Página 1 de 15. RECENSIÓN DEL LIBRO: México: de la deuda externa ... a la deuda eterna Autores: José Antonio Ibáñez Aguirre1 José Antonio Farías Hernández2 Ficha bibliográfica: Ibáñez Aguirre, José Antonio y Farías Hernández, José Antonio (1999) México: de la deuda externa … a la deuda eterna. ITESO Instituto de análisis y propuestas sociales. México. P. 190. Realizada por Jorge Isauro Rionda Ramírez3 SUMARIO: Se sostiene que La deuda externa seguirá siendo un problema mayor por dos aspectos fundamentales que deben asociarse con el actual esquema neoliberal de apertura económica; el primero que radica en la vulnerabilidad de la economía mexicana, y el segundo, la alta inestabilidad y pérdida de certidumbre económica. Por lo que los autores sugieren una adecuación al modelo de apertura y procurar el des endeudamiento real de la economía. Todo ello, en el marco de procurar soluciones humanitarias, que implica la voluntad de pagar sin dejar de crecer y atender los rezagos sociales, liberando a las generaciones futuras de compromisos financieros heredables. El libro se hace como parte de la celebración cristiana del año del Jubileo 2000. En el libro de Levítico se hace mención del Jubileo, tradición judía de perdonarse las deudas entre las personas, como acto de bondad. ABSTRACT: It is maintained that the external debt will continue being a greater problem by two fundamental aspects that they must be associated with the present neoliberal scheme of economic opening; first which it is in the vulnerability of the Mexican economy, and the second, the high instability and loss of economic certainty. Reason why the authors suggest 1 Sacerdote jesuita y doctor en economía. ITESO. 2 Sacerdote jesuita y doctor en economía. ITESO. 3 Profesor de tiempo completo titular “A” de la Universidad de Guanajuato, adscrito a la licenciatura en desarrollo regional. Campus León. Miembro del sistema nacional de investigadores (nivel 1) CONACYT. Página 2 de 15. a adjustment to the opening model and to try the real of the economy. All it, within the framework to try humanitarian solutions, that the will implies to pay without letting grow and take care of the problem social, releasing to the future generations of financial commitments. The book becomes like part of the Christian celebration of the year of Jubileo 2000. In the book of Levítico mention of the Jubileo becomes, Jewish tradition to pardon the debts between the people, like kindness act. NOTA ACLARATORIA: quien realiza la presente recensión parte de la metodología de identificar los principales párrafos del texto, que indican el contenido sustancial del trabajo y los une buscando una ilación consistente y lógica, Poco añade a los textos buscando hilvanar una consecución de párrafo a párrafo que mantenga el nexo en cuanto los contenidos de los párrafos extraídos del documento origen. El interés de hacer este tipo de recensión, bajo el método de “tijera y engrudo” es respetar en lo posible el contenido de los autores y lograr un resumen sintético que plantee en lo estricto y en lo sustancial cabalmente el contenido más relevante del texto. No se pretendió hacer una recensión crítica sino solo sintética del trabajo, respetando en lo más íntegro los enunciados de los autores. INTRODUCCIÓN La deuda externa de nuestro país se ha convertido en un problema serio y difícil de resolver, ya que si lo analizamos desde un enfoque económico nos daremos cuenta que el problema está arraigado en el fondo de las relaciones funcionales de nuestra economía y si realizamos un análisis dentro del enfoque humanista podemos encontrar que existen algunos argumentos dentro del campo de la ética que relacionan a ésta con la política, el derecho y la cuestión socioeconómica haciendo más grande el problema. Lo que es real es que esta economía en desarrollo tiene una deuda de 150,000 millones de dólares, la cual se pretende saldar por medio de pagos que se recalendarizan, contando con nuevos préstamos momentáneos que solo logran una liquidez temporal y confiando en que el modelo actual de desarrollo convertirá a la economía mexicana en una potencia exportadora, generando excedentes de divisas que permitan ir pagando y reduciendo el monto de la deuda. México tiene que pagar anualmente $12,000 millones de dólares sólo por intereses de una deuda total o intereses de $7,000 millones de dólares por la deuda pública, lo que significa transferir al exterior parte del excedente generado con nuestro esfuerzo o recibir excedentes del exterior por un monto equivalente a esas cantidades. Sin embargo la economía mexicana no está generando excedentes de divisas sino déficit consistentes. Esto nos demuestra que la deuda externa es una pesada carga para la nación, que lejos de reducirse, probablemente se hará mayor en el futuro. México tendrá que seguir trabajando, dejar