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Especial Día de las Madres 2013
12/05/2013
JOCABED: UNA MADRE EJEMPLAR
Éxodo 2, v.1-11. v.c. 9
Feliz día de las madres. Hoy conoceremos la historia de Jocabed, la madre de Moisés. Su
nombre significa “Dios es glorioso”. Ella fue una mujer que amaba y honraba a Dios. Ella hizo todo
para cuidar la vida y el corazón de su hijo Moisés. La historia que se narra en esta palabra está
ambientada en la tierra de Egipto, durante la época en la cual gobernaban los faraones. Los israelitas
vivían en la tierra de Egipto. En un principio, ellos vivieron en paz con los egipcios. Los israelitas
fueron muy bendecidos por Dios y llegaron a ser muy prósperos y a crecer en numero, de forma muy
rápida y constante. A pesar de que no estaban en un país propio, ellos crecieron y se fortalecieron
como pueblo. Pero este crecimiento y prosperidad de los israelitas, no agradó al faraón de Egipto. El
les dijo estas palabras a los egipcios. Leamos Éxodo 1, v.9, 10 “He aquí, el pueblo de los hijos de Israel
es mayor y más fuerte que nosotros. Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se
multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se una a nuestros enemigos y pelee contra
nosotros, y se vaya de la tierra”. El faraón tenía temor de que Egipto fuese invadido por sus enemigos
y que los israelitas se uniesen a estos enemigos para pelear y derrotar a los egipcios. Por este motivo,
el faraón ordeno esclavizar a los israelitas, como un medio para controlarlos. Los israelitas tenían que
trabajar de sol a sol, en trabajos forzados. Una de las penurias mas salvajes que faraón hizo en contra
de los israelitas, fue la de ordenar la muerte de todos los bebes varones recién nacidos que fuesen
israelitas. Esto lo hizo para disminuir la población masculina del pueblo de Israel. Con esto, poco a
poco el pueblo de Israel se iba a ir debilitando, al disminuir su fuerza y crecimiento. La condición del
pueblo de Israel era de angustia, sufrimiento y dolor.
Primera parte: Cuidado de una madre hacia sus hijos.
Leamos el v. 1 “Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví, la que
concibió, y dio a luz un hijo”. A pesar de este ambiente adverso, una pareja de esclavos hebreos,
decidió casarse y formar un hogar. Ellos fueron los padres de Moisés. Si leemos Números 26, v.59 “La
mujer de Amram se llamó Jocabed, hija de Leví, que le nació a Leví en Egipto; ésta dio a luz de
Amram a Aarón y a Moisés”, podemos conocer que el padre de Moisés se llamaba Amram y su
madre se llamaba Jocabed. Cuando ellos se casaron, estaban muy enamorados. Cuando una pareja
esta casada, los hijos pueden venir en cualquier momento. Pero ellos tenían temor de que si ella
quedaba embarazada y su bebe era varón, su bebe terminase siendo asesinado. Pero ellos confiaban y
amaban a Dios. Ellos sabían que si esa dificultad se presentaba, Dios iba a guiarlos para resolver esta
situación. Leamos el v. 1, 2a “Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví,
la que concibió”. Jocabed quedo embarazada. Con esta buena noticia, el amor entre Jocabed y su
esposo se fortaleció. Amram desde que se entero del embarazo, no permitió que Jocabed realizara
ningún tipo de esfuerzo. El se encargaba de todos los oficios y de todas las diligencias. Jocabed no
tuvo ningún antojo en cuanto a comida, ni sufrió alguna crisis por el embarazo. Amram estaba
tranquilo. Pero sucedió algo peor: Amram era caraquista. Antes del embarazo, a Jocabed no le
gustaba el béisbol. Pero después del embarazo, Jocabed se hizo fanática del Magallanes. Durante toda
la temporada de béisbol, Jocabed obligo a Amram a que la acompañara a ver todos los días, un
programa llamado “El Show del Magallanes”. Así transcurrió todo el embarazo.
