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IMPORTANCIA DEL CONOCIMIENTO DE LA MEMBRANA
EXTRACELULAR SU APLICACIÓN EN KINESIOLOGIA Y ESTETICA
Lic. Claudio Vidos
Departamento de investigación de DEMIK Electromedicina
Director del INSTITUTO CAV Rehabilitación
Departamento de investigación de la Asociación Argentina de Kinesiología
Palabras claves: Matriz extracelular – Kinesiología – Estética – Colágeno – Proteína – Tejido
conectivo.
INTRODUCCION:
A mediados del siglo XIX, Carl Rokitansky describió el crecimiento del tejido conectivo,
afirmando que los elementos celulares y las enfermedades se producían a partir de los fluidos
corporales, así mismo Claude Bernard definió el entorno extracelular o el medio interno del
organismo, proponiendo que su estado saludable era esencial para la salud y que las
impurezas de este terreno produciría enfermedades.
En el siglo XX Alfred Pischinger, a quién se lo considera el padre del sistema básico de la
matriz extracelular (MEC), la describió como un gel amorfo que ocupa el entorno extracelular,
posteriormente lo llamó “tercer sistema”, sistema básico o de regulación basal. Hasta ese
momento se consideraba a la célula como la mínina unidad viviente, pero al aislar la célula
moría.
A partir del nuevo modelo de patología celular de Alfred Pischinger, se propone como unidad
minima de vida, la tríada CAPILAR-MEC-CÉLULA. Esto supone que la MEC no es un material
inerte o de sostén pasivo, sino como componente activo, dinámico, con múltiples funciones.
Como desarrollaremos más adelante la vitalidad de la MEC y su correcto funcionamiento, que
dependen de su limpieza y correcto drenaje.
La importancia del conocimiento de la MEC para la Kinesiología y la Estética.
Radica en comprender como el tejido conectivo, que envuelve a todos los órganos y células del
organismo, por donde se conectan todos estos elementos entre sí, es precisamente la matriz,
donde van dirigidos todas las acciones mecánicas, (el masaje, las técnicas manuales, todos los
elementos de la fisioterapia, el ejercicio y las técnicas de la estética), quién las transforma en
acciones químicas para alcanzar la membrana basal modificando el cito esqueleto.
QUE ES LA MATRIZ EXTRACELULAR
La matriz extracelular representa una red tridimensional que engloba todos los órganos, tejidos
y células del organismo. Constituye un filtro biofísico de protección, nutrición, inervación celular,
es el terreno para la respuesta inmune, angiogénesis, fibrosis y regeneración tisular.
Representa el medio de transmisión de fuerzas mecánicas a la membrana basal, que a través
de las integrinas soporta el sistema de tensegridad y activa los mecanismos epigenéticos
celulares.
La función de comunicación entre órganos, tejidos y células, la realizan a una velocidad
superior a la del sistema nervioso, está a cargo de un tejido llamado “tejido conectivo”, en estas
instancias es la MEC; debemos agregar a las funciones de soporte y comunicación, las del
aporte de oxigeno, nutrientes a la célula, eliminación de Co2, toxinas y producción de
desechos, por eso constituye también un espacio idóneo para el almacenamiento del material
toxico.
En condiciones normales, el aumento de toxinas en la MEC es drenado a través del sistema
linfático hacia la cadena ganglionar.
Si dicho drenaje, no se da o es insuficiente se produce una respuesta que se traduce en
inflamación, acidosis y dolor (muy conocido por nosotros en las distintas patologías que
tratamos diariamente).
Otras funciones de la matriz consisten en actuar como reservorio de otras moléculas,
incluyendo factores de crecimiento, citosina y proteasas.
El organismo tiene una gran diversidad de tipo de MEC, basada en el colágeno, quién
constituye el principal elemento de soporte estructural, así como desempeña un papel
importante en los procesos de organización, orientación tisular, adhesión celular, migración,
diferenciación, proliferación y apoptosis (muerte celular). Está inervada por el sistema
vegetativo, cuyas terminaciones libres constituyen auténticas sinapsis a distancia, tanto de las
propias células de la matriz como de las células parenquimatosas más próximas.
