1 LA PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO

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LA PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO EN LOS
PUEBLOS MÁGICOS SINALOENSES.
Sylvia Cristina Rodríguez González
Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Sinaloa
Celular: 6671439923 y correo electrónico: [email protected]
Doctora en Ciudad, Territorio y Sustentabilidad por la Universidad de Guadalajara.
Actualmente, Profesora Investigadora en la Facultad de Arquitectura de la Universidad
Autónoma de Sinaloa y miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Servando Rojo Quintero
Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Sinaloa
Celular: 6677840297 y correo electrónico: [email protected]
Doctor en Ciudad, Territorio y Sustentabilidad por la Universidad de Guadalajara.
Actualmente, Profesor Investigador en la Facultad de Arquitectura de la Universidad
Autónoma de Sinaloa y miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
María Elizabeth Castañeda Corral
Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Sinaloa
Celular: 6677840891 y correo electrónico: [email protected]
Profesora Tiempo Completo en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de
Sinaloa.
Resumen
El patrimonio arquitectónico se ha establecido como parte del patrimonio cultural del lugar,
sin embargo, esto se ha retomado de las edificaciones y construcciones que por su apego a
los relatos históricos, rasgos de identidad y valor por su antigüedad representan en el lugar,
podemos encontrar en los diferentes Pueblos Mágicos elementos arquitectónicos
majestuosos que para su población no son representativos más allá de su forma y escala,
mientras para el turista estos emblemas arquitectónicos que conquistan con su escala y sus
diferentes relatos históricos forman parte nodal del atractivo de estos Pueblos.
Los Pueblos Mágicos reconsiderados en su nombramiento a la fecha son: El Fuerte, en el
norte del estado; Cosalá en el centro y El Rosario en el sur, a pesar del Sistema Turístico
Estatal que se configura su patrimonio arquitectónico se ha reconvertido a partir de la
llegada del turismo. Los pobladores prefieren exponer un pueblo moderno, pero a la vez
majestuoso, donde se muestren diferentes escenarios de conquista para el turista y la
captura se enfoque en los elementos arquitectónicos que a través de sus formas relaten
historias que se funden entre leyendas y mitos.
Por este motivo, se plantea como objetivo central la puesta en valor del patrimonio
arquitectónico en estos Pueblos Mágicos, que se relataban entre las pequeñas casas de
adobe que se ubicaban en grandes espacios de suelo rural y donde los emblemas
arquitectónicos de conquista no narran la vida cotidiana.
Palabras clave: Puesta en valor, Patrimonio Arquitectónico, Pueblos Mágicos.
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Abstract
The architectural heritage this has been established as part of the cultural local heritage,
nevertheless, has been taken again of the buildings and constructions that for his attachment
to the historical statements, features of identity and value for his antiquity represent in the
place, we can find in the different Magic Peoples architectural majestic elements that for
his population are not representative beyond his form and scale, while for the tourist these
emblem architectural that they conquer with his scale and his different historical statements
form a part nodose of the attraction of these towns.
The Magic Town reconsidered in his appointment to the date are El Fuerte, in the north
of the condition; Cosalá in the center and El Rosario in the south, in spite of the Tourist
State System that forms his architectural heritage has re-turned from the arrival of the
tourism. The settlers prefer exposing a modern village, but simultaneously majestically,
where different scenes of conquest appear for the tourist and the capture focuses in the
architectural elements that across his forms report histories that are fused between legends
and myths.
For this motive, the putting appears as central aim in value of the architectural heritage
in these Magic Town, which were reported between the small houses of adobe that were
located in big spaces of rural soil and where the architectural emblems of conquest were not
narrate the daily life.
Key words: Putting in value, Architectural Heritage, Magic Town.
Introducción
El viajero recorre de forma grupal territorios inhóspitos y se desplaza entre paisajes
naturales no conquistados, con el principio de explorar lugares auténticos. Mientras avanza
en sitios desconocidos va colocando marcas y señales en el camino, como principio de la
configuración de las rutas y como punto final del recorrido decide colocar la marca más
emblemática de su viaje en el lugar que lo captura por su majestuosidad y crea un escenario
de conquista en el sitio esperado.
