68 PATOLOGÍA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2007 · V OL .5 · Nº 1 · 68-74 ORIGINAL Implicación de la termografía en el diagnóstico de la distrofia simpático refleja: a propósito de un caso Implication of the thermografy in the diagnosis of the sympathetic reflex dystrophy: with regard to a clinic case González Rebollo A. Mª. 1 , Antón Andrés Mª J. 1 , Fuertes González S. 1 , Blázquez Sánchez E. 2 , Alonso Margüello A. I. 1 , Antón Andrés M. 3 1 2 3 Hospital Rio Hortega. Valladolid Hospital Virgen de la Luz. Cuenca Fisioterapeuta Atención Primaria gap 0. Cantabria RESUMEN ABSTRACT La Distrofia Simpático Refleja o Síndrome Regional Complejo tipo I es una patología de difícil diagnóstico y tratamiento especialmente debido al desconocimiento que existe sobre la fisiopatogenia de la enfermedad, y que puede tener consecuencias graves. Sympathetic Reflex Dystrophy or Complex Regional Syndrome Type I is pathology of difficult diagnostic and treatment especially due to the ignorance that exists on the physiopathogenicity of the disease, and that can have serious consequences. En el siguiente artículo describimos un caso de distrofia simpático refleja de 5 meses de evolución de origen postraumático. Mujer de 45 años diagnosticada de este síndrome tras sufrir fractura de 5º metacarpiano de mano derecha. Aunque ninguna de las pruebas complementarias es definitiva, nosotros hemos realizado el seguimiento con termografía infrarroja, observando un paralelismo entre la mejoría clínica y termográfica en los tres primeros meses de tratamiento rehabilitador y farmacológico. We presented/displayed the case of a woman of 45 years diagnosed of this syndrome after undergoing metacarpial fracture of 5º of right hand. Although no of the complementary test is definitive, we have made the pursuit with infrared thermography, observing a parallelism between the clinical and thermal improvement the three first months of physical therapy and medical treatment. Palabras claves: Síndrome doloroso regional complejo. Distrofia simpático refleja. Teletermografia infrarroja. Algodistrofia. Key words: Complex regional pain syndrome. Sympatho-reflex dystrophy. Infrared telethermography. Algodystrophy. Patología del Aparato Locomotor, 2007; 5 (1): 68-74 INTRODUCCIÓN La Distrofia Simpático Refleja (DSR) es una enfermedad compleja (código CIE-9 CM 733.7), cuyas causas se desconocen y que puede tener consecuencias graves. El término fue introducido por Evans (1) en la literatura médica en 1946, habiendo recibido Correspondencia: A. Mª. González Rebollo Servicio de Rehabilitación y Medicina Física Hospital Rio Hortega Puerto Rico 1. 47014 Valladolid [email protected] varias denominaciones, todas ellas imprecisas, denotando algunas el origen del trastorno, otras los mecanismos del dolor y otras la evolución del mismo. Así, se le ha llamado: Síndrome de causalgia (mayor y menor), atrofia de Sudeck, algoneurodistrofia, distrofia refleja neurovascular, síndrome de Steinbrocker, osteoporosis postraumática, distrofia postraumática, vasoespasmo postraumático, edema crónico postraumático, etc. A partir de 1994 la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (International Association for Study of Pain-IASP, por sus siglas en in- 69 PATOLOGÍA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2007 · V OL .5 · Nº 1 · 68-74 González Rebollo A. Mª., Antón Andrés Mª J., Fuertes González S., et al. glés) reunió todas estas definiciones bajo el término de Síndrome Doloroso Regional Complejo (2). En su desarrollo se han implicado múltiples factores, aunque en estos momentos no conocemos los mecanismos precisos por los que se produce este trastorno. Aunque se puede tener una distrofia en cualquier parte del esqueleto, las zonas donde aparece con mayor frecuencia son: mano, muñeca, pie, tobillo y rodilla. Quien la padece presenta durante mucho tiempo, dolor urente/quemante, persistente y penetrante, que puede estar localizado en el sitio de la lesión, o en el área cubierta por el nervio lesionado, pero que con el tiempo se extiende, frecuentemente involucra toda la extremidad, incluso en algunas ocasiones puede afectar la extremidad opuesta. En el 50 por ciento de los casos, el dolor dura más de 6 meses y algunas veces años. Implicación de la termografía en el diagnóstico de la distrofia simpático refleja: a propósito de un caso CASO CLÍNICO Se presenta el caso de una mujer de 45 años de edad que el 3-Octubre-05, tras caída accidental con traumatismo sobre la mano derecha, presenta fractura de cabeza de 5º metacarpiano. Se trata de urgencia con férula de yeso durante 7 días y se completa tratamiento ortopédico con yeso cerrado hasta el 8-Noviembre-05. Tras retirada de inmovilización, la paciente refiere inflamación e impotencia funcional de las articulaciones metacarpofalángicas e interfalángicas, proximal y distal, del 2º al 5º dedo de la mano derecha. Es derivada al Servicio de Rehabilitación con fecha 14-Febrero-06. En la exploración física se objetiva hipersudoración palmar, edema sin fóvea, hipertricosis y rigidez de las articulaciones ya citadas. Además, la paciente presenta dolor difuso en Fig. 1. Termografia Pre-tratamienro. Cara palmar y dorsal mano derecha. Fig. 2. Termografia Pre-tratamiento. Cara palmar y dorsal mano izquierda. 