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TU PERSONALIDAD
ES TU ESCRITURA
Un programa de observación
y conocimiento de la persona
FERNANDO JIMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN
2005
Título: Tu personalidad es tu escritura
Autor: © Fernando Jiménez Hernández - Pinzón
I.S.B.N.: 84-8454-407-9
Depósito legal: A-173-2005
Edita: Editorial Club Universitario Telf.: 96 567 61 33
C/. Cottolengo, 25 - San Vicente (Alicante)
www.ecu.fm
Printed in Spain
Imprime: Imprenta Gamma Telf.: 965 67 19 87
C/. Cottolengo, 25 - San Vicente (Alicante)
www.gamma.fm
[email protected]
Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede
reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo
fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información o sistema de
reproducción, sin permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.
PRESENTACIÓN
El conocimiento de nosotros mismos y de los demás es una
tarea necesaria –también apasionante- y una exigencia para nuestro
desenvolvimiento en la sugestiva e inquietante existencia que nos ha tocado
vivir.
Pero para conocer es necesario saber observar. La capacidad de
observación es susceptible de desarrollo, y sólo lograremos desarrollarla
si nos aplicamos a ella con esas cuatro disposiciones que Erich Fromm
considera necesarias, indispensables, para el aprendizaje de cualquier arte:
concentración, disciplina, paciencia y esfuerzo.
La palabra escrita, la caligrafía de cada persona, nos ofrece una
oportunidad privilegiada para que ensayemos, entrenemos y desarrollemos
esa capacidad de observación, y apliquemos en ella la concentración, la
disciplina, la paciencia y el esfuerzo que nos llevarán al conocimiento de
nosotros mismos y de los demás.
En las letras que escribimos, en nuestros trazos, dejamos rastros
reveladores de nosotros mismos. En la pequeña letra escrita queda plasmada
la huella de un movimiento que integra a su vez impulsos, controles,
percepciones, conocimientos, experiencias, actitudes.....
Todo puede quedar al descubierto si sabemos observar y descifrar ese
rastro, esa huella fosilizada, ese retrato de nosotros mismos que es nuestra
propia escritura.
En este libro ofrecemos un método fácil y sistemático para adquirir
el fundamental aprendizaje de la Grafología y desarrollar la capacidad de
observación grafológica.
Pero sólo lo lograremos si nos aplicamos a ello cumpliendo, como ya
hemos dicho, las cuatro condiciones de desarrollo aptitudinal propuestas por
Erich Fromm.
Por eso nuestro método pretende facilitarnos el esfuerzo y crear las
normas esenciales de disciplina mental. También, para estimular la paciencia
y favorecer la concentración, hemos querido integrar en sólo seis lecciones
los aspectos más fundamentales y prácticos de la teoría grafológica. Las
lecciones son muy breves y esquemáticas, pero suficientes, sin duda, para
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Fernando Jiménez Hernández-Pinzón
crear las pistas mentales necesarias que orienten nuestro conocimiento
grafológico.
Después de cada lección proponemos varios modelos de escritura,
para entrenar, con ejercicios de observación y concentración sistemática, los
recursos grafológicos aprendidos en la lección precedente.
En la segunda parte hemos resumido en cuadros las principales
características formales de los signos gráficos y su posible correspondencia a
rasgos psicológicos que integran y definen la personalidad de quien escribe.
Conocernos a nosotros mismos y a los demás es una aventura
apasionante. La escritura de cada uno nos proporciona los signos y huellas
suficientes para rastrear el camino que nos lleve a la persona, hasta su
descubrimiento psicológico y su encuentro humano.
Nosotros ofrecemos el método, el camino, las pistas. Al lector le
queda emplearse en él con el esfuerzo, la paciencia, la concentración y la
disciplina que le asegurarán el éxito en esta aventura psicológica.
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I.- PARTE
SEIS LECCIONES DE AUTOAPRENDIZAJE
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LECCIÓN INTRODUCTORIA
LA ESCRITURA COMO EXPRESIÓN DE LA
PERSONALIDAD
¿Por qué la palabra escrita descubre la personalidad de quien la
escribió?
