show estilo Broadway, porque por momentos entra en la dura realidad de los años 30, esa de las noches lánguidas de ajenjo, opio y también hambre. ¿Cómo entregar tanto contenido entre acrobacias y teatro físico? Vági explica que, a diferencia del circo clásico, donde se expresan emociones básicas, en el circo contemporáneo (definido como sin animales) se busca gatillar emociones complejas en el público. Cuenta que en Recirquel trabajan con la técnica de creación de personajes de Stanislavski, que el ruso Sergei Ostrenko enseña para bailarines e intérpretes de teatro físico. “Sólo te puedes mover cuando la emoción te llega, no hay movimiento vacío”, insiste. Para él, “hacer un circo contemporáneo que acoja otros lenguajes artísticos y los ensamble es toda una revolución, porque las antiguas diferencias que había entre el teatro, la danza y el circo hoy parecen confundirse y desaparecer”. Y, como se trata de mostrar la noche y a personajes sexies y sensuales, propios de la bohemia de los años 30, en algunos países «Paris de Nuit» ha sido calificado como “para adultos”. En Chile, la Fundación Teatro a Mil sólo lo recomienda para mayores de 15 años, pero de ninguna manera es una clasificación. Al respecto, Bence Vági cuenta que en cada país se define de forma diferente y que, a su modo de ver, “el espectáculo es un poco provocador, sin embargo, no pienso que sea para adultos exclusivamente, pero depende de cómo veas la pieza”. Como es un varieté nocturno, Vági piensa que es más comprensible para una generación adulta que para adolescentes. Ha visto niños entre el público, pero insiste en que depende de los padres: “Si les molesta ver dos hombres bailando, será demasiado provocador para ellos. Pero estamos siempre al borde, no hay perversión. Son imágenes sensuales y sexies, pero de alguna manera tienes la idea de que cualquier cosa puede suceder, porque ese es el efecto de las imágenes de Brassaï”. Gabinete de Arquitectura «Breaking the siege». FOTO: FRANCESCO GALLI Arquitectura LA BIENAL DE ARQUITECTURA DE VENECIA EN LA ECLOSIÓN DE LA ACTUAL EUROPA POR IGNACIO SZMULEWICZ R. Desde Venecia. Fotos: Gentileza Bienal de Arquitectura (oficina de prensa) LOS UNOS Y LOS OTROS Este año comenzó en Europa con un sabor extraño. La capital de su coalición económica y política fue asolada por atentados terroristas. La tranquila y apacible Bruselas sufrió la conmoción que sólo unos meses antes había remecido a París, su hermana mayor del Oeste. Salvo una mínima presencia de tropas en la calle, Bruselas y París no presentaban ninguno de los signos de una pesadumbre propia de la contemplación del horror. Quizás para salvaguardar la imagen de la capital del turismo mundial; tal vez para mantener la apariencia de tranquilidad y compostura en el centro del Humanismo occiden28 I La Panera tal; debido, probablemente, a los resquemores hacia las recientes acciones desmedidas del gigante del otro lado del Atlántico. Quién sabe. En Europa, la relación entre destrucción y reconstrucción se hunde mucho más en el tiempo que la colosal hecatombe del siglo XX. El movimiento que empuja hacia la colonización, la conquista, la invasión y el imperio muchas veces ha debido equilibrarse con constantes procesos de descolonización, sometimiento, transculturización y globalización. Sus fronteras imaginarias han sido penetradas por el mundo árabe, el Oriente lejano, todas las caras del inmenso continente africano y, para qué decirlo, la América que fácilmente tomaron como suya. A su vez, resulta admirable constatar que los altos valores de la Ilustración no hayan alterado en lo más mínimo la relación de los países de la Europa central con sus protegidos en los rincones alejados del planeta –industrialización de por medio. La existencia de colonias aún en los albores de este nuevo milenio no inquieta a nadie. «Les uns et les autres»,título de la histórica cinta de Claude Lelouch de 1981, sigue teniendo una descomunal actualidad. Su épico y sublime final, esperanzador incluso antes de la caída «Making Heimat. Germany, Arrival Country». El pabellón de Alemania genera vistas del paisaje. del muro de Berlín, suena lejano y cercano a la vez. Hoy, el trauma colectivo del pasado importa menos que la actualidad de sus pequeñas diferencias. Historias entrelazadas que se han vuelto difíciles de hilvanar. ¿Qué dice la arquitectura? La respuesta está al ritmo de las góndolas. Albania propone una traducción hacia la voz local. La ciudad de los canales acoge una nueva versión de la Bienal de Arquitectura, evento que desde inicios de la década de los ochenta marca la tendencia respecto de la producción y el debate arquitectónico a lo largo del globo. En la laguna, a sólo pasos de la icónica Plaza de San Marcos, se encuentran los recintos que reúnen la exposición central y los pabellones nacionales: el Giardini y el Arsenale. Fines de mayo es la fecha escogida y, mientras el calor de verano asciende, sus espectadores se sienten atraídos por la aglomeración incalculable de maquetas, planos, láminas, fotografías, videos, objetos, volúmenes, construcciones y, especialmente en esta ocasión, instalaciones escenográficas, proyectos colaborativos e investigaciones expandidas. Esta Bienal lleva por título «Reportando desde el Frente» (Reporting from the Front). Sus intenciones: presentar una selección de arquitectos preocupados por los asuntos y las necesidades coyunturales del mundo contemporáneo. El arquitecto chileno Alejandro Aravena ha sido el curador y el resultado ya ha dado que hablar. Una de las aristas es el renacimiento de los nacionalismos en Europa. Dos polos extremos pueden encontrarse en la Bienal: el monumental Pabellón ruso y el acotado de Albania –ambos fuera de los límites de la zona Euro–. El de la antigua Unión Soviética estudia y exalta el complejo arquitectónico V.D.N.H. en Moscú. Construido originalmente en la década de los 30, el conjunto presentaba los logros económicos del naciente país con una exacerbación inigualable. El de Albania se llama «I have left you a mountain» y su centro se encuentra en el proceso de migración que ha empujado a la mitad de la población a salir del pequeño país del Adriático. Con una instalación sonora, el Pabellón incluye reflexiones de diferentes autores que son traducidas a cánticos propios del folklore albanés. El Pabellón ruso no oculta su interés por instalar las glorias del pasado, mientras que el de Albania propone una penosa traducción hacia la voz local. La reciente crisis de Europa se ha concentrado en el problema de los refugiados. Sus manifestaciones inmediatas, cierre de fronteras (Hungría) o retiros :© KIRSTEN BUCHER NACIONALISMOS Y REFUGIADOS Rusia no oculta su interés por las glorias pasadas. inminentes (Gran Bretaña), no han detenido un conflicto que parece extenderse con facilidad y que, sin memoria y con amor propio, puede despertar alguno de los fantasmas del pasado. Dos naciones han querido enfrentarse al asunto. Austria aporta «Places for people», que incluye una serie de fotografías de la vida de los refugiados en su país, además de varias publicaciones que debaten el asunto entre intelectuales. Académica y ortopédica, sin duda. La visualización del otro ha sido desmedida y su victimización agota. «Making Heimat. Germany, Arrival Country», de Alemania, supone una entrega literal y dudosa. Ha permitido la ruptura de las paredes de su pabellón para proponer diferentes ingresos que no suponen ningún gesto para descentrar y desplazarse a los puntos extremos. El pabellón genera vistas del paisaje más que territorios de disputa. Ambos países han localizado su atención en resolver la necesidad de vivienda de los refugiados. La imagen del otro, el proceso de desarraigo o el choque cultural están totalmente obviados. LA RESILIENCIA DE EUROPA Y EL DO IT YOURSELF Estamos presenciando un momento en que la imagen de Europa se está desvaneciendo. La epidermis que tan cuidadosamente se ha mantenido, presen- El monumental pabellón ruso. ta grietas evidentes; unión, cooperación, vigilancia mutua, todos sus valores se han desmembrado dejando un esqueleto de raíz económica esencial. No es casualidad que España haya sido el país merecedor del León de Oro. Denominado «Unfinished», el Pabellón ibérico, bastante más tradicional y ortodoxo en su presentación, da cuenta de cómo la arquitectura se ha enfrentado a la precariedad producto de la debacle económica de 2008. Los resultados de doce años de innovación obligada en la disciplina han sacado frutos excepcionales en todos los entornos, tipologías, geografías, especialmente en el replanteamiento del valor local, del aprovechamiento de las condiciones mínimas y del abandono absoluto por el derroche tecnológico y económico. El espectador reconocerá esos atributos con bastante facilidad en la exposición principal curada por Aravena & equipo. Su selección presenta un grupo selecto de oficinas y proyectos arquitectónicos cuyo eje central, más allá de los diversos temas planteados, se puede definir como un retorno crítico hacia los valores y principios locales. Tema de la Posmodernidad de los setenta y ochenta, Aravena no le hace el quite a reconocer que las respuestas para los asuntos apremiantes del mundo no pueden encontrarse en los centros económicos ni en los culturales; hay que quebrar la jerarquía de la ciudad global. Materiales locales, culturas propias, construcciones efímeras, tecnologías ancladas en la propia manera de pensar y hacer de las personas, son algunas de las principales propuestas que se encuentran en «Reportando desde el frente». En el Giardini, el visitante es recibido por el monumental arco de Gabinete Arquitectura, la oficina del paraguayo Solano Benítez; y en el Arsenale, por la instalación «Recursos oscuros», del colectivo Al borde de Ecuador. El caso de Latinoamérica es ejemplar, y Aravena no parece esconder su preferencia. Lo mismo de la arquitectura vernácula y el urbanismo alternativo en África o Asia. Con la crisis de Europa se hace necesario entender que muchas veces los problemas de unos son mejor asumidos por otros. La calidad y diferencia de enfoque hacia la arquitectura es algo que Alejandro Aravena ha celebrado en la 15º versión de la Bienal de Venecia. “La música se desarrolla en el tiempo, la arquitectura también”, Le Corbusier (1887-1965). La Panera I 29 Arquitectura APUNTES SOBRE EL ENCUENTRO DE DOS ADELANTADOS POR GONZALO SCHMEISSER S e necesitaría una enciclopedia de varios tomos para hablar de lo mucho que la circunstancia y los episodios casuales han sido determinantes en la construcción de los mitos que modelan la historia humana. Esos en los que nos apoyamos –casi siempre sin saber– para armar esos mitos propios que le dan sentido a la existencia. Nuestras citas fugaces, nuestros amores pasajeros, nuestros dolores; todo aquello que nos recuerda que estamos vivos. Para muestra un botón: el mítico encuentro de Dante con Beatriz (dicen que fueron dos, a los nueve y a los dieciocho años) y que define alguna de las muchas identidades italianas 30 I La Panera (desde el romance y la pasión hasta el paisaje de la Toscana), no sólo fue algo fugaz, sino que totalmente accidental. El famoso óleo de Henry Holiday, que refleja el segundo de estos cruces, así lo demuestra. Muy apoyado en el antepecho del puente Santa Trinidad de Florencia, Dante –que parece haber estado ahí hace horas, perdido en alguno de sus delirios poéticos– la mira con ojos nostálgicos. Beatriz, bella y altanera, camina vestida de blanco por la Strada de Lungarno Corsini, ignorándolo. La siguiente escena, probablemente, sería la del ilustre poeta solo, con la mirada perdida en algún fierro del andamio del Ponte Vecchio, fraguando desde el dolor alguno de sus más notables versos del incombustible «Vita Nuova», aquellos que legó para la posteridad, para el anuario humano que algún arqueólogo del futuro leerá después. En Chile ocurrió algo parecido en 1914, un encuentro mítico y casual, aunque no romántico, que derivó en uno de los capítulos más grandes que ha visto nuestra cultura. Aquel entre Julio y Pedro fue, justamente, el momento de la creación de un mito chileno. ¿Alguien ha escuchado sobre este episodio, a alguien le suena verdaderamente a mito? ¿Dice algo más si le ponemos apellido a los encontrados –así como Alighieri a Dante y Portinari a Beatriz– Bertrand a Julio, y Prado a Pedro, respectivamente? Seguramente no. Arquitectos ambos, uno dedicado al oficio y otro no tan convencido, su encuentro fue providencial. Para hacerlo más entretenido podemos imaginarnos un puente sobre el Mapocho, una costanera adoquinada como la del Parque Forestal, un cerro San Cristóbal detrás, un cielo semi nublado, algún puente en reparaciones. Dos hombres que conversan, uno que viene llegando de Francia y el otro que da la pelea aquí. Uno que habla de París y el otro que habla de Los Andes. Uno que gesticula y el otro que se deleita. Uno que invita y el otro que acepta. ¿Cuántos hay como tú en Chile? Pregunta el recién llegado. Unos diez, dice el que resiste. Listo. Unos diez, unos X, en números romanos. Nace así, informal, tácitamente y sin contratos de por medio, el primer grupo artístico-intelectual de Chile, la primera vanguardia, los fundadores de la primera cultura chilena y, de pasada, de la primera –aunque teórica– arquitectura chilena. La única totalmente original desde la de las comunidades nativas, si es que las consideramos parte de la historia de Chile propiamente. El Grupo de los X era un juego de palabras entre el número que prometió el