Casada a los diez años

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Fecha: 27/04/2014
Sección: OPINION
Páginas: 10
DOMINGO
27 DE ABRIL DEL 2014
Pequeño observatorio
to
se explica por dos razones: la deflación y los trucos contables de Cristóbal Montoro. Si descontamos el efecto de caída de precios, la subida del
0,5% interanual se queda en poco
más del 0,1%. No es que la economía
crezca mucho en términos absolutos, es que la bajada en los precios
hace que parezca más grande.
Reducción artificial
En cuanto a las trucos de trilero del
ministro de Hacienda, parecen bastante obvios. Durante el último trimestre del 2013 el gasto público se
redujo un increíble 3,9% en España,
a pesar de que no hubo sobre la mesa ningún recorte nuevo. Curiosamente, en este trimestre el gasto público ha aumentado. ¿La razón? To-
EVA
Peruga
os
vor, requiere inversión y tiempo. En
las raíces están millones de mujeres
que afrontan con dificultad las derivadas de la desigualdad: llámense prostitutas, madres solas a cargo
de niños, explotadas laboralmente,
maltratadas, pensionistas sin recursos tras una vida de intenso trabajo,
y un etcétera larguísimo. Existen. De
ellas intentan ocuparse multitud de
organizaciones de mujeres, demasiadas veces con la caja vacía. La tendencia es a situarlas a todas ellas en
un ángulo del cuadrado social. Algunos incluso lo pintan de lila para guetizarlo y victimizarlo.
Pero de ellas también se olvidan
muchas otras féminas, que atribuyen esa circunstancia adversa a cuestiones personales sin hacerse la simple pregunta de por qué pobreza,
marginación, analfabetismo llevan
nombre femenino. Tal vez las mis-
do apunta a que el Gobierno movió
facturas de diciembre a enero para
reducir artificialmente el déficit
del 2013 y que pareciese que España cumple con lo que pide Europa.
Tampoco sería la primera vez que
el dato provisional empeora cuando llegan las cuentas completas.
Ya pasó con el último trimestre del
2013. El Gobierno vendió una subida del 0,3%. Meses después, el éxito
se quedó en la mitad: el 0,17%.
La recuperación, por ahora, es
un espejismo: unas décimas del
PIB aliñadas con un mar de propaganda y bajo la sospecha de la manipulación estadística. Incluso en
el mejor de los casos –si se alcanzara ese 1,2% de subida del PIB que
espera el Gobierno este año–, será una recuperación tan débil que
tardará mucho tiempo en notarse
en el día a día de los ciudadanos o
en el paro. Hemos llegado al suelo,
sí. Pero no está claro que el rebote
sea mérito del gato. H
mas que agitan la bandera de la
subvención como si la necesidad
de esta no fuera el resultado de una
flagrante falta de oportunidades y
de un descomunal desequilibrio ya
entre niños y niñas. Parecemos olvidar que a estas últimas las casan,
las mutilan, las venden, son pasto
del tráfico de seres humanos y de la
publicidad que nos las muestra nacidas para gustar y aguantar. Efectivamente solo la igualdad logrará
sacarlas del circuito de las subvenciones y las ayudas. Y el clic regresa
a la casilla de la educación.
Si tienen un rato, busquen y
comprueben que en todos los sectores sociales, profesionales, laborales, lúdicos, hay un grupo de mujeres valientes que reman hacia la
igualdad. Y todas ellas me han causado admiración en estos cuatro
años. Y, entre ellas, las que trabajan en lugares donde se construye la imagen y el mensaje. Demasiada responsabilidad para dejarla
en manos de personas no comprometidas con una sociedad más exigente, en manos de mujeres que no
ayudan a otras mujeres. Por engancharme a esta causa, gracias. H
[email protected]
web: defensora.elperiodico.com
JOSEP MARIA
Espinàs
Casada a
los diez años
C
ada día llegan más
noticias de agresiones sexuales a menores. Agresiones individuales por impulso
y agresiones institucionalizadas.
Hay agresores patológicos, que
podrían considerarse como enfermos, que se manifiestan en situaciones que le pueden ser favorables. Son seguramente menos que
los agresores protegidos por una
costumbre arraigada en determinadas culturas. Hay sectas religiosas o, más ampliamente, culturas
sociales que incluyen el derecho de
abuso sobre niños y especialmente
niñas. El concepto de agresión no
lo vinculan a un hecho que ya es
costumbre. El abuso infantil está
incluido en una tradición, e incluso puede ser protegido como un derecho.
Ignoro cómo se justifica este tipo de agresión cuando ya está implantada en un grupo social. El
papel de los padres que están de
acuerdo es para nosotros difícil de
comprender. ¿Hay argumentos para admitir la opresión infantil?
¿Cuándo empieza la historia de
esta aceptación tan antinatural? A
lo largo de los siglos, también en
En nuestra cultura
nunca se ha visto el
abuso institucionalizado
de los menores de edad
Europa y en países de base cristiana ha habido niños maltratados,
niños utilizados como esclavos,
bodas forzadas por intereses económicos o de poder. Pero violaciones...
La agresión ya se detecta en los
países europeos, importada junto con la inmigración. Reconozco que me cuesta escribir este artículo, porque sé muy bien que son
los antropólogos quienes podrían
darnos una explicación sobre estas
costumbres.
¿Qué papel juega la satisfacción
sexual? ¿Qué fondo hay de demostración de dominio?
Ahora, aquellas normas y conductas ya no podemos considerarlas exóticas, exclusivas de una civilización que está alejada de la nuestra. Hay un trasplante –aún muy
ocasional– de doctrinas y prácticas que llegan con una determinada inmigración.
Me pregunto si una minoría
mantendrá sus costumbres en
nuestro mundo o hará un proceso,
no fácil, de asimilación de las normas del país que los acoge. H
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