de invertir en satisfactores sociales como escuelas, hospitales y carreteras o seguir pidiendo préstamos para pagar sus deudas. Página 3 de 15. Las causas que nos encasillan en este problema son: la deuda es impagable porque el país necesitaría pasar de déficit consistentes a superávit consistentes en su comercio exterior; esto no puede ser porque nuestra dependencia del exterior nos hace requerir corrientemente más divisas de las que generamos con nuestro propio esfuerzo. Nuestra inserción en la globalización financiera bajo una ideología de extrema libertad hace que la disposición de fondos prestables del exterior sea muy inestable, lo que lleva a requerir préstamos emergentes. Además se han venido cometiendo grandes errores de política económica sexenio tras sexenio, que explican el pasar de una situación de cero deudas en las primeras décadas del siglo XX a un sobreendeudamiento que generó una crisis en 1982. La situación actual es más grave de lo que parece ya que los factores que propician las crisis del sector externo y el aumento de los requerimientos de deuda responden más al esquema neoliberal de desarrollo, que a los errores internos de nuestros gobernantes. LA DEUDA EXTERNA COMO PROBLEMA ECONÓMICO El A-B-C de la deuda La deuda externa representa ahorro del exterior puesto a disposición del país bajo la forma de préstamos, la otra modalidad de disposición de ahorro externo es la inversión extranjera, tanto directa como de cartera. La deuda externa genera compromisos de pagos futuros en divisas, independientemente de cual sea su uso o destino: nuevas inversiones, consumo interno, importaciones de bienes y servicios, cumpliendo con diversos pagos del exterior como intereses, regalías, remisión de utilidades, reembolso de prestamos, retorno de inversiones extranjeras, fugas de capitales nacionales, etc. Si su utilización es prudente, inteligente y para usos productivos, sobre todo orientados a la exportación o sustitución de importaciones, la deuda externa puede ser un recurso de mucha utilidad; por el contrario si se utiliza de manera irracional puede convertirse en un problema mayor, que puede condicionar objetivos nacionales como el crecimiento económico y el desarrollo social, debido a la generación propia de divisas de un país… es consistente e inferior a las necesidades de pagos de divisas al exterior. En México, las necesidades más reconocidas de la deuda pública externa han sido a lo largo de este siglo, financiar la inversión y contrarrestar caídas cíclicas de la actividad económica. Sin embargo, en las últimas décadas se ha pasado de una situación de predominio de financiamiento para el desarrollo, a otra de predominio de financiamiento para saldar las múltiples y crecientes cuentas deficitarias con el exterior y recientemente, desde los años ochenta, la deuda se utiliza en gran medida para reestructurar préstamos anteriores. Dado el dinamismo creciente de los créditos del exterior durante este siglo, se ha llegado a una situación de sobre endeudamiento que no sólo tiene muy poca vinculación con la ampliación y mejoramiento del aparato productivo nacional, sino que por sí misma es un lastre para la nación. El país está sobre cargado de compromisos de pago por deudas. La transferencia de excedente económico al exterior impone severas restricciones al crecimiento económico y al desarrollo social, especialmente en el caso de la deuda pública. Página 4 de 15. La deuda externa no ha dejado de crecer, a pesar de que el país no ha dejado de pagar. La deuda pública externa es aquella que se origina en los compromisos crediticios del gobierno y puede examinarse desde los ángulos: su saldo y su flujo. El saldo de la deuda se puede dividir: Desde el punto de vista del tipo de deudor o usuario la deuda se divide en Gobierno Federal, empresas estatales, organismos financieros nacionales y otros organismos. Desde el punto de vista del tipo de acreedor o fuente de los préstamos, la deuda se divide en la correspondiente a organismos financieros internacionales, gobiernos nacionales, banca privada, bonos y proveedores. La deuda del país con el Fondo Monetario Internacional es manejada por el Banco de México y se registra en una contabilidad distinta a la de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Por su parte, el análisis de flujo se refiere a los movimientos o cambios en un periodo de tiempo, de manera similar a lo que ocurre en un estado de resultados contable. Se trata de observar las variaciones del saldo que acontecen de un punto a otro en el tiempo. La deuda pública externa crece por el nuevo endeudamiento o disposiciones y disminuye por las amortizaciones o pagos del principal endeudado. En México no ha existido la capitalización de intereses, no hay variación alguna en el monto de la deuda externa. El saldo también es afectado