nele (José), que murió allá, y Galvez (Isidro), que volvió á España. En abril de 1778 arribaron todos al puerto de Callao, y de allí pasaron á Lima, donde dieron principio á sus excursiones, explorando juntos la provincia de Chancay, y obteniendo por primer resultado trescientas especies de plantas secas y doscientas cuarenta y dos dibujos iluminados, que remitieron á España. Pronto extendieron mucho mas sus exploraciones, tanto en el Perú como en Chile, y pasado algún tiempo volvieron á Lima con ricas y numerosas colecciones, que ocupaban cincuenta y tres cajones, perdidos después en las costas de Portugal con el navio que las traiaá España en el año de 1786, y solamente Dombey salvó las suyas, con las que se habia embarcado dos años antes. Ruiz y Pavón, después déla partida de Dombey, continuaron la exploración de aquellos países, llevando consigo á Tafalla, que se les agregó como discípulo, y a Pulgar (Francisco), que lo era de dibujo; pero tuvieron la desgracia de perder cerca de Macora, en el año de 1785, mucha parte de sus colecciones y manuscritos, que fué devorada por un incendio. Después de tan triste suceso Ruiz y Pavón se fueron á pié hasta Huanuco, emprendieron un viaje por las montañas de Muña, y á su vuelta enviaron á España muchos cajones con dibujos y ejemplares naturales. En el año 1787 hicieron otro viaje á Pillao y descubrieron muchas plantas nuevas; volvieron después á Lima, para retirarse á España en abril de 1788, dejando á su discípulo Tafalla con el nuevo dibujante Pulgar, que no cesaron de recoger y enviar o b jetos. Los que consigo trajeron Ruiz y Pavón ocupaban veinte y nueve cajones, llegando con ellos y con ciento veinte y cuatro plantas vivas, destinadas al Jardin botánico de Madrid, en setiembre de 1788. La primera obra que produjo, esta expedición fué la Quinologia, publicada por Ruiz en Madrid en el año 1792, la cual mereció ser traducida en alemán y otros idiomas, siendo mas tarde seguida de un Suplemento, que salió en Madrid en el año 1801 á nombre de Ruiz y Pavón. Ambos publicaron en 1794 un Floree peruviana et chilensis Prodromus, impreso en Madrid y reimpreso en Roma; igualmente dieron á luz en Madrid en el año 1798 un tomo del Systema vegetabilium Flora peruviana et chilensis; emprendieron también en el mismo año 1798 la publicación de la Flora peruviana et chilensis, que continuó en Madrid hasta el año 1802, quedando tres tomos terminados, el cuarto con texto manuscrito y cien láminas grabadas, el quinto y siguientes totalmente inéditos, con muchas láminas de aquel grabadas. Existen en el Jardin botánico de Madrid todos los materiales preparados por los autores de la Flora del Perú y Chile, quienes habían fijado en ocho el número total de los tomos, aunque después lo extendieron á doce, según se ve en la distribución de los manuscritos y dibujos, que se conservan intactos en el mismo Jardin, con suplementos á los cinco primeros tomos. Débense á Ruiz exclusivamente varias Memorias, la mayor parte publicadas, con las de la Real Academia médica de Madrid, en el año 1797, aunque también se hallan en un opúsculo titulado Disertaciones sobre la raíz de la Ratanhia, de la Cálaguála y de la China y acerca de la yerba llamada Canchalagua, que fué impreso en Madrid en el año 1796, y existen además sueltas las Memorias sobre cada una de las tres producciones vegetales primeramente nombradas, habiendo sido reimpresas en distintos años. Separadamente publicó Ruiz una Memoria sobre las virtudes y usos de la planta llamada en el Perú Bejuco de la estrella, como tarabien una Memoria de las virtudes y usos de la raíz de la planta llamada Yallhoy en el Perú, ambas impresas en Madrid en el año 1805. Antes habia dado á luz el opúsculo titulado De vera fuá natantis fructificatione, cuya impresión fué hecha en Madrid en el año 1798, y en diferentes ocasiones sostuvo polémicas de acuerdo con su pariente Gómez Ortega y ocultando ó no el nombre. La Quinologia y el Podromus de la Flora dieron lugar á ellas dentro y también fuera de España; Zea defendió los principios de su maestro Mutis en lo relativo á las Quinas, y Cavanilles, no sin razón, criticó algunos de los géneros publicados en el Prodromus, siendo á ello provocado por escritos anteriores relativos á la Monadelphia, que, á pesar de ser anónimos, se veia claramente haber sido redactados por Ruiz é inspirados por los celos de Gómez Ortega, entonces