arquitecto, escritor, pintor y poeta Pedro Prado al arquitecto, músico, fotógrafo, pintor Julio Bertrand, el retornado; y que resumía en una palabra la escasez y el desconocimiento que había por entonces de quienes se estaban dedicando al arte y a la cultura. Había que crear una escena. A los arquitectos se sumaron el pintor Juan Francisco González, el periodista Armando Donoso, el poeta y pintor Manuel Magallanes Moure, el dramaturgo Eduardo Barrios, el poeta Ernesto Guzmán, el novelista Augusto D’Halmar; el poeta, escultor y pintor Alberto Ried; los pintores Juan Francisco González y Julio Ortiz de Zárate, y los músicos Acario Cotapos, Alberto García Guerrero y Alfonso Leng. Todos inclasificables, todos rupturistas, todos adelantados. Sabido es que en ese listado se encuentran varios Premios Nacionales y otros que merecieron serlo. Sabido también es que sus trabajos traspasaron las fronteras propias de su ámbito, abriendo el camino del trabajo en equipo y de la relevancia de lo multidisciplinar. El cruce de ideas que nace de una conversación casual o planeada, por muy informal que ésta sea y tome la dirección que tome. Los X se reunían a eso, a conversar. Organizaban rituales poéticos cargados de ironía, de donde salían frases notables como “no encarnamos la esperanza del mundo” o el mito del albatros que surca los cielos a ciegas, tal como el artista. Luego, largas horas de charlas sobre el tema que fuera, cualquier asunto que surgiera era relevante hablarlo, ponerlo sobre la mesa y disectarlo. Sólo de este modo era posible acercarse a su espíritu: a través del encuentro de las ideas. En esos asuntos cabía el arte en su más amplio sentido: la música y la danza; la performance y el teatro; la poesía, la prosa y la novela; la pintura y la escultura. Y, por supuesto, la arquitectura, una suerte de cuerda que amarraba todo lo anterior. ¿Qué era la arquitectura entonces para ellos? Nada más que la reunión de todos los temas del hombre, todas sus manías, sus emociones, sus bajezas y altezas, expresadas en su forma material. Como la tercera piel que nos cubre y donde se engloba todo, después de la piel misma, esa que sangra, y la ropa, esa que se rompe. CHILE Y LA TORRE Volvemos a la idea de encuentro. Lo que distingue a una torre de cualquier otra forma arquitectónica es, básicamente, que la altura es mucho mayor que la superficie. Esto implica una disposición espacial distinta, erguida más que extendida, y, por lo tanto, el despliegue amplio de la vista. Levantarse y mirar qué hay más allá. Lo que distingue a Chile de otros países es que estamos encerrados, instalados entre el cordón montañoso más largo y el mar más grande y tormentoso del mundo; flanqueados en el norte por el desierto más seco de todos y en el sur por una tierra quebradiza, repleta de heladas aguas, hielos y vientos, imposibles de domar. De algún modo somos una isla. ¿Cómo reunir ambos conceptos? Prado y Bertrand, los encontrados, resuelven la ecuación proponiendo, primero, olvidarnos de las influencias de Europa. Dejar de asomarnos por la cordillera y mirar hacia adentro, hay aquí material suficiente para armar un imaginario: un paisaje único y variado, una cultura mestiza que se nutre en la reunión de las culturas de todo el mundo, una situación geográfica definitoria. Hay que darse vuelta entonces, y reconocer que nuestra vista por naturaleza se abre hacia el otro lado, hacia el mar. Y ahora hay que disponerse a mirar lo más allá posible. Ahí aparece la torre, el elemento construido. Ocuparon la mítica casa colonial roja de Santa Rosa con Tarapacá, añadiéndole –entre otras cosas y obviamente– una atípica torre en el centro que quedó inconclusa, pero que fue como un manifiesto sobre su ideal, y sobre la necesidad de ruptura con la forma anterior y con la subyugación cultural europea. Una vez ahí, Bertrand y Prado, los arquitectos del grupo, se avocaron a diseñar otra torre a orillas del Océano Pacífico, en Las Cruces (cruce, ¿otro guiño a la idea del encuentro?) que sería la síntesis de todo. La arquitectura que amarra el mundo. La torre –dispuesta en cinco niveles más una terraza y un torreón menor en la cumbre– mezclaba sin empacho elementos del Gótico tardío con la planta cuadrada de la casa chilena y sus techos de teja. Pero tal vez lo más notable es que se situaba no frente al mar, sino que en el mar, con sus basamentos sobre una pequeña saliente de roca en pleno océano, que se muestran como algo agitado e inquieto, como hablando de lo que es Chile. Desde ahí, desde esa arquitectura, había que mirar al mundo. Nunca se construyó, no estuvo ni cerca de hacerse, pero es lo de menos. Queda el legado, la fundación de un ideario, la inauguración, la primera piedra. Además de los preciosos dibujos de Bertrand y su mano desenvuelta, sin prejuicios y absolutamente plástica. Desde ahí nace el arte chileno como tal, original y puro, libre de toda influencia y con los ojos puestos aquí mismo, en el terruño. En 1918 se disuelve moralmente el grupo, pues muere Bertrand prematuramente. Deja inconclusas las obras del Palacio Bruna, la única obra material atribuible al grupo, aún de pie junto al Parque Forestal. Prado se encarga de terminarla. Y, pese a que estuvo condicionada desde un inicio por el mandante, el arquitecto escritor –visionario empedernido que soñó hasta que dejó de respirar– se esforzó por dejar ahí algo de lo que se había fraguado en cuatro cortos, pero intensos años de amistad y trabajo. Desde aquel primer día en esa improbable calle de Santiago, junto al puente del Mapocho y con el cerro de fondo. Había que rendirle honores al encuentro. “El mejor regalo que Dios ha dado en su abundancia fue la autonomía de la voluntad”, Dante Alighieri (1265-1321). Página opuesta: arriba, «la Torre de Los Diez», 1916; abajo, a la izquierda, retrato de Pedro Prado, y a la derecha, retrato de Julio Bertrand (memoriachilena.cl). En esta página, arriba, a la izquierda, «Subida al Cerro Santa Lucía», dibujo de Julio Bertrand; arriba, a la derecha, la casa de Los Diez en Santa Rosa con Tarapacá, fotografía de Jo Novelis; abajo, dibujo de «La Torre de Los Diez en Las Cruces». La Panera I 31 Cómic DETRÁS DE LA MÁSCARA Hace 30 años, los superhéroes se mostraron a rostro descubierto con dos historietas salidas con meses de diferencia. «El Regreso del Caballero Oscuro», de Frank Miller, y «Watchmen», de Alan Moore y Dave Gibbons, revolucionaron al género y transformaron sus límites. Más para mal que para bien, las influencias de ese estallido genial aún reverberan en el cómic y el cine. POR RAFAEL VALLE M. T odo partió con la sonrisa de Smiley, esa alegre y minimalista cara amarilla que todos hemos visto alguna vez, y que venía salpicada con una mancha de sangre. Estaba en la primera página de «Watchmen» y era el guiño burlón con que el guionista Alan Moore estrenaba en septiembre de 1986 su vuelta de tuerca al cómic de superhéroes, con esa serie de doce capítulos que con la consigna “Who watches the Watchmen?” (“¿Quién vigila a los Vigilantes?”) revelaba que bajo los antifaces y los trajes multicolores había un inquietante, conflictuado grupo de hombres y mujeres. Anormales o demasiado normales para el canon: entre ellos, un par de sicópatas, un tipo con problemas sexuales y otro que planeaba un plan de exterminio masivo. Casi todos fuera de acción tras un edicto gubernamental que los había sacado del mapa. Lo mejor del chiste es que Moore, un británico que se hizo escritor de historietas en revistas under, esa vez no disparó desde ninguna trinchera alternativa, sino que lo hizo amparado por la mismísima DC Comics, la editorial de Superman y Batman, y otros supertipos entonces adormecidos por los clichés y la falta de ideas frescas. «Watchmen» partía con el asesinato de uno de los supertipos y lo que venía en adelante era descubrir al homicida y adentrarse en una intriga siniestra que cambiaría reglas y ampliaría límites en el género. Lo interesante, también, es que «Watchmen» le pisaba los talones a «El Regreso del Caballero Oscuro», saga de cuatro episodios estrenada en febrero del mismo año con que el estadounidense Frank Miller reinventaba a Batman. El autor se saltaba toda continuidad en la historia del personaje para dar un brinco al futuro y mostrarnos a un Bruce Wayne –su millonario alter ego– 32 I La Panera alcohólico y cincuentón, tras abandonar su traje de justiciero, derrotado por sus demonios personales. Lo que seguía era su forzado regreso a las pistas y en modo ultraviolento, fascistoide, para limpiar las calles de una Ciudad Gótica devorada por delincuentes y anarquistas. Y la guinda de la torta era poner fin a la superamistad, con el Hombre Murciélago convertido en irreconciliable adversario de Superman, presentado aquí como un títere al servicio de la Casa Blanca y sus guerras, en un rol no muy diferente al del Dr. Manhattan, el héroe con poderes cuasi-omnipotentes presentado en la serie de Alan Moore. Hace 30 años, «Watchmen» y «El Regreso del Caballero Oscuro» bucearon en las mentes y en la trastienda de los superhéroes, y se aprovecharon de los mismos para hacer también crítica y sátira socio-política en la era de Reagan y Thatcher. Ambas sagas transcurrían en mundos convulsionados, de calles sucias y héroes proscritos por una nueva “cacería de brujas”, amenazados por el fantasma atómico de la Guerra Fría y proféticamente dominados por el poder de los mass media. Con historias que se movían en distintos niveles, ambas sagas se ganaron la aclamación unánime de la crítica y del público, y hoy se les mira con rótulo de clásicos, de obras mayores, que dejaron una huella que reverbera demasiado en la entretención de las grandes audiencias. (otro par de ingleses), que también aplicaron nuevas fórmulas temáticas y expresivas a estos superhéroes adultos y para adultos, que se quitaban el disfraz para ponerse pantalones largos. EL CREPÚSCULO DEL CREPÚSCULO Pero con la irrupción de «Watchmen» y «El Regreso del Caballero Oscuro», los superhombres comenzaron a hiperventilarse. Todos querían una tajada de la torta y el camino más fácil, el mejor gancho comercial, eran historias tormentosas y de vidas al límite. Cierto, nada se construye desde cero, y Marvel Comics ya anticipaba en los 60 que sus personajes podían ser imperfectos y de moral ambigua, y en la década siguiente derechamente revelaba que su Tony Stark/Iron Man tenía problemas de al- LOS NUEVOS DIOSES La deconstrucción de género que hicieron «Watchmen» y «El Regreso del Caballero Oscuro» fue de fondo y de forma al sacudir el medio con modos narrativos hasta entonces poco vistos en él. Frank Miller, guionista-dibujante, desmadejaba su historia con una puesta en escena casi cinematográfica y tributaba a su afición por el noir con un omnipresente relato en off, la voz de la conciencia del murciélago renacido. Alan Moore, con la vital ayuda de su compatriota, el ilustrador Dave Gibbons, iba más lejos y su apuesta era aprovechar un campo amplio y poco explotado para contar otro tipo de historias. Así presentaba su saga como un collage donde se mezclaban historieta, otra historieta dentro de la misma, citas de novelas y poemas, y páginas completas en prosa; unas a otras se retroalimentaban para armar un relato que se movía entre pasado, presente y futuro. Era el camino para entender viejas rencillas, pasiones desatadas y hacer, de paso, un viaje casi arqueológico, un vistazo a los cambios sufridos por un género –el de superhéroes– y sus estereotipos tras su partida en 1938, con el debut del Hombre de Acero. Ambas obras cambiaron la industria al ser compiladas, más tarde, en tomos unitarios, en novelas gráficas que hicieron entrar por la puerta ancha a ese modo de consumir historietas. Una y otra tienen hoy categoría de best sellers permanentes y «Watchmen» llegó a ser incluido en 2005 en la lista de las 100 Mejores Novelas jamás escritas. Miller y Moore se convirtieron en estrellas del cómic, y en su fulgor abrieron también el camino para autores como Grant Morrison y Neil Gaiman ¿Superamigos? El Hombre Murciélago y el Hombre de Acero siguen enfrentados en las páginas de «El Regreso del Caballero Oscuro». Página opuesta: Todo partió con la sonrisa burlona de Smiley. Elenco central de «Watchmen», la historieta que debutó en septiembre de 1986, editada por DC Comics. coholismo y que su ascendente Wolverine era una máquina asesina, pero esto era distinto. La revolución de 1986 fue de algún modo dar la mano para que muchos agarraran el antebrazo. O el brazo completo. En los 90, los estudiosos y catalogadores del género ya hablaban de la Edad Oscura de la historieta de superhéroes. En DC Comics, el correcto Linterna Verde se convertía en un genocida universal y varios de sus compañeros de trajes ajustados se transformaban grotescamente en busca de la reinvención. En Marvel, el paradigma serían los mutantes X-Men, que vivían sus aventuras entre integrantes que llegaban a empuñar metralletas y cuchillas, y se daban unos a otros puñaladas en la espalda con tal de empujar su odisea mutante. Las cosas no han cambiado mucho desde entonces y, con contadas excepciones, 2016 nos muestra un mundo de superhéroes que surcan los cielos aún descontrolados. Personajes que mueren y regresan cambiados y más rudos, y cuyos universos se desintegran y luego reaparecen para darle cohesión editorial a una continuidad que, de verdad, poco importa a estas alturas. En esa dinámica, la más cruel paradoja es que DC Comics este año le dio un nuevo reboot a sus personajes echando mano a las maniobras