II. SOCIOMETRÍA Y CLIMA SOCIAL DE AULA. Juntos, el profesor y los alumnos crean una atmósfera de relaciones que constituyen el clima social del aula (1), de la clase y de la escuela. El profesor puede quedar fuera de ese grupo y en ocasiones, incluso, es ajeno al mero conocimiento de la estructuración interna de la clase. En ese clima social de aula, existen unas formas de relación entre los alumnos: la cooperación y la competición, y una técnica (sociométrica) para detectar, con objetividad, el grado y estructura de las relaciones en la clase. II.1. Relaciones de colaboración vs. competición. La competencia o competición ha sido objeto desde muchos frentes de duras críticas, tanto aplicada a la escuela, como en lo económico... Tal vez la competición sea un mal menor, el precio que haya que pagar para tener democracia libre. “... en la praxis de la vida política no se puede uno imaginar (...) que se pueda realizar una colectivización (...) de los medios económicos (...) sin suprimir al mismo tiempo toda competencia en el terreno de las metas políticas y sociales, por tanto, la posibilidad de democracia libre” (Helmut Schoeck, 1973: 118) Competición no se identifica con agresividad; cualquier forma de comportamiento llevada a sus extremos puede resultar nefasta, incluso la misma colaboración. La emulación o competencia leal es aceptable. De una forma ingenua se intenta dicotomizar todo: la pedagogía tradicional recurría a formas de competición, la nueva a cooperación, a la actividad colectiva. Pero si pensamos en la experiencia pedagógica se dan formas de agrupamiento en donde coexisten tareas colectivas e individuales. Nos dicen S. de Coster y F. Hotyat (1975) en su Sociología de la Educación que la “competición individual ha demostrado un rendimiento más elevado en las tareas sencillas (... mientras que) los investigadores concuerdan en reconocer la superioridad de los grupos (colaboración) en actividades complejas.” La razón que estos autores daban a la existencia de la competición era la de que, dado que las materias incluidas en los programas tenían poco interés, se recurría a poner en juego otras motivaciones externas a la misma materia. Las dos formas coexisten. Lo autores mencionados relacionan aquellos factores positivos de la cooperación: a) b) c) d) e) f) es una motivación suplementaria, la posibilidad de éxito es mayor, los miembros del grupo se complementan, un grupo emite más hipótesis que un individuo sólo, clima menos tenso, factor importante en la formación psicológica y social; ayuda a romper los prejuicios, como consecuencia del conocimiento mutuo;... Colaboración, cooperación, trabajo en equipo si pero ¿cuántos? Los autores mencionados citan una serie de combinaciones sobre el número óptimo en cuanto a productividad (número de intervenciones) y llegan a concluir que “son más eficaces los grupos restringidos (3 ó 4) para los equipos de trabajo; algo más (5 ó 6) para las actividades recreativas, como el escultismo, por ejemplo”. II.2. La Sociometría. Jacob Levi Moreno (1892) durante la I. G.M. trabajó como funcionario del gobierno austríaco en la organización de una colonia de más de diez mil refugiados. Pretendía organizar dicha comunidad planeada racionalmente sobre la base de aceptaciones y rechazos de los miembros de dicha comunidad. En 1916 utiliza por primera vez, en una carta, el término “sociometría”. En 1925 emigra a Estados Unidos, donde tiene lugar la fundación de la 1 Hoy no suele utilizarse el término disciplina en el grupo, sino “clima social” del aula o grupo. ciencia sociométrica. En un congreso, en 1933, sorprendió a la prensa y la imaginación de los delegados con una aportación de casi un centenar de sociogramas. (López López, E; 1977: XXVI/7) Para Cirigliano y Villaverde (1971: 214-215) la sociometría es una técnica de análisis que “permite descubrir las interacciones y los tipos de asociación que existen en los grupos; pone en evidencia la posición de cada miembro, las preferencias y rechazos, la existencia de subgrupos, etc. Vale decir, ofrecer un conocimiento concreto, experimental y eminentemente