Primera y segunda presidencia de Juan Domingo Perón

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TRABAJO PRÔCTICO
Primera y segunda presidencia de Juan Domingo Perón
Materia: Historia del Movimiento Obrero Argentino
Departamento: Recursos Humanos
Cede: Perú
Turno: Noche
Año: 2011
INTRODUCCION
OrÃ−genes del peronismo:
Cambios polÃ−ticos y sociales
Entre 1943 y 1955 se produjeron importantes cambios en el contexto polÃ−tico social en nuestro paÃ−s. Se
fueron acentuando diferencias ideológicas y enfrentamientos dentro de las Fuerzas Armadas. En la
presidencia de Farell se fue consolidando en el gobierno un sector nacionalista del Ejército, liderado por el
coronel Juan Domingo Perón que planteaba la necesidad de un desarrollo industrial independiente y la
plena incorporación de los trabajadores en el sistema polÃ−tico de este sector. Representa una lÃ−nea
más flexible y de mayor apertura ante los problemas sociales, produjo cambios fundamentales respecto a
los gobiernos anteriores, sanciono una serie de reformas en la legislación laboral. Las principales medidas
fueron:
El Estatuto del Peón: estableció un salario mÃ−nimo, procuró mejorar las condiciones de los
trabajadores rurales.
El establecimiento del seguro social y la jubilación que benefició a 2 millones de personas.
La creación de Tribunales de Trabajo, cuyas sentencias, en lÃ−neas generales, resultaron favorables a las
demandas obreras.
Mejoras salariales y el establecimiento del aguinaldo para todos los trabajadores.
El reconocimiento de la asociaciones profesionales, con lo cual el sindicalismo obtuvo una mejora
sustancial de su posición en el plano jurÃ−dico.
La oligarquÃ−a que se beneficio con el  modelo agrario exportador comenzó a agrupar sus fuerzas para
resistir la polÃ−tica de reformas sociales.
Con la profundización del enfrentamiento social entre las organizaciones obreras y empresariales, se
aceleró el acercamiento polÃ−tico entre Perón y el sindicalismo. Perón iba ganando cada vez más poder
dentro del gobierno, llegando a ejercer simultáneamente la SecretarÃ−a de Trabajo, el Ministerio de Guerra
y la Vicepresidencia.
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Ante la ofensiva de la oposición, la mayorÃ−a de los militares que integraban el gobierno de Farrell
creyeron que debÃ−an deshacerse del sector polÃ−tico liderado por Perón, muy peligroso por su avance
sobre distintas áreas del Estado, por ello, le pidieron la renuncia a sus cargos y lo detuvieron en la isla
MartÃ−n GarcÃ−a.
Por tal motivo, la agitación creció en el seno del movimiento obrero. Entre los trabajadores existÃ−a la
convicción de que la caÃ−da de Perón significarÃ−a el triunfo de los sectores capitalistas y la posibilidad
de perder las conquistas sociales obtenidas. Por lo cual, el 17 de octubre de 1945, al conocerse la renuncia de
Perón, los obreros comenzaron a movilizarse en distintos lugares del paÃ−s. La movilización de las masas
obreras consiguió la liberación de Perón y aseguró la continuidad de sus conquistas sociales.
Perón organizó el Partido Laborista (más tarde transformado en Partido Peronista) integrado por sectores
sindicales y obreros y un sector del partido radical. Dicho partido ganó las elecciones de 1946 con la
fórmula presidencial: Perón-Quijano.
PRIMERA PRESIDENCIA (1946 - 1952)
En febrero de 1946 asume el gobierno de Perón por medio de elecciones limpias. Este gobierno se divide en
dos etapas, la primera que va de 1946 a 1951 y la segunda de 1952 a 1955.
Perón llega al gobierno mediante una alianza entre los empresarios y un movimiento obrero organizado, la
iglesia y los grupos nacionalistas del ejército.
