ENTRE EL MAR Y EL DESIERTO, UNA CIUDAD DE BRILLANTES COLORES. Lina Johanna Rivera Castro Estudiante de Ingeniería Topográfica, Intercambio Ingeniería Civil en Geomensura, Universidad de Antofagasta, Chile, [email protected] “No llores porque termino, se feliz por qué sucedió”. Son palabras muy ciertas. Al llegar a Chile los estudiantes de intercambio que tuve la oportunidad de conocer, estaban llenos de expectativas, emociones, sueños y metas por cumplir. Hoy me atrevo a decir que por lo menos yo tuve la oportunidad de cumplir todas las expectativas, y más aun; me traje experiencias y enseñanzas que no esperaba durante este viaje. Chile es como dicen: “La Europa de Sur América”, su economía está creciendo día tras día. Este país presenta gran diversidad de productos que son exportados a países como el nuestro, sin hablar que el sector minero en este país es una potencia mundial. Por lo tanto, el tener la oportunidad de vivir en un país que es potencia en un sector laboral tan fuerte para nosotros como futuros Ingenieros Topográficos fue súper enriquecedor, puesto que identificas diferentes maneras de realizar tú trabajo y las diferencias que tiene este país en comparación con Colombia en el sector laboral. Por otro lado, el conocer personas con culturas, costumbres, léxico, entre otras, tan diferentes; me permitió crecer cultural, espiritual y académicamente, como ninguna otra experiencia lo hubiese logrado. Antofagasta, rodeada de su mar hermoso con playas rocosas que protegen a la ciudad de los diversos sismos a los que está sometida constantemente la región, sismos de los cuales fui testigo; y puedo decir que fue una de las experiencias más aterradoras y llenas de adrenalina que he tenido que vivir; pero que aun así no la cambiaría por nada del mundo, pues te pone en contacto con la parte humana, te hace valorar más la vida, a tu familia, tus amigos, te permite pensar en el bienestar de alguien más fuera de ti mismo. Esta es una ciudad no muy grande, pero que te acoge con su calor, con su tranquilidad, con su gente, la cual siempre tiene una buena frase para ofrecerte, personas que en cierta manera te hacen sentir en casa. Antofagasta, esa ciudad que por unos cuantos meses me acogió con sus puertas abiertas y con su mar ensordecedor. Sin embargo en esta ciudad no solo descubrí la cultura chilena; sino que por medio de representantes de otros países pude conocer un poco de la cultura de México, de Argentina, de Brasil y de Perú. Fueron estos representantes los que se convirtieron en mi familia durante mi estadía en esta hermosa Ciudad, “La Familia Internacional”, como la llamábamos nosotros, una familia que perduro con el pasar de los meses, que se convirtió en un refugio en momentos en donde se extraña a la familia. Fue esta familia internacional la que hizo tan maravillosa esta experiencia, pues siempre tenías un amigo a tu lado y ahora puedes decir que tienes un amigo que visitar en toda Latinoamérica. Por otra porte tuve la oportunidad de conocer diferentes ciudades de este país, y cada una de estas me parecía hermosa y acogedora, cada una con una historia diferente, con un estilo de vida distinto que te hace querer quedarte un poco más de tiempo para terminar de conocerla. Por ejemplo tuve la oportunidad de estar en Valparaíso semanas después del gran incendio y era muy notable como la gente es solidaria entre si y como se querían ayudar entre todos; era evidente los actos de solidaridad por parte de las ciudades cercanas a esta. También estuve en viña del Mar y por supuesto en Santiago de Chile y es la hora que no puedo decir que ciudad me gusta más, en definitiva Chile es un país hermoso, volvería una y mil veces. Solo puedo decir como consejo personal a los estudiantes que alguna vez han pensado en realizar intercambio, pero que lo ven como algo imposible, pues déjenme decirles que si es posible; solo necesitan de determinación para lograrlo, pero una vez lo consigan comprobaran que será una experiencia maravillosa y que cambiara sus vidas para siempre.