La matriz está compuesta por una compleja mezcla de proteínas, proteoglicanos y
glicoproteínas que confieren las propiedades estructurales de células y tejidos. Dichas
proteínas ejercen a su vez un papel regulador de una extensa variedad de procesos celulares.
Todos estos eventos celulares se traducen en los procesos fisiológicos, también es motivo de
inicio de procesos patológicos cuando la correcta información se pierde dando lugar a procesos
inflamatorios, autoinmune, degenerativos y tumorales.
La alteración de la matriz extracelular supones la perdida de su función de filtro eficaz,
nutrición, alimentación, denervación celular, perdida de la capacidad de regeneración,
cicatrización y alteración de la transmisión mecánica o mecano transducción, también la
perdida del sustrato para una correcta respuesta inmune.
Esto nos lleva a decir que el correcto funcionamiento y vitalidad de la MEC dependen de su
limpieza y correcto drenaje.
El interés de nuestro trabajo es reflejar la importancia de la matriz extracelular en nuestro
quehacer diario como kinesiólogos y esteticistas, ya que nuestras acciones con todas las
herramientas disponibles para los diferentes tratamientos, rehabilitaciones, o reeducaciones,
están destinadas a este tejido conectivo denominado MEC. Es nuestro objetivo describir lo más
minucioso y simple, la complejidad y funcionamiento de este proceso.
COMPONENTES DE LA MATRIZ EXTRACELULAR
Está compuesta por una compleja mezcla de proteínas, proteoglicanos, y glicoproteínas que
confieren las propiedades estructurales de células y tejidos. Dichas proteínas ejercen a su vez
un papel regulador de una extensa variedad de procesos celulares. De esta interacción se
deriva la morfología celular, su comportamiento y la respuesta a moléculas solubles para los
que la MEC sirve de reservorio, como citosinas y factores de crecimiento.
Las fibras ofrecen resistencia tensil, elasticidad y forman un andamiaje sobre el cual están
desplegadas las células. El resto de elementos crean un filtro biofísico de adhesión y son
responsables de las características de hidratación ejerciendo una importante influencia sobre el
intercambio vital. En general, entre una estructura gruesa de fibras de colágeno y elastina está
la estructura fina de los proteoglicanos y glicoproteínas bañadas por el líquido intersticial o
tisular.
Las macromoléculas que constituyen la MEC son de cuatro grandes multifuncionales (laminina,
fibronectina, tenacina y trombospondina), cada una desempeña funciones de manera integrada
con las demás, esto hace que la matriz sea calificada como un verdadero complejo funcional.
Los colágenos y el sistema elástico constituyen la arquitectura de la matriz. Las glicoproteínas
actúan como moléculas de adhesión del sustrato intercelular, importante en las interacciones
célula – célula y célula-matriz. Los glicosaminoglicanos y proteoglicanos tienen un papel
fundamental en el equilibrio hidroelectrolítico y acidobásico.
La matriz ayuda a organizar las células en tejidos y coordina las funciones celulares al activar
las vías de señalización intracelular que controlan el crecimiento, la proliferación y la expresión
genética celular.
Muchas funciones de la matriz requieren receptores de adhesión transmembrana que se unen
directamente a los componentes de la MEC y que también interactúan, a través de las
proteínas adaptadoras, con el citoesqueleto. Los principales receptores de adhesión entre
célula y matriz con las integrinas. Una de las funciones de la matriz es la mecano transducción
este proceso convierte el estímulo mecánico en señales químicas y permite la adaptación
celular a su microambiente. Sus alteraciones se han mostrado claves en un amplio espectro de
enfermedades que van desde la osteoporosis hasta el cáncer.
Como su mecanismo incluye pasos que van desde la matriz hasta la membrana citoplasmática,
El citoesqueleto y la propia membrana nuclear, cantidad de proteínas y moléculas que pueden
verse implicadas es enorme, por eso las podemos clasificar en tres grupos:
A) Alteraciones que corresponden al microambiente celular.
B) Las que afectan la estructura y organización celular.
C) Las que afectan la señalización celular.
Debemos comprender que todas ellas acaban afectando a nivel genético y epigenético la
cromatina nuclear de una manera diferente y específica en cada enfermedad. Recordemos que
la velocidad a la que se transmiten los estímulos mecánicos es mucho más alta que el de las
señales químicas.