Mientras el turista se desplaza individual o en masas por el territorio entre paisajes
naturales y fabricados, y es guiado por rutas claras que son proporcionadas durante la
promoción del lugar, o bien, pueden ser diseñadas por el mismo. El sitio de encuentro, es
conocido previamente por el personaje o las masas, pero corroborará durante su llegada la
lluvia de imágenes que le fueron ofrecidas a través de las agencias de viajes, las páginas
oficiales de promoción turística o simplemente, por los registros en blogs acerca de las
experiencias turísticas.
Hoy, el viaje se rige por corroborar lo vendido a través de dicha publicidad, pero la
fantasía siempre se encuentra en el imaginario, el turista conserva el principio de ser
cautivado a través de los escenarios y de establecer marcas de conquista en el lugar. La
búsqueda de las experiencias auténticas se ubica en el imaginario turístico y efectivamente,
el flashazo de imagen tras imagen se compagina, pero al llegar el turista al sitio prometido,
a parte de corroborar lo que se le ha vendido, consume una serie de escenarios fabricados
que se encuentran diseñados para ser recorridos durante tiempos definidos.
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A partir del programa federal a nivel nacional en los pueblos mexicanos, la arquitectura
se ha concentrado en la magnificación de los escenarios turísticos, esto en relación con la
puesta en valor del patrimonio. En especial, en la delimitación del barrio central de estos
pueblos, el Centro Histórico, donde se distinguen por su escala y memoria histórica, los
emblemas arquitectónicos: la iglesia, la plaza de armas, el quiosco, el mercado y la
Presidencia Municipal.
El programa federal Pueblos Mágicos refiere en las Reglas de Operación (2011, 5) que
la arquitectura debe “considerar la armonía y la conservación general de los elementos
arquitectónicos, civiles o públicos, que dan carácter e identidad al poblado. No
necesariamente deberán ser poblados con monumentos históricos, sino también pueblos con
arquitectura vernácula o del siglo XX.” Asimismo, señala que los edificios emblemáticos
deberán destacar “[…] por su estilo, historia o majestuosidad sean, por si mismos, un
elemento atractivo para el visitante.”
La puesta en valor del patrimonio arquitectónico en los Pueblos Mágicos se ha guiado
por las propuestas de los programas federales, en especial, el programa Pueblos Mágicos, y
se ha concentrado en la edificaciones catalogadas como históricos por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia, con la finalidad de atraer a los turistas y reconvertir estas
estructuras magnificadas en un atractivo valioso para la oferta turística.
“El concepto de puesta en valor fue definido en las Normas de Quito de 1967 en las que,
en resumen, se propone priorizar la tutela de los valores del bien, poniéndolos de manifiesto
de manera que contribuyan al desarrollo de los territorios […] mediante un proceso de
revalorización […]” (García 2011, 129).
Se provoca una acotación entre las miradas que dirigen los turistas sobre los escenarios
de conquista, el cúmulo de imágenes fragmentadas que aparecen frente a el turista mientras
se desplaza lo mantienen atento por tiempos limitados, porque la observación no es
suficiente para lograr la exploración del lugar.
El patrimonio arquitectónico es ofertado al turista como un producto más y es aceptado
ante el consumo de las masas turísticas, incluso previo el desplazamiento al sitio deseado a
través de estrategias de captura turística como la presentación de videos de escenarios, rutas
y recorridos; entrega de folletos y la interacción en las redes sociales, estas últimas,
incorporan la difusión de la experiencia por otros visitantes en cada uno de los escenarios
seleccionados para mostrar el patrimonio del Pueblo Mágico.
Encontramos personajes que son guiados no por la moda, sino por el sentido innovador
de adquirir la cultura. Señala Zygmunt Bauman (2013, 21) “La función de la cultura no
consiste en satisfacer necesidades existentes sino en crear necesidades nuevas […]”.Es
decir, se ha modificado radicalmente el concepto de cultura, de las élites culturales que se
reconocían por el intelecto, con conocimiento de la historia, estilos y lenguajes en la
arquitectura, que permitían conservar la memoria del patrimonio, pasamos al consumo de
los escenarios que hacen uso del patrimonio como emblemas del lugar, para exponer el arte,
la historia y el referente cultural como un producto turístico.
