Aproximación a la comprensión psicoanalítica de los delirios

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Aproximación
a la comprensión psicoanalítica
de los delirios
Consecuencias técnicas de este estudio
* Luis
A. Allegro
A. Definición y descripción somera de los delirios
Dice K. Jaspers (1955, p. 116) que "el delirio fue en todos los tiempos algo
así como el fenómeno fundamental de la locura; delirante y enfermo
mental eran una misma cosa". El delirio constituye un problema básico
de la psicopatología. Es tan vasto el tema que no puede ser resuelto en
una definición. Agrega Jaspers que, según su enfoque fenomenológico,
"el vivenciar dentro del cual tiene lugar el delirio es la experiencia y el
pensamiento de la realidad".
El delirio se comunica en juicios. Sólo donde se piensa y juzga puede
surgir un delirio. Se llaman ideas delirantes a aquellas que están
contenidas en juicios que están falseados por razones patológicas. La
concatenación de ideas forma el pensamiento y cuando éstas son delirantes constituyen el pensamiento delirante. Las ideas delirantes tienen
para el enfermo una extraordinaria convicción, cosa que le provoca una
certeza subjetiva notable, y no son influibles por la experiencia.
H. Ey (1969, p. 124) estudia la definición del delirio en el artículo sobre
"Semiología de la alienación de la persona (el yo psicótico o delirante)",
de tal modo que junta los conceptos de "alienación", "psicosis" y "delirio"
en un mismo capítulo, mostrándolos como si fueran sinónimos. Dice que
"si se entiende por alienación una radical modificación de las relaciones
del individuo con la realidad, puede decirse que lo que así se designa es
el delirio bajo la forma, no de las experiencias delirantes y alucinatorias
[... ] sino de creencias inamovibles, de ideas delirantes, término que se
aplica en rigor a esta forma de alienación". (Los destacados son de H. Ey.)
En una llamada al pie de página, Ey aclara que denomina Delirio con
* Dirección:
Avda. del Libertador
2418, 19, (1425) Capital Federal, R. Argentina.
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Luis A. Allegro
mayúscula al "delirio que compromete a toda la personalidad" para
distinguirlo de la experiencia delirante tdelirium) que no provoca modificación de la personalidad. Lo que desarrolla H. Ey es interesante desde
dos puntos de vista: 1] porque agrupa los conceptos de alienación, psicosis y delirio en un todo, y 2] porque subraya que el delirio no sólo es un
juicio falseado de la realidad sino que además dicho juicio se torna una
verdadera creencia para el paciente, y por lo tanto la misma influye en
todo su comportamiento: el delirante vive para su delirio.
Para O. Fenichel (1957, p. 546) los delirios "son juicios equivocados de
la realidad, que se basan en la proyección". Tienen una estructura
similar a la de las alucinaciones y como ellas, cumplen la función de
realización de deseos aunque generalmente son penosos o atemorizantes. Constituyen un verdadero intento de remplazar las partes perdidas
de la realidad. Pueden contener elementos de una realidad repudiada.
Son a la vez parte de los impulsos rechazados que regresan junto con
exigencias proyectadas del superyó. Esto es típico del delirio de persecución, que es el que ha sido estudiado más a fondo.
Formación de los delirios
La concatenación de ideas delirantes va a formar el pensamiento delirante. A su vez las ideas delirantes pueden ser la resultante de percepciones delirantes, de intuiciones, delirantes, de fantasías delirantes o de interpretaciones delirantes. Estas constituyen los "mecanismos
de formación" del delirio. Si los estudiamos podemos ver que ellos se apoyan en fuentes de información que provienen de la realidad exterior o
de la interior.
Cuando la falla de la información proviene del exterior, las alteraciones resultantes son las percepciones delirantes, que pueden estar constituidas por ilusiones o alucinaciones. Ellas constituyen alteraciones de
las percepciones sensoriales. Por ejemplo en el caso de las alucinaciones,
las auditivas corresponden al sentido del oído, las ópticas o visuales, al
de la vista, etc. Según los órganos de los sentidos que intervienen, las
alucinaciones pueden ser clasificadas en auditivas (que son las más
frecuentes), ópticas, olfatorias, cenestésicas, etc. Las ilusiones también
pueden intervenir y se clasifican igual que las alucinaciones. Cuando la
falla proviene del interior, es la subjetividad la que está comprometida.
Entonces tenemos las intuiciones delirantes, las fantasías delirantes
y las interpretaciones delirantes. Cada una de estas perturbaciones
producirá una forma clínica de delirio. Así las percepciones delirantes
originarán el delirio alucinatorio; las intuiciones,junto con las fantasías
delirantes, el delirio de imaginación, y las intuiciones, junto con las
interpretaciones delirantes, darán el delirio de interpretación.