Esto constituye un mecanismo físico de integración de la parte con el todo (globalidad), ya que
cada vez que movemos un músculo o realizamos un masaje, trabajamos sobre la piel, un
hueso recibe la compresión, o cualquier tejido vivo recibe un estímulo, estos responden con su
función. Ahora bien, si el estímulo es excesivo o se mantiene en el tiempo, el efecto mecano
químico remodela el sistema de tensegridad que informará del cambio mecánico y lo
transformará en nuevas condiciones moleculares.
La tensegridad explica porque los genes, las moléculas y sus interacciones no pueden
considerarse de forma independiente, aislada, todo el comportamiento y función biológica
cobra sentido a partir de los ensamblajes supra moleculares.
Comprendiendo estos procesos biológicos es que consideramos la globalidad como forma de
estudio, de trabajo.
Todos los días nos encontramos con estos procesos en cualquiera de las especialidades que
desarrollamos, o trabajando sobre la piel, el músculo, articulaciones, desbalances musculares,
etc. Es conociendo estas reacciones, que podemos dar más eficiencia a nuestras soluciones a
patologías de atención diaria.
Como ya hemos dicho la matriz nuclear, la matriz citoplasmática y la matriz extracelular, están
interconectadas formando una red que pone en comunicación todas las moléculas del cuerpo.
Las vías de energía y los circuitos de información encuentran sus grandes autopistas
precisamente en la MEC, cuya composición y estructura no solamente sirven de elemento de
soporte, sino que constituye precisos circuitos de transmisión mecánica, vibratoria, energética,
eléctrica y química, conformando la pieza clave que mantiene conectados a los órganos y que
garantiza su correcto funcionamiento.
También constituye un reservorio de cargas negativas con capacidad de absorber o donar
electrones según la necesidad, de una manera tan rápida que las reacciones bioquímicas no
pueden alcanzar, empleadas en la neutralización de radicales libres que liberan oxidativos,
como en el caso de la inflamación. La unidad fundamental de la matriz, el matrisoma, acoge la
función de mantener la homeostasis osmótica, iónica, electromagnética y electrónica, tanto a
nivel local como sistémico.
FUNCIONAMIENTO DE LA MATRIZ EXTRACELULAR
Aunque parezca muy difícil, poco entendible, aburrido, etc. (que tienen razón), les pido que
lean lo más cuidadosamente posible este material, ya que, si bien, lo he resumido demasiado,
es necesario para comprender sobre que tipo de tejido estamos trabajando todos los días,
como se producen las modificaciones estructurales que luego derivarán en enfermedades,
(musculares, inflamatorias, retensión de líquido, en la piel, posturales, circulatorias, artrosis,
osteoporosis, hasta cáncer), Es por esto que he decidido dividir el material en artículos, donde
en cada uno de ellos expondré y desarrollaré los componentes de la matriz extracelular, para
su mejor comprensión y sobre todo como con los elementos disponibles podemos revertir los
procesos patológicos de nuestros pacientes.
Como se expuso anteriormente, la matriz representa una red tridimensional que engloba todos
los órganos y células, es un tejido conectivo, una fascia, estos nombres sugieren una función
de comunicación, ésta se produce a una velocidad superior a la del sistema nervioso.
El equilibrio de la matriz se mantiene por una regulación entre la síntesis, formación, desgaste,
y remodelación.
Este proceso es regulado por moléculas que estimulan su elaboración, tales como los factores
de crecimiento, y otros factores que regulan su catabolismo y la regeneración.
La síntesis es realizada por células de origen epitelial y mesenquimal, como el fibroblasto y mio
fibroblasto.
Su catabolismo ocurre por acción de enzimas líticas tipo colagenasas, elastasa y otras.
Las células epiteliales se adhieren a la membrana basal y ella recibe las señales de control
procedentes de la MEC. Las membranas basales son estructuras complejas compuestas por
una lámina lúcida, una lámina densa y por cuatro tipos principales de glicoproteínas que varían
según el tipo de tejido: laminina, colágeno tipo IV, nidógenos y proteoglicanos de tipo
heparansulfato. Entre sus funciones principales se destacan las referidas a la adhesión celular,
la regulación de la proliferación y su papel como filtro selectivo a la difusión.
