UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO FACULTAD DE PSICOLOGÍA MAESTRÍA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA “LA ANOREXIA: UN ACERCAMIENTO PSICOANALÍTICO” TESIS QUE COMO PARTE DE LOS REQUISITOS PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRO EN PSICOLOGÍA CLÍNICA PRESENTA: NETZAHUALCÓYOTL RODRÍGUEZ VELÁZQUEZ (90902) DIRIGIDA POR: DR. CARLOS GERARDO GALINDO PÉREZ SANTIAGO DE QUERÉTARO, QRO., MARZO DE 2009. I La anorexia: un acercamiento psicoanalítico Netzahualcóyotl Rodríguez Velázquez II RESUMEN La presente tesis tiene como propósito abordar una propuesta de trabajo desde una mirada psicoanalítica, con la finalidad de hacer un acercamiento y esclarecimiento a la problemática de la anorexia y ofrecer dentro de las limitantes que impone la misma anorexia una manera de abordaje a la problemática y los efectos que tiene dicho estado en el sujeto, considerando el sujeto desde una perspectiva psicoanalítica. ¿Cómo surge la idea del trabajar este tema? Surge a partir de la preponderancia de la imagen y del supuesto boom que tiene la anorexia a partir de la década de los 70 y esto hace que la sociedad le exija a la gente que se dedica al ámbito de la psique tratar de dar una respuesta y como es de esperarse dichas personas le dan una respuesta a este mal a partir de la moda y centrando sus acciones en la autoestima de la persona que padece este mal, así como el intento desesperado para hacer que la persona coma, como si la comida fuera el problema de la anoréxica, tanto así que se crean institutos especializados para el problema de la anorexia. Sin embargo, dentro de la obra de Freud aparecen diversos conceptos que son básicos en el psicoanálisis, tal es el caso de la pulsión y su implicación en la formación de la anorexia; el papel que juega el apuntalamiento en la conformación de la zona erógena y en consecuencia la importancia de la oralidad, lo cual da pauta para introducir una lectura desde el psicoanálisis a la anorexia. El presente trabajo se divide en tres capítulos: 1.- Antecedentes de la anorexia, 2.1 Importancia de la pulsión, 2.2 Apuntalamiento, pulsión sexual, segunda teoría de las pulsiones, 2.3 El goce, el semejante y el objeto, 2.4 La importancia de la insatisfacción del deseo 3.- Casos de anorexia. Se llegó a la conclusión de que la anorexia no es un padecimiento reciente, como muchos pensaban, y que si bien la influencia cultural de la moda de occidente pudo haber influido en algo, no fue un factor determinante para que se centrara los esfuerzos clínicos ahí. (Palabras Clave: Anorexia, Pulsión, Apuntalamiento, Deseo, Psicoanálisis.) III SUMMARY The present thesis must like intention approach a work proposal from a psychoanalytic glance, with the purpose of making an approach and elucidation to the problematic one of the anorexy and of offering within the limitantes that the same anorexy imposes a way of boarding to the problematic one and the effects which it has this state in the subject, considering the subject from a psychoanalytic perspective. How arises the idea from working this subject? It arises from the superiority of the image and of the supposed boom that it has the anorexy as of the decade of the 70 and this causes that the society demands the people to him who dedicate themselves to the scope of psique to try to give an answer and as she is to be expected these people give an answer him to this badly from the fashion and centering his actions in the self-esteem of the person who suffers badly this, as well as the desperate attempt to cause that the person eats as much, as if the food was the problem of the anorexic, so are created institutes specialized for the problem of the anorexy. Nevertheless, within the work of Freud they appear diverse concepts that are basic in the psychoanalysis, so is the case of the instinct and its implication in the formation of the anorexy; the paper that consequently plays the propping in the conformation of the erogenous zone and the importance of the oralidad, which sets standard to introduce a reading from the psychoanalysis to the anorexy. The present work is divided in three chapters: 1. - Antecedent of anorexy, 2,1 Importance of instinct, 2,2 Propping, sexual instinct, second theory of instincts 2,3 the enjoyment, the resemblance and, Object 2,4 the importance of the dissatisfaction of desire 3. - Cases of anorexy. One reached the conclusion that the anorexy is not a recent suffering, as many thought, and that although the cultural influence of the fashion of the West could have influenced in something, were not a determining factor so that it was centered the clinical efforts there. (Key words: Anorexy, Instinct, Propping, Desire, Psychoanalysis.) IV DEDICATORIAS Hablar de una dedicatoria es y será siempre difícil porque hay tantas personas que han hecho o han ayudado a ser al que hoy habla con estas palabras, entre las principales personas se encuentran: Lizett Villarruel Cuenca. Por acompañarme en este recorrido llamado vida, por su inagotable paciencia y amor que me ha brindado siempre. Martha Alicia Velázquez Ortega. Por esa férrea voluntad inquebrantable de nunca darse por vencida. Alfredo Rodríguez Gómez. Por sus constantes sermones, que gracias a ellos se dio este fruto que hoy se entrega. Quetzalcoatl y Cuitlahuac. Por todos esas pequeñas remembranzas que nos unen. Jesús Velázquez. Por enseñarme el verdadero valor del trabajo. Julia Ortega. Por su paciencia y el cariño brindado. Andrés, Mariana, Julia y Lourdes. Por todo eso que vivimos juntos. Licha, Pilar, Silvina. Por todo ese apoyo mostrado en los últimos años que hemos compartido juntos. Francisco Rodríguez García. Por su amistad incondicional. Dr. Carlos Gerardo Galindo Pérez. Por su amistad y Por acompañarme en este arduo recorrido de la tesis. V ÍNDICE INTRODUCCIÓN ................................................................................................. 1 CAPÍTULO I ...................................................................................................... 5 Antecedentes de la Anorexia ........................................................................ 5 1. 1 Greco Latinos .................................................................................... 6 1. 2 Religioso. Las santas ayunadoras de la Edad Media...................... 7 1. 2. 1 ¿Es la misma entidad clínica?............................................... 11 1. 3 Modelo médico del siglo XVII al XX. Primeras descripciones clínicas de la anorexia nerviosa .............................................................. 14 1. 4 Tendencia amplia: La experiencia femenina del ayuno y el ideal de belleza. .................................................................................................... 21 CAPÍTULO II................................................................................................... 25 2.1 La importancia de la pulsión .......................................................... 25 2.2 La importancia que tiene el apuntalamiento dentro del desarrollo de la pulsión sexual y la segunda teoría de las pulsiones ........................... 36 2.3 El goce, el semejante y el objeto ...................................................... 42 2.4 La importancia de la insatisfacción del deseo .................................. 48 CAPÍTULO III .................................................................................................. 60 Casos de Anorexia...................................................................................... 60 CONCLUSIONES............................................................................................... 77 BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................. 81 VI INTRODUCCIÓN Al estar pensando en como introducir el tema que ahora me atañe, es necesario retornar al origen de la palabra misma, de la anorexia, que es lo que da pauta al estudio de un estado, una manera de ser que ha recibido el nombre de: “el mal del nuevo siglo”, mal llamado como se verá en el desarrollo de esta tesis. La cual tiene el propósito de abordar una propuesta de trabajo desde una mirada psicoanalítica, con la finalidad de hacer un acercamiento y esclarecimiento a la problemática de la anorexia y ofrecer, dentro de las limitantes que impone la misma anorexia, una manera de abordaje a la problemática y los efectos que tiene dicho estado en el sujeto, considerando el sujeto desde una perspectiva psicoanalítica. La presente tesis tiene como propósito trabajar sobre el esclarecimiento y un acercamiento desde la mirada del psicoanálisis, a la problemática de la anorexia y tratar de dar una posible solución a la problemática y efectos que tiene dicha enfermedad en el sujeto, tomando en cuenta la idea del sujeto visto desde el psicoanálisis. ¿Cómo surge la idea del trabajar este tema? Surge a partir de la preponderancia de la imagen y del supuesto boom que tiene la anorexia a partir de la década de los 70 y esto hace que la sociedad les exija a la gente que se dedica al ámbito de la psique tratar de dar una respuesta y como es de esperarse dichas personas le dan una respuesta a este mal a partir de la moda y centrando sus acciones en la autoestima de la persona que padece este mal, así como el intento desesperado para hacer que la persona coma, como si la comida fuera el problema de la anoréxica, tanto así que se crean institutos especializados para el problema de la anorexia. Dentro del capitulaje que se pretende abordar será, por una parte, en el primer capitulo, los antecedentes que tiene la anorexia, pasando desde los Greco Latinos, como la definieron y en que se basaron para hacer dicha 1 definición, a su ves se abordara el aspecto histórico religioso que tiene la enfermedad haciendo una breve descripción de lo que se lo conoce como las santas ayunadoras. Más adelante se hará una descripción del modelo médico del siglo XVII al siglo XX se mencionará el porque la demonizan como anorexia nerviosa. Todo lo anterior se relacionara con le experiencia femenina del ayuno y el ideal de belleza. Esto nos servirá para demostrar que la anorexia no es un mal de este siglo, si no que es un mal que tiene mucha historia y que la forma de acercamiento para trabajar la enfermedad debe ser de forma distinta y el modo de hacer la clínica debe ser modificada, porque como se demostrara en el desarrollo de la tesis debemos de darle salida a la pulsión y al deseo, así como también al goce. Pero esto será abordado en el capitulo II ahí se comprenderá la importancia que tiene la pulsión y el papel que juega esta para que se desarrolle la anorexia, así mismo se reafirmará el valor que tiene el apuntalamiento para la pulsión y la zona erógena. También se comprenderá el papel que juega el goce en su relación con el semejante y el objeto y como influyen estos en el acercamiento que propongo para la anorexia. Se resaltara el papel que juega la insatisfacción del deseo para la explicación desde la mirada que propongo, desde el psicoanálisis. En el tercer capitulo se confirmara lo planteado en los capítulos anteriores con una breve exposición de algunos casos. Dentro de la obra de Freud podemos encontrar algunas referencias a la anorexia, leyendo con detenimiento dichas referencias nos podemos dar cuenta de que la anorexia nada tiene que ver con una cuestión de moda, sino que es un mal con mucha historia. El aporte Freudiano para la anorexia lo podemos tomar desde diferentes aristas, una de ellas es la histeria, la cual, consideramos que se debe tomar como un síntoma histérico, aunque se me podría cuestionar el planteamiento freudiano en el que se dice: “no se recurrirá al psicoanálisis cuando sea preciso eliminar con rapidez fenómenos peligrosos, por ejemplo en el caso de una anorexia histérica” (Freud, 2004: II. 30 pág. ) al parecer esto fue algo con lo cual muchos psicoanalistas se dejaron llevar y 2 dieron por sentado que en la anorexia, el psicoanálisis nada tenía que hacer frente a este padecimiento, al parecer no objetaron que la psiquiatría considerara este padecimiento y le diera cabida para su estudio, como un trastorno de alimentación, introduciéndolo en su obra magna de este ámbito de la psique que es el DSMIV-R. Ante este primer acercamiento nos hacemos algunas interrogantes: ¿Será cierto que el psicoanálisis no puede aportar nada nuevo a la anorexia? ¿En la anoréxica el problema es solamente la comida? porque de ser así entonces, si estaría de acuerdo, de que el psicoanálisis nada tiene que aportar a la explicación y abordaje de este padecimiento. Lo que llevaría a considerar la anorexia como un asunto de orden conductual, propiciando que la intervención recaiga en la manera de convencer u obligar a la anoréxica para que vuelva a comer, pero ¿Qué pasaría con la pulsión en el ámbito de la anorexia? ¿Quién daría respuesta a esto, el Psiquiatra, el Conductista, el Medico, el Nutriólogo? Creo que al hablar o introducir la pulsión dentro de la anorexia no nos queda más camino que tratar de dar una respuesta a este padecimiento las personas que estamos más empapadas con la obra Freudiana, porque sino corremos el riesgo de que la clínica acerca de la anorexia corra a cargo del sentido común, este tiene que ver con dar por sentado que se sabe, lo que le sucede al paciente, y no dejar cabida a la sorpresa. Esto nos da la pauta para trabajar diversos conceptos que son básicos en el psicoanálisis, tal es el caso de la pulsión y su implicación en la formación de la anorexia; el papel que juega el apuntalamiento en la conformación de la zona erógena y en consecuencia la importancia de la oralidad, lo cual da pauta para introducir una lectura desde el psicoanálisis a la anorexia. De la misma manera, nos apoyaremos en el concepto de deseo y la manera en que éste se articula con la identificación histérica, para reafirmar la insatisfacción misma del deseo. También abordaremos la importancia que conlleva el placer de órgano y cojo a partir de éste resulta necesario retomar el 3 concepto de goce, así como las implicaciones y desarrollos que propicia en el psicoanálisis, con la finalidad de acceder al estudio de la anorexia. Se verá también el papel que juega la ausencia del padre en los casos que se mencionarán en el tercer capitulo, así como la importancia que trae consigo el concepto de repetición. 4 CAPÍTULO I Antecedentes de la Anorexia Actualmente nos encontramos en un momento donde la imagen predomina en todos los medios de comunicación y esto trae consigo una forma distinta de ver nuestro propio cuerpo. Por ende, se ha llegado a pensar que la anorexia es un mal de la actualidad, me pregunto ¿si fuera un mal actual por qué hay registro de ella desde la época de Hipócrates? Si nos deslizamos ingenuamente en la posición de que la anorexia es una enfermedad de moda, podemos cometer un sin fin de errores al momento de atenderla y describirla. De la década de los ochenta hasta nuestros días ha retomado un auge impresionante la cultura de lo Light, que podíamos pensarlo como un sinónimo de salud o de bienestar, lo Light lo podemos encontrar en las cervezas, refrescos, leches desmartenizadas, panes que asemejan a panales secos y asolados, bicicletas inmóviles, píldoras que sacian, tabacos evanescentes; todo esto queda lejos a la estética inicial, se abre a un antro bioquímico donde la magia se mezcla con el deseo, la ciencia con la estafa, la salud con el patetismo. Como bien lo dice Caparrós en su libro “La anorexia una locura del cuerpo” “la estética también sufriría una y otra vez la prueba del espejo inmisericorde en una nueva versión del cuento de blanca nieves; eres la más gorda, parece decir, y cada día se repite el rito aunque las carnes huyan y los ojos se escondan en las cuencas; donde la costilla asoma alucina grasa, los muslos incapaces de sostener el peso a no ser por el frenesí que los impulsa” (Caparrós, 1997, 17) a continuación empezaré a dar algunos antecedentes sobre la anorexia. A continuación, nos avocaremos al abordaje de los antecedentes de la anorexia desde las siguientes perspectivas: A) Greco latinos B) Religioso C) Medico del siglo XVII-XX. 5 1. 1 Greco Latinos Ya en el Corpus Hipocraticum, conjunto de enseñanzas y tradiciones médicas atribuidas a Hipocrates de Cos, 460-377ac, se recoge; “Los efectos de un régimen debilitante y prolongado son difíciles de reparar, y lo mismo sucede con los de una repleción extrema y continuada”. Hipócrates primero y Galeno después emplean la palabra asitia o inedia para definir la abstinencia alimentaría. Son los griegos quienes utilizan el vocablo anoerktous o asitous, el prefijo negativo es el grado cero de la negación y el verbo es: tocar, tender, ofrecer algo, desear a alguien. No hay mención dentro de esta palabra a la ingesta. Son anoréxicas, por tanto, aquellas personas que no desean, que no tienden. La raíz del vocablo, evidentemente, sobrepasa las consecuencias nutricionales. La patología parece ser más fiel al origen de la palabra "anorexia" que al uso que el tiempo le ha asignado. Anorexia etimológicamente significa hambre de nada. Es decir, que la persona anoréxica tiene hambre como requerimiento puramente fisiológico, pero no desea comer. ¿Sentirá la necesidad de hambre o en verdad desaparece esa sensación? El termino anorexia y su equivalente latino inapetencia no aparece en la obra de Hipócrates. Es galeno quien lo utiliza en un comentario sobre Hipócrates. En Hipócrates no aparece la palabra anorexia en su lugar refiere a la abstinencia de alimentos. “Los que rehúsan el alimento o no lo absorben son llamados por los griegos enorektous o asitous, que significa los que carecen de apetito o evitan el alimento.” (Caparrós, 1997, 21) Aquellos que después de haberlo ingerido muestran disgusto o aversión se denomina apositous. Sólo en los países más desarrollados, comer suficientemente ha sido el privilegio de unos pocos. El sobrepeso era signo de salud, belleza y poder. 6 Quizás por esta razón, en la antigüedad los banquetes, donde se comía y bebía con exageración, tuvieron antes que social un marcado carácter sagrado; durante estos ágapes el vómito era un remedio usual para reiniciar la comilona. Según los escritos antiguos, es posible que el fenómeno de la emaciación, es decir, del adelgazamiento morboso, con anorexia en la mujer y sin causa orgánica aparente, haya sido observado desde el inicio de la medicina. Así, Soranos entre los años 98-138, describe la amenorrea y la anorexia en la mujer. Galeno, en el año 155, describe un cuadro de emaciación en el que la paciente es incapaz de comer. 1. 