3 PRÓLOGO El cáncer se diagnostica cada vez con mayor frecuencia en el mundo en desarrollo. El reciente informe de la Organización Mundial de la Salud titulado «Prevención de las enfermedades crónicas: una inversión vital» vaticinó que más de 7,5 millones de personas morirían de cáncer en el 2005 y que más del 70% de dichas defunciones se producirían en países de ingresos bajos y medios. En el año 2005, la Organización Mundial de la Salud reiteró la importancia del problema que plantea el cáncer en la Resolución 58.22 sobre Prevención y Control del Cáncer, que hace hincapié en la necesidad de una actuación amplia e integrada para detener esa epidemia mundial. El cáncer cervicouterino, el segundo tipo de cáncer más frecuente en la población femenina, fue responsable de más de 250 000 muertes en el 2005, cerca del 80% de las cuales ocurrieron en países en desarrollo. Si no se toman medidas urgentes, se prevé que las defunciones a causa del cáncer cervicouterino aumentarán casi un 25% en los próximos 10 años. La prevención de dichas muertes mediante la detección y el tratamiento adecuados (como se recomienda en esta Guía) contribuirá a cumplir con las Metas de Desarrollo del Milenio. La mayoría de las mujeres que fallecen de un cáncer cervicouterino, especialmente en los países en desarrollo, lo hacen en la flor de sus vidas. Puede que eduquen niños, cuiden de sus familias y participen en la vida social y económica de las ciudades o pueblos en que viven, su desaparición constituye no solamente una tragedia personal, sino también una pérdida luctuosa e innecesaria para sus familias y sus comunidades. Innecesaria, porque existen pruebas irrefutables – como se demuestra en esta Guía – de que el cáncer cervicouterino es una de las formas más prevenibles y tratables de cáncer, a condición de detectarlo a tiempo y tratarlo con eficacia. Por desgracia, la mayoría de las mujeres que viven en los países en desarrollo todavía carecen de acceso a programas de prevención de cáncer cervicouterino. El resultado es que, a menudo, dicho cáncer se detecta cuando ya es demasiado tarde para curarlo. Se requiere un esfuerzo urgente si lo que se pretende es normalizar esta situación. Todas las mujeres tienen el derecho a servicios de prevención de cáncer cervicouterino accesibles, económicos y eficaces. Dichos servicios deben prestarse en el marco de un programa amplio para mejorar la salud sexual y reproductiva. Además, se necesita un esfuerzo concertado y coordinado para acrecentar la sensibilidad acerca del cribado en la comunidad a fin de prevenir y detectar el cáncer cervicouterino. Aunque se dispone de un gran cúmulo de experiencia y datos factuales sobre la prevención (y el tratamiento) del cáncer cervicouterino y de la morbilidad y mortalidad asociadas, hasta ahora, dicha información nunca estuvo disponible en forma de una guía práctica. Esta publicación, producida por la OMS y sus asociados, se ha concebido para proporcionar orientación práctica y completa a los dispensadores 4 de atención sanitaria de todos los niveles del sistema sanitario sobre cómo prevenir, detectar a tiempo, tratar y paliar dicho cáncer. En particular, esta Guía intenta lograr que los dispensadores de atención sanitaria en los niveles primario y secundario estén facultados para aplicar el mejor conocimiento disponible a la hora de tratar el cáncer cervicouterino en beneficio de toda la comunidad. Apelamos a todos los países que todavía no hayan instaurado programas de lucha contra el cáncer cervicouterino eficaces y sistemáticos a que los instauren como se recomienda en la presente Guía. Juntos podemos aliviar significativamente la pesada carga de esta enfermedad y mitigar sus secuelas. Catherine Le Gales-Camus Subdirectora General Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental Joy Phumaphi Subdirectora General Salud de la Familia y la Comunidad