El líquido intersticial es el medio indispensable que hace que sea posible mantener la
homeostasis entre las zonas intra y extracelulares. Está formado por un vehiculo de agua que
contiene principalmente ácidos grasos, aminoácidos, azucares, coenzimas, sustancias
mensajeras como citocinas, hormonas, neurotransmisores y otras sustancias como sales
minerales y productos de desecho.
El citoesqueleto es una estructura dinámica que ocupa el citoplasma. Los principales polímeros
que forman el citoesqueleto son: microfilamentos, microtubulos y filamentos intermedios. La
minima modificación extracelular del potencial eléctrico podrá ser un desencadenante de
cambios en el citoesqueleto, (la utilización de equipos de fisioterapia, el masaje, los ejercicios,
las técnicas manuales, los golpes, accidentes, heridas, por ejemplo).
La matriz extracelular es por tanto una zona de transición cuya principal función es la
transmisión de materia, energía e información mediante sustancias mensajeras, potencial
eléctrico e impulsos eléctricos, que sirven de base a la mayor parte de las interacciones entre
las diferentes sistemas de regulación del organismo.
LA MATRIZ EXTRACELULAR DE LOS TEJIDOS NO EPITELIALES
Examinemos algunas características generales de las moléculas que interactúan entre célulascélula y célula-matriz de los tejidos no epiteliales: tejido conectivo, músculo y nervio.
Los colágenos fibrilares son las principales proteínas fibrosas de la matriz extracelular del tejido
conectivo.
El tejido conectivo del tendón y del cartílago difiere de otros tejidos sólidos en que la mayor
parte de su volumen se compone de MEC más que de células. Esta matriz está repleta de
proteínas insolubles y contiene proteoglicanos, diversas proteínas multiadhesivas y
hialuronano, glucosaminoglicanos (GAG) no sulfatado muy grande. La proteína fibrosa más
abundante en el tejido conectivo, es el colágeno. Fibras de elastina, que pueden ser estiradas o
relajadas, también están en sitios deformables, como la piel, los tendones, etc.
Las fibronectinas una familia de proteínas multiadhesivas de la matriz, forman sus propias
fibrillas distintivas en la matriz de algunos tejidos conectivos. Aunque hay muchos tipos de
células en los tejidos conectivos, los diversos componentes de la MEC son producidos en gran
medida por los fibroblastos.
El 80 a 90% del colágeno corporal está compuesto por colágeno tipo I; II; III, ubicados
principalmente en el tejido conectivo.
El colágeno tipo I, (se denomina así porque es el que primero se pudo aislar y categorizar), su
unidad estructural fundamental es una hélice triple larga (300nm), delgada 1,5 nm de diámetro,
(este dato es muy importante para nuestro trabajo, ya que en próximos trabajos veremos el
efecto de las distintas corrientes sobre esta estructura), que consta de dos cadenas alfa uno (I)
y cadena alfa dos (I), cada una de exactamente1050 aminoácidos de longitud. Las moléculas
de tres hebras se asocian para formar polímeros de orden más alto llamados fibrillas, que a su
vez se agrupan para formar haces más grandes llamados fibras de colágeno.
Las clases menores de colágeno incluyen los colágenos asociados a fibrillas, que conectan los
colágenos fibrilares entre sí o con otros componentes de la MEC, los colágenos formadores de
láminas y de anclaje, que forman redes bidimensionales en la lámina basal (tipo IV) y conectan
la lámina basal de la piel a los tejidos conectivos subyacentes (tipo VII), los colágenos
transmembrana, que funcionan como receptores de adhesión, y los colágenos de defensa del
huésped, que ayudan al cuerpo a reconocer y eliminar patógenos.
Una observación interesante es que varios colágenos (tipo XVIII y XV), funcionan como
proteínas centrales de los proteoglicanos.
La formación de las fibrillas de colágeno comienza en el retículo endoplasmático y se completa
fuera de la célula.
Las cadenas alfa de colágeno son sintetizadas como precursores más largos, llamados
cadenas pro alfa, en ribosomas adheridos al retículo endoplasmático (ER), las cadenas pro alfa
atraviesan una serie de modificaciones covalentes y se pliegan para formar moléculas de pro
colágeno de hélice triple antes de ser liberadas en la célula.