por varios factores adicionales: transferencias entre deuda privada; variaciones circunstanciales del tipo de cambio del dólar frente a otras divisas en que están documentados los préstamos; y ajustes contables. Considerando los elementos anteriores, tenemos que el crecimiento del saldo de la deuda se determina con la fórmula siguiente: Saldo final = saldo inicial + disposiciones – amortizaciones – cancelaciones +/- transferencias +/- variaciones por tipo de cambio +/- ajustes contables En el gobierno de Carlos Salinas hubo algunos cambios en la información estadística de la deuda: la distinción entre deuda pública externa bruta y neta, la inclusión o exclusión de los activos financieros que mantiene el gobierno en el exterior. En el caso de los tesobonos se trata de lo que algunos analistas llaman “deuda externa camuflajeada”, es decir, deuda que parece ser deuda interna y que se contabiliza como tal, cuando en realidad los acreedores son extranjeros en su mayoría y el instrumento está tasado en dólares, cuando se tiene un instrumento así se puede esperar que a la fecha de vencimiento los extranjeros con tenencia los liquiden en dólares. La carga de la deuda viene a ser el sacrificio corriente que hace una nación por servir los pagos por la disposición de este recurso financiero. Aún en los peores momentos del desempeño del país en cuanto a la deuda, los intereses se han tenido que cubrir dólar por dólar, aun cuando para ello sea necesario pedir más préstamos o inducir una recesión que convierta al país en una maquinaria generadora de divisas. En este trabajo se prescinde de los indicadores tradicionalmente usados por los gobiernos para medir el impacto Página 5 de 15. económico de la deuda externa, consiste principalmente en comparar internacionalmente la relación de su saldo con el PIB y el pago de los intereses con respecto a las exportaciones. Comparación internacional de la deuda pública bruta total México Reino Unido Estados Unidos Francia Alemania España Canadá Italia 140 120 100 80 60 40 20 0 Factores internos que generan requerimientos de deuda Comúnmente se asume que el problema del endeudamiento externo en países como México se origina en la insuficiencia de ahorro interno, lo cual sólo atiende a uno de los elementos explicativos del problema y no al más decisivo. Es posible identificar etapas en el desarrollo de México en las que coinciden una alta generación y utilización de ahorro interno con ritmos muy elevados de endeudamiento externo. Cuando se estudia el caso la conexión entre ahorro interno y déficit en cuenta corriente, el problema de la deuda externa y el del ahorro interno son fenómenos cuya casualidad debe ser explicada en sí misma. La característica principal del problema de la deuda externa en países como México no es la falta de ahorro interno, la característica esencial de la deuda es que está denominada en divisas o monedas extranjeras aceptadas universalmente. Uno de los principales errores que han fomentado los desequilibrios y la especulación ha sido la tendencia a mantener un tipo de cambio fijo o rezagado, lo cual ha operado generalmente en un contexto de alto dinamismo económico sostenido, que por sí mismo estimula los requerimientos de divisas por importaciones. La causa principal del endeudamiento externo es la posición de debilidad del país en sus relaciones con el exterior, particular con los países desarrollados. Esta relación de dependencia es la causa estructural más importante del endeudamiento externo. El nuevo endeudamiento y la llegada de inversión extranjera sustituyen y disimulan la necesidad de compensar el desequilibrio que representa el pago de la deuda, posponiendo y agravando a largo plazo el problema. Página 6 de 15. Los efectos del modelo neoliberal mexicano sobre los requerimientos de deuda A. Cambios estructurales que afectan la “brecha de divisas” Independientemente de los errores de política económica, que en ciertos momentos han proyectado la brecha de divisas a niveles insostenibles, la aplicación del modelo neoliberal en México ha tenido consecuencias sobre el comportamiento de los flujos que conforman el sector externo de la economía. Ello es así porque se trata de una colección de medidas tendientes a modificar las relaciones funcionales de la economía, particularmente aquellas que nos vinculan con el exterior, lo cual modifica la acción de los factores determinantes del comportamiento de la brecha de divisas. Comercio Exterior En cuanto al comercio exterior, se suponía que la apertura provocaría por sí misma la modernización del aparato productivo y la reasignación de los recursos productivos hacia los sectores con mayores ventajas competitivas, lo que permitiría una especialización eficiente de la economía y su inserción ventajosa en las corrientes internacionales de comercio. Esto