La persona es expresiva: tiende a manifestarse a través de una
serie de modos característicos de ser y de actuar, que denominamos
PERSONALIDAD.
La Personalidad es la estructura peculiar que adquiere en cada persona
el dinamismo de sus impulsos, de sus afectos (sentimientos, emociones) y de
su razón, al adaptarse a la existencia.
Estos dinamismos se manifiestan a través de nuestros movimientos,
nuestros gestos, nuestro mismo aspecto y talante personal.
¿Qué es la Escritura? El resultado de unos micro-movimientos y microgestos, expresivos de la personalidad, que quedan impresos y plasmados en
gestos
cada letra manuscrita, presentando un aspecto con características peculiares y
únicas.
Estos pequeños movimientos y pequeños gestos, que constituyen cada
letra escrita, están influidos por factores:
- Fisiológicos (calor, frío, edad, tensión arterial, salud, etc.)
- Caracteriales (expresividad, actividad, timidez, madurez, etc.)
- Intelectuales (intuición, agilidad mental, cultura, etc.)
- Afectivos (agresividad, temor, alegría, optimismo, etc.)
- Motivacionales (autodefensa, dominancia, competitividad, etc.)
- Sociales (cortesía, interés por los demás, retraimiento social, etc.)
Interpretando estos movimientos y esos gestos, plasmados en las
letras escritas, podremos descubrir cuáles son los factores que determinan el
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Fernando Jiménez Hernández-Pinzón
dinamismo configurativo de la personalidad de cada individuo.
Esto es lo que fundamenta y justifica la validez de la
GRAFOLOGÍA.
EJERCICIO: Responder a la pregunta –que es el título de esta lección–
“¿Por qué la palabra escrita refleja y revela de algún modo la personalidad de
quien la escribió?”
RESPONDE AQUÍ:
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Tu personalidad es tu escritura
Las dimensiones expresivas de la escritura.
La palabra manuscrita es, como ya hemos dicho, expresión de la
personalidad individual.
El individuo, en el hecho de escribir, realiza micro-gestos, y micromovimientos que completan cinco dimensiones de su expresividad y de su
estar en el mundo.
Estas dimensiones del acto de escribir podrían resumirse en los
siguientes principios:
1.- Escribir es situarse dentro de un espacio.
2.- Escribir es comunicarse.
3.- Escribir es realizar un trabajo.
4.- Escribir es hacer movimientos y gestos.
5.- Escribir es un proceso en evolución.
En estos cinco principios, que se desarrollarán en cinco capítulos
sucesivos, vamos a fundamentar las pautas de nuestro análisis de la escritura
como medio de expresión personal.
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LECCIÓN PRIMERA
Escribir es un modo de situarse en la vida.
Escribir supone situarse dentro de un espacio, la página en blanco
a la que hay que estructurar, igual que la persona se sitúa, se posiciona y se
organiza en el espacio vital.
El papel es un espacio en blanco y el que escribe intenta ubicarse
dentro de él.
En la persona existe un dinamismo a la expansión vital, a la liberación,
a ocupar el espacio.
Pero las experiencias le crean contra-dinamismos de contención
(represión, contracción, retraimiento, inseguridad y vértigo, que es temor al
espacio vacío).
Cuando la carga expansiva queda contenida, se crea un sistema
de fuerzas contrapuestas, cuyo dinamismo puede abrirse en distintas
direcciones:
- Hacia la idealización, la racionalización, la ambición: Ideas, fantasía.
- Hacia la socialización, actividad, búsqueda de contacto: Expansión.
- Hacia la descarga de tendencias instintivas, materialismo, afianzamiento de lo real.
- Hacia el egocentrismo, narcisismo, autoprotección.
Ideas
Fantasía
Contención
Expansión
Egocentrismo
Indecisión
Alocentrismo
Decisión
Tendencias
Realidad
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Fernando Jiménez Hernández-Pinzón
En el acto de enfrentar nuestra mano con el papel en blanco y ocupar
el espacio disponible con nuestra escritura, actuamos inconscientemente
bajo los mismos impulsos y dinamismo psicológico que determinan nuestra
posición frente a la realidad exterior a nosotros. Por eso dirigimos nuestro
movimiento gráfico hacia la parte de arriba, de las ideas; o hacia la parte
de abajo, de las tendencias y de las realizaciones prácticas; o lo contenemos
en la parte de la izquierda, egocéntrica; o lo lanzamos hacia la parte de la
derecha, alocéntrica, allí donde están los otros.
