www.versosyreversos.com DOSSIER DE PRENSA DE: ÍNDICE ‘Los lotófagos’ Loopoesía 2013’ 1. JORDI COROMINAS. EL AUTOR 2. LOOPOESÍA 2013. EL ESPECTÁCULO 3. “LOS LOTÓFAGOS LOOPOESÍA 2013”. EL LIBRO 4. LOOPOESIA 2013. PRENSA 5. MATERIAL ANEXO www.versosyreversos.com 1. JORDI COROMINAS. EL AUTOR Jordi Corominas i Julián (Barcelona, 1979) Es escritor y crítico literario. Licenciado en Humanidades por la Universitat Pompeu Fabra desarrolla su actividad crítica coeditando el portal www.calidoscopio.net y colabora en diversos medios de comunicación entre los que destaca RNE. Fruto de sus amplias inquietudes literarias ha cultivado diversos géneros como la novela, la poesía y el ensayo, y es integrante y fundador del proyecto poético-experimental Loopoesía. Como ensayista destaca la biografía histórica en italiano Macrina la Madre (Jaca Book, 2005). Es autor de dos novelas en catalán Una dona que sap jugar amb els peus (Abadia Editors, 2005) y Colors (Abadia Editors, 2008), de la novela José García (Barataria Ediciones, 2012) y del cuento John Wayne (Sigueleyendo, 2011). En 2009 coeditó la antología de relatos Matar en Barcelona (Alpha Decay). Cuenta con varios poemarios publicados entre los que destacan Paseos simultáneos (Ediciones Vitruvio, 2010), Loopoesía(s) (Descrito Ediciones, 2011), Oceanografías (Ediciones Vitruvio, 2012) y El gladiador silenciado (Versos & Reversos, 2012). www.versosyreversos.com 2. LOOPOESÍA 2012. EL ESPECTÁCULO Loopoesía es un espectáculo poético experimental que reúne en el escenario música, proyecciones audiovisuales, teatro, declamación y danza. Éstos han sido, desde su nacimiento en 2009 y juntamente con otros elementos como la improvisación y la performance, los principales ingredientes de este show multidisciplinar delirante y sorprendente, comprometido y transgresor, que invita a la reflexión y que ultrapasa en cuanto a cuestiones escénicas el plano de lo estrictamente poético con la finalidad de renovarse y reencontrarse en un nuevo espacio de experimentación vivo y en constante evolución. Un espectáculo vanguardista único, sólido, con cuatro años de existencia, consolidado en la escena poética actual y que es referencia de innovación y originalidad en todo el estado español. El espectáculo tiene una duración de 45 minutos aproximadamente y se construye en base a un poema río titulado, en la presente edición, Los lotófagos. Los versos, grabados y recitados, articulan a manera de guión el espectáculo y, combinados con los loops musicales, las proyecciones audiovisuales y los propios objetos que forman parte de la puesta en escena contribuyen a crear una atmósfera viva y aportan al marco teatral del show una insólita tonalidad lírica. Duración: 45 minutos Requerimientos técnicos: • • • Proyector de imágenes Micrófono Amplificador www.versosyreversos.com 3. “LOS LOTÓFAGOS” LOOPOESÍA 2013. EL LIBRO Jordi Corominas vuelve a sorprendernos con la publicación de Los lotófagos, poemario de 601 versos encadenados que, una vez más, da nombre y constituye el eje de su espectáculo multidisciplinar Loopoesía 2013. En esta ocasión, se sirve de la metáfora de los lotófagos – personajes que en la mitología griega habitaban una isla cercana a las costas africanas orientales y que se alimentaban básicamente de la flor de loto, cuya principal propiedad era la pérdida de la memoria de aquellos que la comían – para construir un discurso poético lúcido y coherente que pretende recuperar una maltrecha memoria de un siglo XX convulso marcado por la violencia de dos guerras mundiales, la sangrienta dictadura stalinista, la guerra civil española y la posterior dictadura franquista, etc. sabiendo que sin memoria, sin conciencia del camino andado no es posible comprender los desatinos de la propia historia presente ni construir una nueva realidad futura más humana. Han dicho de este poemario: Fitxa tècnica: Páginas: 94 Tamaño: 17 x 10,5 cm ISBN: 978-84-616-1013-6 Fecha publicación: Barcelona, febrero 2013 Edita: Editorial Versos & Reversos “Atraviesa multitud de espacios, construye hallazgos como si nada; un verdadero efecto túnel de nuestro presente inmediato. Hacen falta poemas así, indigestos a normópatas, escritos con absoluta libertad creativa.” – Agustín Fernández Mallo, físico y escritor “Un pathos fílmico que el lector no querrá que acabe, ni que se redondee, ni que culmine.” – Paula Ilabaca Núñez, poeta chilena, Premio de la Crítica literaria de