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Llegó el día del nacimiento del bebe. El bebe era varón, hermoso y sano. Todos estaban muy
felices por esto. Leamos el v.2b “y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido
tres meses”. Esta alegría que ellos tenían, pronto se convirtió en angustia y preocupación. A causa del
decreto de faraón, Jocabed no podía mostrar al niño. Así que lo escondió durante tres meses. Cuando
el niño lloraba, ella lo atendía rápido y cantaba muy fuerte para evitar llamar la atención. Evito
publicar en su facebook, fotos sobre el nacimiento de su hijo o sobre su crecimiento. Le pidió a todas
sus amistades que no le regalaran ropa de varón, sino que le regalaran puros pañales. Durante tres
meses no salio con su niño. Todo esto lo hizo para ocultar el sexo de su bebe y así salvar la vida de su
hijo. Jocabed no estaba dispuesta que su bebe fuese asesinado. Ella reconoció que su bebe era un
regalo de Dios. Por lo tanto, ella necesitaba cuidarlo y amarlo en cualquier circunstancia. Todas
nuestras madres reconocen que sus hijos son un regalo de Dios. Todas las madres, en algún
momento, enfrentan dificultades durante el cuidado de sus hijos. En ese tiempo pueden surgir
problemas económicos, problemas con sus esposos, problemas de estrés, en el trabajo, etc. En esas
circunstancias difíciles, es cuando una madre debe recordar que sus hijos son un regalo de Dios.
Lamentablemente algunas madres, por diversas causas, no han reconocido el valor de sus
hijos ante Dios. Hay madres que no se interesan por saber como se sienten sus hijos, por saber que
piensan sus hijos o que dejan que sus hijos se críen solos. Hay madres que maltratan físicamente,
verbalmente y sicológicamente a sus hijos. Hay las que han abandonado a sus hijos. Hay madres que
rechazan a sus hijos. Todas estas cosas son maltratos que una madre puede hacer en el cuerpo y en el
corazón de sus hijos. Pero indistintamente de cual sea el maltrato que una madre haya hecho a sus
hijos, lo importante es que Jesús puede perdonar todas esas cosas. Leamos 1Juan 1, v.9 “Si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad”. Si una madre reconoce con humildad ante Jesús, que ha pecado al maltratar a sus hijos,
puede tener la confianza que Jesús quiere y puede perdonarla de cualquier equivocación que haya
cometido. Las equivocaciones pueden dañar la relación personal entre una madre y sus hijos. Pero si
esto sucede, hay una esperanza. Leamos Apocalipsis 21, v.5 “Y el que estaba sentado en el trono dijo:
He aquí, yo hago nuevas todas las cosas”. Si por algún motivo, la relación entre una madre y sus hijos
se ha deteriorado o se ha roto, esta relación puede ser restaurada completamente por el amor de
Jesús. Si una madre se acerca a Jesús, entonces el perdón, el amor y el poder de Jesús pueden
reconstruir y renovar su relación con sus hijos.
Jesús nos ama en cualquier circunstancia. Su amor por nosotros no cambia. Las madres deben
imitar el amor de Jesús. Es muy importante que como madres, en cualquier circunstancia, le hagan
saber a sus hijos, que son hijos cuidados, amados, valorados, respetados y aceptados. Sus hijos
necesitan saber y experimentar esto. Si una madre cuida, ama, valora y respeta a sus hijos, sus hijos
van a cuidarla, amarla, valorarla y respetarla, en cualquier circunstancia. Esto es valido tanto para los
hijos pequeños como para los hijos grandes. Que nuestras madres amen y cuiden a sus hijos como
Jesús ama y cuida al pecador. Amen.
Segunda parte: Cuidado de Dios hacia los hijos.
