Historia, antropologia y fuentes orales Memoria y globalización Author(s): Carlo Ginzburg and Dolors Udina Reviewed work(s): Source: Historia, Antropología y Fuentes Orales, No. 32, Entre Fábula y Memoria (2004), pp. 29-40 Published by: Historia, antropologia y fuentes orales Stable URL: http://www.jstor.org/stable/27753170 . Accessed: 18/12/2011 14:49 Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at . http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. Historia, antropologia y fuentes orales is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Historia, Antropología y Fuentes Orales. http://www.jstor.org Memoria c ;0 ? ? N y globalizaci?n* Carlo Clnzburg o (Roma, 23 de junio de 2004) o 1. Memoria y globalizaci?n: ninguno de los dos terminos es obvio. Empecemos no por el segundo. La globalizaci?n deberia como contemplarse un aconteci miento, sino como un proceso hist?rico a largo plazo que asfalt? el Camino hacia el mundo globalizado en el que vivimos: un mundo en el que una reunion academica en Roma se abre con un discurso pro nunciado en un ingles con acento por un historiador italiano que da clases en Los Angeles. En cien anos, es posible que se celebre una conferencia como esta en Londres y que comience con un discurso pronunciado en mandarin por un histo riador ingles que da clases en Beijing. Como todos sabemos, durante las ulti mas decadas el proceso hist?rico llama do globalizaci?n ha iniciado una nueva fase espectacular. Un simbolo de esta evoluci?n reciente, y uno de sus agentes principales, es una herramienta provista de memoria: el ordenador. Aqui empeza remis reflexiones sobre la memoria y la globalizaci?n. 2. Quiero destacar inmediatamente no neurocientifico ni experto soy que un utilizo ordenador inform?tico, pero sea -aunque personal y me analfabeto? mente interesa 2, 32, 2004 profesional analizar a nuestras c?mo el presente afecta del pasado y percepciones ordenador -una dida que sus matices pasan practicamente ta nuestra tan expresion del exten antropom?rficos inadvertidos? afec idea de la memoria, en sus multiples significados. Porque la palabra memoria es ambigua. Justo al principio de su breve y denso libro Ricordi individually memorie collet tive (Recuerdos individuals, memoria colectiva), Alberto Oliverio, el distingui do psicobi?logo, apunta que la distinci?n entre memoria y recuerdo ya habia sido en la doctrina de Piat?n del avanzada como conocimiento memoria.1 su doctrina del conoci Piat?n expuso miento en varios di?logos. Me centrare en uno de los m?s celebres, el del Fedro. Como se ver? inmediatamente en mi resu men, el contenido del Fedro va mucho m?s alia de su subtitulo tradicional: De la belleza. Socrates y su joven amigo, Fedro, dan un paseo por el campo cerca un c?lido dia de verano. Los dos hombres encuentran un lugar de de Atenas El presente texto es la version eserita y revisada de la confereneia inaugural lnternaeional de Historia Oral, celebrada en Roma del 23 al 26 de junio de 2004. 1. A. Oliverio, Ricordi individuali,memorie collettive, Turin 1993, p. 4. y Fuentes Orales, verdadero viceversa. Defendere que la memoria * Historia, Antropologia como ? L o E o X 29 de la Xlll Conferencia Carlo cerca de una fuente helada, a la sombra de un ?rbol majestuoso, rode descanso estridente de las ciga rras, cuyos origenes miticos son el tema de una de las muchas digresiones que se ados de la m?sica permite Socrates en el curso del di?logo Cuando siguiente. empieza la conversa un discurso de tion, tema del amor. sobre el el Lisias, orador, El argumento de Lisias tiene un elemen to parad?jico: los favores del amor Fedro menciona deben concederse que no ama, morado La mismo. ya nunca no al amante que el que est? ena el control de si pierde curiosidad no sino al de Socrates, ape nas oculta bajo la ironia acostumbrada con la que cubre sus reacciones, se des pierta al instante. Pero Fedro se niega a hacer un resumen del discurso de Lisias enriquecido con excelentes mecanismos ret?ricos. Pero despues de ese discurso hace otro, mucho mas largo, que ocupa la mayor parte del di?logo. Aqiri Socrates desarrolla un argumento sobre el amor que es contrario al de Lisias: ?a traves de esta demencia, que por cierto es un don que los dioses otorgan, nos llegan gran des bienes? (244 A 8-10). La description que nesi me voy a acordar de manera digna de el? (228 A 1-3)2 La presunta superioridad de la escri tura sobre la memoria se convierte en el objetivo de la ironia implacable de S?crates. En cuanto Fedro termina de leer el discurso de Lisias (que seguramen te no es genuino sino una