Capítulo 415 Transición de la circulación fetal a la neonatal & e415-1 [(Figura_1)TD$IG] © ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito. Figura 415-1 A, Circulación humana antes del nacimiento (tomado parcialmente de Dawes). El color rojo indica la sangre más oxigenada y las flechas, la dirección del flujo. La sangre con alto contenido en oxígeno pasa desde la placenta a través del agujero oval desde la aurícula derecha a la izquierda, por lo que evita el paso por los pulmones. B, Porcentajes del gasto ventricular combinado que vuelve al corazón fetal, que son bombeados por cada ventrículo y que fluyen a través de los principales conductos vasculares. Las figuras se han elaborado a partir de un estudio en ovejas al final de la gestación. AD, aurícula derecha; AI, aurícula izquierda; Ao, aorta; AP, arteria pulmonar; CA, conducto arterioso; VCI, vena cava inferior; VCS, vena cava superior; VD, ventrículo derecho; VI, ventrículo izquierdo; VP, venas pulmonares. (De Rudolph AM: Congenital Diseases of the Heart. Chicago, 1974, Year Book.). La placenta no es un órgano tan eficiente como los pulmones para intercambiar el oxígeno, de modo que la PO2 venosa umbilical (la concentración más alta de oxígeno proporcionada al feto) es solamente de unos 30-35 mmHg. Alrededor del 50% de la sangre venosa umbilical entra en la circulación hepática, mientras que el resto se desvía para evitar el hígado y se une a la vena cava inferior a través del conducto venoso, donde se mezcla parcialmente con la sangre poco oxigenada de la vena cava inferior proveniente de la parte inferior del cuerpo del feto. Esta combinación de sangre de la parte inferior del cuerpo, más el flujo sanguíneo venoso umbilical (PO2 de 26-28 mmHg), entra en la aurícula derecha y es dirigida de forma preferencial mediante un colgajo tisular situado en la unión de la aurícula derecha y la vena cava inferior, conocido como válvula de Eustaquio, hacia la aurícula izquierda a través del agujero oval (v. fig. 415-1B). Ésta es la principal fuente del flujo sanguíneo del ventrículo izquierdo, ya que el retorno venoso pulmonar es mínimo. Después, la sangre pasa al ventrículo izquierdo y es bombeada hacia la aorta ascendente, donde irriga predominantemente la parte superior del cuerpo del feto y el cerebro. La sangre de la vena cava superior fetal, que está considerablemente menos oxigenada (PO2 de 12-14 mmHg), entra a la aurícula derecha y atraviesa de forma preferencial la válvula tricúspide, en lugar del agujero oval, y pasa sobre todo al ventrículo derecho. Desde aquí la sangre es bombeada hacia la arteria pulmonar. Como la circulación pulmonar está sometida a vasoconstricción, sólo cerca del 5% del volumen bombeado por el ventrículo derecho alcanza los pulmones. La mayor parte de esta sangre se desvía para evitar los pulmones y fluye de derecha a izquierda a través del conducto arterial hacia la aorta descendente para perfundir la parte inferior del cuerpo del feto, tras lo cual retorna a la placenta por las dos arterias umbilicales. De este modo, la parte superior del cuerpo del feto (incluyendo las arterias cerebrales, coronarias y las de las extremidades superiores) está irrigada de forma exclusiva con sangre procedente desde el ventrículo izquierdo que tiene una PO2 ligeramente superior que la sangre que perfunde la parte inferior del cuerpo del feto, que proviene en su mayoría del ventrículo derecho. Sólo un pequeño volumen de sangre procedente de la aorta ascendente (10% del gasto cardíaco fetal) fluye alrededor del cayado aórtico (istmo aórtico) hacia la aorta descendente. El gasto cardíaco fetal total (el gasto cardíaco combinado de los ventrículos izquierdo y derecho) es 450 ml/kg/min. Alrededor del 65% del flujo de la aorta descendente vuelve a la placenta; el 35% restante irriga los órganos y tejidos fetales. En el feto de oveja, donde se han estudiado la mayoría de estas vías circulatorias, el gasto cardíaco del ventrículo derecho es aproximadamente el doble que el del izquierdo. En el feto humano, en el que un mayor porcentaje de sangre se dirige al cerebro, el gasto cardíaco del ventrículo derecho se acerca con mayor probabilidad a 1,3 veces el del izquierdo. Así, durante la vida fetal, el ventrículo derecho no sólo bombea contra la presión arterial sistémica, sino que además realiza un mayor volumen de trabajo que el que realiza el ventrículo izquierdo. Se ha postulado que el flujo sanguíneo es un determinante importante del crecimiento de las cámaras cardíacas, las válvulas y los vasos sanguíneos fetales. Así pues, en presencia de un estrechamiento (estenosis) de una estructura situada por encima, como la válvula mitral, el flujo descendente hacia el ventrículo izquierdo está limitado y el crecimiento de dicho ventrículo puede verse comprometido, dando lugar a un síndrome de cavidades cardíacas izquierdas hipoplásicas (cap. 425.10). Del mismo modo, la estenosis de una estructura situada por debajo, como la válvula aórtica, puede desorganizar el flujo hacia el ventrículo izquierdo y conducir al mismo síndrome de hipoplasia de las cavidades izquierdas. Los tratamientos cardíacos intervencionistas en el feto que actualmente están en fase experimental, están encaminados a abrir las válvulas aórticas estenóticas en el feto hacia la mitad de la gestación, permitiendo un crecimiento más normal del ventrículo izquierdo.