2 Religioso. Las santas ayunadoras de la Edad Media Hablar de la anorexia en la edad media es comentarla desde una perspectiva religiosa y la relación que hay con el ayuno en aquella época no se le consideraba como algo negativo, sólo en aquellos casos que eran considerados como posesiones demoníacas, las ayunadoras, que no se si en este momento las puedo llamar anoréxicas, argumentaban que dejaban de comer por mandato divino o para tener un contacto con el creador decían que solo dejando de comer podían tener ese contacto especial, se podría cuestionar que podrían tener algún tipo de alucinación pero eso no es lo que esta en juego en este apartado, este apartado se realiza para poder observar si existe alguna relación entre las ayunadoras religiosas y las anoréxicas actuales. ¾ El ayuno. Ayunar parece la antitesis de la ingesta. “En el génesis se lee si comieseis del árbol de la sabiduría seréis como dioses; pero también se podría decir si ayunáis vendrá la comunicación con Dios.” El ayuno se trata como un rito de purificación del espíritu a través del cual las personas tenían un mayor acercamiento a algo divino, recordemos que la conceptualización que se tenía en aquella época acerca del cuerpo es algo 7 relacionado con el pecado por lo anterior surge un dualismo, alimento para el cuerpo y oración para el espíritu. Y si el cuerpo era considerado como algo pecaminoso había que castigarlo y purificarlo a través del alma y del ayuno. En la edad media con la santidad se dejaba de comer ¿A eso se le puede llamar o denominar como anorexia? En la Edad Media el control, la disciplina e incluso la tortura corporal eran considerados medios para acceder a lo divino, tanto para los hombres como para las mujeres. Pero la actitud según la cual el cuerpo facilitaba el acceso a lo sagrado era más característico de las mujeres que de los hombres. Existía una tendencia en las mujeres medievales a somatizar la experiencia religiosa. Tal es así que la incapacidad para comer algo que no fuera la hostia eucarística fue propia de las mujeres durante la mayor parte de la Edad Media; el ayuno era fundamental para el modelo de santidad femenina. La autora Caroline Walker Bynum (1990), estudiosa de las costumbres medievales, sugiere que posiblemente las mujeres tuviesen que recalcar la importancia de la experiencia de Cristo y manifestarla de forma aparente en su carne, porque no tenían oficio clerical ni autorización para hablar. El clero alentaba tal conducta en las mujeres, porque el ascetismo femenino, la devoción eucarística y los trances místicos conducían a las mujeres de forma más rigurosa hacia la supervisión de los directores espirituales, y además, para los hombres, eran un medio de conocer la voluntad de Dios. La experiencia corporal femenina se entendía entonces, como una unión con Dios. Otra de las estudiosas de aquella época como lo es Bynum demuestra que "El cuerpo femenino y la práctica religiosa en la Baja Edad Media" (1990), los cuerpos de las mujeres eran más propensos que los de los hombres a verse expuestos a grandes cambios; estos cambios eran más comunes, o en todo caso comenzaron a narrarse en forma más habitual, a partir del año 1200. Se les otorgaba un significado religioso a estos cambios, cuando aparentemente se asemejaban a algunos episodios de la vida de Cristo o de la 8 misa. Por esta razón, una manera de demostrar fe religiosa muy común entre las jóvenes de la Edad Media consistía en no alimentarse. El ayuno que acostumbraban a practicar las santas se iniciaba como un medio de purificación espiritual y, en algunos casos, el amor de Dios las impulsaba a alimentarse tan sólo de la hostia. Si bien la Iglesia promovía el ayuno, jamás exigió de sus fieles llegar hasta límites extremos. Por el contrario, la Iglesia Católica siempre rechazó esos excesos. En aquella época, para las autoridades eclesiásticas el problema consistía en determinar si la posibilidad de ayunar hasta el límite de poner en riesgo la vida, era obra de Dios o del diablo. Así es como algunas santas ayunadoras fueron acusadas de herejes o de practicar la brujería y debieron afrontar los juicios de la jerarquía eclesiástica masculina. Sólo un pequeño número de las ayunadoras medievales - sostiene el historiador R. Bell (1985)- logró convencer a sus familias y a las autoridades eclesiásticas que su comportamiento extraño estaba inspirado en Dios. Ciertamente esto requería de un enorme carisma; las pocas que lo lograron fueron muy respetadas y fueron objeto de reverencias. La santa se comunicaba directamente con Dios, prescindiendo de los mediadores (entre otros, los sacerdotes) y alcanzaba -a través de sus privaciones- autonomía y autoridad. Ser la sierva de Dios significaba, en definitiva, -afirma Bell- no estar sometida a la autoridad de ningún hombre. Estas mujeres llegaron a tener gran poder y lograron imponerse ante la jerarquía eclesiástica. Según J. J. Brumberg, las crónicas y hagiografías de esa época, particularmente entre los años 1200 y 1500, cuentan numerosas historias de santas que sostenían que eran incapaces de alimentarse. Pero cuando a fines del siglo XIV -sostiene Caroline Walker Bynum- la jerarquía eclesiástica 9 modificó los procedimientos oficiales de canonización y, por lo tanto, el modelo de santidad femenina, el número de mujeres ayunadoras consideradas santas disminuyó notablemente. El historiador Rudolph M. Bell estudió la conducta de las 261 santas oficialmente reconocidas como tales por la Iglesia, que vivieron entre 1200 y la actualidad en Italia. De éstas unas 170 tuvieron conductas de restricción alimentaria. La mayoría de las santas investigadas provenían de los centros urbanos de Italia central, especialmente de Umbría y Toscania. Investigó las condiciones sociales de la aparición y el ocaso de lo que él da a llamar "anorexia santa" (Holy Anorexia) en la Edad Media, y se ocupó de establecer las similitudes y las diferencias con la anorexia nerviosa actual. Entre el siglo XVII y el XVIII científicos de la época comenzaron a interesarse por esta abstinencia hacia la alimentación, tan común entre las mujeres de la Alta Edad Media. La denominaron anorexia mirabilis, que significa pérdida del apetito inspirado milagrosamente. La edad de estas mujeres también las reúne: se trata de jóvenes que hoy llamaríamos adolescentes. Es notable la similitud de algunos de estos rasgos con los de la moderna anorexia nerviosa. Cabe señalar, sin embargo, un cambio en el ideal que mueve a las jóvenes de nuestros días. El eje centrado en lo espiritual se ha trasladado a la búsqueda implacable de la delgadez y el temor al pecado resulta paralelo al temor a engordar, propio de las anoréxicas de hoy. El paralelismo que existía, en la edad media, entre cuerpo-alma alimento-oración es una factor digno a considerar para relacionarlas con nuestras anoréxicas actuales, para el cuerpo era el alimento y para el alma era la oración, siguiendo con este orden de ideas mientras más sufría el cuerpo más cerca se estaba del contacto divino o de la comunicación con dios, esto se relaciona con aquella imagen ideal que dicen querer alcanzar las anoréxicas actuales, que más 10 adelante se vera que el cuerpo es solamente el pretexto para hacer un reclamo hacia las personas que las rodean, pero en este momento el cuerpo le sirve a la santa ayunadora para la comunicación con dios. Tal parece que la enfermedad sigue siendo la misma nada más que con los matices de cada época. Es por eso que afirmo que la anorexia es un mal con mucha historia y no como lo creen las psicologías de la autoayuda. El ayuno que acostumbraban a practicar estas santas de la Edad Media se iniciaba como un medio de purificación espiritual promovido por la Iglesia y, finalmente, terminaba siendo un ayuno excesivo que las santas ya no podían controlar por su voluntad. Del mismo modo, en la actualidad muchas jóvenes deciden restringir la alimentación con el fin de bajar algunos kilos; luego algunas terminan no pudiendo ingerir el más mínimo bocado, presas de un comportamiento que ha dejado de ser voluntario. En 1667, Marthe Taylor, una joven de Debyshire presenta un cuadro de inanición autoprovocado. Es visitada no sólo por médicos, sino también por nobles y clérigos. El cuadro se inicia a los 11 años, cuando presenta una parálisis tras una caída, al poco tiempo se repite la parálisis, esta vez acompañada de melancolía y delirios. De nuevo recuperada presenta una persistente tos que le impide dormir y pasa las noches leyendo las Sagradas Escrituras. Más tarde, Marthe presenta amenorrea, restringe la alimentación y vomita lo poco que come. Según Robins en 1668 y Reynolds en 1669 (citados por Silverman, 1986), la paciente pasó más de un año subsistiendo con bebidas azucaradas. Se dijo que, en ese tiempo, miss Taylor no orinó ni defecó. 1. 2. 1 ¿Es la misma entidad clínica? R. Bell asegura que la clave para comprender tanto los puntos en común como las diferencias entre la anorexia santa y la anorexia nerviosa de nuestros días, está en poder interiorizarnos en el medio sociocultural con el que estas jóvenes mujeres tuvieron que luchar para poder tener el control de sus propias 11 vidas. En ambas instancias la anorexia comienza cuando las jóvenes ayunan persiguiendo una meta altamente valorizada por la sociedad. La espiritualidad, el ayuno y la abnegación para el Cristianismo medieval; la idealización del cuerpo sano, la delgadez y el autocontrol en el siglo XX. Jóvenes inseguras, temerosas, pero que intentan convertirse en campeonas en la carrera hacia la perfección (espiritual / corporal). Al principio, reciben la aprobación de quienes ellas dependen (los padres, las autoridades eclesiásticas, los maestros), lo cual aumenta la autoestima de estas jóvenes y comienzan a tener confianza en ellas mismas. En una etapa posterior, el sentido de sus vidas se va constituyendo alrededor del comportamiento restrictivo hacia la alimentación, escapando al propio control. La anorexia entonces, pasa a ser su identidad. Bell sostiene que existe una continuidad psicológica (más que biomédica) a través de los siglos: la anorexia mirabilis (pérdida del apetito inspirado milagrosamente) de la Edad Media y la anorexia nerviosa actual son estados "análogos psicológicamente". Recordemos además, que este autor utiliza conceptos como identidad o autonomía para explicar tanto las conductas de las santas de la Edad Media, como las de las adolescentes de nuestros días. Establece que el modelo de comportamiento anoréxico no puede ser considerado solamente como un fenómeno intrapsíquico, sino también como respuesta a las estructuras sociales patriarcales en las que estas mujeres se encontraban atrapadas. La tesis de Bell ha sido cuestionada por J. J. Brumberg, quien se opone totalmente a la postura que sostiene que la anorexia mirabilis de la Edad Media y la anorexia nerviosa moderna son una misma enfermedad. Según Brumberg, para comprender realmente esta continuidad del ayuno femenino, no alcanza con buscar síntomas en común (rechazo de la alimentación, amenorrea) o apoyarse sobre construcciones psicológicas diseñadas desde la vida moderna (identidad, autonomía). Brumberg critica la tesis de Bell porque utiliza una teoría psicológica moderna para explicar el ayuno medieval. Con lo cual asegura Brumberg - se estaría sosteniendo que la psicología de las mujeres está fijada en el tiempo: fue la misma en el pasado y es la misma en el 12 presente. Además de suponer conocer con absoluta certeza la etiología de la anorexia. Desde otra postura, Brumberg va a intentar comprender el significado cambiante del rechazo a la comida por parte de las mujeres en determinados sistemas culturales y sociales en diferentes épocas. Enumera una serie de estudios históricos, antropológicos y psicológicos que sugieren que existe una tendencia según la cual las mujeres usan el apetito como una forma de expresión más habitual que los hombres. Va a estudiar el contexto social y cultural en el que las mujeres jóvenes eligen rechazar el alimento y se va a centrar en cómo ellas entienden su propio comportamiento, en lugar de insistir que la anorexia nerviosa es una experiencia psicológica absolutamente consistente a través de la historia. Brumberg sostiene que si bien la anorexia nerviosa es una enfermedad relativamente moderna, implica una continuidad importante en la experiencia femenina de la restricción alimentaria a través del tiempo y del espacio. Esta autora afirma que ciertos sistemas sociales y culturales, en diferentes momentos, promueven el control del apetito en las mujeres, pero por muy diferentes razones y propósitos. Podemos decir que las diferentes maneras en que se presenta el rechazo de la alimentación a través del tiempo se encuentran totalmente teñidas por los factores socioculturales propios de cada época. Por lo anterior me permito decir lo siguiente que desde santa Librada hasta Catalina de Siena se ha observado ciertos aspectos culturales y funcionales semejantes a lo de las anoréxicas de nuestros días; por una parte, la valoración del ayuno, en esos casos como rito de perfeccionamiento moral, señal de un amor desencarnado o alcanzar la imagen ideal de un cristo que perdona y exige, y por otra lo función del ayuno como conducta de evitación de matrimonios de conveniencia, pero no convenientes para dichas mujeres. 13 También por aquella época se realizaron ayunos de mujeres celebres, por ejemplo Sissi y Lord Byron, estos son mencionados por Toro (1996, pp.7981), de aquí se podría destacar la celebridad de los personajes, con el refuerzo que ello supone y el miedo subsiguiente a perder la imagen célebre, la forma de vida tan acomodada que les haría librarse de los quehaceres prácticos y necesidades cotidianas de la vida, lo que supone un exceso de tiempo libre para dedicarse a ellos mismos, el contacto con modelos de vida perfectas sea por santidad o sea por narcisismo, que supondría una exigencia de mantenerse cercanos a dicha perfección, y una forma de existencia teatral, donde el rol se confunde con la persona. Como es el caso de muchas modelos o actrices de cine o televisión. También hay que recordar que la conducta alimentaria experimenta alteraciones en otros trastornos psicopatológicos, como por ejemplo, la depresión, ansiedad, psicosis, y estos podrían ser antecedentes de la anorexia nerviosa en muchos casos, por otra parte no estarían excusadas las santas anoréxicas y las celebridades. 1. 3 Modelo médico del siglo XVII al XX. Primeras descripciones clínicas de la anorexia nerviosa Richard Morton, socio del Real Colegio de Médicos de Inglaterra (1689), publicó el libro Phthisiologia, seu Exercitationes de phthisis, donde se realiza la primera descripción de la anorexia nerviosa con gran precisión (Silverman, 1985). En los años posteriores se describen distintos cuadros anoréxicos y se catalogan como: atrofia nerviosa (Whytt, 1764) o delirio hipocondríaco (Marcé, 1860). Ambos autores son citados por Turón (1997). 14 En 1873, Gull en Londres y Lasègue en París, consideran la histeria como causa del trastorno y la denominan: anorexia histérica (Lasègue) y apepsia histérica (Gull). El cuadro descrito por Gull y Lasègue es muy parecido al que observamos en la actualidad, sin embargo, en los últimos cien años, la interpretación etiopatogénica ha sido bien diferente. Tras un período en el que la mayoría de los autores consideraban las causas de la anorexia de origen nervioso, Simmonds (1914) describe la caquexia hipofisaria y abre paso a las teorías que suponen la anorexia de origen panhipopituitario. Hay que esperar hasta 1938 para que Sheehan demuestre que la anorexia nerviosa es muy diferente a la caquexia hipofisaria, que es de origen isquémico. En el siglo XIX aparece el concepto de anorexia nerviosa, la etimología se considera muy diversa; orgánica, psicogenética, psicológica, familiar y del entorno. No obstante que para la población en general, la anorexia nerviosa es una enfermedad relativamente nueva. En realidad, como entidad clínica la historia de la anorexia nerviosa se remonta a tres siglos atrás. La primera descripción clínica de la anorexia nerviosa es atribuida a Morton en el año de 1694, pasaron 200 años más para que William Gull, en 1874, acuñara el nombre de anorexia nerviosa en forma definitiva. Aparece en la adolescencia. Es recién a partir del siglo XVII que comienza a ser tema de interés en ámbitos académicos y objeto de discusiones científicas, tanto la conceptualización teórica como el tratamiento de lo que actualmente llamamos anorexia nerviosa. En la literatura médica se cita el trabajo Phthisiologia: or a Treatise of Consumptions de Richard Morton publicado en 1694, como la primera descripción clara de la anorexia nerviosa. Morton expone el caso de una joven de 20 años, tratada en el año 1686, que padecía lo que denominó "consunción nerviosa". En este artículo describe cómo su paciente rechazó 15 toda la medicación ofrecida (combinaciones de sales, agua y tónicos) y cómo tres meses más tarde perdió el conocimiento y murió. Este médico del siglo XVII fue el primero en señalar concretamente varios de los síntomas típicos de la anorexia nerviosa. El principal síntoma descrito por Morton fue la disminución del apetito y la consiguiente pérdida de peso que no se acompañaba de los síntomas típicos de la consunción (como ser la fiebre y la tos). Sostenía que todos estos síntomas se debían a "inquietudes y pasiones de la mente". En los siguientes dos siglos aparecieron pocos artículos en la literatura médica sobre personas (la mayoría mujeres jóvenes) que habían perdido mucho peso y se enfermaron aparentemente a causa del rechazo hacia la comida. Como podemos observar, los ayunadores han sido motivo de fascinación y estudio por muchos siglos. Como si no bastarán las explicaciones sobre esta forma tan particular y se requiriera de, cada vez, más conjeturas en la probable intención de justificar y pocas veces de explicar. Sin embargo, encontramos más planteamientos en los dos últimos siglos Hasta que a fines del siglo XIX, la anorexia nerviosa es foco de intensa atención médica. Sir William Gull en Londres en 1874 y Charles Lasègue en París en 1873 publicaron en forma independiente un número de casos de rechazo hacia la alimentación que claramente se reconocen como las primeras descripciones clínicas (de una manera sistematizada) de la anorexia nerviosa. Si bien los autores han enfatizado diferentes aspectos de la enfermedad, podemos afirmar que los rasgos centrales descriptos aún se mantienen. Se le atribuye al siglo XX el reconocimiento específico, la verdadera individualización de la anorexia nerviosa. Es en el año 1868 cuando Gull describe una enfermedad extraña que parecía afectar a mujeres jóvenes que rechazaban el alimento hasta estar extremadamente delgadas. En un primer momento la denominó "apepsia histérica", para finalmente llamarla "anorexia nerviosa". Gull publicó en el año 1874 en Transactions of the Clinical Society of London un artículo cuyo título era "Anorexia Nerviosa (Apepsia Histérica, Anorexia Histérica)". Estaba 16 convencido que "anorexia"(pérdida del apetito) era un término más apropiado que "apepsia" (indigestión) porque el alimento que se había ingerido, excepto en períodos avanzados de la enfermedad, había sido bien digerido. Gull fue quien utilizó por primera vez el término anorexia nerviosa con la intención de diferenciarla de la tuberculosis. Finalmente Gull rechazó denominarla "anorexia histérica " debido a su derivación del griego hysteros, que significa útero. Prefirió utilizar un término más general: "nerviosa", porque consideraba que aquello que estaba implicado en la enfermedad era el sistema nervioso central y no el útero. Además de esta manera dejaba abierta la posibilidad de pensar que esta enfermedad pudiera existir también en los hombres. Escribe Gull: "Las personas que padecen esta enfermedad son en la mayoría del sexo femenino, y principalmente entre los 16 y 23 años de edad" y agrega "pero ocasionalmente la he observado en hombres de la misma edad". Gull jamás volvió a escribir sobre hombres con anorexia nerviosa, ni tampoco lo hizo ningún especialista durante el siglo XIX. Gull atribuye la pérdida del apetito sostenida por el paciente a un estado mental mórbido y no a una enfermedad gástrica de ningún tipo. Como terapia, Gull era insistente en señalar que tanto las medicinas como los tónicos no eran de ninguna utilidad; en cambio, lo más importante era el cuidado y la comida. Desde su punto de vista, los pacientes anoréxicos requerían una dieta nutritiva de leche, crema, sopa, huevos, pescado y pollo que debía ser suministrada en intervalos de dos horas por una enfermera entrenada, si esto era posible. Además de sugerir el uso de ropa abrigada, descanso y una bolsa de agua caliente para ayudar los problemas digestivos que acompañan a las emaciaciones severas, Gull sugería como esencial para la recuperación tanto el control moral del paciente como un cambio en las relaciones domésticas. En su opinión, la mejor forma de conseguir la autoridad moral que la recuperación requiere es separar al paciente de su hogar. 17 Las descripciones clínicas de Gull y de Lasègue difieren enormemente en el énfasis. El artículo de Gull es principalmente médico, se centra en cómo el médico termina por concluir que se trata de una "inanición simple" y no una enfermedad orgánica. En cambio, el texto de Lasègue tiene un matiz más psicológico, señala los estados mentales por los que el paciente y la familia pasan durante el curso de la enfermedad. Por otro lado, Gull sostiene la posibilidad de un final fatal en la enfermedad; contrariamente, Lasègue afirma que nunca ha visto que una anorexia terminara en la muerte. Lasègue trató a la anorexia nerviosa como una forma de histeria con focalización gástrica. Su artículo que tituló "anorexia histérica" está basado en ocho casos de mujeres entre 18 y 32 años, y no menciona casos de hombres. Así como Gull se centró estrictamente en los aspectos médicos que hacen al diagnóstico diferencial, Lasègue nos interioriza en el mundo privado de las familias burguesas de París del siglo XIX y las relaciones con sus hijas. Las jóvenes que rechazaban alimentarse tenían el poder de desestructurar a sus familias. Una joven que rehúsa la comida que le da su familia se convierte en el centro de atención, sostiene Lasègue. Su apetito, su dieta, y su cuerpo pasan a ser la preocupación central de la familia. Fue el primer médico del siglo XIX que sugiere que el rechazo a la comida constituye la expresión de un conflicto intrafamiliar relacionado con el crecimiento de la joven. Lasègue sostiene que la anorexia histérica comienza como el resultado de algún conflicto emocional (probablemente ligado con la familia), que la paciente o bien confiesa, o bien disimula. En efecto, relaciona el comienzo de la anorexia nerviosa con una extensa serie de frustraciones que podríamos vincular con la transición a la adultez. En las revistas médicas posteriores a 1873 se encuentran artículos y cartas que relatan casos de anorexia nerviosa tratados tanto en la práctica privada como en los hospitales. Se corroboran los síntomas físicos descriptos por William Gull. Los médicos acuerdan casi en forma unánime sobre las 18 características clínicas de la enfermedad: además de la pérdida del apetito y de la emaciación, los criterios clínicos más importantes son la amenorrea, la baja temperatura corporal y la hiperactividad. Sin perder de vista que en aquella época también se veía a la anorexia como una enfermedad que se daba dentro de la transición a la adultez, los problemas que trae consigo, para un adolescente, pasar por todos esos miedos temores y angustias de ser una persona adulta en todo el sentido de la palabra, creo que es ahí donde se puede encontrar el origen, sentido y posible tratamiento de la anorexia. Gran parte de la literatura publicada se centraba en el tratamiento del síntoma primario (la restricción alimentaria), se describen distintos métodos para obligar a alguien a comer contra su voluntad. La explicación sostenida por la mayoría se basaba en la idea de que el paciente rechazaba la comida con el propósito de atraer la atención. En los años que siguieron se escribió mucho acerca de la anorexia, pero se la entendió poco. En el siglo XX, entre los años 1914 y 1937 se la consideró erróneamente como una enfermedad exclusivamente endocrina (enfermedad de Simmonds). En 1914, Morris Simmonds, patólogo alemán de la Universidad de Hamburgo, publicó una descripción clínica sobre una paciente caquéctica, a quien al hacerle la autopsia descubrió la destrucción del lóbulo anterior de la pituitaria. Los signos clínicos, principalmente la delgadez, son atribuidos a un déficit global de la hipófisis. Durante los siguientes treinta años reinó la confusión entre la diferenciación clínica de la enfermedad de Simmonds -una insuficiencia pituitaria relativamente rara- y la anorexia nerviosa. Finalmente, en 1942 un estudio revela que la mayoría de los casos diagnosticados como enfermedad de Simmonds se trataban en realidad de casos de anorexia nerviosa. Se concluye entonces que la enfermedad de Simmonds y la anorexia nerviosa son dos entidades clínicas diferentes. Actualmente los tratamientos centrados en el aislamiento o exclusivamente en la remisión del síntoma (recuperación del peso) son rechazados por los especialistas, pero en algunos casos siguen presentes, 19 quizás como fantasmas, en la práctica clínica de todos los días. La complejidad clínica con que se presenta la anorexia nerviosa es, más allá de toda duda, universalmente reconocida. Tanto es así que, por encima de las divergencias teóricas y terapéuticas, la constitución de un enfoque interdisciplinario resulta omnipresente, tanto en los discursos como en la práctica clínica. Desde los años sesenta, y sobre todo desde los setenta, se han multiplicado los trabajos sobre la anorexia, lo que demuestra un notable interés de los investigadores sobre el tema y las líneas terapéuticas se han diversificado. Así, Hilde Bruch (1973; citado por Turón, 1997) destaca la importancia de los trastornos de la imagen corporal y las dificultades de interpretación de los estímulos metabólicos. Russell (1977) intentó simplificar y concertar las tendencias más biologistas, que ponían énfasis en el papel del hipotálamo en la génesis de la enfermedad, con las psicológicas y sociológicas. A partir de estos trabajos autores como Garfinkel y Garner (1982), entre otros, consideran la anorexia nerviosa como un trastorno diferenciado de patogénesis compleja, con manifestaciones clínicas que son el resultado de múltiples factores predisponentes y desencadenantes. Anorexia quiere decir literalmente falta de apetito, y es un término habitual para designar un síntoma que aparece en muchos otros trastornos y enfermedades, como la depresión o la gripe (Perpiñá, 1995). Cuando hablamos de anorexia nerviosa nos encontramos en un caso en el que la persona, lejos de carecer de apetito, se comporta como un "organismo hambriento" (Bruch, 1973); no come pero no deja de pensar en cuáles son los alimentos idóneos que debe ingerir para no estar gorda. La anorexia nerviosa se caracteriza por el rechazo a mantener el peso corporal en los valores mínimos normales, un miedo intenso a convertirse en obeso y una alteración de la imagen corporal. 