el autismo de alto funcionamiento en la educación secundaria

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EL AUTISMO DE ALTO FUNCIONAMIENTO EN LA
EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA
INTRODUCCIÓN
Según los criterios recogidos en las clasificaciones Internacionales de los Trastornos
del Espectro Autista (DSM-IV-TR y CIE-10), el SÍNDROME DE ASPERGER se
corresponde con una alteración cualitativa de la interacción social y con patrones de
comportamiento, intereses y actividades restringidos, repetitivos y estereotipados, no
observándose retraso general clínicamente significativo en el lenguaje y en el
desarrollo cognitivo.
Se trata de niños peculiares, con grandes dificultades en las relaciones personales y
en el conocimiento de las normas sociales pero que, con la adecuada estimulación
durante las etapas de Educación Infantil y Primaria, van superando los objetivos
establecidos en la programación de aula, de tal manera que promocionan a la
Educación Secundaria Obligatoria con un Nivel de Competencia Curricular más o
menos adecuado a su edad cronológica pero con un desarrollo social y emocional tan
deficiente que dificulta sobremanera el proceso de adaptación a la nueva Etapa
Educativa y, por ende, su proceso de aprendizaje.
La Organización Mundial de la Salud, cataloga las consecuencias del autismo como
Discapacidad, de forma que “las personas con estos problemas pueden ser
consideradas oficialmente como discapacitados siendo tributarios de todos las
acciones compensatorias que una sociedad no discriminadora garantiza a todos sus
ciudadanos y ciudadanas”. El problema es que muchos de los autistas de alto
funcionamiento no están diagnosticados en el contexto escolar; pasan
“desapercibidos” considerados como alumnos “peculiares y extraños”, con grandes
dificultades para integrarse en los grupos sociales y para cumplir con las expectativas
de comportamiento social normalizado que compañeros, padres y profesores
depositan en ellos, por lo que su conducta suele acompañarse de conflicto, rechazo y,
en muchos casos, marginación.
Otro de los grandes problemas al afrontar la intervención escolar de un caso de
autismo de alto funcionamiento en la ESO, es la falta de formación del profesorado. El
profesorado, actualmente, entiende, asume y trabaja sin problemas con un alumno
que presenta Necesidades Educativas Especiales derivadas de Discapacidad
Intelectual, pero muestra un absoluto desconocimiento y una franca extrañeza hacia
los trastornos del espectro autista, lo que puede generar “confusiones” al inferir al
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alumno, en sus comportamientos, intenciones inexistentes que provoque reacciones
emocionales negativas por parte del equipo educativo.
PRESENTACIÓN DEL CASO
El alumno X, objeto del presente artículo, se encuentra escolarizado en un centro de
Educación Secundaria Obligatoria. En el momento en que se desarrolla la
intervención, acaba de matricularse en el primer curso de la etapa.
El alumno ha sido diagnosticado por el Equipo de Orientación Educativa de la zona
como SÍNDROME DE ASPERGER. Una vez valorado, observamos que el alumno
presenta un Nivel de Competencia Curricular adecuado gracias al entrenamiento que
se lleva a cabo desde casa, pero las habilidades intelectuales del alumno no destacan
sobre el resto y su capacidad de adaptación es inferior a la esperada. Antes de la
intervención, al inicio del curso escolar, se observan los siguientes problemas:
•
El alumno no mira al profesor, no le escucha, no es consciente de su presencia.
(Excesivo uso de claves verbales. Falta de contacto ocular).
•
Su conducta en el aula es altamente disruptiva: interrumpe las explicaciones del
profesor, los exámenes o el trabajo de los alumnos con exclamaciones o
expresiones aparentemente incoherentes o descontextualizadas y continuo
canturreo. Se levanta a menudo haciendo caso omiso del profesor. Se enfada sin
motivo aparente, no trabaja, no atiende……..(Desconocimiento de las normas).
•
No suele finalizar las actividades escolares ya que invierte mucho tiempo en las
tareas previas (ej: copiado de los enunciados) o en la expresión de las mismas (ej:
ejecuciones muy elaboradas formalmente) debido a su necesidad de “virtuosismo”.
En ocasiones, si no se le permite terminar la tarea, puede llegar a mostrar enfado o
verdaderas “rabietas” con gritos y llanto incontrolado. (Inflexibilidad
comportamental).
•
A veces, comienza a realizar la tarea, pero la abandona a la mitad, en el paso de
una actividad a otra (problemas en la planificación y autorregulación de la
conducta: función ejecutiva).
