441 IX - ESTUDIO DE LA ORGANIZACION ESPACIAL DE LOS YACIMIENTOS. A partir de la década de los 60 comienza a surgir con caracteres propios un nuevo tipo de investigación. Nos referimos al estudio de la organización espacial de los asentamientos humanos a partir de la dispersión de los vestigios, líticos o de cualquier otro orden, en los suelos de los hábitats prehistóricos. Anteriormente hemos mencionado los trabajos de COURTIN y VILLA (1982) y de STOCKTON (1973), que demostrando los notables desplazamientos que sufren los objetos en los suelos arqueológicos, tanto vertical como horizontalmente, ponen a prueba algunas interpretaciones sobre la organización del trabajo en los hábitats prehistóricos, ya que ataca frontalmente a la fase previa de cualquier estudio: el trazado de planos de los distintos suelos y la localización en ellos de tales objetos, aún cuando no existan indicios de alteraciones no antrópicas. Estos fenómenos de desplazamiento no son semejantes en todos los yacimientos, pues dependen en gran manera de su extensión, su situación en cuevas o al aire libre, y de los materiales que conforman los sedimentos que han formado al propio suelo. Para introducirnos en el tema hemos escogido como base al trabajo de G. WÜNSCH (1991), a quien seguiremos en su discurso que nos aporta un bosquejo histórico sobre el desarrollo de estos estudios, así como una base estadística idónea para cuantificarlos y eliminar al máximo las apreciaciones, muy subjetivas, que hasta ahora han predominado en este campo. Según el autor, "obviamente, la denominación "arqueología espacial" es uno de los enfoques más conocidos, pese a estar bastante restringido al ámbito anglosajón y no haberse realizado demasiadas aportaciones a nivel práctico. Entendida como la recuperación de las relaciones espaciales arqueológicas y el estudio de las consecuencias espaciales de patrones de la actividad humana, aparece planteada por CLARKE (1977) en su conocido artículo "Spacial Information in Archaeology". Su aportación fundamental era "su formulación de una propuesta teórica de análisis del espacio (WÜNSCH), estructurada en tres niveles de agregación o de resolución: macro, semimicro y micro; que representan diferentes escalas de actuación humana". Pero la dificultad de aplicación que se presenta ante la puesta en práctica de sus ideas impulsó abundantes críticas en las que fue tachada de no operativa y ambigua, por lo que su utilización quedó sumamente restringida. Más tarde "los diversos trabajos realizados en torno al "análisis espacial" se centraron únicamente en aplicar métodos cuantitativos para el estudio de las distribuciones da los materiales arqueológicos, en el marco del denominado "Intrasite Spatial Analysis". Destaca los trabajos de HODDER (1977, 1978). HODDER y ORTON (1981). WALLON (1973 a, 1973 b, 1974). DACEY (1973), KINTIGH y AMMERMAN (1982) entre otros muchos. En general se trata de la aplicación de técnicas estadísticas... para el análisis espacial de los restos arqueológicos recuperados en el interior de los yacimientos, sin ningún tipo de desarrollo teórico que enmarque lo que en realidad es, simplemente, un instrumento analítico. Ello ha provocado una aplicación indiscriminada y, sobre todo, una pérdida de potencial explicativo". Según el autor, el vacío en que se desarrollaba el análisis espacial se ha intentado subsanar desde otro conocido enfoque: la etnoarqueología. "En general, podemos considerar que ésta surge como un intento de explicitar tanto la metodología de análisis e interpretación como los límites impuestos a la utilización de la analogía etnográfica, entendiendo, no obstante, que el conocimiento etnográfico es el instrumento más adecuado para la interpretación de los datos arqueológicos". "La principal base teórica de los trabajos etnoarqueológicos es que existe una correlación real y efectiva (susceptible de ser contrastada positivamente) entre determinados atributos conductuales y ciertos elementos materiales. Así pues, se presupone que las observaciones sobre la conducta actual pueden facilitar el conocimiento de las conductas pasadas ". Destaca entre los múltiples trabajos etnoarqueológicos los realizados por BINFORD que, siguiendo el den o m i n a do "método histórico directo", intenta plantear analogías funcionales entre los datos arqueológicos y algunas generalizaciones de datos etnográficos. Comenta aquí su aproximación al estudio de la estructura de los yacimientos arqueológicos: la organización interna de las actividades dentro del espacio ocupado a través del estudio de la distribución espacial de los materiales. BINFORD (1978, 83) plantea "el intento de establecer modelos de distribución espacial entendidos como un reflejo de modelos organizativos". Pero, subraya, "la propuesta de BINFORD sólo ha dado lugar a analogías limitadas generalmente a paralelismos tecnológicos y/o formales a partir de los cuales se infieren características funcionales u organizativas, pero no ofrece un instrumento analítico cuantitativo susceptible de ser aplicado a los datos arqueológicos, simplemente se utilizan criterios de observación sobre la distribución de los restos basados en curvas de densidad". Así pues, denuncia que carece de instrumentos analíticos, situación inversa a la antes comentada. 