20 1. 4 Tendencia amplia: La experiencia femenina del ayuno y el ideal de belleza. Si bien podría considerarse la anorexia como una enfermedad relativamente nueva, el ayuno femenino no es exclusivo de la época actual. Posiblemente la enfermedad conocida hoy como anorexia nerviosa implique una continuidad en la experiencia femenina del ayuno a través del tiempo y del espacio. El criterio central del "terror a engordar" no aparece en estos antecedentes, su estudio echa una luz por demás importante para tratar de entender esta patología más allá de la manera en que hoy se nos presenta. Según la historiadora J. J. Brumberg (1988), en la historia de la civilización occidental ha habido por lo menos dos períodos en los que el rechazo de la alimentación y el control del apetito han sido aspectos notables de la experiencia femenina: en el catolicismo entre los siglos XIII y XVI, y actualmente en la era postindustrial. En la primera época, el control del apetito estaba ligado a la piedad y a la creencia; por medio del ayuno, se luchaba por la perfección ante los ojos de Dios. En cambio, la anoréxica moderna lucha por la perfección en términos de un ideal de belleza impuesto por la sociedad; en definitiva, un ideal físico diferente del ideal espiritual propio de las santas ayunadoras de la Edad Media. Diferentes sociedades han tenido distintos conceptos acerca del ideal de belleza femenino. Según P. Perrot (1983), el ideal femenino ha cambiado de un siglo a otro, siendo el único factor invariable la imposición a las mujeres de esfuerzos y obligaciones, que en ocasiones suponían una verdadera lucha contra la naturaleza para conseguir aproximarse al ideal estético de su tiempo. Tomaremos algunos ejemplos en los que se observa claramente cómo las presiones socioculturales hacia la apariencia física han jugado un rol en la facilitación de serias discapacidades o enfermedades. 21 En China prerrevolucionaria existía la costumbre milenaria que requería que las jóvenes que provenían de familias de clase alta sean deformadas físicamente con el fin de conseguir el empequeñecimiento del pie. El pie pequeño representaba el ideal estético femenino en esos tiempos. Para lograrlo vendaban el pie de la joven, lo cual limitaba severamente su movilidad, de esta manera estaban sujetas a tener una vida poco activa. Una mujer con el pie vendado era un símbolo de status para el marido, ya que mostraba que él era un hombre rico y por lo tanto su mujer no precisaba trabajar. El vendaje de los pies dejó de usarse recién en los comienzos del siglo XX. La deformación del cráneo es otro ejemplo de alteraciones de la apariencia física socialmente prescritas. Según el sociólogo Bryan S. Turner (1984), la costumbre de ponerse el corset para conseguir una "cintura de avispa" dominó la moda británica de la década de 1830 a 1890. El cuerpo no constreñido llegó a ser observado en este período como símbolo de abandono; el cuerpo flojo reflejaba una conducta floja. Al mismo tiempo, el corset constituía un emblema de la clase ociosa, ya que a una mujer con corset no le era posible realizar trabajos manuales. El corset estaba hecho con soportes de acero y, por lo tanto, además de ser muy incómodo, interfería en la digestión y causaba daño en el cuello del útero, volviendo dolorosa la relación sexual. A veces la presión que ejercía provocaba amenorrea, también afectaba a la gestación y al parto y eran comunes los abortos y los daños fetales entre las mujeres que lo portaban. Aun cuando se reconocieron todos estos daños, se lo continuó usando porque se lo asociaba con la belleza y la pureza. El corset -sostiene Bryan Turner- constituye, al mismo tiempo, una afirmación de belleza femenina y una negación de la sexualidad de las mujeres. Actualmente en las sociedades occidentales el ideal de belleza femenino se caracteriza por la delgadez. La idealización de la delgadez y el énfasis puesto en el control del peso han sido parte importante de la cultura occidental desde principios del siglo XX, pero es después de la segunda guerra mundial y 22 particularmente desde 1960, que las dietas y la delgadez llegaron a convertirse en una obsesión. Algunas teorías argumentan que mientras el ser gordo fue alguna vez un signo de abundancia, que indicaba que la persona había tenido mucho para comer, por el contrario en la actualidad en las sociedades occidentales, la delgadez se ha convertido en un símbolo de status. Aquello que en la actualidad llamamos sobrepeso, en los siglos XVII y XVIII era considerado un índice de belleza y salud; un cuerpo gordo era aceptado por la mayoría. Las mujeres voluminosas, "de opulencia anatómica, de contornos rebosantes y de grasa triunfante" eran muy admiradas, según P. Perrot (1983) porque parecían más fuertes y saludables. Si bien no podemos admitir una continuidad absoluta a través del tiempo, resultan notables las semejanzas que estos antecedentes presentan con la anorexia nerviosa actual. Estudiar tales antecedentes, como así también los factores socioculturales que, en cada época, incidieron en la aparición de ayunos femeninos, parece ser entonces una clave más para aproximarse a la comprensión de esta enfermedad. Haciendo una remembranza de lo que vimos en este capitulo, se abordo desde una perspectiva histórica, donde se hacen las descripciones de la enfermedad que ha tenido desde los tiempos de Hipócrates de Cos y Galeno, pasando por lo que se considero como las santas anoréxicas y su relación que guardan con el desarrollo de la enfermedad actualmente, así como también se retomo lo que se podría llamar como el inicio de la descripción psiquiatrica de la enfermedad. Esto nos da la pauta para identificar que hay ciertas rupturas en la descripción y el tratamiento de la enfermedad mientras por un lado pasa de ser asitia asitous para Hipócrates a ser considerada como anorexia mirabilis en la edad media, esto haciendo referencia a la perdida del apetito inspirado milagrosamente, a la descripción que hace Richard Morton , Gull, Lasègue, siendo el primero, Morton, en utilizar el termino anorexia nerviosa, y los otros dos el termino de anorexia histérica. Todo lo anterior con el fin de sustentar 23 que la anorexia no es un mal exclusivo de este siglo, sino que es una mal con mucha historia, que a través de esa historia se han venido dando posibles tratamiento para dicha enfermedad cada uno con sus diferentes matices dependiendo de la época. Surgen a principios del siglo XX las hipótesis psicológicas, protagonizadas por el movimiento psicoanalítico, por las que según Freud, la anorexia se debía a una forma de neurosis relacionada con la pérdida de la libido, manifestándose a través de una conversión histérica. A partir de aquí centrare mi trabajo en ver que aportaciones puede tener el psicoanálisis en esta enfermedad que como se acaba de demostrar no es un mal actual sino un mal con una historia muy larga. 24 CAPÍTULO II 2.1 La importancia de la pulsión Dentro de la obra de Freud podemos encontrar algunas referencias a la anorexia, leyendo con detenimiento dichas referencias nos podemos dar cuenta de que la anorexia nada tiene que ver con una cuestión de moda, en el capítulo anterior se demuestra que la anorexia es un mal con mucha historia. El aporte Freudiano para la anorexia lo podemos tomar desde diferentes aristas, una de ellas es la histeria consideramos que se debe tomar como un síntoma histérico, aunque se me podría cuestionar el planteamiento freudiano, que dice: “no se recurrirá al psicoanálisis cuando sea preciso eliminar con rapidez fenómenos peligrosos, por ejemplo en el caso de una anorexia histérica” (Freud, 2004: II. 30) al parecer esto fue algo con lo cual muchos psicoanalistas se dejaron llevar y dieron por sentado que en la anorexia, el psicoanálisis nada tenía que hacer frente a este padecimiento, al parecer no objetaron que la psiquiatría considerara este padecimiento y le diera cabida para su estudio, como un trastorno de alimentación, introduciéndolo en su obra magna de este ámbito de la psique que es el DSMIV-R. Ante este primer acercamiento nos hacemos algunas interrogantes: ¿Será cierto que el psicoanálisis no puede aportar nada nuevo a la anorexia? ¿En la anoréxica el problema es solamente la comida? porque de ser así entonces, si estaría de acuerdo, de que el psicoanálisis nada tiene que aportar a la explicación y abordaje de este padecimiento. Lo que llevaría a considerar la anorexia como un asunto de orden conductual, propiciando que la intervención recaiga en la manera de convencer u obligar a la anoréxica para que vuelva a comer, pero ¿Qué pasaría con la pulsión en el ámbito de la anorexia? ¿Qué respuesta daría a esto, el Psiquiatra, el Conductista, el Médico, el Nutriólogo? Creo que al hablar o introducir la pulsión dentro de la anorexia no nos queda más camino que tratar de dar una respuesta a este 25 padecimiento las personas que estamos más empapadas con la obra Freudiana, porque sino corremos el riesgo de que la clínica acerca de la anorexia corra a cargo del sentido común, este tiene que ver con dar por sentado que se sabe, lo que le sucede al paciente, y no dejar cabida a la sorpresa. Para introducirnos al planteamiento psicoanalítico comenzaremos por la búsqueda de los planteamientos que nos posibiliten abordar la importancia que tiene la pulsión y la manera en que se articula a la explicación de la anorexia. Comenzaré con el abordaje de la pulsión y la relación que se establece con la anorexia en la obra freudiana. Para dar paso al estudio de la pulsión, es importante retomarla desde la noción de estímulo. En la obra de Freud podemos encontrar una referencia a esta noción en “Tres ensayos de teoría sexual” (1905) obra en la cual indica una de las procedencias del estímulo, el cual puede ser externo, dicho estímulo “es producido por excitaciones singulares provenientes de fuera.” En principio pareciera que el estímulo proviene del mundo externo, pero sabemos que respecto al funcionamiento del aparato psíquico, el estímulo proviene del interior del cuerpo. En “Pulsiones y sus destinos” (1914), nos dice que existe una particular relación entre el psiquismo y el estímulo, ya que el estímulo no sólo proviene del mundo exterior, sino del interior del propio organismo, a esto se le va a dar el nombre de necesidad, dicha necesidad es cancelada solamente a partir de la satisfacción, esta solo puede alcanzarse mediante una modificación, apropiada a la meta de la fuente que origina el estimulo” (Freud, 2004: XIV. 114) Esto nos da pauta a pensar que el estimulo puede llegar a ser un representante de lo psíquico. Con lo mencionado en estas líneas se modifica en gran medida la relación entre estimulo y pulsión, para lo cual se hace necesario marcar la diferencia entre estos dos conceptos, en el mismo artículo. Freud nos marca una distinción entre “estímulo; fuerza que opera de un solo golpe y una pulsión; que siempre actúa como una fuerza constante” (Freud, 2004: XIV 110). A partir de lo cual, podemos pensar que el estímulo se hace presente a partir de ciertos 26 procesos instintivos, dependiendo la posibilidad de satisfacción de un objeto real, específico y adecuado. Proceso que deja una consecuencia: el placer. Situación que da cabida a los cauces de la pulsión en el psiquismo. No olvidemos el señalamiento de Freud, cuando considera “La pulsión como un representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma como una medida de la exigencia de trabajo que es impuesta a lo anímico a consecuencia de su trabazón con lo corporal”(Freud, 2004:XIV . 117). La pulsión no es ajena a su conformación. No son los estímulos que vienen del exterior sino aquellos que dan la pauta para la aparición de zonas erógenas en la relación que se establece con un “otro”. Aquellos que en su trayecto no sólo modifican las sensaciones del cuerpo sino también lo psíquico. En este contexto, podemos recuperar lo dicho por Freud: “por pulsión podemos entender al comienzo nada más que la agencia representante (Repräsentanz) psíquica de una fuente de estímulos intrasomática en continuo fluir; ello a diferencia del estimulo, que es producido por excitaciones singulares provenientes de fuera. Así, pulsión es uno de los conceptos del deslinde de lo anímico respecto de lo corporal. Podemos decir que la pulsión se encuentra en lo anímico y el estimulo lo encontramos fuera” (Freud, 2004: VII. 153). Con lo mencionado en estas líneas podemos corroborar lo que Freud plantea en “Pulsiones y destinos de pulsión”; “La pulsión tiene una característica es un concepto fronterizo entre lo psíquico y lo físico” (Freud, 2004: XIV. 109). Esto nos da pauta a decir que la pulsión se juega entre el cuerpo y lo psíquico, y que su empuje afecta a ambos. Sin embargo, es conveniente avanzar un poco más sobre la pulsión y la manera en que la aborda el psicoanálisis, para esclarecer el papel que ésta juega con la anorexia. Si decimos que la pulsión tiene como característica ser un concepto fronterizo entre lo psíquico y lo orgánico podemos entender de mejor manera, que la boca no es nada más un lugar por donde pasa el alimento, sino que se juega algo del orden de lo erógeno en esa cavidad, y así poder justificar porque 27 se piensa que el problema de anorexia no gira entorno al alimento sino que hay algo más en juego que tiene que ver con el desarrollo de las pulsiones, pero esto será visto a mayor profundidad en el siguiente apartado del trabajo que tiene que ver con el apuntalamiento. Hay que recordar que la pulsión como afirma Freud “no actúa como una fuerza de choque momentánea, sino como una fuerza constante” (Freud, 2004: XIV. 110) esto nos da pauta a pensar que la pulsión vista como una fuerza constante se va a relacionar con lo que va a ser la repetición, no como algo que ya pasó y que se sabe cual es el resultado, sino que es vista como algo que trae consigo un aspecto nuevo e interesante para descubrir. La pulsión está compuesta por cuatro componentes: esfuerzo, meta objeto y fuente de la pulsión. Se entiende por Esfuerzo (Drang) de una pulsión “su factor motor, la suma de fuerza o la medida de la exigencia de trabajo que ella representa. Toda pulsión es un fragmento de actividad” (Freud, 2004: XIV. 117). Esto me permite decir que el cuerpo puede ser visto como un productor de cantidades de excitaciones que trastornan sin cesar el aparato psíquico. Se entiende por Meta (Ziel) de una pulsión “En todos los casos la satisfacción que solo se puede alcanzar cancelando el estado de estimulación en la fuente de la pulsión” (Freud, 2004: XIV. 118). Para esto va a ser necesario el objeto ya que sin este no se puede llegar a cancelar ese estado de tensión que priva en la misma fuente pulsional. Se considera por Objeto (Objekt) de la pulsión “aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta. Es lo más variable en la pulsión; no esta enlazado originalmente con ella, sino que se le coordina solo a consecuencia de su aptitud para posibilitar la satisfacción. No necesariamente es un objeto ajeno también puede ser parte del propio cuerpo” (Freud, 2004: XIV. 118). En el entendido de que el objeto de la pulsión, corresponde a la representación que tenemos del objeto no al objeto de la realidad, lo que caracteriza al objeto 28 pulsional es la falta de enlace en su origen con la pulsión, porque desde el inicio lo que existe es la carencia de un objeto específico adecuado. Se concibe como Fuente (Quelle) de la pulsión “aquel proceso somático, interior a un órgano o a una parte del cuerpo cuyo estimulo es representado en la vida anímica por la pulsión” (Freud, 2004: XIV. 118). La pulsión es un representante en la vida anímica de una parte del cuerpo, podría pensarse de una parte que es tocada por la erotización, y pasa a ser una zona erógena que va a ser satisfecha por una pulsión parcial. Si simplificamos tal descripción de la pulsión, podríamos pensar que el problema de la anorexia se puede manifestar de la siguiente forma; que el esfuerzo dentro de la anoréxica es el peso de esta ante la bascula, la perdida del peso sería entonces la meta de esta, y el objeto sería la comida, recordando que el objeto es lo más variable dentro de la pulsión, y la fuente de la anoréxica sería su propio cuerpo. Pero bien sabemos que en el contexto psicoanalítico las cosas no son así, tal vez en una cotidiana revista de entretenimiento encontraríamos algo similar. Debemos partir de la idea de que en la anorexia las cosas no están claras, por lo tanto podemos encontrar desde concepciones serias hasta las más disparatadas. Pero regresando a la idea inicial acerca de la pulsión, Freud propone dos tipos diferentes de ellas, con lo cual me parece pertinente hacer un alto aquí para aclarar este punto que nos va a catapultar para decir y afirmar ahora si con justa razón que el problema de la anorexia no gira entorno a la comida. Gira entrono a la pulsión oral, para sustentar lo que estoy diciendo comenzaré por explicar que se entiende por pulsión sexual (parcial). La primera referencia a la pulsión parcial aparece en el texto de tres ensayos de teoría sexual, de lo cual, Freud dice lo siguiente: “La pulsión sexual es al comienzo independiente de su objeto y tampoco debe su génesis a los encantos de este” (Freud, 2004: VII. 134). En esta cita queda claro que la pulsión es independiente del objeto, que dicho objeto puede ser psíquico o corporal, y que también se puede encontrar fuera del cuerpo propio. 