Ahora bien, Jocabed cuido a su hijo durante tres meses. Pero veamos que sucedió. Leamos el
v.3 “Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y
brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río”. Jocabed no podía seguir
ocultando al niño. Ella tuvo la idea de esconder al niño en el río Nilo, dentro de una canastilla
flotante. Ella preparo una canastilla de junco. La cubrió de impermeabilizante y confecciono un cojín
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grande, para colocar al niño mientras estuviese dentro de la canastilla. Mientras ella preparaba estas
cosas, las lágrimas corrían por sus mejillas. Su niño solo tenía 3 meses de nacido y en el río había
muchos peligros. Había animales salvajes como serpientes y cocodrilos, había mucho oleaje y
constantemente circulaban grandes barcos. Ella tendría que dejarlo en la orilla del río dentro de la
canastilla y verlo de lejos. Jocabed durante los tres primeros meses, cuido personalmente a su hijo.
Pero a partir de este momento, ella no podía cuidar y vigilar personalmente a su bebe. Ella estaba de
manos atadas. Ella lo único que podía hacer era orar y confiar en que Dios iba a cuidar de su bebe,
aun cuando ella no estuviese cerca. Así que Jocabed, a pesar de su dolor, a pesar de que no quería
alejarse de su bebe, decidió colocar al niño en la canastilla y confiar plenamente en Dios.
Cuando un niño es un bebe, la madre lo cuida en todo momento. Pero a medida que los hijos
crecen, la madre ya no puede emplear la misma cantidad de tiempo, para cuidarlos. Los hijos, a
medida que crecen, tienen que empezar a enfrentar cosas y situaciones por si solos. Estas cosas
preocupan a las madres, independientemente de la edad de sus hijos. Ciertamente en la calle hay
muchos peligros. Hay delincuencia, malas costumbres, injusticia, accidentes, malas compañías, etc.
Las madres no pueden estar 24 horas al lado de sus hijos, cuidándolos. Aunque lo deseen, no es
posible por el tiempo. En algunos casos, tampoco es conveniente porque no permite que el hijo
aprenda a desenvolverse. Entonces ante esta situación ¿Qué pueden hacer las madres? Las madres
deben tomar el ejemplo de Jocabed: deben orar a Dios y confiar en que Dios cuida de sus hijos,
cuando ellas no pueden hacerlo. Esto no quiere decir que no van a cumplir con sus responsabilidades
de disciplinar a sus hijos, de aconsejarles y ordenarles que se alejen de todo lo que no les conviene y
de ser amorosas. Lo que quiere decir es que deben cumplir con todas sus responsabilidades como
madres, entendiendo que Dios esta en control de todo el cuidado de sus hijos. Cuando no confiamos
en Dios, nos estresamos y nos preocupamos. Las mujeres en la actualidad, tienen muchas
ocupaciones. Una mujer tiene que ser madre, esposa, ama de casa, trabajadora y otras cosas más. Por
esta razón, a veces las mujeres pueden sentirse muy cargadas. Imaginen que a toda esta carga de
responsabilidad, se le suman estrés y angustia por la seguridad de sus hijos. Esa mujer se convierte en
una bomba de tiempo. Entonces la clave para que una madre pueda tener paz, en cuanto a la
seguridad de sus hijos, es que confíe en Dios. Una madre hallará reposo, si descansa en la verdad de
que Dios cuida de sus hijos. Si una madre confía en Dios, puede vivir tranquila porque sabe que Dios
guarda a su familia. Amén
Jocabed también podía tener incertidumbre acerca del futuro de su niño. Ella podía pensar que
su hijo también seria un esclavo como ella. Quizás pensaba que su hijo podría morir siendo joven
debido a los rigores de la esclavitud. También nuestras madres pueden tener incertidumbre acerca
del futuro de sus hijos. Pero el cuidado de Dios por los hijos, no se limita a su seguridad personal.
Dios también se ocupa del futuro de los hijos. Leamos Jeremías 29, v.11 “Porque yo sé muy bien los
planes que tengo para ustedes afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles
un futuro y una esperanza” Madres, Dios tiene buenos planes para con tus hijos. Amen. Dios dice
que desea darles futuro y esperanza espiritual a tus hijos. Dios no les esta prometiendo éxito
económico, ni gloria humana a tus hijos. Dios te esta prometiendo, que va a llenar de paz, amor y
esperanza verdadera los corazones de tus hijos. En medio de la incertidumbre, las madres pueden
confiar en que Dios tiene el mejor plan para sus hijos. Su plan para ellos, es que puedan tener una
estrecha relación con Jesús y que sean grandes hombres y mujeres de fe. Amén.
