(Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. 2002; 49: 137-140) ORIGINAL Control de la presión del balón de neumotaponamiento como método de prevención de lesiones laringotraqueales en pacientes críticos intubados C. Granja*, S. Faraldo** , P. Laguna***, L. Góis**** Hospital Pedro Hispano. Matosinhos, Portugal Resumen OBJETIVOS: Evaluar el desarrollo de estenosis traqueal después de intubación endotraqueal, traqueostomía percutánea o ambas; estudiar factores de riesgo relacionados con el desarrollo de estenosis traqueal y correlacionar ésta con dichos factores y presión del balón de neumotaponamiento. P ACIENTES Y MÉTODOS : Estudio prospectivo que incluye pacientes sometidos a intubación endotraqueal durante más de 8 horas y a traqueotomía percutánea. Se registró la presión del balón en el momento de la intubación y posteriormente cada 8 horas, intentando mantenerla en un máximo de 25 mmHg. Los pacientes fueron evaluados 6 meses después del alta. RESULTADOS: Se incluyeron 95 pacientes, 58 hombres y 37 mujeres, realizándose en 16 traqueotomía percutánea. La edad media correspondió a 54,1 ± 19,7 años. El APACHE II medio fue de 16,3 ± 7,7 y el tiempo medio de intubación 7,3 ± 11 días, mientras que en los sometidos a traqueotomía percutánea fueron de 18,4 ± 7,6 y 20,5 ± 19 días, respectivamente. Seis meses después del alta, fueron evaluados 55 pacientes a los que se les realizó laringotraqueofibroscopia; de los restantes, 23 fallecieron, 7 no fueron localizados y 10 sólo encuestados por teléfono. La laringotraqueofibroscopia mostró cicatrices mínimas sin reducción en la luz traqueal. Ésta aparecía sólo en aquellos pacientes sometidos a traqueotomía percutánea. No se visualizó ninguna alteración por laringotraqueofibroscopia en pacientes sometidos a intubación endotraqueal. *Especialista en Anestesiología y Reanimación. Adjunta de la Unidad de Cuidados Intensivos. **Residente de Medicina Interna. Servicio de Medicina 2. Hospital Santa Luzia. Viana do Castelo. ***Residente de Medicina Interna. Servicio de Medicina 1. Hospital Santa Luzia. Viana do Castelo. ****Especialista en Neumología. Adjunto del Servicio de Neumología. Correspondencia: Dra. Cristina Granja Unidad de Cuidados Intensivos Polivalente Hospital Pedro Hispano, 4450 Matosinhos, Portugal. E-mail: [email protected] Aceptado para su publicación en marzo de 2002. 27 CONCLUSIONES: El control de la presión 3 veces/día parece que puede contribuir para prevenir lesiones isquémicas y desarrollo de estenosis traqueal. Palabras clave: Intubación. Traqueotomía percutánea. Estenosis traqueal. Presión del balón de neumotaponamiento. Monitoring endotracheal cuff pressure to prevent laryngotracheal lesions in critically-ill intubated patients Summary OBJECTIVES: To study the development of tracheal stenosis after endotracheal intubation, percutaneous tracheotomy or both; to assess risk factors for tracheal stenosis and the relation of risk to endotracheal cuff pressure. PATIENTS AND METHODS: A prospective study enrolling patients sustaining endotracheal intubation longer than 8 hours and/or undergoing percutaneous tracheotomy. Cuff pressure was recorded at the moment of intubation and every 8 hours thereafter; a ceiling of 25 mm Hg was targeted. The patients were examined 6 months after discharge. RESULTS: Sixteen percutaneous tracheotomies were performed in the 95 patients enrolled (58 men, 37 women). The mean age was 54.1 ± 19.7 years. The mean APACHE II score for all patients was 16.3 ± 7.7 and the mean intubation time was 7.3 ± 11 days, whereas the respective means for patients undergoing percutaneous tracheotomy were 18.4 ± 7.6 and 20.5 ± 19 days. Six months after discharge, 55 patients were examined for laryngotracheal lesions by fiberoptic endoscopy. Twenty-three of the remaining patients had died, 7 were lost to follow-up and 10 were only interviewed by telephone. Fiberoptic laryngotracheal endoscopy revealed minimal scarring and reduction of the endotracheal lumen. Reduction of the lumen was observed only in patients who had undergone percutaneous tracheotomy. CONCLUSIONS: Monitoring cuff pressure three times 137 Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 49, Núm. 3, 2002 per day seems to contribuye to preventing ischemic lesions and tracheal stenosis. Key words: Intubation. Percutaneous tracheotomy. Tracheal stenosis. Endotracheal cuff pressure. Introducción A pesar de que los mecanismos que contribuyen al desarrollo de estenosis traqueal han sido bien identificados, como son la