parodia inge niosa escrita por Piat?n), S?crates hace unas se cuantas afirmaciones desdefiosas: considera que el enfoque de Lisias de ese tema es bastante predecible. A continua tion S?crates pronuncia su propio dis curso, un eco del argumento de Lisias amor un como en una inscribe fre represen de vidas, a veces a veces bestiales, huma nas, que durar?n diez mil anos. Gratias a la belleza de los amados, el alma del amante goza de un recuerdo del mundo eterno, el mundo de las ideas: Toda alma de hombre, por su propia ha a visto los seres verda deros, o no habria llegado a ser el viviente que es. Pero el acordarse de ellos, por los de aqui, no es asunto f?cil con una del Socrates divino naturaleza, <?Crees que yo, de todo lo que cosas, hace tation mitica del alma como un ser alado e inmortal, cuyo destino implica un ciclo diciendo: tiempo y sosiego compuso Lisias, el m?s h?bil de los que ahora escriben, siendo como soy profano en estas Cinzburg para todo elmundo. (249 E 5-250 A 2) El verdadero conocimiento es, por tanto, un recuerdo de realidad intempo ral. Debe tenerse presente esta doctrina, que constituye el n?cleo de la filosofia de Piat?n, para encontrar sentido a la ultima parte del Fedro, a saber, la utiliza tion de un mito supuestamente egipcio para menospreciar la escritura, que pro voca la queja en broma de Fedro: ?Que bien se te da, Socrates, hacer discursos de Egipto, o de cualquier otro pais que se te antoje?. El mito es el siguiente: el dios Theuth, tras inventar las letras, dice que su invento ?har? m?s sabios a los egip Fedro, tradueci?n al ingles de H. North Fowler, serie Loeb, Londres 1982 (todas las citas son de esta tradueci?n, con cambios minimos). [Las citas en castellano son de la tradueci?n de F. Lled? de Fedro, Biblioteca Cl?sica Gredos, Madrid 2000]. 2. Piat?n, 30 HAFO, 2, 32, 2004 y globalizaci?n Memoria cios y m?s memoriosos, pues se ha inventado como f?rmaco [pharmakon] de la memoria y de la sabiduria?. Pero el rey Thamus muestra su des acuerdo: lo que producir?n en las almas de quienes las aprendan, al des cuidar lamemoria, ya que, fi?ndose de lo escrito, llegar?n al recuerdo desde Es olvido fuera, a traves de caracteres ajenos, no hacia sometido Gran conocimientos, siendo, la mayoria de tienen muchos al contrario, en los casos, totalmente ignorantes,y dificiles, adem?s, de tratar porque han acabado por convertirse en sabios aparentes en lugar de sabios de verdad. (275 A 2-B 3) Esta expresi?n de profunda descon fianza hacia la escritura aparece casi al final del Fedro, uno de los mayores ejemplos del dominio de Piat?n de la forma dialogistica. ^C?mo un artesano tan poderoso de la palabra escrita podia defender la incompatibilidad intrinseca entre sabiduria y escritura? A fin de resolver esta contradiction, academicos han temente un controvertido presentado algunos recien argumento que la palabra escrita de ocultaba una doctrina esoterica defendiendo Piat?n no escrita.3 En pondre lugar de comentarlo, la actitud negativa de Piat?n 3. Piatone, Fedro, ed. G. Reale, Reale). 4. J. Goody, La domesticaci?n HAFO, 2, 32, 2004 31 lVlil?n 2002, ps. 31-34 del pensamiento a un escrutinio o franca original. Citare un p?rrafo de la conclusion de su libro La domestication Goody- que la llamada Gran Dicotomia, Division, de simple recordatorio. Apariencia sabiduria es lo que proporcionas a tus derlas, parecer? perspectiva amplia. 3. No es necesario recordar aqiri la obra de Jack Goody sobre la interface entre lo escrito y lo oral (parafraseando el titulo de uno de sus libros). Desde principios de los anos sesenta, Goody ha mente verdad. Porque alumnos, que habiendo oido muchas cosas sin apren mas comparativa desde dentro, desde ellos mismos y por si mismos. No es, pues, un f?rmaco de lamemoria lo que has hallado, sino un no en una la escritura del pensamiento tus salvaje: ?Escribir ?seg?n te permite hablar libremente de Senala pensamientos?. ciones sociales en que la est?ndar, gente situa rara mente escucha mon?logos prolongados, con la exception de los testimonios ofre cidos en un juicio y las oraciones pro nunciadas junto a una tumba. Pero escri bir, sigue Goody, nos da la oportunidad de un mon?logo de este tipo [...]