cuantitativo de la estructura espontánea, informal de los grupos.” Esta manera –funcional- de entender la sociometría tiene hoy cierta aceptación, a pesar de los múltiples puntos de vista que se cobijan bajo este concepto. No obstante, en un primer momento, Moreno la había definido como la cristalización más poderosa y ordenada de la tendencia a describir y medir la dinámica de grupos. También se la ha considerado como la ciencia que trata de medir las relaciones preferenciales en una situación de elección. De un modo ecléctico, se suele considerar en la actualidad a la sociometría como un intento de medir la organización de los grupos sociales, con una finalidad educativa, terapéutica o de investigación. Consecuentemente estudiará: a) las estructuras sociales en conjunto y b) la situación individual en que se encuentra cada “átomo social” o b) la red de interrelaciones tanto centrífugas (respuestas dadas por un sujeto) como centrípetas (respuestas de los demás dirigidas a él) de la que dicho átomo es el centro. II.2.1. La Sociometría en el aula. En el aula el grupo de iguales realiza una importante función de socialización entre sus miembros; el niño sale de su casa y ante sus iguales debe adoptar una postura distinta. Si en su casa adoptaba una postura dominante puede experimentar en clase el ser dominado, el obedecer a las leyes del grupo en el cual durante muchos años y durante varias horas al día ha de convivir: en esto consiste la importancia de la escuela; el niño egoísta experimentará las relaciones personales, el desarraigado afectivamente se refugia en sus amigos, el tímido ha de abrirse tarde o temprano so pena de peligrar su salud mental, aprenderán a ser valorados y ser estimados condicionalmente, imitarán los modelos de comportamiento encarnados por sus iguales, influirá en las aspiraciones vocacionales y en los valores e incluso aumentará la posibilidad de que aparezca una discontinuidad entre los de sus padres y los propios del grupo de iguales. Así, pues, la escuela es importante; en ella se establecen una serie de relaciones recíprocas que se intentan ver a través de la técnica sociométrica. Schoeck (1973) distingue entre la sociometría y las técnicas sociométricas: “Sociometría es todo análisis cuantitativo y toda descripción de procesos interhumanos. En sentido más estricto, sociometría es la comprobación (...) y el análisis de los actos por los que los diversos miembros de un grupo eligen o rechazan una cosa (preferencias). La más conocida es la sociometría desarrollada por J. L. Moreno con el test sociométrico, que es empleada con mucha frecuencia en la sociología escolar (de Estados Unidos).” Moreno utilizaba esta técnica -el test sociométrico o sociograma(2)- con el fin de fomentar las relaciones de armonía social e incrementar la eficiencia de la sociedad; no en vano el vivió situaciones bélicas que le dejaron una profunda impronta. Su utilización en el campo de la clase permite captar una imagen bastante objetiva, cómoda, rápida y cuantitativa de las relaciones en ella existentes. Se aprenden más cosas respecto a los alumnos y en el aspecto pedagógico posibilita tomar medidas muy concretas sobre amistades cerradas, elementos solitarios, clases divididas, elementos populares o líderes; nos permite conocer, en el momento de la aplicación, cuáles son las fuerzas sociales que actúan en el aula y posibilita la repetición para comprobar el grado de evolución de El sociograma es –desde el punto de vista estrictamente técnico- una representación gráfica específica del test sociométrico, según se verá en el apartado II.3.a. 2 dichas fuerzas, dada la actuación pedagógica subsiguiente a la primera aplicación. Un ejemplo de doble aplicación lo puede realizar cualquier profesor. Supongamos que por reducción de unidades aulas o de grupos, algunos alumnos deben reagruparse en grupos diferentes. Se constata, pasado un período de tiempo prudencial, el grado de cohesión entre los nuevos subgrupos; según los resultados se siguen acciones de integración (mediante técnicas de Dinámica de Grupos específicas) y al cabo