ANO XX m 5.208 iiVL iii.iaiatMiiia* r-"?>;,~itr,?ivnsr;i;r;,T;v,aT!....M.iiim...r,Mmi<.u«^ D I A R I O F U N D A D O E N 1909 PAGINAS D E ECONOMÍA D I R E C T O R J. L Ó P E Z B A R N É S | y o r í a d e nuestros setrejaiitos; y • • las Í W a s produoíiva£:d0r.ra. ./ajo y capital, quo alimentan y renuevan ese depósito de rique zas, son laa tres limitadas como cantidad; iodo lo oue soa desviar En su acepción habituadla pala hacía la satisíacción do una ncco bra lujo significa la «satisfacción sidad superfina una parte doma dada a una necesidad superfina». siado considerable de las fuerzas Pero ¿no ha dicho Voltaire que lo y do las riquezas dist-onibles para superüuo es una cosa muy nece- las indispongabloa necesidades dej saria? Hemos de de^íear que lo su- la oxistenci.^, resulta un lujo inso | perfino, el lujo, alcauca a todos, lente, de mala ley o vicio de prodr incluso a los más pobres.La Natu- galidad. Es una cuestión dc pro raleza derrocha un lujo fastuoso y porción.Son 3jante lujo consists en' hasta extravagante on el decora- una «desproporción entro la canti do de los pótalos de sus flore3,del dad de trabajo sociíd consumido y ala de sus mariposas o de la cora- ei grado do gaí'sfacción indivi za de sus insectos. Ciertamente dual obtenido.» que puede permitirse ese lujo inEl deseo de íujo ejerce una ac solente, porque.a vuelta do consi- ción estinmlante en la r^roducción deraciones, a la Naturaleza oada en general; quizá sólo «para que lo cuestan el tiempo,la fuerza y la pueda llevar e.ncajos su mider ha materia. La camisa ha sido un lu ganado mülon'^s su marido», Pero Jo eí día de su invención, y un ¿no sería preferible que una obre gran lujo, verdaderamente seño- ra no eníplease varios años de su rial. Eri cambio, para denotar hoy «rabajo en hacer algunos metros ia extrema pobreza se dioe: «Se de encajo p ira coser el vestido de ha quedado sin camisa.» baile de una sfñora, y que las co Por ello resulta difloi! m a r c a r i sa» estuviesen arrejjladas de (al en cada momento de la historia lo ; modo que e^a joven pudiera ga qu© es un lujo y lo que resulta | car su vida haciendo vo?tidos pa una necesidad. Los tenedores, los ] ra los que no los tienen? En cam relojes, las bicicletas y aun loa au ' bio, no vemos inconveniente en tomóviles y los aeroplanos fueron I queuna señora lurca un vestido tenidos por lujo y superfluidad, : que brülo po? la elegancia dol cor considerándose hoy eonio nece- [ te y que le haya cost^ído dos mil : «arios. j francos en rasa de una modista de í En 1870 babía en París treinta fama, porque no es lo importante, ' tiendas de flores; hoy día pasan i en la economía, ol lujo, el dinero de quinientas. El uso de las flores ga-tado, el cual no ha hecho más 0 8 seguramente un lujo, pero re quo pasar de una mano a otra, sisulta simpático, bienhechor y ase- no sólo de la materia y del trabajo quibl© a los pobres. Un tiesto de gasía-'o. flores en la ventana de una obre ; Si un lord de Inglaterra gasta ra es lujo, pero no prodigalidad. , millones en una galería de cua : Pero adornar un salón con flores dros, sobro todo con destino a nn 1 traídas de Madagascar o de Bor- ^ museo público, está bion; poro ha neo por medio de expediciones cerse servir en cada comida la car ' que han costado centenares d e ne y el vino destinados a veinte i; miles de francos y hasta vidas hu- personas, o arrojar oontenares de ] manas, o con dalias azules, cria ¡ labriegos d« sus tierras para dedi das en estufas, qu© consumiaron carias a baldío de caza, tples ho más carbón que el que bastaría chos son un abuso irritante dol para la calefacción