. Permite al individuo ?expresar? largo y tendido sus pensa mientos sin interruption, con correc ciones y supresiones, y seg?n alguna formula apropiada. Desde luego, lo necesario para este fin no es simple mente un tipo de escritura, sino una letra cursiva y el tipo de instrumentos que permiten una grabaci?n r?pida. Con el fin de registrar un discurso interno o externo, los pensamientos o el habla, es evidente que es mejor tener l?piz y papel que una aguja y arcilla, del mismo modo que la taquigrafia es m?s eficiente que la escritura normal y la m?quina de escribir electrica mejor que la manual...4 (eon refereneias bibliogr?ficas salvaje, Akal, Madrid 1985. a H. Kr?mer, K. Gaiser, G. c o u o N o JQ O 0) > 0 "? o E o Carlo Este p?rrafo fue escrito en 1977. Unos anos despues, Goody habria puesto al dia la lista subrayando la superioridad del ordenador los sobre instrumentos pero, si se les pregunta algo, respon den con el m?s altivo de los silen ante riores. Lo que yo quiero resaltar es dife rente: todos los instrumentos de la lista aproximadamente 3000 a.C? fue un momento continua. Esta el ano crucial en la fuerte advertencia tendencia a centrarse continuidad contra ?una la extendida en acontecimientos contempor?neos aislados? explica por que las reflexiones de Piat?n sobre lo oral y lo escrito todavia son potencialmente importantes para nosotros. Trabajando desde una perspectiva diferente, Piat?n abordaba realidades que no eran total mente distintas de las nuestras. El mon? logo silencioso que permite la escritura, y que Goody elogiaba tanto, era una preo cupaci?n de Piat?n. Veamos las quejas de S?crates sobre este mon?logo: Porque es que es impresionante, Fedro, lo que pasa con la escritura, y por lo que tanto se parece a la pin tura. En efecto, sus v?stagos est?n ante nosotros como si tuvieran vida; mismo con pasa a llegar las creer pala como si cosa. Pero, eso si, con que una vez algo haya sido puesto por escri to, las palabras ruedan por doquier, igual entre los entendidos que como a los que no les aquellos en sin saber dis absoluto, importa a conviene hablar y tinguir quienes a quienes no...(275 D 4-13) entre historia porque ?el problema del almace namiento de lamemoria dej? de dominar la vida intelectual del hombre?.5 La evo mente Lo Podrias misma en lution del registro de datos durante los cinco mil anos siguientes puede integrar varios capitulos de una narration b?sica cios. bras. lo que dicen fueran pens?ndolo; pero si alguien pregunta, queriendo aprender de lo que dicen, apuntan a una y la siempre y ?nicamente citada (incluido el ordenador) implican diferencias de grado, no de tipo. Como ha subrayado Goody, la invenci?n de la escritura -un acontecimiento que suele fecharse Ginzburg La palabra escrita imita al original, es decir, explica Socrates, la ?que se escribe con ciencia en el alma del que aprende?. ?<?Terefieres a ese discurso Ueno de vida y de alma, que tiene el que sabe y del que el escrito se podria justamente decir que es el reflejo [tidolon]??, se interroga Fedro. ?Sin duda?, le responde Socrates. Es decir, el original solo puede surgir del intercambio dialectico ilustrado en los di?logos de Piat?n: una forma de inter action intelectual desconocida para las culturas orales contrario mera de tradicionales.6 pintar, es al Escribir, una copia... una copia.7 4. ^Deberiamos considerar a Socrates como el portavoz de Piat?n? Esta pre gunta se ha formulado infinidad de oca siones y ha generado interminables con troversias academicas. Una respuesta 5. J. Goody, La domesticacion... 6. G. Cambiano, Piatone e le tecniche, Turin 1971, p. 148. 7. En su proximo libro {SCHEMATA: Comunicazione non verbale nella Greeia antica, Pisa 2004), Maria Luisa Catoni comenta este pasaje senalando la oposici?n, que se eonvirti? en un lugar eom?n ret?rico, entre escritura y pin tura por un lado, y el discurso oral por el otro. 32 HAFO, 2, 32, 2004 Memoria y clobalizaci?n evasiva ?si personaje o no? significa imagin?r un (Socrates) dirigiendose aparen cara temente a cara a una pequena comunidad de amigos y conocidos en el marco de una cantidad considerable de escritas para una audiencia palabras amplia (aunque Piat?n no pudiera prever las dimensiones de su fama p?stuma). Adem?s, Piat?n articula ba su desconflanza paradqjica hacia la mucho m?s escritura desde una sociedad que hacia un amplio uso de documentos escritos, desde tratados hasta contratos p?blicos.8 La idea de que una utilization selectiva de la escritura puede ser un arma contra el olvido habia inspirado, entre otros, a como muestra la potente Her?doto, introduction de su obra: son las investigaciones Estas de Herodoto del Halicarnaso, que publi ca con la esperanza de que el recuer do de lo que han hecho los hombres no sea destruido por el tiempo, y de que las grandes y maravillosas accio nes de los griegos y los b?rbaros no pierdan la fama que merecen. Piat?n alude a la fuerza del olvido en su Timeo (22 A-C), donde menciona las tradiciones olvidadas sobre el pasado en griego que se habian conservado Egipto. Pero no creia que escribir pudiera ser ?til en casos asi. AI contrario, como sabemos por el mito seudoegipcio narra do al final de Fedro, los que confiamos en la escritura estamos destinados al olvido, porque nuestra memoria se atrofia. 