Cartas íntimas de Janácek Leos Janácek había sido hasta los sesenta años de edad un compositor promedio, compuso algunas obras de poco éxito, coros religiosos y se dedicó a reescribir una y otra vez "Jenufa", su única ópera hasta entonces. El amor por Kamila Stösslová, una joven de dieciocho años, culto de incondicional admiración del hombre de sesenta, despertó en Janácek una fuerza creadora insospechada. K amila, casada con un amigo de Janácek , recibió más de setecientas cartas amorosas del genio, el compositor le había dedicado el segundo cuarteto de cuerdas llamado "Cartas íntimas", y los paseos de ambos por el bosque que compró Janácek en Hukvaldy, pequeña ciudad donde permaneció viviendo hasta su muerte, representaron un intenso impulso para su obra. Zdenka Schulzová, esposa del compositor seguramente sabía del romance, pero la poca comunicación con su marido, situación que se agravó después de la muerte de su única hija Olga quien falleció a los veintiún años de edad, no le permitía más que perpetuar penosamente un matrimonio malogrado. Janácek, enamorado perdidamente, durante sus últimos doce años de vida escribió prácticamente todas las obras por las que es mundialmente reconocido, óperas Taras Bulba, Kata Kabanová, Caso Makropulos, De la casa muerta, dos cuartetos de cuerda, la monumental Sinfonieta y Misa Glagólica. Cuando estrenó la Misa Glagólica inspirada en paneslavismo, los críticos de Brno escribieron, "Janácek, viejo compositor creyente acuñó esta obra..." y él replicó en carta al editor "ni viejo, ni creyente". City Life • Octubre La fuerza expresiva de la música de Janácek tuvo un impacto tremendo en la ciudad Brno, capital de Moravia sur, hoy República Checa, donde la lengua oficial de aquel tiempo era el alemán. Moravia del siglo XIX formaba parte del Imperio Austro-Húngaro y solamente el pueblo, los campesinos, hablaban el checo. Janácek no sólo utilizó el checo en todos sus libretos, sino compuso su música empleando dialecto de Lassko, pequeña región al norte de Moravia. Caminaba siempre equipado con una libreta y anotaba las entonaciones y ritmos de las exclamaciones de la gente de pueblo, los vendedores del mercado, las sirvientas, los barrenderos, de cualquiera que se atravesaba en su camino. A veces, cuando se acababa el lugar en la libreta, llegaba anotar las "astillas musicales" como el mismo llamaba a los fragmentos de melodías anotadas en lo que había al alcance, ¡incluso en las mangas de su propia camisa! En 1925 surgió el retrato de Janácek, obra del pintor checo Emil Stanislav Kopriva, en el óleo el compositor aparece con "anillo para la suerte" que le había regalado Kamila. El amor con Kamila nunca se consumó, sin embargo las cartas entre ambos, algunas de ellas tan eróticas que no fue posible MOZARTEUM • publicarlas hasta ahora, y sobre todo las obras inspiradas en su amor platónico perduraron para la posteridad. A partir de 1927, un año antes de la muerte de Janácek, su esposa descubre la relación simbólica con Kamila y procede quemar las nuevas cartas destinada a su esposo, Janácek trata de apaciguar las tensiones dirigiendo una carta a su esposa y otra al David Stössl esposo de Kamila, pero sin mucho resultado. Contrae pulmonía, cuando en uno de los acostumbrados paseos con su amor platónico Kamila, caminando por el bosque de su propiedad, se había perdido por momento el niño de ella. La desesperada búsqueda del niño, el sobrecalentamiento y un enfriamiento posterior del compositor de setenta y cuatro años causaron la pulmonía y cuatro días después su muerte. En su tumba yace un fragmento de texto del Caminante Enloquecido, una composición coral de Janácek inspirada por la poesía de Rabindranath Thagore "con fuerza apagada y cuerpo colgado", pero su música quedó para siempre como símbolo de energía y de una eterna primavera. [email protected]. • Artículos sujetos a disponibilidad y existencia en nuestras sucursales. Octubre • City Life