excesiva presión del balón y las erosiones de la mucosa producidas por fricción contra el tubo o la cánula1-3, aún continúan produciéndose con una incidencia que oscila entre el 1,5% y el 20%. Esto significa que sus causas persisten. Como es bien conocido, la presión excesiva y constante del balón conlleva un alto riesgo de producir isquemia de la mucosa traqueal, lo que podrá desencadenar con el tiempo una necrosis del tejido circundante y la posterior aparición de estenosis traqueal4. El objetivo de este estudio es evaluar la incidencia del desarrollo de estenosis traqueal post-intubación endotraqueal, después de traqueotomía percutánea o de ambas, cuando se realiza la monitorización de la presión del manguito cada 8 horas. Pacientes y métodos Se incluyeron en este estudio todos los pacientes internados en la UCI que fueron sometidos a intubación endotraqueal oral o nasal5 durante más de 8 horas y aquellos a los que se les realizó traqueotomía percutánea6, entre el 1 de mayo de 1997 y el 1 de mayo de 1998. Se consideraron como criterios de exclusión la historia previa de patología de la laringe y tráquea, la intubación endotraqueal o traqueotomía previas de más de 24 horas de duración, la cirugía o traumatismo de las vías aéreas superiores y la contraindicación para realizar laringotraqueofibroscopia. Se realizó la siguiente recogida de datos: 1. Durante el ingreso en UCI – Edad, sexo. – Antecedentes de intubación previa (por anestesia y con edad superior a 10 años). – Factores concomitantes/intercurrentes: infección, hipotensión o shock. – Fracaso uni o multiorgánico. – Tiempo en días de ingreso en la UCI, intubación orotraqueal, intubación nasotraqueal, traqueotomía, ventilación mecánica. – Registro de la presión del manguito una vez por turno durante el ingreso en la UCI, lo que implica 3 138 registros diarios, uno cada 8 horas. La presión del manguito fue medida con un manómetro VYGONTM, siendo registrada en el momento de la intubación y posteriormente cada 8 horas, manteniendo un máximo de 25 mmHg, siempre que fuese posible, para sellar la vía aérea. Los pacientes fueron posicionados con la cabecera de la cama elevada a 30º. 2. En la consulta de seguimiento fueron evaluados todos los pacientes a los 6 meses después del alta de la UCI. Se recogió información referente a la existencia de ronquera y otros síntomas resultantes de obstrucción alta de las vías aéreas superiores (estridor, disnea, dolor local) y fueron sometidos a laringotraqueofibroscopia con videoendoscopio Pentax EB1830T o EB1530T. Resultados Se incluyeron en el estudio 95 pacientes, 92 tras realizar intubación orotraqueal y 3 después de intubación nasotraqueal. De éstos, 15 pacientes fueron sometidos a traqueotomía percutánea después de intubación orotraqueal y 1 después de intubación nasotraqueal. Había 56 hombres y 37 mujeres. De los pacientes admitidos, 20 provenían de una cirugía programada, 14 de cirugía de urgencia y 61 por causas médicas. El APACHE II medio fue de 16,3 ± 7,7. El período medio de intubación fue de 7,3 ± 11 días. Diez pacientes precisaron reintubación. Veintidós pacientes presentaron shock, 38 hipotensión y 48 tenían criterios de infección. En los pacientes sometidos a traqueotomía percutánea el APACHE II medio fue de 18,4 ± 7,6 y el tiempo medio de intubación 20,5 ± 19 días. De estos pacientes 1 presentó infección del estoma, 10 infección respiratoria, 3 shock y 6 hipotensión. A los 6 meses de ser dados de alta de la UCI, 55 pacientes fueron sometidos a laringotraqueofibroscopia; 5 de esos pacientes se quejaban de ronquera directamente relacionada con la intubación endotraqueal en los que se demostró la presencia de granulomas en las cuerdas vocales, pero ninguno de ellos pertenecía al grupo de pacientes que presentó mediciones de presión superiores a 25 mmHg, ni habían sido traqueotomizados. De los restantes, 23 habían fallecido por causa no relacionada con la estenosis traqueal, 7 no pudieron ser localizados y 10 pacientes sólo fueron encuestados por teléfono y ninguno refirió síntomas de obstrucción de la vía aérea ni tenía ningún tipo de queja relacionada con lesiones en la tráquea. Los únicos hallazgos mostrados por la laringotraqueofibroscopia eran mínimas lesiones cicatriciales sin ninguna reducción en la luz traqueal, que sólo se observaron en 3 pacientes sometidos a traqueotomía percutánea. No se encontraron alteraciones por laringotraqueofibroscopia en los 28 C. GRANJA ET AL.