5. Podria pensarse que estos debates no nos afectan. Hoy en dia muy poca gente (si es que queda alguien) suscribe la doc 8. K. Thomas, HAFO, trina que fundamenta el ataque de a no Piat?n la palabra escrita, por decir que el mundo en que vivimos es muy diferente del de Piat?n. mentos de Piat?n introdujo su entre las comparaci?n palabas escritas y las im?genes evocando a la gente senci 11a del pasado y su actitud sumisa hacia las profecias expresadas por la encina en nuestro interior. Socrates el templo de Zeus en Dodona (275 B 6-C 4). Hoy en dia se formula un argumento similar contra la television, aunque el poder hipn?tico de las im?genes suele oponerse a la actitud critica generada por la palabra escrita. Todos estamos de acuerdo en que la invention de la escri tura ampli? en gran medida las posibili de conocimiento. Pero tambien creemos que ni la acumulaci?n de datos dades (tanto humanos como digitales) ni la capacidad de recuperarlos es sin?nimo de conocimiento. Seria tentador compa rar la distinci?n de Piat?n entrememoria y recuerdo, y su menosprecio del segun do como actividad dependiente de es critura, con nuestra distinci?n habitual entre la information y la recuperation de information de una base de datos. ^Tiene sentido esta comparaci?n? 6. AI principio de mi conferencia, he de la afirmaci?n de Alberto Oliverio relacionando la distinci?n cru hablado cial entrememoria y recuerdo con la doc trina del recuerdo de Piat?n. En mi comentario de Piat?n he citado pasajes de la traducci?n inglesa de Fedro publicada en la serie Loeb. Pero, si examinamos los terminos griegos utilizados por Piat?n en Oral Tradition and Written Record in Classical Athens, Cambridge 2, 32, 2004 33 Pero los argu resuenan en todavia 1989. c o ? u N o -Q o D1 > o "C o E D X Carlo su discusi?n de la memoria y las ideas relacionadas, una aparece rente, m?s realidad dife confusa. Volvamos al mito seudoegipcio relata do por Socrates hacia el final del di?lo go. El dios Theuth se jacta de que su la invenci?n, es escritura, ?un f?rmaco de la memoria y de la sabiduria? [mne mes te gar kai sophias pharmakon). El rey Thamus replica que la escritura, al no contrario, es ?un f?rmaco de la sino un simple recordatorio? Las (oukoun mnetnes alVupomneseos). memoria, dos van mneme palabras, del mismo y upomnesis, verbo, mimnesko, dar: pero la ultima va precedida deri recor de la preposici?n despectiva upo, que significa abajo.9 La traducci?n de Loeb transmite plenamente el significado de la fr?se: la escritura tiene un papel decisivo en el acto de inferior es recordar, de memoria. chamente en una forma palabra estre decir, Una relacionada, upomnema, con un significado similar, surge en otro pasaje de Fedro (276 D 3-4), donde Socrates los ?recordatorios aprueba escritos [upomnemata]? solo para ?cuan do llegue la edad del olvido?.10 La falta de una distinci?n clara entre memoria [mneme] y recuerdo [anamne sis) surge en un pasaje del segundo dis curso de S?crates sobre el amor. El verbo anamimnesko se utiliza dos veces en el mismo p?rrafo para transmitir el recuer do de la verdadera belleza experimenta da por el amante que percibe la belleza terrenal. que S?crates tengan comenta: ?Pocas suficiente memoria Cinzburc nies]? del ?sagrado espect?culo que otro ra habian visto? (249 D 7 - 250 A 5). Aqui podriamos haber esperado anamne sis m?s que mnemes. En el Fedro, la opo entre memoria y recuerdo, que tenia un papel central en el pensamiento de Piat?n, se transmite a traves de un vocabulario amplio y flexible. sici?n 7. En realidad, el lenguaje que utiliza mos hoy para articular estos temas debe m?s a Aristoteles que a Piat?n -o al menos al Fedro de Piat?n?. En su breve y densa obra De la memoria y el recuer do (Peri mnemes kai anamnesis), Aris toteles trazaba una distinci?n clara, tanto conceptual entre estas dos con un matiz como terminol?gica, ?afecciones del alma?, decididamente antiplat? nico.11 El recuerdo {anamnesis) ?no es ni la recuperaci?n ni la adquisici?n de la memoria ?decia Aristoteles?, pues cuando uno por primera vez aprende o recibe una impresi?n sensible, no recu (451 a 21-24). pera ninguna memoria? En el caso de la memoria [mneme], la actitud de Aristoteles hacia Piat?n era m?s compleja. Aristoteles se preguntaba c?mo alguien podia ?recordar algo que no est? presente, puesto que solamente presente la impresi?n, pero no el hecho?. A fin de dar sentido a este est? la fen?meno, Aristoteles comparaba memoria a ?una especie de grabado o pintura [zographema]?; a continuaci?n explicaba hay impresi?n [mne semejanza ?el estimulo produce la [typon] de una especie de que de lo percibido, igual que 9. P. Ricceur, La memoire, I'histoire, I'oubli, Pans 2000, ps. 175-76. 