cósmicas desatadas en «Watchmen» por el Dr. Manhattan, el superhombre-casidios que controla el espacio, el tiempo y la materia. Así, el culpable de todo es, finalmente, culpado de todo. Entrevistado por «The Guardian», en 2013, un decepcionado Alan Moore declaraba que los superhéroes “son abominaciones, porque ya no significan lo que deberían significar, puesto que originalmente estaban en manos de escritores que expandían la imaginación de su audiencia, compuesta por niños de entre 9 y 13 años. Eso es lo que estaban destinados a hacer y lo hacían de forma brillante, pero actualmente los autores creen que su audiencia es de gente de más de 30 años”. Los ecos del 86 aún se sienten y han llegado también al cine. «Watchmen» se convirtió en película hace menos de una década. Los Vengadores se dan de tortazos y se persiguen unos a otros por orden del poder político. El Batman de Miller es el referente de la trilogía de Christopher Nolan y del insulso «Batman vs. Superman», de Zack Snyder. Deadpool nada en las aguas de la incorrección superheroica absoluta. Con mejores y peores resultados, mayores y menores matices, todos estos personajes de carne y hueso beben de premisas manoseadas y, al final, lucen hoy tan estancados y faltos de ideas como antes de la revolución. Los 30 años de «Watchmen» y «El Regreso del Caballero Oscuro» cierran así un círculo tan perfecto como la cara de Smiley, cuya sonrisa burlona hoy es también una mueca que disimula decepción. “Los hombres no cambian, se desenmascaran”, Germaine de Staël (1766-1817), escritora francesa. La Panera I 33 Literatura “AL ESCRIBIR, SIEMPRE ESTÁS EXPUESTA, VULNERABLE, SIN LÍMITES” POR GRACE DUNLOP D efinitivamente, su público es adulto, aunque sus hijos le han pedido que escriba un libro sobre ellos. “Me atrae mucho la literatura infantil y juvenil, pero tendría primero que deshacerme de muchos demonios internos para llegar a tener la tranquilidad y la sabiduría necesarias para escribir algo que sea un aporte al espíritu de los niños”, dice Jessica Atal, quien acaba de lanzar «Carne blanca», su último poemario, y cuyo próximo proyecto la llevará por otros caminos. A los 26 años, Jessica publicó «Variaciones en azul profundo» (1991), su primer libro de poesía. Diecinueve años después vendría el segundo, «Pérdida» (2010), y luego, «Arquetipos» (2013), «Cortina de elefantes» (2014) y «Carne blanca» (Cuarto Propio, 2016). –¿Por qué «Carne blanca»? Dices “mi carne no es blanca / sino oliva/ y muchas veces amarga”. “Carne blanca es una de las varias metáforas que uso para referirme a la montaña, que a la vez significa diversas cosas, especialmente un sujeto amoroso y también un discurso amoroso que va dirigido a ese sujeto ausente. En palabras de Roland Barthes, es un discurso de ‘extrema soledad’, de ausencia. Esta ausencia del ser amado se transforma en experiencias dolorosas de abandono. Y las experiencias de dolor generan ciertos tipos de neurosis en las personas… Mi libro se interna en esas áreas dolorosas, quebradas, traumadas, a fin de cuentas, de la psique humana. La carne tiene que ver con la materia del cuerpo humano donde se inserta el corazón, en el sentido de un órgano que regula las emociones. Que la carne sea blanca denota la frialdad del desamor o de un amor no correspondido. Por otra parte, el juego que hago sobre los distintos tipos de colores de la carne, que en este caso es oliva, tiene que ver con mi sangre árabe. Con mis raíces sirias y palestinas. Con los olivos de aquellas tierras. Pero la carne a veces también se vuelve roja”. –¿Te expones en lo que escribes? “Siempre estás expuesta, así tiene que ser la escritura de verdad. Sin límites, sin autolimitaciones, sin pensar en el qué dirán. Si no, no se puede. Ser vulnerable, honesta, a la vez te hace valiente. De eso se trata”. 34 I La Panera Jessica Atal y la poesía han estado unidas desde que aprendió a leer, desde que era una niña enamorada, desde que soñó con ser escritora. Autocrítica, siente que su trabajo era horrible, que sólo ahora está llegando a un lenguaje “menos recargado, más honesto, más simple, en el sentido de no ser tan barroca”. «CARNE BLANCA» Jessica Atal Cuarto Propio 2016 –¿Hay diferencias en esa honestidad desde cuando comenzaste a publicar? “Sin duda. Siempre hablo de mi primer libro como un pecado de juventud. Me atreví (quizás para impresionar a un pololo de la época) a publicar mi primer libro cuando tenía 26 años. Me daba vergüenza hasta mostrarlo y sigue bien escondido. Después, una vez que renuncié a «El Mercurio», me encontré con una cantidad de cajas, cuadernos, diarios de vida, papeles sueltos. De todo ese desorden de diversos escritos logré rescatar algunos poemas o ‘proto-poemas’ que finalmente dieron origen a «Pérdida». Hay, por cierto, una suma de pérdidas en mi vida real. Cristián Warnken se refirió a ese libro como a una ‘pérdida encontrada’ ”. Enseguida vino «Arquetipos», que es el resultado de una mirada a los arquetipos de la mujer actual. En ese tiempo tuve que editar uno de los libros de Margarita Ovalle sobre mitología comparada. Me interesó y me impactó mucho el mito de la diosa. Comencé a preguntarme qué había pasado con aquella imagen divina, venerada mucho antes que apareciera en la conciencia humana la imagen de un dios masculino. Definitivamente, poco y nada queda hoy de aquella divinidad. La mujer es descalificada en muchos espacios y niveles, transversalmente. Comencé a trabajar los arquetipos de la madre, la hija, la hermana y pronto se unieron la loba, la llorona, la ansiosa, la perra, la putamadre, así como la intuición, la esperanza, la soledad y la poesía. Es un libro que quiero reeditar en el futuro cercano. Además de agregar nuevas figuras, lo primero que haré será cambiarle el título. Se llamará «Arquetipas». ¿Cómo me fui a equivocar en eso? «Cortina de elefantes» nació de la idea de desarrollar ciertos conceptos que para mí significan conectarme con el origen de elementos que me parecen esenciales a la hora de entender mi propia existencia. Hay poemas allí como «Cosmos», «Caos», «Agua», «Tiempo», «Sueño», «Habla», «Palabra», «Silencio» y «Nada»”. es más matemático. Es una ecuación que no puede llegar a dos resultados diferentes. En cambio, la narrativa tiene miles de caminos que puedes recorrer y es difícil acertar y llegar al correcto. En mi caso, comienzo una y otra vez un cuento, por ejemplo, y de pronto me estanco. Creo que esta dificultad tiene que ver con la libertad de dejarme ser, de exponerme mucho más y romper límites. Eso aún me cuesta, pero es el desafío diario de un escritor. Escribir de la manera más honesta posible”. Jessica Atal siente que sus ancestros árabes marcaron su vida. También fueron los que la llevaron al periodismo. “Estuve en un colegio católico y era ‘la turca’, porque los palestinos que llegaron a Chile bajo el dominio del imperio turcootomano lo hicieron con pasaporte turco. En el colegio yo no quería saber mucho de mis orígenes porque estaban asociados a una desvalorización. Mi primer escrito publicado no fue un libro de poemas ni mucho menos. Fue un reportaje que hice en 1988 sobre la Intifadah palestina, a menos de un año de estallar esta revolución en los territorios ocupados por Israel. Este reportaje llegó a manos de Juan Pablo Illanes, editor de redacción de «El Mercurio» en ese tiempo. Sin conocerme, lo publicó de inmediato y me abrió las puertas del diario para seguir colaborando. Escribí sobre diversos temas y en distintas secciones. Entre medio, tuve una librería. Es decir, me rodeaban libros por todas partes. Los vendía, escribía sobre ellos como crítica literaria, y el 2000 asumí como editora general de «El Mercurio-Aguilar». Entonces me tocaba, además de escribir sobre libros, producir las obras de otros autores. Como empecé a escribir en la «Revista de Libros», a fines de los 80, leía poesía y narrativa de autores consagrados, tanto chilenos como extranjeros. Mi propia escritura quedó marginada. Tenía, como digo literalmente en «Carne Blanca», la autoestima por el suelo. Fue un período de no creer en mí como escritora. Raro, después de todo lo que había soñado con llegar a serlo. Pero todo lo mío, mi creación, la encontraba mala. No volví a pensar en publicar un libro en mucho tiempo. Sólo volví a mi escritura cuando renuncié al diario para dedicarme a mis hijos”. IVÁN PETROWITSCH –Y ahora viene un nuevo género a tu vida ¿De qué trata tu próximo proyecto, es relacionado con el teatro? “Le he dado connotación teatral porque se trata de un diálogo virtual. Todo ocurre en un espacio inmaterial. La comunicación se proyecta en la pantalla de un celular. No hay ningún contacto físico con la otra persona, “MI PRIMER ESCRITO PUBLICADO NO pero afecta nuestras emociones de una o mil maneras. Es una conversaFUE UN LIBRO DE POEMAS NI MUCHO ción por WhatsApp entre un hombre MENOS. FUE UN REPORTAJE QUE HICE EN y una mujer que transcurre en el período de un mes. Quise reflejar aquí 1988 SOBRE LA INTIFADAH PALESTINA, el factor neurótico que predomina en A MENOS DE UN AÑO DE ESTALLAR este tipo de relación. La soledad que hay detrás. La distancia. La no comuESTA REVOLUCIÓN EN LOS TERRITORIOS nicación, finalmente, que resulta de OCUPADOS POR ISRAEL”. este tipo de vínculo virtual. Una de las paradojas de nuestro mundo… La lanza Uqbar en octubre. Me encantaría que alguien la adaptara al teatro. Es un drama, sin duda, aunque es cómico. Hay que reírse de uno mismo, hay que vivir así, con mucho sentido del humor. Revertir las cosas, revertir y dar energía”. –¿Cuándo surge la poesía? ¿Por qué este género? “Escribo desde los seis años mis diarios de vida (o de muerte)… Fue quizás a los ocho que soñé con ser escritora y escribía cuentos. La poesía surge en la adolescencia. Por supuesto, eran versos y poemas horribles. Pero hasta hoy me ocurre que encuentro muy malo lo que escribo una vez que lo dejo ir y aparece publicado. Por eso, rara vez vuelvo a mis libros. Comienzo a encontrarles miles de fallas. Palabras que sobran, versos muy pretenciosos… ¡Los reescribiría todos! ¿Por qué la poesía? La poesía es lo que he publicado. Pero también he escrito narrativa. En un par de meses edito con Uqbar una suerte de obra de teatro virtual. Además, tengo un volumen de cuentos inéditos y estoy trabajando en un par de novelas. Hay una que está muy avanzada y espero terminarla este año. La poesía es lo que me resulta más rápido. Tengo una gran capacidad de síntesis y eso ayuda. De alguna manera, el género lírico “La vida es misteriosa, los dioses caprichosos y nosotros inconstantes”, Santiago Posteguillo (1967), novelista español. La Panera I 35 RODRIGO DÍAZ Literatura WERTHER Y BARTHES EL SUFRIMIENTO DEL ALMA ENAMORADA POR JESSICA ATAL K. C uando Roland Barthes escribió su libro «El discurso amoroso» (1977), se basó, entre otras obras, en una de las novelas de amor más importantes de la literatura universal: «Los sufrimientos del joven Werther», de Johann Wolfgang Von Goethe, publicada por primera vez en Leipzig en 1774. La tragedia amorosa de Werther –explica el filósofo y teórico de la literatura Georg Luckács (1885-1971)– es una explosión trágica de todas las pasiones que suelen aparecer en la vida, si bien éstas ocurren de un modo disperso, particular y a veces abstracto. Pero lo primero y más significativo que tienen en común la obra del autor alemán y la del teórico literario francés es que reúnen, de 36 I La Panera Barthes, exégeta obsesivo, encuentra en Werther la esencia del discurso amoroso en todas sus formas. manera magistral y revolucionaria, cada una de modo único y original, los aspectos más significativos que atormentan el alma enamorada. “Laceración” es una palabra clave para entender la mente –y la funcionalidad del cuerpo– de Barthes; un sinónimo melodramático de “herida”. Si bien no se trata de ser masoquista, Barthes, así como Goethe, entiende profundamente el concepto de agonía. El amor produce heridas que a veces son sencillamente incurables. De ahí entonces la necesidad del acercamiento y la reflexión constante sobre la obra del escritor alemán para llegar a escribir, quizás, la más dolorosa de las obras del francés. Barthes, exégeta obsesivo, encuentra en Werther la esencia del discurso amoroso en todas sus formas. Basada en la propia historia de su amor frustrado, la primera novela epistolar de Goethe ahonda en los aspectos más íntimos del amor: las primeras alegrías y esperanzas que este sentimiento suscita, para caer después, y trágicamente, en el inevitable sufrimiento, la ansiedad y la locura del alma enamorada: “¿Tendría, entonces, que ocurrir que lo que hace la felicidad del hombre se haga a su vez la fuente de su desdicha? (…) Todo el cálido sentir de mi corazón en la viva Naturaleza, que me invadió con tanta delicia, convirtiéndome alrededor el mundo en un paraíso, ahora se me convierte en un tormento insoportable, en un espíritu de sufrimiento que me persigue por todos los caminos”, escribe el atormentado joven. En las primeras cartas a su amigo Wilhelm, Werther participa y admira la Naturaleza ardiente y sagrada. Se siente divinizado en la rebosante abundancia. Las espléndidas Dos de los más hermosos y a la vez complejos aspectos del amor en los que también se detiene Barthes son el significado del corazón y el estado de “estar enamorado del amor”. como baluarte del Sturm und Drang (Tormenta e Ímpetu), movimiento prerromántico que pretende la sublevación del sentimiento y del instinto vital contra la tiranía del entendimiento y la razón. Un grupo de