de cierto período de tiempo se vuelve a realizar el sociograma –frecuentemente utilizado como sinónimo de test sociométrico-. Los índices evidenciados por la segunda aplicación revelarán el grado de logro de nuestra meta acerca de cohesionar o integrar al grupo. “La utilidad será mayor o menor según el grado de complección de estas condiciones: la cuestión que se proponga sea real y concreta, una actividad claramente específica; el juicio debe se espontáneo y garantizándose la discreción. En nuestra experiencia universitaria nos hemos encontrado con un grupo de alumnos que, con fines no confesados, pretendía aplicar un sociograma al grupo del cual eran parte e incluso, aplicado a unos pocos, fue diciendo el número de rechazos que alguien, no de su agrado, había tenido: esto naturalmente, aparte de no ser honesto, es despreciable. La persona, sujeto del sociograma, debe saberse respetado en su intimidad”. Carreño Gomáriz, P. A. y otros (1976: U.D. 4, Tema XXI, pág. 51) A ciertas conclusiones se ha podido llegar como consecuencia de la aplicación y estudios con el test sociométrico. Se afirma que el estatuto sociométrico de los alumnos está en relación directa con su reajuste individual, su eficiencia, edad y rasgos de personalidad. Las aplicaciones con alumnos menores de ocho años detectan una gran variabilidad –en función inversa a su edad cronológica- porque no están sedimentadas las actitudes ni los sentimientos sociales. Respecto de la personalidad Coster y Hotyat (1975: 209) demostraron que: “los rasgos de la personalidad de los alumnos más atractivos varían con la edad. Entre los niños, al final de la escuela primaria, los más populares son generalmente hábiles en los juegos, agresivos, a veces impetuosos. Hacia los quince años y en el medio escolar, los modales llamativos son mirados como una puerilidad; se admira más bien la fuerza, las aptitudes físicas e intelectuales. Entre las muchachas, hacia los doce, la predilección se centra en la gentileza y el espíritu de organización en los juegos; en la adolescencia, la atracción se dirige hacia los jóvenes, que son, a la vez, entusiastas y distinguidas”. El profesor Quintana Cabanas nos resume una experiencia realizada por él en relación con las atracciones y rechazos entre alumnos de diferente clase social. “1.º Los alumnos de clase social humilde tienden a relacionarse entre si cuatro veces más que con alumnos de clase social acomodada. 2.º Los niños de clase social acomodada, a su vez, también tienden a relacionarse entre si cuatro veces más que con niños de clase social inferior. 3.º En el transcurso del año escolar estas separaciones no han desaparecido, sino que más bien se han afianzado. 4.º Por parte de los niños de clase social alta, la separación se ha ido haciendo cada vez mayor y más exclusiva”. (Quintana Cabanas, J.M.; 1973: 162) Con todas las limitaciones señaladas, el test sociométrico es eficaz, específica y económica en tiempo a la hora de medir el grado y orientación de las relaciones dentro del aula. II.3 Técnicas sociométricas / de orientación grupal.Las técnicas sociométricas también reciben el nombre –en algunos autores- de técnicas de orientación grupal. En cualquier caso estudiaremos aquí aquellas técnicas que nos permiten descubrir y conocer el funcionamiento dinámica interna de los grupos. Más adelante estudiaremos las técnicas de dinámica de grupo que, aunque de hecho sirven para fines orientadores, suelen utilizarse con mayor frecuencia en el campo didáctico y del aprendizaje. Las técnicas sociométricas (métodos, para otros autores) son numerosos. A continuación señalamos los más utilizados siguiendo fundamentalmente a Moreno. A continuación desarrollaremos aquellos que consideramos tienen una mayor aplicación en el aula: A) Test sociométrico. (sociograma). Distinguir de algunas de las etapas de su desarrollo: Tabla sociométrica. Sociograma. - Psicograma. Test del papel. (Test del papel a realizar). Test de la interacción sociométrica, (Sociograma de percepción). Test de la espontaneidad. Psicodramas, notaciones, análisis de proceso. Sociodrama. Diario hablado a varias voces. Película cinematográfica terapéutica. Test del adivina quién. (señalado por otro autor) El sociograma.