10. En otro pasaje (Fedro, 249 C 5-8 ) upomnema tiene una connotaci?n positiva. 11. Aristoteles, De la memoria y el recuerdo, Biblioteea de lniciaci?n Filos?fiea, Tradueci?n Samaranch. Vease tambien R. Sorabji, Aristotle on Memory, Providence 1972. 34 de Francisco HAFO, de P. 2, 32, 2004 Memoria y globalizaci?n los hombres sellan algo con sus anillos sellados? (450 a 30-32).12 Aristoteles se referia implicitamente a un largo pasaje del Teeteto de Piat?n (275 A 4). En su tratado sobre la memoria y el recuerdo, Aris toteles utiliz? el anillo sellado, un atajo a cuando de la memoria los (191-94). Alii Piat?n comparaba recuerdos de percepciones y pensamien tos a las impresiones dejadas por un ani llo sellado en la cera y las calificaba de regalo que recibimos en nuestras almas va, de Mnemosine, la diosa de la memoria y madre de las musas (191 ss.). Aristoteles la ignoraba la referenda a Mnemosine: impresi?n se hacia ?en el alma, y en la parte del cuerpo que contiene el alma? (450 a 28-29). Tanto Piat?n como Aris el anillo sellado como relacionando la memoria con toteles utilizaron met?fora, una experiencia social generalizada que abria un espacio de limitaciones y posi bilidades cognitivas.13 El anillo sellado, este objeto desconcertante colocado en la interesecci?n entre im?genes y escritura, entre presencia y ausencia, puede haber tenido un papel importante en la emer gencia de la escritura; en cualquier caso, podria considerarse f?cilmente un arque tipo de la escritura.14El profundo impac to de la escritura en Piat?n y Aristoteles queda reflejado en la palabra typos y se le da: el grupo de significados que car?cter, impresi?n, imagen, copia. En el Fedro, Piat?n habia expresado su des conflanza en la escritura por producirse ?a traves de caracteres ajenos? (up'allo trion typon) porque conducia a la atrofia como la escritura, una demostrando memoria y una mo, el met?fora c?mo recuerdo... experiencia cogniti funcionan ya que la el ulti ?implica la memoria, y va acompanado de memoria? (451 B 5-6). humana, 8. El lenguaje que empleamos hoy al hablar de la memoria se basa en general en las mismas met?foras utilizadas por Piat?n y Aristoteles. Decimos, por ejem del 11 de una marca 2001 de septiembre dejaron imborrable en la memoria de cuantos los plo, que los acontecimientos presenciaron. ciar?, damos Y, cuando decimos un nuevo significado ?presen a una palabra que durante mucho tiempo se referia exclusivamente a la vision directa, o autopsia, como lo llamaban los medicos e historiadores en la antigua Grecia.15 la gran Porque mayoria de quienes, en todo el mundo, presenciaron el ataque contra las torres gemelas, lo vieron por la pantalla de television: el medio propor cion? un acceso universal simult?neo a un acontecimiento sin precedentes verda deramete global. Nuestro lenguaje parece ignorar que nuestra experiencia de reali dad est? mediatizada, hasta un nivel que ni Piat?n ni Aristoteles habrian podido capaces de imagin?r, por tecnologias almacenar grandes vol?menes de im?ge 12. La traducci?n de Loeb dice: ?imprime una especie de pareeido?. tambien D. F. Krell, ?Slabs ofWax: Aristotle and Plato on Memory, Reminiscence and Writing?, en e Indianapolis Of Memory, Reminiscence, and Writing, Bloomington 1990, ps. 13-50. En mi comentario de Baxandall, Painting and Experience in Fifteenth Century Italy, Oxford ?experiencia social?, me he inspirado en 1V1. 1980. 1972; vease tambien G. Lakoff and M. Johnson, Metaphors We Live By, Chicago de l'eeriture: Cuneiformes et hieroglyphes, Paris 1982 (cat?logo), ps.49-50. 