daría por resultado un círculo virtuoso que llegaría conseguir superávit sostenidos y crecientes en nuestro intercambio con el exterior, no sin antes soportar un periodo transitorio de despegue en el que los déficit serían, por un tiempo razonable, mayores que en el pasado. En síntesis, el modelo neoliberal se proponía corregir la brecha por el lado comercial. Inversión extranjera directa Los flujos de entrada de inversión extranjera directa que representan ingreso de divisas al país, se han convertido a la vuelta de los años en un factor de presión en sentido inverso, ya que la operación de las filiales de empresas transnacionales tiene un alto costo en divisas, es decir su operación cotidiana tiende a que sus requerimientos de divisas superen a su generación propia de divisas, resultando en una tendencia hacia la anulación de los flujos positivos. La desregulación y la apertura a la inversión extranjera directa se basó en la llamada política de “puertas abiertas”, con base en la cual la apertura de casi todas las ramas de actividad a la IED no exigió a cambio ningún requisito de desempeño y no se critica a la apertura en sí, sino su ejecución bajo la guía del fundamentalismo de mercado propuesto desde Washington. En este sentido, es ejemplar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), instrumento por el cuál México cedió las máximas facilidades para la acción de los capitales canadienses y estadounidenses en la economía mexicana, aceptando la aplicación del “trato nacional” y abandonando explícitamente la posibilidad de exigir a esos capitales algún requisito de desempeño. Se piensa que la carnada del TLCAN era mejor oportunidad para que, sin renunciar a una propuesta de corte liberal, se exigieran algunos requisitos de desempeño a la IED, para que efectivamente contribuyeran a la modernización de la planta productiva y a la consolidación de una plataforma exportadora. Página 7 de 15. Algunos datos que muestran sólo aspectos parciales de la situación descrita son los siguientes: Déficit comercial de empresas con IED y utilidades remitidas en la balanza de pagos en millones de dólares Estimación de la deuda externa acumulada en 1994 por alguna de las principales empresas emisoras de la Bolsa Mexicana de Valores B. Otros factores que generan inestabilidad financiera y que afectan la brecha del ahorro La inversión extranjera de cartera ha demostrado ser un recurso financiero caro y especialmente inestable. El resultado es que con esta política neoliberal el país es hoy más dependiente de recursos financieros inestables y con mayor vocación especular. Un último flujo que ha avivado su actividad por las políticas de los últimos gobiernos es la fuga de capitales(que se refiere a salidas de recursos nacionales hacia el exterior). En cuanto al ahorro interno como fuente básica que debiera ser el crecimiento, no se ve por dónde las políticas neoliberales que lo fomentan puedan hacer que sea suficiente en el corto y mediano plazo. Factores externos que afectan a la deuda y a la disponibilidad de fondos prestables del exterior A. Cambios y condiciones en el mercado internacional de capitales El problema del peso de la deuda externa en países como México, su sobreendeudamiento, se inscribe dentro de una problemática mayor, de dimensiones mundiales. La preponderancia actual del capital que opera en esta esfera tiene sus primeros antecedentes en la inundación de dólares que Estados Unidos produjo durante los años sesenta, al pretender cubrir su déficit comercial y financiar los gastos de la guerra de Vietnam. La abundancia de créditos llegó a ser tal que las tasas de interés se aproximaron a cero. El fin del auge en lo que podríamos llamar la bancarización del crédito sobrevino cuando los bancos no prestaron más a los países que requerían nuevos préstamos para seguir pagando sus expandidas deudas, siendo la crisis de México, en Agosto de 1982, el detonador. La “revolución” financiera que se ha propagado por el mundo en los años noventa tiene su principal explicación en dos fenómenos relacionados con la economía productiva u otro vinculado con la oferta de fondos prestables. Como complemento de los indicadores que hablan de la relativa pérdida de importancia de los depósitos bancarios, los siguientes datos permiten apreciar el alto dinamismo de la actividad bursátil desde mediados de los años ochenta: Indicadores de volumen de la actividad bursátil a nivel mundial, acumulado por periodo en miles de millones de dólares: - Capitalización de las bolsas Página 8 de 15. - Valor comerciado - Número de compañías nacionales enlistadas Participación por mercados y países seleccionados en el valor comerciado a nivel mundial por medio de la actividad bursátil, en porcentajes del total: - Mercados desarrollados: Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia. - Mercados