29 Bien es sabido, que en muchas anoréxicas el problema estriba no en todo el cuerpo sino en una parte de su cuerpo, idea distinta a pensar que las cosas le vienen de fuera, y que nos acerca a la importancia que la pulsión tiene en el ordenamiento del cuerpo. En el entendido de una pulsión parcial, no como algo total. Otra referencia hacia este tipo de pulsión es la siguiente “La pulsión sexual tiene que luchar contra ciertos poderes anímicos en calidad de resistencias; entre ellos, se destacan de la manera más nítida la vergüenza y el asco moral. Siendo estos dos últimos las resistencias contra la pulsión sexual” (Freud, 2004: VII. 147). ¿Qué hay en la pulsión sexual que necesita de estos dos tipos de resistencia? ¿Hacia donde nos esta llevando Freud al introducir esto? Desde mi personal punto de vista, creo que esto nos lleva a decir que Freud esta en el proceso de plantear dos tipos de pulsiones, las de autoconservación y las yoicas, ó las pulsiones de vida y pulsiones de muerte. Sin embargo, no hay que descuidar que desde este punto de vista, en gran medida, todo parte de la pulsión sexual, lo que nos da pauta, también, para hablar del apuntalamiento, tanto en la vertiente del padre protector como el de la madre nutricia, a la forma en que la pulsión recurre a una vía que le permita fincar la zona erógena sobre la función de conservación, lo que trae, en una de sus consecuencias, el surgimiento de la oralidad, que va a ser un factor importante dentro del desarrollo de la anorexia. “Las pulsiones sexuales se apuntalan al principio en la satisfacción de las pulsiones yoicas, y sólo más tarde se independizan de ellas; ahora bien, ese apuntalamiento sigue mostrándose en el hecho de que las personas encargadas de la nutrición, el cuidado y la protección del niño devienen los primeros objetos sexuales; son, sobre todo, la madre o su sustituto. Junto a este tipo y a esta fuente de la elección de objeto, que puede llamarse el tipo de apuntalamiento.” (Freud, 2004: XIV. 84) Nos interesa el proceso de apuntalamiento con el padre protector y la madre nutricia. En este proceso se muestra que es necesario algo del orden biológico, como es la satisfacción del hambre, y esto da pauta a poder tomar 30 como objeto de satisfacción de la pulsión al pecho de la madre que cumple esa función, quiero aclarar que no solo puede ser la madre, sino cualquier semejante que cumpla con dicha función biológica. Respecto a la pulsión sexual, Freud nos llega a decir, que hasta antes de la pubertad es autoerótica, esto quiere decir que se satisface a través del propio cuerpo, siendo uno de sus destinos la sublimación después de la pubertad “Sublimación, desviación de las fuerzas pulsionales sexuales de sus metas, y su orientación hacia metas nuevas” (Freud, 2004: VII 161). Después de la pubertad, gracias a esa sublimación, la pulsión sexual sufre un giro, se podría pensar que la satisfacción de está va ha estar fuera del cuerpo. Siguiendo la referencia de la pubertad y las consecuencias de ella sobre la pulsión sexual, nos menciona que después de aquella etapa de la pulsión sexual halla un objeto (objeto sexual). Lo cual llama la atención respecto a la anorexia que algo sucede con el objeto (real), en el orden de la realidad como en el de la oralidad. Al respecto encuentro en Freud algo que nos puede auxiliar. En sus tres ensayos de teoría sexual, señala: “Oral o canibalica la actividad sexual no se ha separado todavía de la nutrición, ni se han diferenciado opuestos dentro de ella. El objeto de una actividad es también el de la otra; la meta sexual consiste en la incorporación del objeto” (Freud, 2004: VII. 180). La anoréxica no encuentra ese objeto, podemos decir, en todo caso, que hay una fijación oral y que al no introducir nada del mundo exterior se queda con lo que encontró del objeto gracias a la pulsión sexual. Considerando, entonces que, el problema de la anorexia no gira entorno a la comida, sino entorno al objeto y a la meta sexual que de este deviene. Respecto a la existencia de un objeto fuera del cuerpo propio, Freud plantea lo siguiente: “Cuando la satisfacción sexual estaba todavía conectada con la nutrición, la pulsión sexual tenía un objeto fuera del propio cuerpo al pecho materno. Después la pulsión sexual pasa a ser regularmente autoerótica y sólo luego superado el periodo de latencia se restablece la relación originaria” (Freud, 2004: VII. 202). Algo pasa con esa función nutricia eso esta ligado a lo que se plantea en el artículo de introducción al narcisismo mismo que se retomará un poco más adelante. 31 Acerca de las pulsiones de conservación y las yoicas, en su artículo “Introducción del narcisismo” (1914), Freud plantea lo siguiente: “Las pulsiones autoeróticas son iniciales, primordiales; por tanto, algo tiene que agregarse al autoerotismo” (Freud, 2004: XIV. 74). Más adelante en este mismo artículo, continua con lo siguiente “El supuesto de una separación originaria entre unas pulsiones sexuales y otras, yoicas. Viene avalado por muchas cosas, y no sólo por su utilidad para el análisis de las neurosis de transferencia”. (Freud, 2004: XIV. 75) Esto me da pauta a decir que en este juego de las pulsiones, está en juego un posible origen de la anorexia, lo anterior lo digo porque hay algo en juego que tiene que ver con el apuntalamiento de la pulsión yoica en la pulsión de autoconservación, como más adelante se profundizara en lo dicho en estos párrafos, que va más halla de lo que se plantea del orden del sentido común, cuando hablo del sentido común, me refiero al supuesto conocimiento que se tiene de la enfermedad por parte de la sociedad, que cae en un manejo indiscriminado de posibles orígenes de la anorexia y esto nos lleva a que la misma sociedad reclama una cura de la misma a través de una receta de cocina, lo cual nos pone en riesgo a que cualquier persona opine sobre el tema y que lo que diga sea tomado como conocimiento, aquí aparece un supuesto saber de muchas personas, que creen haber encontrado la solución al problema, y además se atreven a producir libros o artículos de revistas donde plantean su supuesta solución al llamado mal del nuevo siglo, cada vez que escucho o leo algo sobre esto me doy cuenta de que el psicoanálisis tiene que hacer algo para que no se sigan cometiendo esos grandes errores en la clínica, de acuerdo a mí experiencia esta enfermedad debe ser tratada desde diversos especialistas, que dentro de ellos deben de estar un médico, un nutriólogo y alguien que deje correr el discurso que trae la anoréxica consigo, debe de ser una persona relacionada con el psicoanálisis, porque al introducir la pulsión se ponen en juego otras cosas que la simple necesidad de comer. Retornando al problema de los tipos de pulsión, sus características y diferencias que Freud plantea en su obra, es importante recuperar lo indicado en Introducción del Narcisismo, donde plantea que las primeras satisfacciones sexuales son autoeróticas y que están totalmente relacionadas con la 32 autoconservación, Las primeras satisfacciones sexuales autoeróticas son vivenciadas a remolque de funciones vitales que sirven a la autoconservación. En este sentido, las pulsiones sexuales se apuntalan en un inicio, sobre la base de la satisfacción de las pulsiones yoicas, y sólo más tarde se independizan de ellas; ahora bien, ese apuntalamiento sigue mostrándose en el hecho de que las personas encargadas de la nutrición, el cuidado y la protección del niño devienen los primeros objetos sexuales; son, sobre todo, la madre o su sustituto. Junto a este tipo y a esta fuente de la elección de objeto, esto tiende a tener importancia en la relación que va a tener la anoréxica con quien cumpla esa función. Quiero resaltar la importancia del modelo de apuntalamiento, como una forma de acercamiento a la explicación de la anorexia desde el psicoanálisis, en ella es de suma importancia el papel que juega la madre nutricia. En este momento no desarrollaremos ampliamente el apuntalamiento, puesto que este va a ser desarrollada a profundidad en el siguiente apartado, aquí solo se hace referencia al porque es importante mencionarlo, ¿Qué pasa con ese apuntalamiento que se da gracias a un factor de alimentación? Freud es muy claro en este sentido, tiene que ver con la autoconservación y solamente nos da dos salidas a esto del apuntalamiento “se ama según el tipo de apuntalamiento; a la madre nutricia o al padre protector” (Freud, 2004: XIV. 87). La teoría pulsional tuvo su desarrollo y transformación, sucitando lo mismo en los planteamientos que dependían de ella: A partir del artículo “Más allá del principio de placer” (1920), Freud continúa el desarrollo de sus planteamientos y traza los lineamientos de una segunda teoría pulsional. “Las pulsiones sexuales o Eros es con mucho la más llamativa, la más notable, por lo cual es más fácil anoticiarse de ella. No solo comprende la pulsión sexual no inhibida, genuina y las mociones pulsionales sublimadas y de meta inhibida, derivadas de aquella, sino también la pulsión de autoconservación, que nos es forzoso atribuir al Yo y que al comienzo del trabajo analítico habíamos contrapuesto, con buenas razones, a las pulsiones sexuales de objeto” ( Freud, 2004: XIX. 41) 33 Aquí nos podemos dar cuenta de que Freud empieza a reconocer que sin la pulsión de autoconservación no se desarrollaría la pulsión de Eros, la importancia de esta pulsión de autoconservación va más allá del simple acto de dar alimento, o de no darlo, se juega entonces el posible desarrollo de una zona erógena, que va estar íntimamente ligada con el transitar de la comida y de la satisfacción de esa pulsión que podríamos decir que es parcial, ligada a la oralidad. “Y por otro lado la pulsión de muerte: encargada de reconducir al ser vivo orgánico a estado inerte” (Freud, 2004: XIX. 41). La pulsión de autoconservación, tal pareciera que es ahí donde se desprende el problema de la anorexia, pero por otra parte, con el planteamiento de la pulsión de muerte se introduce las nueva propuesta acerca del masoquismo, volcando la pulsión hacia el propio cuerpo, de lo cual habría que observar si este movimiento hacia el cuerpo en algún momento llega a poner en riesgo la vida misma. Freud nos plantea algo en torno a esto en el mismo artículo pero páginas adelante “Hallar un representante del Eros no puede provocarnos perplejidad alguna; en cambio, nos contenta mucho que podamos pesquisar en la pulsión de destrucción, a la que el odio marca el camino, un subrogado de la pulsión de muerte, tan difícil de asir.” (Freud, 2004: XIX. 43) Tal parece que la anoréxica al negarse a ser nutrida tiende a desaparecer como persona, se podría afirmar que la anoréxica es tocada por la pulsión de muerte, que es esta misma pulsión la que la lleva a no dejarse nutrir, para no desaparecer como deseo, es gracias a la pulsión de muerte que la anoréxica sigue prendida del deseo, y es gracias a ella también que la anoréxica encuentra un camino para ese deseo intolerable de la madre. Quiero aclarar que este punto del deseo va a ser tratado con mayor profundidad en otro apartado. Ahora bien, la experiencia clínica nos enseña que el odio no sólo es, con inesperada regularidad, el acompañante del amor (ambivalente), no sólo es hartas veces su precursor en los vínculos entre los seres humanos, sino también que, en las más diversas circunstancias, el odio se muda en amor y el amor en odio” ( Freud, 2004: XIX. 43). Tal parece que la anoréxica está 34 encerrada en este juego, ama tanto su cuerpo que prefiere dejarlo así, pero en un determinado momento ese amor se convierte en odio, y lo castiga no dándole de comer o con ejercicio excesivo u otra consideración podría ser que la comida no tiene la investidura suficiente para poder dejarla entrar a ese cuerpo sobreestimado. Para justificar lo anterior me voy a permitir citar a Freud en el artículo antes mencionado. “Tampoco es pertinente el otro caso, en que un enamoramiento todavía no manifiesto se exterioriza primero en hostilidad e inclinación a agredir, pues a raíz de la investidura de objeto el componente destructivo podría haber llegado ahí anticipadamente, aunándosele después el componente erótico” ( Freud, 2004: XIX. 44). “En las pulsiones sexuales parciales, que son particularmente accesibles a la observación, es posible comprobar algunos procesos que se sitúan dentro de estos mismos marcos; por ejemplo: que las pulsiones parciales se comunican por así decir unas con otras, que una pulsión que viene de una fuente erógena particular puede donar su intensidad para refuerzo de una pulsión parcial de otra fuente, que la satisfacción de una pulsión puede sustituir la otra” (Freud, 2004: XIX. 45) Esto me da pauta a pensar que en la anorexia existen un problema con la pulsión oral. La fuente se ubica en su propio cuerpo, como emisor de estímulos, lo cual viene a descartar que la anorexia se constituya a partir de estímulos externos, en todo caso, sería: un estímulo proveniente del exterior – como el caso de las modas y las influencias culturales- se apoya en el contexto de los estímulos internos, pulsionales que surgen a través del propio cuerpo. Haciendo una recapitulación de lo que se trabajo en este apartado, se demostró que a partir de introducir a la pulsión en el desarrollo de la anorexia nos catapulta a introducir otros aspectos que no eran desarrollados por el sentido común sentido común, así como también la importancia que juega la pulsión de autoconservación para que se desarrolle la pulsión yoica, estos nos permite retomar algunos aspectos que son olvidados por el sentido común que se le da a la anorexia estos aspectos se irán desarrollando en los próximos apartado. 35 2.2 La importancia que tiene el apuntalamiento dentro del desarrollo de la pulsión sexual y la segunda teoría de las pulsiones El término apuntalamiento como tal no aparece desarrollado dentro de la obra freudiana, este término no es desarrollado extensamente por Freud, pero si aparece en varios artículos que marcan la pauta dentro de la obra de Freud Tiene su incursión por primera vez en tres ensayos de teoría sexual donde se hace referencia a la identificación con los primeros objetos sexuales, son a partir del cumplimiento de una función muy orgánica, que es el alimento o la función de la nutrición. Y es casi 10 años después que aparece de nuevo en otro texto freudiano, que es en el de introducción al narcisismo donde nos menciona lo siguiente: “Las primeras satisfacciones sexuales autoeróticas son vivenciadas a remolque de funciones vitales que sirven a la autoconservación. Las pulsiones sexuales se apuntalan al principio en la satisfacción de las pulsiones yoicas, y sólo más tarde se independizan de ellas; ahora bien, ese apuntalamiento sigue mostrándose en el hecho de que las personas encargadas de la nutrición, el cuidado y la protección del niño devienen los primeros objetos sexuales; son, sobre todo, la madre o su sustituto. Junto a este tipo y a esta fuente de la elección de objeto, que puede llamarse el tipo de apuntalamiento.”(Freud, 2004: XIV. 84) Para ser un término no desarrollado por Freud, tiene bastante injerencia en su obra tan es así que es necesario para que se desarrolle su teoría de las pulsiones. Ante esto no nos queda más remedio que empezar a desarrollar su influencia dentro de la obra freudiana y la importancia que tiene para sustentar que la anorexia es algo más que una enfermedad que tiene que ver con la moda. En un inicio el organismo infantil es volcado hacia una finalidad más o menos oscura que es la autoconservación, que es está misma la que da cabida a la pulsión sexual, a partir del momento en que la pulsión de autoconservación se instala, se apuntala la pulsión sexual. Ese hecho biológico tiene un fin preestablecido, ese fin es la satisfacción por medio de la alimentación. 36 Después de haber sido satisfecho la necesidad, se desprenderá la pulsión sexual. Pulsión que se apuntala en la satisfacción. ¿Qué consecuencias trae dicho apuntalamiento de la pulsión sexual en un hecho biológico? ¿Se podría pensar que sin esa satisfacción no habría el desarrollo de la pulsión sexual? ¿Es tan importante el apuntalamiento? Son preguntas que tratare de responder en este trabajo. Jean Laplanche nos menciona lo siguiente acerca del apuntalamiento: “El apuntalamiento, es una tentativa de enunciar cierta articulación fundamentalmente entre dos tipos de funcionamiento y dos modos de satisfacción. Entre el funcionamiento sexual y por otra parte un funcionamiento auto conservativo.”(Laplanche, 1993, 39) Esto nos abre la pauta para decir que lo autoconservativo y lo sexual están íntimamente ligados en el origen y después, cada uno toma su rumbo y su desarrollo dentro de las pulsiones, partimos entonces de que hay una ligazón entre estas dos pulsiones que parecen antagónicas pero que se unen en el alimento. Más adelante en esté mismo texto, Laplanche hace referencia a Lagache reconociéndole que él fue: “quien insistió mucho en la idea de que el objeto de la autoconservación es registrado en el entorno como un valor alimento, y por otra parte, la noción de función corporal, ampliamente concurrente con la pulsión, y tal vez más adecuada que esta cuando se trata de la autoconservación.”(Laplanche, 1993, 40) Está referencia nos obliga a hablar de otro concepto dentro del psicoanálisis, es el concepto de objeto, esté autor lo toma de una manera literal, pero sabemos que en el psicoanálisis hace referencia a otras situaciones y acepciones, para lo cual me voy a permitir trabajarlo y a desarrollarlo dentro de este texto, pero en otro momento ya que me centrare por el momento en el desarrollar lo que tiene que ver con lo corporal y la pulsión. Más adelante Laplanche dice lo siguiente: “La autoconservación es puesta por lo general bajo el rubro de la función o necesidad, no bajo el de la pulsión.”(Laplanche. 1993, 42) Tal pareciera que la autoconservación no tiene 37 cabida en ningún lugar, puesto que es de origen biológico, como ya lo mencioné, anteriormente. Pero es necesaria para que le oriente sobre un camino a la pulsión sexual. Sabemos de antemano, que la parte del cuerpo que tiene un gran nexo, con lo que le da el mundo exterior, y sin la cual no se podría dar la autoconservación y en consecuencia el desarrollo de la pulsión sexual, es la boca, ya que gracias a ella se satisface el hambre y sirve de espacio para delimitar una zona placer, una zona erógena, enclavada en la oralidad, la cual forma parte de un conjunto de zonas que sirven, también, para fijar una teoría sobre el desarrollo sexual. Sin embargo, podemos observar que la boca, también es necesaria para la satisfacción del hambre como necesidad, por medio del alimento. Esta satisfacción a través de este medio provoca placer en el niño, y al introducirse el término placer ya no se puede hablar o ver a la boca solamente como aquel orificio por donde entra y sale el alimento. Una parte del cuerpo funciona como límite, pero también es el inicio del extravío de la sexualidad, al contemplarla desde la teoría del placer o al ser tocada por el placer, esto modifica notablemente la perspectiva de las zonas de placer o zonas erógenas. A lo expuesto habría que añadir que “La sexualidad aparece en apuntalamiento sobre una de las funciones corporales importantes para la vida.” (Laplanche, 1993, 49) De este modelo podemos desprender un detalle importante del apuntalamiento. Plantearlo sobre la base de la alimentación, parece que todo coincide y no habría algún problema, pero, qué pasa con la sexualidad, se podría decir que ella no conoce aún el objeto sexual (externo), es autoerótica, y que su meta está bajo el dominio de una zona erógena. Esto me permite hacer la siguiente reflexión; gracias al alimento, la necesidad es satisfecha, pero es en el placer que da esa satisfacción que se apuntala lo sexual, y como en un inicio la pulsión sexual no tiene objeto pasa a ser autoerótica, y es ahí donde entra o se instala la necesidad de una satisfacción, que ya no es una necesidad biológica, sino que por el contrario tiene que ver con algo del orden del placer y este necesita una zona erógena para ser satisfecho, podríamos pensar en el paralelismo que existe entre la boca y el dedo, con el chupeteo, verlo desde está perspectiva de placer de órgano. Entonces una parte del cuerpo, que es el límite con el contacto que se tiene 38 con el mundo exterior pasa a ser una zona erógena la cual le va dar otra significado a todo lo que pase por ella, porque aquella necesidad biológica se transforma en una necesidad de satisfacer ese placer de órgano. Dicho placer de órgano puede ser visto más adelante como el deseo. Para lo cual Laplanche dice lo siguiente “La fuente la pulsión sexual es un proceso excitatorio en el interior de un órgano, y su meta inmediata consiste en cancelar ese estímulo de órgano. Es la idea de placer de órgano.” (Laplanche, 1993, 59) Laplanche llega a afirmar que: “En lo biológico se plantea que su meta sexual esta bajo el dominio de una zona erógena, estos nos lleva a una primacía de la fuente y a una discusión sobre el placer de órgano. A partir que se dice que la meta esta bajo la dependencia de la fuente, y que la fuente es definida como zona erógena, se lleva a cabo, un gran empobrecimiento de la meta: porque esta pobre zona erógena, se trate de los labios, el ano o del pene, no tiene otra meta que la detumescencia o algo semejante. Por otra parte ello trae la tentación, y las tentativas renovadoras, de biologizar a su vez la fuente, es decir, de remitir eventualmente esta predilección por una u otra zona.” (Laplanche, 1993, 51) Estos nos hace pensar que está dependencia tan estrecha de la meta respecto de una zona somática solo es verdaderamente válida para algunas pulsiones parciales, con lo anterior se puede decir que está pulsión parcial puede ser satisfecha a través del chupeteo, claro pensando que la zona erógena sea la boca. Con esto inicia el desarrollo de lo sexual apuntalándose en una función que está predestinada para la conservación de la vida, pero que pasaría ¿si esa función dedicada para la conservación de la vida más adelante atente contra ella misma? En el caso de la anoréxica ¿Qué se juega dentro de su deseo y del deseo de la persona que la alimento? Con lo anterior se pone en juego la necesidad de repetir la satisfacción sexual y es ahí donde se divorcia entonces de la necesidad de buscar alimento, podemos llegar a pensar que desde ese momento se da el apuntalamiento y 39 empieza a desarrollarse lo que más tarde será la pulsión sexual, la cual va a requerir un objeto y un deseo para poder ser satisfecha. Para lo siguiente Laplanche nos dice que, haciendo referencia a una nota, específicamente, la nota número 30 de pulsiones y destinos de pulsión. “una parte de las pulsiones sexuales es, como sabemos susceptible de esta satisfacción autoerótica, y por lo tanto apta para servir de sustento al desarrollo que se rige por el principio de placer. Las pulsiones sexuales desde el comienzo reclaman un objeto.”