La puesta en valor del patrimonio arquitectónico se enfoca en los Pueblos Mágicos de
Sinaloa: El Fuerte en el norte, Cosalá en el centro y El Rosario en el sur.
1. Patrimonio arquitectónico entre emblemas
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El patrimonio cultural es muy amplio en los pequeños pueblos tradicionales, que han sido
nombrados mágicos, a pesar de la riqueza cultural que se refleja en su arquitectura y
envuelve entre historias que se fugan en la memoria de los lugareños y motivan a la
reconstrucción de episodios de vida a través de sus leyendas y mitos, existen
transformaciones en la arquitectura del lugar.
El patrimonio arquitectónico se lee desde el elemento más simple y a la vez más
complejo en la arquitectura, la casa; hasta las estructuras monumentales que desde su
primer piedra fueron pensadas a gran escala y exaltando su majestuosidad. Las
transformaciones en la arquitectura de los Pueblos Mágicos, se han legibles en estas
grandes estructuras, debido a su tamaño y la concentración de inversión como detonantes
de atractivo turístico.
Estos emblemas se concentraron en la arquitectura religiosa, que a pesar de su
imposición sobre el territorio mexicano y ante diversas culturas indígenas, resalta por la
memoria de conquista en estos pueblos y en especial, por incorporarse como elemento
central en el proceso de turistificación.
En el Pueblo Mágico El Fuerte se distingue por la esbeltez de la torre del campanario
ubicada en la parte derecha de la estructura de la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús (véase
imagen 2) que expone las diferentes etapas de construcción y reconstrucción, las cuáles han
sido intervenidas y poco revelan en su relación histórica, sin embargo, a pesar de su sencilla
estructura de dos cuerpos que se distingue por conservar la piedra gris en la base y la
cantera rosada en los dos cuerpos del templo. En el primer cuerpo, se encuentra enmarcado
el acceso entre dos pilastras que cargan un arco de medio punto. También, destaca en
segundo cuerpo calle lateral un óculo, conocido como ojo de buey, en forma circular que
libera la fatiga de tensión de la estructura, contribuyendo a la resistencia, el cual fue
diseñado para ventilar e iluminar al interior de la construcción. Se cree que el techo de la
iglesia era de madera y la bóveda fue un elemento agregado que no correspondía con la
estructura original.
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Imagen 1. Iglesia Sagrado Corazón de Jesús en El Fuerte de Montes Claros. Fuente: Capturada por Sylvia
Rodríguez, 2012.
Si bien, se reconoce el valor arquitectónico e histórico de la iglesia, es importante,
incorporar las nuevas adaptaciones que se añaden poco a poco al templo para ser más
atractiva la estructura y motivar a la visita turística, entre ellas, es la incorporación del color
y hasta el momento, es ocasional la visita turística al interior, debido que el encanto de la
iglesia no es como elemento aislado, es el conjunto urbano que detona el atractivo y se le ha
sumado la oferta, entre la plaza de armas, el quiosco, los portales pintados en blanco y en
otro extremo el palacio municipal expuesto en ladrillo.
En el Pueblo Mágico de Cosalá, a diferencia de El Fuerte, se ubican dos edificaciones
históricas referidas a la arquitectura emblemática. Entre ellas, la Capilla de Guadalupe, la
cual representa al edificio religioso más antiguo del pueblo, antes conocida como la Iglesia
de San Francisco Javier. Se distingue por su estructura de adobe y cantera. En un solo
bloque de cantera con contrafuertes, en su cara frontal se enmarcan dos cuerpos, y en el
entablamiento sobre la cantera destacan elementos simbólicos que se mezclan entre la
pureza de la estructura que se extiende en su horizontalidad entre el campanario, el remate
y los pináculos.