El proyecto de Perón se basaba en la construcción de una Nueva Argentina que estaba fundada en tres
pilares fundamentales:
Justicia social: distribuir equitativamente los ingresos, terminar con la riqueza concentrada en unos pocos y
terminar con la explotación de los obreros.
SoberanÃ−a PolÃ−tica: rechazar las influencias exteriores en las decisiones polÃ−ticas nacionales.
Independencia Económica: lograr un desarrollo económico autónomo, aumentar la producción y
nacionalizar los servicios públicos y el comercio exterior.
Perón planificó la economÃ−a en base a dos supuestos:
1)- El estallido de una tercera guerra mundial: Era un supuesto clave para delinear la economÃ−a de un
paÃ−s que dependÃ−a estrechamente de la polÃ−tica de las grandes potencias. Durante las dos guerras el
paÃ−s pasó por una situación similar: Abasteció de alimentos y materias primas a un mercado que los
demandaba, se impulsó la industria local debido a la escasez de manufacturas (las potencias afectaban toda
su producción a la guerra), se activó el comercio con América (mercado desatendido por los habituales
proveedores).
Si las circunstancias se repetÃ−an debido a una tercera guerra, a la argentina le convenÃ−a tener sus
industrias funcionando a pleno, transportes propios y disponibilidad de fuentes de energÃ−as.
2)- La continuación de Argentina como habitual proveedora de Europa: En 1947, Estados Unidos lanzó el
Plan Marshall, una ayuda para los paÃ−ses devastados por la guerra, que contemplaba la provisión de
alimentos a aquellos paÃ−ses. Al ser la Argentina un habitual proveedor de alimentos para Europa, se
anotó en el Plan.
El apoyo principal del gobierno peronista fue de los sectores populares controlados mediante
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el sindicalismo y la CGT, cuyos dirigentes eran seguidores de Perón. Además tuvo el apoyo de
desempleados, ancianos, amas de casa y peones rurales a través de la Fundación Eva Duarte (fundada en
1948). A raÃ−z de las medidas peronistas, muchos sectores, hasta ese entonces marginados, mejoraron su
nivel de vida y su participación polÃ−tica.
En argentina, a diferencia de lo que ocurrió en algunos paÃ−ses europeos, no hubo una burguesÃ−a
industrial poderosa capaz de liderar un proceso de industrialización. Fue el Estado el responsable de
producir la modificación de la estructura productiva, impulsando un rápido crecimiento industrial y
nacionalizando importantes sectores de la economÃ−a. Fue asumiendo un rol de empresario,
haciéndose cargo de diversas tareas que anteriormente correspondÃ−an a iniciativas del sector privado.
El estado obtuvo importantes  recursos, que provino de la actividad industrial y de la inversión local.
Esto provocó una importante oposición de los sectores terratenientes y de las empresas privadas
vinculadas al comercio exterior. Se procuró una mayor justicia social, mejoro las condiciones de vida de los
trabajadores y alentó el desarrollo industrial. Hubo una redistribución de la riqueza, elevó el poder
adquisitivo de los trabajadores, aumentando el nivel de empleo y los salarios.
Desde el Estado se impulsó una amplia legislación social que contribuyó al mejoramiento de las
condiciones de vida del conjunto de los trabajadores. AsÃ−, se estableció el control estatal de
los precios de los alquileres, se otorgaron nuevas viviendas a partir de planes populares de financiación.
Argentina pasó a ser un paÃ−s acreedor, por varios meses no se tuvo deuda externa, porque se pagó un
saldo pendiente de los gobiernos anteriores.
Una crisis profunda comenzó a incubarse por no haberse invertido en bienes de capital y por no haberse
previsto las necesidades crecientes de la industria y de los servicios públicos en relación con la progresiva
concentración urbana. Pese a todo, Perón pudo conservar la solidez de la estructura polÃ−tica en que se
apoyaba. La depuración del ejército le aseguró su control y la organización electoral se mantuvo. Pero,
ciertamente, carecÃ−an de fuerza los partidos polÃ−ticos que lo apoyaban. Con o sin ellos, Perón
mantenÃ−a su pequeño margen de ventaja sobre todas las fuerzas opositoras unidas, sobre todo a partir de
la aplicación de la ley del sufragio femenino, sancionada en 1947 y que reivindicaba a la mujer hasta
entonces marginada de la vida polÃ−tica argentina.