•
En los cambios de clase se le ve perdido, nunca sabe qué área le toca ni a dónde
tiene que dirigirse (laboratorio, aula de música, aula de plástica….). (Problemas de
anticipación)
•
Muestra conductas socialmente inaceptables, a instancias de los demás o por
iniciativa propia (Ej: bajarse los pantalones y exponer sus órganos sexuales).
(Desconocimiento de las normas sociales).
•
Lenguaje muy literal y tono estereotipado lo que provoca la hilaridad en los
compañeros (Ej: “señorita, me duele el cerebro”, en lugar de “me duele la cabeza”).
(Artificialidad y Literalidad del lenguaje).
•
En los recreos suele estar solo, inmerso en su mundo, en sus estereotipias. No
muestra iniciativa de comunicación. A veces es objeto de divertimento de sus
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compañeros debido a su incuestionable obediencia, el desconocimiento de las
normas sociales y la falta de “picardía” (es incapaz de intuir las intenciones en el
comportamiento de los demás). (Vulnerabilidad)
•
Muchas veces parece insensible a las reprimendas y presenta reacciones
emocionales inapropiadas a la situación. A veces, cuando le riñen o le amonestan
verbalmente, se ríe. (falta de reciprocidad emocional)
•
El alumno presenta un Nivel de Competencia Curricular adecuado a su edad
cronológica y a su nivel de escolarización aunque se observan claras
incongruencias en el nivel de adquisición de los objetivos (conceptuales o
procedimentales), tanto entre las distintas áreas como dentro de una misma área.
Aunque muestra altas competencias en ciertas tareas muy dirigidas, se muestra
totalmente ignorante e impotente ante destrezas muy simples. (Disarmonías
evlolutivas).
RESPUESTA DESDE EL ÁMBITO FAMILIAR
Muchos de los padres de alumnos que presentan algún tipo de minusvalía, suelen
reaccionar con gran ansiedad, malestar que en el terreno educativo intentan resolver,
bien depositando en otros la responsabilidad del progreso de su hijo, bien intentando
“compensar” la discapacidad del mismo con dedicación absoluta a su proceso de
aprendizaje.
En el caso concreto de X, los padres han optado por la segunda fórmula, centrándose
en aquel aspecto de su hijo que les permite sentir “normalizada” su vida, dado que el
niño presenta una aptitud igual o por encima de la media: su capacidad intelectual. Por
este motivo, los padres han estado realizando con su hijo una notable labor de
refuerzo que ha conseguido que el alumno posea un nivel de competencia curricular
adecuado a su nivel de escolarización.
Es necesario considerar que dicha capacidad es muy limitada ya que se restringe a
campos de ejecución concretos y depende absolutamente del contexto, del instructor,
del método y de la adquisición de unas mínimas normas que le permitan no
conflictuarse con la situación y con las personas que interactúan con él.
En el uso de dicha competencia estimulada y desarrollada en un contexto concreto (su
casa) y en interacción continua con las mismas personas (sus padres) es,
evidentemente, en el que X tiene una mayor probabilidad de éxito. El problema es
cuando cambian los elementos del contexto y cuando, además de resolver un ejercicio
concreto, a X se le exige que sepa en cada hora del día qué clase le toca después,
qué material tiene que sacar de la mochila, cuándo tiene que desplazarse de aula, qué
pretenden los demás alumnos al dirigirse a él, qué tiene que hacer en el recreo...
Los padres priorizan la adquisición de competencias curriculares sobre el trabajo en
otras áreas del desarrollo del alumno porque no creen en la posibilidad de progreso de
X en las mismas (adquisición de normas, control ejecutivo, habilidades sociales, etc...).
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OBJETIVOS DE TRABAJO
Los objetivos de trabajo con el alumno se formulan a partir de las informaciones
aportadas por el profesorado en base su trabajo diario en el aula y de las conclusiones
de la valoración psicopedagógica.
La adquisición de normas por parte del alumno es prerrequisito para el progreso del
mismo tanto cognitivo, como social, teniendo en cuenta que éste último aspecto le
será de gran utilidad para su desenvolvimiento, a posteriori, en otros contextos.
Como resultado de la valoración del caso, se establece como prioridad en la
intervención con X la adquisición de una serie de normas sociales que le permitan:
ƒ
Incrementar su capacidad para entender claves sociales que le ayuden a regular
su conducta.