Luego de la secreción del pro colágeno de la célula, la peptidasa extracelular (es decir, la
proteína-1 morfogenética osea), elimina los péptidos N-terminal y C-terminal. Con respecto a
los colágenos fibrilares, las moléculas resultantes, que consisten casi enteramente en una
hélice de triple hebra, se asocian largamente para generar fibrillas con un diámetro de 50200nm. En las fibrillas, las moléculas adyacentes de colágeno están separadas por 67nm,
cerca de un cuarto de su longitud. Las propiedades únicas de los colágenos fibrosos (es decir,
los tipo I, II, III), se deben principalmente a la formación de fibrillas.
Los segmentos cortos que no son triple hélice en ambos extremos de la cadena alfa de
colágeno son de particular importancia en la formación de fibrillas de colágeno.
Las cadenas laterales de lisina y de hidroxilisina, de estos segmentos son modificadas en
forma covalente por lisiloxidasa extracelular para formar aldehídos en lugar del grupo amino en
el extremo de la cadena lateral. Estos grupos de aldehídos reactivos forman enlaces cruzados
covalentes con los residuos de lisina, hidroxilisina e histidina en moléculas adyacentes. Estos
entrecruzamientos estabilizan el empaquetamiento lado a lado de las moléculas de colágeno y
generan una fibrilla fuerte. La eliminación de los propeptidos y de los enlaces cruzados
covalentes tiene lugar en el espacio extracelular para prevenir el ensamblaje potencialmente
catastrófico de fibrillas dentro de la célula.
Los colágenos tipo I y II forman diversas estructuras y se asocian con distintos colágenos no
fibrilares.
Los colágenos difieren en su capacidad de formar fibras y para organizar las fibras de manera
tal de constituir retículos.
En los tendones por ejemplo, fibrillas largas de colágeno tipo I se agrupan lado a lado en haces
paralelos y forman fibras gruesas de colágeno.
Debido a que las fibras de colágeno tipo I tienen mayor fuerza extensible, los tendones pueden
estirarse sin romperse. Dos colágenos fibrilares cuantitativamente menores, el tipo V y XI, se
agrupan junto con el colágeno tipo I para formar fibras, regulando así las estructuras y
propiedades de las fibras. La incorporación del colágeno tipo V produce fibras de menor
diámetro.
Las fibras de colágeno tipo I también se utilizan como barras de refuerzo en la construcción de
los huesos. Los huesos y dientes son duros porque tienen grandes cantidades de carbonato de
hidroxiapatita, un mineral cristalino que contiene calcio y fósforo. La mayoría de los huesos
contienen un 70% de minerales y un 30% de proteínas, la mayor parte de las cuales es
colágeno tipo I. Los huesos se forman cuando los condorcitos y osteoblastos secretan fibrillas
de colágeno que luego son mineralizados por deposición de cristales pequeños de carbonato
de hidroxiapatita.
En muchos tejidos conectivos, el colágeno tipo VI y los proteoglicanos se unen en forma no
covalente a los lados de las fibrillas de tipo I y pueden unir las fibras entre sí para formar fibras
de colágeno más gruesas. El colágeno tipo VI es poco común en el sentido que la molécula se
compone de hélices triples relativamente cortas con dominios globulares en ambos extremos.
La asociación lateral de dos monómeros de tipo VI genera un dímero “antiparalelo”. La
asociación extremo con extremo de estos dímeros a través de sus dominios globulares forman
las “microfibrillas tipo VI”.
Estas microfibrillas tienen el aspecto de cuentas en una soga, o de rosario, con regiones de
hélices triple de cerca de 60nm de largo separadas por dominios globulares de 40nm de largo.
Las fibrillas de colágeno tipo VI, el principal colágeno en el cartílago, son más pequeñas en
diámetro que las tipo I y están orientadas al azar en una matriz viscosa de proteoglicanos. Las
fibrillas rígidas de colágeno imparten fuerza y compresibilidad a la matriz y les permite resistir
grandes deformaciones. Esta propiedad le permite a las uniones absorber contusiones.