A estos mecanismos productores de delirio, tenemos que agregar uno
que tiene mucha importancia tanto en la patología comoen la teorización
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a la comprensión psicoanalüica
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psicoanalítica y que expondré más adelante. Hemos visto que los delirios
surgen porque hay una alteración de la lectura de la realidad: o bien
porque falla la información (en el caso de las alucinaciones o ilusiones),
o bien porque falla la subjetividad (intuiciones, interpretaciones, etc.).
Esta lectura puede tornarse delirante cuando falla la instancia encargada de hacer la comparación y la discriminación entre la realidad externa
y la realidad interna: esto ocurre cuando hay una obnubilación de la
conciencia (que algunos autores describen como "obnubilación del senserio"). En este caso hay confusión entre las percepciones reales (imágenes sensoriales), las alucinaciones (percepciones delirantes) y las representaciones (imágenes mnémicas) y no hay discriminación entre ellas.
El fenómeno que se produce puede ser comparado, por su estructura, al
fenómeno onírico, y esto le da el nombre de "delirio onírico".
Formas clínicas
Podemos distinguir varias formas clínicas:
1. El delirio onírico. Es el que más se aproxima en su forma al fenómeno
onírico. Se presenta en las intoxicaciones exógenas agudas (como el alcoholismo agudo o embriaguez) o endógenas agudas (como en los cuadros
febriles, intoxicaciones urémicas, etc.). Psicoanalíticamente se puede
interpretar como producido por la emergencia rápida de la parte psicótica (Bion, 1957; Bleger, 1967). Clínicamente se manifiesta una obnubilación de la conciencia que provoca confusión mental, la cual produce un
borramiento de los límites entre el yo y el no-yo, entre el mundo interno
y el mundo externo. Puede llegar a haber un trastorno de la orientación
témpora-espacial: no saben dónde se encuentran ni qué día es y si la
confusión es profunda llegan a ignorar las partes de su cuerpo y de su
identidad. El delirio es como si fuera un sueño que se produce despierto:
en su contenido se mezclan alucinaciones con representaciones imaginarias y percepciones de la realidad por una parte, y por la otra, percepciones de la actualidad con imágenes mnémicas y recuerdos del pasado.
Este tipo de delirio puede verse en algunos cuadros histéricos.
2. El delirio imaginativo. Es propio de los cuadros histéricos que
evolucionan hacia la psicosis y de aquellos enfermos predispuestos a la
mitomanía, a la fabulación y al mentismo patológico. Se produce a consecuencia de una exaltación patológica de la imaginación y de la fantasía. El ejemplo más claro es el delirio imaginativo de Dupré.
La imaginación está tan aumentada que estos pacientes, a partir de
ciertas percepciones o situaciones realmente vividas, "imaginan" una
serie de acontecimientos totalmente irreales. Por ejemplo: una paciente
deliró con el personaje de una película que la había impactado mucho,
diciendo que dicho personaje, además de haber actuado en la película
para ella -para que ella reparara en él- también se le presentaba
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cuando ella estaba en sus momentos más íntimos. Los delirios eróticos
y los místicos son característicos de esta patología. En la descripción de
Anna O. efectuada por Breuer aparecen, en algunos momentos psicóticos, manifestaciones de este tipo de delirio.
3. El delirio alucinatorio. La presencia de alucinaciones es muy frecuente en los delirios: es raro que se presente uno con una ausencia total de
ellas. Pero en el delirio alucinatorio, las alucinaciones constituyen la
fuente de percepciones (sin objeto externo) sobre la que se construye el
delirio. Quizás el ejemplo más claro sea el delirium tremens que se presenta en los cuadros de alcoholismo crónico. En los enfermos esquizofrénicos, en los histéricos y en las psicosis epilépticas se ven con más
frecuencia.
4. El delirio interpretativo.-Aquí lo que falla es sólo la función interpretativa. El juicio de la realidad está alterado porque el pensamiento ha
sido elaborado sobre la base de interpretaciones erróneas. El caso típico
es el de la paranoia. No hay alucinaciones y corresponde a los delirios no
alucinatorios que pueden sistematizarse si se cronifican.
Conclusiones preliminares:
la analogía entre los delirios y los sueños
Permítame el lector efectuar una síntesis sinóptica de lo que he expuesto hasta aquí, que nos brindará los elementos de lo que teorizare
en adelante:
1. Por lo que dice K. Jaspers, el delirio es un problema básico de la
y es reconocido como fenómeno fundamental de la locura. Subraya el carácter que adopta la convicción en el delirio. Esto nos
compromete a darle importancia a este fenómeno.
2. H. Ey junta los conceptos de alienación, psicosis y delirio. Lo enfatiza como una patología de la creencia, ampliando lo que Jaspers había
dicho de la convicción. Además distingue el "Delirio" como proceso de
desarrollo de la personalidad, del "delirium" como experiencia que
puede ser única y singular.
3. Para O. Fenichel, los delirios sonjuicios equivocados de la realidad
que se basan en proyecciones y que tienen una estructura similar a las
de las alucinaciones y comoellas cumplen la función de realización de
psicopatologia
deseos.