En 1947 anunció un Plan Quinquenal para fortalecer las nuevas industrias creadas y comenzar con la
industria pesada. Perón firmo la escritura por la cual todos los ferrocarriles pasaron a manos del Estado.
En el área del desarrollo de la ciencia y tecnologÃ−a, en 1948, Perón anunció un proyecto de desarrollo
de energÃ−a de fusión nuclear. Durante el gobierno de Perón se estableció el carácter gratuito de la
enseñanza universitaria y se permitió el ingreso de grandes sectores juveniles provenientes de las clases
medias bajas y clase obrera a la Universidad; se promovió el estudio y la investigación de las ciencias
relacionadas con el desarrollo industrial.
En 1949 se sanciona una nueva constitución, discutida por la oposición, que será derogada por
el golpe militar de 1955. Esa Constitución, conocida como Constitución de 1949, incorporó por
primera vez los derechos del trabajador en el constitucionalismo argentino. Los mismos fueron incluidos en el
art. 37, conocido como Decálogo del Trabajador, donde se detallaban 10 derechos laborales:
Derecho de trabajar
Derecho a una retribución justa
Derecho a la capacitación
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Derecho a condiciones dignas de trabajo
Derecho a la preservación de la salud
Derecho al bienestar
Derecho a la seguridad social
Derecho a la protección de su familia
Derecho al mejoramiento económico
Derecho a la defensa de los intereses profesionales
El derecho de huelga no se encontraba incluido en el decálogo. Durante el gobierno peronista, muchos
dirigentes opinaban que, en un gobierno popular, el derecho de huelga debÃ−a encontrarse restringido a casos
extremos.
Tres aspectos importantes tuvo la polÃ−tica de Perón: primero, procuró acentuar los elementos
emocionales de la adhesión que le prestaba la clase obrera destinados a destacar la actitud paternal del
presidente con respecto a los que vivÃ−an de su salario. En segundo lugar, se logró establecer una
organización sindical rÃ−gida a través de la Confederación General del Trabajo, que agrupó a varios
millones de afiliados de todos los sindicatos obligados a incorporarse y a contribuir automáticamente.
Finalmente el gobierno mantuvo una polÃ−tica de salarios altos, a través de la gestión de contratos
colectivos de trabajo, que generalmente concluÃ−an mediante una intervención directa del Ministerio de
Trabajo y Previsión.
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Causas de la Crisis Económica
Una de las causas fue el pronóstico erróneo como base de la planificación: se gastó el dinero pensando
que se recuperarÃ−a rápidamente. La escasa rentabilidad económica de las inversiones: la mayor parte del
dinero no se destinó a inversiones económicamente reproductivas sino a nacionalizaciones, obras y
beneficios sociales. El dinero de las nacionalizaciones no se destinó a modernizar, ni a hacer más eficiente
el sistema o la producción. La situación se agravó debido a un perÃ−odo de malas cosechas, que en 1951
y 1952 se perdieron casi en su totalidad; liberalidad en los gastos y corrupción. El dinero del Estado se
manejó con liberalidad, y hubo sospechas de enriquecimiento ilÃ−cito. Inexistencia de una carrera en la
administración pública: en el paÃ−s no existÃ−a gente capacitada para esta tarea. El boicot estadounidense
a la economÃ−a argentina: la polÃ−tica económica de EUA debilitó la posición argentina al negarle la
entrada al Plan Marshall, lo desplazó de mercados que tradicionalmente abastecÃ−a en Europa y América.
