110 Prácticas comerciales desleales de las empresas en sus relaciones... prácticas engañosas, entendiendo por estas, las previstas en el artículo 5 LCD, es decir, las que en esencia inducen o pueden inducir a engaño o error: el engaño en sentido estricto y el engaño en sentido abstracto. Finalmente, el legislador ha entendido que también es engañosa la conducta que por su contenido o presentación induce o puede inducir a error a los destinatarios, previendo como una ulterior modalidad de acto de engaño, las prácticas comerciales encubiertas, que se tratarán en el comentario del artículo 26 LCD. 2.1.1. El engaño en sentido estricto: información falsa Conforme acabamos de exponer, tanto la falsedad como la veracidad de la información podrían ser la causa del engaño. Antes de examinar las repercusiones que poseen la falsedad o la veracidad de la información sobre el engaño, deberíamos analizar si es sustancial la intencionalidad del empresario, al realizar la conducta. Según afirma el Prof. Lema Devesa 107, resultará irrelevante para que se produzca el engaño, la intención del empresario. Por lo tanto, se establece como criterio doctrinal que será indiferente si el responsable de la información falsa ha querido difundir una información falsa –intencionadamente– para engañar al público de los consumidores; o si por el contrario, no tenía intención de ocasionar engaño. En ambos casos, de producirse el engaño, se estaría ante el primero de los requisitos que exige el artículo 5 de la Ley. 2.1.1.1. La información falsa o inexacta Una mayor reflexión nos merece una aparente evidencia, que resulta del hecho siguiente: cualquier conducta que contenga una información falsa o inexacta siempre será susceptible de inducir a error a sus destinatarios. Por lo tanto, una mentira o falsedad insertada en el mensaje –claramente- induce a error. Por ejemplo: si el anunciante manifiesta que una mantequilla está compuesta, entre otros ingredientes, de yogur, y este dato resulta ser incierto, es evidente que cualquier consumidor que vea el anuncio creerá que la mantequilla está hecha con yogur. La práctica comercial que se apoya en datos falsos siempre induce a error sobre las características del producto. Así, en la STS, de 19 de mayo de 2008, (RJ 2008/3089), el Tribunal Supremo entendió que existía un engaño hacia los consumidores, al manifestar que tanto la mantequilla como la mayonesa del anunciante llevaban yogur, no siendo este un ingrediente de los productos, sino un derivado lácteo, que no podía calificarse como yogur. En 107. Vid. Lema Devesa, Fernández Carballo-Calero, «Prácticas publicitarias engañosas», BAACC (BD), junio 2007, nº 120, p. 2. Art. 5 LCD Beatriz Patiño Alves y Ángel Díez Bajo 111 este caso, el Tribunal Supremo entendió que la impresión general de los consumidores era creer que tanto mayonesa como mantequilla contenían yogur, siendo este requisito suficiente para calificar el acto como engañoso. Del mismo modo, la Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona, de 2 de julio de 2009 (JUR 2009/464831), declaró la ilicitud de una publicidad referida a unas sillas de bebé que insertaba la siguiente mención: “Por todas estas excelentes características técnicas, Romer Duo Plus ha sido clasificada como la silla infantil más segura del mercado por las más prestigiosas asociaciones de consumidores y automóvil clubes europeos (RACE, RACC, OCU, ADAC, OMEC)”. Según la demandada, para entender la publicidad, se debía diferenciar el significado del término “clasificada” (que era el que incluía en su publicidad), de “calificada”, que daba a entender que era la única. Sin embargo, la Audiencia Provincial de Barcelona afirmó que: [Lo relevante para determinar el engaño es el alcance que tenga en los destinatarios esa expresión en el contexto de la afirmación publicitaria. Además, los destinatarios medios de la publicidad no analizan el significado de cada uno de los términos incluidos en un anuncio publicitario, no destacando en ese contexto la expresión “clasificar” sino el de “silla infantil más segura del mercado”]. Finalmente, la SAP de Barcelona sostuvo que: «La publicidad merece el reproche de engañosa, tanto con arreglo al art. 4 de la LGP como del art. 7 de la LCD, si las afirmaciones, objetivamente falsas o no, son aptas para inducir a error a sus destinatarios. El engaño no debe medirse o enjuiciarse con el significado objetivo de las expresiones empleadas en las manifestaciones o afirmaciones esenciales de la publicidad, sino en el alcance o impresión que las mismas provocan (o son aptas para