LA CRISIS DEL PENSAMIENTO DECIMONÓNICO Y LA CULTURA DE FIN DE SIGLO. LA CRISIS DE 1914. LAS INNOVACIONES FILOSÓFICAS, CIENTÍFICAS Y TÉCNICAS 1. La crisis del pensamiento decimonónico y la cultura de fin de siglo El Realismo es un movimiento artístico que triunfó en Europa a mediados del siglo XIX y que pretendía retratar la realidad lo más fielmente posible. Es la expresión de la sociedad burguesa que se va consolidando. Además se ve influenciado por el positivismo, que tiene como postulados fundamentales la observación y la experimentación. Pero en el último tercio del siglo XIX, se produce el cansancio de las fórmulas realistas y una reacción de tipo idealista o posromántico, que se caracteriza por los siguientes rasgos: Los escritores de rebelan contra los valores burgueses (la existencia apacible y ordenada, la previsión, los negocios, el dinero, la fama …) y eligen un tipo de vida más irregular y marginal: se aferran a la aventura, la soledad, el desarraigo, el alcohol o las drogas porque rechazan la sociedad a la que pertenecen y a la propia existencia. Nace así la bohemia, un modo antiburgués de concebir la vida y el arte, basado en la rebeldía y la libertad. La bohemia tiene dos caras: el dandismo (el artista se cree un genio, un elegido, por encima del hombre burgués, a quien desprecia, como Oscar Wilde y Baudelaire) y el malditismo (el artista se cree un maldito, que sufre el rechazo de sus semejantes por sus actitudes antisociales y amorales, como Rimbaud y Verlaine). Los escritores consideran que el fin último del arte ha de ser la belleza, no la reproducción de los aspectos grises de la realidad ni la denuncia de un estado de cosas que no pueden cambiar. De ahí que se refugien en su trabajo, en la experimentación, en el arte por el arte. Con ellos nace el arte y el artista contemporáneos. El Posromanticismo adquirió su máximo esplendor en Francia, donde dio lugar a dos grandes movimientos poéticos, el Parnasianismo y el Simbolismo, que abrieron las puertas de la literatura a la modernidad. 2. La quiebra del orden europeo: La crisis de 1914 Las rivalidades imperialistas, especialmente en Marruecos y los Balcanes, originaron roces entre las potencias europeas, que se alinearon en dos bloques enfrentados: la Triple Alianza (constituida por Alemania, Austria-Hungría e Italia) y la Triple Entente (constituida por Francia, Reino Unido y Rusia a las que se unió después Serbia). El asesinato del heredero del Imperio Austro- Húngaro por parte de un estudiante bosnio, que pertenecía a una sociedad secreta nacionalista serbia, fue el desencadenante de la Primera Guerra Mundial. La intervención norteamericana durante el conflicto iba a romper el equilibrio a favor de los aliados. La firma del Tratado de Versalles tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918) produce el descontento de la vencida Alemania, lo que desencadenará veinte años después una Segunda Guerra Mundial (1939-1945). 3. Las innovaciones filosóficas, científicas y técnicas y su influencia en la creación literaria Se producen avances en los medios de transporte (automóviles, avión, cohetes espaciales …) y comunicación (radio, televisión, ordenadores …); en medicina (antibióticos, transplantes …); en física y química (electricidad, energía atómica, radioactividad …); en armamento, etc. A pesar de tantos adelantos, algunos problemas de humanidad siguen sin solucionarse o se han agravado: desigualdades sociales, incomunicación, angustia … Tres corrientes de pensamiento han influido especialmente en los modos de vida y en el arte del siglo XX: • El marxismo de Karl Marx, que predica la lucha de clases para conseguir una sociedad igualitaria, sin explotadores ni explotados. • El psicoanálisis de Freud, que descubrió el inconsciente, parte oculta de la personalidad que escapa al control de la razón. • La doctrina existencialista, que recoge ideas de filósofos del XIX como Kierkegaard y que reflexiona sobre la angustia vital, el vacío y el absurdo de la existencia. La literatura refleja perfectamente las experiencias traumáticas y las crisis de valores sufridas por la sociedad a lo largo del siglo XX. De ahí derivan sus rasgos esenciales: la tendencia al experimentalismo y la innovación propios de las Vanguardias; la visión angustiosa y atormentada del hombre, acorde con la doctrina existencialista, presente en el teatro del absurdo; y la preocupación por los problemas sociales y políticos, que aparece en el teatro épico de Brecht.