Participación y educación: prevención e intervención en situaciones de riesgo ambiental e impactos socio-sanitarios de los recuperadores urbanos informales (cartoneros)1 Beatriz Irene Goldstein (directora)2 Humberto Lorenzo Persano (co-director) 1. Plan de investigación Este proyecto está dirigido a mejorar las condiciones ambientales y socio-sanitarias asociadas al desarrollo de las tareas de los recuperadores urbanos (cartoneros) y de sus familias en la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, en sus diferentes etapas: recuperación, acopio, reutilización, reciclado y venta de materiales. Los participantes en el proyecto son: cartoneros o recuperadores informales de los residuos sólidos, vecinos, tomadores de decisión, estudiantes, docentes e investigadores. Se trata de: 1. Identificar los riesgos ambientales e impactos socio-sanitarios que sufren los cartoneros y sus familias. 2. Analizar sus representaciones sobre temas relacionados con su trabajo. 3. Investigar, identificar y capacitar a los recuperadores en la detección y abordaje de problemáticas socio-sanitarias a las que están expuestos. 4. Promover las “buenas prácticas” en el manejo de los residuos sólidos urbanos que demuestren ser efectivas en la disminución de los efectos perjudiciales respecto de la calidad ambiental. 5. Diseñar e implementar talleres de capacitación para fortalecer la relación entre los cartoneros y los vecinos. 6. Diseñar y producir materiales de educación, información y comunicación dirigidos a recuperadores, sus familias y a los vecinos de los barrios seleccionados. La complejidad del tema a abordar implica articular el trabajo de profesionales provenientes de distintas disciplinas. 2. Estado actual del conocimiento sobre el tema Uno de los productos de nuestras sociedades tecnológicas es la basura. La cantidad creciente de residuos y desechos en nuestra Ciudad, y la diversidad de su composición, constituyen la mejor prueba y el eslabón final de la cadena de producción característica de las sociedades consumistas, revelando también nuestra manera de manejar y utilizar los recursos (ver Cuadro 1). Los recuperadores de residuos urbanos o cartoneros constituyen grupos de personas vulnerables frente a diferentes causas, por el tipo de actividades que desarrollan. Están expuestos continuamente a situaciones de riesgo de origen muy diverso: químico, biológico, social, cultural y psicológico, entre otros. En su tarea, basada en el manipuleo directo de la basura, las consecuencias para la salud dependen de del tipo de residuo, su composición y de las características de la manipulación por parte de los cartoneros, ya que se trata de residuos domésticos, pero también hospitalarios e industriales. Para poder ayudar a los recuperadores y a sus familias a prevenir e intervenir en esas situaciones de riesgo socio-sanitario y de salud ambiental, debemos acercarnos a sus realidades, partir de 1 Proyectos de Investigación Bienales Renovables, Programación Científica 2006-2009, Código de Proyecto: 0187. Se trata de un proyecto perteneciente a la Categoría A, Área: Humanidades, en la disciplina Educación, con una especialización en el área de educación y comunicación ambiental. El equipo de investigación está formado por los investigador formados Mónica Beatriz Castañera, Claudio Eduardo Glejzer, Vali Guidalevich, la investigadora de apoyo Adriana Zulema Maldonado y el investigador en formación Lisandro Chertcoff. 2 Profesora Regular de “Biología: comportamiento, desarrollo y aprendizaje”, Departamento de Ciencias de la Educación, investigadora del IICE, directora del proyecto UBACYT F 824, máster en Educación Ambiental. [email protected]. sus maneras de interpretar sus tareas, de la expresión de sus necesidades, de sus propias ideas de los problemas y riesgos ambientales y de salud cotidianos. Desde 1997, la Cátedra de Biología: Comportamiento, Desarrollo y Aprendizaje, a cargo de la Prof. Beatriz Goldstein (Ciencias de la Educación, FFyL, UBA), ha implementado talleres de investigación y/o de campo para otorgamiento de créditos de grado. Partimos del supuesto que sólo si se informa y se concientiza acerca de un problema ambiental como es el de los residuos sólidos urbanos, se pueden cambiar las actitudes y los comportamientos respecto a la problemática ambiental, y en particular respecto de los residuos. [Goldstein y Castañera (2001) y 2002)] En su formación, los participantes han investigado el nivel de información, de actitudes y de comportamientos de distintos actores sociales, aprendiendo a investigar investigando (UBACYT TF 57, 1997 UBACYT, F 114, año 2000). Los resultados metodológicos dieron lugar a varias publicaciones y presentaciones en congresos por parte de los diferentes integrantes del equipo [Goldstein, Castañera y Ladisa (1996), Goldstein (1998), Goldstein y Guidalevich (1999), Goldstein y Castañera (2002) y (2003), Guidalevich y Goldstein (2003), Goldstein, Carsen y Merlo (2004)]. En el presente proyecto, se investigó el circuito informal de clasificación, recolección, acopio y comercialización de los residuos sólidos urbanos así como de los problemas de salud de los cartoneros y sus familias que derivan de las condiciones en las que realizan su actividad, tratándose de un grupo vulnerable. Se incorpora la Cátedra de Psicología de la Nutrición de la Facultad de Medicina, colaborando en la detección de los impactos sociosanitarios que sufren los cartoneros y sus familias (toxicidad, desnutrición, entre otros). En nuestro trabajo, el proceso de enseñanza y aprendizaje se basa en informar-aprenderretroalimentar incorporando los “saberes de cada grupo de sujetos sociales” para seguir informando, diseñando materiales de difusión y didácticos, adecuados a cada grupo e implementando talleres. 3. Objetivos e hipótesis de la investigación Los objetivos del proyecto son: 1. Identificar los riesgos ambientales e impactos socio-sanitarios que sufren los cartoneros y sus familias: contaminación por distintos agentes, enfermedades infecciosas, toxicidad, violencia, desnutrición, abusos, adicciones, transmisión de ITS y de VIH/SIDA, entre otras. 2. Capacitar a estudiantes de la carrera de Ciencias de la Educación, de la FFyL, UBA, en la temática de educación y salud ambiental y socio-sanitaria, a través de la investigación, la acción participativa y actividades artísticas (arte y educación ambiental). 3. Analizar las concepciones y las representaciones de los cartoneros y sus familias sobre temas relacionados con su trabajo y su salud y utilizar los resultados para organizar su formación. 4. Investigar, identificar y capacitar a los recuperadores en la detección y abordaje y solución de problemáticas socio-sanitarias a las que están expuestos. 5. Promover las “buenas prácticas” en el manejo de los residuos sólidos urbanos que demuestren ser efectivas en la disminución de los efectos perjudiciales respecto de la calidad ambiental. 6. Diseñar e implementar talleres de capacitación para los recuperadores destinados a reducir los riesgos en su salud y en el impacto ambiental, ayudar a desempeñar sus 2 actividades en la vía pública fortaleciendo la relación entre los cartoneros y los vecinos. 7. Ayudar a visualizar socialmente los problemas identificados, diseñando y produciendo materiales de educación, información y comunicación dirigidos a recuperadores, sus familias y a los vecinos de los barrios seleccionados. 