70 PATOLOGÍA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2007 · V OL .5 · Nº 1 · 68-74 González Rebollo A. Mª., Antón Andrés Mª Mª. J., J., Fuertes Fuertes González González S., S., etet al. al Implicación de la termografía en el diagnóstico de la distrofia simpático refleja: a propósito de un caso Fig. 3. Termografía post-tratamiento. Cara palmar y dorsal mano derecha. Fig. 4. Termografía post-tratamiento. Cara palmar y dorsal mano izquierda. mano derecha urente y alteración de la sensibilidad de tipo alodinia, con un EVA de 9/10. Como pruebas complementarias se solicitaron analítica de sangre, RX simple y termografía infrarrojo. Las pruebas de laboratorio fueron normales (VSG…), en la radiografía aparece resorción trabecular irregular en 5º MTC y falanges proximal, media y distal, del 2º al 5º dedo (Figura 1). La evaluación termográfica detectó disminución de la temperatura en 4º y 5º dedo mostrando una amputación térmica a ese nivel (Figura 2). Ante estos hallazgos es diagnosticada de Síndrome Doloroso Regional Complejo y se establece el siguiente plan terapéutico: inicialmente se pautó tratamiento con AINE oral combinado con calcitonina intranasal a dosis de 200 U.I. /día y calcio oral; además se añadió cinesiterapia pasiva y activa suave y magnetoterapia. En la revisión a las 4 semanas se evidenció persistencia de dolor de características neuropáticas, por lo que se asocia gabapentina a dosis de 1800 mg/ día y se retira el antiinflamatorio oral. Pasados 2 meses mostró una mejoría clínica significativa: control de hipersudoración, mejoría de la movilidad analítica y global de la mano derecha, disminución del dolor (EVA 6/10) y simetría térmica respecto a la mano contralateral (Figura 3). En la siguiente revisión al mes, la paciente refería persistencia del dolor neuropático por lo que es derivada a la Unidad del Dolor para la valoración de bloqueos nerviosos. DISCUSIÓN La IASP (2) define el SDRC como «variedad de condiciones dolorosas de localización regional, posteriores a una lesión, que presentan predominio distal de síntomas anormales, excediendo en magnitud y duración al curso clínico esperado del incidente inicial, ocasionando con frecuencia 71 PATOLOGÍA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2007 · V OL .5 · Nº 1 · 68-74 González Rebollo A. Mª., Antón Andrés Mª J., Fuertes González S., et al. un deterioro motor importante, con una progresión variable en el tiempo». Así el SDRC queda clasificado en tipo I y en tipo II, diferenciándose fundamentalmente por la presencia de lesión nerviosa periférica definida en el tipo II. El término Dolor Regional intenta definir que el dolor, desproporcionado y continuo, sobrepasa la localización esperada en función de la causa aparentemente originaria, usualmente una extremidad pero en otras ocasiones referido a otras partes del cuerpo. El término «complejo», intenta definir las múltiples formas de presentación de los síntomas y signos que lo caracterizan (3). Sobre datos de incidencia se encuentra muy poco en la literatura médica mundial. En un estudio de cohortes retrospectivo realizado en Holanda de 1996 a 2005, han observado que la incidencia en conjunto del SDRC se estima en 26,2 por 100 personas por año. Las mujeres se afectan tres veces más que los hombres, existiendo una mayor incidencia en mujeres entre 61-71 años (4). En un estudio realizado en USA entre 1989-1999 observan, sin embargo, que la media de edad es de 46 años (5). La extremidad superior se afecta más frecuentemente que la inferior, y las fracturas son la causa más frecuente de la aparición de SDRC (44%) (4,5). Etiológicamente existen algunos factores bien conocidos que pueden favorecer o desencadenar dicha patología. El factor encontrado con mayor frecuencia, como acabamos de decir, es el traumatismo o una fractura (6); también puede aparecer después de sufrir una apoplejía o un infarto de miocardio, etc. No se sabe por qué algunos pacientes desarrollan esta patología y otros no. Se cree que una alteración del sistema nervioso