(Laplanche, 1993, 75) Es por eso que se apuntalan en la necesidad del alimento, o en las pulsiones de autoconservación, al andar en la búsqueda del objeto que satisfaga ese placer, es que se centran en lo va a ser una zona erógena o la satisfacción de lo que líneas arriba se planteaba como placer de órgano, aquí aparece una diferencia muy notable entre las dos pulsiones, una puede ser autoerótica en un primer momento y la otra no, siempre va a necesitar un agente del mundo exterior, Laplanche nos marca muy bien esa diferencia y dice lo siguiente: “Las pulsiones de autoconservación, pulsiones llamadas del yo, no podrán ser nunca satisfechas autoeróticamente. Estas pulsiones nunca podrían ser auto, en sí mismas y sobre si mismas, por que buscan desde el comienzo un objeto. El funcionamiento autoconservativo esta desde el comienzo abierto al mundo exterior.”(Laplanche, 1993, 75) Lo cual nos hace pensar que en esa primera satisfacción del alimento está presente el semejante, el otro, que es el que se encarga de satisfacer esa necesidad biológica, que más tarde da la pauta a ser origen del deseo de ese semejante. Caso contrario con la pulsión sexual que al buscar la satisfacción, puede tomar una parte del propio cuerpo, como objeto, el mejor ejemplo de esté caso sería el chupeteo, ahí aparecen la boca y el dedo para que está pulsión sea autoerótica y satisfecha al mismo tiempo, la boca aparece como zona erógena. 40 Para reafirmar lo que se ha expuesto líneas arriba Laplanche nos dice lo siguiente, siguiendo el hilo del apuntalamiento de las pulsiones sexuales con las pulsiones de autoconservación: “Las pulsiones sexuales se apuntalan al principio en la satisfacción de las pulsiones yoicas se tome a estas últimas, en el sentido de pulsión de autoconservación y solo más tarde se independizan de ellas. Ahora bien ese apuntalamiento sigue mostrándose en el hecho de que las personas encargadas de la nutrición el cuidado y la protección del niño devienen los primeros objetos sexuales son sobre todo la madre y su sustituto.” (Laplanche, 1993, 80) Es tan importante ese hecho que los primeros objetos sexuales tienen que ver con las personas que cumplieron con esa necesidad netamente biológica. Freud, menciona en el artículo del narcisismo que el ser humano tiene dos objetos sexuales originarios: él mismo y la mujer que lo crió. Se ama, según el tipo de apuntalamiento, a) a la mujer nutricia, que no es la madre, es más amplio y b) al hombre protector. Quien lleva el peso de ese apuntalamiento es el semejante que desarrollo las funciones de alimentación. Que más tarde, como ya se mencionó, pasa a ser la pulsión de autoconservación, aquí lo que quiero es resaltar la importancia que tiene el semejante dentro del apuntalamiento y del nacimiento de la pulsión sexual, porque es a parir de que esté llega y da el alimento que se inicia todo el recorrido del apuntalamiento de la pulsión sexual en este acto. Haciendo un resumen de este apartado; el apuntalamiento juega un papel importante dentro del desarrollo de la anorexia porque es a partir de el que se desarrolla la zona erógena, más específicamente la boca hay algo entrono a ella que no nada más tiene que ver con el alimento sino que también tiene que ver con el placer o el goce que hay al no dejar pasar nada. El apuntalamiento me permite hablar de los alcances que tiene la introducción del placer en la anoréxica y del la modificación que tiene cuando ese placer se convierte en goce. 41 2.3 El goce, el semejante y el objeto Con lo dicho en estas últimas líneas considero prioritario atender a las implicaciones del concepto de goce, semejante y objeto a para el desarrollo de la importancia de la intromisión del otro, en el apuntalamiento y en el desarrollo de lo que después será la pulsión sexual, así como la intromisión del deseo, visto desde la necesidad del cumplimiento del deseo. Se me cuestionará ¿Qué relación hay entre el goce y el apuntalamiento, desde una perspectiva Freudiana?, pareciera ser que ninguna, pero cuando introducimos el termino semejante, la relación es inevitable, si dijimos párrafos atrás que al aparecer el placer dentro de la vivencia de la satisfacción de la necesidad por medio de la alimentación, se modificaba sustancialmente los planteamientos, sobre todo con la introducción del goce. Me aventuraría a decir que a partir del surgimiento del deseo, por medio del recurso de la alucinación de la satisfacción que vivencia el niño, es donde podemos localizar el goce. Para poder cumplir ese deseo, el niño se ve en la necesidad de alucinar, si hemos dicho que la pulsión sexual se apuntala en la pulsión de autoconservación y se ha demostrado la importancia de la primera para el desarrollo de la segunda, también tenemos que resaltar lo que provoca el goce de esa satisfacción. Se hace necesario empezar a diferenciar entre lo que es goce y el placer, para Freud el placer tiene que ver con la disminución de la tensión, lo que se conoce como placer de órgano, el cual podemos entender como el apuntalamiento de la zona erógena, zona de suma importancia para el desarrollo de la anorexia. Ahora bien, el goce no es sólo la satisfacción, sino que implica también un dolor. Ya lo dice Nasio “El goce es una moneda que tiene dos caras: la cara del dolor y la cara de la satisfacción; el goce es tanto satisfacción como dolor.”(Nasio. 1994, 20 ) Aunque habría que considerar que placer y goce no son lo mismo: 42 “Para Freud el placer es la disminución de la tensión. El placer es atemperar la tensión y aquello que atempera la tensión es lo que pone una barrera al goce. El placer baja la tensión el goce es la máxima tensión. El goce es el punto máximo en que el cuerpo es puesto a prueba. La felicidad es extremadamente limitada y la obtenemos con poca cosa. Todo aquello que va más allá de lo poco es lo que el psicoanálisis llama goce.” (Nasio, 1994, 21) Dentro de la secuencia de ideas que voy desarrollando, la importancia de esta diferencia tiene un valor preponderante ya que pensar a la anorexia atravesada por la teoría del placer nos haría pensar que la anoréxica se enferma para no causar un daño mayor, ¿en que o en quienes? No lo sabemos, pero nos podemos aventurar a decir que no va por ahí el asunto, la anoréxica goza, y esto viene a darle al traste a la idea de que sea un castigo a la madre, porque traen consigo tanto el dolor como la satisfacción, pero hay algo que es todavía más importante, que hay más allá del principio del placer, es la repetición, la repetición no vista como algo que ya sabemos que va a pasar sino la repetición vista como algo que trae consigo un suceso desconocido para el sujeto mismo y la cual se desarrolló en el deseo y en el goce de la anoréxica. Sustentando lo dicho en el último párrafo, Nasio menciona lo siguiente en torno a la repetición. “En análisis la idea de la repetición sería, que cada vez que reaparece eso que nosotros creemos igual pero sin embargo siempre aparece de manera diferente. Repetición implica, repetición de algo que es igual pero que también es diferente, y segunda observación, en la repetición cuando algo se repite, eso que se repite es único, es uno, y se abre con ese uno un conjunto de repeticiones por venir.” (Nasio, 1994, 23) La introducción de la repetición como una cadena de significantes trae consigo la inserción del síntoma de la anoréxica, que ese significante (síntoma) sea algo distinto siempre que aparezca, es decir no dar por sentado que el síntoma tiene ya un significado, porque de ser así corremos el riesgo de ser muy lineales, y caer en la clínica de la supresión del síntoma, o en la clínica 43 conductual, donde lo más importante es darle una solución o salida al síntoma a través de que la paciente vuelva a comer, y que el acto de comer sea algo ligado a la conducta, si hacemos esto no le damos cabida al deseo, ni a la importancia de las zonas erógenas en el desarrollo de la anorexia. Pero siguiendo con la importancia del goce en la teoría de Lacan el goce se puede entender o ligar a: “Lo relativo a la palabra, al acto, a la significación, es decir, aquello que viene cuando una palabra es dicha, pero dicha con todo, no una palabra cualquiera sino una palabra que es mensaje, una palabra que porta, que es cargada. Aquello que esta en juego en el vínculo social del analista con el analizado, es aquella instancia del goce que tiene que ver con un goce parcial, relativo a pedazos o a partes del cuerpo, mirar, la mirada es un tipo de goce parcial, el dolor, es un tipo de goce parcial, la voz es un tipo de goce parcial.” (Nasio, 1994, 26) El desarrollo del tipo de goce que nos interesaría es el tercero, puesto que está en juego la palabra, pero no cualquier palabra sino una palabra dicha por aquella persona que se encarga de la función de autoconservación o de la palabra dicha por la persona que se encarga de la protección. En otras palabras estamos hablando del tipo de elección de objeto de apuntalamiento, llámese madre nutricia o padre protector y los efectos devastadores que tiene sobre el cuerpo de aquella persona que los toma como los primeros objetos de amor, así como la predilección de algunas parte de éste y el valor de la mirada que refleja todo el valor que puede llegar a tener una parte del cuerpo, y así con ese sobre valor llegar a causar muchos problemas o desfiguraciones del propio cuerpo, no llegar a reconocer una parte de este. Asimismo, pensar al inconsciente estructurado como un leguaje, nos da pauta a afirmar que la palabra afecta al cuerpo, que las palabras tienen un gran peso para el sujeto. Generalmente aquellas que son dichas por quienes fueron 44 los que cumplieron con la función básica de la alimentación, ya que esas personas marcan al sujeto con sus decires, ahí es donde está el apuntalamiento, lo cual permite apuntalar el deseo a través de la palabra. Por tanto, es un semejante quien apuntala el deseo, pero esto solo es factible desde la idea de que el inconsciente está estructurado como un lenguaje. Que en todo caso, tendríamos que decir, lalengua, como la menciona Lacan, para indicar que el inconsciente se manifiesta en una lengua “Lalengua, en la que el inconsciente tiene efectos, es una lengua ligada al cuerpo. ¿Qué quiere decir ligada al cuerpo? Al cuerpo, ligada al sentido, cuando uno da sentido a las cosas es porque está el cuerpo de por medio, uno le da sentido en función de su cuerpo, es el carácter imaginario del cuerpo, el cuerpo, la imagen del cuerpo, es lo que sustenta al sentido.” (Nasio, 1994, 51) En muchas ocasiones las madres le dan sentido a los síntomas que sus hijas tienen, pero no se dan cuenta que es a través de su palabra, de su deseo que estas marcan a sus hijas, y el efecto que tiene esas palabras es devastador en el cuerpo de sus hijas, con lo dicho por Nasio se podría confirmar que hay algo en juego que no esta resuelto en la relación madre-hija. En la medida en que el deseo del otro, del semejante me propicia un deseo. Como podemos observar, hemos discurrido de alguna manera en el tema del deseo de la madre, del cual siguiendo a Nasio diría que “El deseo maternal es tan intenso como intolerable. Un deseo que ella nunca sabe reconocer bien.” (Nasio,1994, 62) El deseo es instalado por un semejante, el semejante es el prójimo, aquí me voy a permitir usar las palabras de Nasio: el semejante es el otro que se me parece, cual es la importancia de está frase, la importancia como yo la veo es que el otro que se me parece o el semejante es un sujeto atravesado por el deseo, el leguaje, el goce, quien es el que instala lo anterior en el niño, es el semejante u otro, a partir de donde, desde el momento en que se da la satisfacción del hambre, o en otras palabras desde que se da la pulsión de autoconservación, y es ahí que se apuntala la otra pulsión y se desarrolla todo lo demás en el sujeto o niño, como se le quiera llamar. Al respecto Nasio hace la siguiente reflexión sobre lo que yo mencionó 45 “El deseo está aquí, la demanda del niño, tengo hambre, demanda que llora, que grita, que reclama, la demanda tengo hambre no es posible sino en la medida en que el niño ame a la madre, es decir, en la medida en que la madre esté dispuesta y le reclame que se deje alimentar. Porque la demanda en última instancia es una demanda de reconocimiento, es decir, que el niño pide comer, pero está pidiendo que se le reconozca como alguien que existe.” (Nasio, 1994, 68) Dentro del desarrollo de la anorexia, pareciera ser que al sujeto no le dejan otra salida, que ser anoréxico, para que sea considerado como alguien que existe, como si se tratara de que lo reconocieran como tal como un sujeto deseante o como un sujeto que goza. El sujeto es marcado por un deseo, el deseo de la madre, el niño se ve en la necesidad de alucinar esa satisfacción, se podría pensar de una manera muy lineal diciendo que lo que alucina el niño es ese objeto de deseo que instalado por la madre, que puede ser llamado objeto a, y eso que el niño desea está fuera de su alcance y de su cuerpo, se podría pensar que el niño desea el seno erótico que no tiene y que si tiene la madre, y es a partir de la alucinación que el niño satisface parcialmente ese deseo. Retomando la relación entre cuerpo y lenguaje; cuando el lenguaje incide sobre el cuerpo, algo se pierde, esto que se pierde es el objeto a minúscula. O el objeto que causa el deseo. Pero aquí cabe otra interrogante ¿Qué es el cuerpo para el psicoanálisis? Nasio trata de dar una respuesta a esto la cual es la siguiente: “El cuerpo para el psicoanálisis, empecemos excluyendo, no es lo que para el anatomista, ni para el fisiólogo, ni para el biólogo, ni para el filósofo, el cuerpo para el analista es el lugar del goce, esa es la definición. El cuerpo para nosotros es el lugar donde se goza, es el lugar del goce.” (Nasio, 1994, 78) El cuerpo va a ser donde esta en juego el deseo y la satisfacción de este, pensar que el cuerpo es capaz de gozar, es pensar que el cuerpo puede 46 ser un lugar de sufrimiento también para la persona, pero que ese sufrimiento también puede generar satisfacción. Aclaro que es una satisfacción y no placer para reafirmar lo que digo vuelvo a retomar a Nasio: “para Epicuro placer era hacer lo menos posible, bajar la tensión, no gastar, no perder nada, lo mínimo posible. Goce al contrario, es perder, gastar, gastarse, implica satisfacción e implica pena. Es en ese gasto que la teoría analítica piensa un cuerpo gozante.” (Nasio, 1994, 78) Al decir que la anoréxica goza es decir que su cuerpo es capaz de gozar, es capaz de desear y de ser tomada por el deseo de otro. “El goce no es un goce del cual el sujeto sea consciente, el goce es un goce del cual el sujeto está excluido.”(Nasio, 1994, 80) El sujeto no se da cuenta que su cuerpo goza, y al no darse cuenta de eso puede caer ser atrapado por el deseo de quien lo alimentó y no darse cuenta de que vive el deseo de otra persona o de un semejante, no alcanza a distinguir esa diferencia de su deseo, con el deseo del otro. Pero ¿Cómo podemos satisfacer ese deseo que es instalado por el otro?, al respecto Nasio menciona lo siguiente: “El deseo, pues, se satisface, se sostiene con la fantasía. En una palabra, hay dos maneras de satisfacer parcialmente el deseo, una con el objeto de la fantasía, otra, con el significante. El deseo se satisface con pedazos de cuerpo y hablando con ciertas palabras que tengan peso.” (Nasio, 1994, 87) Con lo anterior puedo decir que hay ciertos pedazos de cuerpo que son sobre estimados en la anorexia y ciertas palabras o decires de personas que tienen un peso especifico en el desarrollo de la enfermedad y puedo decir que la anoréxica cumple al pie de la letra con esas formas de satisfacción de deseo. Pero que pasaría si ¿el deseo de la madre es un deseo insatisfecho? ¿No sería esta otra forma de acercarnos a responder el problema de la anorexia desde el psicoanálisis? Esto me da la pauta a plantear otro subtema y tratar de dar otro posible planteamiento de la problemática de la anorexia. 47 2.4 La importancia de la insatisfacción del deseo Dentro de la investigación que he estado realizando entorno a la anorexia me encontré con un aspecto que me llamó mucho la atención, generalmente se le sitúa ligada a la histeria, yo no entendía el porque de esta relación aparentemente muy estrecha entre la anorexia y la histeria, fue hasta que empecé ha hacer la investigación del deseo insatisfecho que se da en la histeria que comprendí porque se liga a la anorexia con la histeria, en este apartado voy a tratar de explicar esa relación. El deseo surge como una necesidad de ser satisfecho, incluso dentro de la teoría Freudiana nos encontramos que Freud llega a afirmar que el sueño es un cumplimiento de deseo, aquí cabe una pregunta ¿deseo de quién o para quién? Si seguimos el hilo de los apartados anteriores nos podemos dar cuenta que el deseo es instaurado por un semejante, que generalmente es quien cumple con la función biológica de la alimentación, o con la función de protección, para ser más precisos y utilizando palabras de Freud, son aquellas personas que cumplen con la elección de objeto ligada al apuntalamiento. Pero volviendo a la necesidad de satisfacer el deseo se pone tanto en juego para satisfacer el deseo de Otro que el sujeto puede quedar atado para cumplir ese designio, puede verse inmerso en ese eterno juego de la posible satisfacción del deseo impuesto, ¿Por qué afirmo lo anterior? Ya lo menciona Nasio: “Es necesario entender que al desear uno se asegura de no alcanzar a satisfacer ese deseo. Una definición posible del goce, del goce del otro, del goce al horizonte sería; el goce es la suposición de la satisfacción absoluta del deseo. El deseo no será jamás satisfecho plenamente porque nosotros hablamos, y mientras uno hable, mientras uno esté inmerso en un mundo simbólico, mientras uno esté inmerso en un mundo donde todo significa algo y mil cosas más, jamás podrá llegar la satisfacción plena del deseo.” (Nasio, 1994, 22) Tal pareciera que uno está condenado a no cumplir con ese deseo que le es impuesto por el semejante, pero ¿Qué nos hace estar condenados a esa eterna insatisfacción plena del deseo? En el caso de la anoréxica podríamos 48 pensar que de eso se afecta, del deseo que le es impuesto, y que no le queda otra salida que la de jugar con esa eterna insatisfacción de su deseo que le fue impuesto, pero que ya sabemos que no es su deseo en realidad, sino que es el deseo del semejante, podemos afirmar que hay palabras o decires que pesan o que marcan el deseo de la persona, no tan solo lo marcan sino que lo determinan. Y con esto designan el andar o el estar en la vida. Para seguir con la idea de la relación de la anorexia y la histeria, resulta de vital importancia la relación que hay de este sueño con el deseo insatisfecho y a su ves que de ese deseo insatisfecho se vale la anoréxica para poder ser tocada por el deseo de la madre, que ella lo convierte en un deseo insatisfecho, lo cual se vera con mayor detenimiento más adelante. Me voy a permitir citar un sueño del cual nos habla Freud, el sueño del salmón ahumado, qué era lo que quería realmente esa carnicera que reta a Freud, al contarle su sueño, tal parece que lo que quería era demostrarle, a Freud, que no todo sueño es como él lo afirma, un cumplimiento de deseo. Lo importante aquí es resaltar que ella en realidad no quería dar esa cena, no quería ofrecer esa comida, por una simple razón, no quería que su amiga engordara, y al no engordar, su marido no se fijaría en ella, y así la carnicera iba a seguir gozando de los favores de su marido, no tendría que competir con nadie por él, “La carnicera esta muy enamorada de su marido, gordo y buen mozo. Y ahí añade que le ha pedido a su marido que no le de caviar, cuando es algo que la enloquece. Qué hace ahí el caviar si hablamos de salmón ahumado. Freud le pregunta, y termina por soltar otra confidencia. La víspera del sueño visitó a una amiga de la que esta celosa, porque su marido le echa de vez en cuando el ojo. Una amiga delgadísima, afortunadamente: al carnicero sólo le gustan las mujeres metidas en carnes. Y la amiga a la que le gustaría engordar, le ha preguntado: ¿Cuándo nos invitarán otra vez? se come tan bien en su casa”(Clement, , 123) 49 Resulta curioso que sea a partir de negar una comida que ella se sienta querida, podríamos pensar que en la anoréxica se pone en juego algo similar, al reto lanzado por la madre hacia la hija, de ponerse la ropa de la hija y retarla en el sentido de decirle que a ella (la madre) se le ve mejor, tal parece que la madre compite con la hija por los hombres, tal parece que la única salida para esa niña, es seguir siendo la eterna niña, a la cual nunca le crecerán los pechos o se le ensanchará la cadera, también llegan a padecer de amenorrea, se sabe que este es un síntoma que se da por la perdida de peso pero nos podemos atrever a pensar otro posible significado de estos si no hay ovulación no hay la posibilidad de que esa hija se convierta en madre y de que su madre se convierta en abuela. Hay ahí algo en juego con el orden de la juventud o el no envejecer de la madre claro está, ¿Qué salida le queda a esa niña ante la imposición de esa extraña relación con su madre? Se podría pensar que no le deja otra salida que la de negarse a comer, y en consecuencia a ser esa eterna niña, que jamás podrá competir con la madre por las miradas de los hombres y esa podría ser la forma de reclamarle a su madre y de cumplir, hasta cierto punto, su deseo de ella. Podríamos decir que hay una identificación de la hija con la madre y en el caso de la carnicera con su amiga, es lo que Freud va a determinar como la identificación histérica. Freud llega a decir lo siguiente: “como señal de esta identificación se ha creado el deseo denegado en la realidad”(Freud, 2004: IV. 167) Tal pareciera que ese deseo que esta en juego es un deseo que no va a poder ser satisfecho caemos en un juego de deseos y de palabras donde parece que desea lo que no quiere, nos dice Catherine Clement lo siguiente: “Sólo una mujer podía desear algo que no quiere, porque se identifica con otra mujer que, también, no quiere algo que desea.”