Ejemplos:
- La proyección hacia la izquierda (zona de lo anterior, del pasado),
que es signo de indecisión, de contención, de autodefensa, o hacia la derecha
(zona del futuro, expansión, actuación decidida) se aprecia especialmente en
la inclinación de las letras, hacia la izquierda o la derecha, y en la colocación
del trazo transversal de la “t”, delante o detrás del palo vertical.
- Mayúsculas muy altas y sobrealzadas, así como el alargamiento
hacia arriba de las hampas (bucles o palos superiores de las “f”, las “l”, las
“h”...) suponen una proyección hacia las zonas del espíritu: las ideas, las
fantasías. Por el contrario, el alargamiento de los trazos inferiores, las jambas,
de las “g”, las “z”, las “p”, las “f”, suponen una proyección a la zona de los
instintos, de lo real, la materia tangible frente al espíritu.
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APÉNDICE I:
Anatomía de la palabra escrita
El papel es una situación, un espacio, en el que la persona se sitúa y
reacciona haciendo una serie de movimientos expresivos.
De estos movimientos resultarán las letras: sucesión de trazos
verticales (hampas y jambas) y de trazos horizontales.
La palabra escrita configura simbólicamente, en sus tres zonas, los
tres niveles que, como ya hemos dicho en la lección introductoria, integran la
personalidad individual:
- Nivel noético (nivel de la razón, las ideas y el espíritu).
- Nivel afectivo o endotímico.
- Nivel pulsional o conativo (los instintos y pulsiones primarias).
Zona superior
Zona media
Zona inferior
Zonas:
1.- Superior: Hampas (el espíritu)
2.- Media: Óvalos y cuerpo de la letra (la afectividad)
3.- Zona inferior: Jambas (los instintos)
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APÉNDICE II
Los trazos accesorios de la escritura
Trazos:
Esenciales y accesorios (según sean o no sean indispensables para la
identificación de la palabra).
Inicial y final (suponen movimientos complementarios, expresivos de
la personalidad:
- Ampulosos,
- Sencillos,
- Complicados,
- Defensivos,
- Hostiles,
- Benévolos...)
El modelo de escritura tipográfica de imprenta no tiene ni trazo inicial
ni trazo final. Tampoco tiene bucles en las hampas ni en las jambas. La palabra
manuscrita sí tiene esos trazos –llamados accesorios- que inician y prolongan
nuestro gesto al adaptarse al espacio –el papel- sobre el que se escribe.
Los trazos accesorios se proyectan hacia donde los dirige el impulso:
a. La zona de la página de donde parte el trazo inicial de una palabra
refleja el lugar donde la persona toma sus razones de actuar:
- Si el trazo parte de lo alto de la página, es que encuentra
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Fernando Jiménez Hernández-Pinzón
-
sus razones en la zona del espíritu o del ideal. Actuará por
inteligencia, por razones o siguiendo una inspiración pura.
Si los trazos parten de la izquierda, es que sus razones actúan
en el pasado. Actuará como impulsada por los recuerdos, o por
las necesidades egocéntricas.
Si parten de la zona mediana, sus acciones estarán impulsadas
por el sentimiento, la afectividad.
Si parten de la zona derecha, será que las razones de actuar
anticipan el futuro, se proyectan hacia los objetivos.
Si los trazos iniciales parten de abajo, las motivaciones de
actuar de la persona tendrán un fundamento de intereses
materiales.
b. La manera de terminar una letra, el trazo final, muestra como la
persona exterioriza su acción: con firmeza, tímidamente, de una
manera interesada, etc.
El grafólogo tiene que estar atento a la repetición de los signos, y
no debe juzgar nunca por un signo aislado.
Las jambas:
Expresan la profundidad, la amplitud y la fuerza del instinto en las
personas. Revelan sus posibilidades de realización práctica.