ƒ
Reconocer la sucesión horaria en la jornada escolar de forma que pueda anticipar
los acontecimientos (dónde le toca, con quién le toca, qué actividad, etc….) y
preparase para los mismos (cambio de profesor/a, cambio de aula, cambio de
material, etc...).
ƒ
Identificar los comportamientos apropiados a desarrollar en cada lugar y momento
del día (trabajar, estar callado, cantar, comer, etc...).
ƒ
Incrementar sus iniciativas en la comunicación interpersonal (pedir cuando
necesita, preguntar cuando no comprende, etc...).
ƒ
Dotarle de mínimas habilidades sociales de relación con el resto de los alumnos
durante los tiempos de ocio (recreo) que es donde probablemente el niño se siente
más perdido y el aislamiento se manifiesta con mayor crudeza.
ƒ
Conseguir el reconocimiento y la comprensión de las expresiones emocionales en
los otros.
ƒ
Disminuir el nivel de ansiedad de la familia y conseguir un nivel de comunicación
adecuado con su hijo así como un mayor orden en su vida.
ƒ
Potenciar en el alumnado actitudes de comprensión, sensibilización y respeto
hacia los/as alumnos/as con NEE.
Si alcanzamos estos objetivos, no sólo conseguiremos el progreso del desarrollo
global del alumno sino, situándonos en un nivel más pragmático, impartir las clases
con mayor control de la situación.
CONSIDERACIONES PREVIAS A LA INTERVENCIÓN
El alumno tiene problemas en la función ejecutiva, que hace referencia a la
planificación y organización de las tareas, lo que obstaculiza su rendimiento (es como
si no recordase los pasos a seguir aunque centrado en cada uno de ellos pueda
obtener resultados adecuados). Es por esto que la organización del trabajo es muy
importante: desglose de instrucciones, desglose de la tarea, orden del material, etc...
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Algo parecido le ocurre con las normas sociales (dónde o cuando se puede cantar y
dónde o cuándo no se puede hacer). Cuando cambian los estímulos externos (lugar,
profesora, actividad, compañeros...), tiene que volver a “recordar” la norma.
Asimismo, ay que tener en cuenta que muchas de las ocasiones en las que X se aísla,
se “sumerge en su mundo” se producen como efecto del “caos”, cuando se siente
perdido y no entiende qué ocurre (EJ: el profesor hace un chiste o utiliza lenguaje
figurado y eso provoca reacciones generales que él no entiende: risas, exclamaciones,
etc...; el profesor amonesta verbalmente a todos los alumnos utilizando expresiones
hechas, ironías, dobles sentidos....; el profesor, simplemente, para explicar algo, habla
en exceso sin apoyarse visualmente en imágenes o dibujos en la pizarra....)..., ante
estas situaciones, el alumno puede reaccionar con sus monólogos, canturreos o
estereotipias aislándose o, en el peor de los casos, enfadándose.
Otra variable que puede provocar conductas inadecuadas en el alumno son los
“tiempos muertos” en donde él no sabe qué es lo que tiene que hacer. Sería
conveniente darle responsabilidades (EJ: limpiar la pizarra, colocar cierto material,
etc...) que le permitan mantenerse ocupado (este tipo de actividades las va a
desarrollar con una tremenda eficiencia).
Es necesario evitar la crítica y el castigo ya que debemos comprender que el niño no
posee el concepto de autoridad tal y como nosotros lo entendemos. Nosotros
podemos ser “poco importantes” para él por lo que nuestras críticas o enfados no van
a redundar en un cambio deseado en su conducta, al contrario, puede bloquearse al
no entender qué está pasando. Para conseguir nuestro objetivo, la mayor parte de las
veces sólo tendremos que “recordarle” la norma (señalándosela) ya que es muy
obediente. Necesita poner orden a los estímulos del medio y que éstos se sucedan
siempre de la misma manera para asociarles la norma. Cuando adquiere una norma
es posible que la respete siempre, pero no por el otro, sino por sí mismo (se siente
cómodo, siente que controla la situación).
Otro aspecto a destacar sería el hecho de que aunque parezca que el niño no tiene el
más mínimo interés en relacionarse con nosotros o no inicie nunca la interacción, no
quiere decir que no disfrute de la misma cuando se da. Es por esto que debemos
crear situaciones de intercambio con el alumno lo menos rígidas posible (él va a
intentar que juguemos sólo a lo que a él le interesa en ese momento).