Esta modesta estructura arquitectónica, brilla por su sencillez y en especial, por el
arraigo que tienen los pobladores en el lugar, el cúmulo de significados que representa para
los cosaltecos forma parte de ese bloque de cantera que se corona con pequeños remates
simbólicos, véase imagen 2.
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Imagen 2. Capilla de Guadalupe en el Pueblo Mágico de Cosalá. Fuente: Capturada por Sylvia Rodríguez,
2013.
Asimismo, considerada emblema del lugar no compite con el Templo de Santa Úrsula
(véase imagen 3) que ha tenido diversos procesos de adaptación al medio, desde
restauraciones hasta intervenciones que han agredido el origen formal de la iglesia, pero
que se fundamentan por los usuarios en mejorar las condiciones de sobrevivencia de la
estructura que guía la estructura del pueblo.
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Imagen 3.Templo de Santa Úrsula en el Pueblo Mágico de Cosalá. Fuente: Capturada por Sylvia Rodríguez,
2013.
De los vestigios históricos heredados por la Compañía de Jesús en 1730 queda poco, se
distinguen parte de sus escalinatas mezcladas entre ladrillo y piedra de río, y el deteriorado
reloj de sol, que aún funciona. Pero la estructura básica de los templos en los pueblos
mexicanos arropa tradiciones que aún se siguen, como el evento religioso del día de Santa
Úrsula el 21 de octubre y la fiesta a la Virgen de Guadalupe del 10 al 12 de diciembre que
se distinguía por la velas encendidas en las calles, ventanas y puertas de las viviendas de los
lugareños, pero esta fiesta ha tenido transformación y se ha convertido en un espectáculo
diseñado para el atractivo turístico.
La Parroquia de la Virgen del Rosario es un ejemplo clave de la puesta en valor del
patrimonio arquitectónico, porque lucha entre la simulación y la ficción, debido que la
parroquia original de 1759, considerada joya colonial de estilo barroco, con una mezcla de
estilos grecorromano, barroco y churrigeresco, fue demolida en 1934, y se construye la
nueva parroquia, como lo señalan los Rosarenses, piedra a piedra de la primera parroquia,
con la finalidad, de trasladarla y en el imaginario señalan que es la misma, que en un sitio
más seguro, sin embargo, las bases que fueron sustentadas en la historia de esa época, no
podrán ser reconstruidas, esta parroquia construye su propia historia entre elementos
copiados del templo genuino, véase imagen 4.
Todos estos templos detonan en la exposición de estructuras arquitectónicas convertidas
en patrimonio cultural de los Pueblos Mágicos, pero también se han reconvertido en
escenarios turísticos, que se valoran por el espectáculo y no por su valor arquitectónico o
bien histórico, durante la visita a los Pueblos Mágicos se vierten de dos a tres datos
relativos con el antecedente histórico, pero todo se rige en la recopilación de las
experiencias sobre el sitio, debido que “[…] el turista es un buscador consciente y
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sistemático de experiencia, de una nueva y diferente experiencia, de la experiencia de la
diferencia y la novedad, cuando los gozos de lo conocido se desgastan y dejan de atraer.”
(Hall & du Gay 2011, P.59).
Imagen 4. Parroquia de la Virgen del Rosario en el Pueblo Mágico. Fuente: Capturada por Sylvia Rodríguez,
2014.
En el Pueblo Mágico de El Fuerte, los turistas acuden con mayor auge durante la
Semana Santa, con la finalidad, de vivir la experiencia acerca de la tradición de las danzas
de los judíos, quienes representan a los fariseos. Los turistas recorren el territorio del norte
del estado de Sinaloa en búsqueda de la Semana Santa Indígena Mayo-Yoreme que tiene
sus orígenes en la población de Mochicahui, sin embargo, se ha extendido entre los templos
de la región, entre ellos, El Fuerte. En el Pueblo Mágico se ha adaptado la tradición del acto
religioso y profano como un atractivo turístico, destacan diversas actividades, festividades
y danzas que se han agregado al acto para atraer y mantener la atención del turista, aunque
sea durante los días denominados santos. El turista busca vivir la experiencia cultural a
través de las representaciones y las sensaciones (MacCannell, 2003).