- Llamado también, impropiamente para muchos autores, test sociométrico, el sociograma es una técnica de orientación grupal que explora la estructura interna de las relaciones que existen entre todos y cada uno de los individuos que componen un grupo. Básicamente: Facilita la visión del global de la estructura del grupo y Señala la posición relativa de cada uno de sus miembros. Según ya hemos visto, en todo grupo se encuentran, con cierta facilidad, dos tipos de estructura, una formal y otra informal. La estructura formal, institucional u oficial es aquella que está determinada por los fines objetivos por los que se ha formado el grupo, en nuestro caso concreto, y a nivel escolar, con fines de aprendizaje. Los grupos así formados pueden ser de diversos tipos, según el criterio adoptado para su formación. De hecho, en la realidad educativa se encuentran múltiples formas de agrupamiento escolar, en función del nivel de instrucción, edad, sexo, etc. Sin embargo, todos estos grupos, formados con criterios más o menos eficaces desde el punto de vista escolar, tienen como características comunes su origen externo y no voluntario, al no haberse podido elegir entres si los miembros que lo componen. Las relaciones de los miembros son, así mismo, superficiales y en todo caso están determinadas por el azar. Se les suele conocer con el término de sociogrupo y no es nada difícil advertir en ellas su división de roles. La estructura informal, considerada como la subestructura de la estructura formal, es la que aparece como consecuencia de las relaciones de aceptación o rechazo de los miembros del grupo entre sí. Suele tener un carácter subjetivo, espontáneo, voluntario, y está basada en la dinámica afectiva y emocional de sus miembros. Está sujeta a los cambios o modificaciones producidos por las relaciones interpersonales, y, por tanto, no es tan duradera como la estructura formal . Este tipo de estructura recibe el nombre de psicogrupo, y para conocer su dinámica interna es necesario la aplicación de las técnicas sociométricas. De los dos tipos de estructura comentados el que tiene más importancia, desde el punto de vista educativo, es el segundo o sea la estructura informal, ya que a través de ella se pueden conocer las auténticas interacciones de los individuos que componen el grupo. Un instrumento o técnica sociométrica concreta es idóneo/a para conocer la estructura interna, tanto la formal, como la informal, de los grupos es el sociograma, que, en palabras de Northway es "un medio para determinar el grado en que los individuos son aceptados en un grupo, para descubrir las relaciones que existen entre estos individuos y para poner al descubierto la estructura del grupo mismo" El sociograma nos da una visión de qué o cómo son la relaciones existentes entre los individuos de un grupo. Ahora bien, como cualquier otro tipo de técnicas o test no nos dice el porqué se dan este tipo de relaciones y no otras, y cuales son sus motivaciones. Tampoco puede predecir el tiempo que van a durar esas relaciones. En definitiva, lo que nos proporciona esta técnica es una información valiosa sobre la dinámica y funcionamiento de los grupos, que debe ser completada y enriquecida mediante otras técnicas de exploración, tales como la entrevista, la autobiografía, el registro de anécdotas, etc. El sociograma es la técnica sociométrica más conocida. Es una prueba muy sencilla de confeccionar, aplicar y valorar. Es un instrumento que explora uno de los aspectos del amplio campo de la sociometría: el grado de cohesión y la forma de estructura espontánea de un grupo. Empleada con mucha frecuencia en la sociología escolar, su utilización en una clase permite captar una imagen bastante objetiva, cómoda, rápida y cuantitativa de las relaciones en ella existentes. Se aprenden muchas cosas sobre los alumnos. En el plano pedagógico, se pueden tomar medidas concretas sobre: amistades cerradas, elementos solitarios, clase dividida, líderes... El