442 El estudio del hábitat y sus estructuras es el enfoque más utilizado por los arqueólogos franceses y de otros países europeos. "En una primera etapa, el estudio de los suelos de hábitat o de ocupación se centra en una simple descripción surgida de la observación de los planos de repartición de los materiales y de las "estructuras" reconocidas durante la excavación (hogares, sepulturas, concentraciones de restos líticos y óseos), entendiendo que éstas indican la organización del espacio, caracterizada por su creciente complejidad. El objetivo final es la delimitación de diferentes zonas dentro del espacio ocupado que corresponden a las diversas actividades realizadas". Destaca la ausencia de análisis técnicos y métodos cuantitativos "sin los cuales las interpretaciones quedan como simples impresiones visuales que se adaptan a preconcepciones sobre la estructuración del espacio ocupado y a funcionalidades atribuídas. Un buen ejemplo ilustrativo son los trabajos de síntesis de LUMLEY y BONNE (1976 a, 1976 b) que reunen los resultados de diversas publicaciones anteriores". Prosigue definiendo una segunda etapa que se caracteriza por los trabajos de LEROI-GOURHAN y BREZILLON (1966, 1972), en los que se plantean las bases de la reconstrucción paletnográfica. A partir del suelo del hábitat (superficie ocupada) y sus estructuras (conjuntos de materiales que consideran como agrupaciones significativas) pretenden estudiar la organización del espacio ocupado. Su objetivo principal es jerarquizar el espacio, suponiendo que las estructuras del hábitat "pueden conducir a una definición funcional de las diferentes zonas delimitadas". Aprovechan además criterios descriptivos que se fundan en observaciones sobre los planos de la dispersión de las diferentes categorías de materiales, sobre la base de curvas de densidad, todo ello complementado con una aplicación inicial de la técnica del acoplamiento de los restos. De aquí nació el denominado "modelo teórico de Pincevent", que subdividía la superficie ocupada en espacios diferentes que responderían a una presupuesta funcionalidad. Pero la adscripción, según señala el autor al que seguimos en su discurso, no es el resultado de una metodología analítica bien establecida, sino que nace de extrapolaciones etnográficas y experimentaciones analógicas subyacentes. Sigue insistiendo en la ausencia de técnicas de análisis y de contrastaciones cuantitativas. Cita que "un buen ejemplo son las agrupaciones establecidas (estructuras) que no permiten ser consideradas significativas, en sentido estricto, en ausencia de un criterio estadístico de significación". Una tercera etapa, prosigue, recoge diversos intentos de aplicar el modelo de Pincevent a otros ya- cimientos... conservando la misma metódica de trabajo. En la actualidad, pese a que se mantiene la metodología, destaca una crítica sobre la validez del modelo de Pincevent como iniciación a un debate teórico. Le llama la atención, desde un nivel técnico, la tendencia a una "aplicación desordenada de numerosas técnicas de análisis, sobre todo relacionadas con el estudio de las "estructuras de combustión" (hogares) y un mayor interés por las experimentaciones analógicas... Pero sigue existiendo un divorcio entre la interpretación de la organización del espacio y el tratamiento de datos". Propone una alternativa cuyo objetivo central "consiste en analizar la organización de los diferentes elementos arqueológicos (entendidos como resultado de las actividades productivas y de mantenimiento desarrolladas por una comunidad) dentro de un espacio delimitado, el asentamiento, a partir de sus interrelaciones en el marco de una unidad de base: el piso o nivel de ocupación". No desarrolla aquí los presupuestos teórico-metodológicos que la conforman, y que aparecen en otros trabajos (WÜNSCH y GUILLAMON, 1987; WÜNSCH, 1989). Pero recuerda algunas nociones fundamentales. "La premisa básica supone plantear la existencia de una organización social del espacio ocupado, entendiendo como tal la delimitación del asentamiento o lugar de ocupación a partir del cual se organiza la dinámica socioeconómica. Dicha organización debe entenderse como una modificación y articulación del espacio en función de las necesidades socioeconómicas. La premisa