simpático, encargado entre otras cosas del control de la sudoración, de la temperatura o de la regulación de la circulación sanguínea de la piel podría ser uno de los mecanismos implicados. El diagnóstico debe ser primeramente clínico y posteriormente confirmado por las exploraciones complementarias, sin que exista ninguna específica. Los criterios clínicos de la IASP (2) para el SDRC tipo I son los siguientes: 1. es un síndrome que se desarrolla tras un episodio nocivo desencadenante. Implicación de la termografía en el diagnóstico de la distrofia simpático refleja: a propósito de un caso 2. se manifiesta como dolor espontáneo o alodinia / hiperalgesia, no limitado a la distribución territorial de un nervio periférico, y desproporcionado al episodio desencadenante. 3. hay o ha habido evidencia de edema, anormalidad en el flujo sanguíneo cutáneo o actividad sudomotora anormal, en la región dolorosa desde el episodio desencadenante. 4. este diagnóstico se excluye por la presencia de otras condiciones que pudieran explicar el grado de dolor y disfunción. En un estudio publicado en el 2002 se concluye que estos criterios de la IASP para el SDRC tipo I son poco utilizados en las publicaciones médicas (7). Las pruebas complementarias que se realizan habitualmente son las siguientes: Z analítica: los datos analíticos sugestivos de inflamación aguda (VSG, PCR, leucocitos…) suelen ser normales. Algunos estudios recientes describen una elevación de la IL-6, IL-8 y el TNF-alfa (8,9). Z radiología convencional: las imágenes radiológicas son inespecíficas, siendo la más típica la desmineralización subcondral, moteada, heterogénea, de intensidad variable. Para que sea apreciable deben transcurrir varias semanas desde la injuria (10). Se puede apreciar un aumento mal definido de las partes blandas por el edema provocado por los fenómenos vasomotores. Z RMN: poco valor para el diagnóstico del DRS. Z Gammagrafía ósea con Tc99: es un test muy sensible para confirmar la sospecha clínica de la DSR en las fases iniciales, pero no es válido en los casos tardíos (11). Z Termografía infrarroja: el diagnóstico termográfico se basa en el análisis de las asimetrías térmicas que aparecen entre mitades paralelas del cuerpo y en la diferencia de temperatura existente entre una zona determinada y su entorno. Tiene las ventajas de ser un método objetivo, no invasivo, sin limitaciones, rápido, de bajo costo y con un área de aplicación extensa lo que permite su utilización para el diagnóstico de la DRS. Tiene una especial utilidad en aquellos síndromes dolorosos en los que se sospeche una implicación del sistema nervioso simpático. En un artículo publicado en 2004 72 PATOLOGÍA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2007 · V OL .5 · Nº 1 · 68-74 González Rebollo A. Mª., Antón Andrés Mª J., Fuertes González S., et al. realizado para valorar la especificidad, sensibilidad y valor predictivo de la teletermografía infrarroja en el CRPS tipo I , concluyen que esta técnica presenta una sensibilidad del 93%, una especificidad del 89%, un valor predictivo positivo del 90% y negativo del 94%, pudiendo por tanto ser utilizado para el diagnóstico del CRPS tipo I (12). La prueba se realiza en una sala con temperatura ambiente constante (debe oscilar entre 2123ºC), manteniendo previamente al paciente 15 minutos con la región a explorar descubierta. Hay que advertir al paciente que evite utilizar cremas en la zona a estudio así como recibir terapia el día de la exploración; también se le debe indicar que suspenda el consumo de tabaco dos o tres horas antes de la prueba, así como la exposición solar en los días previos. La temperatura de la mano afecta se compara con la contralateral midiendo las diferencias entre ambas (13). Según un estudio del 2006, si a temperatura ambiente no se consiguen observar cambios termográficos entre la extremidad sana y la afecta, entonces se debe someter a ambas extremidades superiores a variaciones de temperatura entre 15±1,5ºC y 45±1ºC (mediante la introducción de las manos en agua fría y caliente) para provocar al sistema nervioso simpático, y obtener así un incremento significativo de las diferencias termográficas (14). Los parámetros típicos del termograma de la mano son: t Simetría izquierda-derecha y homogeneicidad. t Línea anisotérmica sobre los vasos grandes y las venas hipodérmicas grandes. t La palma es isoterma con hipertermia moderada en el centro. t Los dedos deben ser visibles en el termograma hasta las puntas de las superficies interna y externa. Z Electromiografía: presenta alteraciones en el SDRC tipo II, siendo normal en el tipo I. Z Bloqueos simpáticos: orienta hacia opciones terapeúticas concretas. El SDRC tipo I es un dolor de tipo neuropático muy difícil de tratar por la gran dificultad de establecer los mecanismos responsables del mismo, Implicación de la termografía en el diagnóstico de la distrofia simpático refleja: a propósito de un caso por lo que necesita un enfoque multidisciplinario (15,16): farmacoterapia, rehabilitación, bloqueos nerviosos y técnicas psicológicas. a) Farmacoterapia: 1. Ningún medicamento ha demostrado tener un efecto definitivo a largo plazo. Un estudio randomizado de Zollinger y colaboradores concluye que el tratamiento profiláctico con vit.C produce una reducción significativa del dolor del SDRC tipo I en las fracturas de muñeca (17). 