El progresivo deterioro de los términos del intercambio: desde la crisis de 1929, hubo una progresiva
disminución del precio de las materias primas y un aumento del precio de las manufacturas, esto limitó las
posibilidades de crecimiento de los paÃ−ses dedicados a la producción primaria que derivó en una mayor
concentración de poder y riqueza en los piases industrializados, hasta dividir el mundo en dos bloques:
desarrollados y subdesarrollados. A estos últimos se les dificultó la industrialización y la acumulación de
capital, lo que los llevó a depender de las potencias industrializadas.
SEGUNDA PRESIDENCIA (1952-1955)Â
Durante la segunda Guerra Mundial, Argentina llenó sus arcas de dinero mediante la exportación de
materias primas (cereales y carnes, principalmente) a los paÃ−ses beligerantes europeos (sobre todo a Gran
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Bretaña). Fue una época de gran prosperidad para el paÃ−s. Sin embargo, dicha situación cambió, ya
que Estados Unidos colocó sus excedentes agrÃ−colas en Europa, lo cual generó que se limitaran las
exportaciones de Argentina. Además, tras la segunda Guerra Mundial, en 1949, los mercados se retrajeron y
esto trajo aparejado una gran reducción en las exportaciones argentinas (de productos primarios). Por otra
parte, las reservas acumuladas se consumieron desmesuradamente, finalizando de este modo, con el perÃ−odo
de gran prosperidad económica. La crisis toco la puerta del paÃ−s. En este contexto, la oposición al
peronismo creció fuertemente: los empresarios no estaban de acuerdo con los beneficios sociales que se les
habÃ−a otorgado a los obreros; los propietarios rurales estaban desconformes por la falta de ayuda del
gobierno al sector agrario; las Fuerzas Armadas se oponÃ−an a las movilizaciones obreras y a la
subordinación al poder ejecutivo; la Iglesia Católica se distanció del peronismo por su fuerte
intervención en materia educativa y reaccionó ante la prohibición de la enseñanza religiosa en las
escuelas.
El segundo gobierno peronista se caracterizó por el agotamiento de la polÃ−tica distributiva que caracterizó
al primer gobierno. A causa de esto, se desata una crisis y un congelamiento de los sueldos que estaban en
alza desde la primera presidencia.
Las huelgas y los conflictos sociales se generalizaron. En 1952 Perón convoca a sindicatos y empleadores al
Congreso Nacional de la Productividad, con el fin de generar un proceso de diálogo social tripartito para
enfrentar la crisis. El Congreso fracasa por la incomprensión de los mecanismos de diálogo social, tanto
por parte de los sindicatos como de las empresas, e incluso de los propios funcionarios del gobierno peronista.
El fallecimiento de Eva Perón en 1952 constituyó un duro golpe para el régimen. Reposaba sobre sus
hombros la vigilancia del movimiento obrero, y a su muerte, el presidente tuvo que desdoblar aún más su
personal para asegurar su control del ejército y mantener su autoridad sobre la masa obrera.
Una difÃ−cil situación internacional con mercados cerrados, el fuerte boicot norteamericano contra nuestro
paÃ−s y dos malas cosechas consecutivas, obligaron a Perón a replantear su polÃ−tica económica.
