La imaginación del perro Un cazador fue a un safari al África y llevó a su perro para que le hiciera compañía. En medio de la expedición, el perro se extravió y en poco tiempo se encontró solo en medio de la jungla. Comenzó a caminar en cualquier dirección cuando vio a lo lejos un león que se acercaba con intensiones de devorarlo. El perro pensó rápidamente qué hacer, vio una montaña de huesos de un animal muerto y comenzó a lamerlos. Cuando el león estaba a punto de atacarlo, el perro gritó: “¡Qué rico león me acabo de comer!”. El león, que jamás había visto un perro, detuvo bruscamente su carrera y salió huyendo despavorido, pensando: “¿Qué clase de animal es este?, mejor me voy antes de que me coma a mí también”. Un mono, que había observado la escena desde la copa de un árbol, alcanzó al león y le explicó que ese animal extraño era un simple perro, que lamía unos huesos que ya estaban ahí para que el león no lo atacara. El león, enfurecido, subió al mono a su espalda y se dirigió hacia el lugar en el que estaba su supuesto depredador. El perro, que vio la escena a lo lejos, decidió quedarse quieto, acostado en medio de los huesos y dándoles la espalda. Cuando el león se disponía a atacarlo, nuevamente el perro gritó: “¡Mono demorado! Hace media hora le dije que me trajera otro león y no ha vuelto”. El león devoró al mono y se alejó del perro, definitivamente. En momentos de crisis la imaginación es más importante que el conocimiento y se convierte en una ventaja competitiva. Copyright © 2006 Legis S.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin autorización escrita de su titular.