ACADEMY NEWS - JUNIO 2014 NUESTROS EXPERTOS OPINAN SOBRE... FERRAN REQUEJO LOS RESULTADOS DE LAS ELECCIONES EUROPEAS DEL 25 DE MAYO Faculty Member Ferran Requejo Catedrático de Ciencias Políticas Universidad Pompeu Fabra EL POSIBLE REFERÉNDUM SOBRE LA MONARQUÍA Resulta obvio que en una democracia liberal cualquier institución puede replantearse de acuerdo con la voluntad de los ciudadanos. En el caso español, la monarquía actual fue reinstaurada por la dictadura franquista. Posteriormente se legitimó a partir de la aprovación de la Constitución del 1978 y, sobre todo, gracias al papel del rey en el intento de golpe de estado de 1981 (a pesar de las dudas que no se han acabado de esclarecer sobre su papel). En los últimos años la monarquía ha sufrido un claro proceso de desligitimación a partir de las conductas del propio rey (las cacerías de osos en Rusia y de elefantes en África), casos de corrupción de miembros de la familia real (casos actualmente en los juzgados), opacidad sobre la riqueza de los monarcas y en los gastos de la Casa Real (poco o nada controladas por el Parlamento), etc. La abdicación actual no creo que conlleve ningún cambio en la regulación de la figura del Jefe de Estado. Desde sectores de la sociedad española se reivindica un referéndum monarquía o república, pero todavía no es una reivindicación que tenga suficiente fuerza en estos momentos como para que se plantee en términos fácticos. La sucesión se hará de forma rápida para evitar incertezas. Aun así, mientras no se haga este referéndum, la monarquía española seguirá teniendo un déficit de legitimidad en términos democráticos en buena parte de la sociedad española, y muy mayoritariamente en Cataluña y en el País Vasco. Los resultados son un claro toque de atención a la clase política europea. A pesar de la importancia que las decisiones de la Unión Europea tienen sobre los ciudadanos, se sigue pensando y votando en términos nacionales. Además, especialmente en los estados del sur, se percibe la Unión Europea como la responsable del aumento del paro y de la mala gestión de la crisis económica y financiera. La reacción electoral en algunos estados – Francia y Reino Unido son los más significativos – ha sido un refuerzo de las posiciones antieuropeas. De hecho, solo hace falta fijarse en la paupérrima cifra del presupuesto de la Unión Europea en relación al PIB para darse cuenta que la práctica no puede estar nunca al mismo nivel que la retórica que nos llega de las instituciones y actores europeos. Hay un contraste abismal entre los objetivos y los medios utilizados, así como entre los cambios acelerados que provoca la suma de tecnologías y globalización y la lógica meramente incrementalista de la construcción europea. Y la arquitectura institucional tampoco es precisamente ninguna maravilla. El centro de gravedad sigue siendo el Consejo Europeo, que tiene funciones a la vez legislativas y ejecutivas y que, en la práctca, está dominado por los grandes estados, especialmente Alemania. La Comisión tiene un papel de gestión más que de decisión – ya que no es propiamente un gobierno -, mientras que el Parlamento sigue ocupando una posición secundaria. La presidencia y el cargo de exteriores son instituciones débiles donde predomina el funcionalismo. Cualquier perspectiva de federalismo europeo está situada mucho más allá del guión actual. Desde estas bases resulta fácil entender la percepción de opacidad y alejamiento que tienen la mayoría ciudadanos europeos respecto a la Unión Europea. Queda mucho camino por recorrer en el periodo 2014 – 2019. Para más información contacte con [email protected]