El movimiento antiglobalista Lars DE GIER Universidad de Groningen 0. Introducción Durante la conferencia ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Seattle en 1999 surgieron unas manifestaciones por parte de los grupos antiglobalistas. Aquellos grupos querían llamar la atención de los representativos sobre algunos temas que según ellos no fueron considerados suficientemente. En Seattle muchas protestas se descontrolaron y degeneraron en verdaderas batallas en las calles (van Aelst 2000)1. Este hecho ha establecido un ejemplo para futuras manifestaciones, como se han demostrado en Barcelona, Génova y Praga. El comercio internacional afecta gravemente los asuntos que interesan a los manifestantes, como el medio ambiente, las normas laborales y el desarrollo sostenible. El movimiento antiglobalista ve peligros de la continuada expansión de la economía internacional. Con sus manifestaciones intentan influir los representantes que atienden los ministeriales para que traten con los problemas que surgen. Los antiglobalistas dirigen sus protestas a la OMC, porque constituye la institución que establece las obligaciones y los reglamentos, determinando las relaciones comerciales de hoy en día. La OMC es la plataforma en que los estados se encuentran para negociar, de forma multilateral, las reglas del futuro. Si uno desempeña un papel importante o ejerce influencia en esta organización, se puede asumir que uno decide por gran parte ‘las reglas del juego’. 1 P. van Aelst ha nombrado este incidente llamativo ‘la batalla por Seattle’. 58 Por eso la siguiente pregunta constituye el foco de atención en este trabajo: ¿En qué medida influye el movimiento antiglobalista en la política de la Organización Mundial de Comercio? Es interesante investigar este caso, porque los grupos que mantienen otros puntos de vista sobre la construcción de la vida económica, no se sienten bien representados. Quizás se puede hablar de una falta de democracia dentro de una de las instituciones que afecta a muchos países con su política (hipótesis uno). Además el análisis tiene el objetivo de mostrar si las manifestaciones producen efectos deseados particularmente un cambio de política. Surge la duda si las manifestaciones no tienen un verdadero impacto en la política, aunque son indispensables para informar a la gente que no se ocupa con estos temas y llamar la atención de todo el mundo (hipótesis dos). Esta investigación, en el marco más general del campo de ciencias sociales, aumenta el conocimiento sobre los movimientos sociales y sus efectos. La supuesta relación entre movimientos sociales, la creación de grupos de individuos que persiguen un objetivo colectivo, la opinión pública y las instituciones puede ser demostrada con este estudio de caso. Además intenta hacer más comprensible cómo funciona el sistema internacional, los estados y las instituciones. Para hacer la investigación profundamente es necesario exponer el método de trabajo. Se usan las teorías de Marsh, Rhodes y Huberts que explican el poder y el funcionamiento de un movimiento social. Además se presentan los modos con que los movimientos sociales tienen la oportunidad de influir en la política de una institución. Siguiendo este modelo teórico se despliega el análisis del caso de los antiglobalistas. Por mayor claridad se subdivide el análisis en unas secciones, es decir la exposición teórica, el análisis según la realidad (el estudio del caso) y una conclusión. La primera sección da la prioridad a la exposición del marco teórico, ¿qué abarca la teoría? Las preguntas centrales son ¿qué forma la base del poder de un movimiento social? ¿Qué son 58 59 sus modos de operar? Y también, ¿hay otros factores que determinan el proceso de ejercer influencia? La segunda sección traza en líneas generales la formación del grupo antiglobalista y se presentan sus objetivos. Además analiza cómo los antiglobalistas han intentado influir la política de la OMC. La tercera sección presenta la imagen de la OMC y cómo ella puede resistir a los intentos del movimiento. También se habla del eventual déficit democrático. Después sigue una evaluación del impacto real que tenían las acciones de los grupos antiglobalistas. Con el fin de contestar la pregunta central, se saca una conclusión que muestra la posible relación causal entre las acciones y un cambio de política. La última sección presenta los resultados de la investigación que argumentan la contestación a la pregunta central. 1 En la primera sección se explica la teoría de la influencia de grupos de protestas. Por lo tanto se centraliza en las siguientes preguntas: primero se contesta, ¿qué determina el poder de un movimiento ejerciendo influencia? Después seguirá, ¿qué son las tácticas de los movimientos? Sin embargo, eso no es suficiente para investigar profundamente el caso del movimiento antiglobalista. No podemos solamente atender en cuenta el poder que emana del movimiento mismo. Poder y influencia siempre asumen un contexto, en otras palabras el otro al que alcanzan los intereses diferentes tiene que aceptar estos intereses. Por tanto se explica también el contexto en que el movimiento antiglobalista opera. §1.1 Factores que determinan el grado de influencia Si hablamos del poder o de la influencia de los grupos de protesta, suponemos que ellos convierten otros actores para que formulen política conforme a los objetivos de los dichos grupos (Huberts 1988, 24). En otras palabras, en la 59 60 sociedad existe un descontento respecto a una cosa, tan grave, así que gente se reúne para hacer concordar la política con sus propios objetivos. La cooperación entre gente, formándose un grupo, se llama acción colectiva. En el caso del movimiento de los antiglobalistas podemos hablar de una red de varios grupos con sus propios objetivos (El país 2001). Al fondo del movimiento antiglobalista está la percepción de que la globalización trae consecuencias malas. Sin embargo, dentro del movimiento se encuentran