emergentes: Taiwán, Corea, Brasil, Malasia, México B. Consecuencias del establecimiento de México como mercado emergente La contrapartida de esta tendencia a la internacionalización masiva de préstamos directos es la integración de un conjunto de mercados emergentes como espacios de colocación rentable, en el que cada nuevo integrante actúa con mayor o menor autonomía como demandante de fondos prestables. Entre mayor o menos autónomo sea el grado de integración de un mercado nacional al sistema, las señales que este envíe afectaran a su propio mercado. Evolución histórica de la deuda Entre 1910 y 1942 prácticamente no se otorgaron préstamos a México, sin embargo la deuda externa se quintuplicó en ese periodo por la simple acumulación del servicio vencido. El gobierno de México requería reabrir su acceso al crédito externo, por lo que procuró lograr acuerdo, sin éxito, pasando entonces a la suspensión de pagos con las moratorias de 1927 y 1931. El endeudamiento había dejado de ser problema desde los acuerdos Suárez - Lamont de 1942 y 1946, el primero de los cuales redujo la deuda directa a menos de 10% del valor nominal, mientras que el segundo redujo notablemente de deuda ferrocarrilera. En los años 1958-70 se busca una forma de financiamiento no inflacionario, que en ausencia de una reforma fiscal profunda se encuentra en el crédito externo.El financiamiento exterior adquirió una importancia capital en el nuevo esquema de política económica, tanto desde el punto de vista complementario para el desarrollo como desde el suministro de divisas para las importaciones que requería la continuidad del crecimiento. En el ciclo sexenal correspondiente al gobierno de Luis Echeverría, el afán de mantener las tasas históricas de crecimiento llevó a acrecentar la fragilidad de la economía, especialmente en lo referente a los desequilibrios del sector externo, sumando los crecientes desequilibrios básicos inerciales con aquellos originados en la acumulación de pagos de deudas anteriores, deudas nuevas y fugas de capitales. La maduración de la idea de pagar sin renunciar al crecimiento se dio al finalizar el sexenio de Miguel de la Madrid; el país había completado seis años con altibajos que en promedio significaban un crecimiento nulo, y al cabo de los cuales de los cuales se habían transferido recursos financieros al exterior por cerca de 70000 md, que significaban más del 6% de la producción total del país. Página 9 de 15. Mediante el plan Brady se dio la apariencia de una solución definitiva al problema de la deuda externa, cuando en realidad su verdadero logro fue la reinserción rápida de México y de otros países sobre endeudados en el mercado internacional de capitales; esto hizo de los bonos la peculariedad del endeudamiento suscrito en los años noventa, mecanismo que cambia diametralmente tanto la estrategia de búsqueda de recursos como de renegociación. Después vino un nuevo ciclo de crisis – sobreendeudamiento externo sobrevino con los errores de política económica atribuibles al gobierno de CSG. Durante el sexenio de CSG la deuda pública externa pasó de 81,003 mdd a 85,436 mdd, lo que significó un aumento de solo 5.5%, cuando se suponía que con el acuerdo “histórico” de 1989 se iría reduciendo gradualmente hasta dejar de ser un problema mayor. Al inicio del sexenio de Ernesto Zedillo, las autoridades financieras tenían la optimista esperanza de contener el estallido de la crisis. Las condiciones en que se realizó la devaluación son aún oscuras: el movimiento se efectuó cuando las reservas del BM ya habían sido vaciadas, mientras el discurso oficial repetía que el cambio de administración se llevaba a cabo en perfectas condiciones económicas. A diferencia de las anteriores crisis de deuda, la de 1994 –1995 no implicó una negociación, sino un sometimiento absoluto a las condiciones de aquello que proporcionaron el paquete de rescate. La composición del paquete financiero puesto a disposición de las autoridades mexicanas quedó así: Origen de los recursos Fondo de estabilización (Tesoro de E.U:) FMI Banco Internacional de Pagos Banco Mundial y BID Total Monto (mdd) 20,000 17,750 10,000 2,787 50,537 Del total de recursos puestos a disposición de México, se utilizaron 26,797 md durante 1995, al mismo tiempo que la economía del país se volcaba a la superación de la crisis de divisas; al final del año, la deuda en Tesobonos había quedado reducida a 257.6 md, lo cual se logró induciendo una recesión de –6.9% del PIB, que tuvo un fuerte costo social en términos de pobreza, desempleo y destrucción de capitales, además de una costosa crisis bancaria. Un balance de trienio 1994-96 (último año del gobierno salinista y primeros del gobierno zedillista) muestra que la deuda se disparó, sobre todo en su función de compensador de divisas en “última instancia”; este