Conquistando gigantes de hielo Redacción Travelview Para muchos el frío invita a cobijarse en casa y bajo una manta, pero para los más atrevidos es hora de coger los crampones y los piolets y ponerse a picar un poco de hielo. La escalada en hielo es una de las disciplinas más complicadas de la escalada deportiva y a su vez, una de las más desconocidas. A pesar de la emoción y la adrenalina, no es un deporte de prisas, ni recomendado para ansiosos en absoluto. Aquí se pone a prueba tanto nuestra paciencia como resistencia física y potencia de brazos y piernas. Para escalar en hielo es aconsejable conocer las maniobras y técnicas de la escalada en roca, ya que siendo completamente diferentes, al menos nos ayudará a familiarizarnos con el uso de cuerdas y prácticas de seguridad. Básicamente, la dificultad y el peligro de esta especialidad vienen impuestos tanto por la inclinación de la pared como por el grado de dureza de la nieve, que va desde blanda hasta el hielo sólido. Durante la ascensión, nuestros mejores amigos han de ser los crampones y piolets. Los crampones son los dispositivos metálicos que se calzan en las botas y su función es clavarse en la nieve o el hielo para garantizar la estabilidad. El piolet es la herramienta que se usa para clavar con fuerza en la nieve o el hielo y que nos ayudará a impulsarnos en la subida. La ciudad de Ouray, en Colorado, Estados Unidos, es conocida como “la Suiza de América” y se considera uno de los centros mundiales de la escalada en hielo, llegando a acoger a 15.000 escaladores al año. Por eso, uno de los mejores lugares donde los principiantes pueden iniciarse en su aprendizaje y los ya expertos seguir entrenando, es el Ouray Ice Park. Este inmenso parque es el primero del mundo dedicado exclusivamente a la escalada en hielo y también es uno de los más accesibles del planeta. Cuenta con más de 200 ascensos de dificultad variable, 14 áreas de escalada, casi 5 kilómetros de paredes verticales y espectaculares cascadas de hielo. Las instalaciones son de uso gratuito para los escaladores. El complejo dispone además de aguas termales donde uno puede recuperar la sensibilidad en los dedos después de enfrentarse al duro hielo. De reconocido prestigio es el Ouray Ice Festival, el evento internacional que se celebra en el parque y donde se dan cita una vez al año los mejores deportistas del mundo. Las Montañas Rocosas canadienses tampoco se quedan atrás como meca de la escalada en hielo. Además de ofrecernos un paisaje sobrecogedor, hay todo un surtido para elegir en las proximidades de Canmore, Banff, Nordegg, Lake Louise, Jasper. En Banff, Cascade Falls es uno de los lugares más aclamados y además de disfrutar de la escalada puedes hacerlo también del sol o Guinness Gully, en Lake Louise, que es el lugar perfecto para nuevos escaladores que han experimentado un par de días de aprendizaje. Y que la falta de experiencia no te eche para atrás ya que es posible asistir a cursos de iniciación donde aprenderás las técnicas básicas. Como curiosidad, también en Canadá, concretamente en la provincia de Columbia Británica se encuentra Helmcken Falls, una cascada de 141 metros y según los expertos en el hielo, la más difícil de escalar en el mundo. Otro paraíso helado y destino predilecto del norte de Europa para los aficionados a la escalada en hielo es la localidad de Rjukan, en la provincia de Telemark, Noruega. Situada en terreno escarpado y coronada por la montaña Gaustatoppen, esta aldea no ve el sol durante seis meses al año (de septiembre a marzo). O al menos así era hasta que la propia comunidad decidió instalar en las montañas, a 400 metros sobre la ciudad, tres espejos helióstatos que reflejan la luz e iluminan un paisaje que bien lo merece. Más de 200 cascadas heladas se pueden disfrutar en una temporada de invierno excepcionalmente larga y estable. El último fin de semana del mes de febrero (del 20 al 22 este año) se celebra el Rjukan Ice Festival para escaladores y curiosos que quieran aprender a conquistar esos imponentes gigantes de hielo.