diferentes grupos que tienen todos sus propias razones para denunciar la globalización. Como los grupos separados tienen un ‘enemigo junto’ colaboran íntimamente. Por tanto se despliega parte de la teoría de David Marsh y R.A.W Rhodes, autores que han investigado casos de influencia de redes en la política de organizaciones. La influencia de movimientos en la política de organizaciones depende de muchos factores. Marsh y Rhodes distinguen cuatro factores que determinan el poder de una red para armonizar la política con sus propios objetivos (Marsh y Rhodes 1992, p249268). El primer factor es la calidad de miembro, es decir ¿es el número de participantes alto o bajo y qué son los tipos de intereses? Cuanto más se forma un grupo homogéneo, cuanto más poder se emana. El segundo constituye la adhesión del movimiento en términos de frecuencia de interacción, de continuidad y de consenso. ¿Cuantas veces se encuentran los miembros del movimiento? También, ¿se presentan fluctuaciones fuertes en la calidad de miembros y los intereses? Por último ¿hay consenso sobre los tipos de intereses, es decir son divergentes o convergentes? Cuando existe un alto grado de contactos entre los miembros, un bajo grado de fluctuaciones en los intereses y calidad de miembros y un consenso sobre los intereses, el grupo tendrá más poder de influir en la política. El tercer factor tiene todo que ver con los recursos disponibles a los miembros de la red. ¿Qué son los recursos disponibles, por ejemplo dinero, pericia, conocimiento, información y una red de contactos dentro de la institución 60 61 que formula la política? ¿Cómo es la distribución de los recursos dentro de la red, es decir, hay un caldo de cultivo para conflictos entre los grupos internos? Cuanto más recursos están disponibles a los miembros, cuanto más poder emanará del movimiento. Asimismo se puede decir que cuanto más igual está la distribución de los recursos entre los miembros, cuanto mejor funcionará la red. El último factor, según Marsh y Rhodes, es la división del poder dentro del movimiento. Si hay grupos en la red que constantemente pierden, por la accesión asimétrica a los recursos por ejemplo, la persistencia de la red corre peligro. §1.2 Las tácticas Ahora se contesta a la segunda pregunta ¿Qué son las tácticas que se pueden utilizar para ejercer influencia en la política? Se puede señalar dos criterios por los que la intención de ejercer influencia se convierte en la realidad (Huberts, 58-63). El primero criterio se caracteriza por el modo de aproximar los que ya formulan la política. Es decir, se dirige la acción para cambiar la política de manera directo o indirecto (mediante la prensa y la opinión pública). El segundo criterio muestra la medida en que la acción llama la atención, en otras palabras se efectúa la acción públicamente o no públicamente (entre bastidores). Según los dos criterios podemos distinguir tres tipos de acción; acción directa y pública (presión), acción directa y no pública (lobby) y acción no directa y pública (manifestación). Los actores normalmente intervienen de manera combinada, usando más que una táctica, así que amplían su oportunidad de ser efectivo. La ventaja de dirigir la acción directamente a las autoridades consiste de influir el orden del día. Si es posible cambiar el orden del día es muy probable que cambia la política también. Entonces no cuesta tanto tiempo para llegar a un resultado exitoso, aunque la firmeza del resultado depende principalmente de la continuada presencia del grupo. Cuando la presión disminuye, crece la 61 62 oportunidad que los intereses nuevos se desvanecen y vuelve la situación antigua. Cuando se usa la estrategia indirecta, los manifestantes intentan hacer el público y las autoridades conscientes de unos abusos. Hasta ahora hemos contemplado qué son los modos de operar para un movimiento. Es decir, ¿de qué consiste su poder y qué son las tácticas que se puede utilizar para influir la política? Falta una breve descripción del funcionamiento del contexto en que el movimiento actúa. En este respecto la pregunta más importante será ¿hasta qué punto obstaculiza la organización la entrada y la participación efectiva de actores que están fuera del proceso de la toma de decisiones (Huberts, 75)? Si la organización por su estructura impide a la gente que está fuera del proceso de la toma de decisiones efectivamente la posibilidad de postular su opinión, resultará muy difícil influir en la política. Aunque uno de las tácticas es la de aproximación indirecta y pública (el tipo manifestación), el resultado final que significa un cambio de política se produce a veces a lo largo plazo. Protestas se dirigen al público, para que se den cuenta de unos abusos, así que el público cambia sus acciones. Aun mejor es el caso cuando protestas obliguen a partidos políticos nacionales que adopten objetivos y intereses de los manifestantes. Aquellos hacen el público más consciente de abusos, así que cambia su conducta de votar. Los partidos nacionales incorporan los objetivos que causará un cambio de posición del país dentro de la organización mundial. Cuanto más pueblos se dan cuenta de abusos y actúan según, cuanto mejor los objetivos externos se convierten en intereses de importancia dentro del sistema donde se formula la política. No obstante que la incorporación de nuevos intereses y un cambio de actitud dentro de la organización cuesta tiempo. 62 63 §1.3 Conclusión En conclusión se exponen los criterios por los que se hace el análisis en la segunda sección sobre el movimiento antiglobalista y el grado de ejercer influencia en la política de la OMC. Sabemos que tenemos que examinar dos lados del proceso de ejercer influencia, es decir el poder del grupo que intenta cambiar la política existente y el poder de la organización a resistir este intenta. Se mide el poder del movimiento a base de la calidad de miembro, la adhesión, los recursos disponibles a los participantes y finalmente la división del poder entre los participantes. La táctica a utilizar es también de importancia, porque determina por parte en que medida el grupo influye en la política. Para argumentar bien la influencia real de un grupo opositor, no hay que olvidar la aceptación que proviene de la organización a la cual se dirige su esfuerzo. El contexto político, la firmeza de la organización para resistir, desempeña un gran papel midiendo el grado de influencia. 