4. Metodología 4.1 Taller de investigación/acción participativa de educación ambiental dirigido a estudiantes de la FFyL, UBA Se trata de una investigación participativa, ya que se concibe a la investigación y al conocimiento como práctica colectiva que lleva implícitos componentes de acción educativa y animación sociocultural. Dentro del componente de investigación se incluyen la planificación y el diseño de estrategias metodológicas para formar capacitadores y multiplicadores de salud ambiental, a través de talleres de investigación/acción participativa en la FFyL, UBA, para otorgamiento de créditos de grado. Los estudiantes participantes de este taller cumplieron un doble rol: como sujetos de aprendizaje y como capacitadores. Consideramos que sólo si se informan y se concientizan podrán cambiar y ayudar a cambiar actitudes y comportamientos respecto a los problemas ambientales que aquejan la salud de los cartoneros o recuperadores en su trabajo en la vía pública. La capacitación de los estudiantes que asisten al taller consiste en las siguientes fases: a. Información técnica de la problemática ambiental y socio-sanitaria a tratar a través de un documento base previamente elaborado. b. Sensibilización a la problemática a través de dinámicas lúdicas, sociodramas y técnicas artísticas. c. Aprender a investigar investigando. Los estudiantes se concientizan acerca de su propia transformación, de su propio proceso de aprendizaje, del cambio de sus actitudes. Los participantes investigan: 1. Qué tipo de residuos sólidos (diversidad y cantidad) impactan negativamente en la salud de esta población vulnerable y qué problemas sanitarios se derivan de la manipulación y el consumo de los residuos urbanos (toxicidad de los residuos, riesgos para la salud provenientes de la ingesta de alimentos deteriorados, riesgos de heridas por objetos cortantes o punzantes, etc.). 2. Cuáles son los conceptos estructurantes, es decir, los conceptos científicos básicos y necesarios para comprender los problemas y aplicar las soluciones propuestas, y su relación con las concepciones de los recuperadores y su núcleo familiar acerca de la clasificación, la reutilización, el reciclado y la venta de residuos urbanos, el impacto ecológico de su transformación y su destrucción. 3. Cuál es el nivel de información, las actitudes y los hábitos de otros actores involucrados en la temática abordada: vecinos, comerciantes, tomadores de decisión. 4.2 Encuesta-entrevista La herramienta metodológica básica que se utiliza en esta investigación es una encuestaentrevista oral con preguntas cerradas, semi-abiertas y abiertas que permitirá su análisis cualitativo y cuantitativo. La encuesta que se propone a los estudiantes del taller es previamente diseñada a partir de un documento base elaborado para la formación de los 3 participantes del taller. En una primera etapa, esta encuesta preliminar es discutida grupalmente y luego, cada estudiante toma algunas entrevistas piloto entre diferentes actores de la misma Facultad, para investigar los obstáculos y dificultades, tanto en el diseño del cuestionario como las propias, en su rol de entrevistador/a. La encuesta definitiva o re-elaborada tiene en cuenta el vocabulario y la terminología fácilmente entendible e interpretable por la totalidad de los actores entrevistados. Cada estudiante-participante entrevistará a un grupo meta. Se realiza un seguimiento del proceso de formación de los estudiantes, controlando la calidad de las entrevistas que realizan, y reflexionando grupalmente en el taller las dudas y los obstáculos que van surgiendo. Los datos obtenidos, que se analizan cualitativa y cuantitativamente, se utilizan en el diseño de estrategias de prevención y actividades propuestas, en la capacitación de multiplicadores, y en el diseño y producción de material de información, divulgación y didáctico. El material producido se discutirá con los diferentes actores, incorporando las sugerencias aportadas en el proceso de retro-alimentación. [Sirvent (1999)] De esta manera, dicho material se propone reflejar no sólo las ideas y las sugerencias de los estudiantes sino también las de todos los actores entrevistados. 4.3 Proceso de capacitación de los cartoneros y de sus familia a partir de la investigación previamente realizada Los materiales producidos se utilizan para brindar no sólo información sino capacitación a los cartoneros. De esta manera pueden llegar a multiplicar su “saber socio-sanitario ” entre sus pares. En los talleres de capacitación, nos centraremos en: 1. Informar e implementar actividades acerca de los problemas ambientales y sociosanitarios que surgen al manipular los residuos sólidos urbanos, investigados y diagnosticados en los talleres con estudiantes. 2. Facilitar la producción de material didáctico “de cartoneros para cartoneros ”, donde se propongan comportamientos “saludables” en la realización de su trabajo. Además se implementan canales de comunicación que faciliten la participación responsable de todos los sectores involucrados mediante talleres y foros participativos. 5. Investigaciones preliminares (aún no publicadas) relacionadas con el tema 1. En la Argentina del 2001, debido al índice de desempleo y a la falta de recursos económicos se comienza a considerar y a valorizar ciertos residuos como fuente de recursos económicos. El aumento de la desocupación, de la pobreza y de la exclusión hicieron que en estos últimos años miles de familias, los cartoneros, encontraran en la actividad de clasificación y recolección de residuos una forma para sobrevivir la crisis. Desde la FFyL, y en particular desde o a través de los talleres de investigación/ acción, para otorgamiento de créditos de grado, comenzamos una investigación sobre el recorrido informal de los residuos sólidos urbanos en la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, con el objetivo de conocer a través de las historias de vida de los cartoneros las diferentes causas que los habían llevado a dedicarse a esta actividad. Diseñamos para ello diferentes tipos de cuestionarios adaptándolos a la edad, nivel de escolaridad y vocabulario empleado por los entrevistados. Además, durante el trabajo, nos contactamos con cooperativas de cartoneros e investigamos especialmente la cooperativa del llamado “Tren Blanco” y de la cooperativa “Nuevo rumbo”. En esta investigación se entrevistaron también a algunos funcionarios relacionados con la temática, lo que nos permitió conocer sus propuestas para solucionar los problemas ambientales y socio-sanitarios que implica esta tarea en las calles de la Ciudad. El proyecto 4 de investigación que proponemos nos permitirá continuar esta línea de investigación/intervención. 2. Una segunda línea en nuestro trabajo es aquella que interrelaciona arte-educación ambiental-salud humana. Hemos desarrollado trabajos donde investigamos las percepciones e interpretaciones que niños, jóvenes y adultos expresan respecto de los cartoneros que se observan diariamente en nuestra Ciudad. Para ello se partió de la observación de obras del artista Antonio Berni donde aparece el personaje Juanito Laguna. Parte de esta investigación, aquella relacionada con las percepciones de los niños, ha sido publicada [Guidalevich y Goldstein (2003)], pero resta la publicación de todo lo relativo a adultos y, en particular, la investigación realizada a partir del trabajo con docentes de educación artística de diferentes ciclos escolares. Los materiales didácticos y de difusión producidos durante el desarrollo del proyecto facilitarán la posibilidad de multiplicar los conocimientos, las competencias y las actitudes necesarias para la prevención de accidentes y enfermedades relacionados con la actividad de recolección, transporte y tratamiento de los residuos, en otras poblaciones o grupos similares, replicando la experiencia. Se espera que la formación de los estudiantes, a través de los talleres de investigación, les permita participar y desarrollar en el futuro nuevas investigaciones. El hecho de que las investigaciones del proyecto se realicen en las condiciones reales de un grupo en situación de riesgo y de pobreza permitirá a los jóvenes investigadores desarrollar la metodología, y sobre todo la sensibilidad social y personal que les permitirá trabajar en el futuro con otros grupos sociales vulnerables. 6. Algunos resultados 6. 