4. Se conocen varios mecanismos generadores de delirios, entre los
cuales merece una mención especial la "obnubilación de la conciencia"
qUE}origina el delirio onírico.
5. Este presenta una gran similitud en su estructura con el fenómeno
onírico estudiado por Freud.
Aproximacián
a la comprensián psicoanalítica
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6. Esta comparación con el fenómeno onírico puede ser extendida a
todos los delirios. De este modo se amplía el concepto de Ferenczi -que
señalé en el punto 3- ya que además de ser estructuralmente
como
las alucinaciones y de funcionar como una realización de deseos, podemos agregar que los delirios, así como los sueños, contienen "persanajes" (sujetos y objetos) y "argumento".
Llegamos así a la tesis central de este trabajo, que es la siguiente: una
comprensión psicoanalítica de los delirios nos lleva a pensar que poseen
la misma estructura de los sueños.
" Algunos autores al referirse al delirio hablan de "ideas delirantes",
otros hablan de "pensamiento delirante" ya que el pensamiento está
formado por una secuencia de ideas. En síntesis podemos decir que: el
delirio es una alteración del pensamiento: 1. que es el fenómeno fundamental de la psicosis; 2. que es un problema básico de la psicopatología;
3. que está formado por juicios equivocados de la realidad, y 4. que
dinámicamente, el delirar puede ser comparado con el soñar.
B. Estudio psicoanalítico propiamente dicho de los delirios
1. Justificación del enfoque psicoanalítico de los delirios
La psiquiatría descriptiva ha estudiado el tema de los delirios aportando
un buen conocimiento de los mismos en cuanto a su descripción fenoménica. Esto nos ayuda mucho a conocer y diagnosticar a los delirios, pero
no es suficiente para lograr una comprensión más profunda y por lo tanto
un mejor abordaje terapeútico. En cambio el psicoanálisis busca fundamentalmente responder a los interrogantes "por qué" y "para qué" de
todo fenómeno psicopatológico en general, y por lo tanto también de los
delirios en particular.
Para que un estudio del delirio pueda ser considerado psicoanalítico debe tener en cuenta, por lo menos las siguientes premisas:
1] la naturaleza inconsciente de los procesos productores del delirio;
2] que dichos procesos intervengan en la estructuración del mismo, y
3] que el delirio cumpla una función al servicio de lo 'inconsciente.
Dicha función posee dos sentidos: a] uno es motivacional y debe responder a la pregunta "¿por qué?" y b] el otro es teleológico y debe
responder a la pregunta "¿para qué?"
2. Estructura del delirio
Desde un punto de vista psicoanalítico se puede comparar el delirio al
soñar, o sea al fenómeno onírico: se puede definir al sueño como un delirio
que se produce durante el dormir y viceversa, al delirio como un soñar
durante la vigilia.
Luis A. Allegro
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Efectivamente hay una amplia similaridad entre el sueño y el delirio
de tal modo que se puede establecer una franca analogía entre los
mismos. La diferencia entre ambos es que el sueño se produce durante
el dormir y es un fenómeno reversible que desaparece en la vigilia; en
cambio el delirio se produce durante la vigilia y es signo de patología. El
grado de reversibilidad está directamente relacionado con la seriedad
de la patología que está en juego de modo que llega a ser irreversible en
los casos extremos.
Para una comprensión profunda de los delirios, lo que se dice del soñar
se puede aplicar al delirar. Por lo tanto todo lo que estudió S. Freud en
La interpretación de los sueños (1900) puede ser transportado a la
comprensión de los delirios. Veamos:
1. El delirio -lo mismo que el sueño- representa la realización de un
deseo. Este punto fue muy estudiado por Freud en el caso Schreber
refiriéndose a los deseos homosexuales inconscientes de éste.
11. Este deseo es conflictivo por ser superyoicamente inaceptable (Fenichel,1957).
111. Extendiendo lo que postuló A. Garma respecto de los sueños, el
conflicto contenido en el delirio es de carácter traumático.
IV. La deformación delirante cumple la misma función de la deformación onírica: enmascarar los deseos inconscientes tornándolos irreconocibles. En consecuencia en los delirios podemos distinguir un contenido manifiesto y uno latente.
V. En cuanto al material y a las fuentes de los delirios, tenemos que:
al el delirio prefiere las impresiones que han quedado de las situaciones que han sido significativas en la vida del sujeto -especialmente las
traumáticas- o aquellas que han desempeñado una importancia particular. El sueño, en cambio, prefiere las impresiones de los días inmediatos anteriores. Sin embargo, en los delirios oníricos podemos encontrar material perteneciente a los sucesos recientes. b] El delirio efectúa
una selección conforme a la importancia que el mismo sujeto atribuye
-según su distorsión catatímica- a los elementos y acontecimientos
acordes con el tema central del delirio. el Las más tempranas impresiones infantiles pueden ser de mucha importancia en la integración
del material del delirio.