2 Las preguntas a contestar en esta sección serán: ¿Que son las características del movimiento antiglobalista o sea que es su calidad de miembro, su adhesión, sus recursos disponibles y la división de poder entre los constituyentes? Después sigue el modo de operar o emplea de tácticas para ejercer influencia. Luego examinamos con todo detalle como funciona el proceso de la toma de decisiones dentro la OMC. §2.1 Globalización; ¿Qué es? y ¿Cómo ocurrió? Antes de contestar las preguntas aludidas es necesario entender mejor el significado del fenómeno globalización, la que señala parcialmente el objetivo al fondo del movimiento. Como ya dice su nombre, están en contra de la globalización como anda hoy en día. Aunque no existe una sola definición del fenómeno de la globalización, uso 63 64 la siguiente porque muestra la relación entre actividades económicos, estructuras sociales y el sistema internacional. La pregunta central consiste de los mismos elementos. ‘La integración mundial y profundización de actividades económicos que crean sistemas de consumo y producción integrados y fuertemente interdependientes, facilitados por la revolución de información/ telecomunicación y por la liberalización y desregularización que ha facilitado la movilidad de bienes, servicios y mano de obra por lo que acontecimientos a un lado del mundo han afectado significativamente todos los estados y individuos (Svetlièiè 2000)’ De esta definición aparece que la globalización constituye principalmente un fenómeno económico que produce efectos en las estructuras y relaciones sociales de todo el mundo por la creciente interdependencia entre estados. Muchos ven peligros que provienen de la excesiva atención de la economía internacional en el proceso de establecer orden en el mundo. El sistema internacional en que los estados constituyen las unidades básicas, se caracteriza por anarquía2. Los estados, como si fueran seres humanos viviendo en un mundo compartido, sufrían en propia carne que significaba la ausencia de orden en el mundo. Las dos guerras mundiales fomentaban la idea que los estados del mundo requerían orden, así que horrores similares no más ocurrirían. Por lo tanto los estados fundaron instituciones internacionales, entre otras la Organización de Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Las instituciones servían de plataformas de discusión con lo que los estados establecían y mantenían el contacto. Sin embargo, no solo actuaban como asambleas sino también como órganos donde los estados se acordaban sobre ciertas normas y reglas a las cuales prestaban oído 2 Hedly Bull ha escrito un espléndido trabajo sobre el sistema internacional de estados, llamada ‘The Anarchical Society’ 64 65 voluntariamente. Las reglas fueron hechas por estados y impuestas a estados sin que alguien tuviera realmente el poder de retener uno a desviarse. Todo el proceso de instalar un orden ha sido totalmente voluntario. Uno de las ideas a las que los estados se adhirieron profundamente desde el momento que acababa la segunda guerra mundial es el acoplamiento de la paz y seguridad a la estabilidad económica (WTO 1998, 32-64). Por tanto, los estados crearon también la GATT, que tuvo como sucesor la OMC en 1995. Los participantes de la organización intentan establecer orden en la esfera económica con el objetivo de conservar la paz en el mundo. Además persiguen el libre comercio con lo que estimulan el crecimiento económico, incrementan los ingresos, amplían la diversidad de productos y hacen la vida menos costosa. En vista de ello la OMC ambiciona a bajar las tarifas y cuotas, que estorban el libre comercio. La OMC se basa en unas normas y principios que los estados han convenido durante negociaciones. Las normas fundamentales para el sistema son las de non discriminación, de reciprocidad, de obligaciones que se puede hacer cumplir, de la transparencia y de las válvulas de seguridad (Hoekman y Kostecki 2001, 29-36). Siguiendo esas normas los estados son capaces de controlar la economía internacional de manera justa y mediar las consecuencias negativas. El nacimiento de las instituciones internacionales y la transformación de la economía mundial de los últimos 50 años indica una interacción entre los dos que se puede tipificar como ‘globalización desde arriba’ (Korzeniewicz y Smith 2001, 2). La economía no solo se ha desarrollado por las actividades de los estados sino también por las innovaciones tecnológicas y el nacimiento de corporaciones transnacionales (Reich 1998). Hoy en día podemos mantener el punto de vista que las empresas transnacionales, como IBM, Nike, Microsoft y tal, ocupan crecientemente un puesto en el sistema internacional y influyen tanto la política de los estados como la política de 65 66 las organizaciones internacionales (Strange 1996, 1-23 y Harrod 1998). La compleja estructura del sistema internacional y las interacciones entre muchos actores hacen la vista general difícil. A veces parece que nadie pueda influir en la política de los gobiernos y de las instituciones; todo pasa como pasa. Sin embargo todo el mundo puede notar las consecuencias de un mundo más y más integrado, sea positivo o sea negativo. Por un lado podemos analizar que por la participación en la economía internacional muchos estados, como por ejemplo los tigres asiáticos, se han desarrollado así que mucha gente vive en mejores condiciones que antes (Grieco 2000). Muchas personas viven bien situado en una democracia con derechos humanos que les protege contra la discreción del estado. Asimismo