LA PALTA El palto es árbol de muy agradable parecer, bien hecho, del tamaño de una gran higuera, con las ramas iguales y medianamente copado, su hoja es semejante a la de moral, un poco mayor, y la fruta, de las mejores y más regaladas de las Indias, tanto, que muchos le dan la palma, anteponiéndola a todas las demás. Es de hechura ahusada y comúnmente del tamaño de un membrillo mediano, en algunas partes se hallan tan grandes como medianas calabazas y crecidas cidras, cuales son las de la provincia de Yucatán, en la Nueva España. Tiene la palta una cascara delgada, tierna y correosa más que la del limón ceuti, de color verde por de fuera, la cual, estando la fruta bien madura con facilidad se despide. Tiene esta fruta el mayor hueso que yo he visto en otras, asi de las indianas como de las europeas; es tan grande como un huevo de gallina, y tan ahusado, que se remata en punta; de una sustancia blanca que tira a roja, tierna como la castaña, cubierta de una telilla o hoyejuelo pardisco, la cual tiene sabor de almendras amargas, y exprimida en prensa, se saca aceite como de almendras. Entre la cascara y el cuero está la carne, del gnieso poco más de un dedo, sacando el cuello de la fruta, por donde está maciza. Es de color verde algo blanquecino, tierna, mantecosa y muy suave. Algunos la comen con azúcar o con sal, y otros como se coge del árbol, que ella es fruta tan sabrosa, cuando está bien sazonada, que no ha menester otro saínete. Mas, aunque es muy apetitosa al gusto, se debe comer con moderación, porque se tiene por pesada indigesta, como lo son comúnmente casi todas las frutas naturales destas Indias. Son tanto mejores las paltas cuanto la tierra donde nacen es más caliente y seca; . las más regaladas desde reino del Perú son las del valle de lea y las de la provincia de San Garó [Asángaro], diócesis de Guamanga. Hállame tres diferencias de paltas; la segunda especie es de unas paltas grandes y redondas que se dan en la provincia de Guatímala, las cuales no tienen la cascara tan lisa como las primeras' y la tercera, de unas paltas muy pequeñas, cuales son las de México, las cuales en el tamaño, color y forma se parecen a las brevas: una son redondas y otras prolongadas, y tienen la cascara tan sutil y delicada como la de las ciruelas. En algunas partes preparan la palta verde hecha pequeñas tajadas y echadas en salmuera, para suplir la falta de aceitunas. El hueso de la palta, dado a beber en polvos con agua de llantén o almacigada y acerada, estanca las cámaras. El aceite que del se saca es bueno para curar los empeines; y si con el zumo deste hueso se tiñe algún lienzo u oscurece en él alguna señal, no se quita el color que toma, que es rojo. La madera del árbol sirve para fábricas y para leña, que para entrambas cosas es buena. La palta se llama así en la lengua general del Perú, que en la mayor parte de las Indias la nombran aguacate, que es el nombre que le dan los indios de la isla Española. COBO, Bernabé. Historia del Nuevo Mundo, en Obras... Madrid, 1956,1,pp. 241-242. Pag. 517-518 Los Cronistas del Perú 1528-1630, Porras Barrenechea Raúl Edición del Centenario Biblioteca Clásicos del Perú/2 Banco de Crédito del Perú, Abril 1986 Editorial e Imprenta Desa, Lima Perú