1 Los cartoneros de la ribera del Río De La Plata: investigación e intervención 3 Introducción La cantidad creciente de residuos y desechos en nuestra ciudad, y la diversidad de su composición, constituyen la mejor prueba y el eslabón final de la cadena de producción características de las sociedades consumistas, revelando también nuestra manera de manejar y utilizar los recursos (ver Cuadro 1). Históricamente, la Ciudad de Buenos Aires se fue construyendo “de espaldas ” al Río de la Plata. Hoy, este río presenta un alto índice de contaminación y su biodiversidad se encuentra amenazada; además, los habitantes de la ciudad no lo pueden utilizar sin correr riesgos sanitarios. Por otra parte, el manejo inadecuado de los residuos sólidos urbanos (RSU) contribuye a aumentar la contaminación del río. El problema se ve agravado por la falta de información y conocimiento de los habitantes de nuestra ciudad acerca de los valores y servicios que el río brinda. Esto atenta contra la sustentabilidad del ecosistema río. El ciclo informal de los residuos incluye diferentes etapas: recuperación, acopio, reutilización, reciclado y venta de materiales. Los recuperadores de residuos urbanos o cartoneros intervienen en la recuperación (clasificación y recolección) y muchas veces en la venta de materiales. En este trabajo nos referiremos a la clasificación y recolección informal en la ribera del Río de la Plata frente a nuestra Ciudad. En la Cátedra de Biología: Comportamiento, Desarrollo y Aprendizaje nos planteamos que sin información es imposible tomar conciencia y cambiar actitudes respecto a un problema ambiental como la contaminación y la disminución de la biodiversidad del río. Pero la información no es suficiente. Es necesario adoptar nuevas actitudes y cambiar comportamientos. Para ello proponemos un proceso educativo de los estudiantes partiendo 3 Beatriz Goldstein, Mónica Castañera y Daniel Cibeira. Véase Goldstein B. y M. Castañera (2008). 5 de la sensibilización y la concientización, que favorezcan estos cambios. [Goldstein y Castañera (1999)] En el año 2005 se desarrolló el proyecto “La ciudad y el río: construyendo una relación saludable” en el taller de investigación/acción participativa, considerando especialmente la relación de los RSU y la contaminación del Río de la Plata. En este programa se investigaron las interacciones entre distintos actores sociales y la ribera del río, como comerciantes, encargados de restaurantes, paseantes, pescadores, estudiantes y docentes de Ciudad Universitaria, entre otros. En este trabajo, en particular, informamos sobre las condiciones en que los recuperadores de la ribera –en Costanera Norte y Costanera Sur– realizan su actividad y perciben la realidad, y acerca del proceso de sensibilización y toma de conciencia seguido por los estudiantes participantes de esta investigación. Cuadro 1: La ciudad y su basura En la Ciudad de Buenos Aires la producción diaria de residuos se estima entre las 12.000 y 17.000 toneladas. Estos residuos sólidos urbanos o basura deben ser dispuestos, obviamente, en forma sanitaria. Cada uno de nosotros genera en la ciudad, en promedio, entre 600 gramos y un kilo de basura por día. En Argentina, el reciclaje de mayor importancia es el de papel, cartón, vidrio y latas de aluminio, y en menor proporción, la hojalata. El proceso de clasificación y comercialización tiene lugar básicamente en un mercado informal. En la Región Metropolitana de Buenos Aires, se estimaba, en el año 2001, que alrededor de 25.000 personas trabajaban con la basura y otros residuos depositados en las calles. Más de 10.000 personas recorren la Ciudad de Buenos Aires, todos los días, buscando papel, cartón y otros materiales reutilizables como vidrio y plástico (PRU, 2004). Por su actividad, los cartoneros constituyen grupos de personas vulnerables frente a distintas causas. Están expuestos a continuas situaciones de riesgo de origen muy diverso: químico, biológico, social, cultural y psicológico, entre otros. Metodología Desarrollo del taller de investigación/acción participativa Dentro de la capacitación, los participantes debieron investigar: 1) Qué tipo de residuos sólidos contribuyen a contaminar las aguas del Río de la Plata frente a la Ciudad: su diversidad y cantidad, qué actores contribuyen. Para ello, se seleccionaron dos zonas de muestreo en la ribera: Costanera Norte y Costanera Sur. 2) El nivel de información, las actitudes y los hábitos de distintos actores que desarrollan sus actividades en la ribera, involucrados en la temática abordada (= grupo meta). Para esto, la herramienta metodológica básica que utilizaron fue una encuesta-entrevista oral con preguntas cerradas, semi-abiertas y abiertas que permitieron su análisis cualitativo y cuantitativo. La encuesta definitiva tuvo en cuenta el vocabulario y la terminología fácilmente entendible e interpretable por la totalidad de los actores entrevistados. Los datos obtenidos en la investigación fueron utilizados en el diseño y producción de material de información, divulgación y educación. En el trabajo final del taller, los estudiantes debieron realizar un relato, analizando en forma cualitativa la totalidad de las entrevistas realizadas. Los cartoneros Se entrevistaron a 12 recolectores informales, dos mujeres y diez varones. La edad promedio fue de 40 años (mínimo-máximo: 21-65 años). Cinco fueron entrevistados en Costanera Norte, y los restantes en Costanera Sur. 6 Diez entrevistados asistieron a la escuela primaria, dos en forma incompleta. Los dos restantes habían completado el secundario; uno de ellos es técnico en plásticos (nivel terciario). Tres de los entrevistados vivían solos. Los restantes vivían con sus familias (hijos, cónyuge e hijos) o algún otro familiar. Entre ellos, ocho tenían hijos y en cuatro casos, los hijos iban al colegio. Respecto a dónde vivían, en Costanera Norte, dos entrevistados habitaban en un restaurante abandonado y tomado, uno en el asentamiento que se encuentra detrás de Ciudad Universitaria, y dos en la Provincia de Buenos Aires. En Costanera Sur, tres entrevistados vivían en la calle, y los cuatro restantes en los siguientes lugares: un parador en la zona de Retiro, en la Villa 31, en La Boca y en la Provincia de Buenos Aires. Respecto a la forma de recolección, nueve entrevistados usaban changuitos, dos carros y uno tenía una carreta. Cinco entrevistados trabajaban solos, tres trabajaban de a dos, dos de a tres, y en dos casos de a cuatro personas. Ninguno pertenecía a una cooperativa. En promedio, recolectaban residuos desde hacía cuatro años (mínimo-máximo: 1-6 años). Antes de comenzar a “cartonear ”, todos los entrevistados habían tenido trabajo, aunque dos de ellos haciendo changas: “trabajaba en la constructora de Costanera Norte”, “trabajaba en una casa de familia” (mujer, 39 años, dos hijos), “como oficial pintor ”, “era portuario”, “como jardinero en el country Miraflores ”, “era oficial albañil”, “obrero de la construcción”, “era obrera” (mujer, 40 años, dos hijos), “trabajaba en Adidas como técnico en plásticos ”, “trabajaba en panaderías fabricando el pan, aprendí de mirar ”. Acerca de los horarios de recolección y los recorridos que seguían, en Costanera Norte, dos de los cinco entrevistados trabajaban durante el día, uno de ellos a lo largo de la avenida, otro entrevistado sólo trabajaba durante horas de la mañana, coincidiendo con los horarios en que, en particular, dos restaurantes sacaban la basura. Los dos entrevistados restantes trabajaban entre las diez de la noche y las cuatro de la mañana, en un caso recolectando residuos del restaurante más cercano a su vivienda (restaurante abandonado y tomado), y el otro haciendo un trayecto que abarcaba toda la costanera, desde la altura de Ciudad Universitaria hasta el Aeroparque. En Costanera Sur, los horarios, en general, fueron más extensos. En dos casos, trabajaban desde las 4:30 horas a.m. hasta aproximadamente las 20 horas del día siguiente; en dos casos, desde las 10 horas hasta las 20 horas; y en los tres restantes, entre las 13-14 horas hasta las 20 horas. En la mayoría de los casos, el recorrido no sólo incluía la zona de la Reserva Ecológica y Puerto Madero sino algunas zonas del Centro; en un caso, llegaba hasta Constitución, y en otro, hasta la Facultad de Derecho y Canal 7. Respecto al tipo de residuos que los entrevistados recolectaban se encontraron algunas diferencias entre ambas zonas (ver Tabla 