disfrutan de un buen surtido de productos y reciben enseñanza. Por otro lado vemos en general una deterioración del medio ambiente, por la intensiva explotación de la tierra y la emisión de los gases tóxicos. También vemos que la distancia entre los pobres y los ricos del mundo crece cada vez más. Culturas desaparecen y muchas personas están obligadas a aceptar nuevas normas y formas de vida. Pues, como entendemos mejor que significa el concepto de globalización y como se relacionan los diferentes actores en el complejo sistema internacional, cabe la pregunta ¿qué el movimiento de los antiglobalistas tiene que ver con todo esto? Anteriormente se presentaba la imagen que la globalización produce unos efectos que pueden cambiar profundamente la vida de gente. En reacción ante el nuevo fenómeno surgió este movimiento que se ha preocupado por las consecuencias negativas del neoliberalismo. Entonces, se puede argumentar que el movimiento es un producto de la misma globalización. Por un lado porque es una reacción ante el fenómeno de la globalización y por otro porque reúne sus miembros por medios proviniendo de la misma globalización, como por ejemplo la red. Además la revolución de la telecomunicación ha hecho posible que 66 67 tanta gente puede observar los aspectos negativos de la globalización y actúa según. §2.2 Las características del movimiento Volvemos a la pregunta ya mencionada ¿qué son generalmente las características del movimiento de antiglobalización en términos de calidad de miembro, adhesión, recursos disponibles y la división del poder? En el fondo el movimiento antiglobalista se fija en el neoliberalismo y los problemas que ha causado. Más en concreto se fija en los campos del desarrollo sostenible, de los derechos humanos, de las normas laborales, de la justicia social y del medio ambiente (Vayrynen 2000). Por lo tanto se dirige a la OMC, que se ve como la institución general que ha traído los problemas. No obstante es difícil hablar de un grupo homogéneo en lo que todos sus participantes aspiran a alcanzar al mismo fin con los mismos medios. Los intereses son muy divergentes y el número de los participantes con intereses divergentes es muy alto. Es por ejemplo obvio que los ecologistas tienen otros intereses que los sindicatos, así que la manera para llegar hasta su fin difiere también. Además se puede afirmar que la gran variedad de intereses excluye otros intereses. Resulta muy difícil hacer una balanza justa entre el medio ambiente y la economía, es decir los intereses de los sindicatos que persiguen pleno empleo tropiezan con los intereses de los ecologistas, persiguiendo más respecto por la naturaleza. Además el movimiento antiglobalista acoge muchas organizaciones no gubernamentales (ONG), que se expresan a veces críticamente hacia el fenómeno de la globalización y la política de la OMC. Ejemplos de esas organizaciones son Greenpeace, Friends of the Earth, Public Citizen, Oxfam y Consumer International (Hoekman y Kostecki, 468). Aquellas tienen sus propios constituyentes a los que deben justificarse, previniendo la disminución de ingresos. Cuando los ingresos declinan, los recursos para operar rebajan también, así que el poder de 67 68 influir en la política desaparece. Sin embargo, por su capacidad de generar recursos financieros, las organizaciones no gubernamentales tienen eminentemente la oportunidad de ejercer influencia, comparado con los manifestantes del tipo estudiante o ciudadano acalorado. La adhesión del movimiento, basado a la frecuencia de la interacción, la continuidad y el consenso es muy frágil. En cuanto a la interacción se puede afirmar que hace unos años se está mejorando el contacto entre los participantes. El foro social mundial brinda la ocasión para muchos adversarios del neoliberalismo así que se reúnen y discuten los problemas, además pensando en nuevas proposiciones para mejorar las condiciones mundiales (El foro social mundial 2002). Sin embargo queda el punto de vista que la interacción no satisface las condiciones cualitativas para que emerja un conjunto relacionado fuertemente. Como la adhesión del movimiento es tan frágil y la frecuencia del contacto tan bajo, es difícil decir algo sobre la continuidad. Los últimos años se nota un crecimiento en el número de las ONG (UN 1995, 32-35). También se ve que el número de protestas callejeras crece cada vez más, por lo que es muy probable que el movimiento sigue viviendo (Korzeniewicz y Smith). Encima el movimiento sobre el cual hablamos existe hace un centenar de años, así que todavía tiene que evolucionarse. Con respecto al consenso sobre los fines y los modos para alcanzarlos ya hemos señalado que existen muchas puntas de vista diferentes aún opuestos. Sigue siendo un caldo de cultivo para conflictos entre diferentes intereses que no beneficiará la adhesión. Los orígenes de los participantes, sean de la izquierda, de la derecha, ecologistas, sindicatos o cualquiera, son tan discrepantes que solamente se puede señalar consenso sobre la globalización y sus impactos negativos. No hay consenso sobre la manera de cambiar dejando aparte como sí tendría que ser el mundo. Por lo general se sirven de eslóganes como ‘otro mundo es posible’ y ‘el mundo no es una mercancía’(el foro social mundial y attac). 