Es muy importante no dejarse impresionar por la “brillantez” puntual en tareas
concretas ya que puede llevar al error en la valoración de la competencia real del
alumno. Las disarmonías evolutivas (diferentes niveles de competencia en las
diferentes áreas del desarrollo) pueden dar lugar a que una misma persona sea capaz
de resolver una complejísima integral, pero no pueda hacerse el desayuno porque se
“pierde” en la sucesión de tareas que conlleva su preparación (coger el pan de la
bolsa, meterlo en el tostador, coger la leche del frigorífico, calentarla, buscar el colacao en la despensa, coger un plato del armario, sacar la tostada del tostador y
depositarla en el plato, coger la mantequilla del frigorífico, buscar un cuchillo para
untar la mantequilla, etc, etc, etc......).
Asimismo, la adquisición de conceptos o de estrategias concretas de resolución de
problemas no garantiza la aplicación o generalización de dichos aprendizajes, tareas
en las que el alumno va a mostrar la mayor dificultad.
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PROPUESTA DE INTERVENCIÓN
Desde el Aula de Apoyo a la Integración
Desde el Aula de Apoyo se trabajarán:
ƒ
Las habilidades sociales de X en dos fases diferentes:
-
1ª Fase de comprensión de cada norma: se trabajará en el aula de apoyo a
través de Historias Sociales. (Gray, Carol A. 1998)
-
2ª Fase de aplicación de la norma: se trabajará en el aula ordinaria a fin de que
X adquiera e interiorice la norma en el contexto real.
En el aula de apoyo, la profesora va a trabajar las normas con el alumno a través
de lo que se denominan Historias Sociales concretándose a posteriori cada norma
(una vez comprendida) en un pictograma que se colocará en una tarjeta sobre la
mesa del alumno (EJ: NORMA: “En clase no se canta”---- pictograma: dedo en
labios; NORMA: “en clase se trabaja” ---- pictograma: cuaderno y lápiz).
Cuando se produzca la conducta inadecuada (Ej: canturreo), La profesora de
pedagogía terapéutica le señalará la norma que tiene sobre la mesa con el dedo y
se la “recordará”: “X, en clase se trabaja” e inmediatamente, se le señala la norma
que hace referencia al comportamiento no deseado: “en clase no se canta”.
ƒ
La anticipación de las necesidades planteadas por las diferentes actividades de la
jornada escolar ordenadas según la secuencia horaria (en el aula ordinaria).
Este objetivo se conseguirá a través del manejo de la agenda que a tal efecto se le
ha diseñado. El alumno colocará dicha agenda encima de la mesa para que, bien
la profesora de apoyo, o el profesor saliente puedan ayudarle a situarse y a
anticipar la siguiente actividad.
ƒ
La organización del material: sólo puede tener sobre la mesa el material con el que
está trabajando en ese momento por lo que hay que ayudarle a mecanizar las
acciones de sacar y guardar el material en el momento adecuado. (aula ordinaria).
ƒ
En el conjunto de normas a trabajar con el alumno, se incluyen aquellas que hagan
referencia a la conducta sexual (dónde, cuando, etc… puede mostrar o tocarse los
órganos sexuales).
ƒ
Interpretación de intenciones y emociones.
Desde el aula ordinaria
Cada profesor “saliente” tendría que:
ƒ
Felicitarle ante los demás si ha trabajado bien (acompañado de gestos con las
manos y expresiones de la cara) o si su comportamiento ha sido adecuado. (EJ:
“muy bien X, hoy has trabajado muy bien” o “Muy bien X, hoy no has cantado ni
hablado sin permiso”).
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ƒ
ƒ
Recordarle señalando su agenda personal que se inician las actividades implícitas
en el cambio de clase. Ej: el “cambio de clase” podría suponer la siguiente
sucesión de actividades que el alumno deberá automatizar a través de
instrucciones o imágenes:
- Guardar el material de la clase que finaliza.
- Mirar en la agenda cual es la clase siguiente.
- Coger la mochila y el abrigo.
- Desplazarse al aula que le corresponde.
- Buscar su asiento.
- Sacar los materiales necesarios para la clase siguiente.
Apuntar en la agenda la tarea a realizar en casa y si ha ocurrido algo significativo
en clase respecto al niño.
Cada profesor “entrante” tendría que:
ƒ
Siempre que se dirija a él, asegurarse de que capta su atención con la mirada.
