DE ABRIL DE 2014 O.J.D.: E.G.M.: Tarifa: Área: 243586 1107000 28200 € 621 cm2 - 60% Fecha: 06/04/2014 Sección: COMUNICACION Páginas:6969 COMUNICACIÓN / EM2 La Historia detrás de la ficción El mundo de fantasía de esta serie se inspira en personajes y batallas reales como ‘Mediohombre’ Blas de Lezo y la Guerra de las Dos Rosas FÁTIMA ELIDRISSI / Madrid Lo primero que sorprende al espectador (y al lector) de Juego de tronos es lo intrincado de la narración, sus complejas tramas políticas o el increíble nivel de detalle de este mundo y sus gentes. Salpicado de magia, dragones, zombis de hielo y lobos gigantes. Pero a veces la realidad supera la ficción y así ocurre con los hechos históricos que inspiran la saga de George R.R. Martin y, a partir de ella, la serie de televisión. «Las principales fuentes de Martin son la literatura fantástica, como El señor de los anillos, y la Historia medieval anglosajona», explican Daniel Rodríguez Cardoso, licenciado en Historia por la Universidad Complutense y doctorando en Historia Medieval, y Francisco Javier Marcos, administrador de la web especializada Los Siete Reinos. Es más, «si los medievalistas salieran de sus torres de marfil harían estudios sobre la saga y diferentes comparaciones», afirma el historiador, empezando por la configuración de los siete reinos y pasando por el famoso muro. «La Heptarquía anglosajona, formada por Kent, Sussex, Wessex, Essex, Northumbria, Estanglia y Mercia, guarda una evidente relación con los siete reinos. Incluso se puede ver en los pictos, el pueblo que habitaba al norte en lo que más tarde se convertiría en Escocia, a los salvajes que viven más allá del Muro», cuenta el historiador. Porque la ciclópea mole que protege a los habitantes de Poniente de los caminantes blancos no es más que una revisión de la Muralla de Adriano, una construcción defensiva de la isla de Britania levantada entre los años 122 y 132 d. C. por el emperador romano Adriano para defender el territorio conquistado al tiempo que marcaba el límite del imperio. «Ambos muros fueron construidos al norte de una isla para defender las tierras civilizadas de los clanes de los salvajes. En la serie su defensa se encarga a la Guardia de la noche, un cuerpo que recuerda mucho a las órdenes militares medievales, como los templarios, entre otras cosas por el cumplimiento de votos como el de castidad», explica el historiador. Pero lo que de verdad resulta sorprendente es descubrir que, en opinión de muchos expertos en la materia, el mismísimo Tyrion Lannister podría estar inspirado en un oficial de la marina española, el apodado Almirante Patapalo o (atención) Mediohombre Blas de Lezo. Tuerto, cojo Peter Dinklage interpreta a Tyrion Lannister, apodado ‘Mediohombre’. / HBO El Muro de hielo de la serie se asemeja a la Muralla de Adriano en Britania y manco, este olvidado estratega consiguió resistir el ataque de 195 navíos ingleses durante el siglo XVIII en Cartagena de Indias con apenas seis barcos. Algo que recuerda, incluso por las tácticas utilizadas, a la defensa de Desembarco del Rey en la Batalla de Aguasnegras. Porque ambos coincidieron en el uso de bolas encadenadas para inutilizar los barcos o cañones cargados con material incendiario para prender los buques enemigos. Muchos de los conflictos narrados en la serie también se inspiran en enfrentamientos reales de la Inglaterra medieval entre las distintas familias de nobles. Como la Guerra de las Dos Rosas, «una guerra civil que entre 1455 y 1485 enfrentó intermitentemente a la Casa de Lancaster contra la Casa de York, los Lannister y los Stark respectivamente», señala Rodríguez. Incluso el sangriento final de la tercera temporada, la llamada Boda roja, refleja dos trágicas matanzas ocurridas en la realidad como confirmó el propio Martin: la Cena Negra y la masacre de Glencloe. Pero no sólo de Britania vive el autor, ya que en su vasto universo «prácticamente cada ciudad cuenta con diversos elementos de un lugar real» cuenta Marcos. Que señala Dorne, ese maravilloso reino soleado inspirado política, geográfica, climática y socialmente en nuestro Al-Ándalus. O Braavos, la Venecia de las nueve ciudades libres no sólo por su morfología –una ciudad surcada por canales– y su situación preponderante, sino incluso por su organización social. Y aunque las comparaciones son odiosas la lista continúa, pero habrá que contarlo en otro capítulo.