68 69 Llegamos al factor de los recursos disponibles a los que proceden a la acción colectiva. Medios financieros siempre han sido muy importantes pero también lo es la autoridad sobre cosas que les importa a los estados. Por ejemplo empresas ocupan una buena posición en instituciones y gobiernos, porque disponen de dinero y afectan vigorosamente a la economía de países, ante todo la cuestión grandemente politizada como el pleno empleo (Strange). ¿De qué disponen los antiglobalistas? Cuando hablamos de las ONG salta a la vista que ellas pueden suministrar información y que tienen conocimientos altos por las cuestiones que les abogan (Bignami y Charnowitz 2001, 255-283). El acceso a material que es relevante para formular política les da autoridad y por eso poder. Greenpeace y Oxfam por ejemplo presentan informes sobre cuestiones como el estado del medio ambiente y el desarrollo de países subdesarrollados. Las ONG son expertas sobre las temas a las que se dedican y saben destacar los temas importantes que existen en la sociedad (Clark, Friedman y Hochstetler, 1999). Además, las ONG disponen de legitimidad para emprender cosas, es decir se justifican directamente a sus miembros por la política efectuada. Se puede decir que sus constituyentes les han dado un mandato para ejecutar su tarea. Cuando las ONG tienen muchos partidarios, hay un asunto en la sociedad, o el mundo que justifica la ación colectiva. Por último son las ONG que a veces tienen una red de contactos dentro de las organizaciones que hagan política. El acceso a la OMC, o sea para participar o para observar, se deriva de la autoridad en su propio campo, de la representación de un gran parte del pueblo y del peritaje. Por otra parte el acceso de las ONG a la OMC implica casi siempre que solamente tiene el estado de consulta. Es que los estados miembros de la OMC se estremece por las consecuencias que surgirán, cuando ONG adquieran más poder. Aquellos quieren retener, cueste lo que cueste, a su posición de ser los únicos que deciden ‘las reglas del juego’ en el sistema internacional. 69 70 El movimiento antiglobalista consiste de mucha gente, con diferentes formas de organizarse y con recursos diferentes. Entonces la distribución de los recursos entre los miembros del movimiento pero también dentro de las organizaciones participantes es muy desigual y variable. A las ONG como Greenpeace les rebosan los recursos, y a otros grupos les faltan. Por lo tanto nunca se producirá la situación en que todo el mundo gana, subsistiendo la potencia para conflictos y dañando la adhesión. §2.3 Las tácticas que se utilizan Ahora llegamos a la cuestión de las tácticas que utiliza el movimiento antiglobalista para cambiar la política de la OMC. La primera sección ya mostraba los tres tipos de desplegar acción colectiva, sean presión, lobby o manifestación. Pues, es importante qué son los objetivos en el fondo de los grupos que no se alinean con el funcionamiento del sistema. Luego se abordan las tácticas concretas, con las que el movimiento antiglobalista influyen en la política. Entonces, se puede distinguir dos corrientes dentro del movimiento antiglobalista es decir, los reformistas y los radicales (Hoekman y Kostecki, 468). Los reformistas perciben la importancia de un sistema multilateral de comercio y el orden que crea. Ven las ventajas de los mercados abiertos y de conseguirlo mediante la norma de non discriminación. En cambio están preocupados que los procedimientos y las reglas como existen ahora producen resultados ineficaces. Los reformistas quieren modificar el sistema actual. Por otra parte, los radicales, o mejor los antisistemicos, quieren abolir el sistema o reducir el poder de la OMC gradualmente hasta quitarle toda su relevancia. Los últimos están más dispuestos a emplear tácticas agresivas y indirectas, para que no sea levantada la apariencia que formen parte del sistema que denuncian mismísimo. Concretamente el movimiento antiglobalista se sirve de una combinación de los tres tipos anteriormente dicho. Las 70 71 ONG emplean las tácticas de la presión, del lobby y de la manifestación. En el caso de las organizaciones ambientales se señala que entregan públicamente reclamaciones o firmas, organizan manifestaciones con las cuales muestran el respaldo en la sociedad y aproximan oficiosamente las autoridades implicadas (Williams 1998). El lobby también se dirige a conseguir una ganancia del apoyo político nacional de la gente bien informada (Williams 1998). Se puede asumir que no solamente las organizaciones ambientales pero también otras organizaciones utilizan las mismas tácticas, porque son las más básicas y efectivas. Sin embargo, la tendencia se produce que las organizaciones se especializan en campos muy determinados, suministrando información especializada de gran valor para los que formulan la política (Korzeniewicz y Smith 2001, 28). Aunque los radicales forman una minoría, son ellos que llaman la atención de la prensa internacional con sus manifestaciones frecuentemente violentas. Seattle, Praga, Gotemburgo y Barcelona, aunque no todos fueron conferencias de la OMC, mostraron un arraigado descontento de una parte de la sociedad mundial con el estado del mundo. En Seattle se reunieron unas 50.000 personas para expresar su disgusto, de las cuales una minoría pequeña recurrió a la violencia, como por ejemplo el Bloque negro, que consiste de los anarquistas. La torna a la violencia como estrategia de cambiar el statu quo ha llevado al distanciamiento de la mayoría presente y ha perjudicado la buena fama de las manifestaciones como modo de propagar la insatisfacción. Hay también radicales que actúan de manera no violenta, criticando el modelo neoliberalismo mediante la red y publicaciones. A veces suscitan resistencia a las autoridades, así que no alcanzarán al estado de observador o de participante en las reuniones. Entonces, las ONG sino también otros participantes del movimiento emplean una variedad de tácticas, para aumentar el grado de éxito, influyendo en la política de la OMC. Las más influyentes son las de cooperación (el lobby) con la OMC, por parte de las ONG, ofreciendo su 71 72 pericia y las de protestas callejeras, donde se reúnen muchas personas para mostrar su descontento y también hacer público a todo el mundo de los abusos. Además se profilan como si fueran el consciente de la OMC. §2.4 Conclusión En conclusión se puede señalar que el movimiento antiglobalista no apoya a una base muy fuerte con el cual tiene la oportunidad de influir en la política de la OMC. En cuanto a los criterios, expuestos por Marsh y Rhodes, se notan una floja calidad de miembro, un bajo grado de