15. A. lvlomigliano, ?History between Medicine and Rhetoric?, en Ottavo contributo alia storia degli studi classi ci e del mondo antico, Roma 1987, ps. 13-25, especialmente p. 13. HAFO, 2, 32, 2004 35 o JQ o exclusivamente 13. Vease 14. Naissance c o u u N o E o X Carlo nes y palabras, algunas de las cuales son difundidas rescatadas y ampliamente otras mientras en ocultas permanecen el digital. Pero, como argumente antes, la diferencia entre, por un lado, los caracteres e im?genes inmateriales pro archivo yectadas en las pantallas de nuestros ordenadores y televisiones y, por otro, la marca dejada por un anillo sellado o los caracteres inscritos en una de tabla cera, es una diferencia de grado, no de tipo. En los dias siguientes al 11 de septiembre, se crearon treintamil p?ginas web el un tema: naba archivo information que almace relatos emocio enorme, factual, fotografias, an?lisis nales, otros. esta memoria Pero sobre y politicos gigantesca tam era extremadamente fragil. Como las web tienen una promedio, p?ginas vida effmera: sesenta dias, cien dias; solo la mitad de ellas duran m?s de un ano.16 bien Piat?n recordar el menospreciaba efectuado por acto ?caracteres de aje nos?, en oposici?n a la sabiduria. Dado el inmenso aparato recordatorio que rodea a cada ciudadano del globo y el incesante flujo de im?genes y palabras a las que muchos est?n sometidos, es ten tador parafrasear las advertencias de <?Cu?l es el preguntas: impacto de estas im?genes y palabras? <?Es superficial? <?Es profundo? <?Como afecta a los individuos y sus elecciones fundamentales? Estas preguntas no son Piat?n como nuevas, desde luego, y se han propuesto muchas respuestas. Pero, para irm?s alia de estas especulaciones superficiales, necesitamos una arqueologia de la me moria: exploren una serie de monografias las maneras en que que las diferen Cinzburc tes capas de la memoria y la experiencia interact?an con las vidas individuals especificas, que son en simismas puntos de intersection entre las diferentes con sociales y culturales, tanto figurations presentes como pasadas. 9. Probablemente muchos historia en estar?n de acuerdo la importancia de una arqueologia de la dores memoria. orales Pero <?es la historia el instru mas apropiado para este proyec to? ?No seria preferible la memoria? La parecer parad?jica; pregunta puede desde mi punto de vista no lo es. Me ment refiero a dos fen?menos relativamente recientes y en cierto modo relacionados: (1) el enfasis generalizado en las implica ciones polfticas y morales de la memoria; (2) la tendencia a difuminar las fronteras entre memoria e historia. Empezare con unos comentarios sobre el primer fen? meno, que evidentemente es familiar a todos y mucho menos controvertido. Para cualquier persona implicada en la historia colonial, la memoria ha sido al mismo tiempo un tema central y una herramienta indispensable. En un terreno hist?rico diferente, el fin del siglo xx enfrent? a los academicos con la desapa rici?n inminente de los Ultimos sobrevi vientes de la Shoah, reforzando la impor tancia ya asignada al papel de la memoria. El impulso de conservar recuer dos de un horror sin precedentes gener? archivos, museos y ceremonias oflciales, en Europa. Es necesario explorar, grabar y difundir la memoria porque ya es mucho lo que se ha perdido en el olvido. Puede detectarse como el Dia del Recuerdo 16. S. Vitali, Passato digitale. Le fonti dello storico nell'et? del computer, Milan 2004, p. 208 ss. 36 HAFO, 2, 32, 2004 y clobalizaci?n Memoria un sentimiento de obligaci?n moral hacia las victimas en proyectos que se centran tanto en los recuerdos de la Shoah como en la historia de paises anteriormente En ambos terrenos, la histo ria ha proporcionado desde hace mucho tiempo el marco que permite un examen colonizados. (asi como otros el recuerdo con do analitico de la memoria temas): comparando cumentos escritos o con existentes, docu registrados especialmente para la investigation, los investigadores evalua ments ban los recuerdos individuates. Aqui podemos ver una intersection dencia a absorber la historia dentro de la memoria sobrevivir? a la desaparici?n inminente (o no tan inminente) de las modas La neoescepticas. como historia, proyecto cognitivo y politico, ha sido durante mucho tiempo parte de una tra dition europea definida y agresiva. En un mundo m?s globalizado, los esfuerzos dirigidos a provincianizar Europa (para fr?se de Dipesh la acertada utilizar ceder mayor peso a Chakrabarty) puede la memoria memoria, cida por que a la historia, ya que u de una todas las otra es forma, sociedades la cono humanas.18 con el segundo fen?meno del que he hablado antes: una tendencia a difumi nar las fronteras entre memoria e histo Es posible que la memoria herede algu nas de las funciones civicas realizadas por la historia en los dos Ultimos siglos; ria, cambiando el equilibrio entre, por ejemplo, documentos humanos emotio mente a las ambiciones este pero cambio no afectar? cognitivas de la nales (procedentes de los testigos, las victimas o los perpetradores) y un enfo que cienrifico impartial. Este ultimo se historia, que personalmente con mis fuerzas. medida intento ha hecho cada vez m?s impopular