Las fibrillas tipo II están unidas a los proteoglicanos de la matriz mediante enlaces cruzados de
colágeno tipo IX, otro colágeno asociado con las fibrillas. El colágeno tipo IX y otros asociados
tienen dos o tres segmentos helicoidales triples conectados por angulaciones flexibles y por un
segmento globular N-terminal. El segmento globular N-terminal del colágeno tipo IX se extiende
desde las fibrillas en el extremo de uno de sus segmentos helicoidales, como lo hace una GAG
(glucosaminoglicano), que a veces está unida a una de las cadenas tipo IX.
El hialuronano resiste la compresión y facilita la migración celular. El hialuronano, también
llamado ácido hialurónico, es un GAG no sulfatado sintetizado por una enzima unida a la
membrana plasmática (HA sintasa) como una repetición de disacáridos compuestos de ácido
glucurónico y de N- acetilglucosamina y es secretado directamente al espacio extracelular. Es
un componente principal de la MEC que rodea las células en migración y proliferación, en
especial en los tejidos embrionarios, además el hialuronano forma la columna vertebral de
organizaciones de proteoglicanos complejos halladas en muchas MEC, sobre todo en el
cartílago. Debido a sus propiedades físicas destacadas, el hialuronano imparte rigidez y
elasticidad, así como una cualidad lubricante a muchos tejidos conectivos como las
articulaciones.
Debido al gran número de residuos aniónicos sobre su superficie, la molécula de hialuronano
típica que se une a grandes cantidades de agua se comporta como si fuera una gran esfera
hidratada con un diámetro de alrededor de 500nm. A medida que la concentración de
hialuronano aumente, las cadenas largas comienzan a enredarse y forman un gel viscoso. Aún
en concentraciones bajas, el hialuronano forma un gel hidratado, cuando se lo coloca en un
espacio confinado, como en la matriz entre dos células, las moléculas largas de hialuronano
tenderán a empujar hacia fuera. Este empuje crea un aumento de volumen, o presión de
turgencia, dentro del espacio extracelular. Además la unión de cationes por grupos COO-,
sobre la superficie del hialuronano incrementa las concentraciones de iones y por ende la
presión osmótica en el gel. Como resultado, grandes cantidades de agua son tomadas dentro
de la matriz y contribuyen a la presión de turgencia. Estas fuerzas de turgencia les confieren a
los tejidos conectivos su capacidad para resistir las fuerzas de compresión, a diferencia de las
fibras de colágeno, que son capaces de resistir fuerzas de estiramiento.
La asociación de hialuronano y proteoglicanos forman agregados complejos y grandes.
El proteoglicanos predominante en el cartílago es el denominado “agregan”, se agrupa con el
hialuronano para formar agregados muy grandes. El esqueleto del agregado de proteoglicanos
del cartílago es una molécula larga de hialuronano a la cual se unen moléculas de agregan,
uno de los mayores complejos macromoleculares conocidos, pueden ser de 4mm de longitud y
pueden tener un volumen más grande que el de una bacteria, estos agregados le otorgan al
cartílago sus propiedades únicas similares a un gel y su resistencia a las deformaciones,
esencialmente para distribuir la carga en las articulaciones que soportan el peso.
La proteína núcleo de agregan tiene un dominio globular N-terminal que se une con gran
facilidad a la secuencia decasacárido específica dentro del hialuronano. Esta secuencia
específica se genera por modificaciones covalentes de algunas de los disacáridos repetidos en
la cadena de hialuronano. La interacción entre el agregan y el hialuronano está facilitada por
una proteína conectora que se une tanto a la proteína central del agregan como al hialuronano.
El agregan y la proteína conectora tienen un dominio “conector” en común de alrededor de 100
aminoácidos de largo, que se encuentra en numerosas matrices y proteínas de unión al
hialuronano, tanto en tejidos cartilaginosos como no cartilaginosos.
Las fibronectinas conectan muchas células a colágenos fibrosos y otros componentes
matriciales.
Muchos tipos de células sintetizan fibronectinas, es una proteína multiadhesiva de la matriz.