(Clement, , 123) Y por lo tanto su deseo será insatisfecho puesto que desea algo que no quiere. ¿Será a caso que la madre de una anoréxica no deseaba realmente tener una hija? Esa podría ser otro posible acercamiento a la anorexia, que se jugaría entonces cuando esta madre es la encargada de dar el alimento, ¿Cómo sería su mirada ante ese deseo que no quería pero que le fue dado? ¿Se jugará acaso la demanda de nutrición de ese niño (a)? para tratar de justificar lo anterior me voy a permitir citar a Lacan donde nos habla de ese juego que hay entre la demanda de ser nutrido y el deseo de ser satisfecho y el resultado que de ello surge es muy interesante, es la anorexia: 50 “Que es en este encuentro entre la demanda de ser nutrido y la otra demanda, la de dejarse nutrir, que se desliza el hecho manifestado en el primer conflicto que estalla en la relación de nutrición, que a esta demanda la desborda un deseo, y que no podría ser satisfecha sin que el deseo allí se extinguiera;”(Lacan, Infobase) La demanda es tocada por el deseo de ser satisfecho, si así fuera, el sujeto quedaría excluido de esta relación, entre un semejante que es el encargado de nutrirlo y el sujeto, si estamos diciendo que lo que está en juego en la anorexia es un deseo no satisfecho por parte de la madre, al satisfacerlo podríamos decir que muere la anorexia y ya no queda Nada, es curioso, Nada es lo que entra por la boca de esa anoréxica que se niega a ser satisfecha para no quedar excluida de ese eterno juego de la satisfacción de un deseo. Para reafirmar lo que estoy diciendo continuare con la cita de Lacan: “que es para que ese deseo que desborda a esa demanda no se extinga que el propio sujeto, que tiene hambre de lo que a su demanda de ser nutrido responde la demanda de dejarse nutrir, no se deja nutrir, se niega de alguna manera a desaparecer como deseo por el hecho de ser satisfecho como de la demanda que la extinción o el aplastamiento en la satisfacción no podría producirse sin matar el deseo, es de allí que parten estas discordancias entre las cuales la más graficada es la negativa a dejarse nutrir, la anorexia, llamada más o menos acertadamente, mental.”(Lacan, Infobase) Hay aquí en juego dos demandas y al parecer un deseo, la demanda de ser nutrido, esta es por parte del semejante y la demanda de no dejarse nutrir, esta es por parte del sujeto, estas dos demandas son tocadas por el deseo de no desaparecer, como deseo claro está, y nos menciona Lacan que el resultado de este juego es la anorexia, pareciera contradictorio el resultado, la anoréxica se niega a desaparecer como deseo, pero al negarse a ser nutrida tiende a desaparecer como persona, se podría afirmar que la anoréxica es tocada por la pulsión de muerte, que es esta misma pulsión la que la lleva a no dejarse nutrir, para no desaparecer como deseo, es gracias a la pulsión de 51 muerte que la anoréxica sigue prendida del deseo y así se cierra ese circulo o ciclo de ese deseo insatisfecho como tal. Tal parece que hay una mezcolanza de demanda, satisfacción deseo, y necesidad, parece imperceptible esta mezcolanza pero al respecto Juan Ventoso menciona lo siguiente: “Lacan diferencia; necesidad, demanda y deseo y como señala los síntomas que surgen, digamos cuando estos diferentes niveles quedan trastocados, es decir, frente a la madre que esta muy preocupada por satisfacer las necesidades del niño, donde queda, podríamos decir, ignorada la diferencia radical que hay entre la satisfacción de la necesidad y lo que es la demanda de amor.”(Ventoso, conferencia Anorexia y feminidad,2002 ) Tal pareciera que la necesidad de preservar la separación entre la necesidad y ese más allá que es la demanda de amor, pero, porque en ese hueco que se abre entre la satisfacción de la necesidad y lo que es la pura demanda de amor, en ese hueco habita el deseo, de no ser satisfecho porque de serlo el sujeto desaparece como tal, desaparece al no ser ya más el deseo de la madre. Y ese deseo queda sin satisfacerse y produce como lo mencioné líneas arriba, lo que será la anorexia. Siguiendo con esta idea del deseo insatisfecho, Nasio menciona lo siguiente entorno a la histeria: “el histérico es alguien que hace todo para llegar a la conclusión de que el goce está prohibido. Por eso se dice que en la histeria hay un deseo insatisfecho.” (Nasio, 1994, 66) El goce es prohibido y por lo tanto jamás debe de llegase a la plena satisfacción de este, aunque hay que recordar que el goce es tanto sufrimiento como satisfacción, he aquí algo con lo cual se topa la histérica si sufre o si le resulta satisfactorio podríamos decir que se está cumpliendo parcialmente ese goce. “En el seminario 17 Lacan menciona lo siguiente; es que pasa de privilegiar el deseo insatisfecho en la histeria por una problemática que tiene que ver no tanto con el deseo sino con el goce, ¿De qué goza la histérica?, y ahí pone el acento en el goce de la privación.” (Ventoso, Anorexia y Feminidad, 2002)Tal parece que esa privación es lo que 52 hace que la histérica se quede en el nivel de no satisfacer su deseo, eso da pauta a que se le relacione con la anorexia ya que ésta queda insatisfecha en el cumplimiento del deseo que le ha sido impuesto y, que para que pueda seguir siendo querida necesita seguir con su enfermedad o con su necedad de no satisfacerse con la comida, ya que si es satisfecha se podría pensar que cumple el deseo que le fue impuesto. Pero siguiendo con lo con la idea del deseo insatisfecho y su importancia en el desarrollo de la anorexia, en el libro del magnifico niño del psicoanálisis de Juan David Nasio, se menciona que el deseo maternal es tan intenso como intolerable. Un deseo que ella nunca sabe reconocer bien, aquí podríamos jugar con estas palabras y preguntarnos ¿Quién no reconoce ese deseo? ¿Será la misma madre o la hija, que no sabe que es lo que espera, su madre de ella? Tal parece que se vuelve a repetir la historia, o porque no pensarlo de forma distinta, porque no pensarlo desde más allá del principio del placer, es esa repetición, aparentemente inocente que deja fuera de lugar a la hija, esa repetición de querer satisfacerla a través del alimento, eso que constantemente se repite y que pareciera que no trae nada nuevo en ese eterno juego de la posible satisfacción del deseo, tanto de la madre como de la hija, tal parece que ese deseo se llega a confundir y no se sabe cuál deseo es el de quien. Esta constante repetición trae consigo siempre algo nuevo algo que no estaba, el problema es identificarlo para poder transformar ese juego de la satisfacción del deseo, o de la satisfacción de los deseos, tanto de la madre como de la hija, porque creo que están en juego dos deseos distintos y por lo tanto dos situaciones diferentes para cada una de ellas, podríamos pensar que la madre se pregunta ¿Qué quiere de mi esa hija que no se deja alimentar? Y la hija a su vez se pregunta ¿Qué necesitó hacer para que esa madre me quiera o para qué esa madre me deje en paz? Se podría llegar a afirmar eso, que se juega en esa relación tan desgastante para las dos. Eso es algo que no estoy preparado todavía para responder. Siguiendo el hilo de estas ideas, llegamos por fin a entender lo que Nasio dice entorno a lo que menciona Lacan acerca de la anorexia: 53 “Lacan interpreta así la anorexia. La anorexia es el decir ¡No, basta de satisfacción, no quiero satisfacerme! La anorexia es un grito contra la satisfacción y una defensa de la insatisfacción. Me refiero a la anorexia y la sitúo dentro del cuadro general de la histeria, la anorexia es típicamente histérica.” (Nasio, 1994, 64) Es Nasio quien dice que la anorexia está en el cuadro general de la histeria, gracias a esa necedad de no ser satisfecha aquí se podría pensar también que la anorexia surge como una defensa ante la satisfacción del deseo materno, y pensar a la anorexia como defensa es pensarla como una pantalla que nos permite acercarnos de forma distinta a ese deseo intolerable de la madre, y ante eso que es intolerable, y me atrevo a pensar innombrable, no le queda otra salida a la hija que convertirse en algo que atenta contra la función de la madre que es el de alimentarla, tal parece que la hija responde a su manera y le dice a la madre, ¡no sirves como tal! Ni siquiera eres capaz de alimentarme, aquí aparece de nuevo esa lucha por no dejarse satisfacer o por no satisfacer el deseo de la madre. Siguiendo con el desarrollo de esta idea continúo citando a Nasio: “No hay peor cosa para la anorexia que querer satisfacerla, porque eso acentúa más el grito de defender, de mantener a todo precio el deseo, es decir, de defender a todo precio el hecho de que no está satisfecho y que quiere cuidar el deseo. Hay algo que va contra el deseo, es la satisfacción en el nivel de la necesidad, cuanto más satisfecha esté la necesidad, menos posibilidades hay de mantener el deseo, menos posibilidad no quiere decir que sea siempre así, con esto quiero decir que el niño puede estar bien satisfecho desde el punto de vista del hambre y sin embargo alucinar el seno.” (Nasio, 1994, 64) La histeria también juega sobre la separación. Juega a esa estrategia de hacer surgir el deseo. Hay una proximidad interesante entre la estrategia histérica para sostener el deseo como insatisfecho y la estrategia anoréxica. Es como si la anoréxica jugara con ese deseo insatisfecho y el resultado de ese juego es decir yo también tengo un deseo insatisfecho y no quiero que me lo satisfagan y voy hacer todo lo posible para que así sea, y lo hace a tal punto que genera la anorexia. 54 Pero hay algo que todavía no es tocado que pasa con el padre que no es capaz de satisfacer el deseo, ¿Qué relación se juega entre ese padre y la hija que se sostiene en la anorexia? Ventoso menciona lo siguiente en relación al padre; “La estrategia anoréxica con el punto en que eso es todavía un modo de relacionarse con el Otro, o que fue una respuesta al deseo del Otro, o que hay ahí una temática relacionada con el amor por ejemplo con el amor del padre, que aparece en la anorexia en el momento en que vacila fuertemente el asidero que, para una mujer, es el amor al padre y el amor del padre.” (Ventoso, Anorexia y Feminidad, 2002) Tal parece que el padre no puede responder al deseo de esa mujer (su mujer) y por lo tanto no podrá responder al deseo de su hija, puesto que esta se identifica con el deseo de su madre y por lo tanto renuncia a la satisfacción de ese deseo, no hay nada que pueda satisfacerlo, esto nos da pauta a preguntarnos ¿Qué hace el padre ante esto? La insatisfacción del deseo de su mujer y del deseo de su hija. Siguiendo con esta idea del padre que no puede satisfacer el deseo de su mujer, podríamos decir que ese padre se encuentra ausente en esa relación entre la madre y la hija (o) esa ausencia puede tener muchas consecuencia ya lo menciona Lacan cuando habla de Juanito dice lo siguiente: “Juanito tiene miedo de su ausencia, entiéndase como en la anorexia mental, cuando les digo que debe entenderse no que el niño no coma, sino que come nada. Aquí, Juanito tiene miedo de la ausencia del padre, ausencia que esta ahí y el empieza a simbolizar.” (Lacan, Infobase, 1957) Tal parece que esa ausencia a la que tiene miedo Juanito es a la del padre que no pueda cumplir con su función y una de las posibles salidas que se pueden pensar según esta cita es que el niño genere una anorexia mental y la relaciona no con la comida sino con la nada y cuando hay una ausencia se podría jugar con las palabras y decir que no hay nadie o nada que cumpla con esa función. 55 Sobre este mismo hilo de las cosas Melman nos dice algo parecido en relación con el padre “Dos cosas dice la madre sobre su hija: no me come, no me traga, miente todo el tiempo. La niña no dice esta boca es mía. En cuanto al padre bien gracias” (Merman, 1992, 8) en esta cita se puede observar con mayor nitidez que la que lleva la batuta del la relación con la hija es la madre, es ella quien le pone las palabras en la boca de la hija y la hija ni se inmuta, el padre de nuevo brilla por su ausencia, jugando un poco con las palabras nos podemos dar cuenta que la madre le pide a la hija que se la coma o se la devore, se podría pensar que la ausencia del padre es a consecuencia del devoramiento que pudo haber hecho la madre con el padre, si se me permite hacer esta ideación, y al no soportar más la ausencia del padre la hija deja de comer. Otro ejemplo de esto nos lo da Celina Miller al describirnos un caso nos dice lo siguiente; “Ella era la preferida del padre, el acceso a la adolescencia y la decisión consciente del padre de ser equitativo con su cariño hacia los hijos; entonces se aparta de Clara.”(Miller, 1994, 122) Aquí no hay una ausencia que se pueda decir desde el inicio, es a partir de la adolescencia de su hija, pero resulta curioso que es también a partir de ese momento que la niña empieza a padecer la anorexia, hay una ausencia en una etapa de su vida que es significativa la de su padre, su padre la aleja de él, se podría llegar a pensar que la niña liga la separación de su padre con los cambios que se dan en su cuerpo, en pocas palabras con su crecimiento y ella trata de detener ese crecimiento para así poder seguir teniendo una relación cercana con su padre. Otra referencia a la ausencia del padre nos la da Caparrós el menciona lo siguiente;”El padre de la anoréxica aparece por lo común como relativamente ausente”(Caparros, 1997, 145) Podríamos pensar que existen muchas formas de darle salida a la ausencia del padre pero una de ellas desde mi punto de vista es la anorexia, ya se que no es una regla, que hay que revisar caso por caso, pero dentro de la investigación que he estado realizando si es algo que se presenta constantemente y puede ser otro punto de entrada para que el psicoanálisis se acerque a este padecimiento que parece que viene a substituir a eso grandes historiales clínicos de Freud, pero aquí nos podemos hacer una 56 pregunta ¿Si el padre esta ausente, quien se encarga de instaurar la ley? ¿Cómo sería ese tipo de ley? Creo que para responder esta pregunta se necesita de otra investigación más profunda sobre el tema. Yo solo voy a tratar de dar una respuesta y para esto me voy a valer de lo que dice Juan Ventoso sobre este asunto, dice que una ley fundamentalista dentro de la anoréxica, una ley que le impide hacer o dejar de hacer cosas que la engorden, menciona lo siguiente entorno ha este asunto; “una ley que diga, no comer nada que engorde, Cuando es una ley absolutamente sin excepción. En cambio cuando se empieza a vigilar, que uno por uno, sin excepción cumpla la ley, ahí entramos en la perspectiva fundamentalista”(Ventoso, anorexia y Feminidad, 2002) tal parece que esto explica mucho del comportamiento que tienen las anoréxicas ante su enfermedad, podríamos decir que hay algunas anoréxicas que responden ante una ley que nos les permite comer nada que las engorde y que no hay excepción a esa regla, Nada, absolutamente Nada. Tal parece que esa ley es instaurada no por el padre, puesto que esta ausente, podríamos pensar que es la madre quien en su constante reclamo de que tiene un deseo insatisfecho y que busca quien se lo satisfaga, es ella la que instala esa ley fundamentalista que rige a mucha anoréxicas, la hija (o) le puede responder a la madre diciendo de alguna manera: mira yo también tengo ese deseo insatisfecho y no permito que nadie me lo pueda satisfacer, y no ando buscando quien me lo pueda satisfacer. Tal parece que la anoréxica tiene una ley Superyoica a la que estaría sometida. Una ley que dice que no hay ninguna excusa para que no se cumpla esta ley. Con lo dicho en este apartado podemos ahora si decir sin temor a equivocarnos que la anorexia puede ser vista desde el cuadro de la histeria resaltando el papel que juega el deseo insatisfecho de la misma para el desarrollo de esta enfermedad. Y así como el papel que deja de jugar el padre en la relación con la hija (o) y sus posibles consecuencia de esta ausencia paterna. 57 Haciendo una recapitulación de lo que se trabajo en este capitulo, se demostró que a partir de introducir a la pulsión en el desarrollo de la anorexia nos catapulta a introducir otros aspectos que no eran desarrollados por el sentido común, así como también la importancia que juega la pulsión de autoconservación para que se desarrolle la pulsión yoica, estos nos permite retomar algunos aspectos que son olvidados por el sentido común. Otro aspecto que se trabajo es el siguiente; el papel del apuntalamiento. Juega un papel importante dentro del desarrollo de la anorexia porque es a partir de el que se desarrolla la zona erógena, más específicamente la boca hay algo entrono a ella que no nada más tiene que ver con el alimento sino que también tiene que ver con el placer o el goce que hay al no dejar pasar nada. El apuntalamiento me permite hablar de los alcances que tiene la introducción del placer en la anoréxica y del la modificación que tiene cuando ese placer se convierte en goce. Nos dimos cuenta de que esa zona erógena era la boca, y al marcar está como una zona que produce cierto placer, al introducirse el término placer ya no se puede hablar o ver a la boca solamente como aquel orificio por donde entra y sale el alimento. Una parte del cuerpo funciona como límite, pero también es el inicio del extravío de la sexualidad, al contemplarla desde la teoría del placer o al ser tocada por el placer, esto modifica notablemente la perspectiva de las zonas de placer o zonas erógenas, lo anterior trae consigo consecuencias irreductibles en el cuerpo. Se llego a afirmar que la anoréxica es capaz de producir goce, y estos vino a modificar sustancialmente la forma en como nos podríamos acercar a este padecimiento, con esto se demostró que el termino placer se quedaba corto para poder darle una respuesta o salida a la problemática de la anorexia. ¿Pero qué trajo consigo introducir el goce dentro del desarrollo de la anorexia? Primero que nada, introduce el deseo, este deseo es dado por un semejante, en este caso se desarrollo ligando a una persona, que es la madre, 58 la anoréxica queda marcada por el deseo de su madre, un deseo que es intolerable, pero al mismo tiempo necesario, dicho deseo reclama ser satisfecho, y esa satisfecho al decirle a la anoréxica, de esto no se come, por que no hay satisfacción. Con lo anterior nos dimos cuenta de que la anoréxica desarrolla una identificación histérica con su madre, una identificación que se da a partir de un deseo insatisfecho, nadie puede satisfacerme, perece decir la madre, y la hija le responde, a mí tampoco nada puede satisfacerme, porque de ser así dejaría de pertenecer o de estar dentro de tú deseo. En consecuencia la anoréxica, podríamos decir, deja de comer. Ahora pasaremos al desarrollo de estos términos en algunos casos clínicos. 