jóvenes, principalmente en el ámbito literario, busca romper con las normas morales y estéticas. Al respecto, escribe Feuerbach: “Que no sea nuestro ideal un ser castrado, desencarnado, copiado; sea nuestro ideal el hombre entero, real, omnilateral, completo, hecho”. Así, la literatura deja de ser una abstracción pobre y vacía, y el conjunto de experiencias de belleza luminosa que se da en un mundo donde “lo único que hace necesario al hombre es el amor”, como escribe Goethe, permite que el compromiso con la lengua y la escritura que emana de su obra siga siendo objeto de análisis en la actualidad: “¡Cómo podrá representar la letra, fría y muerta, el florecimiento celestial del espíritu!”, es la queja de Werther que se repite a menudo en la conciencia de escritores superados por la fuerza de emociones y expe- EL AMOR PRODUCE HERIDAS QUE A VECES SON SENCILLAMENTE INCURABLES. DE AHÍ ENTONCES LA NECESIDAD DEL ACERCAMIENTO Y LA REFLEXIÓN CONSTANTE SOBRE LA OBRA DEL ESCRITOR ALEMÁN PARA LLEGAR A ESCRIBIR, QUIZÁS, LA MÁS DOLOROSA DE LAS OBRAS DEL FRANCÉS. formas del mundo infinito se mueven en su alma, animándolo todo. Pero, después de enamorarse de Charlotte (o Lotte, como le dicen amorosamente) se da cuenta de “lo temible” de la situación que vive. “El escenario de la vida infinita se transforma (…) en el abismo de la tumba abierta eternamente”. La angustia lo ciega. No ve las fuerzas creativas ni del cielo ni de la tierra, sino una infinitud desolada que devora y rumia eternamente. En su carta del 21 de agosto observamos cómo en vano extiende sus brazos hacia ella cuando amanece de sus pesados sueños; en vano la busca por la noche entre las sábanas de su cama… Un torrente de lágrimas brota de su corazón oprimido, llora sin consuelo ante un oscuro porvenir. Un día más tarde, escribe a su amigo: “Es una desdicha, Wilhelm: mis fuerzas activas se han destemplado en una inquieta laxitud; no puedo hacer nada, y tampoco dejar de hacer. No tengo imaginación, ni sentimiento en la Naturaleza, y los libros me dan asco. Cuando nos faltamos a nosotros mismos, nos falta todo”. Pocas son las novelas que tienen una relación tan estrecha con el origen del yo moderno, con el subjetivismo, como el «Werther». Se consagró esta obra como una fuerza contraria a la Ilustración del siglo 18, instaurándose riencias que no encuentran una salida racional a sus emociones y movimientos del alma. De allí que lo que hace Barthes en su «Discurso amoroso» sea, asimismo, tan único, revolucionario y genial. El escritor francés se sumerge, en pleno siglo veinte, en el lenguaje que se da en el espacio interno del amante, en sus balbuceos, tanto en la anatomía dolorosa del deseo y de la angustia como en el éxtasis y LOS SUFRIMIENTOS la riqueza de las delicias del alma. DEL JOVEN WERTHER Los aspectos del amor que describe BarJohann Wolfgang thes, basándose en la lectura del «Werther», Von Goethe son varios y diversos. En primer lugar, está el Edición de estallido trágico del sentimiento de aniquilaWaltraud Wiethölter ción que afecta al enamorado desesperanzado. y Christoph Brecht Uno de los temas clave en la obra de Goethe Traducción de José María Valverde es, justamente, el suicidio. Werther defienPenguin Clásicos. de su derecho a la autoaniquilación de un Penguin Random modo, como explica Luckács, que tiene aún House Grupo Editorial resonancias revolucionarias. Mucho antes de Colombia, 2016 haber tomado la decisión concreta de suici220 páginas darse, Werther sostiene un diálogo “doctrinal” con Albert, el novio de su amada Lotte. Éste, un ciudadano común y corriente, niega, aferrándose a sus normas burguesas, que exista el derecho al suicidio. Pero Werther, entre otras cosas, le contesta: “¿Llamarás débil al pueblo que, sufriendo bajo el insoportable yugo de un tirano, se levante por fin y rompa sus cade- nas?”, estableciendo, de este modo, la libertad de acción de la personalidad humana, lejos de las reglas sociales imperantes en la época. Otro de los temas que toca Barthes es aquel del amante que, si no olvida a su objeto amado, si no se desprende de alguna manera de él, puede llegar a morir de exceso de amor, de agotamiento, de una tensión insostenible de la memoria. En el «Werther», la lucha consigo mismo se refleja en unos apuntes, que probablemente –como explica el narrador– sean el comienzo de una carta a su amigo Wilhelm: “Su presencia, su destino, su comprensión por mí arrancan todavía las últimas lágrimas de mi cerebro agotado”…. Dos de los más hermosos y a la vez complejos aspectos del amor en los que también se detiene Barthes son el significado del corazón y el estado de “estar enamorado del amor”. En ciertas ocasiones, Lotte aparece como una figura insípida y plana. Este objeto amoroso, la mujer, es idealizado, adorado, cubierto de alabanzas, disfrazando quizás el sentimiento que hay detrás. Esto es que Werther pudiese estar enamorado no de ella sino de la idea del amor. Se anula, así, el objeto amado bajo el peso del “ansia” de estar enamorado. EL CAMINO DE LA VIDA El corazón, por otra parte, alude a todo tipo de movimientos y deseos del alma. Es, en síntesis, el órgano del deseo. Se expande o se debilita tal como lo hacen los órganos sexuales. Y, sin embargo, es objeto de la más profunda angustia: ¿qué hará el otro o la otra con mi corazón? ¿Lo acogerá o lo despreciará? Werther aprecia, sin duda, su corazón más que su mente o sus talentos. De allí que el final que le espera no sea sino la muerte, el destino trágico de un amor que no encuentra lugar en este mundo. Se criticó la obra de Goethe así como se convirtió en un best seller de la época. Igual ocurrió con la obra de Barthes. Ambas son impresionantemente honestas, nacidas de un corazón sensible que da pasos gigantescos hacia la evolución de la humanidad. Por eso, y para terminar, cito una reflexión hecha por un Goethe ya maduro, lejos del joven de 25 años que escribiera su novela romántica: “Si bien se mira, esa fase de Werther de la que tanto se habla no pertenece a la marcha de la cultura universal, sino al camino de la vida de todo individuo que, con innato y libre sentido natural, debe aprender a vivir y a adaptarse a las formas constrictivas de un mundo anacrónico. La felicidad malograda, la actividad impedida, los deseos insatisfechos no son crímenes de una época determinada, sino debilidades de cada hombre, y mal irían las cosas si cada cual no tuviere, al menos una vez en su vida, una época en la cual el Werther le parezca escrito precisamente para él”. “Cómo quieres que te olvide si cuando comienzo a olvidarte me olvido de olvidarte y comienzo a recordarte”, Woody Allen (1935). La Panera I 37 Popcorn [ POR DANIEL CANALA-ECHEVARRÍA ] RETWEET 1. @presidencia_cl: La Pdta. Bachelet comparte el sentir nacional ante la partida del gran José Balmes. Su vida y obra son parte esencial de nuestra historia. L I B R O «México 86. Mi Mundial, mi verdad», de Diego Armando Maradona (Sudamericana, 2016). Lo recomiendo básicamente porque me gusta el fútbol, pero también los libros con anécdotas y contados en primera persona; no necesariamente una biografía. Además, definitivamente el Mundial de México ’86 es el que más recuerdo, donde este genio se consagró como el mejor de la historia. 2. @manugarpez: Nos deja su obra y su compromiso. Gracias maestro José Balmes. 3. @camila_vallejo: Nunca lo olvidaremos querido compañero José Balmes. Gracias por esa vida generosa y llena de luz P E L Í C U L A «The Hateful Eight», de Quentin Tarantino (2015). Me quedo con esta cinta porque soy fanático de este director, quien nunca decepciona. Un filme muy al estilo de sus anteriores producciones, lo que por sí es un sello de garantía. Excelentes actuaciones y un tremendo guión. 4. @tv_monica: Hoy partió un grande: José Balmes. Pintor, valiente, consecuente como pocos. Premio Nacional de Artes un catalán que se hizo chileno. S E R I E «Blindspot» (NBC, 2015-2016). 5. @lcruzcoke: Muere José Balmes, gran pintor y artista plástico Chileno-Español. Mi sentido pésame a sus amigos y familiares. +Q.E.P.D. Entretenida serie que se puede encontrar en Netflix, sobre una mujer que aparece después de 25 años, sin recordar quién es y con su cuerpo tatuado por completo. Una historia que te atrapa desde el primer segundo. Se la recomiendo a todas las personas con las que converso de series. 6. @baradit: Ptas, José Balmes. Mi poeta chileno preferido. No era ninguna de las dos cosas, pero si. :/ D I S C O «Mundo Hostil», de Weichafe (2016). 7. @GrupoCongreso: Lamentamos la muerte del artista visual José Balmes... JORGE BRANTMAYER 8. @gteillier: Consternado por sensible fallecimiento del gran pintor y querido compañero José Balmes. Dentro de lo que he escuchado este año, para mi gusto es el mejor disco de rock. Un sólido sonido comulga a la perfección con el concepto detrás del álbum y la puesta en escena de la banda al tocar en vivo. Excelente desde todo punto de vista. L E O, V E O, E S C U C H O, V OY 9. @ErnestoOttoneR: Nos ha dejado el inmenso José Balmes, uno de los más grandes maestros. Recordaremos tu valentía, tu consecuencia, y tú genio. TOMÁS OLIVERA Es uno de los chefs nacionales más aclamados del último tiempo, siendo incluso elegido en 2008 como el mejor de Chile (Revista «Qué Pasa»). Lideró las cocinas del restaurant Zanzíbar y del Hotel Ritz-Carlton. Luego se independizó con Caruso, en Valparaíso, y Casamar, en Las Condes. Publicó este mes de agosto el libro «La cocina de mi vida» (Grijalbo), una biografía culinaria. Hoy trabaja en el exitoso programa MasterChef Chile, de Canal 13. Éstas son sus recomendaciones. 10. @oleismos: Qué pena José Balmes... Un tremendo artista. 11. @uchile: Lamentamos muerte del Pr. Nacional, estudiante y ex académico de la U. de Chile, José Balmes http:// uchile.cl/u6538 12. @consejocultura: En @ MNBAChile se realiza velorio del Premio Nacional de Artes, José Balmes. 13. @ramirez_polo: En el 2012 tuve el honor de conversar con José Balmes y Gracia Barrios en @RadioDuna 14. @reformacultura: El artista #JoséBalmes, nacido en España y refugiado en Chile, murió a los 89 años por un mal intestinal. 15. @Clape11: Muere un gran artista, premio nacional de artes 99 , refugiado de la guerra civil española llega a Chile en el Winnipeg. Grande José Balmes I M P E R D I The Onion (@TheOnion) Es uno de los portales de noticias más importantes del mundo, que ha destacado por la cobertura de eventos locales, nacionales e internacionales. Si bien en sus comienzos (1765) era un periódico impreso de bajo alcance, hoy The Onion disfruta de una lectoría diaria de 4,3 billones de personas, convertiéndose en una de las organizaciones más influyentes de la actualidad. Además, son pioneros en ofrecer humor por las redes sociales. B L E O B R A D E T E AT R O «Cerati. Nada Personal» (Cultura Capital, 2016). Dirigida por Natalia Grez y con Matías Oviedo interpretando al cantautor argentino, es por lejos el mejor musical que he podido ver este año. Si Cerati y Soda Stereo son parte de tu playlist favorito, ver esta obra es una oportunidad única de volver a enfrentarte a sus melodías y letras. Imperdible. E X P O S I C I Ó N «Sueños en Vuelo» (Museo Nacional de Bellas Artes, 2016). Son decenas de coloridos volantines colgantes instalados en el hall central del Bellas Artes, con el sello único e indiscutible del artista Mono González. Muy ad-hoc para el mes de septiembre, súper chileno y se complementa perfecto con ese sentido muy nuestro. S Jean Jullien (@jean_jullien) Graduado en la Central Saint Martins y en The Royal College of Art de Londres, este francés natural de Nantes es tan ecléctico que, así como un día puede estar ilustrando para un libro, un póster o una camiseta, al día siguiente puedes verlo preparando una videoinstalación. Resulta complejo explicar por qué debes seguirlo, pero si ves su trabajo en su web (jeanjullien.com), probablemente te den ganas de hacerle “follow”. Casey Neistat (@CaseyNeistat) El conocido director y productor de cine primero se hizo famoso gracias a sus populares trabajos en YouTube, pero poco a poco ha estado haciendo la transición a Snapchat para realizar las observaciones y críticas humorísticas que siempre lo han caracterizado. Además, es cofundador de la red social Beme y, junto a su hermano Van, son creadores de la serie de HBO «The Neistat Brothers». RECOMENDADOS YO ESTUVE AHÍ DE NETFLIX PELÍCULA «Winter in Wartime» Es el último invierno de la II Guerra Mundial y en la Holanda ocupada la nieve lo cubre todo y la comida escasea. Michiel, un chico de trece años, está deseando colaborar con la Resistencia, que crece de forma clandestina en respuesta al odio que profesa por los Nazis. Su oportunidad llega cuando su vecino Dirk le pide que entregue un sobre en el nombre de la Resistencia. Filme postulado por Holanda como candidato al Oscar 2010 en la categoría de película de habla no inglesa. Santiago - Teatro Sidarte 25 de julio de 2016 Mario, Luigi y sus Fantasmas (@mario_luiggi_y_sus_fantasmas) 977 seguidores 26 Me gusta COMO OVEJAS Y LOBOS, TEMPORADA FINAL/ teatro sidarte #mesdemarioluiggiysusfantasmas #teatrosidarte #marioluiggiysusfantasmas #comoovejasylobos ISAAC LAWRENCE / AFP Dirección: Martin Koolhoven Duración: 103 minutos COMO OVEJAS Y LOBOS I N S P I R AC I O N E S : A N N I E L E I B OV I T Z SERIE «The Get Down» Verano de 1977. Nueva York es una ciudad decadente y vapuleada. Armados únicamente con juegos de palabras, bailes improvisados, algunos rotuladores y tubos de spray, una banda de adolescentes del South Bronx sellará