1). Tabla 1: Principales residuos evaluados como la proporción de entrevistados que afirman recolectar cada tipo particular de ítem, en porcentaje cartones papel vidrios y botellas envases plásticos o PET latas comida otros 7 Costanera Norte Costanera Sur Total 60 86 75 20 100 67 40 100 75 0 100 58 0 29 17 20 29 25 0 100 33 Sólo en Costanera Sur, seis de los siete entrevistados afirmaron tener clientes fijos, con quienes habían realizado arreglos, pero en sólo cuatro casos, los residuos eran guardados por separado: —Hablé con la gente de una clínica y me lo dejan preparado… me guardan cartón… me lo guardan por separado. —En los carritos y barcitos de aquí… arreglé conversando con la gente de esos lugares… junto botellas, papel y envases de plástico… están en bolsas por separado (a los clientes les avisan que tienen distintos tachos). —En algunos edificios… conversando con los encargados… junto papel, me los dan en bolsas separadas —En algunos comercios y edificios… hablé con los encargados… junto cajas y papel… me lo dejan en bolsas. Respecto a si en los bares, restaurantes o puestos era posible conseguir de comer, sólo una mujer de 39 años, que recorría Costanera Norte en busca de comida, informó que no le daban en los comercios sino que ella la sacaba de la basura: “cuando la saco de los tachos viene mezclada con vidrios, cartones, luego en la casa la lavo si es carne, y la comemos ”. En cambio en Costanera Sur, dos de los siete entrevistados, solían conseguir carne (vacío, bondiola o chorizo) de los puestos chicos de comida, generalmente durante la mañana: “hoy, por ejemplo, desayunamos vacío”. Frente a la pregunta, ¿qué tipos de residuos en particular se encuentran en las veredas de la Costanera?, cuatro entrevistados, en Costanera Norte, nos informaron que juntaban botellas plásticas, sin un horario ni día fijo. En cambio, en Costanera Sur, cinco de los entrevistados, juntaban botellas plásticas y latas, principalmente los fines de semana, hacia la tarde o la noche. Los problemas que podían surgir realizando esta actividad fueron “con otros recolectores, ya que todos quieren tener ventaja”, en un caso en Costanera Norte, mientras que en Costanera Sur, cuatro de los entrevistados dijeron que podía haber problemas —Con los cartoneros, por los lugares por donde pasan y con la policía, porque nos golpean. —Con la gente de los edificios. —Con la gente y la policía. —Con la policía. La clasificación, separación y venta de lo recolectado fue diferente en ambas zonas. Mientras que en Costanera Norte la mayoría guardaba lo recolectado y se lo vendía a una persona que pasaba una vez por mes, en Costanera Sur, cada cartonero clasificaba y separaba en la calle, cada cartonero tenía un lugar habitual de trabajo, por ejemplo: —En la calle, en la zona de Estados Unidos y Azopardo. —En un baldío, entre Costanera Sur y Puerto Madero. —En un terreno que es como un pasillo por donde no pasa nadie, ahí no molestamos a nadie. Luego vendían lo recolectado diariamente a un depósito ubicado en Garay y Ceballos. En promedio, el cartón se pagaba 20 centavos el kilo, el vidrio entre 70 centavos y un peso, dependiendo del color, el plástico de 40 a 70 centavos el kilo, y el hierro 10 centavos. 8 En Costanera Norte, dos de los entrevistados llegaban a ganar unos 7 pesos por día (uno colectaba 40 kilos y el otro 70 kilos). En Costanera Sur, en promedio ganaban 27 pesos por día. Tres entrevistados que cargaban de 120 a 150 kilos, ganaban aproximadamente 35 pesos por día. Dos, que cargaban 50 y 80 kilos, sacaban 15 pesos y 30 pesos, respectivamente. Dos, que cargaban unos 30 kilos, ganaban unos 18-20 pesos por día. Los estudiantes Trabajando los datos cualitativos, obtenidos en las entrevistas, los estudiantes que participaron en el taller reflexionaron: “ Estas encuestas reflejan la problemática de los individuos que ante la falta de oportunidades laborales en el mercado, la fragilización del vínculo social y su consecuente exclusión, buscaron en el cartonear la posibilidad de enfrentar esta crisis, que cada vez los deja más afuera de poder reingresar en la esfera de los derechos sociales y las redes comunitarias. ” “ Pienso que la Ciudad y el río siguen dándose la espalda, y que la educación podría aportar un puente necesario entre medio ambiente y trabajo por un lado, y los tomadores de decisión por el otro, creando mundos posibles más justos y democráticos. ” “ Sería importante tomar conciencia como ciudadanos de la importancia de aprender a manejar los RSU, colaborando con el reciclado y la sustentabilidad medioambiental. (…) En realidad, los cartoneros contribuyen al clasificar y vender lo que recolectan a las empresas, que luego lo comercializan, pero las condiciones humanas, sanitarias y económicas en las que ellos trabajan son desfavorables e injustas respecto de los restantes eslabones del negocio de la basura ” . “ T odas las historias de los entrevistados reflejan la incertidumbre y la imposibilidad de proyectar un futuro; generan un vivir el presente sin alternativa posible de cambio, y por momentos, naturalizan su condición: quedar fuera de toda cobertura social, comer de la basura ” (ver Cuadro 2: Historia de vida de Carlos). “ Me llamó la atención la solidaridad de varios dueños de puestos en Costanera Sur que les guardan comida a los cartoneros (hamburguesas, carne, otros). ” Este último estudiante indicaba, además, que es importante sensibilizar y educar a los ciudadanos, y que la escuela debería tener un papel fundamental, ayudando a construir una cultura ecológica basada en valores tales como enseñar a respetar respetando. Cuadro 2: Historia de vida de Carlos Carlos tiene 34 años. La entrevista tiene lugar en Costanera Sur en horario matinal. XC estaba con un amigo de 27 años, su hijo de 14 años y una chica de 12 años. Había terminado la escuela primaria, pero no continuó sus estudios porque no le gustaba. Nunca conoció a 9 su padre, pero de chico nunca le faltó para comer. Se casó a los 20 años y tuvo su hijo, que desde hace dos meses vive con él en la calle (XC vivió en la calle desde los últimos tres años). Relata su pasar por el parador de Retiro y su decisión de dejarlo, “ya que era como estar en el penal”. Se había separado de su esposa en 1998. La mayor parte de sus ingresos provenían del robo: “yo les robaba en un minuto lo que esa gente había hecho laburando un mes… pero no me importaba, el nene necesitaba zapatillas y las tenía, era fácil”. Estuvo detenido y comenta “no quiero volver más ahí… ya no me peleo, estoy menos calentón… antes me mirabas y te daba para que tengas por las dudas, me calmé bastante…” Salió a cartonear hace ya casi tres años frente a la imposibilidad de encontrar trabajo, por un lado, y por su situación penal, por el otro. Aclara que no tiene documentos, “porque los perdió”, y que esto también influye en su imposibilidad de trabajar o de realizar trámites para recibir ayuda por parte del gobierno. En un principio le costó “cartonear”, pero luego terminó encontrándole su ventaja: “no tenés patrón y no tenés que mirarle la cara a nadie”. Su relación con los vecinos de su recorrido es diversa: “algunos te separan los cartones, las botellas; otros, en cambio, te dicen que vayas a trabajar, que sos un vago, que no rompas las bolsas, que no ensucies…” Explica que no integra ninguna cooperativa porque “prefiero la plata en mano y listo”. Se despide diciendo “ahora no vivo ni mal, ni bien, sobrevivo”. Los datos de la persona entrevistada no son los reales. Discusión La dinámica de la actividad de cartoneo en la ribera del Río de la Plata presentó diferencias entre Costanera Norte y Costanera Sur. Los cartoneros de Costanera Sur realizaban un recorrido más largo, de 5 a 10 kilómetros por día, recolectando no sólo en la ribera, sino también los barrios aledaños. De esta manera, la cantidad total de residuos recolectados fue sustancialmente mayor que en Costanera Norte. Además, casi todos tenían “sus clientes” (una clínica, carritos, bares, edificios, comercios). La venta de los residuos recolectados siguió una pauta diferente