Las fibronectinas son esenciales para la migración y diferenciación de muchos tipos celulares
durante la embriogénesis. Estas proteínas también son importantes para la cicatrización de las
heridas porque promueven la coagulación sanguínea y facilitan la migración de macrófagos y
otras células inmunes hacia el área afectada.
Las fibronectinas ayudan a adherir a la matriz extracelular mediante la unión de otros
componentes de la MEC, sobre todo colágeno fibroso y proteoglicanos heparansulfato, y a
receptores de adhesión de la superficie celular, como las integrinas.
A través de sus interacciones con los receptores de adhesión (como la integrina alfa 5 deta 1),
las fibronectinas incluyen en la forma y el movimiento de las células y la organización del
citoesqueleto. A la inversa, las células pueden esculpir la MEC de su entorno de acuerdo con
sus necesidades, regulando su unión con la fibronectina y otros componentes de la MEC
mediante receptores.
Las fibronectinas son dímeros de los polipéptidos similares unidos en sus extremos C-terminal
por dos enlaces disulfuros, cada cadena mide de 60-70nm de largo y 2-3nm de grosor. La
unión de integrinas de la superficie celular a la fibronectinas de la matriz induce el movimiento
dependiente del citoesqueleto de actina, de algunas moléculas de integrinas en el plano de la
membrana. La tensión mecánica resultante debido al movimiento relativo de diferentes
integrinas unidas a un dímero único de fibronectina estira la fibronectina. Este estiramiento
fomenta la asociación mutua de fibronectinas para formar fibrillas multiméricas.
La fuerza necesaria para desplegar y exponer sitios funcionales de autoasociación en las
fibronectinas es mucho menos que la necesaria para destabilizar las uniones entre integrinas y
fibronectinas. Por lo tanto, las moléculas de fibronectinas permanecen, unidas a las integrinas
mientras que las fuerzas mecánicas generadas por la célula inducen la formación de fibrillas.
En efecto la integrinas, a través de proteínas adaptadoras transmiten las fuerzas intracelulares
generadas por el citoesqueleto de actina a las fibronectinas extracelulares. En forma gradual,
las primeras fibrillas de fibronectinas maduran para formar, a través de enlaces cruzados
covalentes, componentes matrízales muy estables. En algunas imágenes obtenidas por
microfotografía electrónica, las fibrillas exteriores de fibronectina parecen alinearse en una
línea continua con haces de fibras de actina dentro de la célula. Esta observación y los
resultados de otros estudios proporcionan el primer ejemplo de un receptor de adhesión
molecularmente bien definido (es decir, una integrina), que forma un puente entre el
citoesqueleto intracelular y los componentes de la matriz extracelular.
CONCLUSIÓN
Podemos concluir diciendo lo complejo de la función de la matriz extracelular, pero asimismo,
lo importante que es comprender sus funciones, ya que es el tejido donde llegan todas
nuestras acciones de tratamiento sobre los diferentes tejidos corporales.
Como mencionara anteriormente, en próximos trabajos debemos ser más explicativos en
cuanto al desarrollo y acciones, de cada estructura que interviene en el correcto
funcionamiento de la matriz extracelular.
Debemos comprender que es necesario conocer los elementos con los que trabajamos todos
los días, como podemos influenciar con las distintas corrientes fisioterápicas y cuales son sus
efectos sobre este tejido, también, como modificamos la estructura alterada de un tejido
mediante el masaje, u otras técnicas.
Creemos que ha llegado el momento de ser más científicos en el momento de exponer nuestro
criterio de tratamiento sobre una patología, el conocimiento de la biología molecular y celular, la
profundización de la biofísica, son algunos de los elementos que nos permiten incrementar
nuestro análisis al momento de elaborar una estrategia de tratamiento.
Saber el efecto de las diferentes corrientes fisioterápicas en los tejidos, cuanta energía
conseguimos con una técnica manual, si bien, en la literatura se expresa, por ejemplo, que el
tens produce analgesia, no sabemos, porque, donde cuanto, actúan estos elementos sobre una
proteína, una enzima, un proteoglicano, como puedo modificar un colágeno, como actúan los
canales iónicos, cuanta cantidad de sustancia puede traspasar una membrana, son algunas de
las cuestiones a saber para poder acercarnos a una dosificación lo más correcta posible, y ser
así más eficientes en nuestro trabajo.
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