3. Otras correlaciones
entre sueño
y
delirio
Se pueden establecer relaciones entre el material de los delirios con otros
items que Freud estudió en los sueños.
al Lo reciente y lo indiferente en el delirio. Freud señala que en
todo sueño pueden encontrarse relaciones con los acontecimientos
del día inmediatamente anterior. En los delirios, acontecimientos recientes y relativamente indiferentes pueden estar francamente relacionados con los mismos y ser desencadenantes de crisis delirantes.
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bl Lo infantil como fuente del delirio. En los delirios, lo infantil
adquiere una particular relevancia. Esto se ve especialmente en relación
con el narcisismo propio de todos los delirios en los que el sujeto intenta
revivir las etapas de su infancia en las que el narcisismo revestía una significación importante. El delirante -tal como el niño- se siente el centro
de su universo y tiene la vivencia de que todos están directa o indirectamente girando alrededor de él.
c] Las fuentes somáticas del delirio. No es infrecuente ver que ciertas
estimulaciones corporales --como puede ser el dolor de una víscerason atribuidas delirantemente a la acción del perseguidor. Estas vivencias pueden ser temporarias o no; cuando se instalan permanentemente
pueden llegar a configurar un delirio hipocondríaco.
d]La elaboración delirante. La elaboración del delirio sigue las mismas
pautas de la elaboración onírica. Esto significa que está en íntima
relación con el proceso primario constituyendo una clara expresión de
éste y se guía por los mismos principios. También intervienen los mismos mecanismos: condensación, desplazamiento, simbolización, etc.
4. Función dinámica del delirio
Desde un punto de vista psicoanalítico, el delirio cumple dos funciones:
al como defensa, y b] como vínculo.
a] El delirio como defensa: la defensa delirante. El delirio -así como
también las alucinaciones- cumple una importante función de defensa.
En el caso de las alucinaciones se conoce muy bien el ejemplo del
explorador del desierto que, estando sediendo, alucina ver un oasis
donde no hay más que médanos y arena. S. Freud estudió que el niño en
sus estadios más tempranos puede encontrar gratificaciones mediante
la alucinación del elemento gratificador. Cuando el yo se ve debilitado,
por causas tóxicas o emocionales, en su capacidad para discriminar el
mundo interno del externo, se produce una distorsión catatímica de la
percepción de la realidad externa y ésta se torna amenazadora y
persecutoria para el sujeto. En estas condiciones puede producirse un
cumplimiento alucinatorio de deseos. Una de las consecuencias de esto
se da en el fenómeno de la negación de realidades desagradables.
Los delirios son formas de defensa y de protección del yo ante una
realidad angustiosa. S. Freud estudió que los delirios, como el de
Schreber, cumplen una función de defensa frente a la homosexualidad
rechazada. Clínicamente puede verse el pasaje de una defensa obsesiva
-en pacientes que temen ser contaminados por la suciedad o por
gérmenes patógenos- cuando aquella idea obsesiva se transforma en
la idea delirante de ser envenenado o atacado de otra manera. Cuando
los rituales obsesivos pierden eficacia en su función de anulación,
entonces la idea obsesiva puede convertirse en una idea delirante.
La función defensiva del delirio puede verse con claridad en la proyección de la culpa que hace el delirante. La fórmula es: "la culpa es tuya y
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no mía; por lo tanto, no yo sino tú eres el responsable ..." Al delirante le
produce un gran alivio endosarle a otro la culpa y la responsabilidad.
Cuando analizamos detenidamente este comportamiento vemos claramente en el delirante una formación fuerte y severa del superyó que se
traduce por una conciencia moral excesivamente sadomasoquista. Esto
explica la gran hostilidad que acompaña a estos cuadros.
bl El delirio como vínculo: la restitución psicótica. La función del
delirio como un vínculo con la realidad, se la puede ver claramente en la
restitución psicótica. Para comprender esto es necesario tener en cuenta
que en todo proceso psicótico se pueden distinguir, por lo menos, dos
momentos: a] uno es el de la psicosis clínica aguda, en el cual hay
confusión y pérdida de límites entre el yo y el no-yo, y b] el otro es cuando
el proceso pasa a la cronicidad, en el cual el paciente restructura en
forma psicótica su yo y sus relaciones con la realidad según se lo
permiten las secuelas psíquicas provocadas por la crisis psicótica aguda.
Un ejemplo clínico
Para ver esto con más claridad considerémoslo en el caso de un paciente
del grupo de los obsesivos a los que antes me referí. Se trata de un cuadro
obsesivo importante, una nosofobia, en el que la idea obsesiva se centra
alrededor del temor exagerado al contagio de una enfermedad que le
provoque la muerte. Esta idea es la manifestación clínica de un núcleo
psicófico subyacente en el que las ansiedades .extremas correspondientes están controladas por la defensa obsesiva y cuyo contenido es la
destrucción y la muerte. Mientras ellas funcionan con eficacia el paciente se mantiene relativamente compensado.