un pacto que irá creciendo y creciendo hasta cambiar sus vidas –y el mundo– para siempre. La primera temporada se desarrolla a lo largo de doce episodios. Los seis primeros se estrenaron el 12 de agosto pasado a través de Netflix, mientras que los restantes seis lo harán en 2017. Dirección: Baz Luhrmann y Stephen Adly Guirgis Duración: 60 minutos (cada capítulo) S i hablamos de fotografía contemporánea, indefectiblemente llegaremos al nombre de esta artista estadounidense nacida en 1949, en el seno de una familia judía. Por delante de su cámara han desfilado actores, actrices, políticos, escritores y atletas, transformándose en uno de los nombres más respetados de la industria y en la fotógrafa mejor pagada del mundo. Su talento y reputación la han llevado a trabajar para revistas como «Vanity Fair», «Rolling Stone» y «Vogue». Admiradora de grandes nombres de la fotografía como Henri Cartier-Bresson o Robert Frank, en los últimos años Leibovitz ha pasado de retratar a personas dentro de determinados contextos a crear contextos alrededor de determinadas personas, mayoritariamente personas famosas. Es la responsable de algunas de las instantáneas más célebres y representativas de los últimos treinta años. Suya es la imagen de John Lennon desnudo abrazando a Yoko Ono unas horas antes de morir, o aquella portada de la revista «Vanity Fair» en la que la actriz Demi Moore aparecía desnuda mostrando su avanzado estado de embarazo. Nos encanta Annie Leibovitz. Nos inspira. Su obra forma parte de las colecciones de museos como el Metropolitan de Arte, de Nueva York; el Smithsonian de Arte Norteamericano, de Washington D.C.; y la National Portrait Gallery, de Londres. Si pasas por ahí, no olvides visitar su trabajo. SANFIC 12 Santiago - CorpArtes 24 de agosto de 2016 Guillermo Söhrens (@nosoyguille) 709 seguidores 92 Me gusta Texto: Nadie nos pescó en la alfombra roja de la inauguración de #sanfic así que selfi. #sanfic12 F A N P A G E D E L M E S I «Stranger Things» D O C U M E N TA L «The Salt of the Earth» Desde hace cuarenta años, el fotógrafo Sebastião Salgado recorre los continentes tratando de captar los cambios de la humanidad. Ha sido testigo de grandes acontecimientos que han marcado la historia reciente: conflictos internacionales, hambruna, éxodos, etc. Sin embargo, ahora decide visitar territorios vírgenes con grandiosos paisajes y fauna y flora exóticas. Se trata de un gran homenaje fotográfico a la belleza del planeta. Participan en el proyecto su hijo Juliano y Wim Wenders, también fotógrafo. Dirección: Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado Duración: 100 minutos Es indiscutiblemente la serie del momento. Con una sola temporada –desarrollada a lo largo de ocho capítulos–, esta producción original de Netflix se robó el corazón de todos, principalmente de quienes recordamos los ’80 como una época donde consumimos altas dosis de televisión, ciencia ficción y música, que nos marcaron hasta hoy. Definitivamente, una puerta abierta a esos años que jamás olvidaremos. Dirigida por Matt Duffer, Ross Duffer y Shawn Levy, «Stranger Things» es la historia de un niño que desaparece del mapa sin dejar rastro. En su búsqueda desesperada, tanto sus amigos y familiares como la policía local se ven envueltos en un enigma extraordinario: experimentos estatales ultrasecretos, fuerzas paranormales terroríficas y una niña muy, muy extraña. El furor a nivel mundial por esta serie ha sido tal, que no hay día en que no aparezca nuevo material sobre ella en las redes sociales. Fotografías de los cinco niños protagonistas antes de hacerse conocidos, videos de ellos bailando o cantando, memes, imágenes graciosas, escenas destacadas, temas no resueltos que podrían ser abordados en la segunda temporada –ya confirmada por sus creadores–, etc. Todo da pie para ser relacionado con «Stranger Things», y gran parte de este material se puede encontrar en este fanpage, que ya tiene cerca de dos millones de seguidores. Un excelente lugar para reencontrarse con Eleven, Mike, Dustin, Lucas y Will; elucubrar teorías sobre algunos enigmas de la serie, escuchar el excelente soundtrack y volver a vibrar con esos entrañables años ’80. WORLD PRESS PHOTO 2016 Santiago - Fundación Telefónica 27 de agosto de 2016 Pablo Ortega (@pablo.ortegas.ph) 393 seguidores 41 Me gusta Gran exposición! #worldpressphoto #2016 #estoyenwpp Gestión Cultural Esto es sin asustarse. El «Libro Negro del Emprendedor» pone el dedo sobre los Factores Clave del Fracaso, mientras el 90% de las iniciativas muere antes de cuatro años. ¡SÁLVESE QUIEN PUEDA! POR PILAR ENTRALA V. T irón de orejas para quien no está dispuesto a tropezarse. “No digas que nunca te lo advirtieron”, es la bajada del «Libro Negro» con que el catalán Fernando Trías de Bes (1967) tiene a los emprendedores concentrados en lo que NO deben hacer para sacar adelante su negocio. El especialista en mercadotecnia e innovación se justifica, “sin querer asustar a nadie”, haciendo hincapié en que aun cuando “el 90% de las iniciativas fracasa antes de cuatro años, sólo el 3% de los manuales de empresa se dedica a explicar Por Qué”. Lo bueno es que el texto pone el ojo en una idea con la cual todos hemos tenido que lidiar alguna vez: “de los errores, siempre se aprende”. Para marcar la diferencia con el resto de las lecturas especializadas y mostrar el otro lado de la moneda, el autor enfrenta los archiconocidos Factores Clave de Éxito (“éstos figuran con 20.900 entradas en el buscador de Google”) con los rezagados Factores Clave de Fracaso: “Para los FCF, el Señor Google ha escupido nada más que dos entradas en toda la red. Probemos en inglés…. Key Success Factors ofrece 636.000 entradas en Google, y Key Failure Factors, 119”, ironiza Trías de Bes. En Chile, las cifras no están lejos de esta realidad: “El 80% de los emprendimientos no alcanza a llegar a los cinco años”, acota Gustavo Toledo Bruzual, experto del Fondo para la Convergencia Estructural del MERCOSUR, FOCEM, primer mecanismo solidario de financiamiento propio de los países de ese bloque, y cuyo propósito es reducir las asimetrías de la región. 40 I La Panera ALFREDO CÁCERES PIONEROS Y COLONOS “No existir motivación inicial, no desear ser independiente. Tener miedo a la incertidumbre y no ser tolerante a la frustración son aspectos fundamentales para llegar a concluir que NO HAY PASTA DE EMPRENDEDOR”, adelanta el técnico venezolano quien, tras repasar el nuevo libro de Tries de Bes, acepta rayar la cancha marcando la diferencia entre el Emprendedor y un Empresario: “Puede compararse con la realidad que vivieron GUSTAVO TOLEDO BRUZUAL Pioneros y Colonos. Los FundesLatinoamérica primeros comienzan a explorar o poblar territorios vírgenes de los cuales se puede saber poco o nada, son osados, no tienen miedo, vanguardistas, soñadores e idealizadores. Después vienen los de “adaptación temprana”, son despiertos y quieren aprovechar la oportunidad encontrada por sus predecesores. Sólo a partir de ahí vienen los colonos que enfrentan una nueva tierra cuando los caminos ya están abiertos, las semillas plantadas y la inseguridad disipada”, explica el experto radicado en nuestro país. Luego agrega: “Un emprendedor puede convertirse en empresario en el momento que decide darle tranquilidad a su “espíritu” y empezar a gestionar aquello que conquistó o creó. Un empresario puede gestionar una idea que otro creó o emprendió, y quizás jamás sufrir las derrotas y frustraciones del emprendedor. No quiero decir que la vida del empresario sea fácil, pero se enfoca en un terreno ya trillado”. “Batallador y Aperrado”, como se autodefine cuando dicta sus clases en nuestro largo y desequilibrado territorio, bajo la consigna “Cómo iniciar mi propia empresa”, este consultor internacional sostiene que todo negocio debiera ser rentable el primer año: “Desde el primer momento se debe tener un Plan de Negocio donde se establezcan las previsiones de ingresos, gastos e inversiones, y si algo no se cumple se deben establecer las decisiones a tomar. La evaluación y el ajuste de los elementos clave permitirá orientar el negocio para obtener beneficios. Éstos son: Segmentos de clientes, Propuesta de valor, Canales de distribución, Relación con el cliente, Fuentes de ingresos, Recursos, Actividades, Socios y Estructura de costes”. EN LA CUERDA FLOJA “Crecer es bueno pero no siempre es necesario. Según cuando sea, puede ser la ruina”, advierte en la web el «Libro Negro», ante lo cual el “profe” Gustavo Toledo arremete: “Si no se sabe bien con qué clientes crecer y cómo, se terminará queriendo crecer con todos y la obsesión será el crecimiento, pero el resultado final no garantizará rentabilidad. No necesariamente vender más se corresponde con un resultado económico mejor. Depende de la mezcla de clientes y productos rentables que sean prioridad en las ventas para tener mejor resultado. En escenarios riesgosos es frecuente que se presente un deterioro de la cartera de clientes y se eleve el nivel de riesgo de crédito de las empresas en razón a su actividad comercial y las cuentas por cobrar. La esencia de los negocios no siempre es crecer, en ocasiones, hay que ser cautos”. –El emprendedor es libre. “No logra desconectarse jamás del proceso creativo. Crear en sentido estricto es producir de la nada, es extraer algo nuevo de algo que nada contiene, y para él eso genera disfrute y libertad”. –¿No fracasan las ideas sino las personas? “Muchas de las ideas que pueden convertirse en negocio u oportunidad pasan porque la persona en realidad sea emprendedora”. –¿La diferencia con un probador de fortunas? “Emprender es un acto emocional y el emprendedor se debe a él. El caza fortuna le está dando el ‘palo al gato’ y quizás no tenga capacidad de lucha”. –“Como un bombero, al gestor lo incierto le procura especial placer”. “Nada que agregar. Ambos tienen una misma forma de vida y corren riesgos”. –¿La prueba de fuego? “Saber caminar por la ‘cuerda floja’, disfrutar la INCERTIDUMBRE”. FACTORES CLAVE DEL FRACASO 01. Emprender con un motivo, pero sin motivación 02. No tener carácter emprendedor 03. No ser un luchador 04. Contar con socios cuando en realidad puede prescindir de ellos 05. Escoger socios sin definir criterios de elección relevantes (su socio debe tener la misma escala de valores) 06. Ir a partes iguales cuando no todo el mundo aporta lo mismo 07. Falta de comunicación y de confianza con los socios 08. Pensar que de la idea depende el éxito 09. Adentrarse en sectores que no gustan o se desconocen 10. Escoger sectores de actividad poco atractivos 11. Hacer depender el negocio de las necesidades y ambiciones familiares 12. Emprender sin asumir el impacto que tendrá sobre nuestro equilibrio vital 13. Crear modelos de negocio que no dan beneficios rápidamente y de modo sostenible 14. Ser Emprendedor y no Empresario, y no retirarse a tiempo EL “LADO OSCURO” DE LOS NEGOCIOS Quince serían los “lamentables motivos” para emprender. • Estar en Paro y tener que salir adelante • Odiar al jefe • Odiar la empresa • No soportar recibir órdenes • Compatibilizar la vida personal y profesional • Tener libertad de horario • Gozar de potestad para decidir la fecha de vacaciones • Creer que se gana más dinero emprendiendo que trabajando por cuenta ajena • Querer recuperar el patrimonio que perdió la familia • Demostrar algo a los demás • Demostrarse algo a uno mismo • Demostrar algo a los padres • Querer hacerse rico o dar un pelotazo (meter un gol) • Contribuir “al desarrollo de la región” • Dedicarse a un tema que gusta y al cual no es posible dedicarse si no es emprendiendo MENTIRA “¿Sabiendo por qué otros tienen éxito usted evitará su fracaso? Mentira… ¿No es mucho más lógico dar a conocer las piedras con las que tropieza el 95% de los emprendedores que analizar un 5% de hombres o mujeres de Éxito?”, concluye la lectura de la publicación de Fernando Tries de Bes, y aconseja: “No emprenda para arreglar su vida personal, sino por la satisfacción que le produce la aventura de emprender”. A modo de enganche y provocación, al final del texto se lee: “Si no está de acuerdo con este diagnóstico, puede votar en www.triasdebes.net”. USTED NO LO HAGA “El socio es gratis... ¡Mentira! Es el más caro de todos los recursos”, se lee en el «Libro Negro del Emprendedor». Aquí algunos Consejos. “Si está pensando en tener socios: -Porque necesita dinero, hable con un banco -Solo no puede con todo, emplee un trabajador -Hay un área que no domina, contrate ese servicio -Necesita comentar ciertas cosas, contrate un coach - Tiene miedo, haga deporte”. Por último, si está pensando leer más sobre lo que NO debe hacer, visite el siguiente link: www.academia.edu/6142711/128838401-El-LibroNegro-Del-Emprendedor-pdf “Fracasar no es perder, es no haberlo intentado”, Xavier Gabriel (1957), empresario español. La Panera I 41 Gastronomía POR MARÍA TERESA HERREROS Desde Londres. Fotos: Spring Restaurant U bicado en el centro del arte y de la cultura londinense, en la icónica Somerset House, ha logrado su objetivo de entregar una experiencia gastronómica que no sólo encanta en la mesa, sino que también permanece en la memoria de sus numerosos y fieles clientes. El Spring se ha constituido en el restaurant preferido y de moda para la capital inglesa y para todos quienes tienen la oportunidad de conocerlo. El agrado comienza al entrar al elegante espacio que fuera un living-room en el siglo XIX y que ha sido restaurado y recién abierto al público después de ciento cincuenta años. Ahí se instaló el