-
-
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La dimensión de la jamba indica la profundidad del impulso
instintivo.
La presión indica el grado de materialidad del instinto. Si la
presión es muy fuerte, el instinto estará muy materializado.
La continuidad revela la modalidad de realización del instinto.
Si la jamba asciende sobre la línea media para alcanzar la
letra siguiente, supone una realización fácil del instinto. Si la
jamba se interrumpe de alguna manera bajo la línea media o
cambia de dirección, significa debilidad del instinto, dificultad o
imposibilidad de realización.
La forma expresa cómo se comporta el impulso: si la jamba es
curva, el individuo realiza sus impulsos de modo afectuoso. Si la
jamba es angulosa, supone impulso seco, exigente y duro.
ANEXO A LA LECCIÓN PRIMERA
Presentamos un cuadro más completo sobre el Simbolismo del Espacio
en Grafopsicología, para afinar la observación de los rasgos de proyección
de la escritura personal hacia las distintas zonas del espacio gráfico. A
continuación proponemos un fácil ejercicio de análisis.
SIMBOLISMO DEL ESPACIO
Las zonas del campo gráfico
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Fernando Jiménez Hernández-Pinzón
1.- Zona del espíritu,
espíritu del ideal, de la superación.
3.- Zona del porvenir,
porvenir de los otros, de la sociedad, de la salida de sí
mismo, del afrontamiento.
5.- Zona de los instintos, de la sexualidad, de la realización práctica y
material.
8.- Zona del pasado,
pasado del recuerdo, de las prohibiciones, de la
incapacidad, del repliegue sobre sí, de la autoprotección.
A a B: Buena adaptación:
adaptación Idealismo, interés por las cosas del espíritu
sin perder el sentido de la realidad.
1.- Mala adaptación:
adaptación Exaltación, pérdida del sentido de lo real.
2.- Adaptación difícil:
difícil Agresividad librada, posibilidad de entusiasmo,
proyectos no decididos, rebeldía.
3.- Adaptación: Apertura a los otros, progreso.
4.- Adaptación difícil: Realismo excesivo, necesidades materiales,
pesimismo, autocrítica, masoquismo, obstinación.
5.- Mala adaptación:
adaptación Ausencia de ideales, predominio de los
instintual.
6.- Inadaptación
Inadaptación: Conflictos, agresividad reprimida, falta de
entusiasmo, voluntad destructiva, egoísmo, acaparamiento.
7.- Adaptación
Adaptación: Inmediata a lo cotidiano: conciencia clara del yo.
8.- Inadaptación: Repliegue sobre sí mismo, egoísmo, cerrarse a
otros.
9.- Inadaptación: Inhibición, represiones, nostalgia, frenos interiores.
1 y 5: Mala adaptación:
adaptación Tensiones interiores.
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Tu personalidad es tu escritura
EJERCICIO 1
Señalar el número de la zona del cuadro anterior hacia el que se
proyectan los trazos de letras de siguiente cuadro:
CLAVE: “m” proyección hacia zona 4; “d” hacia zona 2; “p” hacia
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zona 5-6; “g” hacia zona 6; “d” hacia zona 9; “m” hacia zona 6; “f” hacia zona
5: “a” hacia zona 7; “p” hacia 7-B; “d” hacia zona 7-A; “t” hacia zona 2; “t”
hacia zona 4.
El ejercicio se completa añadiendo el significado grafológico de estos
rasgos, tan como se exponen en el presente Anexo, pag. 18.
EJERCICIO 2
I.- Determina la zona en la cual se proyecta más cada una de las
escrituras que representamos numeradas en la página siguiente y
rodea los números correspondientes a cada modelo de escritura:
Zona superior:
12345
Zona inferior:
12345
Zona media:
12345
Concentración de zonas:
12345
(No se destacan zonas de proyección).
II.- Atribuye una escritura de las del modelo a cada una de las
expresiones siguientes:
A.- Es persona impulsiva y decidida.
B.- Modestia y sensibilidad intuitiva.
C.- Está centrada en sus sentimientos.
D.- Tensiones interiores e insatisfacción vital.
E.- Tiene orgullo y fantasía.
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