prensa en Chile 2010 www.versosyreversos.com 4. “LOS LOTÓFAGOS” LOOPOESÍA 2013. PRENSA Loopoesía y ‘Los lotófagos’ en el ‘Tendències’ del diario El Mundo www.versosyreversos.com Loopoesía y ‘Los lotófagos’ en ‘El País’ Catalunya http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/ 02/09/catalunya/1360425943_673 597.html Loopoesía es un proyecto del escritor Jordi Corominas (Barcelona, 1979) que reúne en el escenario versos, loops musicales, interpretación y proyecciones audiovisuales y que el próximo febrero estrena su quinto espectáculo: Los lotófagos. Un show poco convencional que nació hace cinco años con un objetivo: alejarse del concepto tradicional de recital poético para escapar de los circuitos cerrados y acercar la poesía a todo tipo de público. Cachivaches electrónicos, máscaras, disfraces, y objetos varios llenan el escenario. ¿No es suficiente con un micrófono para seducir a la audiencia? “La poesía recitada de manera tradicional está rodeada de mecanismos muy solemnes: el poeta, el libro, el atril…creo que hay como una especie de frialdad a la hora de trasmitir los versos”, opina Corominas. “Esta máquina que me inventado me da libertad para crear algo nuevo”. En definitiva, sorprender a todos, desde devotos de la lírica a personas cuya reacción al término recital es salir corriendo. Cada edición de Loopoesía está basada en un poemario distinto. El de este año se llama Los lotófagos y sus protagonistas están inspirados en los personajes de La Odisea que comían la flor de loto y olvidaban su patria. La obra cuenta la historia de unos viajeros amnésicos que se encuentran en la sala VIP de un aeropuerto y que, gracias a la ayuda de un personaje simbólico, el crupier universal, irán recorriendo lugares de la memoria y de la historia del siglo XX, como la batalla de Berlín, el Kremlin, o la España franquista. “El objetivo es que la gente se divierta, pero que reflexione. Sonará a utópico, pero aún creo en el poder subversivo del arte”, explica www.versosyreversos.com Corominas. El poema es una crítica sutil a la una sociedad que el autor considera olvidadiza. “El horror actual tiene que ver con horrores anteriores que quizá no hemos querido recordar. Y sí hiciéramos memoria, quizá tomaríamos conciencia de que no debemos repetir errores”, matiza. Loopoesía y ‘Los lotófagos’ en ‘Revista de Letras’ http://www.revistadeletras.net/lo s-lotofagos-la-lucidaembriaguez-de-los-versos/ En 45 minutos de espectáculo, Corominas se pone en la piel de varios personajes, entre ellos, un lotófago, claro está, un soldado soviético, un marionetista, un frutero y hasta un chulapo madrileño. “La verdad es que de momento no tengo medios para pagar a más gente así que lo hago solo [risas]”. Por segundo año consecutivo, la performance incluye un libro editado por Versos y Reversos, algo que según el autor, le ha dado confianza, y por otro lado, permite al público llevarse la experiencia a casa. “Es como si lo que han visto no se acabara”, señala. ¿Alguna recomendación antes de ir a un loopoesía? “Dejar fluir la mente”, responde Corominas. Algo que, según dice, deberían aplicarse sus paisanos: “El público de Barcelona piensa demasiado, intenta entender todos los detalles, en cambio el de Madrid, se deja llevar, aplaude en medio del espectáculo, interactúa más”, cuenta. Los lotófagos despegará hoy 9 de febrero en la sala Porta 4 del barrio de Gràcia, y habrá dos pases más el 16 y 23 de febrero. Ni a los lilios, ni al romeros, solamente a la flor de loto, aquella que embriagaba a los habitantes de la homérica isla, recurre Jordi Corominas para convertirse en un lotófago, para convertir sus versos en la verbórrica expresión de una lúcida locura. No hay preguntas que valgan para Corominas, que, a través de sus versos, parece querer apostillar aquellos que en su día escribió Arthur Rimbaud, el poeta que versificaba interrogantes: www.versosyreversos.com “¡Nuestro siglo es un Siglo de infierno!”, escribía el poeta francés, “Los postes y los hilos telegráficos lucirán, lira de cantos férreos por tus omóplatos mágicos”. Con su poemario Los lotófagos, Jordi Corominas regresa a ese infierno secular, a ese lugar del cual Rimbaud se hizo orador; el infierno versificado por Corominas, sin embargo, se esconde tras una onírica imagen producida por el loto, por esas flores cuya embriaguez, a diferencia de aquella que cegó a los marineros de Ulises, no atenúa la lucidez de la voz poética. La mirada lúcida del poeta es la de quien reside en los “invisibles aposentos del manicomio de la cordura”, en los que la cordura es el reconocimiento de la locura, es el reconocimiento de los lugares habitados una vez convertidos –ai lass!