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Muy bien, entonces Jocabed coloco al niño dentro de la canastilla y puso la canastilla en la
orilla del río. Ella puso a una de sus hijas a que viese desde lejos la canastilla. Pero veamos que
sucedió. Éxodo 2, v.5, 6 “Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas
por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. Y
cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los
niños de los hebreos es éste”. La hija del faraón fue a bañarse al río. Cuando estaba allí, encontró la
canastilla y descubrió que dentro de ella había un bebe hebreo. La hija de faraón sabia del decreto de
su padre. Pero a pesar de esto, tuvo compasión del niño y no quiso matarlo. Así Jocabed confió en
que Dios cuidaría a su hijo y efectivamente Dios cuido a Moisés.
Tercera parte: Instruir al niño en el camino de Dios
Pero la hermanita de Moisés estaba viendo lo que sucedió. Cuando vio que la hija de faraón
encontró a Moisés, fue al lugar donde ella estaba. Y sucedió lo siguiente. Leamos Éxodo 2, v.7, 8,9
“Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te
críe este niño? Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del
niño, a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva a este niño y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al
niño y lo crió.” La hermanita de Moisés se ofreció para buscarle una niñera al bebe. La hija de Faraón
acepto. Ella fue y busco a la madre de Moisés para que fuese la niñera de Moisés. La hija de faraón
permitió que el niño Moisés fuese criado por su propia madre, con la condición de que fuese
devuelto. Esta historia increíble no es casualidad. Dios fue quien ejecuto este plan para que Moisés
fuese criado por su propia madre. La madre de Moisés tuvo la oportunidad de criar durante 6 años a
Moisés. Ella era una madre que amaba y honraba a Dios. Ella sabia que la única manera de guardar el
corazón de su hijo para Dios, era enseñándole acerca del Dios verdadero. Ella le enseño que Dios creo
al hombre a su imagen y semejanza, puro y libre de pecado. Le enseño que antes del pecado, el
hombre tenía comunión con Dios. Le enseño que el hombre peco y que por esto fue separado de la
presencia de Dios. Le enseño que Dios prometió al hombre, enviar un Poderoso Salvador, Jesús, para
quitar y eliminar todas las consecuencias del pecado. Le enseño que la vida abundante era caminar
con Dios. Ella le enseño todos los principios de Dios y del Salvador Prometido. Le enseñó que sólo
había un Dios. Estas enseñanzas fueron sembradas en el corazón del niño Moisés. Jocabed siempre
oraba para que Moisés fuese un hombre que amara a Dios. Ella oraba para que Moisés recordase
quien es el Dios verdadero.
Cuando Moisés tenía 6 años, su mama lo llevo para entregarlo a la hija de faraón, quien lo
adopto. Moisés por ser el hijo adoptivo de la princesa de Egipto, era el heredero del faraón. Moisés
fue preparado y educado por los egipcios durante 34 años, para ser el rey de Egipto. Le enseñaron la
religión pagana e idolatra de los egipcios. Le enseñaron la ciencia, los principios y las costumbres
egipcias, las cuales estaban en contra de los principios de Dios. Intentaron contaminar el corazón de
Moisés. Cuando tenía 40 años, Moisés ya estaba preparado para ser el próximo faraón. Moisés estaba
a punto de convertirse en el hombre más poderoso de su tiempo. Todo el poder, riqueza, lujo y placer
de la época estarían a su disposición. Pero un día Moisés salio y vio el sufrimiento de los hebreos, su
verdadero pueblo. Moisés tenía que tomar una decisión: seguir el camino del Dios verdadero ó seguir
el camino de pecado de los egipcios. ¿Cuál habrá sido su decisión? Leamos Hebreos 11, v.24,25,26
“Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser
maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por
mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada
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en el galardón”. Moisés nunca pudo olvidar las enseñanzas que le dio su verdadera madre acerca de
Dios. Por eso el rechazo toda la gloria y placer de Egipto. Moisés escogió servir al Dios verdadero y
sufrir con los hebreos, su verdadero pueblo. Moisés fue el líder espiritual que Dios uso para liberar a
los hebreos de la esclavitud. Dios lo uso para guiar a más de 2 millones de personas, durante 40 años
a lo largo de un desierto. El los guío hasta la tierra prometida. Pero Moisés no lo hizo por sus
capacidades o talentos. El fue un instrumento de Dios. Las cosas que Moisés hizo, las hizo porque
Dios manifestó su gloria y su inmenso poder a través de el.