59 CAPÍTULO III Casos de Anorexia En el presente capítulo abordaremos algunos aspectos relevantes, tratados en el capítulo anterior, que nos permitan dilucidar y mostrar algunos casos provenientes de autores consultados sobre la temática que nos ocupa: la anorexia. De esta manera, nos parece importante resaltar, que la mayoría de los pacientes, afectados por la anorexia, acuden, regularmente con el médico o con el psiquiatra, especialistas que por su formación y por las características de su disciplina, tiene un modo de abordaje clínico diferente al que hemos aludido desde las perspectiva psicoanalítica. Considerando lo expuesto, daré inicio a la presentación de fragmentos de casos que nos puedan ilustrar sobre la manifestación y posible explicación de la anorexia, contemplando con esto, justificar mi postura frente a esta manifestación clínica Una de las cosas que se desprenden de la propuesta psicoanalítica en torno a la mirada, específicamente, aquella que es determinante en la constitución del cuerpo, en lo imaginario, es la importancia de la mirada del otro, de esa mirada que califica o descalifica, que confirma o destruye. En los fragmentos del caso que mostraremos a continuación, encontramos, como punto nodal, la manera en que la mirada de la madre es determinante, una mirada, que en este caso, destruye lo que simula ante si misma, donde proteger, es como un ojo envidioso que arruina el cuerpo. Una mirada que puede estar apuntalada en el deseo que jamás será satisfecho por nadie ni por la hija o hijo con el padecimiento de la anorexia, y mucho menos por un esposo que parece ausente de su relación con ella. En el libro de Nicolás Caparrós, “la anorexia una locura del cuerpo”, algunas referencia al peso de la mirada de la madre y el efecto devastador que tiene sobre la hija que juega a satisfacer ese deseo insatisfecho por el padre. Caparrós nos habla de una paciente, Ángeles, que se expresa de la siguiente forma de su madre: “es tan buena, pero humilla mucho a mí padre… Se casó para irse de su casa, tan arregladita y calculadora, se mete muy 60 dentro de mí y puede hacer mucho daño, me amenaza, está amargada” (Caparrós, 1997, 132). Tal parece que la única salida de esta paciente es tratar de cumplir ese deseo que su madre nunca quiso que fuera satisfecho, tal parece que esta madre nunca quiso ser madre pero la única alternativa que encuentra para salir de su casa es casarse y es ahí donde aparece el deseo insatisfecho no hay hombre que pueda satisfacer ese deseo y es con este deseo que se identifica la paciente, y parece decir, con nada puedo satisfacerte pero estas tan presente en mí que te metes muy adentro de mí y me haces daño con tu mirada de madre o mujer que nunca podrá ser satisfecho tu deseo y es por eso que debo de vivir siempre atada a tú deseo. Respecto al juego de palabras, tal como ya lo hemos señalado en capítulo 2, al relacionarlo con el peso que tienen algunas palabras o decires de las personas y en este caso de la madre, que es la que marca el deseo de su hija y la condena a ese juego de estar atada a satisfacer algo que no puede ser satisfecho, y la única salida que le queda a la hija es identificarse con ese deseo insatisfecho, por parte de Ángeles, y decir que no hay comida que pueda satisfacerla y es por eso que no permito que entre en mi cuerpo, y es así como se puede entender que el desarrollo de la anorexia en esta chica, se da por un identificación histérica en el deseo insatisfecho de la madre. Por medio de esta identificación podemos afirmar que se cumple el deseo insatisfecho, pero aquí cabe una interrogante ¿Qué pasa con la pulsión, se podría decir que el deseo ha encontrado a través de su juego una manera de hacerse manifiesto, y el objeto de la pulsión que sucede con el? Convendría recordar que en el capitulo anterior se plantearon 3 diferentes tipos de objeto, uno que tiene que ver con el deseo, otro que tiene que ver con la pulsión y otro que tiene que ver con la necesidad, en este caso solamente se ha abordado el objeto ligado al deseo, ahora me permitiré identificar que pasa con el objeto de la pulsión. Hay que recordar que el objeto de la pulsión cumple con la función de un instrumento, una herramienta para que la pulsión pueda acceder a una “satisfacción” en el sentido de que satisfacción implica cancelar el estímulo. Por tanto, la pulsión, su forma de satisfacción se considera a partir de la 61 disminución de tensión. En el caso de Ángeles se ve claramente que la pulsión sexual toma como guía para apuntalarse la necesidad, y es a través de la alimentación que buscaría una salida hacia la satisfacción, sólo que en el acto de comer el alimento puede ser que no esté, o que la misma acción de alimentarse tampoco se presente. De tal manera que el deseo se cumple en el sentido de la insatisfacción y la pulsión queda remitida a la ausencia del objeto, incluso a la ausencia del placer de órgano referida a la boca, como zona erógena. Lo que nos lleva a preguntarnos ¿Qué sucede en torno a la función de alimentación, como pulsión, cuando el objeto que encuentra, en la ausencia de él, no posibilita el acceso a una posible satisfacción? Digamos, no es la satisfacción de la pulsión lo que la mueve a la repetición, sino el repunte de la insatisfacción. Si hay satisfacción de la necesidad, no hay cumplimiento del deseo, dejando sin mucho sustento el punto donde la identificación con la madre se sostiene, es por eso que la satisfacción de la pulsión no se da en el caso de Ángeles, porque de ser así ella desaparecería del deseo de su madre. Aquí se podría hacer otra lectura del caso, relacionada con el cumplimiento del objeto de la pulsión ¿Qué pasa cuando la pulsión es satisfecha? La respuesta parece muy simple, hay una producción de placer ello no parece ilógico pero sería más fácil, por qué, ¿Qué pasaría con el deseo? Tal pregunta me lleva a recordar que el capitulo anterior mencione que la anoréxica goza, para lo cual se hace necesario empezar a diferenciar entre lo que es goce y el placer, para Freud el placer tiene que ver con la disminución de la tensión, es entonces que será conocido como placer de órgano, lo cual lo podemos entender como el apuntalamiento de la zona erógena, zona de suma importancia para el desarrollo de la anorexia. Ahora bien, el goce no es sólo la satisfacción, sino que implica también un dolor. Ya lo dice Nasio “El goce es una moneda que tiene dos caras: la cara del dolor y la cara de la satisfacción; el goce es tanto satisfacción como dolor.”(Nasio, 1994, 20) Aunque habría que considerar que placer y goce no son lo mismo: 62 “Para Freud el placer es la disminución de la tensión. El placer es atemperar la tensión y aquello que atempera la tensión es lo que pone una barrera al goce. El placer baja la tensión el goce es la máxima tensión. El goce es el punto máximo en que el cuerpo es puesto a prueba. La felicidad es extremadamente limitada y la obtenemos con poca cosa. Todo aquello que va más allá de lo poco es lo que el psicoanálisis llama goce.”(Nasio, 1994, 21) Se podría pensar entonces que Ángeles goza al no ser satisfecha y esto trae como consecuencia dejar de pensar que padece la anorexia para castigar a su madre. Por que de ser así nos estaríamos moviendo en el campo del sentido común y esto sería muy lineal creer que alguien padece una enfermedad para castigar a otra persona, el pensar que la anoréxica desarrolla su padecimiento para castigar a alguien no tiene sentido ya que la anoréxica goza. En esta secuencia de ideas, cabe señalar que el goce tiene un papel preponderante, ya que por lo general se piensa que la anoréxica sólo está atravesada por el placer, lo cual nos llevaría a pensar que si ésta se enferma es para no causar un daño mayor, pero ¿en qué? o ¿en quiénes? No lo sabemos, pero nos podemos aventurar a decir que no va por ahí el asunto, la anoréxica goza, y esto viene a darle al traste a la idea de que sea un castigo a la madre, porque traen consigo tanto el dolor como la satisfacción, el sujeto no se da cuenta que su cuerpo goza, y al no darse cuenta de eso puede caer ser atrapado por el deseo de quien lo alimento y no darse cuenta de que vive el deseo de otra persona o de un semejante, no alcanza a distinguir esa diferencia de su deseo, con el deseo del otro. Esto esta claramente manifestado en Ángeles al quedar atrapada por el deseo de su madre y al identificarse con ella. Otro aspecto a destacar en el este caso, es el papel que juega, que ocupa el padre. Ese padre que se deja humillar y que parece ausente de todo lo que pasa a su alrededor es un padre que según Ángeles “bebía y que nunca quiso ir al medico” (Caparrós, 1997, 132) es un padre que no se cuidaba y hasta cierto punto es un padre que brilla por su ausencia y que no traga a la madre porque no puede sostener su deseo y a su vez no podrá sostener el deseo de su hija puesto que hay una 63 relación madre e hija hay una identificación histérica con el deseo insatisfecho. Otro aspecto a retomar por parte del padre es que él no podía dejar de tomar no podía dar fin a un impulso oral, aquí aparece algo que ya fue trabajado en el capitulo anterior, que es la oralidad, para que está se de se necesita tener una sobre estimación de una parte del cuerpo, esto solo es producido por una pulsión parcial y el desarrollo de una zona erógena en este caso es la boca, hay aquí una extraña relación entre el alcoholismo del padre y el desarrollo de la anorexia en la hija. No bastaba la bebida para satisfacerlo, en una sola vez, sino que requería de la repetición, para constatar si en la repetición podía satisfacer el deseo, aclaró que es la repetición como se plantea en el capitulo anterior, la repetición no vista como algo que ya sabemos que va a pasar sino la repetición vista como algo que trae consigo un suceso desconocido para el sujeto mismo, repetición que se desarrolló en el deseo y en el goce de la anoréxica. Para sustentar lo anterior me voy a permitir citar a lo que dice Nasio acerca de la repetición: “En análisis la idea de la repetición sería, que cada vez que reaparece eso que nosotros creemos igual pero sin embargo siempre aparece de manera diferente. Repetición implica, repetición de algo que es igual pero que también es diferente, y segunda observación, en la repetición cuando algo se repite, eso que se repite es único, es uno, y se abre con ese uno un conjunto de repeticiones por venir.” (Nasio, 1994, 23) Tal parece que el padre cada vez que toma intenta, de una forma distinta cumplir con la satisfacción del deseo de su esposa y como si no le faltara ahora también con la identificación de ese deseo insatisfecho de su hija y esa repetición no es más que un segundo fracaso, porque de acuerdo con lo que hemos estado planteando tanto en este capitulo como en el anterior, es que ese deseo jamás podrá ser satisfecho ni por el padre ni por la hija hacia la madre, porque es la madre quien mira tanto al padre como a la hija, los mira con ese ojo, que parece tener una doble función la de proteger y la de destruir. Lo anterior viene a corroborar lo que se planteaba en el capítulo dos sobre la ausencia del padre y la identificación histérica con la madre por esa ausencia. 64 Caparrós nos menciona de otro caso que me parece digno de resaltar, él le da el nombre de Marta; Marta es la menor de 5 hermanos, nace cuando la anterior cuenta con diez. Sólo existe un varón en la familia trece años mayor que ella. Cuenta con cinco años cuando muere su único hermano. “yo tenia que haber ocupado su lugar…. ¿Por qué tiene que morir alguien en lugar del fallecido?” (Caparrós, 1997, 135) Tal parece que a ella la madre no le deja otra salida, si quiere ser alguien dentro de la familia, tendrá que ocupar el lugar de su hermano que a su vez era quien ocupaba un lugar importante para la madre. Se pierde el objeto, hay una perdida del objeto por parte de la madre, ese objeto que puede ser visto como el objeto de deseo, al ser perdido se pierde la posibilidad de ser satisfecho el deseo de la madre, propiciando que la hija tome el lugar del hijo por medio de la identificación con el deseo insatisfecho, de ahí que la hija diga lo siguiente; ¿Por qué tiene que tomar alguien un lugar que no es el suyo, o tener un deseo impuesto por alguien más, por qué alguien tiene que empezar a pagar por algo que no es suyo o que no es el culpable, por qué alguien tiene que desaparecer literalmente por el otro, por qué alguien tiene que dejar desear por un muerto o por un vivo o es más por su madre o por su padre por qué hacer ese sacrificio para que otro este bien o trate de estar bien o simule que todo va bien? Es como si fuera un reproche hacia la madre de por qué tiene que colocarse en ese lugar para cumplir con el deseo de su madre, un lugar que no le pertenecía, pero que ahora transita con la encomienda de hacer lo que la madre le indique para satisfacer el deseo, y es ahí donde surge una pregunta ¿Qué esta madre no tiene llenadera o cómo puedo hacerle para satisfacerla? Siendo este punto, donde podemos decir que efectivamente hay una identificación de Martha con su madre. Una identificación con el deseo de su madre, un deseo que nadie puede cumplir. Esto trae como resultado que el objeto de la pulsión quede en segundo término y que no pueda ser satisfecho o llegar a su meta y así producir placer, tal parece que esta producción de placer no es suficientemente gratificante, para Marta, y así dejar el vació en el deseo de su madre un deseo que no va a ser satisfecho. 65 Marta deja de alimentarse, como si el alimento no fuera un objeto que tuviera relevancia desde el deseo, la pulsión e incluso la necesidad para satisfacer el hambre, sino que se constituye en un objeto que se rechaza, que no se asimila o se incorpora, dejando el objeto de la necesidad de cumplir la función de alimentar y satisfacer, mostrando que el apuntalamiento de la pulsión toma otra dirección, distinta, como si el rechazo o el vómito fueran aspectos esenciales para señalar que el objeto alimenticio cae bajo el imperio de otro orden de cuerpo, de otras funciones. Porque si ella se alimentara perdería ese lugar que tiene dentro del deseo de su madre y no habría una identificación con ella. Situación que nos lleva a preguntar sobre el lugar, el sentido que tiene la oralidad, la boca misma, que desde las funciones vitales, la de autoconservación que denomina Freud, no se cumplen y dejan de manifiesto que, no obstante el apuntalamiento de la pulsión sexual sobre la de conservación, hay un orden distinto a partir de la orientación que hace el deseo, interfiriendo en la función alimenticia, en la conservación a través de la interrupción, el rechazo de alimento, como si el orden del deseo y el pulsional fueran en sentido contrario al de conservación, dejando expuesto el cuerpo a los destinos que dicta el deseo y la pulsión, no a aquellos que yo estaría en posición de atender. Colocando al anoréxico en una posición comprometedora, respecto a la vida. En este trabajo, he insistido en el apuntalamiento de la pulsión sobre el modelo de la necesidad, que a partir de la relación con otro, trae consigo una consecuencia: convertir a la boca en una zona erógena. No obstante que el apuntalamiento ya lo desarrollé en el capítulo anterior, es importante que retome algunos elementos para continuar con la exposición. La boca no sólo sirve como un medio, a través del cual se puede satisfacer la necesidad, sino que también, es una zona erógena. La satisfacción provoca placer en el niño, y al introducirse el placer, la boca deja de ser solamente un orificio por donde entra el alimento. Entonces una parte del cuerpo, que es el límite con el contacto que se tiene con el mundo exterior pasa a ser una zona erógena, la cual le suscita que se le de otro significado a lo que pase por ella, porque la necesidad también irrumpirá como un modo de intentar alcanzar la satisfacción por medio del placer de órgano. 66 Dentro del desarrollo de la anorexia, pareciera ser que al sujeto no le dejan otra salida que ser anoréxico, para que sea considerado como alguien que existe, como si se tratara de que al reconocerlo como tal sería reconocido como un sujeto deseante o como un sujeto que goza. Si mencionamos que Marta goza, estamos diciendo que Marta cumple sus objetivos tanto al identificarse con la madre, tratando de cumplir ese deseo impuesto por ella de dar algo más, a su vez, no deja entrar nada a su cuerpo para que esta identificación con la madre, por medio del deseo insatisfecho se cumpla, trastocando el orden fisiológico por el orden pulsional, que se desprende en gran medida de la relación que se dio entre Marta y su madre. ¿Qué se puede satisfacer en esa relación? Nada puesto que si se satisface se pierde el lugar que ella ocupa en el deseo de su madre. Tal parece que la anoréxica al negarse a ser nutrida tiende a desaparecer como persona, se podría afirmar que la anoréxica es tocada por la pulsión de muerte, que es esta misma pulsión la que la lleva a no dejarse nutrir, para no desaparecer como deseo, es gracias a la pulsión de muerte que la anoréxica sigue prendida del deseo, y es gracias a ella también que la anoréxica encuentra un camino para ese deseo intolerable de la madre, y es así como Marta va sorteando las exigencias de su madre. La imposibilidad de comer, desde la imposibilidad del deseo, provoca la no satisfacción de la pulsión. Con lo mencionada líneas arriba podemos corroborar la influencia del deseo materno instalado en la relación con el semejante. El cual, atendiendo a Nasio diría que “El deseo maternal es tan intenso como intolerable. Un deseo que ella nunca sabe reconocer bien.” (Nasio, 1994, 62) El deseo es instalado por un semejante, el semejante es el prójimo, aquí me voy a permitir usar las palabras de Nasio: el semejante es el otro que se me parece. Cuál es la importancia de está frase, la importancia como yo la veo es que el otro que se me parece, es un sujeto atravesado por el deseo, el lenguaje, el goce. El que instala éstos elementos en el niño, es de la aparición del semejante, desde el momento en que se da la satisfacción de la necesidad, o en otras palabras, 67 desde que se da la pulsión de autoconservación, momento en el que se apuntala la pulsión en la necesidad. Al respecto Nasio hace la siguiente reflexión sobre lo que yo mencionó: “El deseo está aquí, la demanda del niño, tengo hambre, demanda que llora, que grita, que reclama, la demanda tengo hambre no es posible sino en la medida en que el niño ame a la madre, es decir, en la medida en que la madre esté dispuesta y le reclame que se deje alimentar. Porque la demanda en última instancia es una demanda de reconocimiento, es decir, que el niño pide comer, pero está pidiendo que se le reconozca como alguien que existe.” (Nasio, 1994, 68) Esto viene a corroborar lo que le pide Marta a su madre, reconóceme como hija o es más reconóceme como un semejante que existe, tal parece que dentro de su desarrollo de la anorexia, pareciera ser que a Marta no le dejan otra salida, que ser anoréxica, para que sea considerado como alguien que existe, como si se tratara de que la reconocieran como tal como un sujeto deseante o como un sujeto que goza. Un aspecto que se destaca en este caso, al igual que en el anterior, es la repetición. Ésta se da en el hecho de que Marta tiene que tomar el lugar de dos pérdidas, de dos varones. Podemos pensar que aquí se le presenta otra oportunidad a Marta para tratar de cumplir con las expectativas de su madre y como es de esperarse fracasa de nuevo, que la compromete respecto al deseo de su madre, un deseo insatisfecho que a manera de consigna, como si la madre le dijera: esto no se come, porque no se puede satisfacer el deseo. Lo que nos lleva a hacer una pregunta: ¿Qué es lo que pasa cuando la anoréxica se niega a comer? Esto podría ser tomada como una repetición de algo que sucede dentro de su vida anímica, utilizando las palabras de Lacan: es un significante que se presenta constantemente y que necesita la asociación de otro significante para poder darle salida a eso que se repite, pero lo que se repite no es algo ya conocido, sino todo lo contrario es algo nuevo es ahí donde se puede hacer esa conexión para que S1 pase a S2, que a manera 68 propositiva, ese puede ser el punto que permita centrar nuestra posición en el tratamiento para producir algo nuevo en la anoréxica. En otro momento del mismo caso se menciona que Marta idealiza a su padre, pero que este muere cuando ella tenía quince años, aparece de nuevo una perdida de un varón en este caso, y es ella quien tiene que pagar los platos rotos de esta situación, ya que su madre la utiliza de nuevo y dice lo siguiente: “Nunca me llevé bien con mi madre… La viuda mártir que me utilizaba… Era muy agobiante, Pesada, insoportable. Sólo piensa en ella y me saca de quicio. Quiere que todas estemos a su alrededor. Nos chantajea. No me puedo dejar someter” (Caparrós, 1997, 135) De nuevo aparece la continua relación imposible con la madre y la utilización de esta para poder salir adelante de una pérdida de un varón, tal pareciera que la hija solo le sirve como soporte a la madre que constantemente la utiliza y le da a entender que ella (Marta) debe de demostrar algo más para ser tomada en cuenta como miembro de la familia, tal pareciera que tiene una responsabilidad que le es dada por la madre, ocupar el lugar que dejan las pérdidas de la familia, su hermano en un primer momento y su padre en un segundo momento, con el cual ella llevaba una relación muy fuerte e importante. Cuando él muere, su muerte posibilita que Marta se coloque en plena identificación con el deseo de su madre, lo que posteriormente la lleva a padecer de anorexia. Sabemos, que en ocasiones las madres le dan sentido a los síntomas que sus hijas tienen, pero no se dan cuenta que es a través de su palabra, de su deseo, que éstas marcan a sus hijas, y el efecto que tiene esas palabras es devastador en el cuerpo de sus hijas. En otras palabras diría, que hay algo que queda resuelto en la relación madre-hija, pero también, algo que no está resuelto. En el caso de Marta, parece que ésta perdida o atrapada por el deseo de su madre y ésta a su vez no la reconoce a ella, ya que al parecer siempre le 69 esta pidiendo que necesita de hacer o dar algo más para ser reconocida y así ser aceptada por ella. Marta, es tan poca la importancia que cree tener, que Caparrós nos hace un comentario al respecto “ella no llena su cuarto” (Caparrós, 1997, 136) tal parece que no es suficiente su presencia y esto hace que ella se sienta como si tuviera que demostrar algo, demostrarle algo a la madre y así ser querida por ella. Se podría pensar como aquella demanda de amor y reconocimiento por parte de la madre que nutre, y en este caso, la hija que pide ser reconocida y querida por su madre, que se le reconozca como alguien que existe o forma parte de la familia. Es como si Marta tratara de decir a su madre: no basta con lo que soy para que me reconozcas y la madre le contestará, no, tienes que demostrar algo, y ahí la única salida posible al problema por parte de Marta es hablar a partir de su cuerpo que es