comportamiento contradijo la promesa echa a raíz del acuerdo histórico de 1989, en el sentido que, con la reducción neta conseguida entonces, la deuda se iría reduciendo gradual y sistemáticamente, conforme el país recuperara en crecimiento sostenido, basado en las exportaciones manufactureras. Así, entre 1994 y 1996 las disposiciones totales acumularon 105.5 mmd, niveles jamás vistos, ni en los peores años de endeudamiento. Página 10 de 15. Situación actual de la deuda A. Pormenores de la situación actual La principal característica de la evolución de la deuda externa pública en los años recientes consiste en el crecimiento explosivo de la deuda en bonos. Desde la negociación de 1989 – 1990 hubo una gigantesca conversión de deuda bancaria a deuda en bonos garantizados. Después de esta fecha, las disposiciones vía bonos siguieron creciendo a un ritmo acelerado, de manera que el saldo de la deuda pública de 1996 predominó este rubro con 58% del total. En 1997 y 1998 esta participación apenas se redujo a 57% y 56%, respectivamente. El monto de la deuda externa puede reducirse mediante operaciones de mercado y acuerdos financieros que involucran aspectos como la recalendarización de los plazos de vencimiento y el financiamiento de adeudos. Sin embargo, esta estrategia no puede hacer por la deuda mucho más que una lenta y marginal disminución de su saldo en el mejor de los casos. B. Balance cuantitativo de la deuda externa Al cierre de 1998, el saldo de la deuda pública externa era de 92,294.5 md, lo que representa un aumento de 3,973.3 md respecto al cierre de 1997. Este comportamiento se explica por un endeudamiento neto de 1,708.1, así como por ajustes cambiarios al alza derivados de la depreciación del dólar respecto de otras divisas en que se contrató la deuda. La concepción neoliberal acerca de la deuda En la década de los setenta acontecieron cambios importantes en el sistema financiero internacional; esto motivó a que las concepciones teóricas sobre las relaciones financieras internacionales fueran cambiando, dejando atrás los conceptos keynesianos y retomando los principios neoclásicos. La quiebra del Sistema Bretton Woods, el reemplazo de las políticas económicas keynesianas, el nuevo enfoque monetario de la balanza de pagos, las políticas del Fondo Monetario Internacional y las diversas renegociaciones de deuda; son conceptos que en la década de los setenta y ochenta gobernaron el tema de la deuda en varios países. A lo largo de las distintas renegociaciones de la deuda, los gobiernos latinoamericanos se fueron sujetando a los objetivos, los contenidos y los ritmos definidos por la parte acreedora, esta determinación estuvo influida de manera determinante por las coincidencias básicas existentes entre los cuadros gobernantes en la región y la perspectiva de la parte acreedora y los organismos financieros internacionales respecto a los nuevos rumbos que después de la crisis deberían tomar las economías de América Latina. LA DEUDA EXTERNA COMO PROBLEMA HUMANITARIO La deuda externa debe considerarse como un problema mayor en un sentido amplio, es decir que su dinamismo y dimensión, sí como sus consecuencias sociales y transgeneracionales, exigen un tratamiento que vaya más allá de la fundamentación teórica que la ubica como un resultado de la dependencia económica. En este sentido, la evidencia científica da paso a una apreciación del problema conforme a un sistema de valores que nos Página 11 de 15. permite juzgar el hecho desde un punto de vista ético. Esto nos lleva a asumir una responsabilidad en el sentido de decidir si el tratamiento que se le da en la actualidad es apropiado o inapropiado desde el punto de vista de una búsqueda de lo mejor para la humanidad y para nuestro pueblo y otros en condición similar. A continuación enumeramos algunos aspectos por lo que no es posible renunciar a una solución definitiva del problema de la deuda externa, señalando a partir de ahí algunos principios y líneas de acción: La cuestión ética Algunos de estos principios tienen como base los pronunciamientos de la Doctrina Social de la Iglesia Católica sobre el problema de la deuda, pues consideramos que a pesar de haber sido planeados en el marco de la crisis de la deuda de los años ochenta, siguen siendo válidos: Los acreedores han mostrado en el pasado una recurrente falta de solidaridad con los deudores, lo que en cierto sentido justificaría la toma de medidas unilaterales. El sobreendeudamiento de los países latinoamericanos y en general de los países pobres no sólo es responsabilidad de los deudores, también lo es de los acreedores, ya que ellos, en ciertos momentos, contribuyeron por el lado de la oferta de fondos y de presumibles actos de complicidad a sobre endeudar a nuestros países o configurar una situación de pagos a la larga insostenible. La “solución final” del Plan Brady ha resultado insuficiente a la luz de acontecimientos como las crisis nacionales de balanza de pagos de los años noventa. Mientras las relaciones de dependencia financiera internacional no cambien, la deuda será no sólo impagable, sino muy probablemente creciente en el largo plazo. Una “razón de oportunidad” es que el movimiento promovido por la Iglesia Católica conocido como El Jubileo 2000 abre posibilidades de plantear una discusión seria y amplia sobre simulaciones como las condonaciones y ayudas de antemano calculadas. Existen antecedentes exitosos de moratorias en nombre del bienestar de los pueblos. Los principios éticos los consideramos de gran importancia para poder dimensionar lo impropio en el comportamiento de nuestros acreedores. La cuestión política Hay una merma en la legitimidad política de un gobierno que continúa y sistemáticamente sacrifica el bienestar de la población para servir deudas que a veces llegan a tener un origen dudoso. Un gobierno que actúa de ese modo pierde paulatinamente credibilidad, como fue el caso de las elecciones de 1988. Hasta la fecha no se ha hecho una autocrítica Página 12 de 15. gubernamental ni una crítica social seria sobre las políticas equivocadas y los diagnósticos incorrectos que llevaron al país hasta una situación tan dañina. Volver una y otra vez al tema de la deuda es oponerse al silencio de tan costosos errores. El silencio y la falta de reconocimiento sobre el problema de la deuda por parte de nuestro gobierno actual es engañoso. Cualquier solución al problema de la deuda deberá estar basada en consensos sociales amplios en los que participen las fuerzas nacionales y extranjeras, que, sin menoscabo de la soberanía, puedan impulsar una concepción del problema más comprometida que el simple pagar y pagar. La deuda debe dejar de ser un instrumento de dominación política y subordinación del país a los designios del gran capital y las potencias extranjeras. La cuestión jurídica La dinámica y dimensiones de la deuda externa han entrado en contradicción con los derechos humanos llamados “de tercera generación”, particularmente el derecho al desarrollo de los pueblos; estos derechos no pueden ser realizados sino por la acción solidaria de todos los actores del juego social: estados, individuos y otras entidades públicas y privadas. Con una carga de la deuda tan pesada y prácticamente irreducible se afectan de las generaciones futuras, es éticamente insostenible. Existe fundamento legal, en el derecho internacional, para limitar el pago de la deuda o suspenderlo. Varias cláusulas de los convenios en materia de deuda han sido calificadas como inequitativas y asimétricas. Se puede invocar el derecho a la autoconservación de los estados cuando se trata el punto del servicio de la deuda en relación con la deuda social. En el caso de México, el poder Ejecutivo ha violado sistemáticamente el espíritu y a veces la letra misma de nuestra constitución en materia de contratación de deuda. Por lo tanto, una parte de ésta es ilegal o ilegitima. La cuestión socioeconómica Los estudios más recientes sobre las condiciones de vida de la población mexicana muestran que durante los años ochenta aumento la pobreza por ingresos y también la concentración del ingreso familiar. La década de los ochenta tiene que ser caracterizada como de empeoramiento en las condiciones de vida de la población que vive de su trabajo. Existen cuatro principios de solución o puntos de partida para la solución definitiva del problema de la deuda: Solamente una política promotora del crecimiento como prioridad nacional permitirá un combate de la pobreza y la deuda no debe ser obstáculo para que el país se encamine nueva y persistentemente al desarrollo. La disminución del salario real no debe seguir usándose indefinitivamente, no sólo por razones humanitarias sino por razones de racionalidad económicas Página 13 de 15. La calidad de los servicios públicos ha disminuido por lo que la deuda externa debe dejar de ser un instrumento de la dependencia económica frente al exterior. Debe valorarse el “colchón de ingresos no monetarios” del pueblo de México, construido a base de sacrificios y contribuciones por parte de todos los mexicanos. La cuestión económica La probabilidad de que la deuda crezca por los factores internos que ensanchan la brecha de divisas y activan los requerimientos de préstamos del exterior es hoy más alta por razones múltiples. La globalización como una fase más avanzada de la explosión financiera, se ha traducido en volatilidad y crisis en puntos del sistema, aunado al agravante del efecto contagio que surge de nuestra integración como mercado emergente y puede hacernos presa fácil de una situación crítica. Ante esto, las únicas alternativas del sistema mexicano han sido renunciar al crecimiento