en Costanera Norte y Sur. En el primer caso había un intermediario que compraba lo recolectado in situ. En cambio en Costanera Sur, cada cartonero vendía sus materiales a un depósito (acopiador) de la zona. Consecuentemente, en Costanera Sur los ingresos medios de un cartonero fueron de 27 pesos por día, mientras que en Costanera Norte, sólo alcanzó a 7 pesos por día. Estos resultados reflejarían una presencia de la actividad de cartoneo más establecida en Costanera Sur, la que se encuentra integrada a un recorrido más amplio que incluye edificios, comercios, otros. De acuerdo a los cartoneros, el mayor volumen de residuos depositados en las veredas de la ribera se daba en fines de semana, de viernes a domingo, principalmente en Costanera Sur. Estos residuos (plásticos y papeles) son los producidos principalmente por “los paseantes de fin de semana”. Podemos preguntarnos: ¿qué rol cumplen los cartoneros, en cuanto a disminuir la contaminación del agua del río, al evitar que estos residuos sean arrastrados al agua? Aunque es obvio que ésta no es una función que se propongan los recuperadores, su importancia es relevante. Sobre todo frente a la falta de evidencias, en las zonas recorridas, de la existencia de una campaña de sensibilización, información y educación ambiental dirigida a atender este tema específico. Entonces, la basura generada por los paseantes, termina en las veredas o en contenedores, o tachos de basura colmados. Las encuestas realizadas sí reflejan la actividad del cartoneo como una alternativa laboral a la desocupación en niveles de alta precariedad y marginalidad social. Los entrevistados en este trabajo no pertenecían ni trabajan en relación con cooperativas porque “de esta manera recibo el dinero en el acto y no dependo de nadie”. Sus ingresos magros, les alcanzaban para sobrevivir y para enviar con muchas dificultades a sus hijos pequeños a la escuela primaria. La actividad de cartoneo constituye, entonces, una manera de subsistir ante la crisis social que aqueja a la población. 10 En cuanto a los estudiantes, el proceso de toma de conciencia se refleja en algunas de sus reflexiones. [Goldstein y Castañera (1996)] En sus propias palabras, nos dicen: “Mi conocimiento respecto a la educación ambiental era escaso, y este Taller me sirvió como herramienta para tener una pista por donde comenzar a informarme acerca del tema … antes consideraba la recolección en las calles, por parte de los cartoneros, como algo grotesco, pero ahora entiendo sus necesidades —La recolección masiva es producto de la post-crisis que está atravesando el país, la cual no deja otra opción a los sectores menos privilegiados. —La información que fui recibiendo en cada clase a través del análisis de las entrevistas realizadas por mis compañeros, el aporte docente y mi propia investigación, contribuyeron a poder resignificar el tema de la basura, entendiendo que no sólo es un problema ecológico sino también económico, social, político y educativo … quizá la educación pueda ser un puente entre la acción (falta de conciencia ciudadana respecto al manejo de los residuos que produce) y sus consecuencias en el tiempo y en el espacio (contaminación, disminución de la calidad de los potenciales recursos alimentarios del río, de su valor paisajístico y recreativo), contribuyendo al manejo adecuado de los residuos sólidos urbanos. Agradecimientos A Laura Sandra Godoy y María Eugenia Graciano, quienes como estudiantes participantes del taller contribuyeron a este trabajo a través de la toma de entrevistas y su posterior análisis. 6.2 Salud y ambiente Otro de los productos de este proyecto UBACYT es la edición del libro Salud y medio ambiente, compilado por Beatriz Goldstein, con el material de base utilizado y producido durante el presente proyecto. Incluimos uno de los capítulos, escrito por Mónica Castañera, a modo de ejemplo. La salud como un derecho humano La salud es un derecho humano fundamental, que goza de un amplio reconocimiento jurídico y político a nivel internacional y nacional. Este derecho involucra la garantía de que el Estado disponga los recursos materiales y humanos, para garantizar a la población las condiciones necesarias, para mantener un estado óptimo de salud física, mental y social. Este derecho se reconoció por primera vez, en la Constitución de la Organización Mundial de la Salud y posteriormente, en la Declaración Universal de Derechos Humanos y numerosos Convenios Internacionales. La Declaración Universal de Derechos Humanos es taxativa, al reconocer el derecho a la salud, como un derecho humano y social vinculado a todas las dimensiones de la vida: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad ”. (Artículo 25 DU) Asimismo, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, reconoce expresamente a la salud como un derecho relacionado, a la integridad del desarrollo humano: “ L os Estados… reconocen el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental ”. (Artículo. 12 PIDCP) 11 Entonces, encontramos que diversos instrumentos internacionales y locales, establecen que todo ser humano tiene derecho a vivir en condiciones que le permitan disfrutar del más alto nivel posible de salud. La conceptualización de la salud como un derecho humano significa que la población tiene el derecho de recibir atención integral en salud, así como de acceder a las condiciones de vida necesarias para estar saludable. Desde la perspectiva de los instrumentos de derechos humanos, la responsabilidad social, jurídica y política de garantizar el derecho a la salud, le corresponde principalmente al Estado, el cual debe destinar los recursos económicos necesarios y suficientes, para garantizar que todas las personas tengan acceso a la atención en salud. Si partimos que el “derecho a la salud” es un derecho humano, conviene aclarar entonces, qué se entiende por derecho a la salud. La noción social y ontológica de la salud ha evolucionado con los procesos propios de la actividad humana. La actual conceptualización de la salud, se inscribe en la línea planteada por la Organización de Naciones Unidas a través de sus agencias especializadas, que parten del reconocimiento de la salud como un “derecho humano ”, que debe ser interpretado como “el completo estado de bienestar físico, mental y social” y no solamente como la ausencia de las enfermedades (OMS). Desde la perspectiva de la OMS, la situación de salud o enfermedad de una persona, no está determinada sólo por la ausencia de enfermedades, sino que es el resultado de un estado de bienestar, que comprende la esfera biopsicosocial. “ La salud en su acepción más amplia incluye todos los procesos sociales que inciden en el disfrute de una vida saludable. Esto incluiría por supuesto, los referidos a la seguridad alimentaria, calidad de la vivienda, escolaridad y educación sanitaria, empleo y ambiente laboral, protección social y otros. ” [Hernández (2003)] Entonces, el abordaje del derecho a la salud, desde una perspectiva holística, ha permitido su vinculación con otros aspectos, que ocupan gran relevancia en nuestro tiempo, temas como el desarrollo económico, ambiental, humano y social. La salud desde un enfoque ecosistémico Así como el concepto de salud como derecho ha sido una construcción social, el concepto de enfermedad también ha evolucionado. La práctica biomédica de la salud se ha basado en métodos de diagnóstico y tratamiento de patologías específicas: un patógeno = una enfermedad. Inicialmente el concepto de enfermedad tenía que ver con determinar qué patógeno, es decir qué agente infeccioso provocaba la enfermedad. En este sentido, se concebía que cada enfermedad tenía una única causa, por ejemplo, en el caso del cólera se trataba de una bacteria, en el caso de la tuberculosis de un bacilo (un tipo de bacteria), o de un virus, como en el caso de la polio. Comprender cómo aparece una enfermedad y cómo se dispersa entre los individuos de una comunidad representó un gran avance. Estudiar cuál es el agente que produce esa enfermedad y describir cómo se dispersa, es el campo de investigación