En 1952, el gobierno decidió llevar a cabo un segundo plan Quinquenal, el cual tuvo vigencia entre 1953 y
1957.Este, planteaba básicamente como objetivo fundamental, asegurar el desarrollo de la economÃ−a
social por medio de actividades que ayuden a gestar la independencia económica del paÃ−s. El estado se
reservaba el manejo del comercio exterior, guiado por el propósito de defender la producción Nacional y
obtener términos de intercambios justos y equitativos. Su empresa estaba también orientada a la
consolidación y diversificación de los mercados de importación y exportación, en los cuales,
obviamente, se veÃ−a involucrado el paÃ−s.Â
Además se hicieron algunos ajustes, que consistieron en: restringir el consumo interno, por lo cual fueron
eliminados subsidios a diversos bienes de uso popular; se estableció una veda parcial al consumo de carne; y
se levantó el congelamiento de los alquileres. Por otra parte se proclamó la vuelta al campo, donde el
Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI) invirtió su mecanismo y emprendió la tarea de
estimular a los productores rurales con precios retributivos. Esta polÃ−tica apuntaba a aumentar la
disponibilidad de divisas para seguir impulsando el desarrollo del sector industrial. Sin embargo, algunas
ramas del ámbito industrial (metalúrgicas, petroquÃ−micas, entre otras) continuaban estancadas debido a la
maquinaria obsoleta, el deterioro de los servicios, donde se destacaban la escasa electricidad y los deficientes
transportes, sobre todo ferroviarios, los cuales no fueron renovados por el Estado.Â
Para desarrollar el sector industrial y salir de la crisis (la cual habÃ−a generado disconformidad en los
sindicatos y en el Ejército) se limitó el crédito industrial y el uso de las divisas, y se dio prioridad a las
empresas grandes, sobre todo, a las industrias de bienes de capital. Otra medida consistió en el
congelamiento por dos años de los contratos colectivos de trabajo. También, el gobierno, se enfocó en
atraer capitales extranjeros. Un proyecto de gran importancia fue el petrolero, Argentina realizó un acuerdo
con una filial de la Standard OÃ−l de California, que consistÃ−a en la explotación de 40.000 hectáreas en
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la provincia de Santa Cruz.Â
Todas estas medidas generaron la reducción de la inflación, y el re-equilibrio de la balanza de pagos. Pese a
eso, no se obtuvieron cambios significativos en lo que respecta al agro y a la industria.
En 1955 un nuevo golpe militar derrocó a Perón quien marchó al exilio. A partir de entonces y hasta 1973
los peronistas no podrán votar por su partido. En ese perÃ−odo habrá dos presidentes civiles, Arturo
Frondizi (1958-62) y Arturo Illia (1963-66) que intentarán impulsar el desarrollo nacional y poner fin a la
proscripción del peronismo. Ambos serán derrocados por golpes militares. El golpe de 1966 llamado
“Revolución Argentina”, se prolongará en el poder por siete años, hasta que la presión popular,
expresada en violentas protestas como el Cordobazo y en la aparición de grupos guerrilleros, obligó a los
militares a llamar a elecciones el 11 de marzo de 1973, en las que resultará electo el candidato peronista
Héctor Cámpora.
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CONCLUSION:
El peronismo se presentó como un intento de la burguesÃ−a por domesticar al movimiento obrero,
disciplinarlo y arrasar de su conciencia los valores clasistas y revolucionarios.
Perón planteaba la necesidad de integrar al obrero al sistema como un consumidor, realizando desde el
Estado una revolución pacifica, asegurando la protección laboralÂ
Si bien el peronismo alcanzó un éxito importante en su proyecto de enajenación de toda conciencia
socialista e internacionalista, provocó efectos impensados al colocar a la clase trabajadora en un lugar
completamente sobredimensionado para la lógica capitalista y asÃ− crear una concepción obrera proclive a
auto referenciarse como el sujeto social preponderante y uno de los reguladores de las relaciones sociales.
La filosofÃ−a formal de Perón era de conciliación y armonÃ−a de clases, que ponÃ−a de relieve valores
decisivos para la reproducción de las relaciones capita−listas, pero la eficacia de esta filosofÃ−a estaba
limitada en la práctica por el desarrollo de una cultura que afirmaba los derechos del trabajador dentro de la
sociedad y el sitio de trabajo.
Es asÃ− como el peronismo proclamaba los derechos de los trabajadores como vÃ−a de continuidad y
fortalecimiento de las relaciones de producción burguesas. A su vez, definió su identidad, entendido por los
obreros, como una negación al poder, los sÃ−mbolos y los valores de la elite tradicional.
Como hemos observado, finalmente fue Perón quien, con adherentes y opositores, redistribuyo la riqueza de
manera mas equitativa. Esto le genero la antipatÃ−a de los actores sociales que se vieron perjudicados por las
nuevas polÃ−ticas sociales y económicas, pero también genero el amor de aquellos que vieron en el
peronismo la corriente polÃ−tica que los incluÃ−a en la sociedad argentina.
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