ƒ
Recordarle que saque el material de ese área y que guarde el de la clase anterior
(en la mesa sólo debe tener en material con el que va a trabajar).
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Las instrucciones hay que darlas de forma general al grupo y específicamente a él
(Ej: “...ahora vais a abrir el cuaderno y a resolver el ejercicio nº 3 del libro.... X
(mirándole a los ojos) saca el cuaderno y resuelve el ejercicio nº 3 (señalándolo
con el dedo en el libro del alumno).
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Utilizar materiales didácticos con apoyatura visual que faciliten la comprensión de
aquello que se le está intentando enseñar (fotos, dibujos, pictogramas, etc…)
ƒ
No hacerle copiar los enunciados de los ejercicios (es muy perfeccionista y muy
lento; además, debido a su “rigidez”, no se permite a sí mismo hacer la letra mal o
dejar el trabajo a medias).
ƒ
Transmitirle instrucciones escuetas pero “completas”. No utilizar ningún
sobreentendido. (EJ: “X saca el cuaderno”. Si estamos en clase de lengua, todos
los alumnos sabrían que el profesor se está refiriendo al cuaderno de lengua pero
él es posible que no lo entienda así).
ƒ
Realizar Adaptaciones Curriculares NO significativas que impliquen cambios en
los métodos e instrumentos de enseñanza y evaluación: priorización del
componente visual, ampliación del tiempo de ejecución de las actividades
escolares y de realización de los exámenes; empleo de exámenes tipo test de
elección múltiple o de exámenes orales, etc…..
ƒ
Desarrollar actividades de aprendizaje cooperativo que faciliten la integración del
alumno en el grupo clase, el aprendizaje de normas sociales, la mejora del
autoconcepto mediante la exhibición de sus habilidades especiales (lectura,
cálculo…), la aceptación y sensibilización por parte de sus compañeros, y, en
definitiva, el aprendizaje de todo el alumnado.
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ƒ
Trabajar mediante aprendizaje sin errores para evitar posibles conductas
inadecuadas (enfados, rabietas…) debido a la baja tolerancia a la frustración y al
perfeccionismo que presentan estos/as alumnos/as. Retirada gradual de las
ayudas ofrecidas.
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El profesor, al igual que la profesora de apoyo, cada vez que se produzca la
conducta inadecuada del alumno (Ej: canturreo), en lugar de decirle “X cállate ya”,
que para él no tiene mucho sentido ni autoridad (a no ser que se le condicionase
con un castigo, cosa que nosotros no podemos hacer ya que no debemos
sancionarle su conducta), lo que hará será señalarle con el dedo la NORMA que
tiene sobre la mesa y “recordársela”: “X, en clase no se canta” e inmediatamente,
le señalará la norma que hace referencia al comportamiento deseado: “en clase se
trabaja”.
En el caso de que esta conducta se repitiese en exceso a lo largo de la clase, se
anotará en la agenda (“X no ha parado de molestar cantando”) y serán los padres,
los que se responsabilicen, en todo caso, de moldear dicha conducta.
ƒ
Reforzar socialmente cualquier ejecución o comportamiento adecuado (felicitación,
repetir a los demás la respuesta de X, etc....). Evitar en lo posible la crítica y el
castigo. Sustituirlos por el refuerzo positivo, el halago, el premio (las razones que
subyacen a un determinado comportamiento pueden no estar tan claras y el chico
puede sentirse injustamente tratado y desmotivado a cambiar su comportamiento).
ƒ
Utilizar el análisis de tareas o desglose de la actividad en pequeños pasos o metas
que el alumno debe alcanzar.
Desde la familia
Reunión con la familia del alumno en la que se trasladarán diversas técnicas para
facilitar la comunicación con su hijo así como para la comprensión y aceptación de sus
características: (Agenda visual. Uso de claves visuales. Planificación y regulación de
su conducta, etc….)
Desde los compañeros
Se trabajará con los alumnos del grupo, y del centro en general, a través de las
tutorías lectivas, el desarrollo de actitudes de sensibilización y respeto hacia los/as
alumnos/as de Necesidades Educativas Especiales.
Mantener, asimismo, un cierto control en el recreo para protegerlo de posibles
“incidentes” con el resto de los alumnos del centro.
EVALUACIÓN
Los indicadores a tener en cuenta para la evaluación de los resultados obtenidos se
centraron en las previsibles mejoras a conseguir sobre la actitud del alumno, la
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dinámica en el aula y la comunicación familiar tras la aplicación del programa de
intervención.