provocar) en los destinatarios.» Por lo tanto, el mensaje “silla infantil más segura del mercado” era la información falsa que inducía –manifiestamente– a engaño al público destinatario. Por su parte, en la SAP de Madrid, de 21 de febrero de 2000 (AC/2000/3208), declaró engañosas las indicaciones falsas sobre la patente y el uso exclusivo de la funda individual hermética de aluminio, que envolvían los cigarros Don Julián. La anunciante, consciente de la caducidad de la patente, seguía incluyendo en sus envases la expresión “patentada y exclusiva de Don Julián”. Esta mención era engañosa, toda vez que la patente había caducado. Pues bien, esta manifestación falsa inducía a error a los consumidores, quienes se hacían unas expectativas sobre el modo de fabricación y calidad del producto en cuestión, que el cigarro no poseía. Una vez más, apoyarse en datos falsos para promocionar productos genera un engaño efectivo, puesto que el consumidor, en este caso, atribuye mayor calidad al cigarro Don Julián, al que considera que se envasa en un sistema alufoil, exclusivamente para esta marca de tabaco, aportando un grado de humedad perfecto, hasta el momento en el que se extrae el puro del envase. Sin embargo, este sistema había caducado, por lo que –seguramente- otros empresarios ya utilizaban este envase para comercializar sus productos en el mercado. 112 Prácticas comerciales desleales de las empresas en sus relaciones... En la STS, de 23 de mayo de 2005 (RJ/2005/9760), el Alto Tribunal también enjuició unas indicaciones incorrectas, relativas a la forma de elaboración de vinos espumosos, que se comercializaban como “cava”, siendo -en realidad- meros vino espumosos. Así, en la mencionada sentencia se afirmó que se inducía a error al calificar el vino espumoso como cava, manifestando lo siguiente: “Y, en el caso, ninguna duda cabe que el etiquetado con una denominación de origen, induce a creer que los niveles de calidad ofrecidos son coincidentes con los previstos para la denominación en cuestión. Por tanto, el motivo decae.”. De este modo, si el producto se distinguía con una denominación de origen falsa, el Alto Tribunal aseguró que la información incierta era suficiente para declarar la existencia de un engaño y, por ende, declararlo como acto de competencia desleal. Asimismo, en la STS de 20 de marzo de 2000 (RJ/2000/2019), el Tribunal Supremo manifestó que la difusión de unos folletos publicitarios de botellas de vino, en los que se plasmaba la Denominación de Origen del Bierzo, cuando el anunciante no había efectuado la inscripción de la empresa en los Registros del Consejo Regulador, era un acto de competencia desleal engañoso. El Alto Tribunal declaró la ilicitud desde el momento en el que comprobó que los vinos no poseían la mencionada denominación de origen, dando por hecho que cualquier consumidor que viese el folleto publicitario era engañado en relación con la forma de elaboración del vino, atribuyéndole una calidad que no le correspondía. En estos casos, resulta evidente que la motivación para comprar el vino, probablemente sea la Denominación de Origen del Bierzo. Por lo tanto, la información falsa induce a engaño, sin que sea necesario acreditar cómo afecta a la capacidad de decisión de los consumidores, que se deduce del propio engaño, tal y como se declaró en la mencionada Sentencia: “Señala, efectivamente, la sentencia recurrida que el recurrente no se ha inscrito en ninguno de los Registros del Consejo Regulador de la Denominación de Origen «Bierzo» y pese a ello hizo publicidad mediante unos folletos ilustrados con fotografías de las botellas de sus vinos con un recuadro muy visible consignando «Denominación de Origen Bierzo» anunciando que está acogida a dicha Denominación de Origen y que comenzará a utilizar contraetiqueta de dicha Denominación de Origen en el momento que ponga en el mercado sus cosechas de 1989. En 1992 utilizó vallas publicitarias en palacios de deportes, campos de fútbol y en la Vuelta Ciclista a España para anunciarse así: «Gran Vino Palacio de Arganza. Villafranca del Bierzo (León)». Esta actividad publicitaria, tanto la de la primera etapa como la de la segunda, es claramente ilícita por engañosa” La Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, de 17 de junio de 2011 (AC 2011/1476), enjuiciaba dos anuncios publicitario en prensa escrita, de los cuales se incluían afirmaciones como: “CORTA con el SOBREPESO ¡Siempre hay un antes y un después! Más de 1.000.000 de personas ya han cortado con el sobrepeso gracias a NATUR HOUSE”. Además, junto al citado mensaje,