TEORÍAS DE LA COMUNICACIÓN MARCUSE: El hombre unidimensional (1964)

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TEORÍAS DE LA COMUNICACIÓN
09-05-2011
MARCUSE: El hombre unidimensional (1964)
I. Continuidad de la TC como “GRAN RECHAZO”
Sobre represión y asimilación (sistémica)
Vs
Vitalismo integral (subjetivo)
II. Crítica de los MEDIA:
(E) Generalización-racionalización de intereses sectoriales DOBLE INTROYECCIÓN
(M) Falsa opción entre información y diversión
DISTANCIAMIENTO (individual)
(R) Totalitarismo como tendencia estructural
ARTE
(Cultural)
III. LÍMITES
“arte” ------ cotidionalidad
(-) Doble olvido
Cotidianeidad =/ Cultura masiva o “Industria Cultural”
(+) Denuncia del carácter acrítico y antitópico de la mass cultura
Marcuse fue acogido por EEUU pero no volvió a Europa y cuando empieza a hacer sus
primeras publicaciones importantes en los 60, el contexto es revuelto y agitado y los
libros de Marcuse circularon como la pólvora. El libro más influyente en su momento es
el citado más arriba. El título dice mucho, porque intenta hacer una radiografía del
sujeto moderno, entendido como un sujeto uniforme, estandarizado, un sujeto de
encefalograma plano. Lo importante del título es focalizar el término hombre o el
término sujeto. Porque la diana crítica de Marcuse tiene que ver con la objetividad, y
para Marcuse es muy importante la lectura de Freud que ahora se actualizará gracias a
Marcuse. La crítica de la comunicación y la crítica social quedan incompletas si no se
acompañan de una crítica de lo que le sucede al sujeto en su interior. Ahí es donde
Marcuse se la juega con una tesis inicial donde el dice que el sujeto moderno está
atrapado en un conflicto de raíz entre la tendencia del sistema al control, a la opresión
social y vitalismo integral. Según Marcuse, aquí es donde estaría la esperanza, el último
resquicio de libertad está en la posibilidad de que el sujeto libere su deseo. El sujeto se
encuentra enfrentado a fuerzas que lo atraviesan desde arriba y desde abajo, solo que
para Marcuse ese conflicto tiene una dimensión de liberación, de optimismo, una cierta
confianza en que los grupos podemos liberarnos de la presión si recuperamos la
conciencia de el poder que tenemos aquí.
La función de los media la resume Marcuse en tres puntos que los hace ser un vector de
poder vital. Cada una de estas pautas tiene que ver con el esquema clásico de emisor,
mensaje y receptor. El primero de los rasgos afecta al emisor y en realidad es un apunte
ya esbozado en dialéctica del iluminismo; la generalización en intereses sectoriales.
Consiguen crear un ambiente cultural en el que asume como cultura general o popular,
una cultura que no viene del pueblo, como se supone que debería ser una cultura
popular. Los mass media popularizan una cultura que responde no tanto a intereses
populares como comerciales. Lo que hace Marcuse es apretar un poco la tuerca y ser
bastante más feroz cuando habla de estas cosas. Los mass media constituyen la
mediación entre los amos y sus servidores. Si quien ha montado este modelo social tiene
como principal instrumento a los medios de comunicación, estos hacen de mediadores
entre propietarios y esclavos.
Los discursos audiovisuales de mayor alcance estarían sometidos a una especie de falsa
opción entre el género de la información y el de la ficción. Si los mass media tuvieran
un altavoz, un megáfono, lo que dice es que los contenidos audiovisuales están
divididos en dos grandes franjas genéricas, los géneros informativos y los géneros de
ficción. Lo que dice Marcuse es que esa diferencia en la práctica no se da porque según
el lo que se llama información está orientado de una forma persuasiva o
propagandística, también muy caliente y subjetiva, y lo que llamamos ficción no deja de
ser una forma de estar de acuerdo. Lo que se canaliza como fantasía podría ser una
forma de encajar la experiencia subjetiva con el orden establecido, con la realidad pura
y dura, el status quo. Lo que llamamos fantasía es una puerta falsa mediante la cual
entras por detrás a donde ya estábamos; falsa salida.
El totalitarismo o esta especie de necesidad del sistema por controlar estas experiencias
es una tendencia de esta estructura. Desde el punto de vista del receptor siempre habrá
un espacio de mínima distancia desde el que el receptor pueda interpretar de otra forma
la película. El totalitarismo es una tendencia del sistema, es un proyecto en marcha y
siempre está en un estado susceptible de ser cambiado. Los resortes que propone
Marcuse para distanciarse
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