Crisis psicótica aguda. En un determinado momento hay una ruptura del equilibrio emocional a raíz de un incremento de las demandas
internas (del deseo) y de una disminución de las compensaciones externas. Entonces las defensas obsesivas se tornan ineficaces, el núcleo
psicótico deja de estar limitado y contenido por las mismas, se descontrola e invade el resto del psiquismo; el descontrol se generaliza y
el paciente entra en la crisis psicótica: se borran los límites entre el yo
y el no-yo y aparece confusión. La ansiedad se descontrola: al comienzo
es confusional y luego se torna persecutoria cuando el contenido de
muerte se hace más franco. El primitivo contenido de muerte delnúcleo
psicótico que estaba controlado por las defensas obsesivas, ahora es
abrumador e insoportable.
Pasaje a la restitución psicotica. El yo, no pudiendo tolerar la tremenda
ansiedad de muerte y aniquilación, necesita eliminarla de sí mismo
intentando proyectarla al mundo exterior. Entra así en un período de
búsqueda hasta que encuentra un depositario eficaz en cuanto a las
condiciones necesarias para ser un buen objeto persecutorio -en el
sentido de que responda a los requerimientos del depositante psicótico-.
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Entonces el yo proyecta y deposita en él el contenido psicótico junto
con las ansiedades y lo convierte en su fuente de peligro.
Llegado a este punto aparece la defensa delirante, que viene a remplazar a la obsesiva. La función que cumple toda defensa es la de calmar
la ansiedad evitando el sufrimiento del yo. La defensa obsesiva evita
dicho sufrimiento controlando al objeto persecutorio ubicado en la
mente bajo la forma de idea obsesiva. La defensa delirante, en cambio,
controla al objeto persecutorio ubicado en el mundo exterior: mientras éste esté bajo control, la ansiedad será tolerada y se evitará el
sufrimiento del yo. Por lo tanto, la función de la defensa delirante será
la de realizar la restitución psicótica por la cual crea un vínculo (delirante) con el objeto peligroso y, a partir de él, restructura su psiquismo
adquiriendo una visión del mundo acorde con dicho vínculo. De este
modo urde el argumento del delirio, sobre la base de las interpretaciones delirantes que le permitan encontrar aquellas explicaciones
(también delirantes) que él necesita para satisfacer su propia lógica.
La tarea de la restitución psicótica y de la consecuente restructuración delirante es larga y le llevará tiempo hasta lograr una nueva estabilización emocional
5. Evolución del pensamiento psicoanalítico sobre el delirio
l. Freud (1911) estudió el significado de los delirios en su trabajo sobre
el caso Schreber.
a. Relaciones entre el delirio y la homosexualidad.
El delirio de Schreber se expresaba por su ambivalencia hacia Dios
y por sus ideas de que iba a ser castrado. Freud lo interpretó referido
al componente homosexual pasivo del complejo de Edipo. Schreber
utilizaba el delirio como una forma de protegerse de las tentaciones
homosexuales pasivas que habían sido originariamente -en su infancia- dirigidas hacia su padre.
La homosexualidad latente es hallada habitualmente en las esquizofrenias paranoides. En la regresión al narcisismo que hace todo esquizofrénico, la homosexualidad -propia de la fase anal- constituye un
paso obligado y no es raro que se detenga temporariamente en dicho
punto de fijación.
Schreber se defendía de las tendencias homosexuales mediante la
negación y la proyección. El delirio de Schreber negaba su homosexualidad pasiva utilizando la fórmula siguiente:
1. yo no lo amo, yo lo odio
2. El me odia
3. Yo lo odio porque él me persigue
(negación).
(proyección).
(racionalización).
La persecución representa la tentación homosexual, transformada en
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Luis A Allegro
una temible amenaza, que actúa independientemente de la voluntad del
paciente.
b. El delirio como "neurosis narcisista".
Recordemos que Freud en "La transferencia", la 271 de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-17), consideraba que el psicoanálisis es una verdadera terapia causal por el hecho de que permite
resolver las causas profundas del padecimiento, y que esto sólo lo logra
a través de la resolución de la "neurosis de transferencia" que surge en
el curso del mismo tratamiento como consecuencia de la instalación de
la transferencia. Dice Freud: "La transferencia tiene esta importancia extraordinaria, lisa y llanamente central para la cura, en las histerias, las histerias de angustia y las neurosis obsesivas, que por eso
se reúnen con justo título bajo el nombre de 'neurosis de transferencia' (p. 404. la bastardilla es de Freud). En cambio. dice más adelante
(p. 406). "nuestro empeño terapéutico no tiene resultado alguno en las
neurosis narcisistas" (la bastardilla es mía). Llamaba así a los enfermos
paranoicos, melancólicos o dementes precoces que son refractarios al
tratamiento. Agrega que: "La observación permite conocer que los que
adolecen de neurosis narcisistas no tienen ninguna capacidad de transferencia o sólo unos restos insuficientes de ella. Rechazan al médico, no
con hostilidad sino con indiferencia. Por eso éste no puede influirlos ..."
