El Mañanero Participación: Aldo Suárez Martes 19 de marzo de 2013 Tema: Serie sobre Trastornos de Personalidad: Personalidad Narcisista Es nada menos que Freud que recurre al Mito de Narciso que Ovidio relató en su libro de Las Metamorfosis en 43 a.C. Narciso producto de la violación del dios-río Cefiso a la náyade Liriope; de esta vioación procrean un niño de espléndida belleza de quien el sabio Tiresias al pedirle predecir su futuro dijo. “Tendrá larga vida siempre y cuando nunca se conozca a si mismo” . La alusión más temprana de Freud alude a un narcisismo necesario, es decir, como un escalón propio y ubicuo del desarrollo de la personalidad, cuando el bebé se toma a si mismo como objeto de amor. Sin embargo, una perpetuación y acentuación de ciertos rasgos dan por resultado lo que habíamos mencionado como un Trastorno de personalidad (forma anormal de contender ante el mundo), dentro de los cuales resalta el Trastorno Narcisista de Personalidad, que se caracteriza por un patrón repetido de grandiosidad (ya sea de forma fantaseada o en su conducta cotidiana) y que a pesar de sus conductas maladaptativas, puedan circular en el mundo haciendo gala de su propia patología. Es un trastorno más frecuente en hombres que en mujeres y se presenta en 1% de la población. ¿Cuáles son las características de la personalidad narcisista? Viven con una permanente sensación de grandiosidad de sí mismos (exageran sus talentos y logros, espera ser reconocidos por sus supuestos logros, aún cuando no sean lo suficientemente meritorios). Su mente se encuentra llena de fantasías se éxito ilimitado, poder, brillo, belleza o amor ideal Se consideran a sí mismos como únicos y especiales y suelen creer que sólo pueden ser comprendidos por personas con las mismas características (Enamoramiento en espejo) Requieren de admiración constante. Su autoestima es baja invariablemente y su preocupación por la mirada de los otros se puede volver una obsesión: la afirmación a través de los otros se vuelve fundamental Se sienten permanentemente con derecho, como si el mundo les debiera algo. Incapaces de por ejemplo, esperar en una fila o de supeditar sus prioridades. Suelen ser explortadores de otros Carecen de empatía y una total incapacidad para reconocer las necesidades, deseos y sentimientos de los otros. Con frecuencia envidiosos de los otros o bien creen que todo mundo les tiene envidía Suelen mostrarse arrogantes, inaccesibles y con actitudes altaneras. Devalúan sistemáticamente a los otros: los grandes déspotas.