La Iglesia Sagrado Corazón de Jesús representa un elemento central del desarrollo de
este acto entre religioso y profano, cuando los judíos entran a la iglesia con sus máscaras y
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vestimenta alusivas a la burla, a la fiesta y al incorporarse al recinto se reconvierten en otro
ser, dejan el personaje profano para convertirse en religioso, y se desprenden de sus trajes
tradicionales para integrarse a la ceremonia.
El Pueblo Mágico de Cosalá cuenta con la Capilla de Guadalupe y el Templo de Santa
Úrsula, es conocido en el pueblo por los lugareños, que la Capilla de Guadalupe es un lugar
acogedor para los nativos, donde se guardan sus tradiciones y en las canteras de la
estructura arquitectónica la memoria de las misiones religiosas en este lugar, mientras el
Templo de Santa Úrsula a diferencia de la Capilla, se construye con gran jerarquía urbana y
de impacto social, con elementos que la hacen única y distinta a las iglesias de otros
pueblos, desde la elevación en su base, hasta la esbeltez con la que se presentan los
elementos arquitectónicos y como genuina conserva el reloj solar en su estructura general.
En el Pueblo Mágico se conserva la tradición de la fiesta a la Virgen de Guadalupe, que
se desarrollo mediante un recorrido por el pueblo que se enlaza entre ambas iglesias,
destacando la memoria tradicional del pueblo con el encendido de velas. En la actualidad, a
partir del programa federal, el acto religioso se ha alterado entre festividades en modalidad
de carnaval en el lugar, con el único fin, de motivar al auge turístico, sin embargo, la
tradición se desvanece, igual que el patrimonio.
La Parroquia de la Virgen del Rosario, representa la identidad adquirida a partir de la
minería, es relevante considerar que las festividades religiosas se celebran con la
magnificación del culto, con temáticas y dramatizaciones por los lugareños, todo ello,
enfocado a la ciudad de paso, motivar a la llegada y estadía en el lugar por los turistas que
recorren las carreteras del territorio sinaloense. El traslado de piedra a piedra según voces
de los lugareños, solo puede hablar del imaginario religioso que existen entre los nativos y
en especial el arraigo por la minería de conservar cada una de las piedras genuinas extraídas
durante el auge de la actividad minera, pero es real, que el valor del patrimonio
arquitectónico, no solo ha sido trasladado, ha sido destruido, el emplazamiento original del
templo habla de la primera estructura urbana del ahora Pueblo Mágico, el traslado del
templo, que se sustenta en la seguridad para la nueva estructura corresponde a un
fachadismo de la estructura original.
“La valoración patrimonial del Turismo supondría pasar de centrarnos en los bienes
materiales generados por el Turismo a los largo de la historia a una atención difusa
depositada en la propia actividad turística [...]” (García & Arredondo 2013, 247). Los
turistas no buscan elementos tradicionales, que se guarden en la memoria del pueblo,
buscan vivir la experiencia turística a partir del atractivo, en especial, buscan los orígenes
de la cantante Lola Beltrán en el caso de El Rosario Pueblo Mágico y como principal
atractivo encontrarse con los pequeños rincones que hablaba la artista, por este motivo
frente a la iglesia, justo en el acceso principal sobre la plaza, se ubica una escultura de la
famosa y la captura de imágenes del pueblo, se concentra con mayor intensidad en la
escultura que en el retablo de la iglesia, como muestra del detonante de escenarios
fabricados.
2. Puesta en valor de la arquitectura simbólica
Los emblemas de los Pueblos Mágicos se magnifican en la arquitectura del lugar, ejemplo
de ello, es la arquitectura simbólica, las plazas de armas, los quioscos y las Presidencias
Municipales como parte de la arquitectura de poder que es adoptada por los lugareños, es
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decir, de los espacios del miedo han transitado a los espacios de la recreación. Si bien, la
represión que vivieron por siglos estos pueblos, ahora son liberados a partir del cambio de
hábitos y adecuación de sus costumbres, las estructuras arquitectónicas conservan su valor
patrimonial bajo este significado, véase imagen 5.