de la epidemiología. Los estudios epidemiológicos permiten develar cómo apareció la enfermedad y cómo se dispersó entre la población y, eventualmente, determinar cuáles son los factores que la promueven y qué se puede hacer para contraatacarla. Entonces nos encontramos con que, principalmente durante la segunda mitad del siglo XX, los descubrimientos en el campo de la salud y el progreso en las prácticas de curación han reducido considerablemente la tasa de enfermedades infecciosas en los países industrializados y, en menor grado, en los países en desarrollo. Esto es, con el descubrimiento de los antibióticos para el control de enfermedades de origen bacteriano, y 12 el desarrollo de muchas vacunas para el control de enfermedades virósicas. Sin embargo, inicialmente, no tenía en cuenta las conexiones entre la enfermedad y factores socioeconómicos, tales como la pobreza y la desnutrición y aún menos la relación entre la enfermedad y el ambiente en donde vive la gente enferma. En general, aún hoy persiste una falta de atención al impacto de los factores culturales en el comportamiento de alto riesgo respecto de la salud y acerca de la particular vulnerabilidad de algunos grupos en cuanto a la atención sanitaria de la población. Ahora bien, al ampliar nuestro conocimiento de cómo se produce la aparición y la persistencia de una enfermedad en una comunidad particular, y eventualmente su dispersión de una comunidad a otra, ha sido necesario dejar de la lado el paradigma “una enfermedad-una causa” y reconocer que toda enfermedad es multicausal. Así, ha comenzado a construirse la posibilidad de tener un concepto más amplio, ecosistémico, que tenga en cuenta no solamente las características de una población particular, las características económicas en que se sustenta esa comunidad, sino también ver cuáles son las características ambientales que están interactuando. En esto no todos están de acuerdo, sino que hay liderazgos tanto dentro de la comunidad científica como en el ámbito político, es decir, hay algunos que están convencidos, pero hay muchísimos que todavía hay que convencer. El enfoque ecosistémico, denominado también de eco-salud, se centra fundamentalmente en el lugar que ocupan los seres humanos en su medio ambiente, reconociendo la inextricable interconexión entre los seres humanos y su entorno biofísico, social y económico, así como la manera en que estas interconexiones se reflejan en el estado de salud de la población. [Lebel (2005)] En la Figura 1, resumimos, en forma simple, los diferentes enfoques. En el enfoque tradicional los procesos económicos se toman por un lado, los procesos de la comunidad por otro, es decir, nos referimos a cómo la comunidad está estratificada, cómo trabaja, cómo vive, qué condiciones de infraestructura posee. Y, aunque podemos encontrar una amplia ligazón entre el mundo económico y el mundo de la población, no ocurre lo mismo con el ambiente, al que se lo ve como algo aparte. Con el enfoque ecosistémico claramente estamos diciendo que la salud de los seres humanos resulta de una interacción de estos tres universos: el universo económico, el de las características de la población y el ambiente en que esa población se desarrolla. Figura 1: El enfoque ecosistémico 13 En el enfoque ecosistémico se da igual importancia al manejo ambiental, los factores económicos y las aspiraciones de la comunidad. Los métodos tradicionales tienen más en cuenta los últimos dos, en detrimento del ambiente (adaptado de Hancock 1990). Fuente: Lebel (2005). Veamos un ejemplo en el cual podremos comprender la integración de estos tres mundos: las características de la población, el ambiente y los factores económicos (Figura 2). En este ejemplo, el problema de salud que afecta a la población se debe a una intoxicación con mecurio. El mercurio ataca el sistema nervioso, produce debilidad muscular, pérdida de noción, puede llevar a la muerte, sobre todo en los más pequeños y en los ancianos. De modo que estar intoxicado con mercurio representa un problema grave. Éste es un ejemplo real, es una población canadiense que se dedicaba a la pesca que se encontró ampliamente afectada por esta contaminación. En el enfoque tradicional, el problema se resolvería con el tratamiento de la intoxicación en las personas. Pero, si tenemos un enfoque ecosistémico, el problema no se agotará con tratar la enfermedad; la idea es explicar cuál o cuáles son las fuentes, cuáles los reservorios de mercurio que afectan a la población teniendo en cuenta todo el ciclo del mercurio en el área que estamos estudiando. Así se determinó que la producción de mercurio esencialmente tenía que ver con la actividad industrial. El mercurio era una sustancia que se liberaba al ambiente en los desechos industriales. El mercurio podía pasar al agua directamente, porque quedaba contenido como una partícula más en la atmósfera y luego, cuando llovía, era depositado o sobre el mar o sobre la tierra. La tierra era permanentemente lavada, y por lo tanto estas partículas podían llegar a las napas más profundas de agua. De este modo, eventualmente, ya sea por contaminación superficial o por el agua que se bebía, estaba disponible para enfermar a una persona. Otra forma de intoxicarse pasaba por la actividad económica de la población, dedicada principalmente a la pesca. ¿Qué pasaba? El mercurio que llegaba al agua primero era absorbido por los organismos más pequeños, de los que se alimentan, ya sea directamente o comiendo, peces pequeños, que a su vez eran el alimento de los peces que tenían importancia comercial. El mercurio no era degradado metabólicamente por ninguno de los organismos y por lo tanto se acumulaba, es decir, quedaba en el organismo que lo había absorbido. Cuando los pequeños organismos eran comidos por peces grandes, el mercurio pasaba a éstos, y aumentaba su concentración en el pez a medida que éste consumía más y más peces contaminados. Cuando un tóxico no es degradado por los organismos y pasa de un nivel trófico a otro, observamos lo que se denomina un fenómeno de bioacumulación en la red alimentaria. Por lo tanto, el mercurio llegaba a las personas no sólo a través del agua que se bebía, sino también a través del consumo de pescado. Con este enfoque ecosistémico podemos comprender mejor la aparición de una enfermedad, y por qué simplemente el tratamiento de una persona no alcanza para detenerla. Cuando consideramos nuestra población afectada, nuestro sistema económico y nuestro ambiente, podemos entender cómo se produjo la circulación de mercurio en el sistema y cuáles fueron las causas que provocaron la enfermedad. Con una visión o enfoque tradicional, todo esto se nos escapa. Otro ejemplo relacionado con el mercurio, tiene un nombre particular, que es el de la Bahía de Minamata, en Japón, donde se produjo el primer impacto grande por la contaminación de toda una población costera. En la década del 50 se produjo en esa bahía un gran derrame de mercurio que ya estaba contaminada por grandes instalaciones industriales y dicha intoxicación produjo muertes masivas. Para los organismos ambientales, este caso de Minamata, es paradigmático. En forma general, la contaminación del agua y las intoxicaciones sufridas por los seres humanos al consumirla, generalmente están asociadas a derrames industriales y/o con actividades agrícolas, a través del uso de fertilizantes y pesticidas (herbicidas, insecticidas y 14 fungicidas), llegan al agua, ya sea por vertido directo o por lavado por lluvia. Esta problemática permite ver la clara interacción entre ambiente, comunidad o sociedad y actividad económica. Figura 2: Intoxicación por mercurio en una población canadiense Análisis de las causas en un enfoque ecosistémico. Fuente: Lebel (2005). Otro ejemplo donde podemos ver la interacción de una enfermedad con el ambiente y con los factores sociales y económicos es la enfermedad de Chagas. Es una enfermedad sudamericana, aunque se han reportado algunos casos en el sur de Estados Unidos, que no se consideran autóctonos. La vinchuca es el agente vector, pero debemos