U Gaceta n i v e r s i t a r i a 5 de mayo de 2003 ❖ PERSPECTIVA 7 Argentina: las elecciones como síntoma Alicia Fignoni * H ace tiempo que la sociedad argentina no concede legitimidad alguna a las instituciones que debieran representarla. No porque alguna vez éstas hayan sido la encarnación genuina de los intereses de la sociedad y ahora no lo sean, sino más bien porque ha faltado capacidad crítica para ir más allá de lo visible y entender el funcionamiento institucional como un síntoma que se articula a la naturaleza de la democracia. No es cierto que las democracias en América Latina han sido simulacros. Ello supondría que éstas fueron concebidas como formas políticas, abiertas a la transformación de las sociedades. Todo lo contrario: las democracias latinoamericanas, nacidas al abrigo del capitalismo e impuestas por las élites dominantes, no fueron pensadas como espacios de inclusión, de debate y de cambio. Sobre quien lo ha intentado ha caído toda la violencia de los detentadores del monopolio del uso de la fuerza. No me refiero solo a los dictadores militares, sino también a quienes fueron fieles portadores de esta herencia histórica de represión y muerte. Menem, conmovido en su arrogancia de ser el continuador de las políticas neoliberales, llevó adelante la más despiadada depredación, no solo del aparato productivo, sino de la carga simbólico-cultural, constitutiva del imaginario de los argentinos. Menem tiene una responsabilidad incuestionable en el proceso de descomposición social y en la promoción de múltiples violencias represivas incapaces de esconder la expoliación y el vaciamiento que no se han detenido en los últimos cinco siglos. Los cambios de las sociedades latinoamericanas han sido el producto de la desesperada lucha de hombres y mujeres que pagaron con su vida la dignidad que defendieron. Argentina es un país de luchas heroicas. Los derechos que se reivindican hoy son el resultado de cruentas luchas ganadas con sangre y aniquiladas por los vasallos al servicio de las siempre renovadas formas de colonialismo. Menem es el artífice de políticas para la muerte, las cuales a lo largo de los años noventa generaron hambre, desocupación y miseria, colocando a los sectores más desprotegidos en un crítico estado de indefensión. Arrasar los derechos conquistados por los trabajadores es una forma de arrasar también la memoria histórica que le da sustento al discurso por la dignidad. La impronta de recuperar la memoria histórica implica recuperar la carga de nuestros antepasados. Somos tributarios de sus anhelos y sus sueños inconclusos. Somos eco del contenido utópico que no debe ser abandonado. Las asambleas, las fábricas autogestionadas, las luchas y las organizaciones barriales son eso, la necesidad de recuperación de lo vivo que se descubre en los escombros de la desolación y el abandono, del hambre que denigra, la muerte que avergüenza. Esos sujetos están construyendo otra historia, apenas germinal, golpeada, pero valiente y digna, recuperada a los espacios que pueden ser arrancados a la muerte. En este contexto, estas elecciones son la representación de la vergüenza, por la derrota de la dignidad y el cambio. Para cualquiera de los dos candidatos, aquella es una historia molesta, que por lo mismo deberá ser silenciada. Las fórmulas que se confrontan son la representación de la lucha irresuelta de la interna peronista trasladada al escenario electoral. Tanto Kitchner (Duhalde) como Menem abren un panorama desolador en términos de la supervivencia de los múltiples movimientos sociales emergentes, y la conformación de un proyecto alternativo. Cualquiera de las dos significa la profundización de la violencia. La criminalización de la resistencia implica que los delincuentes (léase piqueteros, desocupados, etcétera), serán una vez más la cara visible de una desintegración social que genera delincuencia, si es que así puede llamarse, de un escenario propicio para que organizaciones vinculadas al aparato de gobierno operen con impunidad para así justificar la intervención del ejército, tal como lo propone Menem, con el objetivo de controlar la inseguridad social o la policía de Buenos Aires, como Duhalde autoriza una y otra vez complacido y sin culpa. Cualquiera de los dos no hará más que acelerar las condiciones de vasallaje de las políticas para la muerte que el señor Bush y su proyecto macabro tiene para nuestra lastimada América Latina, en donde Argentina parece ser la cabeza de playa para la expoliación más despiadada de la que tengamos conciencia.❖ * Profesora investigadora del Departamento de Estudios Ibéricos y Latinoamericanos, CUCSH. Guadalajara, ciudad esotérica Los conocimientos esotéricos o naturistas, así como productos mágicos de uso personal han proliferado en la última década en México, pero sobre todo en Guadalajara, donde existen más de 30 tiendas de esa índole en diversos puntos de la ciudad. Según una investigación realizada por René de la Torre y José Manuel Mora, como parte de su tesis de la maestría en comunicación, de la Universidad de Guadalajara, la zona metropolitana de Guadalajara presenta una proliferación de estos comercios y disciplinas, desde donde, incluso, abastecen a otras entidades del país. Estas nuevas creencias religiosas entre los mexicanos combinan el conocimiento y rituales prehispánicos, símbolos católicos y una cultura mediática que pone a disposición del público una gama de conocimientos de tipo mágicoesotérico. “Los tapatíos, sean de la religión que sea, utilizan mucho los productos de estas tiendas, ya que, según ellos, les ayudan a encontrar una rápida solución a algún problema de salud, dinero o amor”, señaló en entrevista José Manuel Mora. Añadió que estas personas tienen la posibilidad de elegir otras formas de respuesta a sus problemas que no les proporciona su iglesia. Por ello acuden a este tipo de conocimientos y productos. “Lo interesante es que ofrecen muchas alternativas. Si a una persona no le gusta la brujería, le dan la posibilidad de utilizar otros métodos para lograr lo que quiere”. Tarots, cuarzos, pirámides, terapias curativas o relajantes, como aromaterapia, flores de Bach, yoga y meditación; libros de magia, adivinación, esotéricos, seres celestes y tradiciones orientales invaden los comercios de clases medias y altas, y también los puestos de yerberos que, desde hace décadas, existen en los mercados tradicionales. Ahí comparten espacio con la medicina y la magia popular. La oferta neoesotérica en Guadalajara está ubicada en distintos espacios: radio, revistas y televisión. Ofrecen programas transnacionales o nacionales sobre diversos temas relacionados con el esoterismo. La oferta editorial, en librerías especializadas o de índole general, enlista libros para el conocimiento de disciplinas como el feng shui, acupuntura o flores de Bach. Más de 30 tiendas ofrecen objetos mágicoreligiosos, algunos ubicados en los centros comerciales, que articulan la venta de servicios y productos como suplementos alimenticios, asesoría para el manejo de los productos que ahí se venden, consulta a los oráculos con los parapsicólogos y servicios de alta magia. A estos también se suman los mercados tradicionales, yerberías y puestos esotéricos que ofrecen una gran variedad de plantas MIGUEL SÁNCHEZ Mariana González [email protected] medicinales y otros productos u objetos, además de los grupos, comunidades y movimientos religiosos que realizan actividades abiertas a todo el público, como conferencias, seminarios o talleres sobre meditación, perfeccionamiento espiritual, relajación, etcétera. Con el auxilio de estos espacios, el usuario puede organizar sus propias creencias religiosas y no obedecer un patrón o esquema único. Toma retazos de diferentes tradiciones religiosas para generar una religiosidad a la carta, dicen los investigadores.❖ Más de 30 tiendas en la ciudad ofrecen objetos mágico-religiosos