sociograma, además de darnos a conocer cuáles son las fuerzas sociales que actúan en el aula en el momento de su aplicación. Posibilita la repetición, transcurrido un período de tiempo, para comprobar el grado de evolución seguida tras la primera aplicación del test. Consiste en una serie de preguntas formuladas a cada miembro del grupo, para que escriba los dos o tres miembros de su grupo que elegiría y/o rechazaría para un conjunto de tareas, tales como jugar, estudiar, hacer un trabajo, ir de excursión, formar un conjunto, conversar... Se trata de pedir a cada uno de los miembros de un grupo determinado que señale con cuáles de sus compañeros desearía asociarse para desarrollar una determinada actividad. Se trata, por tanto, de obtener una relación de las preferencias que existen en el grupo, aquí y ahora, a través del testimonio de sus miembros, mediante las elecciones que mutuamente y de un modo interno se hacen. El número y tipo de preguntas depende de la edad y nivel de instrucción de los alumnos/as a que va dirigida. También es necesario distinguir entre las preguntas de tipo afectivo (elecciones en actividades de tipo lúdico) y efectivo (elecciones en actividades productivas del aula) y entre atracciones y rechazos. Es necesario que todos los miembros del grupo se conozcan mutuamente y hayan tenido ocasión de convivir. El sociograma es de poco valor sin un buen conocimiento de los miembros del grupo. Como objetivos del sociograma se pueden enumerar muchos: En parte dependerá de la finalidad de su utilización: terapéutica, educativa o de investigación. En el campo educativo destacan: estructura del grupo en su conjunto, posibilidad de disgregación del grupo a conseguir una mayor integración, o de subgrupos dentro de una clase los cuales obstaculizan el aprendizaje y rompían la eficacia del grupo/clase, evitar sentimientos de superioridad en ciertos líderes, esclarecer eventuales motivos de rivalidad o competencia, etc. En resumen, permite al educador un mejoramiento de las relaciones colectivas y para la orientación individual de los alumnos. En el campo de la investigación se busca un mejor conocimiento de la dinámica dentro de los grupos: el rol del liderazgo, sus características según las diversas clases sociales y el ambiente familiar, papel del grupo como factor de aprendizaje, en la determinación de actitudes, influencia de los factores psicosociales (inteligencia, intereses, status...,) estructura según edad, sexo; objetivos, clase social, etc. Como puede verse las variables a introducir son muchas. A esta situación de investigación se la ha achacado su artificialidad. Naturalmente, esta técnica presenta, como otras, una serie de limitaciones. Por esta técnica se detecta la existencia de algún problema en el grupo (no cuál), se señala cómo es la estructura, no el por qué (motivos), no lo que sienten a nivel insconsciente o subconsciente; arroja datos sin matización; requiere cierta permanencia en el grupo. Como puede comprobarse, estamos ante un instrumento de medida que, como todo instrumento de lo humano-espiritual, presenta una serie de limitaciones, las cuales no son específicas del nuestro sino que pueden ser formuladas a otros. Algunas de estas limitaciones pueden reducirse recurriendo a otros instrumentos que lo complementen, en otras ocasiones será preciso redactar preguntas que contengan otras situaciones para un mayor y mejor conocimiento o será preciso también aplicarlo en varios momentos para detectar la evolución que sufre a través del tiempo. Condiciones para garantizar la validez de un tests sociométrico. Moreno señala una serie de condiciones imprescindibles que presentamos resumidas: (En Marín Ibañez, R. y Pérez Serrano, G.; 1985: 407-408): El grupo deber ser real y situado en un contexto. La investigación se centra en las preferencias íntimas. Estas preferencias se solicitan en función de uno o varios criterios determinados: juegos, trabajos...; no se trata de preferencias globales, formuladas en términos abstractos. No se trata de una investigación meramente científica. La aplicación de la prueba