- en manicomio. Ya no se trata de aquella ciudad, de aquellas calles parisinas fragmentadas y plurales, aquella Rue Christine que recorría Apollinare un lunes por la mañana donde la historia urbana, todavía mostrándose, se desvanecía frente a la imperante modernidad de cemento y hierro. París cambiaba ante la mirada del poeta, ahora, sin embargo, ante la mirada del poeta Corominas, la ciudad ya ha cambiado, ya se ha convertido es ese espacio ajeno, en ese nolugar teorizado por la postmodernidad porque, como canta el poeta, “el telón era propiedad de la Historia y su caída estaba anunciada en la cartelera”. La historia ha caído, ya lo dicen las palabras de Carlo Levi con las que Jordi Corominas introduce su poemario; han pasado muchos años de aquello a lo que solíamos llamar historia, ahora, más allá de las etiquetas, la cotidianidad ha perdido su mácula y nosotros “atropellamos residuos”, mientras que la locomotora, con ruedas de “caucho maloliente”, “para avanzar requiere anular motas de polvo, polillas personales”. El individuo se anula en el escenario recorrido con pulsión escópica por una voz que rescata los fragmentos de un escenario venido a menos, el escenario de una debacle donde los exiliados comparten espacio con los psicólogos de suculentas tarifas en busca de los yos perdidos, donde en las plazas los artistas de corte dan alpiste a las palomas mientras los turistas llenan sus bolsas de baratijas. En el escenario de Corominas, en ese manicomino donde la cordura todavía es posible para el poeta, el bar Manolo comparte acera con el frutero Mod, las patatas bravas siguen sirviéndose en las mesas, mientras en la barra un chino espera. Los cambios son veloces, el lugar se ha convertido en otro, en la hibridez de una realidad irreconocible, el poeta escucha los ecos de un pasado que, desde el generalizado olvido, regresa tras la imagen de un crepúsculo que, teñido de azul, evoca, casi en un acto involuntario, a ese “atardecer francés de 1914”. El humo brotando de las chimeneas vuelve a describir imágenes pretéritas, tiempos pasados y, sin embargo, cercanos, todavía visible para este poeta que, a pesar de que todo ya ha cambiado, de ser un extranjero en un lugar que no ha dejado de pertenecerle. Parece imposible apropiarse de ese lugar www.versosyreversos.com transformado en negación de sí mismo, una vez cruzado el Leteo ya no hay regreso, la mirada de Orfeo se pierde en ese camino al que ya no se puede regresar. A pesar de esto, en esa mirada a la que Blanchot dedicó una de sus páginas más bellas está la poesía, en esa mirada Jordi Corominas encuentra la manera de hacer poesía hoy, de versificar el convulso presente. No hay pausa, no hay límites, ni siquiera un final, pues el poema termina como debería empezar: con una bienvenida a este manicomino de la locura, donde las lenguas se mezclan babélicamente, donde el pa sucat amb oli sobrevive como aquella burguesía catalana que un día se escandalizó con David Bowie, ¿de quién se escandalizará hoy? En un verborréico retorno, Jordi Corominas no hace de su poesía un programa poético, no hace de sus versos propaganda de ninguna escuela ni de ninguna moda; la grandeza de los Los lotófagos reside en ser poesía, simplemente, y afortunadamente, poesía. En sus versos Corominas evoca la cultura clásica, los grandes nombres del canon, la alta cultura representada por Wagner, la cultura pop con rostro de David Bowie, los Beatles -¿qué sería de Corominas sin las letras del grupo de Liverpool?- las patatas bravas, la historia olvidada demasiado presente, las chimeneas, la propaganda y la empobrecida ética que trata de empapar a una opinión pública golpeada por la angustia. No es un pastiche, no es un mero ejercicio de estilo, la obra de Jordi Corominas es la irónica versificación de un escenario demasiado real y, a la vez, demasiado onírico, un manicomio del cual no poder salir, una pesadilla dulcificada por aquellas flores de loto que, como en el país de los lotófagos, nos hacen permanecer, seguir haciendo poesía tras haber irremediablemente cruzado el río Leteo. Anna Maria Iglesia CONTACTO: Jordi Corminas i Julián: [email protected] Ester Ramos Autó: [email protected]