Criterios de evaluación:
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ƒ
ƒ
ƒ
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ƒ
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ƒ
Descenso del nivel de disrupción general en el aula.
Efectividad y comodidad del profesor en el desarrollo de su labor dentro del aula
ordinaria.
Nivel de comunicación alcanzado con el alumno por parte del profesorado.
Disminución de las “crisis” o rabietas del alumno.
Grado de control, seguridad y autonomía del alumno en la sucesión de actividades
en la jornada escolar.
Resultados de aprendizaje del alumno.
Coordinación alcanzada por la Profesora de Pedagogía Terapéutica y el profesor
dentro del aula ordinaria.
Nivel de mejora en las pautas de comunicación del alumno con la familia.
Satisfacción de la familia en cuanto a los resultados obtenidos en el IES.
Instrumentos: reuniones mensuales de equipos docentes, reuniones de seguimiento
con la familia, reuniones semanales con el tutor, cuestionarios, resultados del alumno,
etc….
ANÁLISIS DE RESULTADOS
Tras la valoración de los resultados, se concluye que el progreso del alumno tras la
intervención ha sido muy destacable:
•
Sus comportamientos negativos han disminuido así como las situaciones
conflictivas con el profesorado.
•
En general, se ha conseguido la impartición adecuada de las clases sin
disrupciones continuas así como la comunicación más efectiva del profesorado
con el alumno.
•
Se ha conseguido reducir el “caos” que la adaptación al nuevo centro escolar le
generaba facilitándole la anticipación de la sucesión de actividades diarias y
evitando los “tiempos muertos” lo que ha redundado en una disminución de las
conductas disruptivas en el aula.
•
Ha mejorado el nivel de atención del alumno y la comprensión de las instrucciones
del profesorado mediante el uso formas de comunicación visuales y analógicas.
•
Asimismo, se ha producido una mejora en el proceso de aprendizaje del alumno al
presentar una actitud más adecuada hacia el trabajo escolar.
•
Se ha producido un cambio importante en la actitud del profesorado hacia el
alumno, como consecuencia de una mayor comprensión de sus características y
del uso de recursos y estrategias apropiadas para el manejo de su conducta.
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•
Ha mejorado significativamente la relación de los compañeros con el alumno,
reduciéndose el número de incidentes y desarrollando conductas prosociales y de
colaboración.
•
Se ha conseguido un ajuste de expectativas en los padres, desviando su
preocupación y su esfuerzo de “lo cognitivo y curricular”, a “lo comunicativo y
social”, lo que ha dado lugar a una notable mejora en la comunicación con su hijo
y, por ende, en las relaciones y el ambiente familiar.
Los resultados muestran cómo el trabajo “indirecto” sobre las normas sociales y las
emociones ha redundado, a posteriori, en una mejora de los resultados escolares del
alumno.
Asimismo, se ha logrado un nivel de adaptación importante del alumno, tanto a la
dinámica del centro, en general, como a las normas del aula, en particular.
En definitiva, se ha demostrado, lo que ya señaló Angel Rivière (1991): “las personas
autistas son educables y entrenables en todos los ámbitos del desarrollo. Esta
educación, posiblemente, no les permite llegar a una comunicación interpersonal
empática y profunda, pero si llevar una vida estable, sin conflicto, a través del
establecimiento de un compromiso aceptable con el mundo extraño que les rodea”.
BIBLIOGRAFÍA
ƒ
Los trastornos generales del desarrollo. Una aproximación desde la práctica.
Dirección General de Participación y Solidaridad en la Educación. CEJA.
- Volumen 1: Los trastornos del espectro autista.
- Volumen 2: El síndrome de Asperger. Respuesta educativa.
- Volumen 3: Prácticas educativas y recursos didácticos.
ƒ
El síndrome de Asperger: Estrategias prácticas para el aula. Guía para el
profesorado. George I. Thomas. EDITORIAL: Servicio Central de Publicaciones.
País Vasco.
ƒ
El tratamiento de autismo. Nuevas perspectivas. Ángel Rivière y Juan Martos
(Compiladores). Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (1997).
ƒ
Objetos con mente. Rivière A. Alianza, Madrid (1991).
ƒ
Historias sociales y conversaciones en forma de historieta para estudiantes con
síndrome de Asperger o Autismo de alto funcionamiento. Gray, Carol A (1998).
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