o endeudarse de antemano para poder crecer un poco. Y en cuestión a la deuda, la opción oficial es únicamente refinanciar, renunciando así en definitiva a resolver el problema. El país estará dependiendo del crédito externo y transfiriendo parte importante del excedente producto de su trabajo, sin poder por ello utilizarlo en invertir en ampliaciones y mejoras de la base productiva nacional y la infraestructura de desarrollo social. HACIA UNA SOLUCIÓN INTEGRAL DEL PROBLEMA DE LA DEUDA EXTERNA Algunas líneas de acción y propuestas de solución se dividen en dos vertientes: una en cuanto a los cambios y adecuaciones necesarios en el modelo actual de apertura hacia el exterior y otra en cuanto a los mecanismos políticos y de mercado disponibles que permitan reducir el saldo en un momento dado. Reformas al modelo neoliberal de apertura: Construir un modelo de economía país que aspire al desarrollo adecuando gradualmente su impulso exportador con políticas que permitan ahorrar divisas y fomentar el mercado interno. Algunos puntos para construir el nuevo modelo son: Constituir un consejo transitorio que se encargue de diagnosticar con precisión la situación del país y de presentar una o varias propuestas de modelo encaminadas a su elección, previa información y consulta a la sociedad. Fomentar la sustitución de importaciones de una manera selectiva y temporal, partiendo de la idea de que se puede reducir la dependencia del exterior en rubros específicos de insumos, refacciones, maquinaria y equipo. Página 14 de 15. Modernizar la comercialización de nuestras exportaciones. Concertar con grandes empresas nacionales y extranjeras. Establecer ciertos requisitos de desempleo a la nueva inversión extranjera, considerando que su ubicación en el país, en el marco del TLCAN y los acuerdos firmados en Centro y Sudamérica. Renegociar el TLCAN y otros acuerdos comerciales, respecto de la excesiva libertad que se otorga a los inversionistas extranjeros, para los cuales no existe ningún vínculo solidario con el país receptor y, comercialmente, en sectores y ramas en los que existan asimetrías peligrosas, no previstas en el acuerdo inicial. Establecer mecanismos sociales que supervisen y pidan cuentas cotidianas al ejecutivo sobre la política económica. Construir una institución nacional de planeación estratégica que diagnostique y genere líneas de solución prácticas sobre los problemas más importantes. Para asegurar la supremacía de los consensos sociales y los intereses sectarios de grupos privilegiados resulta necesario establecer un mecanismo para la convocatoria de debates. Finalmente, debe señalarse que el circunscribirse al objeto de estudio nos obliga a dejar de lado el tratamiento de otros boquetes de recursos o expedientes delicados de nuestra economía, que por su gravedad o significación merecen un tratamiento igualmente urgente y exhaustivo, que permita ir integrando junto con las propuestas sobre el problema de la deuda externa una nueva política nacional de desarrollo. CONCLUSIÓN Al leer el libro “México: de la deuda externa... a la deuda eterna” nos podemos dar cuenta que la deuda externa que tiene nuestro país es un problema serio, difícil de resolver, que nuestros gobernantes lejos de proponer una solución viable, están logrando que ésta se incremente más y que con el paso del tiempo sea cada vez más difícil liquidarla. La propuesta principal que da este libro para solucionar definitivamente el problema de la deuda externa es cambiar el modelo económico en cuanto a su modo de vinculación con el exterior, todo aquello que contribuya a aumentar la generación propia de divisas, a generar los recursos excedentes necesarios para pagar y reducir paulatinamente el monto de la deuda externa. Dicho cambio debe hacerse a través de una política económica activa que no renuncie al crecimiento como aspiración y a la apertura como requisito para modernizar y hacer eficiente a la planta productiva. Página 15 de 15. Otra propuesta consiste en que el país debe estudiar y usar exhaustivamente todos los medios disponibles para reducir directamente la magnitud de los pagos corrientes por concepto de reembolso de préstamos, esto significa, seguir refinanciando en el mercado, buscar condonaciones en la deuda condonable, buscar espacios para la renegociación diferente a la de los años 80’s, luchar por un foro mundial sobre deudas en el marco de un nuevo Bretton Woods. Sinceramente, yo nunca me había preocupado por el problema de la deuda externa del país, pero al leer este libro me dí cuenta de lo importante que es estar enterado de este grave problema económico y humanitario, para así entender porqué cada vez es más difícil pagar esta deuda. Es obligación de cada uno de nosotros, como mexicanos, estar enterado de este problema, ya que nos afecta directa e indirectamente a todos.