de diez fami- lujo. ÜHS durante todo un invierno, en Mayor prorligalid d que la de •ste caso el lujo resulta una atroz i Cleopaira, que echó en su copa prodigalidad. ' una perla evaluada on trescientos I No ©s ningún lujo, sino pernicio mil 9e3teroios,la cual no orívonenó sa prodigalidad, romper platos y i a la reina de ligipto; son los cíon oopas después do una comida ale- ! tos de millones quo cada día ochi" ^^e;gastar el patrimonio en coleo- i la gente en sus vasos, consumion clonar sellos d© Correos, o en dar ! do el ajenjo venenoso. Ie a un cocinero sueldo de embaEn ouaato al Arte, porlos bene jador, o en tener caballos de ca* ficiossocífde uta, o ' á l e i!T:«r«ís, El, criterio del dinero así jos de s o r o u •.-..•g.'jiiidad y ai gastado no sirve para apreciar el i siquiera uo luio:r!n bloque do ruar j iujo, pu©» el dinero pasa de unas j mol y un cincel, u ua metro cua í m a ñ o s a otras sin qne la sociedad j drado de ¡tonzo y algunos tubc í-o periud¡q??o, a excepción de a- \ de color, -¡ou alguuos días de tr< quellos caeos en que exista verda- \ bajo, bastan psru proci.rar ;^uo de.c destrucción de riqueza, como ; exqui¿i(os y siompro nuüVO¿ ío <^u hi rotura de la vajilla mencio- das laá generaciones humanas. Eu Febrero do 1911 ie fué ofrecida a i nada. Sabido «s que la cantidad d© ri lor Zaosdowns^la .oautidad de dos quezas que exist© es ioi^uflcionte, millones y medios de trancos por hoy día, para satisfacer las necesi- un paisaje de Rembraudi; ia mis ma cantidad pagó un norteameri ! dades elemental©s« de lü ^ran ma cauo por un cuadro de Rafael;raás ¿qué uos importa que esa euormo i suma esté pn manos dei noríoaaio I sic.mo o de un comorciaatef Lo EL LUJO Artículos para COMUNIÓN R E D A C C I Ó N : A V E N I D A L A E S T A C I Ó N , goces con medios muy sencillos, Ahora bien; la dePnioión del lujo implioa.precisainonte.lo contrario, (Arreglo de la interesante obra de Ohrules Gído, traducida por Carlos Docí'^ur, .Gnr,«o do E coromiíx política) ¡AGRICULTORES, ! U S A D L E T R A D. B A . J O | i.ífí 27 que caracteriza la mayor parte 1 los en P d - W « geiiarooLi..! s,eñor iVl.beca. ^ Pensaniienlios* Hay muchas cosas que a una mujer le gusta oir aunque sepa que uno no las piensa. Ahora se trata de una activi- sola- dad mucho más alta y raá> noble mente >r deliciosa por cierto, es que la que usted supone: nada e! mejor de la obra y eí más dé- íxv non que un?, r.clividad intelec- bil, el cuarto, perocs indudable- tuaí: Páymese uated, amigo, pás- mente la linda comedia un mese usted. ver- La cigarra de aqui -por lo rae Anita Tormo en Joaquina, es- nos, la cigarrera edificios circundauíeñjtienen que tener cimientor hien profundos, t\ ^ ¡Vinchas cosas que no creemos que son hoy un daño para nosotros, pueden serlo el dia de niaflana. ha afinado. Esto es, ha perdido impresión que produce siempre su habitual bastedad, I:* plebeyed un debut, no impidió que luci^ra PUS excesentes cualidades de buena arti.sta. antas. Todo pa.sa, Nada escapa a la inmutable evolución de las cosas, que cambian y se re- Luisa Fu'jie, Emilia Pardo,Pi- nuevan con el sol de cada hora. lar Sopeña y Lola Villodres muy En g y eral ia interpretación agradó mucho al f úbii.:c, que en todos los actos llamó a escena a los artistas aplaudiéndoles tidas veces. Muy bonito ' ' ' y bien el vestuario,. mente estorá e n las •demá'- acque ha producido la Compañia y el rcnombí'.' dri a lidades las o b r a s í.'.