(p. 406, la bastardilla es mía). "Por este rasgo los habíamos separado
del primer grupo de neuróticos (histeria, neurosis de angustia y neurosis
obsesiva)".
De esto se desprende la conclusión de que los delirios -que estaban
comprendidos dentro de las demencias precoces y de las paranoiasno se curaban con el psicoanálisis.
111
c. Estudios clínicos sobre los delirios clasificados como neurosis narcisistas.
O. Fenichel (1957) cita, dentro de esta misma línea, a varios autores:
Staercke y van Ophuijsen proponen que el perseguidor es percibido en
el inconsciente como las heces del mismo paciente. las sensaciones de
persecución representan sensaciones intestinales que han sido proyectadas; Bibring describe el caso de una mujer que creía ser perseguida por
un hombre llamado "Trasero". Según Abraham el proceso de incorporación es concebido, en las fantasías paranoides, comorealizado por el ano.
La introyección anal representa la relación de objeto a nivel de la
primitiva orientación sádico-anal de la libido.
Hasta aquí la teorización gira alrededor de la hipótesis de que 1] el
delirio y la homosexualidad están relacionados por razones dinámicas
y 2] que dicha relación dinámica estriba en que el delirio está originado por la homosexualidad inconsciente, o sea que el delirio es la
expresión manifiesta de la homosexualidad latente.
Esto significa que el delirante se persigue con aquel sujeto hacia quien
se siente atraído homosexualmente. Por lo tanto la conclusión que surge
es que el delirio es la defensa que utiliza el yo frente a la homosexualidad.
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a la comprensión psicoanalítica
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Continúa Fenichel agregando que la orientación narcisista del paciente -que lo lleva a estar enamorado de sí mismo- hace que sus proyecciones las ubique en el mundo exterior. Pero si esto fracasa sucede que
también un órgano de su cuerpo se convierte en representante de un
objeto externo -ello como resultado de una regresión narcisista y relacionado a fantasías de introyección-. Esto origina cuadros hipocondríacos de conversión pregenital o cuadros depresivos. Así el hallazgo original de Freud, de que el perseguidor representa al objeto homosexual,
sigue siendo correcto. Lo mismo ocurre con la idea de "ser influido por
máquinas": éstas son verdaderas réplicas del cuerpo del paciente.
Fenichel agrega (p. 548) lo siguiente: "Las afirmaciones que anteceden
pueden resumirse en la siguiente equiparación simbólica: perseguidor =
objeto homosexual = órgano que recibe una hipercatexis narcisista y es
proyectado (heces, nalgas) = superyó proyectado. (El destacado es de
Fenichel.) Luego dice: "Donde se ve con mayor claridad la proyección del
superyó es en las ideas de referencia y las de ser influido". "El paciente
siente que es controlado, observado, influido, criticado, llamado a rendir
cuentas de sí mismo y castigado. Las voces que oye lo hacen objeto de
críticas, que se refieren por lo común a sus actividades sexuales, que son
descritas como sucias u homosexuales."
He acotado estas citas para mostrar cómo, en esa época, los estudios
clínicos se efectuaban dentro de la teoría de "los delirios clasificados
como neurosis narcisistas", los cuales al "no tener capacidad de transferencia" no se curaban con el psicoanálisis.
d. Acerca de cierta confusión teórica.
En este punto es importante hacer una disquisición acerca de ciertas confusiones teóricas atribuible s a las ideas en boga en ese momento
del desarrollo científico del psicoanálisis. Me refiero a los siguientes
conceptos:
1] el
concepto de que "la neurosis es el negativo de la perversión";
2] el concepto de que Freud toma a las psicosis como"neurosis narcisistas", cosa que trae aparejada la confusión entre neurosis y psicosis; y
3] la relación entre homosexualidad y perversión.
En mi opinión, estas relaciones mantuvieron en esta confusión a los
investigadores psicoanalíticos durante bastante tiempo debido a que
involucraban un obstáculo epistemológico importante provocado por
la creencia de que los enfermos psicóticos no eran abordables por el
método psicoanalítico. Sin embargo, se había llegado a reconocer la
fuerte relación que hay entre el delirio, la homosexualidad, la perversión y la psicosis. Esto indicaba que se estaba en el buen camino. La
aparición de Melanie Klein iba a aportar la discriminación entre estos
cuadros.
11. Las ideas de M. Klein aportan una nueva óptica que permite el
abordaje no sólo del psicoanálisis de niños sino también de los enfermos
1058
Luis A. Allegro
psicóticos y de otros cuadros graves como los enfermos fronterizos, los
perversos y entre ellos los homosexuales.
a. El estudio de las reacciones paranoides.
Melanie Klein centra su atención en las reacciones paranoides. Estudia estas reacciones y las discrimina de las reacciones depresivas.
