Departamento de Pastoral-Corazonistas SAN DAMIÁN DE MOLOKAI Buenos días. Hoy te traemos la historia de este gran santo belga, del que podemos aprender tanto de su entrega. Damián de Molokai nació en Tremeloo, Bélgica a mediados del s XIX. Entró en la vida religiosa con los Padres de los Sagrados Corazones de Jesús y María y tomó como nombre Damián. Siendo novicio en París se ofreció para las misiones. Los SS.CC. habían llevado la Iglesia Católica a Hawai. Lo enviaron a aquellas islas y fue ordenado sacerdote. Su primera parroquia fue con los nativos de Puno y Kohala, tierra árida y volcánica. Trabajó con sus manos para construir la iglesia y se ganó la estima de aquella gente. En Hawai se desató una terrible epidemia de lepra. El pánico cundía por todas partes ya que se trata de una enfermedad terrible en la que se pudre lentamente el cuerpo del enfermo. No se conocía cura. El rey promulgó un decreto: todos los que contraen la enfermedad deben ser aislados, llevándoseles a una colonia especial para ellos en la isla de Molokai. Debían por tanto separarse para siempre de su familia. Se les llevaba alimentos y algunos abastecimientos pero por lo demás eran allí abandonados a su suerte. En 1873 el obispo de las islas se preocupaba del cuidado espiritual de los leprosos. Pero comprendía que si enviaba un sacerdote a Molokai sería con la provisión que debería quedarse allí para siempre y casi de seguro contraería la enfermedad. El Padre Damián pidió ser enviado. En Honolulu se embarcó con 50 leprosos que eran enviados a Molokai. Sus nuevos feligreses lo esperaban en la playa en condiciones de extrema necesidad y desesperación. En las pésimas condiciones que encontró en la colonia, solo tenía refugio en una capillita. Se pasó esa noche limpiándola. Con tristeza escuchaba la risa de los borrachos, el llanto de los moribundos, los aullidos de los perros salvajes que devoraban a los muertos. Allí no había ley ni protección para nadie. Los niños y las mujeres vivían con temor por la frecuente violencia. La gente vivía sin esperanza y sin paz. Se consideraba aquel lugar como un infierno en la tierra. El Padre Damián transformó aquel infierno en una comunidad de y amor y paz. Por años sirvió solo como santo sacerdote ocupándose tanto las necesidades espirituales como las corporales. Bajo su supervisión se construyó la iglesia, un hospital, escuela, viviendas, etc. Su entrega llena de fe tornó aquel lugar abandonado en una ejemplar comunidad donde se atendía a todos. Por fin, en 1885, contrajo lepra a la edad de 49 años. A pesar del avance de la enfermedad, rehusó ser trasladado para recibir tratamiento." Padre Damián murió leproso en 1889 y fue enterrado junto a la Iglesia de Santa Filomena en Molokai, Hawai.