El Último de los Valientes. Desmond Doss, el Objetor de Conciencia.

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El Último de los Valientes.
Desmond Doss, el Objetor de Conciencia.
1. Servicio de canto:
2. Lectura Bíblica: Josué 1:9
3. Himno Inicial: Honra al hombre de valor. (454).
4. Bienvenida
5. Desarrollo del tema
Desmond Doss.- El Ultimo de los valientes.
Muchas veces nosotros admiramos a personajes como el Che, solamente porque han librado
luchas sociales carentes de valores ya que en su afán de llevar a cabo una revolución, en sus
actuaciones encontramos que han estado ausentes los valores, si buscamos en lo profundo
de su historia, en lo que no nos cuenta el comercio o quienes promueven su ideología
veremos que no han tenido respeto por la vida, es parte de su revolución llevarse de
encuentro la vida de muchos a veces por una sospecha de traición o por cualquier otra duda
que amenace sus propósitos.
Nosotros debemos superar nuestra admiración por esta clase de personajes, para admirar a
otros que aunque no buscaron, y de hecho no son reconocidos por el mundo, en todas sus
actuaciones mostraron ser íntegros, justos, fieles a los principios del cristianismo,
responsable valientes y bondadosos entre otras cualidades que podríamos mencionar y que
lo hicieron aun a riesgo de sus propias vidas; en la biblia encontramos por ejemplo a José,
Moisés, Daniel etc.
Hoy vamos a estudiar la Historia de Desmond Doss, ese hombre que, con toda seguridad va
a impactar la atención de ustedes, por su convicción y coraje que superó varias veces al Che
y muchos otros personajes
de este mundo a quienes sus seguidores pretenden que
admiremos.
Desmond Doss, un joven Adventista del séptimo día de 24 años se alistó en el ejercito
americano para ir al frente de la segunda guerra mundial, pero rechazó llevar armas, ¿Un
soldado sin armas?- Sus compañeros se reían y se burlaban de él, cuando Dessmond Doss
estaba orando después de haber leído su biblia, la cual le había regalado su novia, sus
compañeros le halaban sus botas y luego se escuchaba una carcajada general.
Doss tuvo que probar su teoría a sus compañeros en el fragor de la batalla al salvar a cientos
de ellos que estaban heridos en medio de una balacera que le zumbaba en sus oídos.
Cortesía de Iglesia Adventista del Séptimo Día de Barandillas
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El presidente de los Estados Unidos le dijo que ese era un honor mayor que el de ser
presidente. El es el único soldado desarmado que recibió una medalla de esas.
Benedict, quien produjo una película en la que relata la vida de este héroe, estuvo a cargo
de las palabras principales durante la dedicación de una escultura de Dessmond Doss, añade
que el logro más grande de Doss no fue salvar vidas en el escarpado, sino que su prueba de
fuego consistió en soportar dos años y medio de acoso y abuso como no combatiente, y
aun así ir al campo de batalla para salvar a los mismos que lo habían perseguido".
Benedict espera que esta escultura inspire a otras generaciones para que adopten un espíritu
de similar entrega.
Una de las características de la posmodernidad, dicen los que entienden de eso, es el fin de las
grandes gestas, las grandes hazañas, el fin de los ideales.-Las nuevas generaciones, dicen,
carecen de motivación para cambiar el mundo, ir hacia lo desconocido, gestar grandes hazañas
o aventurarse a nuevos horizontes. Pareciera que los grandes héroes han caído en desuso, son
una especie en extinción.
Nuestra iglesia también está siendo afectada por las mismas carencias que la sociedad.-Hay
quienes piensan que Doss fue el ultimo de los grandes valientes adventistas.
Es posible que en la actualidad no seamos testigos de un ejemplo tal de valentía, coraje y
servicio. Pero en nuestro medio podemos encontrar a jóvenes adventistas de nuestras propias
iglesias que con mucha valentía están recibiendo el legado de nuestros pioneros.- Jóvenes que
se desempeñan fielmente en sus escuelas y en su trabajo y que demuestras ser fieles
depositarios de la antorcha encendida de los primeros jóvenes adventistas
6. Previamente saque unas fotocopias de la siguiente historia de Doss para que las
reparta entre los presentes y realice una lectura dirigida; de al público suficiente
tiempo y luego haga preguntas puntuales de la historia:
Doss, Desmond T.:
objetor de conciencia
1919-2006
Es posible que muchos de los
lectores recuerden la época en la
que en España había un servicio
militar obligatorio y como, durante
un tiempo, dicho servicio militar
convivió con un servicio civil
llamado "objeción de conciencia". En
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la Segunda Guerra Mundial, la
objeción de conciencia era algo más
complicada, reservada a sacerdotes
y, en casos especiales, a médicos.