adhesión, pocos recursos ‘fuertes’ disponibles que sobretodo se limitan a las ONG, y una división de poder que cultiva el conflicto. Luego se abarcó el tema de las estrategias, de que se presentaba un esfuerzo visible y invisible para hacer concordar los objetivos del movimiento con la política de la OMC. Las ONG mejoran la oportunidad empleando todas las estrategias posibles y los manifestantes lo intentan reuniendo lo más gente posible, unas veces tornando a la violencia para fijar la atención. El movimiento antiglobalista todavía no es nada poderoso, porque no es un grupo homogéneo. El poder que lo emana, se deriva de la autoridad en campos importantes para los que formulan política; en otras palabras se intentan hacer imprescindibles para el proceso de la toma de decisiones. Además, se manifiestan como el consciente de la OMC, denunciando los abusos y informando el público. Por último, es importante mencionar la cuestión de la legitimidad que está representado por las ONG y las manifestaciones. Son la voz del pueblo que no se siente bien comprometido en el proceso internacional de la regularización del mundo. 3 Pues, como se analizó el poder efectivo del movimiento, nos dirigimos al aspecto opositor del proceso para ejercer influencia en la política de la OMC. Por lo tanto hay que 72 73 destacar la estructura de la OMC y las barreras que lanzan con las que se impide el acceso al proceso de la toma de decisiones. §3.1 Las barreras que impiden la accesión Ya inferimos de la breve historia de la OMC trazado en la primera parte, que los estados son los actores fundamentales, quizás aun los únicos, que formulan la política. La OMC está encabezado por una Conferencia Ministerial de todos sus miembros, que se celebran al menos cada dos años. Se tratan los temas más importantes durante los Ministeriales, se puede afirmar que en estos momentos los estados miembros esbozan la política futura en líneas generales (Hoekman y Kostecki, 49-73). También la admisión a la OMC indica cómo se restringe a estados, porque solamente ellos pueden aplicarla. Sin embargo, no todos los miembros son iguales y para alcanzar a un acuerdo sobre asuntos controvertidos, los estados con las economías principales tienen que respaldarlo. La Conferencia de Seattle mostró que los estados no llegan a acuerdos democráticamente, a saber los grandes poderes se retiraron en los Green Rooms (Cámaras Verdes), donde se acordaron entre sí sobre las cuestiones y salieron presentando hechos consumados a otros miembros (Das 2000, 181-201). Por consiguiente, cuando los estados mismos, o mejor los actores menores, no son capaces de decidir como debería funcionar la OMC, pues, ¿cómo puede el movimiento antiglobalista, caracterizado por desunión, determinar el rumbo de la OMC? Al lado hay una secretaría que se ocupa de día en día con asuntos generales, pero también con el Mecanismo de Examen de Políticas Comerciales y el Órgano de Solución de Diferencias (Hoekman y Kostecki, 49-73). El primero recoge los informes de los estados miembros, para verificar el estado de la ejecución de las políticas comerciales, conviniendo bajo la OMC. El segundo es el órgano jurídico de la OMC, que trata las acusaciones de miembros que experimentan problemas en respecto a otros miembros que 73 74 no cumplan las reglas de la OMC. La secretaría es más o menos la institución independiente de los estados, aunque declaraciones que desaíran demasiado a los actores principales, como la EE.UU, la UE, Japón y Canadá (la Quad), llevan a un reemplazo del Secretario General. Entonces, en realidad el margen de la secretaría se limita hasta el punto que le permite la Quad. La OMC consiste además de unos 40 consejos, comisiones, subcomisiones, agrupaciones y grupos de trabajo (Hoekman Y Kostecki). Entonces, la institución parece mucho una organización de varias redes de interesados, los que son delegados por estados, por las ONG, y por el comercio. Sin embargo, aquellos consejos y tal tienen su función y su maniobrabilidad dentro de la OMC pero no constituyen sus determinantes y los asuntos más importantes permanecen en las manos de los estados. En el caso de que los estados no estén de acuerdo con consecuencias dimanando de los consejos, ellos pueden detener, incluso invertir el paso tomado. El proceso de la toma de decisiones se distingue por la importancia puesta a las negociaciones, reuniones y el consenso (Hoekman y Kostecki). El consenso ha sido el modus operandi de la OMC, porque la organización no es capaz de coaccionar a los estados a llevar a cabo las implicaciones de las negociaciones. La organización entonces facilita las negociaciones entre los estados para bajar las tarifas, así que los estados mismos llegan a acuerdos que les ofrezca las condiciones de cumplirlos. Se recurre a votar cuando los estados no alcanzan al consenso y según lo que estipula el acuerdo fundamental de la OMC. Para entonces se dispone de tres tipos de votación, es decir unanimidad, 3/4 mayoría y 2/3 mayoría. Como el principio de la votación en realidad no se presenta casi nunca, eso permanece sin relevancia. Para que funcione bien la OMC y no se produzca inseguridad, tiene que haber cuestión de transparencia tanto hacia el público como hacia los estados miembros. Hasta ahora la OMC ha mejorado las comodidades para suministrar información en los dos campos dichos. Los 74 75 países en vías de desarrollo a veces no disponen de las mismas condiciones como los grandes poderes económicos, así que su posición de negociar anda atrás. En consiguiente, la OMC les ofrece ayuda económica y técnica así que recuperen el atraso. El Mecanismo de Examen de Políticas Comerciales, les da a todos los miembros el estado de las cosas en cuanto a la OMC y el libre comercio. Hacía el público, y por eso también hacía el movimiento antiglobalista, la OMC intenta ser tan transparente como posible (véase la página web www.wto.org) de modo que desbaraten calumnias de secreto, de reticencia y de actuar de