en la en que evidencia su incapacidad de abordar las implicaciones morales y politicas de nuestra relation con el pasa do. como tanto profesionales Para muchos, no la memoria profesionales, pare ce hoy m?s apropiada que la historia para ocuparse de la demanda de una retribution simb?lica. El limitado poder curativo de la historia ha sido utilizado como argumento sus contra ambiciones cognitivas: una actitud reforzada por los enfoques neoescepticos de la historia, la fllosofia y la literatura, que pueden incluirse en general bajo Pero ?posmodernismo?.17 la rubrica de creo que la ten todas necesaria comparto sin embargo, el momento, m?s aunque significativo, definitivamente no concluyente, de difu 10. De la frontera entre la historia y la procede de un pensador pro fundamente arraigado en la tradition intelectual europea: Paul Ricoeur. Su minar memoria imponente libro, La memoire, Vhistoire, l'oubli (traducido como La memoria, la historia, el olvido) empieza con una lec tura perspicaz de los textos con los que he empezado yo: Fedro de Piat?n y De la memoria y el recuerdo de Aristoteles.19 Ricoeur toma una frase del ultimo ??Pero como lema la memoria es del pasado?? de su investigation, destacando el des 17. Tr?te este tema en mi libro History, Rhetoric, and Proof, Hanover y Londres, 1999. ?The Social Function of the Past: Some Questions?, Past and Present 55, mayo 18. E. Hobsbawm, 1972, ps. 3-17. ?. Chakrabarty, Provincializing Europe. Postcolonial Thought and Historical Difference, Princeton 2000. 19. Paris 2000 HAFO, (Traducci?n 2, 32, 2004 37 espanola, lVladrid 2003). c ;0 U D N ? -Q o ai > o ? o E o I Carlo truir un puente entre la memoria y la historia a fin de fomentar las eondiciones precio absoluto por parte de Piat?n de la dimension temporal de la memoria. A Ricoeur continuaei?n, las observa no aflr maeiones de Aristoteles sobre los recuer dos como impresiones desde la position por algunos estrategica proporcionada historiadores del siglo xx que reflexiona ron sobre las impresiones y pistas.20 reux).25 con tima palabra esta idea constantemente como del enfrenta libro, cuando de con pronto el otro mezcla toria y el olvido?.23 Ricoeur enfoca los temas relacionados del perd?n y la mala memoria desde una perspectiva politica. Se centra repetida mente en el caso de Vichy y las diferen tes maneras en que Francia ha abordado este capitulo reprimido de su pasado his t?rico.24 Parece que Ricoeur quiere cons finalmente es se Ricoeur La infranqueable.26 del lo ve ul libro de Ricoeur es inacabado. de reflexion te?rica sostenida y doloroso y esquivo. Pero su tema principal ?la va ria? alcanzando polftica de la memo vez cada m?s rele en nuestro mundo globalizado. ^C?mo deberia abordar un pais su pasa do, especialmente cuando a menudo eso significa abordarlo como una carga? En vancia se surge el tema que unifica el libro de Ricoeur: ?El olvido, si existe, es el hori zonte compartido por la memoria, la his ?memo autoan?lisis ?enigma?, que tambien est? enterrado en el pasado: la culpa. Con esta culpa sin especiflcar una 11. La memoire, Vhistoire, Voubli es obra altamente idiosincr?tica: una ?enig lector de una ma??21 lY por que se califlca de ?tormen to??22 Una respuesta posible, aunque oblicua, a estas preguntas aparece al final general, ?inachevement?, <?porque se etiqueta Pero Pero la memoria y enterrados acontecimientos a nivel obligado a admitir que ninguno de los dos es posible. El vacio entre la historia cerebro) como un puente entre la memo ria y la historia. Una y otra vez Ricoeur vuelve a las impresiones que est?n rela cionadas solo, ria feliz? (memoire heureuse), sino tam bien de un ?olvido feliz? (oubli heu Ricoeur explora la posibilidad de inter pretar la idea de las impresiones (en pruebas documentales, en la psique en el en el pasado. Cinzburg las ultimas decadas, esta pregunta se ha formulado a muchos niveles diferentes en todo el mundo. Empecemos por el mundo academico. Recientemente, gran cantidad de y revistas monogr?ficas han producido innumera bles articulos sobre la memoria y el olvi do. Destacare, conferencias como especialmente rele vante, Usages de Voubli (Usos del olvido), un librito basado en una conferencia que se celebr? en Royaumont en 1987, ensa adem?s del remarcable que incluye, de Nicole Loraux sobre la amnistia yo 20. P. Ricoeur, Lamemoire, I'histoire, I'oubli, ps. 156, 219-22 (M. Bloch; C. Ginzburg). 21. "Ricoeur,La memoire, ps. 474, 511, 538. 22. Ricoeur, La memoire, p. 543: ?problematique centrale de Tim age-souvenir, ? savoir la dialectique ce, d'absence et de distance qui a inaugure, accompagne et tourmente notre recherche?. 