El quiosco es un referente muy importante en la historia de los pueblos, sin embargo, en
su mayoría no corresponden con el lugar, pero la adopción de este elemento simbólico para
los lugareños es un referente importante y de atractivo del lugar, se han convertido en la
mayoría de los Pueblos Mágicos en obras arquitectónicas para la decoración de la plaza de
armas y en especial, para fomentar el atractivo turístico con imagen de un pueblo
tradicional.
En el Pueblo Mágico El Fuerte, el quiosco no es originario del lugar, este se encuentra
marcado con origen en la ciudad de Mazatlán en este mismo estado, es decir, el patrimonio
artístico y arquitectónico fue trasladado al Pueblo Mágico, y no es ocupado para ninguna
actividad propia del lugar, solamente, los turistas aprovechan la majestuosidad del espacio
para realizar una serie de capturas de la decoración que conserva en su estructura, véase
imagen 5.
Imagen 5. Quiosco en la Plaza de Armas del Pueblo Mágico de El Fuerte. Fuente: Capturada por Sylvia
Rodríguez, 2013.
En el Pueblo Mágico de Cosalá la función original del quiosco ha cambiado, a pesar que
el referente arquitectónico es relevante en la historia no es utilizado en actos cívicos, ni
culturales, ha resurgido con nuevos usos, entre ellos, el fomento de los recorridos entorno al
elemento, mismo que ya se encuentra en el imaginario colectivo, véase imagen 6.
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Imagen 6. Quiosco en la Plaza de Armas del Pueblo Mágico de Cosalá. Fuente: Capturada por Sylvia
Rodríguez, 2012.
El quiosco de El Rosario Pueblo Mágico se emplaza en una plaza sencilla, sin una
estructura semejante a las Plazas de Armas. En un extremo se minimiza ante la
monumentalidad de la Parroquia de la Señora del Rosario y en otro punto, por el novedoso
museo regional. Este elemento es utilizado constantemente por los lugareños, realizan
exposiciones de arte infantil, pero aún no forma parte del atractivo turístico, simplemente se
pierde entre las actividades cotidianas de los pobladores, véase imagen 7.
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Imagen 7. Quiosco en la Plaza de El Rosario Pueblo Mágico. Fuente: Capturada por Sylvia Rodríguez, 2014.
La arquitectura simbólica no termina en las plazas de armas y los quioscos tradicionales
de los Pueblos Mágicos, que en su mayoría se han convertido en un elemento decorativo
del pueblo, también, el patrimonio cultural se concentra en la arquitectura de poder a partir
de los Palacios Municipales.
Las edificaciones que arropan las funciones administrativas de los pueblos, son las
estructuras arquitectónicas hasta el momento con mayor vigencia en su autenticidad, en
especial, son clave del patrimonio cultural del lugar, no solo del arquitectónico. Estas
construcciones retoman materiales de la región para incorporarlos en sus construcciones.
En el caso del Pueblo Mágico de El Fuerte, representa el tipo de edificaciones que se
emplaza entorno a la plaza de armas, esas edificaciones históricas igual que el Palacio
Municipal se construyeron en dos cuerpos en ladrillo de adobe o entablillado, de todas las
construcciones, solo el Palacio Municipal conserva su apariencia en el material, el resto se
encuentra recubiertas con algún acabado y con una gama de colores seleccionada por el
programa federal, motivo por el que se considera el elemento más genuino del pueblo, que
en una sola masa se aprecia diversidad o mezcla de elementos arquitectónicos de diferentes
épocas, pero con un mismo principio en su arquitectura, magnificar y jerarquizar su valor
como edificio de poder en el pueblo, véase imagen 8.
Es relevante mencionar que a pesar que se ha conservado la arquitectura en las fachadas,
al interior, el edificio se ha alterado con diversas modificaciones, entre ellas, destaca el
cambio de usos, desplazándose el patio central que era utilizado para actos cívicos por una
cancha de usos múltiples para uso recreativo y deportivo. Es decir, el patrimonio
arquitectónico cambia constantemente y se ve impactado en el patrimonio cultural, desde el
enfoque intangible, no sólo el tangible, este último, a partir de la alteración de sus formas.