Sin embargo, en medio de la batalla,
había que tener unas creencias muy
firmes para no coger un arma y
devolver el fuego enemigo. Desmond
T. Doss es una de esas personas.
Doss se educó en una familia de creencias mormonas (Iglesia
Adventicia del Séptimo Día) y los mandamientos bíblicos, la
Biblia y la Iglesia eran una constante en su vida. Posiblemente,
para los no creyentes, su participación en el coro, su creencia
en el poder de la oración y toda su religiosidad nos resulte
extraña. Para Doss, la creencia en Dios es parte de su vida y
explica, aunque no quita ningún mérito, a sus actos en la isla
de Okinawa. Por ejemplo, siendo niño tuvo un accidente con una
botella de leche que le provocó una herida en la mano y le
desgarró varios tendones. El médico dijo que la mano nunca se
curaría de aquella herida y que no la volvería a utilizar con
normalidad, pero la madre de Doss (y él mismo) rezaron con
fervor por su curación y la mano, si no no contaríamos esta
anécdota, se curó. Nuestro pensamiento racionalista nos llevaría
a pensar en la inutilidad del médico diagnosticando el caso,
pero para Doss, su curación fue fruto de sus oraciones.
Antes de la guerra, Doss trabajaba en los astilleros de Newport
News y dado que era una industria vital para la guerra, no fue
llamado a filas cuando la guerra comenzó, pero el ataque de
Pearl Harbour y la ola de patriotismo que provocó también le
afectaron y se presentó voluntario. Sin embargo, había un
conflicto: su religión le señalaba como no-combatiente y no le
permitía entrar en el ejército. Finalmente encontró la solución
alistándose como 1-A-O (Objetor de Conciencia).
En 1942, con 23 años, Doss entró en servicio como médico en la
77ª División de Infantería. Su "religiosidad" (por ejemplo, no
trabajar los sábados) le trajo algún que otro problema con los
compañeros de unidad, incluso llegaron a amenazarle con matarle
en el primer combate que estuvieran si se negaba a disparar.
Dicen que, en aquella época, su mayor consuelo era la lectura de
una Biblia de bolsillo que le había regalado Dorothy (su
prometida y después esposa).
Todos aquellos problemas, que o debieron ser pocos, eran las
bravatas previas a entrar en guerra. En Julio de 1944, en el
desembarco sobre la isla de Guam, muchos de los que antes le
amenazaron se alegraron de verle aparecer para atender sus
heridas. En la batalla de Leyte, en Octubre de 1944, más
respetado por la unidad, vieron cómo un francotirador encañonaba
a Doss mientras este se dirigía a atender a los heridos que
previamente habían caído por sus disparos. No podían atacar al
tirador porque el propio Doss les tapaba la línea de visión, el
japonés apuntó, pero no disparó. Tras capturar al tirador
japonés de Leyte, le preguntaron por que no había disparado a
Doss, éste respondió que no podía disparar a un hombre que
estaba rezando (llevaba la Biblia de Dorothy en la mano). Al
parecer esto era habitual en Doss, iba de un lado para otro
murmurando oraciones.
Fue en la batalla de Okinawa donde el valor de Doss se enfrentó
a la prueba más dura. El 5 de Mayo de 1945, sábado, los
japoneses lanzaron un contraataque y pillaron a la compañía B
desprotegida.
75
hombres
cayeron
heridos
en
la
primera
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acometida. Durante cinco horas, el resto de la compañía más
aquellos heridos que aún podían disparar mantuvieron su posición
en lo alto del acantilado Maeda. Desmond Doss se fue llevando
uno a uno a todos los soldados heridos a la base del acantilado
a través de una endeble escalera de madera y una cuerda. Nadie
sabe con seguridad a cuantos soldados evacuó Doss. Sus
compañeros dicen que salvó 100 vidas, aunque Doss mencionó que
no pudieron ser más de 50. El propio Doss recibió varias heridas
en aquella acción y fue llevado a un hospital fuera de la isla.
Allí se dio cuenta que había perdido la Biblia que su mujer le
regalara. Días más tarde, el batallón entero registró la zona
del acantilado, encontró la Biblia y se la enviaron por correo.
Acabada la guerra, el 12 de Octubre de 1945, no recuperado aún
de sus heridas, el Presidente Truman le otorgó la Medalla de
Honor del Congreso por sus actos en Okinawa, donde, según la
mención de la medalla, participó más allá del deber en la
salvación de más de 75 soldados heridos. Fue la primera y única
medalla de este estilo entregada a un no combatiente durante la
Segunda Guerra Mundial.
El pasado 26 de Marzo, hace unas semanas, Desmond T. Doss,
falleció en la comunidad montañosa de Rising Fawn donde vivía
con Dorothy, la persona que le regaló la Biblia que llevó a la
batalla de Okinawa.
7. Al final puede pedir a los hermanos que den su opinión acerca de la necesidad de
líderes y de personas comunes que confían el Dios.
8. Anexos. Presente las siguientes fotografías.
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9. Himno para despedir sábado.
10. Oración Final
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