Spring con comedores decorados en forma luminosa y moderna, bajo altos techos, amplios ventanales y lámparas grandes y burbujeantes. Una perfecta escena para elegir entre las delicias de la carta con la cordial ayuda del equipo de atendedores, amable y conocedor de cada plato, de sus ingredientes y de la forma de su elaboración. Algo no menor y especialmente apreciado por los haLA CARTA CAMBIA CON CADA bitués. A lo que se suma el look de los uniformes de los mozos, cortesía de los diseñadores Egg & ESTACIÓN, INCLUYENDO, Trager Delaney, con camisas de franjas blancas COMO ES DE ESPERAR, LOS con rojo o azul o verde bajo sus delantales blanMÁS APRECIADOS PESCADOS cos, que prestan un toque de color a la discreta elegancia del restaurant. Y LOS INFALTABLES CERDO Y En nuestra primera visita resultó memorable CORDERO QUE TANTO GUSTAN la exquisita entrada de higos con ricotta de búfalo, algo de kohlrabi y de jamón San Daniele, que A LOS INGLESES. no pudimos evitar pedir nuevamente cuando volvimos, algo no tan fácil debido a que el menú se renueva regularmente. Ya entablada una amistosa cercanía con la maître, Sarah, nos habló de los demás ingredientes, de los aderezos, del dorado de las almendras agregadas y de la forma de prepararlas. Dependiendo del momento del año, también se podrían probar sus famosas escalopas caramelizadas, con crema fresca y jalea de ají ahumado. Imperdible. La carta cambia con cada estación, incluyendo, como es de esperar, los más apreciados pescados (róbalo con hinojo asado, confite de limón y tomates, aceitunas negras y aioli); y los infaltables cerdo y cordero que tanto gustan a los ingleses (paletilla de cordero de lenta cocción con garbanzos, zapallo italiano y pimientos asados). En el Spring se precian de ofrecer una cocina basada en ingredientes seleccionados, sanos e impecables, preparada por un equipo que se apasiona y lo disfruta como un privilegio, bajo las órdenes de la afamada chef Skye Gyngell. No se puede ignorar un detalle que constituye una estrella más del restaurant: el pan, celebrado como el mejor que uno haya probado y que combina a las mil maravillas con la mantequilla hecha en casa preparada con kéfir. Todo finaliza muy bien con una simple y delicada espuma de merengue acompañada de puré de castañas y una salsa jersey sabrosísima, o cualquiera de los helados de cinco sabores que son especialidad del Spring, al punto de tener un muy visitado ice-cream bar. 42 I La Panera SPRING Imperdible Centro Cultural El Spring es uno de los lugares elegidos por quienes visitan la señorial Somerset House, ubicada en el corazón de Londres, entre el río Támesis y The Strand. Desde su apertura al público, el año 2000, en este amplio edificio de estilo neoclásico se han desarrollado numerosos programas de conciertos y de cine al aire libre, moda, diseño y arquitectura, que atraen anualmente a más de dos millones de visitantes. A su entrada está la imperdible Courtauld Gallery, que exhibe una sobresaliente y muy apreciada colección de artes decorativas, esculturas, muebles y principalmente pinturas y dibujos europeos que datan desde el Renacimiento hasta el siglo pasado. Destaca su colección de las más grandes figuras del Impresionismo y Post-impresionismo, con obras maestras de Manet, Monet, Cézanne, Gauguin, Van Gogh. EL RESTAURANT QUE ENCANTA A LOS LONDINENSES Skye Gyngell es una de las chefs más celebradas y respetadas de Gran Bretaña. Nacida en Australia, dio sus primeros pasos gastronómicos en Sydney, siguió en París, donde estudió en la escuela de cocina La Varenne, para radicarse finalmente en Londres. Luego de un período en el Dorchester, asumió el rol de chef a cargo del celebrado Petersham Nurseries. Ahí se destacó por su elegante cocina en creación de platos inspirados en el entorno de cada estación del año y obtuvo una estrella Michelin. Fue crítica gastronómica del «Independent» durante cinco años y escribió tres libros de cocina, el primero de ellos premiado como el mejor del año por la Asociación de Escritores Gastronómicos ingleses. Buenamoza y encantadora, instalada mañana y tarde en la cocina, su lugar preferido, en el que se siente a gusto para crear y realizar, y donde sólo ella diseña el menú. Desde allí se asoma amablemente a su ventana para intercambiar comentarios y risas con quienes tienen la oportunidad de saludarla al llegar al Spring. La carta de vinos, preparada bajo la supervisión del reputado sommelier Frank Embleton, es notable. Desde sus muy creativos cocktails, sus espumantes –que incluyen el espléndido Champagne Krug– y los vinos en que predominan los provenientes de Francia e Italia junto con los mejores de la producción inglesa. El Spring está abierto diariamente al almuerzo y la comida, excepto la tarde del domingo. Muy concurrido es también a la hora del pre-theatre, entre las 17:30 y 18:30 (los ingleses acostumbran a comer antes de la función), cuando el restaurant ofrece un menu simple a elección que resulta muy apropiado para esas ocasiones. O sencillamente un trago, un helado, un sandwich (el de centolla con manzana y nueces es una delicia), o sólo un perfecto bicerin con capas de espresso y chocolate de Turín, servidos en un agradable lugar a la entrada, todo blanco, con mesitas redondas y adornado con ramajes verdes. “Para comer bien en Inglaterra es recomendable desayunar tres veces”, François Rabelais (1494-1553), humanista francés. La Panera I 43 Fundación El Observatorio POR MIGUEL LABORDE 44 I La Panera GENTILEZA EDITORIAL ORIGO C O M O PA Í S N AC I M O S T E N S O S , tironeados entre el rigor científico de la Ilustración y el aire libre del Romanticismo. Con una obsesión por el orden pero también necesitados de poesía para soportarlo. Dos seres en uno, tratando de convivir sin despedazarse. Fue nuestra inusual geografía la que nos hizo así, necesitados de disciplina para enfrentar sus energías indomables, pero también poseedores de un sino poético generado por el aura trascendente de nuestros paisajes. Como éstos, evocan otros mundos y dan vida a dimensiones extrañas, no nos basta el orden, y muchas veces lo detestamos. Era lógico que la cultura de la Ilustración nos sedujera, más que el Barroco que reinó sin contrapesos en gran parte de la América Latina. Con Carlos III, el impulsivo rey Borbón que modernizó España, nos deslumbramos con los lenguajes de la ciencia y de la técnica, los que prometían un mundo más racional y eficiente, con inventos y avances que, a paso firme, asegurarían “la felicidad de todos los vasallos”. Chile parecía más necesitado de ella que ningún otro territorio de América, divididos como estábamos por la Guerra de Arauco, agotados por los enormes esfuerzos económicos de financiar cerca de 250 fuertes y fortines, deprimidos tras el abusivo terremoto de 1730, que nos echó el país abajo cuando recién lo habíamos reconstruido, después de 1647. No queríamos más guerra. Muchos españoles se fueron, no deseaban tanto rigor, no era la idea al venir a América, pero fue por eso que los reyes Borbones nos mandaron a los gobernadores más progresistas, como Amat, Manso de Velasco, Henríquez y Ambrosio O’Higgins, hombres ejecutivos y lúcidos, capaces de diseñar estrategias de desarrollo premodernas. Eran duros también, ejecutores contra viento y marea. Con ellos comenzó eso de avanzar por la razón o la fuerza. De ser la provincia remota y pobre, la más desgraciada, comenzamos a vivir un nivel de organización que, sin saberlo, nos estaba preparando para la autonomía independiente. Pero, nos faltaba algo más, que nos conmoviera. Latinos americanos, necesitábamos un relato poético y sensible y es por eso que el ensueño romántico nos cayó como anillo al dedo. Después de todo, si algo teníamos era una naturaleza virgen, casi deshabitada, y esa poética surgió, precisamente, en una Inglaterra que, cansada de los valles de Francia e Italia, tan perfectos como los del Loira o la Toscana, comenzó a añorar las frías CHILE, IGUAL A SÍ MISMO El «Patrimonio artístico en Chile, 1790-1840», último libro de Isabel Cruz, aporta tierra fértil. Su catastro de esa época, desde medallas y billetes a muebles y trajes, desnuda los valores de ese medio siglo fundacional; porque los objetos y los dibujos son imágenes que hablan. Nos dicen que, después de todo, seguimos luchando contra los mismos enemigos internos, el mismo peso de la noche, y soñando los mismos sueños de altos volcanes que arrojan su luz a estos valles pequeños. GENTILEZA EDITORIAL ORIGO Foto superior: Bandera del Batallón de Cazadores. Página opuesta: Escudo de Chile de 1819. selvas de su zona de lagos, el escenario mítico de su origen brumoso, sus paisajes adormecidos en la niebla. Mientras sus ciudades se oscurecían con las industrias humeantes y las locomotoras a vapor, los poetas huyeron de regreso a los bosques cercanos a la mítica Gladstone. Como nosotros, eran hijos extraños, mezcla de tecnología y poesía, mestizos de siquis. La clave de salida fue latina, sin embargo. La aportaron los arqueólogos europeos, casi todos ricos aficionados, los que comenzaron a desenterrar el mundo romano con sus columnas y estatuaria, sus pétreas fuentes y frescos murales, un mundo que sacó a la luz el cuerpo humano, de nuevo desnudo, para iniciar un mundo diferente, otro ciclo histórico. Su imaginario tomó forma por la añoranza de un tiempo más natural y sencillo, cercano a la tierra, aligerado del peso civilizatorio de la historia, el que estaba resultando excesivo para los primeros europeos realmente modernos. Bajo el influjo romántico, pidieron más libertad. No todo era puro ensueño, porque el mundo industrial todo lo electrizaba como temió la joven Mary Shelley al escribir su Frankenstein; las señales eléctricas se extendían hasta los confines y el arquetipo del hombre nuevo ensalzó al hombre de acción. La cultura se renovó gracias a viajeros capaces de arriesgar la vida para explorar los territorios más remotos, a héroes románticos que luchaban por la libertad en las tierras más lejanas –como Lord Byron–, a dibujantes que lápiz en mano esbozaban las más exóticas floras y faunas. Llegaron a Chile, lo que el libro preciso de Isabel Cruz catastra con detalles, cada obra de esos ingleses, franceses y alemanes que, audaces, hasta aquí navegaron para ser los creadores del primer relato del fin del mundo. Es interesante esa persistencia de la acción física, del viaje en que se arriesga la vida, así como la exaltación del desnudo grecorromano que se traslada al dibujo de los nativos. Hasta el estoicismo de los espartanos, o de los romanos antiguos con su disciplina y resistencia, será para los patriotas americanos un imaginario seductor, el que incluso se introducirá en la educación de nuestros países. «La Araucana», la obra de Alonso de Ercilla, es paradigmática, y por algo se leyó con avidez en los años de la Independencia; es un relato fundacional de América, pero también un ensueño europeo y romántico. Ercilla, viajero del Viejo Mundo, aquí encarna los signos de su época. En un escenario de naturaleza virginal, la selva FUE NUESTRA INUSUAL GEOGRAFÍA LA QUE NOS HIZO ASÍ, NECESITADOS DE DISCIPLINA PARA ENFRENTAR SUS ENERGÍAS INDOMABLES, PERO TAMBIÉN POSEEDORES DE UN SINO POÉTICO GENERADO POR EL AURA TRASCENDENTE DE NUESTROS PAISAJES. NO NOS BASTA EL ORDEN, Y MUCHAS VECES LO DETESTAMOS. fría del sur, su pueblo rebelde y libertario es un símbolo muy completo; como exhibe el libro de Isabel Cruz, las figuras de indígenas son constantes en las obras de arte oficial en esos años. Es como si los patriotas, también lectores de Rousseau, de pronto descubrieran que “el buen salvaje”, ese ser intocado por los males de la civilización, estaba vivo y vivía en el sur de Chile. No hacía falta añorarlo en el Lake District, en el norte lluvioso y salvaje de las Islas Británicas. En relación a Bernardo O’Higgins y sus años en Richmond, tan cerca de Londres y en contacto con artistas e intelectuales que eran ilustrados y románticos a la vez, surge la curiosidad por saber más al respecto. En especial si, tal como se recuerda en el texto, el libertador tuvo influencia inglesa pero luego de crecer en este sur de epopeya, junto a hijos de caciques que fueron sus amigos y aliados, hablando en mapudungun, origen muy diferente a los santiaguinos hermanos Carrera y a Manuel Rodríguez, que lo hicieron en pleno centro de Santiago, a una cuadra del Palacio de La Moneda, en casas enfrentadas. O’Higgins cree, romántico, en un ser humano nuevo y purificado por la naturaleza, sin apellidos con historia ni linajes entroncados en Europa, sin discriminación racial tampoco, lo que deriva de evocaciones grecorromanas y “araucanas” sintetizadas. Cada ciudadano, libre y virtuoso, sería el creador de su historia, reconocido por su mérito personal y glorificado por una Orden al Mérito. Obsesiva aparece la imagen de un sol que se eleva entre los volcanes andinos, con su dorada promesa de futuro esplendor para todos los habitantes de esta tierra ya independiente. Es previsible pero siempre interesante ver cómo alemanes, franceses e ingleses construyen un imaginario de Chile a partir de sus propias culturas; a veces pareciera que nos acercan a nuestra florifauna y al mundo indígena, pero tal parece también que nos los ocultan detrás de sus miradas necesitadas de maravillarse para no hundirse en el sinsentido de una Europa que estaba perdiendo toda su dimensión mágica, sumida en el desencanto industrializador. Lo de los ingleses es lo más explosivo, están aquí de inmediato, se suman oficiales a las batallas, se