23. Ricoeur, La memoire, p. 593. 24. Ricoeur, La memoire, ps. 109, 581-84. 25. Ricoeur, La memoire, ps. 643 ff., 650 ss., especialmente 26. Ricoeur, La memoire, p. 643. de presen 654. 38 HAFO, 2, 32, 2004 y globalizaci?n Memoria griega, una serie de densas ?Reflexiones sobre el olvido? de Yosef Yerushalmi.27 Al final de su trabajo, Yerushalmi, autor de Zajor hebrea -palabra en ?recuerda? forma que significa incluia imperativa- algunas reflexiones sobre el juicio de Klaus Barbie, el infame jefe de la Gestapo en Lyon, y se preguntaba si ?la justicia, m?s que la memoria, podria ser lo con trario del olvido?.28 arzobispo Desmond Tutu dijo del apar theid: ?Todo el mundo est? de acuerdo en que Sur?frica tiene que lidiar con esta historia y su legado?.30 Est? claro que el objetivo de la comisi?n no era, en un sentido estricto, la recuperation de la verdad hist?rica; <?era la justicia, pues? Si, aunque mucha gente pens? que la decision m?s controvertida de la comi si?n ?la amnistia indiscriminada para los perpetradores de delitos de motivation politica que estuviesen dis puestos a hacer una confesi?n completa todos 12. Empece enfocando la memoria en su dimension cognitiva, considerando la oposici?n entre oralidad y escritura. La pregunta de Yerushalmi abre una pers pectiva diferente, basada en la oposici?n entre olvido y justicia. El primer enfoque subraya lo cognitivo, el segundo las dimensiones moral, juridica y polftica de la memoria; pero es evidente que los dos son enfoques Se complementarios. nece sitaria otro trabajo para hacer un an?lisis adecuado de en que la manera se solapan e interact?an estas dimensiones en la esfera de las politicas de la memoria. Me a limitare unos cuantos comentarios sobre un fen?meno asombroso: las comi siones constituidas en diversas partes del en Africa mundo (pero especialmente en Latinoamerica) para investigar las y violaciones pasado de reciente derechos y no tan humanos reciente.29 del El ejemplo m?s famoso es la Comisi?n de la Verdad y la Reconciliation de Sur?frica, activa entre 1995 y 1998. En su informe final como presidente de la comisi?n, el y era detallada? una burda ofensa con tra la justicia. Pero la singularidad hist? rica de la comisi?n consistia en su pro fundo compromiso con el poder curativo de la memoria, en oposici?n al olvido. ?Las duras realidades Tutu, tenian del pasado?, conocerse que a fin de dijo con seguir la ?unidad national a traves de la verdad y la reconciliation. Seguimos convencidos de que no puede haber curaci?n sin verdad?.31 Muchas victimas del apartheid y las familias de las victimas presenciaron la declaration detallada en el juicio de tor turadores y asesinos del regimen caido: la experiencia debi? de ser inexpresa blemente dolorosa. Pero nadie les pidi? que perdonasen, nadie les sugiri? que olvidasen. Aunque posteriormente publi co un libro titulado No Future without Forgiveness, en el informe de su comi si?n, Tutu utiliz? la palabra ?perd?n? una sola vez. Se imaginaba a uno de los 27. Y. H. Yerushalmi etat, Usages de I'oubli, Pan's 1988. 28. Y. H. Yerushalmi, ?Reflexions sur l'oubli?, en Usages de I'oubli, p. 20. 29. K. Christie, The South African TruthCommission, Londres 2000, ps. 54-55, memoire, ps. 624 ss. 30. Truth and Reconciliation Commission of South Africa Report, 1,Bath 1,p. 2. 31. Truth and Reconciliation Commission, HAFO, 2, 32, 2004 39 58-59. Vease 1999, p. 1. tambien Rieceur, La c ;0 O D N o .0 O "5? >* o Z o E o X Carlo lideres del apartheid diciendo: ?Nuestro sistema era malo y tuvo consecuencias horribles. Os ruego que nos perdoneis. Sin reservas?.32 En este caso, la llamada se habria dirigido a las victimas, a sus a la poblaci?n negra de parientes, Sur?frica. canos Pero, a nosotros, en otros las casos, peticiones mas cer solem nes de perd?n por acontecimientos que tuvieron lugar hace siglos, tienen un aire ambiguo, ya que nadie parece tener derecho a perdonar a nadie. Cinzburc 13. En el mundo que habitamos, des garrado por tantas enemistades intermi nables, insistir solo en el poder curativo de la memoria seria una frivolidad. La memoria es una fuerza ambivalente: puede inspirar fidelidad, resistencia, intolerancia odio, ciega. La memoria es un pharmakon, como dijo Piat?n de la escritura: medicina y veneno al mismo tiempo.33 Traducci?n de Dolors Udina 32. Truth and Reconciliation Commission, 1,ps. 18-19. 33. La ambivalencia de pharmakon queda subrayada desde otra perspectiva por J. Derrida, en ?La pharmacie Piaton?, en Id., La dissemination, Pan's, 1972. 40 HAFO, de 2, 32, 2004