ANTE EL DIA E… ¿POR QUÉ DESOBEDIENCIA CIVIL? Por Lic. Ma. Cristina Orozco L. Secretaria de Asuntos Pedagógicos ADEC [email protected] El pasado 25 de marzo, el MEN con bombos y platillos en una millonaria campaña mediática, convocó a la comunidad educativa colombiana mediante el Decreto 0325 del 25 de febrero de 2015, al día “‘Día de la Excelencia’, donde el Gobierno Nacional lanzó el Índice Sintético de Calidad Educativa ISCE, una medida con una escala de 1 a 10 sobre los aspectos que debe saber la comunidad acerca de los colegios y la educación de sus hijos”. Según el MEN, “en el día E se definirá la Ruta a la Excelencia de cada colegio del país, pues la comunidad educativa debe hacer un "Acuerdo por la Excelencia" para cada colegio. Esto implica que la comunidad educativa se compromete con un conjunto de acciones concretas para mejorar en cuatro dimensiones: desempeño actual, progreso en los últimos años, eficiencia y ambiente escolar. Estas acciones repercutirán en la calidad de la educación de cada colegio y ayudarán a lograr una meta de Mejoramiento Mínimo Anual - M. M. A”. Suena muy preocupante que el gobierno nacional siga con los discursos demagógicos, señalando a los maestros como culpables de los bajos resultados en las pruebas externas y pretendiendo descargar en las comunidades educativas la búsqueda de la excelencia, teniendo en cuenta que por ninguna parte habla de los compromisos que nunca han asumido gobiernos anteriores y que evidentemente no pretende asumir el gobierno de Santos con la educación, como derecho fundamental garantizado por el Estado, a través de una verdadera política por la calidad. Vale la pena preguntarle al gobierno nacional, teniendo en cuenta las dimensiones que el ISCE plantea, por ejemplo: ¿cuál es el desempeño actual y real de las políticas educativas? ¿Ha habido progreso serio en los últimos años, en el tema de inversión en la educación pública? ¿De qué eficiencia habla el MEN cuando las instituciones educativas tienen retrógradas construcciones en su mayoría y carecen de laboratorios, de buenas bibliotecas, de escenarios deportivos y todavía muchas, hasta de internet? ¿Cuál ambiente escolar, si el estrés es la mayor causa de incapacidad de los maestros, donde no se respeta la autonomía de las I.E, se le quita el protagonismo al maestro y se impone desde el MEN políticas que desconocen la realidad de las escuelas; donde los restaurantes escolares y muchas aulas no tienen las condiciones que requieren los niños, niñas y jóvenes? Por eso, nuestra organización sindical en cabeza de FECODE, orientó de manera inteligente, consciente y consecuente hacer desobediencia civil ante las demagógicas propuestas ministeriales, que pretenden seguir engañando a las comunidades educativas con discursos que suenan bonito pero que esconden el engaño y el interés por acabar con la educación pública para ponerla al servicio del mercado, como lo han hecho con los servicios públicos y la salud. ¿QUÉ ES LA DESOBEDIENCIA CIVIL? Es una forma de protesta pacífica donde los y las personas se niegan a cumplir una norma. La desobediencia civil se inspira en la acción de H. D. Thoreau, que en 1846 se negó a pagar impuestos para sostener la guerra y la esclavitud; pero además personajes como Gandhi, el filósofo Bertrand Russell o Martin Luther King, practicaron esta forma de protesta. Según Habermas, “esta forma de conducta cívica, a diferencia de otros actos políticamente motivados, no busca la ruptura o reorganización del orden constitucional; los actos de desobediencia civil utilizan la violación de las leyes, en forma simbólica y calculada, para comprometer la conciencia moral de toda la comunidad, forzándola a revisar una cuestión a la luz de sus fundamentos de legitimidad. Por ello, según este autor, la desobediencia civil desempeña un importante papel correctivo en un sistema democrático y la respuesta que el Estado le dé y su capacidad de incoporarla al proceso institucional, constituye la prueba de fuego de la madurez democrática que ha alcanzado”. Teniendo claro el concepto de desobediencia civil, no queda más sino exaltar la legítima, democrática y coherente orientación de Fecode y sus sindicatos filiales, ante el engaño propuesto para el Día E. Vale la pena felicitar a todas las comunidades educativas de las muchas Instituciones que acataron esta orientación y a los maestros y maestras que lideraron el desarrollo de las tareas alternativas frente a los impositivos talleres del MEN; esa es la actitud, debemos hacer un cuestionamiento o análisis crítico a todo lo que hagamos, no es obedecer por obedecer. Finalmente, instar a toda la comunidad educativa a defender la educación pública mediante la organización de círculos de estudio que permitan analizar la situación real de la educación en cada uno de los rincones de nuestro país, llenándonos de razones para permanecer unidos, fortalecer nuestros sindicatos y nuestra lucha, que es la lucha de los que menos posibilidades tienen.