apropian de Chile en más de un sentido, comenzando por Lord Cochrane y Maria Graham. Alemania es Rugendas pero muy especialmente Alexander von Humboldt, figura decisiva para seducir a Europa con una América pura y desnuda, virginal, que tácitamente ofrecía al Viejo Mundo una segunda oportunidad, un regreso al encanto de lo prístino que ya no era posible allá. Aquí estaba la potencia todavía, la plenitud del Paraíso Perdido, aquí es donde el hombre occidental podía escapar y salvarse de las armaduras inflexibles de una civilización útil y eficiente, pero también castradora de todo espacio abierto al Cosmos; América era la plataforma que permitía entendérselas en directo, tal como en el mundo antiguo, con el Universo total y la música de sus esferas. La imaginación no estaba domesticada en el Nuevo Mundo. El libro, con toda su prolija persecución de materiales creados en esos 50 años fundacionales de la República, nos deja con sentimientos encontrados. Permite constatar que el arte europeo –y vinieron creadores de calidad, sensibles a estos entornos– también nos sedujo. Apenas nos liberábamos de la presencia de los conquistadores españoles armados, gracias a la Independencia, cuando fuimos capturados por otros de un modo que, desde las profundidades del arte y la cultura, nos comenzamos a independizar recién a fines del siglo XX, cuando los creadores locales, con mano firme, tomaron rumbos propios. Pareciera que ahora estuviéramos comenzando a vivir, en estas décadas recientes, la Segunda y definitiva Independencia. MIGUEL LABORDE es Director Cultural de la Fundación El Observatorio (Centro de Estudios Geopoéticos de Chile), director de la Revista Universitaria de la UC, profesor de Urbanismo (Ciudades y Territorios de Chile) en Arquitectura de la UDP, miembro del directorio de la Fundación Imagen de Chile, miembro honorario del Colegio de Arquitectos y de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, y autor de varios libros. La Panera I 45 Reflexión ENTRE EL HIELO Y EL FUEGO POR EDISON OTERO E N L A PÁG I N A 2 0 5 D E L A V E R S I Ó N A L E S PA Ñ O L de su libro «Diario de la galera», el escritor húngaro Imre Kertész escribe: “En sus apuntes de los años cuarenta, Wittgenstein no se refiere ni una sola vez a la guerra. ¿Es de admirar o de extrañar?”. Lo que no es de extrañar es que Kertész se formule la pregunta. Después de todo, conoció en carne propia los campos de concentración de Auschwitz y Buchenwald. En tanto sabemos de los horrores que sumó la Segunda Guerra Mundial, incluyendo el cierre maléfico de las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki, por supuesto que cabe preguntarse cómo es que a Wittgenstein no le merecieron ni la más mínima alusión. No es el único silencio al que uno puede referirse. Martin Heidegger no abrió la boca por esos mismos años y tampoco dijo palabra en los años que siguieron, considerando que en los años treinta había adherido entusiastamente al Tercer Reich. No deja de sorprender. Aclaremos que no se trata de que hayan faltado al manoseado compromiso del intelectual que infectó tantos escritos hacia la mitad del siglo. En los comienzos de su flamante carrera como filósofo europeo, Wittgenstein tuvo la simpatía, apoyo y admiración de los miembros del Círculo de Viena, conocidos como positivistas lógicos. De hecho, fueron los editores de su memorable «Tratado Lógico-Filosófico» (1921) y dedicaron muchas reuniones del círculo para analizar el texto del pensador. No pudo escapársele el hecho de que la mayoría de los miembros de ese grupo tuviera que salir de las garras del ascenso de los nazis al poder. ¿Sucede, más bien, que una persistente preocupación por la contingencia perturbe la dedicación filosófica? Es posible. Hacia fines de los años cincuenta, tan cerca de los olores, los sabores y los chirridos de la Segunda Guerra Mundial, el filósofo francés Maurice Merleau-Ponty calificaba con dureza la obsesión por la conLAS TEMPERATURAS INTERMEDIAS tingencia política, caracterizando las TIENEN INCONTABLES MATICES. NO acciones definidas en términos de tácticas, como esa “serie discontiSIEMPRE ES POSIBLE IDENTIFICAR nua de actos sin mañana”. El extreQUÉ ES LO SUSTANTIVO Y QUÉ ES LO mo del fuego del compromiso está perfectamente representado en INTRASCENDENTE. CUESTIÓN QUE Jean Paul Sartre repartiendo panNO SÓLO AQUEJA A LOS FILÓSOFOS. fletos en las calles de París, mientras militaba en un grupo maoísta, o en Georgy Lukács que dedicó su libro «El asalto a la razón» a José Stalin, mientras millones desaparecían en los territorios ilimitados de la Siberia soviética. No es fácil imaginar a Sartre o a Albert Camus guardando silencio frente a la ocupación alemana de Francia o la guerra civil en Argelia, así como resulta impensable un Wittgenstein firmando declaraciones públicas contra la persecución nazi en las universidades intervenidas o repudiando la quema de los libros de la biblioteca de Sigmund Freud. Si las acciones de Sartre pudieran ser consideradas como un extremo inútil de inmersión en la contingencia, el silencio de Wittgenstein y Heidegger pueden ser considerados como un extremo de la insensibilidad y la falta de empatía por el dolor de millones. No se está obligado a elegir entre el hielo y el fuego, entre otras cosas porque las temperaturas intermedias entre un extremo y otro tienen incontables matices. Y porque no siempre es posible identificar qué es lo sustantivo e importante, y qué es lo intrascendente. Cuestión que no sólo aqueja a los filósofos. Después de todo, la Iglesia Católica miró para el lado cuando los ejércitos de uno y otro signo pavimentaban de sangre la Europa de los años cuarenta y hasta se permitió firmar acuerdos con el Tercer Reich. Aristóteles fue tutor de Alejandro Magno. Más allá de la anécdota, se trata de una relación difícil de calificar. Para muchos, Alejandro no fue más que un genocida. Eso hace más digna la reacción de Diógenes, cuando Alejandro acudió a conocerlo en Atenas. Haciendo gala de su poder, el Emperador le dijo que pidiera lo que quisiera. Instalado en su tonel –según cuentan algunas crónicas de la época–, Diógenes le pidió que se corriera un poco porque le estaba tapando el sol. Es el mismo Diógenes que salió a recorrer las calles en pleno día, con una antorcha encendida. Le preguntaron qué pretendía y respondió que buscaba hombres. De haberlo hecho en los años cuarenta del siglo pasado, Diógenes habría tenido serias dudas de identificar como tales a Wittgenstein y a Heidegger. EDISON OTERO BELLO es Licenciado en Filosofía y profesor titular por la Universidad de Chile. Se ha especializado en las áreas de la epistemología, el desarrollo del pensamiento crítico y la teoría de la comunicación. Agenda Santiago / septiembre Club Thelonious Teatro Nescafé de las Artes Manuel Montt 032, Providencia - Teléfono: 2 2236 -3333 - www.teatro-nescafe-delasartes.cl - www.ticketek.cl Bombero Núñez 336, Barrio Bellavista - Teléfono ( 2) 2735-7962 «LA NEGRA ESTER» JAZZ 15, 16 y 17 de septiembre, 20:30 horas. Entradas: $8.000 a $18.000. 13 de octubre, 21.30 horas y 23.00 horas. Entradas: $4000. Basada en «Las décimas de la negra Ester», de Roberto Parra, es la historia del puerto de San Antonio con las vivencias de la vida bohemia en la década de los 40. Micaela Sandoval Ramírez interpreta a la negra Ester, que vive en el célebre burdel «Las luces del puerto». Dirección original y adaptación teatral de Andrés Pérez Araya. Responsable artística: Rosa Ramírez. EVA YERBABUENA MURGA 21 y 22 de septiembre, 20:30 horas. Entradas: $25.000 a $50.000. 23 y 24 de septiembre, 21:00 horas. Entradas: $12.000 a $32.000. La coreógrafa y bailaora de flamenco Eva María Garrido (1970) presenta «Sólo para Chile», cante, baile y toque puro, bajo la dirección musical de Paco Jarana. Conocida como Eva Yerbabuena, ha sido merecedora del Premio Nacional de la Danza, la Medalla de Andalucía, el Time Out a Mejor intérprete femenina de danza (Londres 2003), premios MAX y Giraldillo Bienal de Flamenco de Sevilla. Fue reconocida en 2010 por el Círculo de Críticos de Arte de Chile. La murga Agárrate Catalina presenta «Un día de julio». Fundada en 2001, la compañía uruguaya tiene cinco discos de oro y uno de platino. Dirección Escénica: Tabaré Cardozo. «LA COMADRE LOLA» 30 de septiembre, 1 de octubre, 21:00 horas; 2 de octubre, 19:30 horas. Entradas: $5.000 a $15.000. Del dramaturgo Alejandro Sieveking (1937), «La Comadre Lola» despliega lo mejor del realismo folclórico-poético chileno. Elenco: Nathalie Nicloux, Marcela Espinoza, Iñigo Urrutia, Cristián Gajardo, Alex Vidal, Bárbara Santander, Juan Carlos Cáceres, Hernán Vallejo, Luis Valenzuela. Banda musical en vivo, integrada por Eduardo Ardiles, Manuel Núñez y Andrés Viviani. Dirección Artística: Ángela Vallejo. ÓPERA «TRISTÁN E ISOLDA» 8 de octubre, 13:00 horas. Entradas: $25.000 (platea alta), $30.000 (platea baja). Transmisión en directo, full HD, desde la Metropolitan Opera House, bajo la batuta del director de orquesta inglés Sir Simon Rattle (1955) y régie de Mariusz Treliński. La sorpano sueca Nina Stemme (1963) interpretará a Isolda, y el australiano Stuart Skelton (1968) será Tristán. Los acompañan Ekaterina Gubanova (Brangania), Evgeny Nikitin (Kurwenal), René Pape (Rey Marke). Coreografía a cargo de Tomasz Wygoda. Esta es una coproducción con el Festival Hall BadenBaden, el Teatr Wielki, la Ópera Nacional Polaca, y el China National Centre for the Performing Arts (NCPA) de Beijing. Teatro Municipal La exponente nacional de jazz vocal Rossana Saavedra se presenta en el Club Thelonious con el repertorio de destacados compositores y temas originales en formato cuarteto ([email protected]). Festival de Jazz Para mayor información visite www.festivalchilejazz.cl SEGUNDA VERSIÓN 7, 8 y 9 de octubre en Concepción - Santiago - La Serena El Festival Chile Jazz reúne al pianista español Chano Domínguez, el británico Martin Joseph & Pacific Ensemble, y a los chilenos Ernesto Holman Etno Jazz Trío, la cantante Francesca Ancarola y el ensamble Quintessence (Premio Pulsar 2016). Centro Cultural de España Providencia 927 - Teléfono: 2 2795-9700 - www.ccespana.cl MÚSICA ANTIGUA 13 de septiembre, 19:30 horas. Entrada liberada. Ciclo de Música Antigua organizado por el Departamento de Música y Sonología de la Universidad de Chile (DMUS). Esta sesión se enfocará en el Renacimiento y el Barroco. Participan los jóvenes intérpretes Roldan Cubillos, Ricardo Romero, Víctor Castillo, Enzo Rissi, Inti Rodríguez, Alonso Díaz, Jorge Cárcamo, y Carlos Zamorano, bajo la dirección del profesor Romilio Orellana. Agustinas 794, Metro Santa Lucía - Fono Venta: 800 471000 - Abonos: 2 2463-8888 - Boulevard P. Arauco, Local 352-A Teléfono: 2 2432-9696 - municipal.cl LA CUECA BLUES BALLET «EUGENIO ONEGUIN» Entre el 27 de septiembre y el 1 de octubre. La Orquesta Filarmónica de Santiago dirigida por José Luis Domínguez y el Ballet de Santiago, con la dirección artística de Marcia Haydée, presentan «Eugenio Oneguin», del compositor Piotr I. Tchaikovsky (18401893). Obra maestra que el destacado coreógrafo John Cranko, conocido por su habilidad para relatar historias, creó en 1965 para el Ballet de Stuttgart, basándose en la novela del mismo nombre escrita por el autor ruso Alexander Pushkin (1799-1837). Arreglos musicales: Kurt Heinz Stolze. Escenografía y vestuario: Pablo Núñez. Iluminación: José Luis Fiorruccio. Duración: 1 hora 40 aprox. (no incluye intermedios). 46 I La Panera ÓPERA «LA BOHÈME» 29 de septiembre, 19:30 horas. Entrada liberada. Entre el 7 y el 16 de septiembre. Show en vivo para celebrar los 40 años de producción artística de La CuecaBlues Banda (premio Altazor 2011), conformada por Carlos Basilio (batería), Juan Caballero (bajo), Michel Durot (trompeta) y Luis Le-Bert, con su guitarra de cuerdas metálicas e inconfundible voz. Obra maestra de Giacomo Puccini, dirigida por José Luis Domínguez, basada en escenas de la bohemia parisina del siglo XX del escritor francés Henri Murger (1822-1861). Con la régie de Patrizia Frini, esta ópera integra elementos románticos y realistas con toques impresionistas. Elenco internacional: Aquiles Machado (Rodolfo), Eri Nakamura (Mimí), Vittorio Prato (Marcello), Catalina Bertucci (Musetta), Oleg Budaratsky (Colline), Andrey Zhilikhovsky (Schaunard), Cristián Lorca (Benoit), Claudio Fernández (Parpignol), Cristián Lorca (Alcindoro), Felipe Ulloa (Aduanero), Francisco Salgado (Sargento). Elenco nacional: José Azócar (Rodolfo), Paulina González (Mimí), Patricio Sabaté (Marcello), Yaritza Véliz (Musetta), Sergio Gallardo (Colline), Javier Weibel (Schaunard), Pablo Oyanedel (Benoit), José Barrera (Parpignol), Pablo Oyanedel (Alcindoro), Augusto de la Maza (Aduanero), Cristóbal Gutiérrez (Sargento). Escenografía y vestuario: Nicola Benois. Iluminación: Ricardo Castro. Con sobretítulos en español. Duración: 1 hora 45 aproximadamente (no incluye intermedios). SEA ORIGINAL... REGALE Suscripciones: [email protected] CEAC Universidad de Chile Centro de Extensión Artística y Cultural, Ex Teatro Universidad de Chile, Metro Baquedano, Plaza Italia. Teléfono: 2 2978-2480 /81 - Más info en: ceacuchile.com CICLO 3 DANZA Y CUENTOS 30 de septiembre, 20:00 horas. Entradas: $8.000 público general, 40% de descuento estudiantes y tercera edad. El Ballet Nacional Chileno, BANCH, presenta «Coreografía», de Carolina Bravo (Chile), basada en la composición sinfónica «Pedro y el Lobo» Opus 67, de Serguéi Prokófiev, escrita en 1936; y reposición de la obra «Pluma», de