requiere el establecimiento de un “rapport” suficiente para conseguir una disposición favorable a la cumplimentación de la misma por los sujetos. Tiene que estar garantizada la confidencialidad de la prueba. Debe mediar una firma promesa de secreto sobre las elecciones y, especialmente, los rechazos emitidos por cada uno de los miembros del grupo. Procedimiento a seguir para la aplicación, análisis y recogida e interpretación de los datos. Los pasos a seguir en el proceso se pueden cifrar en los siguientes: - Formular preguntas a cada uno de los miembros del grupo para que manifiesten sus preferencias y rechazos. Elaborar o tabular las respuestas. De ahí saldrá la tabla o matriz sociométrica. Confeccionar el sociograma, propiamente dicho, o representación gráfica con círculos/triángulos y flechas que gráficamente reflejen las elecciones/rechazos. Confeccionar el psicograma o representación gráfica en círculos concéntricos donde estén representados todos los miembros del grupo en función de sus rechazos o elecciones. Analizar e interpretar el sociograma. - NOTA: Para la profundización en la implementación de estas etapas puede consultarse cualquier manual de Sociometría. Por su claridad didáctica recomendamos, de una forma especial, al estudiante: Marín Ibañez, R. y Pérez Serrano, G.; 1985: 408 ss.). B) Formulación de preguntas. (408) Tabla sociométrica. (410) Sociograma y psicograma (411-412) Análisis e interpretación de los datos. Ejemplos prácticos: (413 y ss.) Test del papel a realizar. Nos hemos detenido en la presentación del sociograma o test sociométrico por ser la técnica más conocida. No obstante, parece conveniente que el futuro maestro conozca algunas de las otras técnicas a las que nos hemos referido anteriormente. Mediante el test del papel a realizar se pone de relieve el comportamiento de las personas que integran el grupo y su polarización hacia determinadas actividades. Es decir, a través de este test se estudia el comportamiento individual de cada alumno ante una tarea u objetivo señalado, real y concreto; su manera de reaccionar, sus actitudes, el reparto de tareas, la iniciativa que toma cada cual, la capacidad del que impone a los demás su criterio. En una palabra, se analiza el papel desempeñado por cada alumno que integra el grupo en relación con la tarea a realizar. C) Test de la interacción sociométrica o sociograma de percepción. Por medio del test de interacción sociométrica se pone de relieve la situación que un alumno cree ocupar en el grupo. Es decir, se le pone en condiciones de que adivine y diga, por escrito, los compañeros que él cree le van a elegir o rechazar para tal o cual tarea. Es una modalidad del sociograma clásico, y, en términos generales, pretende comprobar el grado de integración de cada alumno en su grupo, mediante la percepción que el propio alumno tiene del lugar que ocupa y de las relaciones que mantiene con sus compañeros. “La base del trabajo se apoya en los sociogramas efectuados. Se presenta al alumno el correspondiente a su curso (cada alumno va representado por un número) y se le pide que intente encontrarse allí y asimismo que identifique a sus compañeros.” (Iturbe, T. y del Carmen, I. ;1974: 113) Puede realizarse de un modo individual o colectivo. Para la aplicación colectiva se les proyecta a los alumnos el sociograma de la clase (nos referimos a la representación gráfica de la tabla sociométrica), y en un protocolo en el que va reproducido el sociograma proyectado, cada alumno debe localizarse a si mismo y a los compañeros con los que mantiene relaciones interpersonales más intensas. En Iturbe, T. y del Carmen, I. (1974: 113 ss) pueden observarse ejemplos prácticos reales de sociogramas reales afectivos-negativos y la percepción del mismo realizado por algunas alumnos del mismo grupo. De la comparación del sociograma tradicional con el sociograma de percepción puede comprobarse, por ejemplo la adecuación/inadecuación entre la realidad de las relaciones de un alumno del grupo con sus compañeros/as y su percepción de tales relaciones. Es decir, su situación social real en