Queridas madres, esta es una lección muy grande. Sus hijos no solo necesitan comida, vestido,
jugar, ver TV o ir al colegio. Sus hijos necesitan que les enseñe quien es Dios, quien es Jesús. Ellos
necesitan conocer que Jesús los ama y que desea usarlos con un buen propósito. Ustedes, al igual que
Jocabed, tienen la bendición de enseñarles a sus hijos acerca del Dios verdadero. Leamos Proverbios
22, v.6 “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. Cuando una
madre que ama a Dios, les enseña a sus hijos la palabra de Dios y del amor de Jesús, sus hijos nunca
se apartaran de Jesús. Sus hijos nunca abandonaran a Jesús, aun cuando este mundo haga todos los
intentos por arrancarlos de los brazos de Jesús. Si los hijos están grandes sirviendo a Dios, apoyarlos
y orar por sus hijos para, que no se desvíen y sirvan a Dios con su corazón. Las abuelas también,
porque muchas madres en la iglesia ya tienen hijos mayores y les toca ser buena influencia para sus
nietos enseñándoles el temor de Dios. Nuestra sociedad esta espiritualmente muy enferma. Nuestra
sociedad esta siendo golpeada por la delincuencia, la violencia, el fanatismo, la idolatría, la brujería,
el ateismo, la prostitución, la homosexualidad, las drogas, la corrupción, la codicia, la envidia, las
mentiras, los hogares rotos por el divorcio y el adulterio, etc. Nuestros hijos pueden ser expuestos e
influenciados por todas estas cosas. Pero la manera en que nuestras madres pueden guardar a sus
hijos, es enseñándoles la biblia, enseñándoles el amor de Jesús, enseñándoles que Jesús tiene mejores
cosas para ellos. Amén.
Igualmente, nuestra sociedad necesita hombres y mujeres que amen a Dios, por encima de
todas las cosas. Necesita de hombres y mujeres que sean diferentes. Necesita personas que por medio
de la palabra de Dios, guíen a nuestro pueblo venezolano a los pies de Jesús. Nuestras madres tienen
la hermosa bendición de preparar a sus hijos, por medio de la palabra de Dios, para que sean grandes
hombres y mujeres de fe, como Moisés. Esos hombres y mujeres pueden y serán usados por Dios,
para sacar a nuestra sociedad de la oscuridad espiritual. Una madre que instruya a sus hijos en el
camino de la fe en Jesús, es una gran bendición para su país y para el mundo. Amen.
Nuevamente, felicitaciones a las madres en su día. De verdad merecen ser felicitadas porque ellas las
hicieron ó hacen un gran un esfuerzo para criar a sus hijos. Hablar un poco de tu mamá al final cómo
ella te ayudó, cómo estás agradecido a Dios por ella. Mis tópicos de oración por ella estás orando por
ella. Que a partir de hoy, todas las madres acá presentes, puedan acercarse a Jesús y ser preciosas
mujeres de fe. Que todas nuestras madres oren por sus hijos, que todas nuestras madres enseñen a
sus hijos el amor de Jesús. Que todas sean de bendición para nuestra sociedad, por medio de criar e
instruir a los futuros siervos de Dios. Amen.
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