Annabelle López Ochoa (Bélgica / Colombia). La Panera Agenda internacional / septiembre FERIA FRIEZE Londres 5 al 9 de octubre frieze.com IMPERDIBLE La feria internacional de arte contemporáneo Frieze, celebra su décimo cuarta versión en el Regent´s Park de Londres, bajo la dirección de la joven especialista Victoria Siddall. Con la participación de más de 1.000 artistas y la presencia de las 160 galerías más importantes del mundo, esta cita reúne a los principales coleccionistas en uno de los imperdibles que marcan anualmente el fin del verano europeo. «The Nineties» (los noventa), a cargo del curador suizo Nicolas Trembley, es una de las nuevas secciones, donde se exhibirán obras realizadas en una época marcada por los cambios. Se suman «Focus» y «Live», dos plataformas destinadas a las galerías emergentes y al montaje de instalaciones a cargo de jóvenes talentos. El programa de este año contempla la participación del consagrado James Turrell (1943), de la galería de Los Angeles, California, Kayne Griffin Corcoran, que se presenta por primera vez con una monumental instalación de luz, mientras que el argelino Philippe Parreno (1964), de la galería londinense Pilar Corrias, exhibe su nueva serie de esculturas concebidas conjuntamente con la comisión de artistas de la Tate Modern. Una serie de presentaciones monográficas de importantes autoras femeninas serán desplegadas en la sección principal de la feria. Ahí expondrán Goshka Macuga (Galería Rüdiger Schöttle, Múnich), Latifa Echakch (Mennour Kamel, París), Francis Upritchard (Kate MacGarry, Londres), Penny Siopis (Stevenson, Ciudad del Cabo) y Channa Horwitz (Galería Ghebaly). Siguiendo con la fuerte tendencia femenina de este año, el evento reunirá obras de artistas emergentes como Sophia Al Maria, Rana Begum, Monir Shahroudy Farmanfarmaian y Huda Lutfi. En una colaboración conjunta entre las Galerías Limoncello (Londres) y Taro Nasu (Tokio), Ryan Gander presentará el proyecto curatorial «Auto-abstracción». Un ciclo de debates, mesas redondas y conferencias hacen de este encuentro una referencia dentro del sector de las artes visuales. WHITNEY MUSEUM Nueva York Hasta el 2 de enero de 2017 whitney.org 48 I La Panera NUNCA ES TARDE A sus 101 años, Carmen Herrera desplegará gran parte de su obra de Expresionismo Abstracto en el Museo Whitney de Nueva York. Se trata de la primera exposición individual de la artista en Estados Unidos desde 1998. Organizada por los curadores Dana Miller y Richard DeMartini, la muestra incluye 50 piezas, las cuales abarcan desde sus abstracciones tempranas realizadas en París hasta sus reconocidas series «Blanco y Verde», junto a una selección de sus más recientes trabajos, así como de sus obras en tres dimensiones. “Nunca se es demasiado viejo para convertirse en la mejor versión de uno mismo”, afirma la artista cubana. MUSEO DE ARTE MODERNO Nueva York Hasta el 22 de enero de 2017 www.moma.org DE TODO UN POCO Con el empleo de una amplia variedad de técnicas, Kai Althoff (1966) es un artista distinto. Su trabajo es una mezcla heterogénea de pinturas, dibujos, fotografías, textos, instalaciones e incluso música. «And then leave me to the common swifts”, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), ha sido curada por el propio artista e incluye 200 obras, entre monografías, esculturas, collages, dibujos y fotografías, de las cuales 75 provienen de colecciones privadas de Estados Unidos y Europa. El creador sobresale por ofrecer una mirada hacia distintas temáticas relacionadas con la cultura alemana, desde su interpretación de los postulados góticos hasta la revisión del Expresionismo. Pero la esencia verdadera de su trabajo reside en la creación de todo un universo de carácter imaginario con el que ironiza sobre cuestiones propias de la sociedad. A pesar de la aparente heterogeneidad de sus propuestas, éstas alcanzan un notable grado de coherencia. El recorrido invita a descubrir de todo un poco. Desde el silencio aparente de sus características acuarelas y pinturas hasta sus instalaciones más complejas. MUSEO ALBERTINA Viena Hasta el 8 de enero de 2017 www.albertina.at POR LOS CAMINOS DEL PUNTILLISMO El Museo Albertina de Viena explora el Puntillismo a través de una selección de obras de grandes pintores como Georges Seurat, Paul Signac, Henri Matisse, André Derain, Pablo Picasso, Gino Severini y Van Gogh, quien ostenta un lugar especial dentro de este movimiento surgido entre 1886 y 1930. Y es que el artista holandés no recurría a esta técnica de manera sistemática, sino que la empleaba con gran expresividad y pasión. Fue él quien introdujo este arte en París y Arlés, y su influencia es perceptible en muchas de las generaciones posteriores de artistas. Para la ocasión han sido seleccionadas 100 obras, entre grabados, acuarelas y cuadros vinculados a esta corriente. GALERÍA LELONG París Hasta el 8 de octubre www.galerie-lelong.com VISIÓN DE CONJUNTO Las obras de Arnulf Rainer (1929), Jannis Kounellis (1936) y Antoni Tàpies (1923-2012), se presentan en la Galería Lelong de París. Los tres artistas centran su trabajo en la brutalidad de la materia y la energía del gesto creativo. Cada uno se liberó del concepto de “escuela” y tuvo que vivir los dramas de postguerra del siglo XX desde muy joven, junto con enfrentar los cambios científicos y tecnológicos de ese periodo, así como la emancipación intelectual, artística y material. La muestra busca paralelismos, coincidencias y diferencias entre estas figuras clave del arte que contribuyeron de forma decisiva a la evolución de la pintura. El catalán Tàpies sobresale con su exploración de materiales y la inclusión en sus obras de signos y objetos de la vida diaria; el griego Kounellis, por el uso de materias primas y escenografías dramáticas; y el austríaco Rainer se impone por sus obsesivos retoques y sus feroces autorretratos. Cada uno es reconocido internacionalmente y sus piezas son exhibidas en los más importantes museos del mundo. Para Rainer el desafío está, según sus propias palabras, en “lo impenetrable, lo fronterizo y la monotonía”. Mientras a Tàpies le atraían “los motivos que tienen relación con lo oculto y lo enigmático, y que resultan difíciles de captar”, Kounellis cambió el marco de sus cuadros por marcos de camas, puertas, ventanas o los propios edificios de las galerías de arte. GALERÍA WHITECHAPEL Londres Hasta el 15 de enero de 2017 www.whitechapelgallery.org CUESTIÓN DE TIEMPO La Galería Whitechapel de Londres presenta «William Kentridge (1955):Thick Time». Son seis obras creadas por el artista sudafricano entre 2003 y 2016, incluyendo dos de las instalaciones audiovisuales a gran escala nunca antes vistas en el Reino Unido. «La negativa del Tiempo» (2012) es una instalación multi-sensorial que explora la transformación del tiempo a través de objetos, sonidos e imágenes. Inspirado por una serie de conversaciones con el científico estadounidense Peter Galison sobre las teorías de la época, la obra es una síntesis de imágenes en movimiento, sonido y rendimiento. Por su parte, «O Máquina sentimental» (2015), diseñada por el autor utilizando agua salada, es una crítica en contra del pensamiento del revolucionario ruso León Trotsky respecto a que las personas son "máquinas sentimentales pero programables”. Una serie de videos subtitulados con los discursos de Trotsky e imágenes sobre su exilio en Estambul serán proyectados en las puertas de cristal de esa pieza. El autor es reconocido por sus animaciones y dibujos, que además exploran la historia del Colonialismo y el drama actual de las Migraciones. BIENAL DE ARTE Sao Paulo 10 de septiembre al 11 de diciembre www.bienal.org.br INCERTIDUMBRE La versión número 32 de la Bienal de Arte de Sao Paulo se realizará en el Pabellón Ciccillo Matarazzo de esa ciudad, entre el 10 de septiembre y el 11 de diciembre, bajo la consigna «Incertidumbre Viva» para poner énfasis en la inestabilidad del habitar humano en este siglo. Un total de 81 artistas y colectivos centran su mirada en los tópicos vinculados a la cosmogonía, la inteligencia emocional, el cambio climático y el enfoque sistémico hacia la ecología de los espacios naturales. El curador de la muestra, Jochen Volz, argumenta: “Las clásicas decisiones de los gobiernos durante la historia no se pueden aplicar en nuestros días, así como tampoco la ética que ha sido violada en varias partes del globo. Si algunos de los sucesos que se han predecido para un futuro cercano en lo social, ecológico, económico y político se cumplen, las crisis y cambios sacudirán el mundo”. La mezcla de razas, creencias, mitos que se producen debido a las políticas migratorias, las mezclas de costumbres y lenguajes, son temas de reflexión que Volz propone para esta Bienal. Lo acompañará un grupo de curadores con particulares puntos de vista y distintos campos de trabajo: Gabi Ngcobo (Sudáfrica), Júlia Rebouças (Brasil) y Lars Bang Larsen ( Dinamarca). CENTRO POMPIDOU París Hasta el 23 de enero de 2017 www.centrepompidou.fr REALISMO MÁGICO Hacía 36 años que el Centro Georges Pompidou de París no presentaba una retrospectiva en homenaje a René Magritte (1898-1967). «La traición de las imágenes» es una exposición inédita sobre la obra del artista belga cuyos trabajos giran en torno al fuego, la sombra, las cortinas, las palabras y el cuerpo fraccionado. Del centenar de pinturas, dibujos y documentos de archivo, destaca su famoso cuadro «La perfidia de las imágenes» (1928-9), donde retrató una pipa y debajo puso la leyenda «Ceci n’est pas une pipe» (Esto no es una pipa), cuestionando la realidad pictórica bajo la lógica de la filosofía. Magritte utilizó el mismo estilo y efecto en su cuadro «La llave de los sueños», de 1930. El maestro del realismo mágico presenta los objetos tal y como los concebimos, pero a menudo los combina de tal modo que la suma de ellos da lugar a una situación irreal, absurda, onírica y fantástica. GALERÍA THADDAEUS ROPAC Salzburgo, Erwin Würm, hasta el 19 de noviembre París, Lucinda Childs, hasta el 7 de enero de 2017 ropac.net MINIMALISMO Y MÁS Erwin Würm (1954) explora las paradojas de la vida en la Galería Thaddaeus Ropac de Salzburgo. En «Lost», el artista austríaco ironiza en torno a la alienación de los bienes en nuestra sociedad, jugando en sus esculturas hechas en bronce, arcilla o poliester, con las nociones de volumen, peso y ausencia/presencia. Sin perder el sentido del humor, Würm deja de manifiesto la pérdida de tiempo de nuestras vidas dedicadas al consumo de bienes materiales. Llaman la atención los autos que sólo giran a la izquierda, seres estampados en un muro, gente literalmente enterrada hasta el cuello, casas a punto de caer desde la altura de un edificio, museos obesos y museos que se están derritiendo. Otros objetos cotidianos, como un pote de crema, un reloj o un sofá, aparecen para hacerle sentir al espectador nostalgia por el pasado dentro de un contexto social e histórico. Llama la atención el color amarillento de «Butter» (un refrigerador a tamaño natural), o el color blanco cremoso de «Body» (un difusor de crema para el cuerpo gigante). También en la Galería Thaddaeus Ropac, pero en París, se revive «Dance», obra realizada en 1979 por la coreógrafa y bailarina (conocida como “la gran dama”) Lucinda Childs (1940), en estrecha colaboración con el compositor estadounidense Philip Glass (1937), quien escribió la música de la que hoy es considerada una de las piezas más emblemáticas y representativas del Minimalismo. La misma en la que también colaboró el artista plástico Sol Lewitt (1928-2007), a cargo de filmar la coreografía de Childs en una película en formato 35 mm que se superpone al escenario en una pantalla traslúcida, dotando a cada bailarín real de un doble virtual, en un ejercicio obstinado que mantiene a los danzantes cruzando repetitiva e incansablemente las calles imaginarias del escenario. La Panera I 49 [ NOTASCUL | POR PAMELA MARFIL ] > HISTORIAS EN 360° C uarenta imágenes de papel cortado por láser forman libros que pueden abrirse en 360° para narrar historias desde distintos ángulos. La superposición que el arquitecto y diseñador Yusuke Oono realiza de cada corte, crea espacios mágicos y misteriosos que estimulan la curiosidad. Conozca más en: http://www. loftwork.com/portfolios/ oonoyusuke/page/2 EL ABC DE LOS ARQUITECTOS Y a sea para quienes se inician o para conocedores expertos, el video «The ABC of Architects» es un excelente ejercicio para conocer a los grandes de la arquitectura o para disfrutar con los detalles y la síntesis que logra el diseñador gráfico y artista visual Federico González. Desde Alvar Aalto a Zaha Hadid, vea la animación en https://vimeo. com/56974716 > GEN DEL ARTE EN EL ADN C uerpos esbeltos y altos que sirven de lienzo para un pueblo etíope que habita el Valle de OMO y que lleva el gen del arte en su ADN. Abastecidos por innumerables pigmentos obtenidos de su geografía volcánica, logran una paleta de colores amplia: ocre rojo, caolín blanco, verde cobrizo, amarillo luminoso o gris ceniza. Hombres, mujeres y niños experimentan con un gesto espontáneo y libre, combinando el color con elementos de su naturaleza, como ramas, flores, semillas o pieles. El resultado es tan propio y único que parecieran creaciones para las pasarelas de moda más vanguardistas. Para seguir impresionándose, revise la serie fotográfica de Hans Sylvester, fotógrafo alemán que por seis años se dedicó a registrar a los etíopes del OMO: http://es.slideshare. net/sotos1/the-omo-people-by-hanssilvester