el grupo y su autopercepción social en ese grupo; de su coincidencia o desajuste partirá la intervención educativa para intentar acercar la autopercepción social (por exceso o defecto) a la realidad del grupo. En definitiva, el sociograma de percepción nos proporcionará una información que, junto al estudio en profundidad de la personalidad de los sujetos afectados, contribuirá a la mejor integración de los individuos y al aprovechamiento positivo de las emergentes fuerzas sociales del grupo. D) LA TÉCNICA O TEST DE “Adivina quién”. Se trata de una variación de las pruebas sociométricas, que según Knapp, “ha demostrado ser útil para los profesores en la comprensión de cómo los alumnos se sienten en relación con los iguales”. (Knapp, R.; 1962: 68) Muestra claramente los distintos papeles desempeñados por cada uno de los miembros que componen el grupo. La técnica, en sí, consiste en breves descripciones realizadas, verbalmente o por escrito, por el profesor, sobre rasgos o aspectos de la conducta individual de los alumnos. Oídas o entregadas a los alumnos, cada uno debe tratar de señalar, por escrito, al compañero que responde más fielmente a la descripción realizada. Pueden realizarse gran variedad de preguntas, intentando que respondan siempre a un criterio objetivo, real y concreto, que englobe y encubra la finalidad perseguida. Así podrían servir de ejemplos las siguientes descripciones: - En esta clase hay un alumno que juega muy bien al fútbol; En la clase hay un alumno que llega casi siempre tarde; En la clase hay un alumno que no deja nada a los compañeros; En esta clase hay un alumno al que todos quieren tener por amigo. En el cuadro siguiente presentamos otras descripciones, a modo de ejemplo: (Consideración) 1. Esta persona es buena, al mostrar a los demás cómo hacer las cosas, y los otros niños y niñas acuden a ella en busca de ayuda. (Poder de creación) 2. Esta persona tiene buenas ideas sobre pintura y dibujo y a menudo da sugerencias útiles sobre obras de arte a niños y niñas. (Cooperación) 3. Esta persona trae muchas cosas de casa a la clase. Las cosas que ha traído han ayudado a hacer la clase más interesante. (Preocupación social) 4. Esta persona siempre presta gustosamente lápices, libros y útiles a los demás cuando los necesitan. Se preocupa de los demás, y a menudo no tienen que pedirle ayuda. (Ayuda) 15. Esta persona es casi siempre la primera en ir y procurarse útiles y materiales que cree que ayudarán a otro niño o niña en su trabajo y le gusta darle también sugerencias útiles. (Responsabilidad) 18. Esta persona es especial en cuanto a hacer su trabajo “perfectamente bien”. Normalmente rechaza papeles de los que cualquiera estaría orgulloso. Descripciones de rasgos de comportamiento. (Tomado de Knapp, R. H.; 1962) La técnica del “adivina quién” proporciona al profesor un juicio sobre sus alumnos individualmente considerados y como grupo, que ellos mismos emiten. Conviene tener un cierto tacto con las descripciones demasiado negativas ya que pueden ser rechazadas por los alumnos y no aportar nada nuevo ni bueno a las relaciones interpersonales de los miembros del grupo. E) EL PSICODRAMA. Es una técnica de grupo a través de la cual los participantes dramatizan o representan determinadas situaciones del modo más espontáneo posible, teniendo como objetivo principal la comprensión y vivencia de la situación representada. En esta técnica los roles son “inventados” en el momento, de modo espontáneo. La espontaneidad es el elemento central de la técnica. Además de ser una técnica que detecta los roles sociales que desempeñan los alumnos en el grupo clase, puede servir a otros objetivos: desarrollar la espontaneidad, facilitar el aprendizaje, ser un medio de clarificación y elucidación de los problemas propios del grupo, buscando no el “saber hacer” sino el “saber ser”. F) EL SOCIODRAMA. Se trata de una técnica psicoterapéutica o educativa, realizada en pequeños grupos, mediante improvisaciones de escenas dramáticas sobre un tema relacionado con las necesidades de los participantes. Además del carácter psicoterapéutico, esta