– Control de la presión del balón de neumotaponamiento como método de prevención de lesiones laringotraqueales en pacientes críticos intubados Pacientes con presión del balón >25 mmHg número de mediciones 100 80 60 40 20 0 pacientes 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 Mediciones con presiones < 25 mmHg Mediciones con presiones > 25 mmHg Fig. 1. Registro de las mediciones de la presión del manguito en 14 de los 55 pacientes que en algún momento del estudio tuvieron presiones del manguito superiores a 25 mmHg. pacientes sometidos a intubación orotraqueal ni intubación nasotraqueal, excepto los granulomas ya descritos. De los 55 pacientes, en 14 se habían registrado una o más mediciones de presión del balón superior a 25 mmHg (Figura 1), ninguno de los cuales presentó manifestaciones clínicas ni lesiones7. De un total de 734 mediciones realizadas, sólo 35 (4,76%) fueron superiores a 25 mmHg. Ningún paciente desarrolló estenosis traqueal, por tanto ésta no se pudo correlacionar con la duración de la intubación, calibre del tubo o cánula, ni con intubación endotraqueal seguida de traqueotomía percutánea. Discusión Los síntomas de estenosis traqueal son raros a menos que se produzca una reducción del 70% en la luz traqueal; de hecho, no se produce limitación funcional hasta que el diámetro de la tráquea se reduce a 6 mm o menos4. Las lesiones traqueales isquémicas, estenosis y fístulas traqueoesofágicas están asociadas con presiones excesivas ejercidas por el manguito del tubo endotraqueal sobre la mucosa de la tráquea8. Desde la introducción de los manguitos de alto volumen y baja presión, las recomendaciones habituales son mantener la presión de insuflación del manguito superior a 18 mmHg para prevenir la aspiración, pero inferior a 25 mmHg para reducir los riesgos de complicaciones isquémicas de la tráquea3. Las lesiones del estoma son diferentes de las lesiones del manguito y su principal 29 factor es la erosión del estoma por el efecto de rozamiento del tubo de traqueotomía sostenido por el peso de un equipo sin base firme. La evidencia definitiva del origen de ambas lesiones, del manguito y del estoma, fue su desaparición con el meticuloso mantenimiento de bajas presiones en el manguito de forma permanente y evitando el apalancamiento mecánico del tubo sobre el estoma2. A pesar del uso de tubos con manguitos de alto volumen y baja presión, y del conocimiento de estos datos, estas lesiones continúan produciéndose. Las lesiones traqueales post-intubación son la principal indicación para resección y reconstrucción de la tráquea2. Off et al.9 describen que el 25% de los pacientes intubados requieren altas presiones de insuflación en el manguito cuando éste es inflado utilizando la técnica de mínima fuga. Estos autores destacan que estas altas presiones de insuflación se necesitan únicamente en aquellos pacientes que requieren ventilación con altas presiones en la vía aérea. Stauffer y col.10 también señalan que el 19% de los pacientes con ventilación mecánica necesitaron presiones de insuflación por encima de 25 mmHg y un 11% tenía un sellado insuficiente de la tráquea, a pesar de tener presiones del manguito de 60 mmHg. Además en un 11% se encontró posteriormente que tenían estenosis traqueales en el lugar del manguito. Guyton et al. 11 analizaron in vitro los manguitos de alto volumen y baja presión y demostraron que la presión mínima oclusiva aumenta a medida que lo hace la presión de pico en las vías aéreas. Esto significa que los manguitos de alto volumen y baja presión pueden convertirse en manguitos de alta presión si se excede del máximo volumen de estiramiento de un manguito no dilatado. De este modo, si no se presta atención continuamente a la desinsuflación y adecuada reinsuflación de estos manguitos, se producen condiciones de alta presión. A pesar de que el desarrollo de nuevos ventiladores y de nuevas formas de ventilación mecánica han permitido ventilar con presiones de insuflación más bajas, todavía algunos pacientes requieren presiones de insuflación altas y hay riesgo de desarrollar lesiones traqueales. Guyton et al3 comprobaron en un estudio que incluyó 15 pacientes sometidos a ventilación mecánica y anestesia general para cirugía, que la presión oclusiva mínima aumentó de forma directa al incremento de presión de pico medida en las vías aéreas. En estas series, una presión del manguito de 25 mmHg correspondía a una presión de pico de 35,3 mmHg. Catorce de los 65 pacientes de nuestro grupo registraron en algunas mediciones presiones del manguito superiores a 25 mmHg, presentando presiones pico superiores