ESCENARIOS & SOCIEDAD www.ellitoral.com EL LITORAL lunes, 14 de mayo de 2012 Producción EL LITORAL ARGENTINO ® / Producción EL LITORAL DE SANTA FE ® Enigmático lenguaje corporal El actor alemán Michael Fassbender, en el papel de Brandon Sullivan, durante una escena de la película independiente “Shame”, de Steve McQueen. Foto: Agencia EFE Laura Osti Steve McQueen es un joven realizador británico que además de llamarse igual que el desaparecido actor de Hollywood (lo que ya da que pensar), maneja un lenguaje sugerente, que expone y no explica demasiado, como dando por sentado que el espectador está informado y sabrá entender las sutilezas o los mensajes cifrados. Un dato que podría alentar esta hipótesis preliminar es que el director es de raza negra y de físico voluminoso, todo lo contrario de lo que era el protagonista de aquella famosa serie “El hombre del rifle” y películas memorables como “Bullitt”. Ironías aparte, “Shame” (literalmente, vergüenza) tiene como protagonista a un hombre de más de treinta años, un ejecutivo de buen pasar, que vive en Nueva York y es un solitario empedernido. Con toda la publicidad que acompaña a esta película, censurada en algunas grandes cadenas de salas cinematográficas por su alto contenido erótico, el espectador va un poco condicionado. Al protagonista, Brandon (Michael Fassbender) lo tildan de “adicto al sexo” y dicen que ése es su problema. Es verdad que el tipo tiene un problema con su sexualidad y manifiesta una conducta compulsiva, necesita descargas en cualquier momento y lugar, y se la pasa mirando pornografía por todos los medios que pueda (revistas, películas, Internet), pero cualquiera más o menos informado se da cuenta de que eso es solamente la punta del iceberg de conflictos más profundos. McQueen, sin embargo, prefiere no ahondar en aguas profundas y solamente se limita a mostrar, sin explicar, sin enjuiciar, sin analizar. Brandon vive solo en un departamento ascético, inexpresivo, frío. Reparte su tiempo entre su trabajo y algunas salidas en busca de diversión al paso y ocasional. No se sabe qué pasa por su cabeza, pero se lo ve siempre callado, ensimismado y con un rictus de tristeza en su rostro. Repentinamente, su vida estructurada sufre un quiebre. Sin aviso, aparece en escena su hermana Sissy (Carey Mulligan), una joven tan bella como vulnerable. Así uno se va enterando de que son irlandeses y arrastran un estigma, la ruptura con sus orígenes, un pasado que se intuye oscuro, con secretos que pareciera mejor no desenterrar. La presencia de Sissy altera profundamente a Brandon y hay que adivinar por qué, ya que McQueen prefiere apostar todo al lenguaje corporal, a las insinuaciones, pero sin largar prenda. ••• BUENA Shame, sin reservas Shame, Gran Bretaña/2011. / Dirección: Steve McQueen / Guión: Steve McQueen y Abi Morgan / Fotografía: Sean Bobbitt / Música: Harry Escott / Edición: Joe Walker / Diseño de producción: Judy Becker / Elenco: Michael Fassbender, Carey Mulligan, James Badge Dale y Hannah Ware / Duración: 101 minutos / Calificación: apta para mayores de 18 años. Se exhibe en el América. Sin salida La evidencia más clara, además de la soledad pornomaníaca de Brandon, de que algo raro tienen estos dos, son las cicatrices de varios intentos de suicidio que porta Sissy en sus brazos. A los dos se los ve con dificultades enormes para contactar afectivamente con otros y si bien él ha logrado encajar en la sociedad, su hermana parece andar más a la deriva, sin conseguir tomar el control. La chica se convierte en una carga y Brandon se verá acorralado, sin encontrar una salida satisfactoria. El film deja una sensación amarga, de soledad y autodestrucción, de una profunda disfuncionalidad, pero regatea la información, de modo que el espectador se queda sin entender realmente el porqué y si bien se pueden aventurar conjeturas, no hay suficientes indicios como para inclinarse por alguna interpretación. Es, quizás, una película mezquina en ese aspecto, como mezquino es el mundo al que se enfrentan estos dos inmigrantes en la ciudad que nunca duerme.