üun- CELIPIN «TAMBOR Y CASCABEL» MADRILEÑA quinte- riana estienada en el Reina Victoria di; Madrid,hace unos meses obtuvo entoncf.s un éxito franco y ruidoso qua después s e ha repe tido en todos lo í teatros de pro- iu-oistirá el hombre poco versado. ¿Le asombra a usted? Y a mí. y a todo el mundo. Ahora bien: i^^^iúl poner en duda la evolución Existe la evolución como existen transformadas—las propias ci | garreras. ¡Quédrsma el de Carmen, la c;i:¡arrera taral de Me,imée.si vivr^.se hoy? pelam •.}.\.IÚQ . breras ho.c.;=o y negras sobre la morena frente; nada de navajas en la liga... La cigarrera qua aho por ejemplo,qué cosa rara es esa dei liíallhusianismo o qné ajetrea dos carnir: .j ia novela Zola... ¿Qae cómo puede enterar C i g a r r e r a s s c rie esto la buena mujer que co bra una soldada no muy espléndida por prepararnos las cajeti- cuatro actos y e n proíia, original de los hermanos Q iini...ro. Me asombra el cambio ese antes ü c lit-gir al reaüatno de Anoche debutó en el Salón de Actualid ides la Compañía de Anita Tormo y Casto Javaloyes, con el estreno de ía comedia en glorias, una divisa de fiereza 1 ra se estima en algo ha de saber ciadaü. CRÓNICA como más claro pregón de sus uy tuaciones, dado el buen efecto Af>¡ ' Pero, ¡las cigarreras, las cigarrera.s que ha pintado Gonzalo Bd5^0. las cigarreras que, lo mismo gn Sevilla que en M idrid.tenían, repe-| El Teatro lleno corao segura TitATRALERIAS madrileña—se tuvo muy bien, y ía inevitable acertadas. Luis Mussot dio una : m excelente interpretación al perSi nunca n o s preocupamos de sonaje de Amadeo; m u y bien Japensar los favores que hemos he- ; valoyes en su secund rio papel ^^^^» tendremos memoria para ' de Joseütc, y completando el recordar los ber?eficios recibido?;. ¡ buen conjunto, M,^nue! F l o r c j , ffi Ricardo Alonso y Francisco MoT^oda torre que se eleva sobre reno. i a nueva producción —Pues, ¿que entonces? dadero acierto. CIANAMIDA! ^ .^\Ur..^,-.u cla^«<^o telón. ¿Aiborotus.huelgas, tumultos callejeros? No, señor; nada de eso... y Cascabel», que_ bien mirado, escena H)28 H á d r ^ n t^iAn El acto segundo de «Tambor! lo constituye una AifKíL Apenas pasa dia '-íjin que 1las llas de cigarrillos especiales?Pues ciga-Kcr-s den una nueva pruebe bien sencillamente: escuchando de su actividad. ¿Quó c h e de ' ^ I ' ^ ^ ^ n u z de Asúa, a Ovejero, a tividad es está? El hombre poco Eugenio d O.-.. . versado descorrer j en-^ctra^ Preparasion GDmplefca para ai m^faio vincias donde se ha dado a Conocer. , Tal ocurrió anoche en Lorca, E L C E i ^ í R O POLITÜCNÍCO ha i n i . r r , pues en realidad h o o i r i 9 d i d , t r a . ; preparación para e l i n g r e » zada admirablemente por ios e x l o s r e p u t a d o s p r o f c i j o r c s , d e ia-> .siguiento-s innuuia-.: pertos comediógrafo.'?, se desliza A R r r M s r i c A V rRUiOMO^iiíi u . \ - C t i i - ' i . la acción con gran naturalidad sin situdcioni.. dialogada con u:iosas, está v."iiií soltura inimi- Cabello Tcrui. de Rl 1 GhOMií.KÍA ' H d( Aaí table en la que son maestros los | bczaíi Canjacho. ~.¿i dramaturgos andaluces que tanG R A M A T I C V cxstaLLx^L O J C I O ^ 1 . J a g r a J í fdoiogía y Üete único que nos interesa os eí oua l tas obras hadísimas han dado al í «^^o canónico, Capellán Casireüse, Don Santiago Pava. dro. ¿Ha exigido éste dol artista; F R A N C É S . — D o n Vicente González. leatro, y abunda en ella esa ^ una suma ue trabajo o de capital] D I B U J O . — D o n Frauciioo Garcri Ipjóla,)! I fuera de proporción con la boiie| gracia fina, discreta,tan peculiar ' «a oreada? No; paos ia oaraoíerísj j en lo5 QLimfcera.y tan distinta de I la iícci üca dei Arte es producir grandes ' U burda, o r d i u a . u r y plebeya \ IcoAyfm^ a . .a i . s . a a o a