manera exclusivo, mientras que las protestas callejeras no sugieren un éxito. Sin embargo, en los casos donde se vean peligros en la publicidad, la OMC no es tan transparente como hubiera debido ser. Generalmente dicho se abstiene de surtir información con respecto a actas de negociaciones. §3.2 El déficit democrático La OMC es solamente una institución que modela la administración del mundo, de modo que tiene lazos con otras organizaciones gubernamentales como la ONU, la OIT la FAO, el banco mundial y el FMI. Así es que los diferentes intereses y objetivos son protegidos, y la OMC representa generalmente el de la economía. Las organizaciones deberían tener en cuenta los objetivos de otras organizaciones, de modo que las reglas que redactan no tropiecen. Sin embargo, la cooperación entre las diferentes organizaciones es muy baja, conque la eficiencia disminuye (Herfkens 2001). ¿Quiénes les concedieron permiso para administrar el mundo? Esos son los estados que participan en las organizaciones, sin que los pueblos nacionales, incluso los que viven en democracias, tienen la oportunidad de controlar bien sus acciones. Los estados formulan política que se obligan a cumplir sin que uno les puede hacer responsable a cualquiera cosa (Herfkens 2001). Se puede señalar un déficit democrático, que significa una pérdida de 75 76 democracia porque las posibilidades de controlar el poder ejecutivo, que se ha trasegado a un nivel superior, se han disminuido. En otras palabras, las organizaciones internacionales y con ellas los estados no les dan la oportunidad a las poblaciones de controlar efectivamente la política formulada, que de veras les afecta. Una vez más se revela el hecho de exclusión de un sistema porque no hay una función de corregirlo, lo que fomentará la presión por encima para transformarse. Se ha intentado disminuir el déficit democrático, aumentando la transparencia en ciertos campos de las organizaciones, también en la OMC como veíamos anteriormente. Como la OMC es una organización intergubernamental, solamente los estados tienen un estado legal. Por consiguiente, en principio en la OMC no se admiten a las ONG, que apoyan al mandato de una parte de la población. No es necesario que ellas participan en las negociaciones mismas, sino que los negociadores se dan cuenta de los intereses que existen en la sociedad y que uno les puede hacer responsable. Hasta ahora la OMC ha decidido aceptar sumisiones de ONG que son relevantes para llegar a un juicio en el Órgano de Solución de Diferencias. Eso es una de las pocas maneras directas para ejercer influencia en la OMC. Sin embargo, sigue siendo la cuestión de que nadie se la puede hacer responsable a lo que proviene de ella. En efecto, se excluye totalmente el movimiento antiglobalista para manifestarse dentro de la organización. Además el bajo número de las personas que son los empleados fijos de la OMC, está seleccionada por su compatibilidad con la organización. Entonces, entre los empleados se prolifera la misma idea, que se rompe muy difícil. Transformar la organización, su estructura y el modo de operar sigue siendo casi imposible tanto para iniciados como para profanos (Stiglitz 2002). Joseph Stiglitz, ex vicepresidente del banco Mundial, lo experimentaba cuando trabajaba allá y escribió un libro entre otras cosas sobre la cultura que reina dentro tales organizaciones. 76 77 §3.3 Conclusión En conclusión, la estructura y la cultura de la OMC impide efectivamente la participación en el proceso de la toma de decisiones por parte de la gente que no se siente bien representada pero sí se siente afectada por las reglas que provienen de la organización. En fin de cuentas son los estados que determinan lo que pasa; aún son los más poderosos. Además, aunque la OMC consiste de una red de interesados que intentan ejercer influencia en el nivel máximo de la OMC, los intereses que emergen de ella son muy atenuados. Influir en el orden del día parece difícil. La estructura existente además impide una corrección de la política formulada, llamado el déficit democrático. Primero nadie, excepto los estados, tiene acceso al proceso de la toma de decisiones, donde se puede influir en el orden del día y luego nadie tiene la oportunidad de hacer uno responsable a lo que proviene de la OMC. Por último, la cultura interna de la OMC hace que un cambio de la estructura se presenta difícilmente. Los empleados adhieren tanto a la idea existente dentro de la OMC que se necesita mucho tiempo para romperla. 4. Una evaluación Se analizó el poder del movimiento y el poder de la estructura para resistir influencia desde fuera. Entonces podemos volver a la pregunta central de la tesis y contestarla: ¿En qué medida influye el movimiento antiglobalista en la política de la Organización Mundial de Comercio? Lo que salta a la vista es la importancia de los estados en el sistema internacional y concretamente en la organización de la OMC. Aquellos determinan las reglas del libre comercio internacional, formalmente representando sus poblaciones. Por el déficit democrático, se pierde la función de controlar a los ejecutivos en el nivel internacional. Los poderes reaccionarios quieren recuperar 77 78 el déficit democrático porque no pueden corregir los acuerdos internacionales y porque sus objetivos no alcanzan al nivel internacional. Se reúnen en el nivel internacional para que se hagan fuerte contra las organizaciones internacionales, demandando más participación en los campos que les afectan. Como vimos anteriormente, el movimiento antiglobalista no consigue bien en sus aspiraciones, por dos razones. La primera es que el poder que proviene del movimiento mismo es muy flojo/débil, por falta de homogeneidad y por la asimetría en la difusión de los recursos. Las únicas maneras de que se disponen son la autoridad en ciertos campos científicos y la representación de partes de la población, así mostrando su legitimidad. Las tácticas que se utilizan, aunque son diversas