Postula que las mismas están ligadas a ansiedades y logra diferenciar
las ansiedades paranoides, que son típicas de la posición esquizoparanoide, y las ansiedades depresivas, que corresponden a la posición depresiva. Plantea que estas ansiedades tienen normalmente carácter psicótico en la más temprana infancia, especialmente dentro del primer semestre de vida: las paranoides predominan en el primer trimestre y las
depresivas, en el segundo. El carácter psicótico de estas ansiedades está
dado por ser extremas y masivas, y son análogas a las de las psicosis de
los adultos.
b. El descubrimiento de la transferencia en los niños y en los psicóticos.
El análisis de niños permite descubrir la transferencia infantil, y ésta
a su vez lleva al descubrimiento de la transferencia de los psicóticos, lo
cual provoca una revolución en el pensamiento psicoanalítico. La clasificación de "neurosis narcisistas" por su condición de ser no transferenciales pierde vigencia, porque si los psicóticos -como es el caso de los
delirios- tienen capacidad de hacer transferencia, entonces también
pueden ser accesibles al tratamiento psicoanalítico. Lo que ocurre en
estos casos es que la transferencia es intensa, masiva, inestable, fugaz,
cambiante, con oscilaciones rápidas que la muestran ya sea positiva o
rápidamente negativa y con amplias oscilaciones que van de la mayor
intensidad a la más absoluta indiferencia. Se dice, por ejemplo, que el
esquizofrénico suele ser "sensible como una paloma o frío como el hielo".
De modo que comprobar la presencia de la transferencia depende del
momento en que se hace la observación clínica. Este carácter del
fenómeno transferencial permite comprender la clasificación de "neurosis narcisistas".
Este descubrimiento
abrió un campo nuevo de observación a la
investigación psicoanalítica. Se abordó el análisis de enfermos psicóticos y se extendió al tratamiento de enfermos homosexuales entre
otros.
Se encontró una mejor correlación entre las ansiedades psicóticas
estudiadas por M. Klein y las psicosis clínicas del adulto. El delirio, la
paranoia, las reacciones paranoides y las ansiedades paranoides correspondientes estaban cnnicamente relacionados. Se estudió más profundamente la relación entre los delirios y la homosexualidad latente,
y se observó que en los homosexuales manifiestos se presentan crisis
psicóticas, que suelen ser ocasionales -temporarias, a veces momentáneas- y que están relacionadas con los episodios de acting perverso.
En los homosexuales manifiestos hay un período en el que se observa
esta emergencia psicótica que dura hasta que se cronifica la conducta
perversa.
Aproximación
a la comprensión psicoanalüica
de los delirios
1059
c. Bajo la nueva óptica ofrecida por los conceptos de M. Klein se llega a
la conclusión de que en la homosexualidad hay un núcleo psicótico
latente, y que la homosexualidad es la defensa frente a la emergencia
de dicho núcleo psicático.
e. La conclusión final es de que la homosexualidad -ast como toda otra
perturbación seria de la conducta- esconde una importante psicosis
latente. El acting perverso, o sea la conducta homosexual manifiesta,
aparece cada vez que existe el peligro de la irrupción psicótica y es la
forma de defender al yo de dicha irrupción frente a la amenaza de
desintegración.
f. Con esto queda legitimada la fuerte relación de todos estos fenómenos
con las psicosis. La psicosis centra la atención del pensamiento psicoanalítico en procura de encontrar esquemas explicativos más abarcativos
que den cuenta no sólo del problema de las neurosis, sino también de la
psicosis y de los demás cuadros de la psicopatología.
111. Margaret S. Mahler aporta un nuevo enfoque en la comprensión
psicoanalítica de las psicosis. Hasta ese momento, psicosis era sinónimo
de falta de contacto -total o parcial- con la realidad. Entonces se veía al
autismo como algo fuertemente ligado a la psicosis y podría decirse que
su presencia en las mismas era considerada casi constante. M. S. Mahler
observa que no todas las psicosis infantiles son autistas. Estudió niños
que se ponían psicóticos cuando estaban separados de la madre; en
cambio cuando volvían a estar con ella se tranquilizaban
y se los veía
como niños sanos. Así describió las psicosis simbióticas y las discriminó
de las psicosis autistas.
El fenómeno de la simbiosis interesó mucho a J. Bleger, que se dedicó
a estudiarla psicoanalíticamente.
La simbiosis es normal en el comienzo
de la vida; hay una íntima relación entre el niño y su madre de tal modo
que prácticamente constituyen una verdadera unidad biológica y psicológica hasta que se produce la individuación. Este concepto de simbiosis
trae una nueva perspectiva en la comprensión del narcisismo: éste está
relacionado con la primitiva simbiosis niño-madre.
