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VALENCIANISTES DE COR
Un sentimiento
sin fronteras por
el Valencia CF
TEXTO VICENTE TAFANER / AGRADECIMIENTOS Henry-Jean Santini
Dicen que el amor es irracional. El primero, afirman, suele ser apasionado. Pero
pocos son los que duran toda la vida en estos tiempos de estrés y modas pasajeras.
Los psicólogos recomiendan mantener viva la llama, aunque el mayor problema
para la mayoría es reinventarse cuando la monotonía atenaza nuestras acciones.
Los científicos, incluso, no dan más de tres años de vida a la necesidad fisiológica
del amor. Ninguno de ellos conocerá a Henry-Jean Santini (Orán, 09/06/1960). En
él tienen el eslabón perdido o a la evolución de la especie, según quieran interpretar
sus acciones. El aficionado francés lleva toda la vida prendado por un escudo,
siempre con los mismos colores, siempre acudiendo a la misma morada situada
entre la Avenida de Suecia y la Avenida de Aragón y siempre escuchando la misma
música, una balada que atrona en el Amunt Valencia. ¿Rutina? Se equivocan. Amor,
responde el señor Santini.
de amor por un escudo
POR UNOS COLORES
10 horas de viaje
DE RECORRIDO
HASTA MESTALLA
48 AMUNT MAGAZINE
DE IDA Y VUELTA
cada partido
49 AMUNT MAGAZINE
ACTUALIDAD VCF
ACTUALIDAD VCF
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Pocos viven el fútbol
y el amor por unos colores
con la pasión irracional con
la que lo hace Henry-Jean
Santini. La prueba está en
el viaje que realiza cada
vez que el equipo juega en
Mestalla. Desde Perpignan
(Francia) hasta la capital
del Turia para ver jugar a su
Valencia CF en uno de los
estadios con más historia
de la Liga. “Mis amigos
me dicen que estoy loco,
aunque yo lo hago con
mucha ilusión. Poder
animar al equipo, sentarse
en el estadio y celebrar
las victorias es algo que
no cambio por nada. Todo
lo que siento por el club lo
resumiría en una palabra:
Pasión”, aseguraba.
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El viaje
El flechazo…
‘Aquarium’ en Gran Vía del Marqués
del Túria. Ahí empezó la historia,
donde nació el flechazo. “Mi padre
era dueño de un bar que se encontraba al lado de la cafetería ‘Aquarium’ y
allí solían estar los futbolistas del Valencia. Yo pasaba todos los días, simplemente por verlos. Me acuerdo mucho de Juan Cruz Sol. Mi periplo en la
ciudad coincidió además con la consecución de la Liga del 71, detonante
final que terminó con el “virus Valencia” impregnado en mi corazón para
el resto de mi vida”.
Por amor, por estudios y por
trabajo, Francia pasó a ser su nueva casa. Tras quince años en España,
Perpignan iba a ser testigo del afecto
de Henry-Jean por los colores blanquinegros. “Marcharme fuera no fue
un problema para mí. Escuchaba al
Valencia por la radio cuando no podía ver un partido. Estaba y estoy al
corriente de todo lo que ocurre. Vivo
muy de cerca la actualidad que rodea
al equipo. Además, intento que mis
amigos sientan algo parecido a lo que
siento yo por este club”.
Más de 500 km por carretera. Casi
cinco horas de recorrido. Un Toyota
Rav-4, una mochila cargada de ilusión y una garganta dispuesta a cantar
los goles de su equipo. De Perpignan
a Valencia y de Valencia a Perpignan
sólo para disfrutar de 90 minutos de
fútbol en Mestalla. “Cuando una cosa
se hace a gusto, el tiempo pasa volando. He vivido muchas historias y guardo un gran recuerdo de todas y cada
una de mis visitas”, declaraba.
Esta temporada, para Henry-Jean
está siendo especial, puesto que recibió un regalo que ni él mismo esperaba: “Yo nunca había sido socio y el año
pasado, mi mujer decidió obsequiarme
con el pase de esta temporada. Fue todo
un orgullo. Ahora, cada vez que alguien
me pregunta la razón de mis viajes, les
contesto que debo amortizar mi credencial. Esta campaña he fallado a muy pocos partidos”.
Asimismo se encuentra encantado
con todo lo que ha vivido y vive con relación al club: “Toda la vida he soñado
con ser jugador del Valencia. Sabía que
sería difícil, por lo que más tarde pensé en ser alguien importante dentro del
club. 50 años como fiel seguidor y nunca
lo había conseguido hasta hoy. Primero
me entrevistó VCF Play y ahora la revista oficial AMUNT. Me siento como el
Julio Iglesias francés”.
Todavía le queda un sueño por
cumplir. Un anhelo por el que a buen
seguro, recorrería los kilómetros que
fuesen necesarios: “Me gustaría que el
Valencia CF ganase algún día no muy
lejano la UEFA Champions League. Un
club como el nuestro merece tener un título así en sus vitrinas. Esta temporada
ha sido complicada, pero creo que dentro
de poco volveremos a recuperar ese espíritu que consiguió enamorar a un aficionado como yo”.
Sentimiento y devoción por unos
colores. Admiración por un escudo y
afición por el fútbol. Un deporte que
une y separa personas. Un deporte
que despierta pasiones. Un deporte
que como a Henry-Jean Santini le hace
cruzar fronteras para alentar al Valencia CF, su equipo del alma en las buenas y en las malas.
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1 y 2. Ha sido y es un gran seguidor
de Juan Sol a quien pudo saludar en el
palco además de tener una foto firmada
por el ex jugador en los años 70 y en
la actualidad. 3. Sus hijos Cristophe
y Alexandra posan con Manolo el
del Bombo en una foto de hace unos
años. 4. Sus padres Jean Pierre y
Josiane (pareja de la derecha), en una
imagen junto al ex jugador Fernando
Barrachina y su novia. 5. Su hijo
Cristophe visitó la ciudad deportiva
y se fotografió junto al brasileño
campeón del mundo Mazinho.
10 horas
de viaje
cada partido
HASTA MESTALLA
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