saber que hay unas 120 especies de vinchuca en Sudamérica, de las cuales solamente cerca de diez tienen importancia sanitaria. En nuestro país está una de ellas, la vinchuca negra, triatoma infestans. En el norte de Brasil tienen al menos tres especies de importancia sanitaria. El insecto tiene la posibilidad de infectarse con un parásito, un organismo unicelular, cuyo nombre científico es trypanosoma cruzi. El insecto se alimenta de sangre, es decir es hematófago, y suele defecar una vez que termina de comer; las heces cargadas de parásitos quedan sobre la piel del hospedador, y si hay una vía de ingreso al cuerpo, sea por una lesión o porque el hospedador se lastima al rascarse, el parásito puede infectar, por ejemplo a un ser humano, en caso de ser éste el hospedador. La importancia de esta enfermedad, es decir el número de personas infectadas por este parásito, comienza a crecer fundamentalmente cuando los humanos colonizamos zonas boscosas, al principio desarrollando pequeños cultivos, o simplemente viviendo del talado de la selva virgen, pero instalando en esas áreas nuestra vivienda, generalmente precaria, construida con adobe, 15 paja, cañas y/o madera. Este tipo de vivienda, así como la construcción de corrales para nuestro animales domésticos cercanos a ella, ofreció –y ofrece– a las poblaciones de vinchuca un hábitat ideal con refugio y alimento que fue rápidamente colonizado. Aunque existen otras vías de infección, por ejemplo, recibir transfusiones de sangre infectada, el contacto del hospedador con el vector infectado sigue siendo la principal forma de adquirir la enfermedad. Así, la enfermedad de Chagas tiene que ver con el ámbito de eco-salud, ya que afecta a un sector de nuestra población que vive en determinadas condiciones ambientales y socioeconómicas. Medio ambiente y salud Según la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren más de tres millones de menores de cinco años por causas y afecciones relacionadas con el medio ambiente. El medio ambiente es, pues, uno de los factores que influyen de forma más decisiva en el tributo mundial de diez millones de defunciones infantiles anuales, y uno muy importante para la salud y el bienestar de las madres. El aire interior y exterior y el agua contaminados, la falta de saneamiento adecuado, los riesgos de toxicidad, los vectores de enfermedades, la radiación ultravioleta y los ecosistemas degradados son factores ambientales de riesgo importantes para los niños, y en la mayor parte de los casos para sus madres también. En particular en los países en desarrollo, los riesgos y la contaminación ambientales contribuyen de manera muy importante a la mortalidad, la morbilidad y la discapacidad infantiles asociadas a las enfermedades respiratorias agudas, enfermedades diarreicas, traumatismos físicos, intoxicaciones, enfermedades transmitidas por insectos e infecciones perinatales. La mortalidad y la morbilidad infantiles debidas a causas como la pobreza y la malnutrición también van asociadas a modalidades insostenibles de desarrollo y a la degradación del medio ambiente urbano o rural. Dentro de la estructura de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) se ha establecido el área de Desarrollo Sostenible y Salud Ambiental (SDE), para, como enuncian, enfrentar los retos que trae consigo el siglo XXI y el nuevo paradigma del desarrollo sostenible, la seguridad humana y la salud ambiental. Se propone aquí que, a través de una visión holística e integral de la relación entre salud y enfermedad, trabajar para fortalecer las políticas públicas, las instituciones y la movilización social, a fin de mejorar la calidad de vida de la población en la región. Como vemos, la visión propuesta resulta equivalente al enfoque ecosistémico que describimos previamente, donde el concepto de salud ambiental, involucra una visión de salud integral que requiere de la participación interdisciplinaria para comprenderla y de la acción de distintos niveles sociales e institucionales para lograrla. En junio de 2005 se desarrolló en Mar del Plata una reunión de ministros de salud y ambiente de toda América en lo que denominó: “Taller Satélite: Enfoques Integrados de Salud y Ambiente”. Fue organizado por el IDRC-Canadá, con la finalidad de aportar información básica de la situación en América a través de indicadores que reflejen la interacción entre salud y ambiente. En ese encuentro se presentó un documento denominado: “Salud y Ambiente en las Américas: Recopilación preliminar de indicadores y desafíos para un enfoque integrador (versión preliminar, mayo 2005), elaborado por Gabriella Feola Paz. Según la autora, las fuentes consultadas para acceder a los datos de indicadores correspondieron principalmente a las bases de datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y su oficina regional, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), de diferentes agencias de Naciones Unidas, en especial el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y UNICEF, así como del World Resources Institute (WRI). Las mismas son, a su vez, fuente de información para muchas 16 organizaciones e instituciones internacionales, regionales y nacionales. A continuación, veremos algunas tablas que se presentan en este documento. En la Tabla 1, tomando datos de 2002, de la OPS, se trata de ver cuáles son los efectos en la salud de la exposición a distintos factores ambientales. Se presenta una lista de esos efectos, como infecciones respiratorias agudas, diarreas, enfermedad transmitida por vectores (como en el caso del dengue y el mal de Chagas), intoxicaciones por sustancias químicas (como vimos con el mercurio), enfermedades de tipo mental, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y lesiones o incapacidades por antecedentes. Éstos serían los efectos más importantes sobre la salud que se consideran en este esquema. Si analizamos los factores ambientales (donde la cruz indica los relevantes), los que se han tenido en cuenta en este caso son el estado del agua y del saneamiento, los residuos sólidos, la contaminación del aire, la salud de la vivienda, es decir una vivienda higiénica o no, los riesgos ocupacionales, el tipo de trabajo que desarrollan las personas, los desastres naturales y los cambios globales del ambiente. Vemos, una a una, que las enfermedades son ahora multicausales. Tenemos infecciones respiratorias agudas, asociadas fuertemente con la contaminación del aire, con la higiene de la vivienda, con riesgos ocupacionales y con riesgos químicos. Diarreas –recordemos que en Sudamérica entre un 25% a 30% de niños menores de cinco años mueren por diarrea– causada por factores ambientales fundamentalmente. Esta patología está asociada fuertemente con el agua y su saneamiento, con residuos sólidos, con la higiene o la salud de la vivienda, con riesgos químicos y con desastres naturales. En el caso de las enfermedades transmitidas por vectores, virus y parásitos, uno de los dispersores es el agua. Así que el agua y el saneamiento están muy asociados con enfermedades de tipo infecciosas, los residuos sólidos, la salud de la vivienda, riesgos químicos, desastres naturales y cambios globales en el ambiente. 