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Imagen 8. Palacio Municipal del Pueblo Mágico El Fuerte. Fuente: Capturada por Sylvia Rodríguez, 2012.
En el Pueblo Mágico de Cosalá, se distingue el Palacio Municipal por su construcción
horizontal elevada sobre escalinatas en un solo cuerpo, se remata con el tradicional reloj y
en la cúspide la bandera como elemento simbólico, lo importante, de este edificio es que se
incorpora la teja como elemento representativo de las construcciones del lugar, así como la
mixtisidad de elementos de construcciones de otras épocas, como muestra, los remates por
cornisas y los ventanales verticales enmarcados. A pesar, que las funciones administrativas
se encuentran activas, los actos cívicos y culturales se desarrollan en la calle Miguel
Hidalgo frente a la Iglesia y la Plaza de Armas, es decir, no existe una apropiación del
espacio, véase imagen 9.
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Imagen 9. Palacio Municipal del Pueblo Mágico de Cosalá. Fuente: Capturada por Sylvia Rodríguez, 2012.
Mientras, en El Rosario Pueblo Mágico, la Presidencia Municipal configura un elemento
arquitectónico que se oculta entre la estructura urbana laberíntica, que al ser descubierta en
el recorrido construye una nueva centralidad debido a su entorno urbano. Se eleva y exalta
su arquitectura con referentes de la riqueza minera de su época, véase imagen 10.
Imagen 10. Palacio Municipal de El Rosario Pueblo Mágico. Fuente: Capturada por Sylvia Rodríguez, 2014.
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La arquitectura emblemática de poder en los Pueblos Mágicos se ha transformado
perdiendo su identidad en el ámbito cívico, pero se ha fortalecido en lo recreativo, desde el
entretenimiento local, el esparcimiento hasta el atractivo turístico.
3. Puesta en valor de la arquitectura tradicional
La arquitectura tradicional se ha detonado para la oferta y el atractivo turístico en los
Pueblos Mágicos, si bien, la casa, las casonas y las haciendas forman parte de las
construcciones de mayor atractivo, mismas que se han adaptado principalmente para
hoteles, con la finalidad de promocionar la estadía de los turistas entre nacionales y
extranjeros, en la actualidad, los tradicionales mercados mexicanos de pueblo, se han
quedado en el olvido para algunos de estos pueblos.
El mercado tradicional del Pueblo Mágico de El Fuerte (véase imagen 11), no ha tenido
transformaciones en su edificación, a pesar de la exhibición de un alto número de objetos y
productos artesanales y gastronómicos, entre ellos los sombreros y la víbora de cascabel,
existe un deterioro y olvido de la edificación, que no tiene rasgos de la arquitectura colonial
que quiere darse en la imagen urbana del pueblo, sin embargo, guarda rasgos de
autenticidad, a través de los puestos abiertos, ventilados por celosías y en su exterior, la
estación informal de las tranvías y autobuses rurales que van a los pueblos aledaños.
Imagen 11. Mercado del Pueblo Mágico de El Fuerte. Fuente: Capturada por Sylvia Rodríguez, 2012.
El Mercado del Pueblo Mágico de Cosalá ha tenido transformación en su construcción
original y se ha remarcado con una serie de arcadas que resaltan en su fachada,
reconstruyendo y otorgando una nueva identidad al lugar. Al interior, existen escasos
locales de venta de productos y alimentos, sin embargo, pocos de ellos, enfatizan los
productos de la región, asimismo, el mercado tiene un doble uso con la tradicional estación
de autobuses, véase imagen 12.
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Imagen 12. Mercado del Pueblo Mágico de Cosalá. Fuente: Capturada por Sylvia Rodríguez, 2012.