tomado por el deseo y la identificación con su madre y en consecuencia desarrollar la anorexia para no desaparecer como objeto de deseo aunque estos traiga consigo la desaparición literalmente hablando de ella me refiero a su muerte, ahí es donde toma importancia el objeto visto como necesidad de satisfacer el hambre, porque es sabido que los efectos de este no comer por parte de las anoréxicas tiene un efecto devastador en su cuerpo fisiológicamente hablando, queda claro que en los casos extremos de anorexia lo más importante es el que está se empiece a alimentar. Otro pequeño caso que trae a colación Caparrós es el de Juana. Caso que sigue lineamientos parecidos a los anteriores, un padre ausente desde que ella tiene 10 años porque se separa de la madre, una madre que se esfuerza de manera inconsciente para que su deseo no sea satisfecho y una identificación histérica por parte de la hija hacia la madre. Él menciona lo siguiente; “Juana comienza a tener a los dieciséis trastornos alimenticios, este hecho coincide con la muerte del padre”(Caparrós, 1997, 138) Tenemos de nuevo la perdida del padre o si le podemos hacer la siguiente lectura, un padre ausente, ya no esta, y esto desencadena en ella el inicio de la enfermedad tal parece que hay algo que no ha sido resuelto entre ella y el padre, puesto que desde que ella tenia 10 años y hasta la muerte del mismo, sólo se vieron 3 70 veces. Siendo esto el inicio de lo que se podría decir, el reclamo hacia la madre. Evitando que ésta cumpla con su papel de madre y evitando comer todo eso que ella le prepara con tanto esfuerzo. Este punto será trabajado desde otra arista un poco más adelante, puesto que lo que me interesa resaltar en este momento es la demanda del semejante. Haciendo un acercamiento a este caso, es importante destacar lo mencionado por Caparrós: “se somete en apariencia, pero cuando la madre se descuida tira los alimentos a la basura”(Caparrós, 1997,138) Esto lo podemos tomar como un reproche por parte de la hija hacia la madre, de esto no se come, parece decir la hija a la madre, no voy a permitir que me alimentes aún que le dediques mucho tiempo y me hagas alimentos especiales, los tirare a la basura al menor descuido tuyo, parece decir la hija. Esto me permite dar pie a lo mencionado en el capítulo anterior entorno a la demanda y el deseo. Aquí, están en juego dos demandas y al parecer un deseo: La demanda de ser nutrido, ésta es por parte del semejante y la demanda de no dejarse nutrir, ésta es por parte del sujeto, que en Juana, estas demandas son tocadas por el deseo de no desaparecer. Como deseo resulta algo evidente, pero traigo a colación, aunque pareciera contradictorio, que la anoréxica se niega a desaparecer como deseo, pero al negarse a ser nutrida tiende a desaparecer como persona. Se podría afirmar que la anoréxica es tocada por la pulsión de muerte, que es esta misma pulsión la que la lleva a no dejarse nutrir, para no desaparecer como deseo. Gracias a la pulsión de muerte la anoréxica sigue prendida del deseo y así se cierra ese círculo o ciclo del deseo insatisfecho como tal. La demanda es tocada por el deseo de ser satisfecho, pero si así fuera, el sujeto quedaría excluido de esta relación (entre un semejante que es el encargado de nutrirlo y é). Si digo, que lo que está en juego en la anorexia es un deseo no satisfecho por parte de la madre, al satisfacerse, podríamos decir, que muere la anorexia y ya no queda nada, sin embargo, es curioso, nada es lo que entra por la boca de esa anoréxica que se niega a ser satisfecha para no quedar excluida de ese eterno juego de la satisfacción de un deseo. Para reafirmar lo que estoy diciendo continuare con una cita de Lacan: 71 “que es para que ese deseo que desborda a esa demanda no se extinga que el propio sujeto, que tiene hambre de lo que a su demanda de ser nutrido responde la demanda de dejarse nutrir, no se deja nutrir, se niega de alguna manera a desaparecer como deseo por el hecho de ser satisfecho como de la demanda que la extinción o el aplastamiento en la satisfacción no podría producirse sin matar el deseo, es de allí que parten estas discordancias entre las cuales la más graficada es la negativa a dejarse nutrir, la anorexia, llamada más o menos acertadamente, mental.”(Lacan, Infobase) Tal parece que hay ahí un reproche por parte de Juana: no dejaré que cumplas tú deseo de alimentarme. Clara muestra del deseo insatisfecho de la hija ante el deseo insatisfecho de la madre por parte del padre, puestos que estos se separaron cuando Juana tenia solo 10 años. Situación que conlleva una identificación con la madre, impidiendo que la alimente con eso platillos tan exquisitos y selectos que (la madre) con tanto esfuerzo le prepara, como diciéndole soy tan igual a ti, que nos perecemos tanto y no permitimos que nuestro deseo sea satisfecho. Recordemos que la histeria también juega sobre la separación. Juega a esa estrategia de hacer surgir el deseo. Lo que devela una proximidad interesante entre la estrategia histérica para sostener el deseo como insatisfecho y la estrategia anoréxica. Es como si la anoréxica jugara con ese deseo insatisfecho y el resultado de ese juego es decir yo también tengo un deseo insatisfecho y no quiero que me lo satisfagan y voy hacer todo lo posible para que así sea. Pero ¿Qué pasa con la madre que se esmera tanto en hacer alimentos suculentos para la hija y esta se niega a comerlos? En el caso de Juana “ella cree que la madre pretende comprarla y dejarla así para ella”(Caparrós, 1997, 138) tal parece que Juana juega con su madre y le hace creer que si le gusta lo que come pero en el menor descuido lo tira a la basura, es como si Juana le dijera a su madre no tengo porque estar atada a tu deseo. O apoyándome en otra lectura, de la misma situación. Es como si ella (Juana) le hiciera ver a su madre que no la quiere como tal. No es que no la quiera, sino que ella ya no quiere formar parte de ese deseo materno tan intolerable para ella. Quiero 72 hacer un comentario acerca de esto: es como, cuando un niño o niña le dice a su madre ya no te quiero y por eso hago esto o dejo de hacer lo otro, no es que no la quiera como madre sino que lo que no quiere el niño o la niña es formar parte de ese deseo materno que en muchas ocasiones es tan intolerable, si nosotros satanizamos esa expresión estaremos cayendo en una psicología bastante lineal, como la que podemos encontrar publicada en los estantes de diversos centros comerciales de nuestro país, creo que hay que dejar que el niño o niña tenga una salida hacia ese deseo materno, y podríamos decir que es lo que sucede con Juana, ella ya no quiere formar parte de ese deseo, aunque la madre trate de acercarse con esos alimentos tan elaborados, diciéndole: ya basta, con el desarrollo de su anorexia. Pero hay algo más que es digno de destacar en este caso; es el hecho del juego de Juana, que le hace creer a la madre que se come lo que le prepara, “su madre le prepara cosas en extremo selectas y elaboradas……. Se somete a la presión en apariencia, pero cuando la madre se descuida tira los alimento a la basura”(Caparrós, 1997, 138) esto me hace recordar una cita de pulsiones y destinos de pulsión que me parece pertinente mencionarla: “En la medida que es autoerótico, el yo no necesita del mundo exterior, pero recibe de él objetos a consecuencia de las vivencias derivadas de las pulsiones de autoconservación del yo, y por tanto no puede menos que sentir por un tiempo como displacenteros ciertos estímulos pulsionales interiores. Ahora bien, bajo el imperio del principio de placer se consuma dentro de él un ulterior desarrollo. Recoge en su interior los objetos ofrecidos en la medida que son fuente de placer, los introyecta, y por otra parte, expele de sí lo que en su propia interioridad es ocasión de displacer” (Freud, 2001: XIV. 130) Tal parece que Juana juega a hacer parecer que se come lo de que le hace su madre pero a la vez lo escupe como diciéndole no me interesa lo que hagas para mí. Hablar de que Juana puede escupir lo que proviene del mundo exterior a través de su madre, nos permite decir, que en la anorexia se puede comer algo del mundo exterior y después escupirlo, o en otras palabras vomitarlo. Considerando que el vomito no es exclusivo de la bulimia, como 73 muchos pueden creer y aquí queda demostrado, para lo dicho líneas arriba me voy a permitir citar a Marcelo Hekier “Vomite y me encontré…”(Hekier, 2005, 66) le dice una de sus pacientes. Se encontró como una persona que goza y que es capaz de tener su propio deseo, había algo que ella introdujo dentro de sí que le estorbaba y por eso tenía que desecharlo. En este punto del abordaje del caso, surge una interrogante ¿Por dónde escupe o vomita lo que causa displacer, será acaso que la boca juega un papel preponderante en la anorexia? Sí, la boca juega un papel importante dentro del desarrollo de la anorexia, puesto que es tomada como una zona erógena que produce un goce por lo que pase por ahí o deje de pasar. Cabe aclarar, que recurro al goce en lugar de placer por lo limitante que puede resultar este término para explicar la anorexia, a diferencia del de “goce”. Tal vez se me cuestionará el por qué no pongo o digo que la boca produce placer, porque el estado de placer se queda corto dentro de la anorexia y es por eso que el termino goce viene como anillo al dedo para explicar lo que es la anorexia y sus consecuencias y efectos sobre la misma anoréxica y sobre los que la rodean, tal como lo manifesté en el capítulo anterior. Reconsiderando: la pulsión, como pulsión de muerte, permite abrir un nuevo espacio para la discusión, sobre todo, acerca de cómo la anorexia está referida. Tal vez una propuesta freudiana que llama la atención, es la manera en que se vincula la pulsión de muerte al masoquismo, volcando la pulsión hacia el propio cuerpo, de lo cual habría que observar si este movimiento hacia el cuerpo en algún momento llega a poner en riesgo la vida misma. Tal parece que la anoréxica al negarse a ser nutrida tiende a desaparecer como persona, se podría afirmar que la anoréxica es tocada por la pulsión de muerte y que es esta misma pulsión la que la lleva a no dejarse nutrir y a evitar la desaparición de su deseo. Es gracias a la pulsión de muerte que la anoréxica sigue prendida del deseo, y es gracias a ella, también, que encuentra un camino para ese deseo intolerable de la madre. Recordemos que, aquella parte del cuerpo que funciona como límite por el contacto que tenemos con el mundo exterior, es lo que consideramos, desde 74 la pulsión, una zona erógena, la cual le dará otro significado distinto a todo aquello que entre en contacto con ella, porque incluso, la necesidad quedará supeditada al placer que se propicia, como placer de órgano. Con esto, puedo decir que hay ciertas partes del cuerpo, que serán sobre estimadas en la anorexia y por ciertas palabras o decires, que tienen un peso específico en el desarrollo de la enfermedad, y, además, que la anoréxica cumple al pie de la letra con esas formas que dicta el deseo para su cumplimiento. Con lo anterior puedo decir que hay ciertos pedazos de cuerpo que son sobre estimados en la anorexia y ciertas palabras o decires de personas que tienen un peso especifico en el desarrollo de la enfermedad y puedo decir que la anoréxica cumple al pie de la letra con esas formas de satisfacción de deseo. Pero cómo puede ser satisfecho el deseo, según Nasio se puede satisfacer de la siguiente manera: “El deseo, pues, se satisface, se sostiene con la fantasía. En una palabra, hay dos maneras de satisfacer parcialmente el deseo, una con el objeto de la fantasía, otra, con el significante. El deseo se satisface con pedazos de cuerpo y hablando con ciertas palabras que tengan peso.”(Nasio, 1994, 87) La anorexia puede sostener el deseo a través de la fantasía, aquí cabe hacer una aclaración se tiene la creencia de que al hablar de fantasía se habla solamente de ideas pero, Freud lo dice muy claro, la fantasía se constituye tanto a nivel de ideas como del cuerpo (lo vivenciado). Con esto puedo decir que el deseo se muestra a través de la fantasía y que ésta deja una sensación corporal respecto al cumplimiento del deseo. Dos recursos se toman en cuenta: la alucinación y el fantasear, sin que con esto queden excluidas otras formas que Freud incluirá, como será el caso del síntoma. Formas de cumplimiento que destaca la importancia de la mirada en la anorexia. Punto por demás importante. Finalmente, no debemos dejar de lado, la mirada que tiene la anoréxica hacia ella misma, es cruel y la destruye, la desfigura y esto trae como 75 consecuencia un efecto en el cuerpo, para esto me voy a permitir citar algo de un libro que habla de anorexia y describe lo que la paciente siente y ve de ella misma y de su cuerpo “No soporto ver lo enorme que soy….Me siento espantosa. Mis piernas, mi estomago, todo YO. No puedo ni verme.” (Lindsay, 2002, 19)Tal parece que no hay un reconocimiento de su cuerpo y la persona fantasea que esta enorme cuando pesa solo 45kg, y mide 1.82, no hay un reconocimiento de su cuerpo no puede verlo tal cual es, y para sostener su deseo fantasea que esta enorme y el efecto de esa fantasía atenta contra el cuerpo. Como se pudo observar en este capitulo se trato de demostrar, a partir de tres viñetas clínicas, algunos conceptos psicoanalíticos que son importantes para un posible acercamiento al tratamiento de este enfermedad, algunos de los conceptos que nos posibilitan dicho acercamiento son la importancia del deseo insatisfecho, la identificación histérica con ese deseo insatisfecho, el papel que juega la pulsión de muerte permitiéndole a la anoréxica valerse de ella para que su deseo con quede borrado por el deseo intolerable de su madre, otro aspecto se trato de demostrar es el papel del goce, haciendo a un lado el placer, porque el goce catapulta el desarrollo de la anoréxica y si tomábamos el concepto de placer limitaríamos el posible desarrollo de la enfermedad, se toco también la ausencia del padre y el efecto que esta puede traer para el desarrollo de la anorexia, se dice que la anorexia es una posible salida a esa ausencia del paterna y como toda ausencia tare sus avatares y uno de esos avatares es el desarrollo de la anorexia. También se retoma el concepto de la repetición, tomada desde la idea de que toda repetición siempre trae algo nuevo que mostrarnos, y es así como siempre toda negativa de comer por parte de la anoréxica trae tras de si algo nuevo para trabajar. 76 CONCLUSIONES Es indescriptible lo que pasa por tu mente en este momento, por fin se ha llegado al final de un largo recorrido y la forma más sencilla de iniciar esto, que es éste final de ese recorrido, es partiendo de la definición de concluir, esta definición nos hace referencia al termino o acabar, que a su vez nos remite a otro termino, que es el de conclusión, se llega a esta a partir de un razonamiento, diría yo de un recorrido extenuante por ciertos conocimientos que nos hacen llegar a este punto del razonamiento y en consecuencia terminar algo. Hemos llegado por fin a las siguientes conclusiones en torno al tema que nos intereso y en consecuencia se investigó, la anorexia, un acercamiento psicoanalítico. 1.- Se llegó es que la anorexia no es un padecimiento reciente, como muchos pensaban, y que si bien la influencia cultural de la moda de oxiden pudo haber influido en algo, no fue un factor determinante para que se centrara los esfuerzos clínicos ahí. De acuerdo a la perspectiva teórica que se tomó para el desarrollo de esta tesis, nos pudimos dar cuenta de que la comida no era el problema de anoréxica y esto difiere mucho de otras perspectivas clínicas, tales como el conductismo, que se centra solo en la supresión del síntoma y el humanismo que pareciera que reduce todo el problema de la anorexia, a la autoestima. Sí la perspectiva teórica que nosotros abordamos nos permite diferir de esto, y también nos permite sostener que el psicoanálisis, puede hacer aportaciones interesantes y pertinentes en el estudio de la anorexia. 2.- Se llego también a la conclusión de que es necesario darle cabida al desarrollo de la pulsión, dentro de la anorexia, al haber introducido la pulsión se modifico la forma de acercamiento a este padecimiento. 77 La pulsión nos catapulto a otro termino psicoanalítico, que es el del apuntalamiento, ahí nos dimos cuenta de la importancia de éste para que se de el desarrollo de la pulsión sexual, a partir de apuntalarse en la pulsión de autoconservación, esto trajo como consecuencia el surgimiento de una pulsión parcial, que necesitaba de una zona erógena para poder ser satisfecha, y así producir un placer de órgano. Nos dimos cuenta de que esa zona erógena era la boca, y al marcar está como una zona que produce cierto placer, al introducirse el término placer ya no se puede hablar o ver a la boca solamente como aquel orificio por donde entra y sale el alimento. Una parte del cuerpo funciona como límite, pero también es el inicio del extravío de la sexualidad, al contemplarla desde la teoría del placer o al ser tocada por el placer, esto modifica notablemente la perspectiva de las zonas de placer o zonas erógenas, lo anterior trae consigo consecuencias irreductibles en el cuerpo. 3.- Se llego a afirmar que la anoréxica es capaz de producir goce, y estos vino a modificar sustancialmente la forma en como nos podríamos acercar a este padecimiento, con esto se demostró que el termino placer se quedaba corto para poder darle una respuesta o salida a la problemática de la anorexia. ¿Pero qué trajo consigo introducir el goce dentro del desarrollo de la anorexia? Primero que nada, introduce el deseo, este deseo es dado por un semejante, en este caso se desarrollo ligando a una persona, que es la madre, la anoréxica queda marcada por el deseo de su madre, un deseo que es intolerable, pero al mismo tiempo necesario, dicho deseo reclama ser satisfecho, y es satisfecho al decirle a la anoréxica, de esto no se come, por que no hay satisfacción. 4.- Con lo anterior nos dimos cuenta de que la anoréxica desarrolla una identificación histérica con su madre, una identificación que se da a partir de un deseo insatisfecho, nadie puede satisfacerme, perece decir la madre, y la hija 78 le responde, a mí tampoco nada puede satisfacerme, porque de ser así dejaría de pertenecer o de estar dentro de tú deseo. En consecuencia la anoréxica, podríamos decir, deja de comer. También nos dimos cuenta de que la pulsión toma como objeto, de su satisfacción, el alimento, recordando que el objeto de la pulsión es lo más variable, nos es de que sea literalmente así, la pulsión se vale del alimento para poder salir, podríamos decir que la pulsión se apuntala en el alimento y es gracias a ese apuntalamiento que la pulsión puede encontrar una salida. Otra consecuencia que trajo el goce, es darle la oportunidad a la anoréxica de poder producir su propio deseo, y no estar atada al deseo de su madre y que la única salida que le quede es identificarse con está, esto le da la oportunidad de poder realizar su propio deseo. 5.- También podemos llegar a afirmar que la anoréxica goza, y esto viene a darle al traste a la idea de que sea un castigo a la madre, porque traen consigo tanto el dolor, como la satisfacción, pero hay algo que es todavía más importante, que hay más allá del principio del placer, es la repetición, la repetición no vista como el eterno retorno de lo mismo sino la repetición vista como algo que trae consigo un suceso desconocido para el sujeto mismo y la cual se desarrollo en el deseo y en el goce de la anoréxica. Con lo cual podemos afirmar que, cada vez que la anoréxica deja de comer, podría ser tomada como una repetición de algo que sucede dentro de su vida anímica, utilizando las palabras de Lacan es un significante que se presenta constantemente y que necesita la asociación de otro significante para poder darle salida a eso que se repite, pero lo que se repite no es algo ya conocido, sino todo lo contrario es algo nuevo es ahí donde se puede hacer esa conexión para que S1 pase a S2, es ahí donde debemos de centrarnos para producir algo nuevo en la anoréxica. Con lo expuesto en esta tesis puedo llegar afirmar que hay miradas complementan al sujeto, pero también hay miradas que marcan que destruyen y más si esa mirada es de un semejante, y más si esa mirada va acompañada 79 de su deseo, del deseo del semejante, a esa persona no le queda más remedio que defenderse y lo hace con un padecimiento en este caso, la anorexia. Así como hay mirada que destruyen también hay decires que marcan, y que dejan huella en las personas, o más aún en el cuerpo, que mejor ejemplo de esto que la anorexia. Por último puedo decir que gracias a esta investigación que se realizó, puedo afirmar que la anoréxica puede llegar a vomitar y así encontrarse, encontrarse como una persona que es capaz de gozar. El vomito parecía exclusivo de la bulimia, pero no es así. Finalmente, a partir de estas conclusiones, quiero deja constancia, de que desde el psicoanálisis se pueden hacer varias lecturas de la anorexia, aquí presento una de esas tantas lecturas. 80 BIBLIOGRAFÍA Baravalle G., C. H. Jorge, L. E. Vaccarezza, Anorexia Teoría y clínica Psicoanalítica, Ed. Paidós, Barcelona, España, 1993. Bell, R. 1985. Holy Anorexia. Chicago & London, The University of Chicago Press. Bruch Hilde, la jaula dorada el enigma de la anorexia nerviosa, Ed. 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