aumentando la oportunidad de ejercer influencia, producen mínimamente los efectos deseados. La segunda razón es que la OMC ha sido muy capaz de resistir los intentos del movimiento antiglobalista para cambiar la estructura. Los estados no toleran una infracción en su derecho de administrar los asuntos internacionales mediante las organizaciones que les sirven para eso. La estructura organizacional y jurídica impide efectivamente la postulación de objetivos que vienen de fuera del sistema. Además, por el déficit democrático falta la opción, en los parlamentos nacionales, de comprobar los resultados finales que se derivan del nivel internacional. Así viendo podemos sacar la conclusión de que el movimiento antiglobalista no ha sido capaz de cambiar la estructura de la OMC y introducir sus propios objetivos. Aunque unas ONG han logrado poner unos asuntos en el orden del día que les abogan, por ejemplo en el campo del medio ambiente, no se puede exagerar su influencia (Williams 1998). Por la diversidad interna del movimiento, unos consiguen más que otros; en este caso las ONG son los actores más destacados entre los miembros del movimiento aunque los estados siguen siendo los actores fundamentales en la OMC. 78 79 El movimiento antiglobalista solamente existe hace unos años lo que puede indicar que no está aún del todo cristalizado. Lo que se espera con toda probabilidad es que cuando los protestas se continúen y se intensifiquen, los estados y con ellos los partidos políticos nacionales se verán forzados a incorporar los objetivos y intereses del movimiento, de modo que la OMC se cambie por dentro. Este proceso, que en realidad refleja un cambio de ideas en las sociedades de los estados, lleva mucho tiempo y requiere que las poblaciones se ocupen cada vez más con asuntos internacionales. Además se necesita la participación activa de los partidos políticos para que le informe al pueblo y que haga más transparente el proceso de la toma de decisiones en la OMC. Problemas que surgen sobre este asunto, son el hecho de que no todos los estados son democráticos y la necesidad de un cambio de ideas en las sociedades, lo que no se produce fácil aún menos cuando la transparencia deja mucho que desear. Hay una zona de tensión entre el nivel nacional y el nivel internacional que aparece en los hechos de lo que persiguen los estados, lo que sueltan prenda y como reaccionan los pueblos. Hasta ahora basta afirmar que la influencia del movimiento antiglobalista continua ser limitada, aunque puede crecerse cuando la presión a los estados para adaptarse a circunstancias modificadas aumenta. El movimiento generalmente se restringe a poner a la vista cómo funciona la OMC y informar a la gente sobre las consecuencias de las reglas tomadas por la OMC, con un punto de vista diferente de la OMC. 5. Conclusión Se presentaba la pregunta en qué medida el movimiento antiglobalista puede ejercer influencia en la política de la OMC. Para contestarla se expuso un cuadro teórico con el cual se indicaron los factores que determinan el poder de un movimiento como el de los antiglobalistas. La homogeneidad, la adhesión y los recursos disponibles a los 79 80 miembros forman elementos importantes para precisar el poder. También se mostraron las tácticas con que se cuentan y cuáles efectos producen. Por último se aclaró que la supuesta influencia no solamente depende del poder que proviene del movimiento, sino también de la capacidad de la estructura para resistirse contra los intentos por fuertes que sean. En la segunda sección se analizó el movimiento antiglobalista, después de haber mostrado qué la globalización realmente implica y qué la OMC tiene que ver con todo esto. El movimiento se caracterizó por ser una red de varios grupos con varios objetivos, entre los cuales las ONG son las más poderosas, porque disponen de información necesaria para formular política. Sin embargo, por lo general el poder que emana del movimiento es muy débil. La tercera sección ofreció una imagen de la OMC, su funcionamiento y las oportunidades para alcanzar al nivel más importante donde se hacen la política. En efecto, apareció que la OMC, como organización gubernamental, es muy capaz de resistir los intentos del movimiento, porque la estructura organizacional y jurídica impiden efectivamente la accesión al proceso de la toma de decisiones. Por dentro además reina una cultura que contraria un cambio interno, y por encima frustra el déficit democrático que cambie la OMC. Evaluando todo se intentó mostrar qué implica la existencia del movimiento a lo largo plazo, puesto que hasta ahora el movimiento ha sido excluido del proceso y no ha sido capaz de influir realmente en la política. Se indicó que cuando el movimiento atrae cada vez más gente los partidos nacionales están obligados a incorporar suyos deseos. Adoptándolos sería posible que la OMC cambia, porque los actores fundamentales, los estados, han cambiado. Por lo tanto, no se puede amortizar el significado del movimiento antiglobalista demasiado pronto. 80 81 Bibliografía Van Aelst, P. (2000), ‘Battle of Seattle: over internationale democratie op straat’ en: Internationale spectator, 54, p65-70 Bignami, F. y Charnovitz, S. (2001), ‘Transatlantic civil society dialogues’ en : Mark A. Pollack y Gregory C. Shaffer (ed), (2001) p255-283. Bull, H. (1977), The Anarchical society: a study of order in world politics, London: Macmillan Clark, A.M., Friedman, E.J. y Hochstetler, K. (1999), ‘Sovereignty, Global Civil Society, and the Social Conferences: NGOs and States at the UN Conferences on Population, Social Development, and Human Settlements’ en: http://www.ciaonet.org/isa/cla01/cla01.html Das, D.K., (2000), ‘Debacle at Seattle, the way the cookie crumbled’, en: Journal of World Trade, 34(5), p181201 Grieco, J.M. (2000), ‘The international political economy since World War II’ en: http://www.ciaonet.org/teach/cs/grj01.html Harrod, J. 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