O.J.D.: E.G.M.: Tarifa: Área: 105939 612000 3436 € 202 cm2 - 19% Fecha: 27/04/2014 Sección: OPINION Páginas: 10 DOMINGO 27 DE ABRIL DEL 2014 Pequeño observatorio to se explica por dos razones: la deflación y los trucos contables de Cristóbal Montoro. Si descontamos el efecto de caída de precios, la subida del 0,5% interanual se queda en poco más del 0,1%. No es que la economía crezca mucho en términos absolutos, es que la bajada en los precios hace que parezca más grande. Reducción artificial En cuanto a las trucos de trilero del ministro de Hacienda, parecen bastante obvios. Durante el último trimestre del 2013 el gasto público se redujo un increíble 3,9% en España, a pesar de que no hubo sobre la mesa ningún recorte nuevo. Curiosamente, en este trimestre el gasto público ha aumentado. ¿La razón? To- EVA Peruga os vor, requiere inversión y tiempo. En las raíces están millones de mujeres que afrontan con dificultad las derivadas de la desigualdad: llámense prostitutas, madres solas a cargo de niños, explotadas laboralmente, maltratadas, pensionistas sin recursos tras una vida de intenso trabajo, y un etcétera larguísimo. Existen. De ellas intentan ocuparse multitud de organizaciones de mujeres, demasiadas veces con la caja vacía. La tendencia es a situarlas a todas ellas en un ángulo del cuadrado social. Algunos incluso lo pintan de lila para guetizarlo y victimizarlo. Pero de ellas también se olvidan muchas otras féminas, que atribuyen esa circunstancia adversa a cuestiones personales sin hacerse la simple pregunta de por qué pobreza, marginación, analfabetismo llevan nombre femenino. Tal vez las mis- do apunta a que el Gobierno movió facturas de diciembre a enero para reducir artificialmente el déficit del 2013 y que pareciese que España cumple con lo que pide Europa. Tampoco sería la primera vez que el dato provisional empeora cuando llegan las cuentas completas. Ya pasó con el último trimestre del 2013. El Gobierno vendió una subida del 0,3%. Meses después, el éxito se quedó en la mitad: el 0,17%. La recuperación, por ahora, es un espejismo: unas décimas del PIB aliñadas con un mar de propaganda y bajo la sospecha de la manipulación estadística. Incluso en el mejor de los casos –si se alcanzara ese 1,2% de subida del PIB que espera el Gobierno este año–, será una recuperación tan débil que tardará mucho tiempo en notarse en el día a día de los ciudadanos o en el paro. Hemos llegado al suelo, sí. Pero no está claro que el rebote sea mérito del gato. H mas que agitan la bandera de la subvención como si la necesidad de esta no fuera el resultado de una flagrante falta de oportunidades y de un descomunal desequilibrio ya entre niños y niñas. Parecemos olvidar que a estas últimas las casan, las mutilan, las venden, son pasto del tráfico de seres humanos y de la publicidad que nos las muestra nacidas para gustar y aguantar. Efectivamente solo la igualdad logrará sacarlas del circuito de las subvenciones y las ayudas. Y el clic regresa a la casilla de la educación. Si tienen un rato, busquen y comprueben que en todos los sectores sociales, profesionales, laborales, lúdicos, hay un grupo de mujeres valientes que reman hacia la igualdad. Y todas ellas me han causado admiración en estos cuatro años. Y, entre ellas, las que trabajan en lugares donde se construye la imagen y el mensaje. Demasiada responsabilidad para dejarla en manos de personas no comprometidas con una sociedad más exigente, en manos de mujeres que no ayudan a otras mujeres. Por engancharme a esta causa, gracias. H [email protected] web: defensora.elperiodico.com JOSEP MARIA Espinàs Casada a los diez años C ada día llegan más noticias de agresiones sexuales a menores. Agresiones individuales por impulso y agresiones institucionalizadas. Hay agresores patológicos, que podrían considerarse como enfermos, que se manifiestan en situaciones que le pueden ser favorables. Son seguramente menos que los agresores protegidos por una costumbre arraigada en determinadas culturas. Hay sectas religiosas o, más ampliamente, culturas sociales que incluyen el derecho de abuso sobre niños y especialmente niñas. El concepto de agresión no lo vinculan a un hecho que ya es costumbre. El abuso infantil está incluido en una tradición, e incluso puede ser protegido como un derecho. Ignoro cómo se justifica este tipo de agresión cuando ya está implantada en un grupo social. El papel de los padres que están de acuerdo es para nosotros difícil de comprender. ¿Hay argumentos para admitir la opresión infantil? ¿Cuándo empieza la historia de esta aceptación tan antinatural? A lo largo de los siglos, también en En nuestra cultura nunca se ha visto el abuso institucionalizado de los menores de edad Europa y en países de base cristiana ha habido niños maltratados, niños utilizados como esclavos, bodas forzadas por intereses económicos o de poder. Pero violaciones... La agresión ya se detecta en los países europeos, importada junto con la inmigración. Reconozco que me cuesta escribir este artículo, porque sé muy bien que son los antropólogos quienes podrían darnos una explicación sobre estas costumbres. ¿Qué papel juega la satisfacción sexual? ¿Qué fondo hay de demostración de dominio? Ahora, aquellas normas y conductas ya no podemos considerarlas exóticas, exclusivas de una civilización que está alejada de la nuestra. Hay un trasplante –aún muy ocasional– de doctrinas y prácticas que llegan con una determinada inmigración. Me pregunto si una minoría mantendrá sus costumbres en nuestro mundo o hará un proceso, no fácil, de asimilación de las normas del país que los acoge. H