2. Los antiinflamatorios no esteroideos son poco eficaces. Sin embargo el tramadol a dosis de 150-300 mg/día puede ser beneficioso para el control del dolor. 3. La calcitonina, aunque su eficacia no está demostrada en este síndrome, se utiliza por la vasodilatación periférica que produce, la inhibición de la reabsorción ósea y el probable efecto analgésico central, siendo su eficacia prácticamente nula en fases tardías. 4. Los bifosfonatos son eficaces en el SDRC tipo I en fases iniciales, cuando la calcitonina no es bien tolerada por el paciente (18). 5. Antidepresivos tricíclicos tipo amitriptilina. Antiepilépticos tipo gabapentina a dosis de 900-2400 mg/día., tiene un efecto leve en la disminución del dolor y reduce significativamente el déficit sensorial en la extremidad afecta (19). b) Rehabilitación: El tratamiento rehabilitador es fundamental y está recomendado en la mayoría de estos pacientes. Suele combinarse con otros tratamientos para aliviar el dolor. El objetivo es mantener la movilidad de la extremidad evitando la rigidez y la contractura muscular asociada al dolor, así como disminuir el edema. Se utilizan diferentes técnicas como cinesiterapia pasiva, activoasistida, autoasistida y libre, analítica y global, de la extremidad afecta (debiendo evitarse una fisioterapia excesivamente agresiva que agrave el dolor), asociado a electroterapia (electroestimulación transcutánea o TENS, ultrasonidos, magnetoterapia) y terapia ocupacional (20). 73 PATOLOGÍA DEL APARATO LOCOMOTOR, 2007 · V OL .5 · Nº 1 · 68-74 González Rebollo A. Mª., Antón Andrés Mª J., Fuertes González S., et al. c) Bloqueos nerviosos: Se planteará la realización de estas técnicas en estadios iniciales para disminuir el dolor y facilitar la fisioterapia y rehabilitación funcional (21) o cuando los tratamientos anteriores no han producido un resultado satisfactorio. d) Apoyo psicológico: En todos los casos se debe realizar un tratamiento psicológico individualizado, en especial a los pacientes que sufren una evolución más adversa. Es muy probable que condiciones que producen ansiedad o estrés incrementen la nocicepción en el SDRC tipo I a través de mecanismos alfa-adrenérgicos (22). CONCLUSIONES El mejor tratamiento en el SDRC tipo I es la prevención, una vez instaurado el síndrome es fundamental el díagnóstico y tratamiento precoz para evitar una evolución tórpida y la aparición de secuelas. Implicación de la termografía en el diagnóstico de la distrofia simpático refleja: a propósito de un caso En el diagnóstico del SDRC tipo I es indiscutible el valor de los datos clínicos, apoyándose en diferentes exploraciones complementarias. La termografía infrarroja es la técnica más aceptada para demostrar las alteraciones de temperatura cutánea en el SDRC tipo I (23,24); una diferencia de temperatura de 0.6º C es sugerente, mientras que la diferencia de un grado es considerada prácticamente diagnóstica para SDRC Tipo I (25). La termografía permite seguir objetivamente la respuesta al tratamiento y es más precoz que los cambios clínicos cutáneos o las alteraciones radiológicas. En nuestro caso, la termografía infrarroja ha contribuido a la evaluación y seguimiento del tratamiento prescrito, observando en un primer momento hipotermia con respecto a la mano contralateral y posteriormente una progresiva normalización del patrón termográfico. A pesar del diagnóstico y tratamiento adecuado un porcentaje no despreciable de pacientes van a presentar secuelas tales como dolor, intolerancia al frío, cambios tróficos de las uñas y pelo, alteraciones sensitivas y rigidez matutina. Referencias bibliográficas 1. Evans JA. Reflex sympathetic dystrophy. Surg Gynecol Obstrect 1946; 82:36-43. 2. Merskey H, Bogduk N, eds. Classification of chronic pain. Descriptions of chronic pain syndromes and definitions of pain terms., 2nd ed. Seattle: IASp Press, 1994;41-42. 3. Stanton-Hicks, Jänig W, Hassenbusch S. 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