También los cuadros psicóticos pueden ser comprendidos en otra dimensión. El ejemplo más claro es el de la "folie a deux" en el que hay un
delirio compartido por la pareja en cuestión. En los delirios, cuando se
los estudia con esta óptica, se puede ver que el delirante mantiene una
relación simbiótica en su delirio con el perseguidor. La conclusión que se
obtiene -y que viene a enriquecer la teoría psicoanalítica sobre la función dinámica de este fenómeno-ces que el delirio también es la simbiosis
que el enfermo mantiene con sus objetos persecutorios internos o externos. Esta simbiosis es a la vez rechazada y necesitada. En el tratamiento
el enfermo tendrá que pasar por una "simbiosis transferencial delirante"
para su curación. Si tenemos en cuenta que esta transferencia promueve
la reacción contratransferencial
correspondiente, comprenderemos las
dificultades que ofrecen estos enfermos para ser tratados.
1060
Luis A. Allegro
Conclusiones finales: aplicaciones técnicas
Podríamos preguntarnos en este momento cuál es el beneficio teórico
que este estudio aporta a la comprensión de la psicopatología psicoanalítica y especialmente a la teoría de la técnica.
En primer lugar, si tenemos en cuenta la fuerte relación que hay entre
la psicosis por una parte y el proceso primario junto con el inconsciente
por la otra, podemos aceptar la idea de que una mejor comprensión
de la psicosis nos acerca paralelamente a una mejor comprensión del
inconsciente y del proceso primario de todo paciente, ya que hoy generalmente se acepta que estas estructuras están presentes en todas
las personas.
En segundo lugar sabemos, porque Freud lo ha enseñado, que los sueños son la via regia de acceso al inconsciente. Cuando un paciente refiere
un sueño, está abriendo una ventana a su inconsciente a través de la cual
el analista puede penetrar en su investigación psicoanalítica. La otra vía
de acceso es la asociación libre -entre otras comoel estudio de los lapsus,
o de los olvidos, o del comportamiento en general, etc. Sin embargo, no
siempre es fácil obtener estos materiales.
Si tenemos presente que el delirio tiene la misma estructura que el
sueño, el estudio de un sueño aportado por el paciente llega a resultar
un elemento precioso para estudiar y diagnosticar la estructura psicótica subyacente y permite pronosticar, por ejemplo, una próxima eclosión psicótica clínicamente manifiesta. Más aun, estamos autorizados a
pensar que los "ensueños diurnos" también poseen la misma estructura
del sueño, del delirio y de la psicosis; entonces, por esta vía del estudio
de la "capacidad de ensoñación" del paciente o de sus ensueños, también podemos acceder al inconsciente y a las estructuras psicóticas que
estén en juego.
Resumen
El autor desarrolla los siguientes puntos:
1. Definición y descripción fenoménica de los delirios.
2. Distingue las formas clínicas según los mecanismos de producción de los delirios: a) el
delirio omríco, b) el imaginativo, c) el alucinatorio y d) el interpretativo.
3. Efectúa un estudio psicoanalítico de los delirios abordando: a) lajustificaci6n de este
enfoque, b) la estructura del pensamiento delirante comparándolo con el fen6meno
onírico, e) la función que cumple el delirio (como defensa y como vínculo) y, d) la evolución
del pensamiento psicoanalítico en autores que relacionan el delirio con las neurosis (S.
Freud) y con las psicosis (M. Klein y M. Mahler).
4. Estudia la confusión teórica que surge de la denominación freudiana de "neurosis
narcisistas" dada a las paranoias.
5. Se desarrolla la tesis siguiente: hay una fuerte analogía psicoanalíticaentre
los delirios
y los sueños.
Aproximación
a la comprensión psicoanalüica
de los delirios
1061
6. La conclusión a la que se llega es la siguiente: la aplicación práctica de lo que se teoriza
permite una nueva implementación técnica psicoanalítica; permite una ampliación del
diagnóstico, del pronóstico y de la terapia.
DESCRIPTORES:
delirio - alucinaciones
- vínculo - sueño.
Summary
APPROACH
TO THE PSYCHOANALYTIC
UNDERSTANDING
OF DELUSION
Technical consequencee ofthis study
The author discusses the following points: 1] definition and phenomenic description of
delusions; 2] clinical forms, arranged according to the mechanisms ofproduction ofthe
delusions: a) the dream delusion;'bJ the ímaginary delusion, c] the hallucinatory
delusion, d] the interpretative delusion; 3] a psychoanalytic study of delusions inc1uding:
a) thejustification ofthis viewpoint; b] the structure of delusional thought in comparison
to the phenomenon of dreams; el the function of the delusion (as defense nnd as
relationship) nnd d) the developmentofpsychonnalytic
thought in authors who correlate
delusion to neurosis (S. Freud) nnd to psychosis (M. Klein, M. Mnhler); 4] theoreticnl
confusion originatingin the freudinn terminology of"nnrcissistic neuroses" npplied to paranoia; 5] the nuthor's thesis that there is a well-based psychoanalytic analogy between
delusions and dreams; 6] the conclusion that the practical application ofthese theorizations leads to a new practice of psychoanalytic technique with improved diagnosis,
prognosis and therapy.
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