En el mercado de El Rosario Pueblo Mágico se identifican los puestos sobre las calles,
que se dedican a la venta de los productos del mar principalmente, como elemento
relevante de los usos y costumbres, sin embargo la estructura del mercado se ve ausente, a
pesar que si existe una construcción destinada a este uso, la mayoría de las actividades de
venta se desarrollan en locales aislados y puestos informales. Lo que representa un
patrimonio cultural intangible, que se encuentra en proceso de ser removidos por
actualización de los reglamentos municipales que demandan los indicadores del programa
federal, de no motivar la informalidad, véase imagen 13.
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Imagen 13. Mercado de El Rosario Pueblo Mágico. Fuente: Capturada por Sylvia Rodríguez, 2014.
4. Reflexiones
El turismo ha tenido un impacto directo en el patrimonio arquitectónico a partir de su
revalorización, se cuestiona que diversas intervenciones que se han realizado al patrimonio
cultural en los Pueblos Mágicos no aseguran la conservación y protección. A partir de la
puesta en valor del patrimonio se han destacado los emblemas del lugar, entre arquitectura
simbólica, arquitectura del poder y arquitectura tradicional.
El emblema central de los Pueblos Mágicos en el estado de Sinaloa, tanto en El Fuerte,
como en Cosalá y principalmente, en El Rosario, la edificación que rige el valor turístico a
partir del escenario creado en el bien patrimonial, son las iglesias, templos o parroquias. La
puesta en valor destaca con la fabricación de escenarios a partir del patrimonio
arquitectónico existente con una revaloración y con una alteración de su uso y elementos
arquitectónicos para fomentar el atractivo turístico, en El Fuerte la Iglesia Sagrado Corazón
de Jesús con el evento de la Semana Santa Indígena Mayo-Yoreme, expone escenas del
culto, entre la ficción y la realidad, construyendo nuevos escenarios con uso del lugar. En el
Pueblo Mágico de Cosalá se conserva la tradición del recorrido por las velas encendidas,
con motivo de la fiesta a la Virgen de Guadalupe, que se ha entremezclado con algunas
tradiciones modernas, que más que un acto religioso se ha reconvertido en una fiesta
alejada del origen de la tradición. Y la Parroquia de la Virgen del Rosario, representa la
estructura arquitectónica de mayor intervención al ser trasladada piedra a piedra a otro sitio
que no tiene que ver con su memoria histórica, con replanteamientos urbanos que se
pierden entre la simulación y la ficción. Es decir, los emblemas arquitectónicos han sido
utilizados para otorgar un valor turístico a los Pueblos Mágicos, enfatizando su
majestuosidad como estructuras arquitectónicas, pero con escasa revalorización del
patrimonio intangible.
La puesta en valor de la arquitectura simbólica, en especial, como estructuras de poder,
como la plaza de armas, los quioscos y las Presidencias Municipales, arrojan información a
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partir del imaginario turístico interesante, en especial, la tradicional plaza de armas que
guarda en la historia derrotas y conquistas, se ha convertido en el sitio principal de los
recorridos turísticos y de incentivo para el consumo, de productos y de captura de imágenes
aisladas o en movimiento; asimismo los quioscos se han convertido en un elemento
ornamental, que no es valorado como parte del patrimonio en su mayoría por los lugareños
y el turista, asimismo, no es considerado obra escultórica, pero es un escenario que cautiva
al turista, donde no puede dejarse cautivar, el consumo de los lugares y objetos que
remonten al turista a otra época, son los sitios y elementos de mayor atractivo y consumo a
través de sus miradas.
La arquitectura de poder a partir de las Presidencias Municipales son las estructuras que
hablan del patrimonio arquitectónico donde se exponen estructuras tradicionales, entre
materiales y formas que dan lectura del resto de la arquitectura del Pueblo Mágico en su
Centro Histórico, lejana de la arquitectura tradicional, se incorpora como nuevas
centralidades en el pequeño pueblo, con una desincorporación de su uso cívico y cultural.
La arquitectura tradicional, enfocado en los mercados municipales da lectura del olvido
de las tradiciones y existe una riña entre elementos tradicionales que se han desincorporado
de las grandes estructuras, como es el caso, de la reconstrucción del mercado del Pueblo
Mágico en Cosalá, con un trabajo en su imagen urbana.
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