asociada consiste en plantear que dicha organización queda reflejada arqueológicamente en la interrelación espacial de los restos materiales''. "Puesto que nuestro interés se centra en el análisis de las interrelaciones espaciales de los restos materiales arqueológicos consideramos imprescindible desarrollar un instrumento analítico adecuado basado en la utilización de métodos cuantitativos. Por ello planteamos nuestra propuesta de análisis de las interrelaciones espaciales de los elementos arqueológicos (ANITES), que incluye un tratamiento estadístico informatizado de los datos". "A través de la aplicación del ANITES pretendemos "objetivar" la información a partir de la cual se intenta proponer hipótesis explicativas sobre la organización interna de los asentamientos. Sobre la base de la introducción de criterios cuantitativos buscamos objetivar el procesamiento de datos, naturalmente en función de la aceptación del marco teórico matemático estadístico en que se inscriben". Señala que, como cualquier otro método de análisis, "el ANITES conlleva unas condiciones previas de 443 aplicación y validación: a) se debe analizar la unidad representativa de una determinada actuación socioeconómica, que denominamos piso o nivel de ocupación, previamente caracterizada a través de las técnicas pertinentes; b) de la misma manera, deben ser analizadas únicamente aquellas categorías materiales dotadas de significación y relevancia, en términos de actividades, c) en función de los efectivos mínimos con que pueden operar los "test" estadísticos utilizados, se debe adecuar su selección a las categorías que deben ser procesadas". Para ello se ha diseñado un paquete estadístico basado en la complementaridad entre dos bloques de "tests": "los métodos de los cuadrados" y "los métodos de las distancias". Como ejemplo describe una aplicación sobre los datos procedentes de un asentamiento de cazadores-recolectores del Roc del Migdia (Vilanova de Sau, Barcelona), un abrigo situado al pie de una gran pared rocosa, de grandes dimensiones (unos 200 m de longitud por unos 6-10 m de anchura). En función de los criterios anteriormente expuestos se eligió como unidad de base para su análisis al piso de ocupación T, el más extenso y mejor conservado. Representa una superficie excavada de unos 45 m2, con un grosor medio que oscila entre 10-15 cm, y una primera datación por C14 de 11.520 +/- 105 BP. Señala que al tratarse de una aplicación previa no se pudo contar con los resultados de algunos análisis de los materiales, por lo que la selección de las categorías a procesar es meramente indicativa y los resultados deben considerarse a nivel preliminar. El primer paso consiste en la elaboración de: a) tablas de frecuencias de efectivos por cuadros; b) tablas de presencia/ausencia (1/0) de las categorías seleccionadas para el análisis de las asociaciones significativas de elementos; c) un archivo individualizado que registra las coordenadas tridimensionales y la categoría de cada uno de los restos recuperados. Las categorías que selecciona WÜNSCH para el procesamiento estadístico son: Industria total (total de restos líticos), N = 348. Industria coordenada (res tos líticos tridimensionales), N = 186. Mamífero medio total (restos de herbívoros), N = 985. Mamífero medio coordenado (restos tridimensionales), N = 369. Mamífero medio quemado (total restos quemados), N = 220. Mamífero medio no quemado (restos no quemados). N = 765. Ciervo, N = 33. Cabra salvaje, N = 28. Caracoles comestibles, N = 459. Otros caracoles terrestres, N = 445. Aves, N = 123. Microfauna, N = 193. Restos humanos, N = 45. Piedras quemadas, (presencia/ausencia). Piedras no quemadas, (presencia/ausencia). Conchas perforadas, (presencia/ausencia). Concentraciones de carbones, (presencia/ausencia). Concentraciones de cenizas, (presencia/ausencia). Losas verticales, (presencia/ausencia). Asociaciones significativas de elementos "Un primer aspecto a examinar es la posible existencia de asociaciones significativas de elementos (AES). El procedimiento aplicado consiste en elaborar una matriz de contingencia que relacione de dos en dos las categorías seleccionadas (cuantitativas y cualitativas) a través de un coeficiente de asociación o similitud (coeficiente I de JACCARD); la significación de las diferencias observadas puede realizarse a través del "test" del Khi2. Los resultados obtenidos pueden representarse gráficamente en un dendrograma, en el que se indican con un recuadro las asociaciones más significativas. Método de los cuadros Para su aplicación se utilizan los "test" estadísticos basados en datos agrupados en cuadros o celdas. Aquí ha realizado el cruce de tablas de frecuencias de efectivos con cuadros de las categorías presentadas anteriormente. Analiza más tarde la