técnica se diferencia del psicodrama en que está centrada en el grupo, mientras que el psicodrama está centrado en el individuo. Como método de orientación grupal exige que se realice por todo el grupo y que participen en su planteamiento, discusión y análisis todos sus miembros. Es un medio eficaz para que el alumno se comprenda a sí mismo y atienda los problemas del grupo. El sociodrama tiene su manantial de temas a plantear, en los numerosos problemas que de la comunidad escolar surgen cotidianamente. Cualquier problema polémico o que en su intervención admita más de un punto de vista, es un material apropiado para su dramatización y puesta en escena. Entre sus valores más destacados, cabe señalar que es un procedimiento que posibilita que el alumno/a participante viva en la realidad los problemas objeto de discusión, comprobando los distintos puntos de vista desde los que se puede utilizar; facilita la comunicación e integración grupal, evitando roces y tensiones al potenciarse la libre expresión de los conflictos existentes; y creas un ambiente democrático en las relaciones de los miembros del grupo. (Martín, E.; 1977: U.D. 3ª, Tema XVII, pág. 20) Para profundizar en estas dos últimas técnicas, así como su posible utilización en el aula, puede consultarse Marín Ibañez, R. y Pérez Serrano, G.(1985); págs. : 429-430) II.4. Utilización de la Sociometría en el aula. Arroyo (1962)3 presenta unas líneas sobre las que se apoyan las posibles aplicaciones de la sociometría a la tarea escolar: 1. Conocer socialmente a los alumnos: - 2. Estructurar socialmente una clase: - 3. Analizando sus elecciones. Estudiando el motivo profundo de las mismas. Ver su evolución a través de diferentes cursos para una posible orientación vocacional. Permite la agrupación de los alumnos por simpatías, afinidades e intereses. Estudiar la estructura del grupo tal y como se presenta en un momento dado. Realizar los trabajos necesarios para integrar en el grupo a los que se encuentran totalmente rechazados o aislados. Descubrir al líder nato, que puede que no coincida con el líder circunstancial de un momento determinado. Analizar la influencia que puede tener el líder sobre el grupo. Ver la influencia que puede tener un grupo como tal en determinados alumnos. Analizar la influencia de los subgrupos sobre el grupo o sobre determinados escolares. Realización de una terapia individual y de grupos. Sobre todo, con alumnos que necesitan un tratamiento especial por estar en situaciones extremas con respecto al grupo. Ello dependerá de la estructura del grupo, tal y como se presente en la experiencia realizada. BIBLIOGRAFÍA CARREÑO GOMÁRIZ, P. A. (director); QUINTANA CABANAS, J.M. y LÓPEZ LOPEZ, E. (1976): Sociología de la Educación. UNED, Madrid. CIRIGLIANO, G. (1971): Dinámica de grupos y educación. Humanitas, Buenos Aires. COSTER, S. de, y HOTYAT, E. (1975): Sociología de la Educación, Guadarrama, Madrid. ITURBE, T. y DEL CARMEN, I. (1974): El departamento de Orientación en un centro escolar. Morata, Madrid. KNAPP, R. (1962): Orientación Escolar. Morata, Madrid. LÓPEZ LÓPEZ, E., QUINTANA CABANAS, J.M. y VALDIVIESO ALBA, Rosario (1977): Pedagogía Social. UNED, Madrid. Unidad Didáctica V. p.23. MARÍN IBÁÑEZ, R. y PÉREZ SERRANO, G.(1985) : Pedagogía Social y Sociología de la Educación. UNED, Madrid. MARTÍN, E. (1977): “Técnicas de Orientación Grupal”. En REPETTO TALAVERA, E. (1977): Orientación Escolar, Profesional y Personal. UNED, Madrid. (Unidad Didáctica III, Tema XVII) PÉREZ SERRANO, G. (1985): “Técnicas sociométricas aplicables a la educación”. En MARÍN IBÁÑEZ, R. y PÉREZ SERRANO, G.(1985) : Pedagogía Social y Sociología de la Educación. UNED, Madrid. Págs. 397 ss. QUINTANA CABANAS, J. M. (1973): La democratización de la enseñanza. Barcelona, Herder. SCHOECK, Helmut (1973): Diccionario de Sociología. Herder. Barcelona. Pág. 118. ARROYO DEL CASTILLO, V. (1962): “Sociometría y Educación”, en Rev. Bordón, núm. 107, marzo-abril. En Marín Ibáñez, R. y Pérez Serrano, G. (1985): Pedagogía Social y Sociología de la Educación. UNED, Madrid. Págs. 431-432. 3