a 35 mmHg. A pesar de este hecho en ninguno de ellos fue detectada estenosis ni ninguna de las 139 Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 49, Núm. 3, 2002 alteraciones descritas en la laringotraqueofibroscopia. En estos pacientes el manguito fue desinsuflado periódicamente (por lo menos una vez cada 8 horas) y los parámetros ventilatorios fueron reajustados para alcanzar presiones pico más bajas. Dada la ausencia de estenosis traqueales en nuestro grupo nos parece que un control de presión cada 8 horas sería adecuado. Con respecto a esto merecen ser destacados algunos aspectos: 1) los manguitos de alto volumen y baja presión pueden convertirse en manguitos de alta presión siempre que se produzca una subida de presiones en las vías aéreas, por tanto la monitorización de las presiones del manguito implica per se la corrección de la presión de insuflación del manguito; 2) al tratar de reducir la presión del balón intentamos conseguir presiones pico más bajas, lo cual requiere reajustes frecuentes en los parámetros ventilatorios; 3) como fue incluido en los registros rutinarios de enfermería no implica una sobrecarga en el esquema de trabajo y además, después de haber explicado los objetivos del estudio al personal de enfermería, se involucraron rápidamente. Otros factores previos implicados en el origen de estenosis traqueal como infección1, hipotensión, sensibilidad a determinados materiales extraños2, administración de esteroides2,4, duración de la intubación1,12 y calibre del tubo13, no se encontraron en nuestro grupo porque no se registraron estenosis traqueales, y estos hallazgos concuerdan con los descritos por Grillo et al.2 y el estudio de Guyton et al.3. La traqueotomía después de intubación endotraqueal también fue descrita como causa de estenosis traqueal1,4,13. Nosotros no encontramos dicha relación, dado que no se produjeron estenosis traqueales en ninguno de los 16 pacientes sometidos a traqueotomía percutánea tras intubación orotraqueal. Tres de los 16 pacientes presentaban lesiones cicatriciales mínimas sin reducción significativa de la luz traqueal. El intervalo de tiempo necesario para desarrollar estenosis traqueal es variable, pero aparece con más frecuencia entre 2 y 4 meses después de intubación orotraqueal o traqueotomía percutánea12,13, por eso la evaluación a los 6 meses nos pareció adecuada, aunque existen algunas referencias a la aparición de estenosis traqueal inmediatamente después de intubación orotraqueal7 o incluso después de 6 meses de realizada1. Este estudio presenta dos limitaciones que es importante mencionar: la primera es que según la variedad de la incidencia descrita para la aparición de estenosis traqueal, el tamaño de la muestra tendría que ser mayor para obtener así resultados más consistentes; en 140 segundo lugar hubiera sido interesante haber realizado este estudio utilizando un grupo de control en el cual no se hubiese controlado la presión del balón, de no ser porque no consideramos ético privar a un grupo de pacientes de una maniobra que se sabe puede tener efectos preventivos en el aparecimiento de estenosis. En conclusión ninguno de nuestros pacientes presentó estenosis traqueal, por tanto el desarrollo de estenosis traqueal no pudo ser correlacionado con factores de riesgo previamente implicados como infección, hipotensión, duración de la intubación, calibre del tubo o traqueotomía percutánea posterior a intubación orotraqueal, como describen otros autores1,2,4,8,10,12,13. Con la monitorización de las presiones del manguito cada 8 horas se garantiza la corrección periódica de la insuflación del manguito y esto, en el grupo de pacientes estudiado, parece haber contribuido en la ausencia de aparición de estenosis traqueal. Agradecimientos Los autores muestran su agradecimiento al personal de enfermería de la UCI por su valiosa colaboración. BIBLIOGRAFÍA 1. Wiel E, Depret T, Chevalier D, Vilette B, Erb C, Scherpereel P. Sténoses laryngo-trachéales iatrogénes. Cahiers d’Anesthésiologie 1996; 44: 43-48. 2. Grillo HC, Donahue DM. Post intubacion tracheal stenosis. Semin Thorac Cardiovas Surg 1996; 4: 370-380. 3. Guyton DC, Barlow MR, Besselievre TR. Influence of airway pressure on minimum occlusive endotracheal tube cuff pressure. Crit Care Med 1997; 25: 91-94. 4. Richard I, Giraud M, Perrouin-Verbe B, Hiance D, Mauduyt de la Greve I, Mathé JF. Laryngotracheal stenosis after intubation or tracheostomy in patients with neurological disease. 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