industria y la fauna a nivel general y de sus subdivisiones, y posteriormente intenta hallar posibles interacciones entre ambas. Analiza su carácter aleatorio o no aleatorio a través de su comparación con distribuciones de Poisson de igual densidad; así como su disposición (autocorrelación espacial) con el coeficiente I de Moran. Con ello separa los eventuales núcleos de concentración diferencial a través de una red de comparaciones cuadro a cuadro, testadas con el Khi2; las posibles zonas delimitadas se utilizan como "unidades-base" para un análisis más detallado. Refiere los resultados hallados en su caso, que no reproduzco ya que creo nos interesa más su teoría y metódica que su estudio puntual en un yacimiento. Métodos de las distancias "En este caso aplicamos los test estadísticos basados en la situación tridimensional individualizada 444 en los restos recuperados, utilizando el archivo elaborado previamente. El procedimiento consiste en la determinación del carácter de las distribuciones de las diferentes categorías seleccionadas (a través de nuestra remodelación del test del vecino más próximo), en el cálculo de la distancia crítica de ruptura para el aislamiento de agrupaciones, y en la síntesis del grado y dirección de la dispersión de cada una de lasagrupaciones. Ha seleccionado solamente cinco categorías que considera más ilustrativas: Categoría Industria Mamífero medio Ciervo Cabra salvaje Restos humanos Coefic. R Dcrit Agrupaciones 0.929 0,860 0,842 1,093 0,605 41.287 36.972 77.797 88.559 87.153 8 10 3 3 1 Indica que los aspectos más positivos que ha obtenido son el aislamiento de las asociaciones significativas de elementos, sobre todo la sepultura y los hogares, y la delimitación de dos zonas con concentración diferencial. "Dichas zonas pueden corresponderse a áreas de actividad diferenciada o simplemente a un uso más intensivo en una de las zonas, como parece indicar la tendencia a la agrupación" en una de ellas. Sugiere el interés de la ausencia casi total de disociación entre los restos líticos y óseos, que no muestran ubicación diferencial. Llama la atención, asímismo, la inexistencia de agrupaciones aisladas de objetos líticos, que aparecen normalmente como resultado de actividades ligadas a la fabricación de instrumentos, sobre todo teniendo presente que la superficie ocupada es bastante extensa y la ocupación parece ser de corta duración. No podemos dejar de presentar una posible crítica al estudio espacial. Primeramente, y como hemos expuesto en otro lugar, debemos señalar nuestro escepticismo ante la determinación de verdaderos suelos de ocupación bien conservados. Este escepticismo se justifica con mayor intensidad en los yacimientos en cuevas, y tanto más cuanto su planta sea más estrecha, ya que los fenómenos de dispersión anormal, en mayor proporción horizontal, especialmente por pisado, actuarán más reiterativamente sobre las áreas "de pasillo", desplazando los objetos hacia los bordes laterales de la gruta. Tampoco debemos olvidar la dispersión vertical, muy dependiente de la estructura del sedimento que envuelve a los mismos. Además de la probada existencia de tareas de "limpieza" con expulsión de materiales al exterior de las cuevas. Indudablemente la existencia de estos fenómenos de alteración postdeposicional será menos manifiesta en yacimientos al aire libre y de gran amplitud, aunque aun en ellos pueden haberse sucedido fases de dispersión por el paso de hombres o bestias, así como por fenómenos naturales cuyas huellas a veces no se dejan sentir durante la excavación. Aplicar criterios de significación estadística en estas condiciones sólo puede conducirnos a una aproximación a la auténtica división primitiva (si la hubo) de espacios de habitación y de trabajos especializados, pero nunca se puede aceptar que los métodos estadísticos, por adaptados que fueren, nos garanticen pruebas de una verdad absoluta. Además, las "fosas", y los hogares, en especial si aquellas son de cierta profundidad, pueden convertirse en verdaderas "trampas" al caer en su interior, por cualquier desplazamiento de origen indeterminado, buen número de objetos que en el teórico "paleosuelo" pudieran estar muy separados, acumulándose en ellos, como sucede, en mayores proporciones que en el resto del piso excavado. El estudio de la espacialidad debe ser atemperado como una aproximación a la verdad, que sabemos inalcanzable aún no existiendo signo alguno de remoción, alteración posicional de los objetos (piezas verticales u oblícuas, etc.). Con este espíritu debemos leer los resultados estadísticos. El pretender descubrir posibles "talleres de costura", descritos por algunos autores, como anteriormente se expuso, parece, con nuestros actuales conocimientos, una especulación en exceso subjetiva.