17 Con respecto a intoxicaciones, todos los factores ambientales están involucrados, salvo el tema de desastres naturales (aunque es probable que si el desastre fuera un fenómeno de vulcanismo tengamos intoxicaciones con sustancias químicas). Con enfermedades mentales encontramos el factor salud de la vivienda. Observemos que se trata de un concepto amplio, porque en salud de la vivienda, podríamos no sólo considerar su condición de higiénica, sino también el tipo de estructura microsocial, familiar, aquello que tiene que ver con el mundo de relaciones en que esa persona se desarrolla. Las condiciones de hacinamiento probablemente incidan en la problemática, así como el tipo de vivienda, cómo está diseñada y con qué tipo de materiales está construida. Todo esto debería asociase al hablar de la salud de la vivienda. Además, encontramos factores como las ocupaciones y los desastres naturales, como las inundaciones, y, aunque no explícitamente incluidas, podríamos considerar las situaciones de guerra. Respecto del cáncer se presentan diversos factores que lo promueven, como el agua y su falta de saneamiento puede ser un factor ambiental que promueve el cáncer, la contaminación del aire, la salud de la vivienda, los riesgos ocupacionales, los riesgos químicos y los cambios del ambiente global. Debemos aclarar que una persona no se infecta de cáncer. En algunos casos, se hipotetiza que debido a determinadas infecciones virales es posible del desarrollo de algunos tipos de cáncer. Pero sucede, en general, que dentro de nuestro material genético, ya poseemos la información para el posible desarrollo de algunos tipos de cáncer (oncogenes). Esta información, podríamos decir, se encuentra apagada, dormida, pero se puede encender, promoviendo el desarrollo de un cáncer, dependiendo de determinados factores ambientales. En las enfermedades crónicas respiratorias influyen la contaminación del aire, la vivienda, la ocupación y el riesgo químico. Y con lesiones ocupacionales: la vivienda, el tipo de trabajo y los cambios globales del ambiente. 18 A partir de esta tabla, como un primer borrador para empezar a pensar, obtenemos un panorama que nos permite ver que el enfoque un patógeno = una enfermedad ya no es admisible para ningún sanitarista, y tampoco lo debe ser para nosotros. En esta tabla vemos lo que se denomina la carga global por enfermedad asociada a los riesgos ambientales. Nos informa, por un lado, qué porcentaje de esa enfermedad puede atribuirse a causas ambientales, y por otro, cuál es el grado de morbilidad y mortalidad asociado a esa enfermedad (recordemos que la morbilidad es padecer una enfermedad y que la mortalidad es morirse de esa enfermedad). Lo último lo observamos que en la dos columnas de la derecha, donde se presenta un valor, en forma de porcentaje, que debe ser interpretado como la proporción de años perdidos por padecer la enfermedad (para la población en general, y para los chicos menores de 14 años). En el caso de las diarreas, observamos que la carga ambiental es del 90%, quiere decir que se adjudica a los factores ambientales un 90% en la explicación de las diarreas. Lo mismo sucede con la malaria. La malaria no existe en la Argentina, pero sí una enfermedad muy parecida, el paludismo. En el norte argentino se la llama la “enfermedad del chucho”, por los escalofríos que provoca debido a la fiebre alta. Esta enfermedad es provocada por un parásito, un organismo unicelular, un plasmodio, que ingresa al torrente sanguíneo y empieza a romper glóbulos rojos, donde se alimenta y reproduce. Cuando se producen las rupturas masivas de glóbulos rojos, la persona comienza a tener fiebre, y escalofríos. La transmisión de persona a persona, requiere de un vector, y en este caso se trata de una especie de mosquito (anopheles). 19 Siguiendo la propuesta de la información presentada, donde se evalúa en qué proporción el ambiente favorece que una enfermedad se produzca y persista, vemos que en las enfermedades respiratorias agudas, es de un 60%, en las crónicas, un 50%, en daños o traumatismos de un 30%, en el cáncer, un 25%, en infecciones prevenibles, un 10%, y en cardiovasculares es de un 10%. En las siguientes columnas, se está calculando cuántos años de vida sana pierde una persona por estar enferma de esa particular afección. Como ejemplo, veamos que, en la población general, por diarrea se pierden unos 6,5 años de vida, lo que no es poco. ¿Por qué es importante mostrar la información de esta forma? Porque cuanto más impactante es la información, más posibilidad hay de que los políticos, las personas que toman decisiones, se convenzan y deriven los recursos que se necesitan para poder controlar y/o remediar un problema de salud en la población. Al respecto, los epidemiólogos han desarrollado toda una línea de trabajo que tiene que ver con el modelado matemático, que no sólo ha permitido aprender sobre cómo se desarrollan las enfermedades, sino también la predicción de la cantidad de enfermos que se producirían, entre otras cosas. Por ejemplo, imaginemos que tenemos 10 mil infectados de una determinada enfermedad en Buenos Aires, donde la población susceptible de enfermarse es de 12 millones. Mediante un modelo matemático podríamos investigar en cuánto tiempo esta enfermedad se va a dispersar, a cuántas personas infectará y eventualmente, cuánto va a costar desde un punto de vista económico, ya que habrá que hacer frente al problema sanitario. Seguramente, el costo de prevenir la infección en la población será más bajo que el costo de hacer frente a una catástrofe sanitaria, pero esto hay que mostrarlo en números. Una de las primeras enfermedades en ser modelada matemáticamente fue la malaria. Se trató de un modelo muy simple pero que produjo un impacto en las personas que tomaban decisiones de gran importancia, que permitió afrontar con recursos económicos la necesidad de controlar a las poblaciones de mosquito, de sus criaderos, etc., e instaló el tema como prioridad sanitaria. Por eso, estos índices tienen importancia, para la difusión de los datos sobre distintas enfermedades, ya que, todas las propuestas en la tabla –salvo el cáncer en la mayoría de los casos– son atendibles. 20 En la Tabla 3, podemos ver que directamente se miden porcentajes de defunciones totales debidas a las distintas enfermedades. Además, se presenta una lista de las condiciones ambientales, evaluando cuánto aportan para que esos enfermos mueran. Los datos son de 2003, y se refieren a países como México y Brasil, y a regiones como América Central y el Caribe latino, el Cono Sur, etc. Por ejemplo, para enfermedades intestinales infecciosas, donde la gente está en contacto con agua contaminada, hay insecticidas que ya no pueden controlar a determinados vectores, y hay impactos fuertes respecto del cambio climático. Se considera que estas condiciones representarían casi un 81% de la carga que producen estas enfermedades y representan de un 4% a un 11% de las muertes totales. Calculemos cuánto es un 10% en el caso de América Central y Caribe, o qué significa un 5% en una población de 38 millones de argentinos. 7. A modo de conclusión El primer objetivo, que consistía en identificar los riesgos ambientales e impactos sociosanitarios que sufren los cartoneros y sus familias, ha sido logrado en sus aspectos principales. A través de entrevistas realizadas a cartoneros de diferente edad y sexo hemos logrado identificar aquellos agentes del medio que impactan sobre su salud. Dichos datos fueron contrastados con los obtenidos en entrevistas a médicos y otros agentes de salud, en hospitales y salitas. El segundo objetivo, que consistía en capacitar estudiantes de la carrera de Ciencias de la Educación, de la FFyL, UBA, en la temática de educación y salud ambiental y sociosanitaria, a través de la investigación, la acción participativa y actividades artísticas (arte y educación ambiental) fue cumplimentado en un gran porcentaje. Se programaron e implementaron dos de los talleres descriptos, capacitándose alrededor de 50 estudiantes de 21 grado de Ciencias de la Educación. Se realizó el primer taller de marzo a julio de 2007, y el segundo, se está desarrollando desde agosto de 2007. El tercer objetivo, que implicaba analizar las concepciones y las representaciones de los cartoneros y sus familias sobre temas relacionados con su trabajo y su salud, y utilizar los resultados para organizar su formación, hasta el momento, se ha logrado indagar y analizar las concepciones y representaciones a partir de la información obtenida en entrevistas e historias de vida. Se ha elaborado también “el documento base” utilizado en los talleres de capacitación, dirigidos a estudiantes de grado de la carrera de Educación. Los restantes objetivos se han de completar en el período 2008-2009. 22 Bibliografía Bibliografía general Goldstein, B. (1998): Modelo de investigación-docencia-extensión en Educación Ambiental. 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