Apertura de las V Jornadas de Estudio de El Rebollar El viernes 15 de julio tuvo lugar en el Palacio de los Águilas, de Ciudad Rodrigo, la apertura de las V Jornadas de Estudio de El Rebollar y IX Coloquio Internacional del PROHEMIO (Universidad de Orleans), que conjuntamente organizan este grupo universitario y la asociación cultural “Documentación y Estudio” de dicha comarca. Asistió al acto Don Jesús Málaga, cuya presencia y ajustadas palabras agradeció el presidente de la Asociación, Ángel Iglesias Ovejero, al tiempo que la secretaria de la misma Esther Prieto Gómez dio la bienvenida a la veintena de profesores universitarios, estudiosos y escritores que benévola y repetidamente participan en dichas Jornadas, así como a las instituciones que colaboran en su organización y al público que desde hace tiempo las sigue. A continuación explicó el carácter misceláneo de la temática de estas Jornadas, que se justifica por la diversidad de quienes forman parte o colaboran con dicha asociación. Como indica el programa, cada jornada estará dedicada a uno de los aspectos analizados, “historia, lengua y cultura tradicional”, que respectivamente se celebrarán este fin de semana en Ciudad Rodrigo, Robleda y Navasfrías. La primera jornada, sobre “historia reciente y testimonios”, desarrolló aspectos ya tratados sobre la represión militar, dentro y fuera de El Rebollar, iniciados en 1936 y continuados después. El propio Ángel Iglesias insistió en “la represión militar legalizada a partir de 1936: terror e impunidad en el occidente de Salamanca”, que, mediante la manipulación del Código de Justicia Militar y los terroríficos bandos u órdenes de la Capitanía de la VII Región Militar, afectó en la zona de Ciudad Rodrigo a centenas de personas (incluidas entre cien y doscientas personas asesinadas en 1936 sin proceso alguno, víctimas de paseos y sacas). Fueron otros tantos crímenes de guerra que la justicia militar trató de legalizar, granjeando de paso a los ejecutores una impunidad que los legisladores de la Transición y la Democracia, por razones que solamente ellos encuentran convincentes, no han sabido o querido evitar. A continuación Claude Carcenac (Univ. Vic) presentó una “mirada de mujer sobre la guerra civil española”, en la persona de dos mujeres pioneras, de origen judío, de izquierdas, que se entusiasman a favor de la causa republicana y hacen el viaje a España: la filósofa Simone Weil y la fotógrafa Gerda Taro. La primera, después de una experiencia humana negativa, rechaza la causa y más generalmente la guerra; la segunda, al contrario, permanece fiel a la causa republicana a la que sirve como reportera gráfica en los diarios extranjeros hasta el día de su muerte en Brunete, saludada y enterrada como una heroína, hoy apenas rescatada del olvido. Severiano Delgado Cruz, presidente de la Asociación “Salamanca por la Memoria y la Justicia”, expuso las actividades y proyectos de ésta, entre los cuales se pueden mencionar: la base de datos sobre víctimas de la represión, con más de 9.000 fichas; catalogación de los expedientes militares de El Ferrol que forman parte de los fondos documentales que posee la misma asociación; identificación de las víctimas cuyos restos se han exhumado en Pelabravo y otros lugares; exhumación de otras víctimas con restos mortales en fosas, como la del término de Pedro Toro; ampliación del memorial de víctimas en Salamanca; etc. Jesús Carlos Rodríguez Arroyo, socio del Grupo de Estudio de Historia Contemporánea de Extremadura, presentó su estudio Movimiento obrero y represión fascista en Sierra de Gata 1931-1936, fruto de investigaciones en archivos y hemerotecas, así como de testimonios y documentación privada, que le permiten describir las agrupaciones de esta zona de la provincia de Cáceres y hacer el inventario de víctimas mortales de la represión fascista en los 19 pueblos serragatinos concernidos. En la sesión de tarde se presentó la película documental El tiro de la plaza, realizado por el Foro por la Memoria, de Salamanca, que presentaron Ángel García y Javier Laso. El título alude a los dramáticos acontecimientos del 19 de agosto de 1936 en la Plaza Mayor de Salamanca, que se saldó con varios muertos, entre ellos una niña, entre el público que asistía a la publicación del bando de guerra, y fueron tiroteados por los soldados. Fue el primero de los crímenes de guerra y contra la humanidad en Salamanca, que luego se irían multiplicando en los pueblos de la provincia, incluidos Ciudad Rodrigo y su partido. Todavía viven algunos de los entonces jóvenes testigos, que intervienen en el documental, Luis Calvo Rengel, Matilde Garzón Ruipérez, Anastasio Mateos Ovejero, José Zato, etc., así como algunos historiadores y estudiosos. Esta película dio lugar a numerosos comentarios y nuevos testimonios sobre el terror militar y sus secuelas: detenciones, desamparo, búsqueda e identificación de cadáveres. Entre otras personas, intervinieron Josefa Maeos Ovejero y Bernarda Gozález Villoria, hijas de vecinos de Robleda asesinados en 1936, Emilio Hernández (de Casillas de Flores), Mauricio Moreiro (de Navasfrías), Pilar Salazar (de Pastores), etc. En la mesa redonda quedó claro que estos testimonios vienen a confirmar y completar la documentación hoy existente, en particular, sobre los macabros paseos y fosas existentes en la zona, unas exhumadas y otras no, en las fincas de Carvajales, Ravida, camino de Gazapos, Campanillas y Valdespino, Valle del Lagar, Aleanueva de Portanovis. La sesión terminó con una ofrenda floral en el monolito de la Rotonda del Paseo de las Carmelitas en homenaje a las víctimas del terror y la represión militar, donde una nieta de Manuel Martín Cascón, Alcalde republicano de Ciudad Rodrigo condenado en consejo de guerra y ejecutado en Salamanca, depositó un ramo de flores.